Curso de Derecho Constitucional. Tomo I

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Cualquiera de estos tres tipos de formas conducían a que el Rey fuera un señor feudal más. Es por ello que se dice –y con razón– que el rey de la Alta Edad Media era un primus inter pares, es decir, un primero entre sus iguales, puesto que eran éstos quienes elegían a uno de entre los suyos para que gobernara.

Lo positivo de esta noción de gobernabilidad es que al Rey se le reconocían tres facultades: Ser un jefe guerrero, conduciendo a los demás señores feudales en guerras de importancia como las Cruzadas; impartir justicia entre los señores que acudían a él, lo que implicaba tanto cuestiones civiles como criminales, y la facultad de dictar normas de general aplicación, para lo cual dictaba edictos, los que eran reconocimiento de derechos o recopilaciones jurídicas de costumbres o normas positivas de uso general.

Sin perjuicio de las atribuciones mencionadas, el Rey carecía de ciertas prerrogativas, como por ejemplo, no gozaba de un ejército propio, sólo de los hombres de su feudo y de los que les proporcionaban sus pares; no contaba con un presupuesto propio, por lo cual también dependía de sus pares, además, no acuñaba monedas o lo hacía escasamente, ni gozaba de riquezas; el monarca dependía de sus pares para cumplir lo ordenado ya que no tenía fuerza coercitiva o un cuadro administrativo propio; no se establecía claramente el sistema de sucesión monárquica, y la muerte del Rey producía una serie de enfrentamientos por el poder.

c.1) La importancia de Carlomagno:133 Si bien la Edad Media significó un retroceso en relación a la compleja estructura política lograda por el Imperio romano, esta involución en los cimientos jurídicos y administrativos de occidente no alcanzó al Imperio que logró crear Carlomagno, como Rey de los francos y Emperador de los romanos. Como hijo del Rey de Francia, y nieto del connotado Carlos Martel, Carlomagno tuvo una serie de problemas para conseguir el trono de su país, a la muerte de su padre.

Como buen cristiano, y cumpliendo promesas hechas por su padre al Papa, Carlomagno no sólo protegió a los Estados Pontificios de las invasiones bárbaras, sino que además fue él mismo quien guió expediciones evangelizadoras, es decir, las famosas Cruzadas a tierras aún no cristianizadas. Es así como en el año 778 logra con éxito la conquista de España por parte de las tropas cruzadas, lo que se inmortalizaría en la literatura caballeresca como “la canción de Rolando”. De la misma forma, logró conquistar el Imperio de los Avaros, entre los años 796 y 799, territorios que en la actualidad corresponden a Austria y Hungría.

El mérito de la administración de Carlomagno es que en medio de una época donde casi no existía un modelo de funcionamiento político centralizado, logró formar un gran imperio, con sede en Aix-la-Chapelle. Desde esta metrópoli impulsó también la cultura y las artes, tomando gran importancia la catedral de la ciudad y los centros de enseñanza, donde llegaban jóvenes estudiantes de los distintos países de Europa. Esta eficiente administración estaba a cargo de más de 250 administradores reales, los cuales cumplían con las “cartas capitulares”, especie de decretos mediante los cuales se ejercía la potestad del poder ejecutivo.

Sin embargo, luego del año 800, el Imperio de Carlomagno no continuó expandiéndose. Por aquel tiempo comenzaron una serie de sucesivas invasiones, sobre todo de vikingos, ante las cuales, poco pudo hacer el ejército imperial. Pero pese a las derrotas sufridas en las postrimerías de su administración, el poder de Carlomagno dentro de la Edad Media no queda restringido al número de sus victorias, o a la inmensidad de su Imperio, sino que a la esencia de su persona. Siendo un guerrero germano de nacimiento, supo cómo formar un Imperio, algo tan distinto y a la vez complejo para la acostumbrada vida germana, de tribus y pequeñas aldeas. También logró apoyar a la Iglesia en momentos muy difíciles para ésta, además de llevar una vida casi monástica y austera, y convertir la enseñanza del latín en uno de los focos de mayor cultura en Europa. Sin olvidar además que pese a la vulgarización reinante del Derecho Romano, y gracias a la copia de antiguos libros y la enseñanza del Derecho, impuso un régimen jurídico estable en sus territorios.

De este modo, para los posteriores reyes, Carlomagno fue un modelo de rectitud y buen gobierno, ya que en él se fusionaron las culturas germánica, romana y cristiana, cuna de la civilización moderna de Occidente134.

(d) El modelo económico: Como ya se ha explicado, el modelo económico de la época era básicamente autárquico y agrario. Se habían perdido rutas de intercambio, los caminos eran peligrosos, el hombre vivía muy circunscrito a la tierra y a su propia subsistencia. La falta de explotación minera impedía la existencia de riquezas en metales preciosos y la escasa moneda que se acuñaba era de metales de baja ley, lo que hizo que se reconociera a la que circulaba en Europa durante el período como los denarios negros.

Por otra parte, la marcada religiosidad de la época, hace que la actividad económica realizada con fin de lucro sea considerada inmoral, lo que también frena la economía en gran medida al referirla sólo a la subsistencia y mantención del modelo feudal135.

(e) La Iglesia: Fue la institución más preponderante en toda la Edad Media, no sólo porque salvaguarda la cultura y las letras de Occidente, sino porque imprime sobre la vida del hombre medieval una dirección clara hacia la existencia ultraterrena, ordenando en gran medida las costumbres e inspirando no sólo el estudio y el desarrollo del conocimiento desde una perspectiva compatible con los principios cristianos, sino también a las artes y a la literatura, los cuales abordaban durante el período fundamentalmente temas religiosos136.

D.2) La Baja Edad Media

Podemos definir a la Baja Edad Media como aquella etapa histórica en que el poder feudal disminuye, acrecentándose la autoridad del Rey medieval, que dará nacimiento a la figura de los monarcas absolutos del Renacimiento. Además, en la economía se percibe un cambio de una economía de subsistencia, al nacimiento de actividades donde los trabajadores tienen un mayor grado de autonomía, desgastándose el modelo feudal137.

Los elementos más representativos de este período fueron, en consecuencia, los siguientes:

(a) Reforzamiento de la autoridad real:

El sistema monárquico se ve reforzado, cambiando en distintos ámbitos el impacto del Rey sobre la sociedad medieval:

a.1) Se creó una autoridad distinta de la puramente feudal.

a.2) Esta autoridad se plantea su independencia respecto de sus pares, reflexionando sobre el poder limitado.

a.3) En los feudos comienza a distinguirse una nueva clase social, la burguesía, que ha emergido de la clase de los siervos, y que son aquellos individuos que han logrado una existencia autónoma respecto de la tierra y que se dedican a un trabajo artesanal: No son nobles ni siervos, y si bien han ganado su independencia, reconocen como autoridad al señor feudal pero sin sentirse atados a él, puesto que no laboran la tierra. Esta clase, posteriormente va a ser la generadora de la riqueza real, y de la cual se rodeará el Rey que ostente el poder.

El Rey, para tener más autoridad, no contará con el apoyo de los nobles ni de los siervos, por lo que el único estrato social que le sirve para tener más apoyo es el de los artesanos, que luego comienzan a dedicarse al comercio y a transformarse en una verdadera burguesía económica, ayudando así al Rey a crecer en autoridad.

Comienza a emplear nuevos mecanismos que le permitan gozar de un mayor poder, primeramente, logrando una independencia económica por medio de dinero de los prestamistas, creándose un fondo económico, autónomo de la nobleza. El Rey logra de esta manera hacerse de un ejército propio, tener un sistema expedito de ganancias, establece un sector administrativo cuya principal tarea era recaudar los impuestos a la corona (provenientes de señores feudales, burguesía y trabajadores). Además, empieza a formar su propia Corte, rodeándose de nobles que lo acompañen y le ayuden en la adquisición –ya sea pacíficamente o por la fuerza– de nuevas tierras para la corona.

Por toda esta nueva política en sus relaciones con los distintos estamentos del pueblo, el Rey también busca apoyo en la Burguesía a cambio de otorgar una mayor autonomía a las ciudades por medio de las “cartas fuero”. De esta forma, el Rey comienza a adquirir todo aquello de que careció, haciéndose más autónomo e imponiendo su voluntad a la nobleza. De ser un primus inter pares, el Rey pasa a ser un primus solutos138.

(b) Surgimiento de un artesanado importante, que se transformará en burguesía:

En este período de la Baja Edad Media, el artesanado se caracteriza principalmente por crear una unidad, como incipiente ciudad, germen de vida urbana. Además, los miembros de este grupo social se preocupan de crear una organización, llamada gremio, que se distingue de acuerdo al oficio que se realiza y que es protegida por un Santo, en calidad de patrono. El gremio determina condiciones específicas para desarrollar la actividad respectiva, empezando en cada una de ellas como aprendiz, luego como oficial, y por último como maestro. Lentamente los gremios empezaron a ganar importancia y poder, consiguiendo que el trabajo artesano fuera cada vez mejor remunerado, pagándoseles con metales, los que sin ser todavía monedas, comienzan a reemplazar al trueque139.

 

(c) Desarrollo económico:

Se produce un gran desarrollo del comercio, interesándose cada vez más la gente en adquirir ciertas mercaderías, ya sean artesanías o productos de importación como las especias. Producto de ello, nacen las ferias, las cuales eran reuniones en sectores urbanos donde se comercializaba toda clase de artículos, convirtiéndose en el gran punto de intercambio económico de la Edad Media. Gran importancia cobra también en esta época el negocio bancario, ya que la función primordial de los bancos es la intermediación en el tráfico del dinero. El auge de la sociedad moderna no se concibe sin la intermediación de los banqueros italianos (florentinos) y de la familia Médicis. Los banqueros eran una casta honesta y solvente, y cuando no lo eran, la autoridad rompía públicamente el banco donde desarrollaba su comercio. Ese es el origen del concepto de “banca rota”, o la quiebra actual.

En atención a que la capacidad adquisitiva era poca, se comienzan a otorgar créditos. Esta situación les molesta a los señores feudales, ya que su poder va lentamente disminuyendo. De aquí que la gran causa de la caída del feudalismo sea económica más que política, desmoronándose el modelo de sustentación en que se basaba el régimen feudal.

De esta forma, se refuerza el tema de la intermediación, puesto que antes la relación era entre productores, y ahora la relación económica necesita intermediarios: Individuos que compran la mercadería a los productores, y luego la venden a la población. El comerciante ganaba un diferencial, y se hicieron más necesarias las unidades metálicas que tuvieran valor para cambiar productos, tomando un gran valor las piedras preciosas y la acuñación de monedas.

Poco a poco ciertos grupos de comerciantes se van enriqueciendo, ya que para algunos, el otorgamiento de créditos fue una nueva fuente de riqueza, naciendo de esta manera el préstamo de dinero por dinero, que formó verdaderos imperios económicos140.

(d) Sistema Feudal:

Decae manifiestamente, perdiendo casi en su totalidad su relevancia como unidad política. Las ciudades cobran mayor importancia, que las villas del señor feudal, quien para mantener su poder decide amurallar sus territorios, lo que es una medida tanto defensiva como psicológica. Sin embargo, el deterioro del modelo era inminente puesto que el sistema autárquico no resultó suficiente para satisfacer las nuevas necesidades de la población: Lentamente el modelo noble, virtuoso y austero va decayendo. Cuando ciertos grupos se fueron enriqueciendo, a la vez comenzaron a socavar las bases del sistema austero, con mayor ambición, interés personal. Así fueron perdiendo importancia los torneos, transformándose solamente en una forma de presentación social cobrando mayor importancia la imagen externa (muchos acompañantes, damas lujosas, etc.).

La Iglesia comenzó a criticar este fácil enriquecimiento de la gente y la transformación de los valores austeros hacia algo más frívolo, catalogando ahora a los torneos como libertinos.

(e) Literatura y Artes:

En la Alta Edad Media la literatura era de carácter religioso y docto, preocupada de la teología y de pasajes épicos, como los ciclos del Rey Arturo, el Mío Cid y la Canción de Rolando, todas las cuales fueron obras anónimas. Sin embargo, ya entrada la Baja Edad Media comienza a producirse un mayor gusto por la “épica simple” de la vida caballeresca y su relación con las damas, convirtiéndose en una literatura idealizada.

Surgen entonces grandes autores, precursores del Renacimiento, como Dante (La Divina Comedia), Petrarca (Los Sonetos a Laura) y Bocaccio (Decamerón), teniendo sus obras el mérito de hacer un tratamiento centrado en el hombre más que en Dios, tomando así un modelo más científico o político que teológico. Además, ninguna de las tres obras está escrita en latín, el cual había sido junto al griego uno de los idiomas de la cultura religiosa. Por el contrario, el autor de fines de la Edad Media escribía en romance o lengua vulgar, que era un idioma que se identificaba más con el pueblo. De este modo, se hace una cultura cada vez más laica, tomando cada país su propia forma de hablar independientemente del griego o latín.

La tendencia tanto de las Letras como del Arte es buscar, a través de estos instrumentos, una vida bella: “El destino del arte es vibrar en las cumbres de la vida, ya en el vuelo supremo de la religiosidad, ya en el goce soberbio del mundo141.

(f) El pensamiento de Santo Tomás y San Agustín:

Si bien ambos autores pertenecen a períodos muy distintos dentro de la Edad Media, conviene su tratamiento en conjunto, ya que su pensamiento fue el cenit de la religiosidad y filosofía medieval, que se va a proyectar hasta nuestros días.

f.1) San Agustín:

Su pensamiento corresponde a una línea de la Alta Edad Media, catalogándolo como “idealismo cristiano”. Su obra fundamental es La ciudad de Dios, donde hace especial hincapié en que el gobierno tiene que corresponder a un ideal cristiano y que el gobernante debe traducir en su mandato aquellos principios que la Iglesia trata de imponer en el orden supratemporal, de esta forma, el gobierno civil será una “ciudad de Dios”, alejándose tanto de lujos como de placeres, y orientado a la oración.

Sobre este concepto acuñado por San Agustín hay que considerar que a sus ojos el concepto pagano de ciudad, comprende la idea de cuerpo social y político en forma simultánea, a lo cual él agrega la justicia, actuando como nexo entre ambos.

De lo dicho, es posible indicar que el autor ha concluido que “la justicia es la primera condición requerida para la existencia de la ciudad. Por eso, cuando un historiador afirma que en un cierto momento de su historia Roma había perdido toda justicia, Agustín cree poder concluir que, a despecho de todas las apariencias contrarias, desde ese momento Roma había cesado de existir”142.

De acuerdo con el Santo, hay que imprimir en el pueblo la idea de una vida terrena transitoria, que debe vivirse de acuerdo a los mandatos cristianos para ganar la salvación a la hora de la muerte. El gobierno que no ponga énfasis en este aspecto formará una “ciudad mundana”, de perdición, cercana al demonio.

Este pensamiento lo describe en su obra la Ciudad de Dios:

Así que también la Ciudad celestial en esta su peregrinación usa de la paz terrena(...), refiriendo y enderezando esta paz terrena a la paz celestial. La cual de tal forma es verdaderamente paz, que sola ella debe llamarse paz de la criatura racional, es a saber, una bien ordenada y concorde sociedad que sólo aspira a gozar de Dios y unos de otros en Dios. (...). Esta paz, entretanto que anda peregrinando, la tiene por la fe, y con esta fe juntamente vive cuando refiere todas las buenas obras que hace para con Dios o para con el prójimo, a fin de conseguir aquella paz, porque la vida de la ciudad, efectivamente, no es solitaria, sino social y política143.

Trata de reproducir la imagen de Dios en el mundo civil y laico para la salvación del hombre como creatura, y en cuanto al gobierno ideal, el pensamiento de San Agustín comparte características con el de Platón, pero sólo en relación con la idea de un gobierno ideal.

f.2) Santo Tomás:

Se identifica con el pensamiento de la Baja Edad Media y asume una realidad política diferente, ya no tan teologizada. Su obra máxima es la Suma Teológica, donde hace hincapié en que Dios no sólo es Creador de todo sino que además es el ordenador de todas esas cosas, dándoles un orden de acuerdo a un fin determinado. Para él existen cuatro tipos de leyes:

– Ley eterna: Es la ley universal, por la que Dios ordena la totalidad de lo creado.

– Ley natural: Es la participación del ser humano en la ley eterna, la “impresión” de ésta en el ser humano.

– Ley divina: Serie de principios fundamentales de comportamiento con los cuales Dios encamina y guía a los hombres al bien. Estos principios son los Diez Mandamientos.

– Ley positiva: la que obedece a la definición de ley de Santo Tomás: “Ordenación racional destinada al bien común, dada y promulgada por quien tiene a su cargo el cuidado de la comunidad.” De esto se desprende que: Es una expresión de la racionalidad humana, un elemento privativo de los seres humanos, tendiente al bien común.

Este “no es sólo el orden material sino el espiritual, puesto que debe asegurar el pleno desenvolvimiento del hombre, ser indudablemente físico, pero también razonable, como querían los antiguos, y religioso después de la revelación cristiana… El bien común debe tener en cuenta el bien particular de cada uno de los miembros de la Ciudad, especialmente asegurándoles la cantidad suficiente de bienes corporales, cuyo minimum es necesario para el ejercicio de la virtud”144.

La ley positiva no puede ignorar la existencia de las otras leyes.

La dictación de esta ley le corresponde a quien tiene a su cargo el cuidado de la comunidad, no como una idea de puro poder, sino también de cuidado. En este aspecto, hay coincidencia con las ideas de Aristóteles, ya que para éste, el gobernante virtuoso es el llamado a dirigir a la comunidad.

De esta forma, resulta claro que el concepto de ley para Santo Tomás es un concepto valórico, siendo su definición muy distinta a las que se pueden encontrar en los códigos civiles, las cuales para este autor no cumplirían con el concepto de ley, que solamente es aquélla destinada al bien común.

Por ello, Santo Tomás es muy exigente con la autoridad: El Rey debe conducir a la comunidad por la senda del bien, lo que implica una conducta personal ejemplar, y también implica una labor sostenida en torno a que la conducta de la comunidad debe asimismo ser virtuosa. Además, siempre la autoridad del monarca se basa en el hecho de que él sirve a la comunidad por la voluntad de Dios, y si deja de servirla o se sirve a sí mismo, atenta contra Dios. En tal caso puede mantener el poder, pero perder la autoridad. En este punto es donde nace el derecho a resistencia, el derecho de la comunidad a resistir órdenes injustas, pues quien mal gobierna sólo queda con poder, y de ahí nace este derecho de la comunidad a resistirse145. Incluso prevé la posibilidad de que la comunidad deponga al gobierno injusto, pero no justifica el magnicidio y especifica que cuando se depone no se puede cometer en el hecho las mismas injusticias que se deploran. Por otra parte, existe el peligro que el miembro de la comunidad que depone al Rey, pueda convertirse en un tirano. De esta manera, toma el pensamiento aristotélico y lo enmarca en una óptica cristiana146.

E) El Período Renacentista

El Renacimiento corresponde a un fenómeno que comienza a gestarse en torno a la segunda mitad de la Edad Media. Tal antecedente no es superficial y ha servido de base para ver en el Renacimiento una expresión de desprecio a la Edad Media como proceso histórico, pues se consideraba el renacer al mundo perdido durante la Edad Media. Sin embargo, este enfoque correspondió a una etapa de la historiografía ya superada en nuestros días, en que se reconoce a la Edad Media como una etapa importante de la historia universal.

El Renacimiento, que se inicia formalmente con la caída de Bizancio a manos de los turcos otomanos en el siglo XV y que implica el reenvío de la cultura grecolatina a Europa, en lo que respecta al concepto de Estado presenta los siguientes rasgos fundamentales:

E.1) Imagen de la política:

La política comienza a tener una imagen más pragmática que la que poseía antes, centrada en el hombre más que en Dios, lo cual no es privativo de la política sino que obedece a una nueva visión del mundo, que ha pasado de un modelo teocéntrico a uno antropocéntrico, lo cual se nota en todas las áreas.

Autor fundamental del período y gran inspirador de esta tendencia al pragmatismo político, fue Nicolás de Maquiavelo, pensador e historiador italiano nacido en Florencia en 1469, cuya obra máxima, El Príncipe, trata principalmente del poder, cómo obtenerlo y perdurar en él. Uno de sus planteamientos fundamentales es que el acceso al poder se puede producir por armas ajenas (como la fortuna) o por armas propias (como la virtud). Para él, la virtud no tiene un sentido ético, sino pragmático, con elementos característicos, tales como la fuerza, la astucia, capacidades estratégicas, manejo de imagen, manejo de tropas, etc. Se puede alcanzar el poder por la fortuna se llega a él por herencias, legados, ayudas de terceros, situaciones coyunturales, etc. Pero en este caso, la mantención del poder es difícil, ya que faltan importantes elementos de apoyo, que hacen que cuando el poder se obtiene por armas propias sea más fácil mantenerlo.

 

En su obra, Maquiavelo ofrece al Príncipe renacentista ciertas fórmulas para mantener el poder, objetivo que será particularmente apreciado por un gobernante del período. Al efecto propone varias fórmulas, entre las que debemos destacar la eliminación de las dinastías vencidas, el traslado físico del monarca a los territorios ocupados, la convivencia con la tropa y, particularmente, el valor de ser temido –situación que asimila a la sensación que produce el amor, pero a la que considera más duradera y segura para el gobernante– cuidando, en todo caso, de no ser odiado ni despreciado:

“Todo príncipe desea ser tenido por clemente y no por cruel; sin embargo, debe cuidar de no usar mal esa clemencia… Un príncipe… no debe temer la infamia aneja a la crueldad, a fin de tener a sus súbditos unidos y fieles: porque con poquísimos ejemplos será más clemente que aquellos que, por demasiada clemencia, dejan engendrarse desórdenes, de los cuales no nacen más que asesinatos y rapiñas: pues éstos suelen ofender a la universalidad de los ciudadanos, mientras que los castigos que dimanan del príncipe solo ofenden a los particulares…”147.

“Nace de ello una disputa: si vale más ser amado que temido o todo lo contrario. Se responde que se quiere ser las dos cosas; pero, como es difícil conseguir ambas a la vez, es mucho más seguro ser temido primero que amado, cuando se tiene que carecer de una de las dos cosas… Los hombres tienen menos consideración en ofender a uno que se haga amar que a uno que se haga temer; pues el amor se retiene por el vínculo de la gratitud, el cual, debido a la perversidad de los hombres, es roto en toda ocasión de propia utilidad; pero el temor se mantiene por el miedo al castigo que no abandona a los hombres nunca”148.

“Así pues, que el príncipe intente… evitar aquellas cosas que lo hagan odioso y despreciable; y cada vez que lo evite habrá cumplido con su obligación y no hallará peligro alguno en ninguna otra censura. Le hace odioso, sobre todo, el ser rapaz y usurpador de las propiedades y las mujeres de sus súbditos: de ello debe abstenerse”149.

Sin duda que Maquiavelo centra su razón de Estado en una serie de exigencias que el gobernante debe cumplir, y todos estos elementos fueron obtenidos por él a partir de su estudio y análisis de la cultura greco-latina, especialmente en los estudios de Polibio sobre política y el factor corruptible que asola a todos los tipos de gobiernos150.

E.2) El Rey.

De ser un primus solutos, el rey pasa a ser un monarca solutos, dotado de muchas facultades y pocas limitantes, estando por sobre él, solamente la imagen de Dios. Sus nuevas preocupaciones son la unificación territorial –excepto Italia y Alemania países en los cuales este proceso se daría tardiamente– para así tener límites y una autoridad común. Algunos de estos procesos fueron pacíficos y otros bélicos. Un ejemplo de esta nueva era de monarcas son los Reyes Católicos, quienes fueron capaces de reunir en un nuevo imperio una serie de reinos dispersos. Se pone acento en una unificación cultural, incentivando todo aquello que sea nacional, especialmente el idioma. La autoridad real debía tener una idiosincrasia propia, ya que como unificadora, le da el alma nacional a su pueblo.

Este nuevo tipo de Rey fue un gran incentivador de la legislación, preocupándose de todas las recopilaciones jurídicas, incentivando los estudios jurídicos del derecho romano, y en países parlamentarios, preocupándose de la iniciativa legislativa. Este Rey renacentista se afianza económicamente, principalmente conquistando nuevos territorios: Ejemplo de ello son España y Portugal, que buscan caminos de transacción comercial, lo que tendrá su punto cúlmine en el descubrimiento de América. Otro caso de enriquecimiento para los monarcas de esta época fueron los matrimonios por conveniencia, añadiendo territorios para la corona o dotes para crear fortuna. De esta situación resultó que las relaciones eran más formales que íntimas, comenzando así la distinción entre vida pública y vida privada.

A estas alturas del sistema feudal sólo quedan resquicios en países no unificados, mientras que en el resto es una etapa superada, donde la nobleza va adquiriendo más poder mientras más cerca del Rey se encuentre. El Rey gobierna de una manera absoluta y los controles a su gestión son escasos, incluso el control de la Iglesia, ya que si el Rey gobierna por la voluntad de Dios, es un buen gobernante.

E.3) Las Clases Sociales.

Han desaparecido los siervos, y si bien todavía existe población agrícola, no hay una sujeción formal al dueño de la tierra. La burguesía sigue en aumento y su importancia crece debido principalmente a tres razones:

(a) Las ciudades se han establecido como tales, por lo que existe mayor población y más comercio.

(b) Favorecen a la burguesía todos los intercambios comerciales y económicos a causa de los descubrimientos de nuevas tierras, habiendo sectores especializados en incentivar los viajes en busca de nuevas rutas de intercambio.

(c) A medida que el Rey crece en poder, se preocupa de la acuñación de moneda, cuyo uso como unidad de cambio incentiva el crédito y la transacción económica, que beneficia a la burguesía. La nobleza ya no es feudal, y ahora está relacionada con la realeza, transformándose en cortesana y dependiendo de la monarquía.

E.4) La Cultura.

El Renacimiento es floreciente, se cultivan las letras y toda clase de artes, modelo que proviene de la cultura greco-latina, redescubierta por Europa. De igual manera en el Renacimiento se desarrolló la ciencia, con algunas dificultades, ya que no había una actitud permisiva respecto a sus descubrimientos. Sin embargo se especifican los estudios astronómicos y anatómicos, que no se habían hecho en la época anterior. Todo este despertar en las ciencias y en el arte no hubiera sido posible sin la colaboración de individuos llamados mecenas, que financian las obras de los artistas, los contratan para decorar sus dominios, etc, lo que implica que ser un buen artista reporta sustento y protección en el Renacimiento.

E.5) El Humanismo.

El Renacimiento dio paso al estudio del conocimiento o del saber, lo que originó un nuevo movimiento cultural, llamado Humanismo, que reunió a grandes figuras del quehacer intelectual de la época y que se caracterizó por:

(a) Ser tributario de la filosofía greco-latina: “Los humanistas fueron los apóstoles de la Antigüedad y pretendieron revivirla. Se esforzaron por resucitar el mundo antiguo como eruditos e historiadores y, al mismo tiempo, por comprenderlo en sí mismo, saborear su belleza helénica y penetrar en sus razones de vivir”151.

(b) Hacer hincapié en que todas las disciplinas del ser humano eran importantesde estudiar y aprender.

(c) Considerar que el hombre era capaz de progresar constantemente, lo cual era una visión optimista de éste.

(d) Demostrar un profundo sentido de compromiso con el ser humano. “Nada del hombre me es ajeno”. (Erasmo de Rotterdam)152.

(e) Considerar que el conocimiento humano ya no se ciñe a coerciones o limitaciones provenientes de otras ciencias. Postula que no deben existir censuras sobre el saber del hombre.

(f) Defender que el ejercicio de la autoridad jamás debe contraponerse con el respeto a la dignidad y libertad del hombre:

“Un monarca que es despreciado y odiado y que sólo se mantiene a fuerza de ultrajes, y despojando y empobreciendo a su pueblo, obraría mejor dejando rápidamente el poder que valiéndose de esos medios para retenerlo, con los cuales, aunque conserve el título, pierde sin duda alguna la dignidad (…)… de igual modo que un médico es inexperto si no sabe curar una enfermedad sin originar otra, quien no sabe regir a su pueblo sino despojándole de todas las comodidades de la existencia, no tiene ningún derecho a gobernar hombres libres, y es conveniente que se retire dada su ineptitud, pues toda incapacidad conduce al odio y al menosprecio del pueblo”153.

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