Loe raamatut: «Arte Rupestre en Colombia.»
Arte rupestre en Colombia
Investigación, preservación, patrimonialización
Pedro María Argüello García (Editor)
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia
Facultad de Ciencias de la Educación
2018
Arte Rupestre en Colombia. Investigación, preservación, patrimonialización.ISBN impreso: 978-958-660-326-3ISBN digital: 978-958-660-434-51. Arte Rupestre 2. Arte Prehispánico. 3. Arqueología. 4. Patrimonio Arqueológico. 5. Petroglifo. 6. El Colegio(Dewey. 301/21) (Thema: NKD - Arqueología por período / región) |
Arte Rupestre en Colombia. Investigación, preservación, patrimonialización
Primera Edición, 2018
200 ejemplares (impresos)
ISBN impreso: 978-958-660-326-3
ISBN digital: 978-958-660-434-5
Libro No. 5 - Colección 80 años UPTC
© Manuel Romero Raffo, 2018
© Fernando Urbina Rangel, 2018
© Laura López Estupiñán, 2018
© María Paula Álvarez Echeverry, 2018
© Mónica Giedelmann Reyes, 2018
© Clara León Montenegro, 2018
© Daniel Ramírez Jauregui, 2018
© Johny Carvajal Fernández, 2018
© César Augusto Velandia Jagua, 2018
© Franz Flórez Fuya, 2018
© Alba Nelly Gómez García, 2018
© Diego Martínez Celis, 2018
© Pedro María Arguello García, Compilador, 2018
© Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, 2018
Editorial UPTC
Edificio Administrativo – Piso 4
Avenida Central del Norte 39-115, Tunja, Boyacá
Rector, UPTC
Alfonso López Díaz
Comité Editorial
Hugo Alfonso Rojas Sarmiento, Ph.D.
Enrique Vera López, Ph.D
Yolima Bolívar Suárez, Mg.
Sandra Gabriela Numpaque Piracoca, Mg.
Olga Yaneth Acuña Rodríguez, Ph. D.
María Eugenia Morales Puentes, Ph. D.
Rafael Enrique Buitrago Bonilla, Ph. D.
Nubia Yaneth Gómez Velasco, Ph. D.
Carlos Mauricio Moreno Téllez, Ph. D.
Editora en Jefe:
Ruth Nayibe Cárdenas Soler, Ph. D.
Coordinadora Editorial:
Andrea María Numpaque Acosta
Diagramación formato digital
Andrés A. López Ramírez
Libro financiado por Facultad de Ciencias de la Educación de la UPTC. Se permite la reproducción parcial o total, con la autorización expresa de los titulares del derecho de autor. Este libro es registrado en Depósito Legal, según lo establecido en la Ley 44 de 1993, el Decreto 460 del 16 de marzo de 1995, el Decreto 2150 de 1995 y el Decreto 358 de 2000.
Libro académico.
Citación: Argüello García, Pedro María. Editor (2018). Arte Rupestre en Colombia. Investigación, preservación, patrimonialización. Editorial UPTC, Colección 80 años - Facultad de Ciencias de la Educación, No. 5.
Colección 80 Años
Facultad de Ciencias de la Educación
Director de la Colección
Dr. Julio Aldemar Gómez Castañeda
Decano
Sub-Comité de Publicaciones
de la Facultad de Ciencias de la Educación
Dr. Antonio E. de Pedro (Doctor en Historia del Arte)
Mag. Myriam Cecilia Leguizamón González (Magíster en TIC aplicadas a la Educación)
Dr. Pedro María Argüello García (Doctor en Antropología)
Dr. Rafael Enrique Buitrago Bonilla (Doctor en Educación Musical)
Dra. Claudia Liliana Sánchez Sáenz (Doctora en Educación)
Revisión Editorial
Jhon Emerson Moreno Riaño
Maestría en Patrimonio Cultural, UPTC
Corrector de Estilo
Adán Alberto Ramírez Santos
Diseñador de la Colección:
Pedro Alejandro Leguizamón Páez
Diseñador del Logo de la Colección:
Pedro Alejandro Leguizamón Páez Colección N° 5
Editor:
Pedro María Argüello García
Título: Arte Rupestre en Colombia. Investigación, preservación, patrimonialización.
Imagen Portada:
Fernando Urbina Rangel
Las opiniones vertidas en los textos son de entera responsabilidad de cada autor(res)
Contenido
SOBRE LOS AUTORES
INTRODUCCIÓN. ARTE RUPESTRE EN COLOMBIA. INVESTIGACIÓN, PRESERVACIÓN, PATRIMONIALIZACIÓN
Pedro María Argüello García
CAPÍTULO 1. AMPLIANDO EL ESPECTRO. MURALES RUPESTRES POLICROMOS EN LA SABANA DE BOGOTÁ
Diego Martínez Celis
CAPÍTULO 2. LOS PETROGLIFOS Y EL PAISAJE PREHISPÁNICO EN TÁMESIS, JERICÓ Y PUEBLORRICO (ANTIOQUIA)
Alba Nelly Gómez García, Franz Flórez Fuya
CAPÍTULO 3. ARQUEOLOGÍA Y ARTE RUPESTRE EN EL PAISAJE DEL TOLIMA
César Augusto Velandia Jagua, Jhony Carvajal Fernández, Daniel Ramírez Jáuregui
CAPÍTULO 4. CARACTERIZACIÓN DE SOPORTES DE ESTACIONES RUPESTRES EN EL CAÑÓN DEL CHICAMOCHA
Clara N. León Montenegro Daniel E. Barón Rodríguez, Mónica J. Giedelmann Reyes
CAPÍTULO 5. REFLEXIONES EN TORNO A LA CONSERVACIÓN DE LAS MANIFESTACIONES RUPESTRES DEL PARQUE ARQUEOLÓGICO DE FACATATIVÁ
María Paula Álvarez Echeverry
CAPÍTULO 6. ARTE RUPESTRE COMO PATRIMONIO: UN OBJETO VISIBLE “INVISIBILIZADO”
Pedro María Argüello García
CAPÍTULO 7. MEMORIAS RUPESTRES. PRÁCTICAS CULTURALES DE LA GENTE DE MONTAÑA EN LOS ANDES
Laura López Estupiñán
CAPÍTULO 8. ARTE RUPESTRE AMAZÓNICO. PERROS DE GUERRA, CABALLOS, VACUNOS Y OTROS TEMAS EN EL ARTE RUPESTRE DE LA SERRANÍA DE LA LINDOSA (RÍO GUAYABERO, DEPARTAMENTO DEL GUAVIARE, COLOMBIA)
Fernando Urbina Rangel
CAPÍTULO 9. CARANACOA: UN MITO CONTADO EN PETROGLIFOS
Manuel Romero Raffo
SOBRE LOS AUTORES
María Paula Álvarez Echeverry, es Restauradora de Bienes Culturales Muebles de la Universidad Externado de Colombia, Especialista en conservación de piedra ICCROM y Magíster en Gestión de Patrimonio Mundial de la Universidad de Turín. Actualmente se desempeña como Docente-investigadora de la Facultad de Estudios del Patrimonio Cultural de la Universidad Externado de Colombia y como Directora de la Corporación Proyecto Patrimonio. Sus áreas de interés son la conservación de piedra, el patrimonio arqueológico y la protección y manejo de áreas protegidas. Últimas publicaciones: - Evaluación de Capacidad de Carga. Una herramienta para la conservación de los sitios arqueológicos. Revista Canto Rodado 5: 221- 247, 2010. - Conservation Realities and Challenges at Archaeological and Historical Sites in Colombia: Seeking Success by Considering the Context. En Objects Specialty Group Postprints, Proceedings of the Objects Specialty Group, Vol 21, 2014.
Pedro María Argüello García, es Antropólogo de la Universidad Nacional de Colombia, Magister y Doctor en Antropología de la Universidad de Pittsburgh. Actualmente se desempeña como Profesor en la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia-Tunja. Sus áreas de interés son el arte rupestre, los procesos de complejización social y el patrimonio arqueológico. Últimas publicaciones: - Apuntes para una historia de los objetos arqueológicos. En Territorios y memorias culturales muiscas: etnografías, cartografías y arqueologías, Editado por Pablo Gómez y Fredy Reyes, Pp. 51-72. Bogotá: Universidad Santo Tomás, 2017. - Ideología y diferenciación social: patrones de asentamiento y localización del arte rupestre en el valle de Tena, centro de Colombia. Boletín de Antropología Universidad de Antioquia 30 (54): 75-100, 2017.
Daniel Eduardo Barón Rodríguez, es Ingeniero Ambiental de la Universidad Pontificia Bolivariana, Seccional Bucaramanga. Es Investigador independiente. Su área de interés es la ecología y flora.
DanielEduardo.Baron@e-campus.uab.cat
Jhony Carvajal Fernández, es Licenciado en Historia y Geografía de la Universidad del Tolima y Especialista en Gestión Arqueológica del Patrimonio Cultural de la Universidad de Santiago de Compostela. Actualmente se desempeña como Curador de las colecciones arqueológicas del Museo Antropológico de la Universidad del Tolima. Sus áreas de interés son la arqueología histórica y la arqueotectura. Últimas publicaciones: - BABADUHOS. Exploraciones Arqueológicas en el Alto Río Cabrera, Tolima, Ibagué: Universidad del Tolima, 2014. - Exploraciones Arqueológicas de un Paisaje Prehispánico con Arte Rupestre en el Tolima, Ibagué: Universidad del Tolima, en prensa.
Franz Rolando Flórez Fuya, es Antropólogo de la Universidad Nacional de Colombia y Magíster en Semiótica de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Actualmente se desempeña como Profesor en el Departamento de Humanidades de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Sus áreas de interés son las representaciones mediáticas del conflicto armado, la historia cultural en Colombia entre 1880 y 1930 y arqueología y semiótica. Últimas publicaciones: - El cronotopo patriarcal en el documental !Colombia Vive! Hallazgos 11 (22): 89-106, 2014. - Narraciones del conflicto armado en la ficción televisiva. En Memorias, XVIII Congreso colombiano de historia, Mesa 10, Conflicto y posconflictos en la historia de Colombia y el mundo, Pp. 4-15, 2017.
Alba Nelly Gómez García, es Antropóloga de Universidad de Antioquia y Doctora en Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente es la Jefe del Departamento de Antropología de la Universidad de Antioquia. Sus áreas de interés son la arqueología del paisaje y el patrimonio cultural. Últimas publicaciones: - Hacia una arqueología del paisaje en Colombia: reflexiones necesarias. Boletín de Antropología Universidad de Antioquia 25 (42): 231-254, 2011. - Petroglifos de Támesis. Medellín: Ferrocarril de Antioquia, 2017.
Mónica Johanna Giedelmann Reyes, es Antropóloga de la Universidad de Los Andes, Magister en Muerte y Sociedad y Doctora en Arqueología de la Universidad de Reading. Actualmente se desempeña como Docente del Departamento de Formación Humanística - Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad Pontificia Bolivariana, Seccional Bucaramanga. Sus áreas de interés son la arqueología prehispánica, las tradiciones funerarias y el arte rupestre. Últimas publicaciones: – (Con Laura Jaimes). Procesos sociales que influyen en la valoración histórica del patrimonio colombiano: el caso de estigmatización en el Cementerio Universal de Bucaramanga. Apuntes 27 (1): 64 - 79, 2014. - ¿Quién es el cacique? Papel del liderazgo político entre comunidades prehispánicas muisca” En Filosofía y Sabiduría Ancestral, Pp.369 - 393. Bucaramanga: Universidad Industrial De Santander, 2015.
Clara Natalia León Montenegro, es Geóloga de la Universidad Nacional de Colombia. Actualmente se desempeña como Geóloga del Servicio Geológico Colombiano. Sus áreas de interés son la arqueometría la geoarqueología y la mineralogía.
Laura López Estupiñán, es Antropóloga de la Universidad del Cauca y Magister en Arqueología Sudamericana de la Universidad Nacional de Trujillo y la Université de Rennes. Actualmente se desempeña como Directora del Museo Arqueológico de Tunja – UPTC. Sus áreas de interés son la etnoarqueología, la arqueometria y la arqueología pública. Últimas publicaciones: - (con Luis Carlos Pérez). La cronofotografía y la morfometría geométrica como técnicas analíticas en la interpretación de iconografías secuenciales del sitio arqueológico Huaca de la Luna, Moche, Perú. Maguaré 30 (1): 187- 210, 2016. - (con Lucía Meneses). 2016. Del Museo Arqueológico al Departamento de Antropología. En Historia de la Antropología en el Cauca, editado por Lucía Meneses y Rosa Elizabeth Tabares, Pp 31-48. Popayán: Universidad del Cauca, 2016.
Diego Martínez Celis, es Diseñador Gráfico de la Universidad Nacional de Colombia y Magister en Patrimonio Cultural y Territorio de la Pontificia Universidad Javeriana. Trabaja de forma independiente como investigador y gestor de patrimonio cultural. Sus áreas de interés son el arte rupestre, el patrimonio arqueológico y la apropiación social del patrimonio cultural. Últimas publicaciones: - ¿El “silencio de los ídolos” o el ‘silenciamiento’ de las comunidades? Revista de Artes Visuales Errata 12, 2014. - Lineamientos para la gestión patrimonial de sitios con arte rupestre en Colombia. Bogotá: Ministerio de Cultura, 2015.
Daniel Ramírez Jáuregui, es Antropólogo de la Universidad Nacional de Colombia y Magister en Territorio, Conflicto y Cultura de la Universidad del Tolima. Actualmente es estudiante de Doctorado en Planificación y Manejo de Cuencas Hidrográficas de la Universidad del Tolima. Sus áreas de interés con los paisajes arqueológicos y la arqueología prehispánica. Últimas publicaciones: - BABADUHOS. Exploraciones Arqueológicas en el Alto Río Cabrera, Tolima, Ibagué: Universidad del Tolima, 2014. - Exploraciones Arqueológicas de un Paisaje Prehispánico con Arte Rupestre en el Tolima, Ibagué: Universidad del Tolima, en prensa.
Manuel Gustavo Romero Raffo, es Antropólogo de la Universidad Nacional de Colombia y Magister en Desarrollo de la Universidad Pontificia Bolivariana. Actualmente trabaja en la Fundación Parature. Sus áreas de interés son la mitología y la tradición oral amazónicas. Últimas publicaciones: - Malikai. El canto del Malirri. Formas narrativas en un mito amazónico. Bogotá: Fundación Parature, CEREC, 2003. – Canaguaro. La guerra de los tigreros. Inírida: Parature Editores, 2005.
Fernando Urbina Rangel, es Filósofo de la Universidad Nacional de Colombia. Profesor (ret.) de la Universidad Nacional de Colombia. Sus áreas de interés son la mitología, la ritualística y el arte rupestre. Últimas publicaciones: - La Coca: palabras hoja para cuidar el mundo y varios textos más, poemas y fotografías. En El camino corto, catálogo de la exposición del Maestro Miguel Ángel Rojas, Pp. 80-125. Bogotá: Museo de Arte de la Universidad Nacional de Colombia, 2017. - Les hommes assis – Unité, guerre y paix dans l’art rupestre de l’Amazonie Colombienne. En Les métissages culturels – Patrimoine, arts, Langues, Editado por Françoise Richer-Rossi, Pp. 89-102. Paris: Michel Houdiard Editeur, 2018.
fernandourbinarangel@hotmail.com
César Augusto Velandia Jagua, es Licenciado en Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia y Doctor en Arqueología de la Universidad Nacional de La Plata. Es Coordinador del Grupo de Investigación en Arqueología, Patrimonio y Ambiente Regionales de la Facultad de Ciencias Humanas y Artes, Universidad del Tolima. Sus áreas de interés son la iconografía y semiótica de las expresiones estéticas prehispánicas. Últimas publicaciones: - BABADUHOS. Exploraciones Arqueológicas en el Alto Río Cabrera, Tolima, Ibagué: Universidad del Tolima, 2014. - Exploraciones Arqueológicas de un Paisaje Prehispánico con Arte Rupestre en el Tolima, Ibagué: Universidad del Tolima, en prensa.
INTRODUCCIÓN. ARTE RUPESTRE EN COLOMBIA. INVESTIGACIÓN, PRESERVACIÓN, PATRIMONIALIZACIÓN.
Pedro María Argüello García
Grupo Interdisciplinario de Investigaciones
Arqueológicas e Históricas
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia
Hasta hace relativamente poco tiempo, las referencias sobre el arte rupestre colombiano en los textos que pretendían sintetizar “el estado del arte” en el ámbito sudamericano eran pocas o inexistentes1. En parte, dicha situación reflejaba la direccionalidad de los flujos de información en la era anterior al internet. Pero fundamentalmente daba cuenta de la escasísima producción que sobre el tema había en el país. A la hora de los balances regionales, los investigadores se veían avocados a citar textos muy antiguos, como el clásico libro de Pérez de Barradas2, el de Koch-Grünberg3, o tal cual referencia algo más reciente que por casualidad podía llegar a sus manos. La única excepción consistente la representaba el conjunto de aportes de Gerardo Reichel-Dolmatoff4, que no solo era citado como parte de la investigación sobre conjuntos rupestres localizados en el país, sino como fundamento teórico de primer orden5. No es este el lugar para discutir las razones de la poca producción científica sobre el arte rupestre en Colombia, lo cual contrasta abrumadoramente con la cantidad y variedad de este tipo de manifestaciones dentro de dicho territorio. Posibles explicaciones a esta situación ya las he ofrecido en otro lugar6. Basta con decir que la singularidad propia de la arqueología colombiana implicó que el arte rupestre transitara de una época donde se caracterizó por su centralidad, a otra donde cayó en el olvido7.
Por fortuna, se puede hoy sostener que la situación antes mencionada ha cambiado de forma sustancial y que es posible encontrar aquí y allá diferentes aportes investigativos alrededor del arte rupestre. De seguro existen muchas razones que pueden explicar la mayor producción intelectual sobre el tema, pero quiero resaltar algunas que considero fundamentales y que, en efecto, se reflejan en los capítulos de este libro.
En primer lugar, el arte rupestre, como objeto de estudio, permite múltiples miradas que exceden el campo de la arqueología, donde pudiera pensarse es su nicho natural por tratarse de objetos producidos por lo general en época prehispánica. Otros objetos arqueológicos son a la fecha casi exclusivamente estudiados por arqueólogos, o por equipos multidisciplinarios guiados, en todo caso, por preguntas de corte antropológico. Bien sea porque se considere como una forma de arte, o incluso como la representación de modelos matemáticos, lo cierto es que las pinturas y grabados hechos sobre piedra invitan a la reflexión a investigadores no solo situados en los campos de la antropología y la arqueología, lo que asegura una variabilidad enorme de aproximaciones al tema8. Hasta hace poco tiempo, las aproximaciones no arqueológicas o antropológicas al arte rupestre en Colombia se caracterizaban por su poca rigurosidad, lo que las hacía descartables con facilidad, y por ende poco útiles. No obstante, la persistencia y seriedad de algunas de estas aproximaciones ha generado miradas novedosas que tal vez se consolidarán en el futuro.
Este libro abre justamente con un texto producido por fuera del ámbito arqueológico, pero con importantes consecuencias sobre la forma como los investigadores de diferentes disciplinas “observan” el arte rupestre. En su artículo: “Ampliando el espectro. Murales rupestres policromos en la sabana de Bogotá”, Diego Martínez realiza un análisis tafonómico de diferentes murales con pinturas en la sabana de Bogotá. Este tipo de análisis se beneficia en lo sustancial de los desarrollos tecnológicos que posibilitan el mejoramiento de imágenes para incluso observar figuras no visibles al ojo humano. Con base en su experiencia en la documentación y tratamiento digital de imágenes rupestres9, Martínez ofrece un detallado análisis de algunos paneles con policromía y sugiere que tal vez la mayor cantidad de pinturas en rojo no responde a una elección cultural, es decir a una preferencia de los artistas por el color rojo, sino a un proceso de conservación diferencial, que culminó en la degradación de otros colores como el negro o el blanco. Si esta hipótesis llegase a comprobarse tendría serias consecuencias sobre cualquier intento de “lectura” o interpretación de las pinturas de esta región puesto que ella solo tendría lugar sobre una porción de lo que fue originalmente pintado.
La segunda razón por la cual se ha acrecentado la investigación sobre el arte rupestre en Colombia en los últimos años se relaciona con los virajes teóricos de la disciplina arqueológica. Es un hecho que la arqueología procesual noratlántica, salvo contadas excepciones10, no prestó demasiada atención a aquellos objetos arqueológicos que no estuvieran dentro de la esfera de los correlatos tecno-económicos. Una suerte de desesperanza en la posibilidad de utilizar el arte rupestre como indicador de procesos socio-culturales invadió las tradiciones arqueológicas situadas bajo el espectro del procesualismo noratlántico, por lo que hubo que esperar a que dicha arqueología fuera, o bien temperada11 o descartada, para que los arqueólogos volvieran sus ojos sobre este tipo de objetos arqueológicos. Con el advenimiento de las arqueologías posprocesuales, el arte rupestre no solo volvió a ser tenido en cuenta sino que incluso adquirió una inusual centralidad. La flexibilidad propia de algunas de las corrientes más extremas del posprocesualismo permitió que sobre un conjunto de rocas con arte se dijera casi cualquier cosa12. Al margen del posprocesualismo desbordado, algunas corrientes teóricas se han tomado más en serio el análisis riguroso del arte rupestre como vía para el entendimiento de los sistemas de significado prehistórico. Tal vez una de las más populares es la denominada arqueología del paisaje, que por razones apenas lógicas utiliza el análisis locacional del arte rupestre como una herramienta fundamental en la comprensión de los sistemas socio-culturales. Por ende, por la vía de la arqueología del paisaje, el arte rupestre parece interesar de nuevo a los arqueólogos colombianos quienes en la práctica habían abandonado este campo de estudio con el advenimiento de la formalización profesional13.
Este libro contiene dos artículos que se identifican como herederos teóricos de la arqueología del paisaje. En primer lugar se encuentra el artículo “Los petroglifos como notas de una sinfonía visual. El paisaje prehispánico en Támesis, Jericó y Pueblorrico (Antioquia)”, escrito por Alba Nelly Gómez y Franz Flórez. Estos autores proponen explorar la relación entre petroglifos, viviendas y sitios de enterramiento a través de diferentes períodos arqueológicos. Tres aspectos merecen ser resaltados de esta búsqueda. En primer lugar, el ímpetu mismo de la empresa que pretende comprender cómo se materializan en el paisaje diferentes significados. En segundo lugar, el que esta empresa involucre el arte rupestre como objeto arqueológico y lo ponga en diálogo con otros más. Y, por último, el uso congruente de juegos de datos robustos y extensos (96 rocas con petroglifos, 160 áreas de vivienda y 93 áreas funerarias), que permite la identificación de patrones distribucionales y por ende formular relaciones sólidas entre estos objetos. En suma, la apuesta de Gómez y Flórez atiende aquel llamado que hiciera Carl Langebaek en 1996, respecto a la necesidad de ser proactivos, de arriesgarse por terrenos antes no transitados14.
El segundo artículo que reconoce una deuda teórica con la arqueología del paisaje es “Arqueología y arte rupestre en el paisaje del Tolima”, escrito por César Velandia, Jhony Carvajal y Daniel Ramírez. Si se pudiese definir el artículo de Gómez y Flórez como parte de un análisis de corte regional, el artículo de Velandia, Carvajal y Ramírez podría catalogarse como uno de tipo macro-regional. Apoyados en una perspectiva que hunde sus raíces en el estructuralismo, del cual César Velandia ha sido un sólido exponente durante varios años15, los autores exploran conexiones entre áreas lejanas para integrar lo que denominan “el complejo alucinógeno”, materializado a través de la recurrencia de un grafema que tal vez representa figuras de hongos. Las conexiones propuestas por Velandia, Carvajal y Ramírez son en extremo sugerentes, provocativas si se quiere, y por ende invitan a su discusión.
Al tiempo con esta nueva mirada al tema por parte de los arqueólogos, ha venido operando toda una suerte de alianzas entre ellos y diferentes especialistas formados en distintos campos de las ciencias naturales. Es obvio que esta situación no es nueva y hace parte de la esencia misma de la arqueología, que nació en Occidente como producto de la aplicación de las ciencias naturales al registro arqueológico16. Lo que sí es novedoso, para el caso colombiano, es que es pecialistas situados en distintas orillas del conocimiento converjan en torno a preguntas de corte fundamentalmente antropológico. Es claro que los pioneros de la investigación del arte rupestre colombiano propusieron toda suerte de teorías y explicaciones basados más en la intuición que en el uso de técnicas o métodos científicos, por lo que su validez podía ser cuestionada con facilidad17. Con la paulatina utilización de técnicas provenientes de las ciencias naturales se van desmontando los postulados clásicos sobre el arte rupestre y la historia de la investigación sobre el tema termina siendo nada más que un asunto anecdótico. Por poner solo un ejemplo, los estudios realizados desde la década de los ochenta del siglo pasado demostraron que las pinturas rupestres de color rojo fueron en esencia elaboradas con óxidos ferrosos, mas no con sangre como llegó a ser postulado por algunos reputados investigadores como Wenceslao Cabrera18.
En razón a que parte de la importancia del tema que nos convoca en este libro es justamente la particularidad del soporte sobre el cual se ejecutó, son fundamentales los estudios sobre las rocas en que se pintó o grabó en época prehispánica. Y quiénes más si no los geólogos para trabajar de la mano con los arqueólogos. Claro ejemplo de ello es el artículo “Caracterización de soportes de estaciones rupestres en el cañón del Chicamocha”, escrito por Clara León, Daniel Barón y Mónica Giedelmann Reyes. La caracterización de los soportes rocosos en la zona del cañón del río Chicamocha, muy conocida por la presencia de arte rupestre polícromo en abrigos rocosos, muchas veces de difícil acceso, permitió a los mencionados investigadores sugerir algunos patrones de selección por parte de los ejecutores de las pinturas rupestres. Aunque es obvio que la selección de sitios para ser pintados en modo alguno es aleatoria o caprichosa, no ha sido fácil para los investigadores determinar cuáles fueron precisamente los criterios de selección de los soportes. En este artículo León, Barón y Giedelmann proponen que tal vez dicho criterio tuvo que ver con la resistencia a la meteorización de las rocas, o dicho en términos más sencillos, los ejecutores seleccionaron rocas que facilitaran la perdurabilidad de las pinturas. Este tipo de conclusiones supone implicaciones mayúsculas para las explicaciones sobre la función del arte rupestre, en la medida que comprueba, contrario a toda una decantada tradición teórica, que las intenciones de los ejecutores no se circunscribieron a la elaboración misma y que ellos tuvieron una clara intencionalidad en su preservación, o al menos en su uso posterior.
Paralelamente a las conclusiones de carácter académico, el artículo de León, Barón y Giedelmann introduce una problemática de creciente importancia en el país: la conservación del arte rupestre. Como cualquier otro objeto arqueológico, el arte rupestre es frágil. Casos como los de la famosa cueva de Altamira en España, a saber uno de los sitios en el mundo donde más se han estudiado, discutido e implementado medidas de conservación del arte rupestre, develan con claridad la poca capacidad humana para detener el deterioro natural del patrimonio arqueológico. En parte, la carencia de medidas de protección de los sitios con arte rupestre se debe a los pocos estudios técnicos, tanto del soporte como de las pinturas mismas. En suma, no se conoce lo que se quiere preservar. En este sentido, estudios en la dirección propuesta por León, Barón y Giedelmann son útiles en la medida que permiten trazar estrategias de protección con base en las condiciones propias del objeto que se pretende conservar.
En muchas ocasiones el deterioro natural del arte rupestre es exponencialmente potenciado por factores antrópicos. A diferencia de otros objetos arqueológicos ocultos bajo el suelo, la exposición del arte rupestre lo hace en especial susceptible a ser alterado por parte de los seres humanos. Podría presentarse una larga y dolorosa lista de formas de alteración humana al arte rupestre, la cual contrasta de manera considerable con las acciones que pueden ejecutarse para su preservación. Uno de los casos tristemente emblemáticos, en la medida que conjuga la falta de políticas de preservación o la formulación de políticas erróneas, con toda suerte de alteraciones a los conjuntos pictóricos, es el denominado “Parque de las Piedras de Tunja” en Facatativá (Cundinamarca)19. Y es justo en este parque donde se han ensayado algunas de las acciones encaminadas a la restauración de las malogradas pinturas rupestres. A propósito de este caso, María Paula Álvarez, sin duda la restauradora con mayor experiencia en la intervención del arte rupestre en Colombia, presenta el artículo “Reflexiones en torno a la conservación de las manifestaciones rupestres del Parque Arqueológico de Facatativá”. En dicha reflexión, María Paula expone los criterios que guiaron las intervenciones en algunas de las 65 rocas pintadas allí existentes y con ello abre la puerta a la discusión técnica sobre los criterios, procedimientos y protocolos que deberían seguirse en otros lugares. Es esta una muestra más de los desarrollos en el estudio del arte rupestre que son posibles gracias a la activa participación de especialistas provenientes de campos diferentes a las Ciencias Sociales.
A propósito del caso de “las piedras de Tunja”, persiste la necesidad de comprender los móviles que propician que la gente altere las pinturas rupestres, aun a pesar de su visibilidad. Al respecto se han esbozado explicaciones facilistas que enmarcan los grafitis en una nueva forma de significación, tan válida como las pinturas prehispánicas, u otras que despachan el asunto calificándolo de vandalismo. No obstante, en mi artículo “Arte rupestre como patrimonio: un objeto visible ‘invisibilizado’” trato de abandonar las cómodas explicaciones sobre el vandalismo del arte rupestre y mediante un estudio histórico y sociológico, busco entender por qué la gente raya el arte rupestre, incluso a pesar de que en apariencia lo está viendo. Las razones que expongo tienen sus raíces en la época misma de la conquista y se acentúan a través de ulteriores procesos socio-históricos enmarcados en las concepciones de los “objetos de indios”.