La sexualidad en el siglo XXI

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La sexualidad en el siglo XXI
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La sexualidad en el siglo XXI La elección del sexo

SALTA - TUCUMÁN - SANTIAGO DEL ESTERO - JUJUY La sexualidad en el siglo XXI La elección del sexo

San Salvador de Jujuy - 2018

NOA DEL IOM2

Índice de contenido

Portadilla

Legales

Presentación, Manuel Zlotnik

Argumento, Silvia Ons

APERTURA. La infancia: tiempo de elecciones, Andrea Blasco

INFANCIA Y ELECCIÓN

¿Qué lugar para la sexualidad de los sujetos niños y adolescentes en la escuela? Marcela Hessling

Una niña trans, una “elección preferencial”, Ana Rosa Cóncaro

Algunas reflexiones sobre la infancia trans, Liliana Oteo

FORMAS DEL OBJETO

Lo universal y lo singular: algunas puntuaciones sobre la ciencia y el psicoanálisis, Daniela Villalba

El sentido matemático. ciencia y técnica: formas del objeto, Aníbal Tejerina

SEXUALIDAD, LEY Y DERECHO

Ley de identidad de género y sus implicancias desde el psicoanálisis, Marcela Hessling y Candela Yarade

El lugar político del psicoanálisis frente a la construcción de la transexualidad: implicancias subjetivas de la Ley de Identidad de Género, Gabriela Ferreyra

La sexualidad en la encrucijada actual, Antonio Ramón Gutiérrez

CUERPO, PULSIÓN, SATISFACCIÓN

La “elección” del sexo y las coordenadas de la sexualidad en el siglo XXI, Sebastián Ibáñez

Lo homosexual en análisis, Rosana Aldonate

SEXUALIDAD SIGLO XXI, LA ÉPOCA

Lacan se alegra de Rabelais, Luis Manuel Seiffe

De la tolerancia a la segregación y retorno, Walter Caravotta

¿Cómo es posible que no estemos todos tristes? Solange Garijo, Marcela Hessling y Maira Rivainea

¿Qué cambió en el siglo XXI? Silvia Torres

“Tiresias entre dos sexos” Fiorella Garnero

Juventud y belleza, ¿divinos tesoros? Gabriela Alluz

Entrevista a una mujer trans, Nilda Coronel

Comentario sobre la entrevista, Silvia Ons

SEXUALIDAD SIGLO XXI

La paradójica elección del tóxico como el partenaire de la época, Miguel López

Tradición y goce, Francisco E. Ruiz

La sexuación y el error, Andrea Fénik

¿La denuncia en el lugar del consentimiento? Patricia Soto

…continúa SEXUALIDAD SIGLO XXI

Lo imperativo del goce, Ricardo E. Gandolfo

El imperio del sentido y la asunción de un sexo, Diego Gareca

CON-FE-SER, Sergio Higa

¿Tercera revolución sexual? Cynthia Molinari

GÉNERO Y NOMINACION

Paciente transexual: entre el nombre propio y el órgano, Marta Pagano

Lo que la identidad de género no le debe al psicoanálisis. Feminismos, Elvira Escalante

Falo y cogitación, Eduardo Núñez Campero

Desobedecer, el deseo femenino más allá de las normasAnálisis de la película Desobediencia de Sebastián Lelio (2017), Miriam Basbús

LO FEMENINO Y SUS CONSECUENCIAS

Mujer no se nace, se hace Puntuaciones sobre el Seminario 11, María Laura Magadán

Vicisitudes del amor en un caso de homosexualidad femenina, Sonia Guijarro

Lo femenino y sus consecuencias, Silvia Robles

MESA DE DIÁLOGO. PSICOANÁLISIS Y OTROS DISCURSOS

Presentación, Silvia Salman

Ley de Educación Sexual Integral, Acciones que facilitan su difusión, tratamiento e implementación en la Escuela Secundaria C.P.A. (Centro Polivalente de Arte / San Salvador de Jujuy), Adriana Ponce

La sexualidad en el siglo XXI, Elección del sexo Punto de Vista Jurídico, Mónica Graciela Vilte

Sexo. Identificaciones, género y sexuación, Gustavo Stiglitz

CONFERENCIA DE CIERRE

La elección del sexo, Silvia Ons


Instituto Oscar MasottaLa sexualidad en el siglo XXI : la elección del sexo / compilación de Andrea Blasco. - 1a ed. - Olivos : Grama Ediciones, 2021.Archivo Digital: descargaISBN 978-987-8372-89-11. Clínica Psicoanalítica. I. Blasco, Andrea, comp. II. Título.CDD 150.195

© Grama ediciones, 2020

Manuel Ugarte 2548 4° B (1428) CABA

Tel.: 4781-5034 • grama@gramaediciones.com.ar

http://www.gramaediciones.com.ar

© IOM2, 2019

COMISIÓN ORGANIZADORA DE LAS XIV JORNADAS REGIONALES DE LOS CID DEL NOA

COORDINACIÓN GENERAL: Andrea Blasco

SECRETARÍA: Silvia Torres

TESORERÍA: Mariel Astier, Elsa Agostini

COMISIÓN CIENTÍFICA: Silvia Ons, Andrea Blasco, Sergio Higa, Silvia Torres, Liliana Oteo

COMISIÓN DE EVENTOS: Raúl Sánchez, Nilda Coronel

COMISIÓN PRENSA Y DIFUSIÓN: Sergio Higa, Alejandro López

DISEÑO DE AFICHE Y PROGRAMA: Alejandro López

COMISIÓN DE PUBLICACIÓN: Sergio Higa, Silvia Torres, Liliana Oteo, Elsa Agostini, María Silvia Sola, Nilda Coronel, Alejandro López, Andrea Blasco (Coordinación)

Digitalización: Proyecto451

Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del “Copyright”, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático.

ISBN edición digital (ePub): 978-987-8372-89-1

En memoria de nuestro querido colega y amigo

Luis Manuel Seiffe

Presentación Manuel Zlotnik (*)

La cuestión a pensar es la elección del sexo.

Hoy en día se puede cambiar la identidad de género si uno no está de acuerdo con la que le tocó.

El tema es por cierto muy interesante, porque desde el psicoanálisis, y muy especialmente a partir de Lacan, hay incidencia de lo simbólico en la naturaleza humana, al extremo que esa naturaleza se termina perdiendo, y el sexo por supuesto que también.

El ser humano, por estar en lo simbólico, pierde el sexo para tener que transitar por la sexualidad, que pasa a ser muy variable y polimorfa. J.-A. Miller, en una de sus tantas definiciones, nos dice que la sexualidad es una relación de un cuerpo sexuado con otro cuerpo sexuado. (1)

 

Cuerpo sexuado no es lo mismo entonces que identidad sexual, y aún así un cuerpo sexuado podría aspirar a una identidad sexual, podría ser su horizonte; lo interesante es pensar cómo podríamos arribar a ese horizonte.

En la ley de identidad de género somos libres de elegir, y en algún punto es así, porque si suponemos desde el psicoanálisis que la anatomía no es el destino, si pensamos al destino como algo prefijado de antemano desde lo biológico anatómico natural, entonces una elección puede modificar un destino, que el sujeto siga un rumbo más ligado a su goce y luego, por qué no, a su deseo; somos entonces una pluma al viento y no un destino prefijado.

El tema a reflexionar es el de la libertad, y de qué tipo de elección estamos hablando.

Desde la ley uno es libre de elegir de manera conciente su identidad sexual; pero sin embargo, desconfiamos de la elección del yo. No hay duda que una identidad sexual se puede elegir, sin embargo no es seguro que el yo pueda elegir bien.

Existe otro tipo de elección, la elección inconsciente, ya que la libertad de elegir es del inconsciente, hay que liberarlo y no reprimirlo, para que nos indique cuál es la elección; por eso la idea es que no elegimos el sexo, sino que el sexo nos elige, y el ser elegidos por el sexo implica un derrotero largo, traumático, siempre muy difícil de simbolizar para todos, y que a lo sumo finalmente se lo asume.

Aun así hay que estar advertidos, en tanto la identidad no agota el ser de cada uno y menos aún el ser sexual de cada uno, en tanto al ser tan versátil, polimorfa y cambiante, la sexualidad rebasa a la identidad, la excede.

De ahí la recomendación: con suerte accederemos a una identidad corta, como el lecho de Procusto, nunca va a encajar del todo con el ser de goce de cada uno.

Con esta presentación ustedes tienen el marco de las XIV Jornadas Regionales de los CID del NOA del IOM2 - 2018; en las páginas siguientes hasta el final encontrarán el contenido, un verdadero trabajo epistémico y clínico alrededor de un tema tan difícil, desconocido y actual; este libro es el fiel reflejo de un intenso trabajo de jornadas de intercambio entre colegas, transferencia de trabajo y affectio societatis.

*- Manuel Zlotnik es AP de la Escuela de la Orientación Lacaniana y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis. Director del CID-Jujuy.

1- Miller, J.-A., La fuga del sentido, Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 163.

Argumento Silvia Ons (*)

Estas Jornadas están orientadas a pensar desde el psicoanálisis a lasexualidad en el siglo XXI, siglo en lo que todo parece posible de ser elegido y el cuerpo es considerado un envase dispuesto a cambiarse por otro. La sexualidad lleva la impronta de cada siglo, y el cuerpo es también deudor de cada civilización. El siglo XIX tuvo en la biología una de sus grandes marcas que no fueron ajenas a Freud quien consideró que la anatomía es un destino. Bichat la creó como ciencia, cuando la botánica y la zoología la precedieron, Lavoisier y otros científicos dieron desarrollo a la física y a la química, y los naturalistas a la mutación en las especies. Si bien el siglo XX dio lugar a descubrimientos sin precedentes como la estructura del ADN entre otros descubrimientos, la impronta cultural tuvo un peso inusitado en la historia. Al promediar su reinado surgieron las teorías de género que plantean que la orientación sexual de una persona y su identidad o género son el producto de una construcción social. Así podemos decir que el siglo XX se presentó como una contraposición entre los planteos que consideran que la sexualidad está determinada biológicamente, y entre aquellos que sostienen que se trata de una construcción cultural variable de época en época.

El siglo actual ha hecho fenecer tal oposición ya que la ciencia se ha puesto al servicio de tal relativismo así como el derecho. Si las teorías de género afirman que no existen papeles inscriptos en la naturaleza humana y que el sexo queda liberado a la propia elección, la ciencia con sus técnicas apoyará tal supuesto. Y: ¿qué dice el psicoanálisis? Hay quienes pregonan que este es el término al que el psicoanálisis le ha dado suprema importancia y es por haber nacido en la época victoriana, ya perimida. Antes era objeto de represión, hoy de liberación. Tal concepción ignora que el hallazgo freudiano no es el de la sexualidad, ya antes considerada por la sexología sino el de su carácter ajeno al yo, su esencia díscola, excesiva, inapropiada no absorbible e imposible de satisfacer plenamente más allá de las épocas. Si la sexualidad ya nace en la infancia, y no se limita entonces a la genitalidad, ello dice también que surge cuando el sujeto no puede tramitarla psíquicamente, cuando no está preparado y esa marca inicial la sella para siempre. Dice Freud: “Creo, por extraño que suene, habría que ocuparse de que haya algo en la naturaleza de la pulsión sexual misma desfavorable al logro de una satisfacción plena” En este sentido no hay liberación sexual ya que nada libera a la sexualidad de este destino. Si Freud hablaba de su cultura en términos de represión, hoy podemos caracterizar la nuestra, a modo de Lacan, como de forclusión o rechazo ya que lo que se rechaza es este principio. Todo parece posible en términos de sexualidad y nada, en términos de economía. Las ofertas de consumo en este campo arrastran a los sujetos al sin límite: hay que experimentar nuevos placeres, incursionar en ámbitos no conocidos, vivir intensamente, explorar, no detenerse. La sujeción a lo que “debe hacerse” pone en cuestión a la ilusión de libertad que acompaña a la idea de que ya no hay restricciones. Lacan advirtió que la muerte de Dios deja al hombre expuesto a la orden de otro poder, revelado en los imperativos que lo sujetan. Ello se explica si tenemos en cuenta que el superyó de la época actual no deja de ordenar… gozar, y esa orden que se declama universal atenta contra los placeres singulares no regidos por tales imposiciones. Cuando las figuras que encarnan la autoridad entran en crisis, el sujeto se ve bombardeado en todo momento por ofertas continuas para que se pronuncie sobre lo que quiere. El peso de la elección parece estar en nosotros, pero ella es puro simulacro ya que, donde creemos ser libres, la dominación del Otro es más completa. Tanto más importante el psicoanálisis como camino al encuentro con nuestra real singularidad. El tema nos llevará a dilucidar qué sostiene el psicoanálisis acerca de la elección ya que tanto Freud como Lacan la ubican en torno a la elección de objeto como a la elección del sexo. Tal elección, a diferencia de la que generalmente se pregona es inconsciente y el goce la torna incalculable. Seguramente el tema de la elección nos llevará al tema de la libertad y San Agustín, Erasmo Lutero y Kierkegaard se harán oír ya que sus voces no fueron ajenas a Lacan.

*- Silvia Ons es AME de la Escuela de la Orientación Lacaniana y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis. Directora del CID Jujuy (Saliente).

APERTURA La infancia: tiempo de elecciones Andrea Blasco (*)

“Es la relación con lo real del goce lo que permite inscribir como ser sexual más allá de los engaños, de los velos que el ser hablante del género implica”. J.-A. Miller (1)

“Hoy la elección se volvió un valor en sí mismo, el valor supremo del individuo consumidor… Cada uno de ahora en más hace su elección.… Sabemos que el mundo en que vivimos y viviremos estará animado por el frenesí de la elección que se extiende hoy hasta la elección del sexo… Es la dinámica herética del mundo contemporáneo, debemos adherir a ello?”. J.-A. Miller (2)

Luego de una breve referencia a algunos rasgos de nuestra contemporaneidad que signan la sexualidad en el siglo XXI, me detendré en el término “elección”, para abrir estas Jornadas hacia el trabajo propuesto en cada una de las mesas que la componen, hasta la conferencia final sobre “La elección del sexo” a cargo de Silvia Ons.

I. Algunas puntuaciones sobre la “sexualidad en el siglo XXI”

En el libro Mariposas libres (3) publicado este año por la mamá de Lulú, una niña trans, la letra “x” reemplaza a la “a” o a la “o” y hasta a la e, ya que al género de las palabras allí escritas se refiera a masculino o femenino, porque no hay un grafismo en la escritura de la lengua española que represente la posibilidad de otro género más que esos dos.

En Mendoza, es de reciente aceptación legal el uso en el DNI de sólo una línea (“_”), en lugar de “H”, por hombre o “M”, por mujer, gracias al caso Caro Gero, que planteó que es de los dos sexos, es decir, “todo”. (4)

Hoy, quién sabe qué es un hombre o una mujer en una época de trastorno de género generalizado. En una pareja unisex, cómo estar seguro que el otro es del mismo sexo. Esta es la pregunta queer que plantea que la categoría de sexo está construida socialmente. (5)

Veamos la época desde cuatro rasgos, según postula F. Ansermet: (6)

1. El vértigo: es la idea del salto al vacío, es angustia y a la vez fascina. Vértigo en tres dimensiones: 1. por el origen, 2. frente a la diferencia de los sexos y 3. al devenir: a la diferencia en las generaciones.

2. La realización de los fantasmas: la biotecnología puede hacer realidad un fantasma: la posibilidad de fabricar vida totalmente artificial.

3. La biopolítica en el discurso estandarizado del ”todos iguales” en la clínica transgénero de los adolescentes, donde el discurso colectivo se superpone a lo íntimo, a lo singular y,

4. prevalencia del pasaje al acto, como acto de pasaje, como un acto que funda un origen: un nuevo cuerpo, una identidad, una sexualidad, una nueva filiación: ¿la hermandad trans?

Época contemporánea que es la de nuestra “sexualidad en el siglo XXI”.

II. La palabra “elección”

1. En griego, la palabra “herético” procede del vocablo griego aíresis, “elección”. Es herético quien elige, y sobre todo quien lo hace sin los condicionamientos supuestos por la tradición. (7)

2. “Elegir” proviene del latín: eligo, “extraer, sacar una parte”. (8)

3. Choisir, elegir en francés, proviene del gótico “gustar”. (9)

Podríamos decir que “elegir” se encuentra con el gusto, en lo que se deja o se extrae por fuera de los con-dicionamientos del Otro. También que la elección no es sin relación con la respuesta, es decir la responsabilidad en juego del que elige y sin relación con el acto: las consecuencias del mismo, ambas vías estarán también, intrínsecamente involucradas, y las encontraremos en algunos de los trabajos presentados.

¿Dijimos elección?

a. ¿Qué sucede desde la biología? No hay más opción, se nace nena o varón.

Hay una determinación respecto de los órganos de la reproducción como femenino o masculino; sin embargo, a veces, no se puede decidir a simple vista, la naturaleza no es siempre determinante en este tema pues hay los indeterminados, los intersexuados que a la vez generan un problema jurídico, el de la inscripción legal del bebé, situación que activa la participación de la ciencia y la tecnología a fin de permitir su definición, para así resolver la atribución del sexo –como dijimos–, masculino o femenino, y poder lograr su identidad civil.

Se abre hoy también la dimensión del uso del cuerpo biológico de una persona trans cuando quiera ser madre, que genera que un hombre trans pueda ser madre, como dice la mamá de Lulú: (10) “Ella va a poder cumplir su sueño de los cuatro años de ser mamá”, será ¿ser como la mamá? ¿O se referirá a lo real del parto? Preguntas desplegadas y algunas respuestas que podrán escuchar en las mesas de trabajo que siguen, y también situar estas dificultades gracias a la Dra. Vilte del Registro Civil de la provincia.

b. ¿Y en lo subjetivo?

Aún en los casos en que la biología determine sin ambigüedades los órganos… la subjetividad no necesariamente acuerda con ella,

Fue en EE.UU., en 1950, que J. Money inició su investigación a partir de pacientes intersexuados llamados hermafroditas, y en 1955 lanzó la noción de género y luego de rol de género, como un sistema psicologizante a partir del cual se ha llegado a una “clínica del trastorno de la identidad de género”. En 1966 amplió estos estudios a niños nacidos sin anormalidad biológica, pero que mostraban signos de incongruencia de rol de género (llamados sissy boys). De estos estudios, para él, cuando hay ambigüedad de los padres sobre la asignación de género, incluso cuando los genitales no sean ambiguos, se desarrollará un núcleo de ambigüedad de género, y cuando esta ambigüedad termina se establece el núcleo estable en la identidad de género. Concluyó entonces que la identidad de género estaba determinada por las fuerzas psicológicas posnatales, publicando el término “identidad de género” en 1966, para establecer esta nueva clínica para transexuales (11).

 

El sexo biológico en el siglo XIX se transforma en género en el XX, y será el discurso del Otro; deseo y goce del Otro como determinantes. Sin embargo, desde el psicoanálisis podemos hacer dos objeciones a lo anterior:

La pulsión concebida por Freud (1914) como expresión de la sexualidad humana, fundamentalmente acéfala, asexuada, se presenta como un concepto ambiguo inasimilable, inestable, al sistema del pensamiento psicologizante tal como lo expresa Lacan, (12) ya que la pulsión agujerea como satisfacción singular, propia de cada sujeto dicho sistema quedando por fuera de él.

¿Qué lugar queda para la elección en lo subjetivo?

El descubrimiento de Freud del inconsciente, es la muestra de que se elige y se rechaza al mismo tiempo algo, de un gozar y sufrir de lo mismo. Es el sujeto del inconsciente en el síntoma histérico por ejemplo. Freud lo circunscribe en su trabajo “La sexualidad en la etiología de la neurosis”, de 1898, y lo reitera al final de su obra en “Escisión del yo en los procesos de defensa”, donde propone una elección desde el sujeto del inconsciente que determinará su destino en una estructura: neurosis, psicosis, perversión, es decir, una organización defensiva a partir de la cual el sujeto dispondrá o no de los recursos que le permitirán ubicarse en una posición sexuada desde donde dirigirse al Otro sexo.

La elección propuesta por Freud es constitutiva de lo subjetivo, anterior y necesaria a la estructuración subjetiva para la definición sexual. Elección planteada por Freud en la primera infancia, de donde en la neurosis, en términos de elección, es un no elegir, el sujeto conserva la satisfacción y la restricción permitiendo ambas satisfacciones, al precio de sus síntomas, la histeria o la neurosis obsesiva, que no es lo mismo que decir, posicionarse como una mujer o como hombre respectivamente. En las psicosis: alucinaciones, delirios, fragmentación corporal, el sujeto del inconsciente eligió el rechazo del Otro, la libido queda en el yo, no es posible dirigirla al Otro, no le es posible el lazo, se encuentra fuera de discurso y de la posibilidad de ubicarse como hombre o como mujer respecto de su goce. O en la perversión, fundamentalmente en el fetichista, en la que no hay más que la fijación libidinal, la repetición de una escena fantasmática siempre la misma en la que el objeto es no humano, aunque lleve sus marcas. Prescinde aquí no sólo de su posición sexuada sino hasta del cuerpo del otro.

Encontramos así que la anatomía no es destino para todos, aunque importe, y que sólo en la neurosis existiría la posible diferencia sexual, la posibilidad de dar una significación a la satisfacción que se siente en el cuerpo, Freud la llamó significación fálica, que exige una necesaria articulación a la ley, ley que remite al amor al padre, a la palabra, al lenguaje, que introduce la castración del goce elevando el órgano a una función, la función del falo.

Sin embargo, para Freud, en “Metamorfosis de la pubertad”, esta función fálica que da estabilidad a la identidad sexual recién se alcanzaría en la genitalidad, es decir es pos-puberal. Genitalidad: que es el tiempo dos, de verificación, de puesta a punto de la pulsión respecto de un tiempo Uno, infantil, inicial, primario, asexuado, perverso-polimorfo. Genitalidad que daría para él, lo “normal”, la norma-male, “norma macho” y tanto hombre como mujer están en relación a ella y resultan de una significación: tener o no tener el falo.

En esta dirección, Michel Silvestre en su artículo “La neurosis infantil según Freud” (13) postulaba que lo que producía el pasaje de la sexualidad infantil hacia la adulta y su diferencia, era la experiencia del deseo del Otro, pero ya no bajo las formas del deseo de la madre, en la pregunta: ¿qué quiere mi madre?, sino en la pregunta: ¿qué quiere una mujer? El deseo del Otro con el formato del deseo enigmático de una mujer, no-toda madre, de la que no se sabe lo que quiere. Para él, lo que le falta al niño para ser adulto sería: el encuentro sexual con el Otro del sexo, la mujer barrada como encuentro de los cuerpos, marcando un antes y un después. Con Lacan, para tener que enfrentarse con ese decir Otro, Otro/barrado, no hay que esperar a tener cierta edad, no hay que esperar porque no está excluido que en una familia haya una mujer que sea no-toda madre.

Podemos plantear la siguiente pregunta: ¿Es el encuentro con una madre –no toda madre– la que da el acceso al hijo a una mujer en el encuentro sexual y lo significa como hombre? O, ¿es el encuentro sexual el que significaría el goce como hombre o como mujer?

¿No es en el encuentro de los cuerpos a través del llamado acto sexual, justamente allí, en el encuentro con el Otro sexo, que se juega de modo más irreductible lo que llamamos castración, lo que según Lacan llama “No hay proporción/relación sexual”? No es el acceso al acto en la adolescencia enfrentarse muchas veces a la frustración, el fracaso, el malestar, precisamente por ser el encuentro con lo hétero.

Es que hubo para Freud un tope, la existencia de una satisfacción no localizable que llamó “Continente negro”: lo femenino que quedó sin resolver.

Lacan en 1946, cuando toma el tema de la elección siguiendo esta lógica de la estructuración subjetiva propone lo que llamó “La insondable decisión del ser”, para situar una toma de posición inconsciente en un tiempo anterior a la constitución subjetiva: la decisión del ser, de un ser que en ese momento es vacío (14), S1, sólo marca significante, que no es aún sujeto del inconsciente incluido en el lazo de un discurso, pero aún así, puede aceptar o no estar bajo el predominio de lo simbólico. Es decir que podría decidir que no, quedando en el lenguaje, pero por fuera del discurso, como en las psicosis o el autismo. Esta insondable decisión está causada por una elección inconsciente que él llama forzada, 20 años más tarde en 1964. Lo forzado no se refiere a un apremio del otro, sino a lo que perderá: la bolsa o la vida, ambos términos definirán su futuro: una vida sin bolsa o la bolsa a costa de la vida, es forzada a perder algo ya que implica una pérdida, sin la cual, no hay elección. Ese mismo año, esta toma de posición la ubicará en otro texto, desde otro lugar, proponiendo “una elección de separación” posibilitada desde una modalidad de satisfacción pulsional, es decir, separarse de las determinaciones de este Otro preexistente para ubicarse desde su singularidad, elección que le dará una posición inicial de goce inconsciente propia. De este modo, Lacan permitió ir más allá del mito edípico en Juanito a una posición sexuada inconsciente femenina, aunque su elección de objeto fue hétero y su identificación viril imaginaria. O en el caso del Hombre de los Lobos que situó los rasgos de identificación viril diferentes de los de identificación femenina en los síntomas intestinales; como en Schreber, situar el “empuje a la mujer” no como una posición sexuada, sino como una defensa ante un goce aniquilante.

El Edipo freudiano sólo permite pensar la posición sexuada inconsciente desde la identificación dejando fuera la posición de goce.

Lacan avanza en esta línea, y al final de los ’60, (15) nos recuerda la importancia de la familia conyugal para la constitución subjetiva del niño, diciendo: en la posibilidad de transmisión de un deseo que no sea anónimo y que más allá de juzgar las funciones de madre y padre definirá el lugar del niño: que podrá ubicarse como síntoma de la pareja parental, es decir como la verdad de la pareja en esa familia, o más delicado aún, advierte, cuando el síntoma depende sólo de la subjetividad de la madre… cuando entre la identificación al ideal del yo y su deseo no tiene mediación asegurada por nadie ni por nada que haga las veces de función de padre, y sentencia, deja al niño abierto a todas las capturas fantasmáticas, y el niño saturaría el modo de falta específico del deseo de la madre.

¿Podremos ubicar allí, estas nuevas modalidades de presentación de los síntomas en los niños? ¿Estas fijaciones precoces en una identidad sexual o en los cada vez más abundantes rechazos del Otro de los autistas?, ¿son estos los efectos de esas elecciones? O será, en cambio, la existencia del predominio de un goce autoerótico en el niño… ¿como leemos en una entrevista de Gustavo Stiglitz a Éric Laurent en 2017? (16) o en la conferencia este año dada en la UBA (17) que propuso investigar: ¿Qué hace de padre hoy?

Al final de esa década, año ‘69, (18) Lacan retoma el tema de la elección y la pluraliza en la neurosis: “Si tomamos las cosas en el nivel del viraje decisivo que constituye biográficamente el momento de eclosión de la neurosis, vemos que se ofrece una elección, y lo hace de manera tanto más apremiante cuanto que ella misma determina ese viraje”. Sitúa la elección al momento de aparición del síntoma, desencadenamiento de la neurosis o la psicosis que puede darse por fuera del tiempo de la infancia, y como resultado de varios momentos electivos, como en el Hombre de las Ratas, presentando al síntoma como resultado de varias elecciones pos-infantiles.

Podemos, entonces, leer también el ataque de pánico como el momento en que una elección espera realizarse… momento, que a diferencia de otras terapias, es fructífero para el psicoanálisis.

En la nueva década de los ´70, si bien Lacan renueva la clínica, retoma y refuerza el tema del ser electivo de sus inicios, ese ser que ama ocultarse, dice, para preservar mejor las condiciones en que permanece electivo, al precio que sea: de la neurosis, psicosis, el silencio, el retiro (19), la posibilidad de algún ¡no! para sustentar nuestro ser, ante la pretensión de adecuación absoluta a un plan objetivante, o al deseo mortífero del Otro.

¿Qué generan estas elecciones?

En marzo de 1974, Lacan pregunta sobre la expulsión (“forclusión”) de la función paterna, “¿No es el signo de una degeneración catastrófica?”. (20) La lección del Edipo hacía pasar por la voz de la madre un “decir no” lógico, el no de la función del padre, sustentado en el amor, de donde surgían las prohibiciones. Degradado el padre, el hijo queda al desamparo del soberano bien materno, ley de hierro que nombra petrificando al ser hablante, ley que lo designa desde afuera.

¿Será que situarse en una identidad restituye un orden? Ser trans, bi-… un orden que aplasta el enigma de una subjetividad, por fuera de la ley del corazón, generando una existencia angustiada como decía Ansermet? Angustia que es la presencia en el cuerpo de lo imposible de soportar… de regular, de localizar, “Una satisfacción, Otra”, (21) un exceso, a lo que es forzado dar una respuesta