Loe raamatut: «Las manifestaciones artísticas en el ámbito prehispánico»
Índice
Prólogo
La didáctica del arte prehispánico y sus interpretaciones: una visión desde una licenciatura en Historia del Arte
Jessica Marcelli Sánchez
Historiar las artes escénicas del imperio azteca
Martha Julia Toriz Proenza
El sonido humanamente organizado del occidente de México en la época prehispánica
Iván josé Pelayo sánchez
Las traducciones de Nezahualcóyotl al español
Alfredo Hermosillo López
De las herencias musicales del México prehispánico
Ernesto Cano Lomelí
Aerófonos prehispánicos. Diversidad sonora en el occidente de México
Cristóbal M. Durán Moncada
La producción artística en la tradición de las tumbas de tiro
Paulina Ultreras Villagrana
La elasticidad de la memoria de las danzas aztecas
angela Renée de la Torre castellanos
Prólogo
Jessica Marcelli Sánchez
La presente publicación surge a partir de la inquietud por complementar los estudios referentes a las manifestaciones artísticas que se desarrollaron en el periodo prehispánico y que pueden aportar elementos para el análisis de la historia del arte. Las divergencias que surgen en las metodologías para la investigación y la exposición de las expresiones prehispánicas arrojan numerosas maneras de acercamiento y sobre todo una diversidad en las disciplinas complementarias para su análisis. La iniciativa es la de presentar un trabajo en conjunto para establecer un diálogo interdisciplinario en donde se propongan diversos acercamientos respecto a las prácticas y manifestaciones en el periodo que precede a la historia colonial.
La publicación se propone como un valioso ejercicio para recoger información relevante en el área artístico y cultural de la etapa prehispánica, poniendo particular atención a las manifestaciones intangibles como la música, el teatro, la danza y la literatura. Se analizaron varias propuestas para presentar un marco que incluyera la riqueza artística prehispánica desde diversos puntos de vista y representaciones. Los trabajos que se reúnen están a cargo de especialistas en las áreas humanísticas y artísticas y se enfocan en aspectos únicos, bajo un amplio contexto y proceso histórico. Cada investigador aporta desde su propia experiencia sus puntos de vista sobre el estado actual y los posibles escenarios futuros de las ramas de su conocimiento.
Las investigaciones compiladas constituyen una fuente importante para complementar los estudios y la didáctica de dicho periodo en la historia del arte. La música y sus instrumentos, el teatro y la teatralidad, los rasgos artísticos fúnebres, la danza azteca, la literatura y la didáctica del arte prehispánico, son algunas de las temáticas que reúnen a los especialistas a integrar sus investigaciones a los ojos de una problemática vigente. La inclusión de los estudios musicales y teatrales en el contexto prehispánico, plantea la necesidad de ofrecer vertientes de estudio y diversas líneas de investigación para fomentar la participación en la investigación y la propuesta de nuevos estudios entre los estudiantes y académicos.
“Las manifestaciones artísticas en el ámbito prehispánico” valora las particularidades de las culturas ancestrales y propone el seguimiento de su tradición, mostrando distintos enfoques y temáticas que siguen esperando ser rescatadas y estudiadas. La publicación es una invitación a trazar un equilibro entre el arte y la historia para centrar a los interesados en la disciplina en historia del arte y afines, a establecer diversas propuestas de estudio y cooperación académica.
La inclusión del arte prehispánico dentro de los estudios de la Historia del Arte arroja varios detalles por precisar, sobre todo en el sentido de los límites de la necesaria multidisciplinariedad que conlleva su revisión. Las limitaciones entre la arqueología y la antropología, por nombrar algunas de las ciencias que primeramente reinaban en dichos terrenos, dejan un vacío metodológico que necesita replantearse. En este sentido, el recorrer la dinámica que ha seguido el arte prehispánico en la historia del arte es el planteamiento que propongo con mi participación en la presente publicación.
Los primeros acercamientos al arte fueron propuestos por los antropólogos, los cuales complementaban al mismo tiempo las visiones y primeras conclusiones de los arqueólogos. Al momento de integrarse al campo de lo prehispánico, no queda claro el tipo de camino que debería de conferir al historiador del arte, tema que en varias ocasiones puede representar un problema en la didáctica de la historia del arte.
En estas páginas se encuentra la valiosa contribución de la doctora Martha Julia Toriz Proenza, investigadora y académica del Centro Nacional de Investigación y Documentación e Información Teatral Rodolfo Usigli - (CITRU), en la Ciudad de México. Su propuesta representa una investigación de gran interés que aborda una temática poco estudiada hasta el momento, el teatro y la teatralidad en los tiempos prehispánicos. Bajo el título “Historiar las artes escénicas del imperio Azteca”, ella presenta un rico panorama sobre la realidad del teatro prehispánico y en el cual se despejan varias dudas sobre la misma temática. El trabajo de la investigadora propone un análisis introductorio bastante completo, sobre los conceptos, distinciones y clasificaciones del teatro prehispánico, mismo que tiene su origen conceptual en el terreno occidental. Es por esta razón que resulta de gran interés, ya que a través de varios ejemplos y minuciosos estudios, logra establecer un vínculo, así como interesantes analogías, entre los conceptos del teatro occidental y el presentado en las culturas prehispánicas ancestrales. La doctora Toriz Proenza señala cómo, a través de una perspectiva general, los factores que contribuyen a hacer del teatro un recurso cultural y social de gran importancia se relacionan con una serie de representaciones simbólicas en escenarios, de intérpretes, de vestuarios, sonidos y palabras.
El teatro prehispánico entraría en la definición occidental sobre la exaltación de códigos visuales y auditivos intencionalmente preparados para producir en los espectadores determinadas reacciones. Desde este punto de vista, la teatralidad mexicana cumpliría los requerimientos, ya que había un entrenamiento de los participantes; se trataba de fiestas presentadas a un público, había un tiempo y un espacio distintos a la cotidianidad, un imaginario del escenario, objetos, instrumentos musicales, voz, indumentaria, vestimenta especial, maquillaje, una comunicación con el público y una dramatización por vías que trascienden la razón.
El panorama musical y la diversidad de los instrumentos prehispánicos es tratado de manera magistral por el profesor e investigador, el maestro Ernesto Cano Lomelí, autoridad en lo que a estudios prehispánicos se refiere. Bajo el título “De las herencias musicales del México prehispánico”, hace énfasis en la importancia que despliega la ubicación espacial de los instrumentos musicales al momento de interpretar su función y significados. Dicha localización representa una de las partes más importantes para su entendimiento, siendo la arqueología su aliada y fuente preciosa para la comprensión de los hallazgos que muestran la variedad de instrumentos musicales que los indígenas tenían. De esta manera, el trabajo multidisciplinario que resulta entre el arqueólogo y el músico rinde importantes frutos y contribuciones a la historia del arte.
La experiencia del maestro Cano permite ver la posibilidad de avanzar y crear nuevos puertos de estudio en una temática tan ancestral como lo constituye la música prehispánica, todo sin minimizar el aspecto académico que el tema requiere. Su trabajo es una muestra clara de la seriedad en la investigación histórica dentro los ámbitos artísticos y culturales, que en ocasiones tiende a perderse en mitos y creencias sin fundamentos históricos. Sin duda, el aporte del maestro Cano Lomelí despertará el interés y la admiración que los años de investigación le ameritan.
Siguiendo la misma temática e incursionando en los terrenos de lo tangible, la doctora Paulina Ultreras introduce al tema de la “tradición” de cierto tipo de entierros funerarios centrando su estudio en la producción artística que presentan. En “La producción artística en la tradición de las tumbas de tiro”, la autora toma como referencia el trabajo de varios arqueólogos reconocidos en la temática tales como Weigand, Beekman y Townsend, y considera al arte como el eje principal en sus investigaciones. En su propuesta, la autora no pierde de vista el contexto social y económico, mismo que implica la producción artística de la tradición de las tumbas en relación a la vida social. Con base en esto da cuenta del hecho de que de las artesanías encontradas en el territorio de occidente de México, más que mostrarnos un panteón de dioses ancestrales, hablan directamente de la vida cotidiana de la sociedad y del alcance del comercio practicado. La investigadora, además de considerar las características materiales de los objetos encontrados en los sitios arqueológicos, incursiona en el contexto de la producción artística, utilizando la disciplina antropológica. Más que hablar de los aspectos técnicos y materiales de los objetos, nos invita a comprender y reconstruir el imaginario del pasado prehispánico por medio de las artesanías. La doctora Ultreras comienza dibujando el contexto de la arqueología en las ciencias sociales como base de la tradición arqueológica que se practica en México y la relevancia que adquiere la misma disciplina en el país. Sin duda, el estudio de ella representa una importante contribución en la temática artística prehispánica.
La música prehispánica y su instrumentalización enfocada al espacio geográfico del occidente de México forma parte de la investigación que presenta el maestro Cristóbal Durán Moncada, a la par de los estudios y las excavaciones arqueológicas. Su contribución es esencial para los avances en cuanto al escenario musical prehispánico se refiere. “Aerófonos prehispánicos: diversidad sonora en el occidente de México” constituye un seguimiento y valoración para una clasificación en el estudio de los instrumentos implementada desde el siglo XX. La clasificación propuesta marca una división en cuatro grandes familias: los idiófonos, cordófonos, aerófonos y por último los membranófonos. Él hace una interesante revisión basada sobre un gran número de registros de instrumentos, la mayoría con una procedencia de museos y colecciones privadas, haciendo énfasis en los vacíos que faltan por cubrir en esta amplia rama del conocimiento. El investigador realiza el análisis sobre la clasificación y tipología de los instrumentos prehispánicos tomando en cuenta la región de la que provienen y considerando a la misma como el detonante que marca un tipo de simbología precisa.
La investigadora Renée de la Torre presenta un fresco y valioso trabajo centrado en el ámbito de las prácticas simbólicas que se relacionan con la tradición, la memoria y el movimiento presente en la danza azteca. “La elasticidad de la memoria en las danzas prehispánicas” representa una interesante propuesta en la que, con un enfoque contemporáneo, ella presenta una visión alterna sobre la estrategia metodológica que conlleva el fenómeno de translocalización y relocalización de las danzas rituales aztecas. La investigadora realiza un amplio recorrido sobre los aspectos autóctonos y las diversas reinterpretaciones guiadas por las influencias occidentales y externas como sabidurías universales. La participación de la doctora ofrece una reflexión crítica sobre las dificultades para delimitar el terreno de estudio frente a un objeto cambiante. Renée de la Torre propone nuevas estrategias de investigación para abordar un tema que supone una larga trayectoria histórica y las disciplinas que ayudan a examinarlo, así como el establecer los vínculos y las limitaciones en los procesos de asimilación de las características fundamentales y las tradiciones que ellos conllevan.
El doctor Iván Pelayo presenta un artículo que aborda diversos planteamientos en torno al estudio del “sonido humanamente organizado” en la época prehispánica a partir de un enfoque multidisciplinario que abarca la antropología, la etnomusicología y la cultura material desde la arqueología. El simbolismo y el folclore son el hilo conductor de entre estas disciplinas. “Reflexiones para el estudio del sonido humanamente organizado, iconografía, performance, organología y la cultura material arqueológica musical en la época prehispánica” representa una introversión en torno a la cultura material musical en el instrumental prehispánico, así como la problemática respecto a piezas arqueológicas, iconografía y los materiales para la construcción de los aerófonos y las consideraciones respecto a la elaboración de instrumentos musicales. Para Pelayo, dichos instrumentos, además de ser patrimonio tangible, son también una muestra de patrimonio intangible por las resonancias únicas que llegaron a emitir estos mecanismos. El autor plantea la problemática en torno a la escasez de los registros de la ejecución musical por falta de un medio conocido de registro de la misma. Por falta de vestigios en las representaciones pictóricas, el autor incursiona en el estudio de una amplia iconografía en cerámica tridimensional sobre representaciones de la vida diaria y de músicos ejecutando instrumentos musicales, instrumentos que los propios músicos realizaban de acuerdo con los elementos que se encontraban en su territorio manteniendo una estrecha relación entre artesano y ejecutante musical. Lejos de un estudio de formas, el investigador contextualiza la producción de sonido, sin dejar de lado el contexto cultural de las sociedades creadoras de este tipo de objetos.
La colaboración del maestro Alfredo Hermosillo, “Las traducciones de Nezahualcóyotl al español”, nos brinda un panorama general sobre la historia de las traducciones de los poemas de Nezahualcóyotl a la lengua española. En este interesante artículo, el autor analiza la evolución de la recepción y la traducción del rey poeta de Tezcoco en la lengua castellana, así como los cambios que presenta la misma a lo largo de los siglos. Para ello, el autor ofrece un estudio sobre el contexto en que se inserta cada traducción para lograr que el lector identifique los diversos factores determinantes, como lo son la cultura, los gustos estéticos, la censura, las ideas políticas, los criterios editoriales, entre otros. El traductor de textos es, podría decirse, un ser histórico capaz de contextualizar el presente a través de determinados manierismos sometido por el espíritu de su tiempo, por lo que la obra de Nezahualcóyot es precursora del cristianismo en Hispanoamérica para después pasar a ser digna representante del existencialismo en el siglo XX. De esta manera, el investigador presenta una breve muestra comparativa de las diferencias estilísticas de las diversas versiones que existen. Así también, el autor da cuenta del hecho de que en la actualidad las traducciones al español de Nezahualcóyotl son aún descuidadas y fragmentarias. Sin duda, la valiosa participación del maestro Hermosillo completa el panorama artístico del mundo prehispánico y sus manifestaciones.
La didáctica del arte prehispánico y sus interpretaciones: una visión desde una licenciatura en Historia del Arte
Jessica Marcelli Sánchez
CUTONALÁ / Universidad de guadalajara
El presente artículo surge a partir de la observación de las virtudes y deficencias de las primeras generaciones de la licenciatura en Historia del Arte de la Universidad de Guadalajara, en específico de la materia de Arte Prehispánico. Dicha licenciatura se oferta por primera vez en la Red Universitaria y exige una atenta revisión de los resultados de los primeros grupos de egresados y su respuesta a los actuales planes de estudio. Por tal motivo, es necesario analizar los factores que causan dificultad en el aprendizaje para su posterior modificación, si fuera el caso pertinente. En el presente apartado no se pretende hacer un análisis sobre la historia del arte prehispánico, sino en encontrar las rutas y pautas más convenientes a seguir por los estudiosos y los docentes de la materia a nivel de pregrado, así como las dificultades que se han presentado en su estudio.
La materia de Arte Prehispánico resulta una parte fundamental en los programas académicos de las licenciaturas de Historia del Arte a nivel nacional, así como en la proyección internacional que pretende conformar. Al estudiar las expresiones artísticas a través de su trayectoria histórica, los pasos por recorrer en el arte prehispánico son largos y es necesario dedicar varios años para analizar el contexto histórico y cultural que ayudará a identificar y entender ciertas manifestaciones artísticas. Del mismo modo, es necesario establecer parámetros de estilos basados en la repetición de técnicas y formas según la zona geográfica en específico, como lo han planteado con anterioridad algunos estudiosos.1
El estudio del arte prehispánico es importante para ayudarnos a sentar una base, comprender y dar valor a nuestro pasado y al mismo tiempo evocar su importancia al presente. Las manifestaciones artísticas prehispánicas resultan imprescindibles para el estudio histórico–artístico, aunque aún en la actualidad es difícil disfrutarlas sin los esquemas que requieren un contexto cultural por entender. Los rasgos pendientes por analizar en dichas manifestaciones hacen al espectador ubicarlas con mayor facilidad en un museo de corte antropológico que disfrutarlas en un museo como obras de arte. Son obras que se admiran por su complejidad cultural, más que por su estética.
Sin embargo, la inclusión de arte prehispánico, a nivel de pregrado en historia del arte, supone un problema inicial: los estudiantes no cuentan con las bases necesarias propias del contexto histórico y cultural pertinentes para analizar de manera puntal las manifestaciones artísticas prehispánicas que suponen ser vistas en los primeros semestres. A nivel de posgrado, cuando se han madurado los contextos históricos y culturales del periodo prehispánico, resulta más sencillo un acercamiento a los aspectos artísticos de las manifestaciones, acercamiento que conlleva un alto grado de dificultad a nivel de pregrado.
Sobre la temática, la estudiosa Beatriz de la Fuente refiere que durante el desarrollo de la materia en la Ciudad de México se buscaron diferentes enfoques para tratar de explicar las obras de arte, que en sí mismas se constituían como obras históricas.2 Del mismo modo, los enfoques para explicar dichas obras de arte fueron obligadamente en su primer momento de corte arqueológico y antropológico, para después analizar su parte artística.
Es por esto que el docente deberá de contar con el apoyo de otras disciplinas que amparen su objeto de su estudio y que no se limiten a las artes plásticas, como lo son la arqueología y la antropología, por nombrar algunas. Del mismo modo, el docente enfrentará la problemática de identificar las manifestaciones que entran en la categoría de arte, de aquellas que se han ganado su lugar en la historia como objeto de culto, de aquellas que son de uso cotidiano, de aquellas llamadas artesanías, es decir, de una amplia gama de expresiones culturales. Delimitar las fronteras que deben existir en el estudio multidisciplinario y definir parámetros precisos para establecer qué es arte y qué no lo es, serán cuestiones por enfrentar y analizar al momento de impartir dicha materia.
Para el docente es necesario seleccionar la metodología y las herramientas que serán las indicadas a utilizar en su estudio y, sobre todo, definir las fronteras entre las diversas disciplinas. Se trata de crear un equilibro que reconozca la postura del historiador del arte. Sin duda, la arqueología, la antropología e incluso la paleontología serán indispensables para estudiar el arte prehispánico, pero la cuestión sería ¿hasta qué punto el historiador del arte es o debería ser autónomo en su estudio?
Beatriz de la Fuente, por ejemplo, deja en claro que el arte prehispánico sirve para comunicar no sólo experiencias estéticas, sino para apreciar que un producto humano se constituye por sí mismo en una obra histórica. Lo anterior significa que la obra de arte guarda y transmite mensajes de acuerdo con una estructura convencional, codificada y reconocida por el pueblo que le dio origen.3 Queda claro que los mensajes se van a transformar con el paso del tiempo, en la medida que nuestra sociedad y preceptos cambian, por lo que el uso de diversas materias se vuelve vital.
El empleo de otras disciplinas para el estudio del arte prehispánico ayuda a definir la cuestión sobre las fronteras entre los que se consideran objetos artísticos y los objetos utilitarios dentro de todo un contexto histórico y cultural. Sobre esto, un historiador del arte debe definir hasta qué punto un objeto que nace para servir al humano en fines específicos y con una función diversa a lo estético, cambia su lógica funcional para convertirse en una obra de arte y, en el caso de la didáctica, establecer un tiempo para debatirlo en clase. Así como un objeto en su entorno original puede tener un valor de uso cotidiano o un valor de uso ritual, al momento en que pasa a otro medio se convierte en un objeto artístico. Tal es el caso de las piezas prehispánicas sacadas de su contexto, utilitario por ejemplo, y que al ser expuestas en un museo se transforman en artísticas.
Es difícil marcar las constantes que denoten los estilos en expresiones materiales, y además, en aquellas manifestaciones que superan las artes plásticas. En la música, por ejemplo, podemos basarnos en la diferenciación que provocan los instrumentos realizados con distintos materiales, no obstante faltarían datos para poder hablar de estilos musicales propios y evitar caer en generalizaciones. La misma problemática la encontramos en el teatro prehispánico, el cual para su estudio debemos situarlo en una lógica comparativa con el teatro europeo, aunque las representaciones tuvieran otros fines rituales y diferentes características.
Para definir fronteras y marcar constantes es necesario mucho tiempo de clase, considerando que en la licenciatura en Historia del Arte presupone en su programa únicamente un semestre para dicha materia. Por tal motivo, concuerdo con la visión sobre la comprensión del pensamiento visual indígena que presenta César Sondereguer y su propuesta sobre la necesidad de establecer una clasificación sobre la estética prehispánica y su llamado a reconocer la falta de un enfoque fenomenológico de la estética que integre “concepto, diseño, morfología, plástica y comunicación”.4 El autor sostiene la necesidad de examinar los fundamentos ideológicos, temáticos y estéticos que revelarían el contenido integral de la obra plástica. Dicho análisis daría más frutos que el apegarse sólo a un contexto histórico y cultural, y resultaría más sencillo para los fines didácticos que se busca satisfacer.
Siguiendo esta lógica, y considerando que el estudio del arte prehispánico a nivel de pregrado no cuenta con el tiempo suficiente para revisar exhaustivamente el contexto histórico y cultural de las culturas, una metodología para el arte material podría ser la anteriormente planteada por Sondereguer, es decir, en primer término observar la materia y, después, el grado o forma de la intervención humana. La intervención a la pieza por manos humanas podría plantearse como la búsqueda de una solución a una necesidad, sea ésta utilitaria, ritual o estética o incluso a todas ellas. Si el historiador del arte se enfoca al análisis morfológico del objeto prehispánico, es pertinente hacer alusión a los valores que porta el objeto, más allá de la materia en que fue realizado, como lo señalarían los estudios arqueológicos. El objeto podría revelar diferentes aspectos como documento “no textual” y sería posible encontrar, a partir de su apariencia, valores utilitarios o estéticos. Por otro lado, se podría apreciar como bien cultural portante de valores simbólicos e identitarios. El historiador del arte podría enfocar su análisis en dichos valores y podría lidiar con la falta del estudio a fondo histórico de la cultura perteneciente.
Si analizamos un objeto material desde la perspectiva de la imagen, podría observarse como material iconográfico en lo relativo a sus cualidades morfológicas: proporción, textura, color y estructura por un lado, y por otro, por las formas que representa en su volumetría o en las pinturas y grabados de la superficie, ya sean figurativas o abstractas. De esta manera se pueden analizar las piezas desde diferentes perspectivas, ya sea sobre la técnica empleada o por su carácter utilitario. El análisis de las técnicas permite conocer el estado de desarrollo material alcanzado por un grupo social en determinada época. El carácter utilitario determinado por los contextos cotidianos o rituales, se puede deducir de la ubicación del objeto y de la relación entre objetos.5
Sin una clasificación delimitada se deducirán las interpretaciones de las obras por su valor simbólico, por el lugar donde fueron encontradas o por las formas que, a nuestro modo de ver, parecen llenas de un valor estético. Por sus características podemos deducir e interpretar una intención simbólica, probablemente religiosa o propiciadora de efectos relacionados con el bienestar humano. Así mismo, podemos deducir el simbolismo de acuerdo con el análisis de las formas utilizadas, ya sea zoomorfas o antropomorfas.
Al hablar de deducciones podemos asumir que el historiador del arte, al carecer de una clasificación regulada de conceptos estéticos para la parte prehispánica, puede caer en amplias y quizás erróneas clasificaciones. En el panorama actual, y apoyado por la actual bibliografía, resulta evidente la carencia de conceptos estéticos propios para el arte prehispánico que avalen la utilización de términos para su análisis crítico. Para el correcto desarrollo de la materia a nivel de pregrado y buscando definir las mejores rutas didácticas sin el amplio contexto histórico y cultural que requiere el tema, resulta necesario crear un una propuesta para un lenguaje coherente en dicho ámbito para su correspondiente uso iconográfico. En otras palabras, se requiere la realización de un glosario, para establecer parámetros generales a nivel cualitativo que sirvan de patrón para la materia.
De esta manera, la historia del arte puede acercar al observador a un equilibrio entre la estética y la historia, uniendo sus conceptos y métodos para aplicarlos en la apreciación de las manifestaciones artísticas. Delante de una pieza plástica, una expresión musical, una representación de danza o teatro se pueden interpretar a través del simbolismo que encierran, desde nuestra perspectiva actual.