Loe raamatut: «El infierno está vacío»

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EL INFIERNO ESTÁ VACÍO

DEMONOLOGÍA, CAZA DE BRUJAS Y REFORMA

EN LA INGLATERRA TEMPRANO-MODERNA

(SIGLOS XVI Y XVII)

HISTÒRIA / 194

DIRECCIÓN

Mónica Bolufer Peruga (Universitat de València)

Francisco Gimeno Blay (Universitat de València)

M.ª Cruz Romeo Mateo (Universitat de València)

CONSEJO EDITORIAL

Pedro Barceló (Universität Postdam)

Peter Burke (University of Cambridge)

Guglielmo Cavallo (Università della Sapienza, Roma)

Roger Chartier (EHESS)

Rosa Congost (Universitat de Girona)

Mercedes García Arenal (CSIC)

Sabina Loriga (EHESS)

Antonella Romano (CNRS)

Adeline Rucquoi (EHESS)

Jean-Claude Schmitt (EHESS)

Françoise Thébaud (Université d’Avignon)

EL INFIERNO ESTÁ VACÍO

DEMONOLOGÍA, CAZA DE BRUJAS Y REFORMA EN LA INGLATERRA TEMPRANO-MODERNA (SIGLOS XVI Y XVII)

Agustín Méndez

UNIVERSITAT DE VALÈNCIA

Esta publicación no puede ser reproducida, ni total ni parcialmente, ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, ya sea fotomecánico, fotoquímico, electrónico, por fotocopia o por cualquier otro, sin el permiso previo de la editorial.

© Agustín Méndez, 2020

© De esta edición: Universitat de València, 2020

Publicacions de la Universitat de València

http://puv.uv.es publicacions@uv.es

Coordinación editorial: Amparo Jesús-María Romero

Ilustración de la cubierta: La visión de la muerte, Gustave Doré

Diseño de la cubierta: Celso Hernández de la Figuera

Corrección: Letras y Píxeles

Maquetación: Celso Hernández de la Figuera

ISBN: 978-84-9134-705-7

Edición digital

A Laura y José Luis A Paola

ÍNDICE

PREFACIO

Presentación

Estado de la cuestión

Cuestiones teóricas

INTRODUCCIÓN

Entre el folclore y la teología: la evolución interna del discurso demonológico inglés

Demonología Folclórica

Características de los panfletos

Los panfletos como fuentes históricas y folclóricas

Brujos y demonios folclóricos

Los tratados demonológicos tempranos (1584-1608)

Los tratados entre la acumulación y la maduración (1616-1648)

Entre la complejización y la hibridación

PRIMERA PARTE DEMONOLOGÍA

1. DIOS: PROVIDENCIA, OMNISCIENCIA Y PERMISO

Providencialismo en Agustín y Tomás

Providencia en las demonologías durante la modernidad temprana

Permiso y ministerialidad

A modo de balance

2. DEMONIOS: LOS PRÍNCIPES DEL MUNDO MATERIAL

La naturaleza demoníaca

Modos de acción, poderes y límites

La amenaza interior: tentación, mentira e ilusión

El demonio como amenaza exterior

Límites e imposibilidades

El problema del cuerpo demoníaco

Entre la patrística y la revolución escolástica

Los herederos de Tomás

A modo de balance

3. BRUJAS (PARTE 1): ENTRE EL MALEFICIUM Y EL DEMONISMO

Maleficium y pacto

La definición de la brujería en los textos ingleses y franceses

Poder y eficacia

Brujos como instrumentos demoníacos

¿Un crimen de mujeres?

4. BRUJAS (PARTE 2): EL CONCEPTO ELABORADO DE LA BRUJERÍA

El vuelo

Durmiendo con el enemigo

El sabbat y el estereotipo de la conspiración

A modo de balance

SEGUNDA PARTE REFORMA

5. LA LUCHA CONTRA LA SUPERSTICIÓN. DISCIPLINAR AL COMÚN, ANTICATOLICISMO E IDENTIDAD PROTESTANTE

La superstición en el cristianismo

Antecedentes clásicos

La interpretación patrística y escolástica

La superstición en la literatura sobre brujería inglesa

Catálogo y definición

Superstición y brujería

La confesionalización de la superstición

Supersticiones papistas

Otredad y configuración de identidades

La utilidad de la otredad

6. «YA NO EXISTEN ESE TIPO DE DONES». LA DISPUTA ENTRE SANACIÓN CARISMÁTICA Y RELIGIOSIDAD OFICIAL

Carisma: origen y desarrollo

Los cunning folk y la sanación carismática

Sanación en la era del fin de los milagros

Los matices de Agustín y Calvino

El cesacionismo en las demonologías inglesas

El incómodo carisma monárquico

Ordenar la reforma: carisma versus institución

7. «ADAPTAR EL REINO TERRENAL A LA VOLUNTAD DIVINA». LAS LEYES CONTRA LA BRUJERÍA Y LOS LÍMITES DE LA REFORMA

Las witchcraft acts y el nacimiento de un crimen

«Todas las brujas son malvadas»

Los demonólogos y el estatuto isabelino

Los tratados frente al cambio en la legislación

El pecado de los clientes

Demonología y no conformismo

Los conflictos en el interior del protestantismo inglés

Demonólogos no conformistas

La experiencia escocesa

A modo de cierre

EPÍLOGO

BIBLIOGRAFÍA

AGRADECIMIENTOS

Resulta imposible que actividades desarrolladas y objetivos perseguidos a lo largo de casi una década no acumulen una deuda de gratitud con una gran cantidad de personas. Ciertamente, la presente obra no es la excepción. En primer lugar, quisiera mencionar a Fabián Campagne, director de la tesis doctoral que dio origen a este libro. Tengo la enorme fortuna de trabajar con él desde mediados de 2010, cuando ingresé en la cátedra de Historia Moderna de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Fue él quien me dio una copia de The Discoverie of Witchcraft y me sugirió realizar mi tesis de licenciatura sobre Reginald Scot. Más allá de las torpezas que seguramente acompañaron mis primeros pasos en la profesión, por algún motivo no abandonó barco. Desde aquel momento y hasta hoy, su guía, extraordinaria generosidad y profundo conocimiento de la historia moderna han influido en mi carrera académica mucho más de lo que un párrafo de agradecimiento puede expresar o una cita al pie reflejar. Sin él, este escrito hubiera sido imposible. Quiero agradecer también a Nicolás Kwiatkowski, codirector de la misma tesis, por haber aceptado sumarse al proyecto prácticamente sin conocerme y por haberse mantenido como una presencia cercana desde el comienzo hasta el final del proceso, no solo para los requerimientos burocráticos impuestos por diferentes instituciones, sino también por participar de manera activa y enriquecer mi mirada.

La investigación que este libro recoge pudo iniciarse y finalizarse gracias a una beca doctoral otorgada por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de la República Argentina en diciembre de 2013, que me permitió dedicarme de manera exclusiva a las demandantes (pero sin duda fascinantes) tareas propias del historiador profesional. Luego de cuatro años de abandono, degradación y virtual parálisis, la recuperación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación inaugura una etapa que se vislumbra más esperanzadora para quienes nos dedicamos a la investigación.

Entre los colegas y compañeros de tareas quiero agradecer a los miembros de la mencionada cátedra de Historia Moderna, inmejorable y estimulante espacio para cualquier joven historiador. Quiero destacar especialmente a Claudio Rizzuto, Facundo Macías, Santiago Peña, Constanza Cavallero, Carolina Losada e Ismael del Olmo, quienes con sus lecturas, comentarios e interés facilitaron y alentaron el inicio, el desarrollo y la conclusión de la tarea. Extiendo mi gratitud al Dr. Juan Pablo Bubello, por sus comentarios constructivos y las sugerencias realizadas en diferentes oportunidades.

Diversas versiones preliminares de capítulos o partes de estos han sido publicadas en diferentes revistas académicas en los últimos años. Por ello, agradezco las sugerencias de los evaluadores y editores de Tiempos Modernos, Sociedades Precapitalistas, Espacio Tiempo y Forma IV, Cuadernos de Historia Moderna, Studia Historica: Historia Moderna, Revista de Historia Moderna. Anales de la Universidad de Alicante y, especialmente, Preternature, por la invitación a no bajar los brazos a pesar de los errores. Asimismo, quiero destacar la colaboración de los trabajadores de la Biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y de la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina, por haber hecho mis visitas gratas y fructíferas.

No quiero olvidarme del comité editorial y de los jurados anónimos de Publicacions de la Universitat de València. A los primeros les agradezco la generosidad de publicar el primer trabajo de un autor que desarrolla su actividad profesional lejos de aquellas fronteras; a los segundos, las observaciones y recomendaciones para mejorar el manuscrito original.

Fuera del campo profesional quiero agradecer a mis amigos, Alejandro, Matías, Romina, Rodrigo, Federico, Mariano y Pablo, haber compartido conmigo los momentos altos y los bajos durante estos últimos años y saber excusar ausencias y olvidos.

En último lugar, pero sin duda el primero en importancia, gracias a mi familia. La deuda con mis padres, Laura y José Luis, es tan inabarcable como inmensa la gratitud. A lo largo de mi vida acompañaron todos los sueños y proyectos que afronté. Sé que este trabajo, ni nada de lo que pueda escribir en un futuro, va a hacer justicia a la prioridad que dieron a mi felicidad y educación. Una de las dificultades más grandes al comenzar la investigación fue saber que el fallecimiento de mi padre me impediría saber su opinión sobre el resultado final. Espero que mi madre reconozca en alguna de las líneas redactadas el fruto del esfuerzo de ambos. También quiero agradecer a mis tíos, Claudia y Gabriel, el hecho de ayudarme desde que tengo memoria. Así como a mis primas, Candela y Melina, por las risas. Y a la familia Tornese, por haberme abierto las puertas en un momento difícil y no haberlas cerrado nunca. Finalmente, agradezco a Paola solo por su amor e infinita paciencia, sino especialmente, a pesar de no haber leído una sola página de las que siguen, hacer de mi vida algo mejor y así contribuir en cada una de ellas.

Buenos Aires, abril de 2020

ABREVIATURAS

Para facilitar la tarea del lector, el nombre completo de las obras citadas de Agustín de Hipona y Tomás de Aquino será mencionado en la primera nota al pie de cada capítulo. No obstante, a partir de la segunda referencia, se utilizarán las siguientes abreviaciones:

Obras de Agustín de Hipona


(DCD) De Civitate Dei
(DDC) De Doctrina Christiana
(DLA) De Libero Arbitrio
(DNB) De Natura Boni
(DGL) De Genesi ad Litteram
(DGM) De Genesi contra Manichaeos
(DAC) De Agone Christiano
(EP) Enarrationes in Psalmos
(AI) Annotationes in Iob
(DDD) De Divinatione Daemonum
(SP) Sermones ad populum

Obras de Tomás de Aquino


(ST) Summa Theologiae
(QDM) Questiones disputatae de Malo
(SSSMPL) Scriptum super Sententiis Magistri Petri Lombardi
(SG) Summa contra Gentiles
(QDSC) Quaestio disputata de spiritualibus creature

Traducciones

Todas las traducciones del inglés, francés, escocés y latín son personales.

PREFACIO

PRESENTACIÓN

La pertinencia de la presente monografía puede fundamentarse a partir de distintos elementos. En primer lugar, por centrarse en el estudio de la Edad Moderna. Los tres siglos que la componen (XV-XVIII) constituyen una etapa crucial para la configuración del entramado social, político, económico y cultural de las sociedades occidentales contemporáneas. La primera integración económica que incluyó a todos los continentes poblados por los seres humanos, el inicio de la acumulación de facultades administrativas por parte de estados centralizados cada vez más robustos e influyentes en la vida de sus habitantes, la lenta y traumática consolidación del proceso de secularización y la pérdida de influencia del campo religioso en el gobierno de las personas son apenas algunos de los procesos históricos más trascendentes ocurridos durante ese lapso de tiempo. Este periodo, a su vez, fue testigo de una serie de procesos altamente idiosincrásicos que no habían ocurrido antes (ni volverían a repetirse después) en la historia europea. El presente libro se ocupará de estudiar tres de esos fenómenos históricos tan propios de la modernidad temprana: la caza de brujas, el discurso demonológico y la Reforma protestante.

Si bien es cierto que la demonología existe desde el propio nacimiento del discurso cristiano escrito durante el siglo I de la Era Común, entre 1450 y 1750 el interés por esta rama de la teología cristiana alcanzó su paroxismo al ser teorizada de manera sistemática no solo por teólogos o miembros de instituciones religiosas, sino también por juristas, médicos y filósofos laicos de todo el continente. El estudio de la literatura demonológica excede largamente el interés de la historia confesional debido a que allí no se discutieron problemas asociados exclusivamente a la teología, sino que a partir de un lenguaje y herramientas conceptuales eminentemente religiosas se pretendió comprender el funcionamiento, las características y los límites de la naturaleza, especialmente los de la humanidad. Más allá de este punto no menor, la demonología tardomedieval y temprano-moderna también deviene en un objeto de estudio significativo porque allí se establecieron los fundamentos intelectuales de la caza de brujas. Como escribió el historiador británico James Sharpe, por demonología se entiende «el sistema intelectual que expresó el marco por medio del cual los europeos educados entendieron y debatieron la brujería entre los siglos XV y XVIII».1 En efecto, a lo largo de esas tres centurias, los debates demonológicos se desarrollaron en tratados sobre brujería y viceversa. Si durante aquellos años Europa vio perecer entre 50.000 y 60.000 mujeres y hombres bajo el cargo de haber cometido crímenes imaginarios (establecer pactos y mantener relaciones sexuales con demonios, realizar daños físicos o matar por medio de magia nociva, producir tormentas y otras catástrofes climáticas recurriendo a métodos ocultos), en parte fue porque existió un corpus documental que afirmaba que aquello era perfectamente posible y que, además, gozaba del auspicio tanto de autoridades religiosas como seculares. Cierto es que la persecución de brujas no ocurrió únicamente por la proliferación de tratados sobre demonología y brujería, fue necesaria la existencia de legislaciones, la acumulación de tensiones políticas y sociales y la sucesión de rápidas transformaciones económicas y religiosas para que el fenómeno ocurriese tal como lo conocemos. Resulta evidente, pues, que entre la teoría demonológica y la praxis persecutoria hubo una relación estrecha, aunque no de necesidad, que es necesario estudiar.

El otro gran eje temático que se desarrolla en las siguientes páginas es el de la Reforma protestante, proceso histórico cuyos efectos son difíciles de sobreestimar en importancia. El desgarro del ecúmene cristiano iniciado con las críticas a la Iglesia católica y su Sumo Pontífice clavadas por Martín Lutero, fraile sajón perteneciente a la Orden de San Agustín, en las puertas de la iglesia del palacio episcopal de Wittemberg el 31 de octubre de 1517, y concluido (mas no suturado) con el trazado de férreas fronteras confesionales a partir de la Paz de Westfalia (1648), dio lugar a tensiones de diversa índole y consecuencias irreversibles. Entre las más destacadas y estudiadas por académicos de diferentes disciplinas pueden enumerarse el final de la monofonía doctrinal y cultual en el interior del cristianismo occidental, las transformaciones en las prácticas y la moral económica, la ruptura de antiguos monopolios sobre el saber y su difusión, los enfrentamientos militares a gran escala y el desarrollo y difusión de las lenguas vernáculas. Más allá de estos grandes temas, otra de las áreas que la Reforma afectó fue la producción de textos sobre demonología y su aplicación práctica por parte de los tribunales europeos. Las diferencias dogmáticas entre las tres grandes denominaciones cristianas occidentales (católicos, luteranos y calvinistas) se reflejaron en la demonología, que antes que nada es un género teológico. Pero más allá de lo estrictamente doctrinal, los conflictos políticos y culturales iniciados por la Reforma afectaron notablemente al contenido de los tratados, convertidos en vehículos privilegiados para atacar a los enemigos confesionales. Así, los tres temas centrales del libro resultan pertinentes por la importancia de estudiar represiones y matanzas masivas (la caza de brujas constituiría un ejemplo notable), sus bases y justificaciones conceptuales (en este caso la demonología) y la relación con los grandes procesos históricos contemporáneos (la Reforma).

El estudio de estos ejes temáticos y su imbricación a escala continental resultan una tarea compleja de abordar en un solo volumen, por lo que un recorte geográfico más preciso se impone como una necesidad. El presente libro propone concentrarse en lo ocurrido en Inglaterra. El caso inglés resulta de especial importancia para analizar los factores arriba mencionados. La temprana organización de una monarquía y un sistema judicial centralizados, la relativa estabilidad política y homogeneidad cultural dentro de sus fronteras, el desarrollo de un proceso de reforma religiosa con características diferentes al de otras unidades políticas europeas, los numerosos tratados demonológicos editados y conservados hasta el presente, así como la existencia sostenida de procesos judiciales desde la década de 1580 hasta la de 1660, le otorgan un apreciable atractivo historiográfico debido a la posibilidad de realizar análisis y alcanzar conclusiones de tipo general. A su vez, si bien el estudio de la caza de brujas y sus fundamentos intelectuales en aquel reino ha sido y continúa siendo trabajado por los historiadores, algo que trataremos con más detenimiento en el estado de la cuestión, prácticamente no existen trabajos en castellano sobre el tema.2 Asimismo, aquellos editados en inglés o francés, aunque de excelente calidad historiográfica, en muchos casos continúan reproduciendo una serie de ideas arraigadas desde hace décadas y cuya revisión resulta necesaria.

Una selección más acotada del marco temporal también es necesaria. El presente libro no se ocupa de la experiencia inglesa a lo largo de toda la modernidad, sino que se limita al recorte c. 1560-1649. Esta preferencia se debe a que fue durante aquel lapso de tiempo cuando el discurso demonológico vernáculo se originó y alcanzó su pleno desarrollo. Si bien el primer tratado data de 1584 (The Discoverie of Witchcraft, de Reginald Scot), resulta necesario retrotraer el análisis hasta los albores del reinado de Isabel, ya que en 1560 aparecieron en Inglaterra los primeros panfletos sobre juicios por brujería. Estos documentos, cuya autoría en la mayoría de los casos fue anónima, fueron impresos con la intención de dar a conocer a la población los procesos judiciales por aquel crimen, pero también para informar y entretener a sus lectores. Con salvedades que serán mencionadas oportunamente, aquellos también significaron un registro por escrito de creencias folclóricas y modos de concebir a las brujas, los demonios y la divinidad que guardaban escasa relación con la visión considerada teológicamente válida. Durante toda la modernidad temprana, ese tipo de documentos gozó de una enorme popularidad. De hecho, creemos que uno de los motivos por los cuales los miembros de la elite cultural inglesa publicaron tratados sobre demonología y brujería tuvo que ver con corregir, modificar y adaptar las interpretaciones populares sobre aquellos temas para evitar visiones heterodoxas que se alejaran de los rediles teóricos aprobados. El otro extremo del lapso temporal seleccionado está vinculado con la redacción de A Confirmation and Discovery of Witchcraft, texto publicado por John Stearne en 1648 para dar cuenta (y justificar) tanto de la persecución de brujas más intensa de la que se tenga registro en la historia de Inglaterra como del rol que el autor y su socio, Matthew Hopkins, cumplieron en los condados de East Anglia durante el bienio en el que se desarrolló (1645-1647). Consideramos que ese tratado constituye un cierre de ciclo debido a que allí no solo fueron tenidas en cuenta y eclosionaron todas las ideas demonológicas desarrolladas por los tratadistas vernáculos en las seis décadas previas, sino que también fueron aplicadas de manera práctica para la represión efectiva de mujeres y hombres reales. Si bien la demonología y su vínculo con la brujería continuaron siendo un tema de interés hasta bien entrado el siglo XVIII, lo cierto es que tras 1648 no se incorporaron nuevas nociones o conceptos, sino distintos modos de interpretar o polemizar los ya existentes.3

Además de los ya mencionados, se tendrán en cuenta los textos de los teólogos y clérigos George Gifford (A discourse of the subtill practises of devilles by witches and sorcerers, 1587, y A dialogue concerning witches and witchcrafts, 1593), Henry Holland (A treatise against witchcraft, 1590), William Perkins (A discourse of the damned Art of witchcraft, 1608), Alexander Roberts (A treatise of witchcraft, 1616), Thomas Cooper (The mystery of witchcraft, 1617) y Richard Bernard (A guide to grand jury men, 1627); el del médico John Cotta (The infallible, true and assured witch: or the second edition of the tryall of witchcraft, 1625); y el del propio Matthew Hopkins (The Discovery of Witches, 1647). Esta selección de tratados responde a la trascendencia que alcanzaron durante los siglos XVI y XVII, y a que con frecuencia los autores se citaban entre sí, ya fuera para sustentar sus ideas o para plantear contrapuntos sobre aspectos puntuales. Ciertamente, toda selección de fuentes y documentos históricos implica recortes y ausencias. Más que una recopilación de todos los tratados demonológicos publicados en Inglaterra durante el periodo, mi intención fue la de llevar a cabo un análisis de sus trazos distintivos, cambios y usos a partir del convulsionado contexto histórico que los atravesó. Por otra parte, para evitar sobrecargar de información esta sección del libro, no se realizará aquí una enumeración de datos biográficos de los autores. Sin embargo, me ocuparé de ellos a lo largo del texto cada vez que ese tipo de información sea importante para la comprensión de sus ideas y posturas en la materia que me ocupa.

En cuanto a lo organizacional, más allá del presente Prefacio, el texto está organizado en cuatro secciones: Introducción, Primera Parte, Segunda Parte y Epílogo. La Introducción plantea un análisis general de los tratados demonológicos ingleses publicados entre 1560 y 1649, con un especial hincapié en la evolución interna de sus postulados a lo largo del periodo. Durante ese siglo corto, los tratados abordaron problemas semejantes, aunque desde perspectivas que presentaban matices que merecen ser estudiados con detenimiento. El discurso demonológico inglés no permaneció inmutable, sino que estuvo marcado por un desarrollo de tipo acumulativo caracterizado por una tendencia a la progresiva radicalización de sus postulados. Esta evolución no se entiende a partir de transformaciones rupturistas o saltos cualitativos, sino por modificaciones graduales y pasibles de ser identificadas entre una publicación y otra. Para reflejar dichas transformaciones se tendrá en cuenta la influencia que en aquellas tuvieron los panfletos judiciales, documentos que contenían ideas de carácter popular o folclórico sobre la brujería que presentaban un desafío a la visión de los demonólogos.

La Primera Parte se ocupará de los aspectos más teóricos del discurso demonológico, con la intención de vincular las ideas de los autores ingleses con las tradiciones cristianas sobre el tema elaboradas entre los padres de la Iglesia y el Renacimiento. A partir de allí, podrán discutirse dos de las ideas acerca de los textos escogidos más arraigadas entre los historiadores. Por un lado, que los tratados publicados en Inglaterra hubiesen desarrollado una trayectoria teórico-conceptual independiente respecto de aquellos impresos en Europa continental; por el otro, que los primeros se hubiesen caracterizado por su moderación, entendiendo por ello que sus autores le otorgaron poca o nula importancia a conceptos casi siempre esenciales en los segundos: el pacto con los demonios, la manifestación física de esos seres en el mundo material, el aspecto sexual del delito de brujería y su carácter conspirativo. En este sentido, se propone que el rol, las facultades y la relación de los tres protagonistas excluyentes de todo tratado académico sobre brujería (la divinidad, los demonios y los brujos), tal como fueron descritos por los demonólogos ingleses, no presentan diferencias ontológicas o dramáticas con las sostenidas por los autores no británicos. Para ello, resulta necesario establecer una comparación minuciosa y sistemática con escritos demonológicos publicados fuera del espacio geográfico inglés y cuyos postulados o ideas sobre el tema hayan sido tradicionalmente considerados radicales o más desarrollados. Esta tarea impone a quien escribe un nuevo ejercicio de selección documental, proceso cuya complejidad y antipatía aumenta debido a la gran cantidad de textos que cumplen con las condiciones recién mencionadas. El ensayo comparativo, por caso, podría haber sido realizado en torno al celebérrimo Malleus Maleficarum (1486) del inquisidor alsaciano Henrich Krämer, considerado el primer best seller demonológico de la era de la caza de brujas, y que sin duda constituyó un auténtico parteaguas en la historia de aquel género teológico en los albores de la modernidad.4 También podría haberse optado por el Tractatus de confessionibus maleficorum et sagarum (1589), del obispo Peter Binsfeld, o la Panoplia armaturae dei (1625), del obispo Friedrich Förner, ambos muy leídos en tierras germanas. Otras opciones ponderadas fueron las del sacerdote Francesco María Guazzo, responsable del Compendium Maleficarum (1608), y las del exorcista Girolamo Menghi, autor del Compendio dell’arte essorcistica (1576). Todos los demonólogos y obras mencionadas, sin embargo, presentan motivos por los cuales no fueron escogidos como objeto de comparación. El texto de Krämer antecede en prácticamente un siglo a las primeras publicaciones inglesas y, a pesar de su importancia, pertenece a una etapa formativa del discurso demonológico temprano-moderno. Los de Binsfeld y Guazzo, aunque contemporáneos a los tratados escogidos, no fueron influyentes en Inglaterra. El compendio de Menghi, por su parte, se centra más en el problema de la posesión que en el de la brujería.

Otro tipo de inconvenientes presentan los textos redactados por autores españoles dedicados a estudiar a los brujos y demonios. Los trabajos de Pedro Ciruelo (Reprobación de las supersticiones y hechicerías, 1530), Francisco de Vitoria (De arte mágica, 1557) y Martín de Castañega (Tratado de supersticiones y hechicerías, 1529), así como el Malleus, son previos al inicio de la tratadística inglesa, por lo que la comparación puede resultar forzada. Más importante aún, sobre los autores españoles en general ha pesado la misma consideración historiográfica que sobre los ingleses, han sido asociados con la reproducción de una versión moderada del discurso demonológico.5 Incluso la obra monumental del teólogo antuerpiense Martín del Río, Disquisitionum magicarum (1608), ha sido catalogada así.6 Del mismo modo, el humanista Pedro de Valencia, autor del Discurso acerca de los cuentos de las brujas y cosas tocantes a la magia (1610) frecuentemente es nombrado, junto a autores como Reginald Scot y el médico brabanzón Johannes Wier, en las listas de exponentes de posiciones escépticas respecto a ideas esenciales del discurso demonológico de la modernidad temprana. A su vez, los escritos de los españoles no influyeron en el desarrollo de la tratadística inglesa; sus ideas raramente lograron atravesar las barreras idiomáticas y confesionales que los separaban.7

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ISBN:
9788491347057
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