Álvaro Mutis, memoria de Bélgica
Raamatust
"Muerto Verhaeren, quedó Maeterlinck el más alto exponente de la literatura belga", escribe Ramón Vinyes en Colombia en 1940, cuando Maurice Maeterlinck debe abandonar Bélgica: «Hitler me hubiera fusilado», asegura a sus 78 años, obligado a «rehacer su vida en tierra extraña», dice Vinyes, lleno de admiración por este «hombre glorioso», enfrentado al exilio.
Solo dos críticos literarios respetó, admiró y quiso Gabriel García Márquez, «don Ramón» y don Ernesto Volkening; a ambos les dejo el «don» de maestros con el que siempre se refirió a ellos don Gabriel. Lo extraordinario es que la «primera» novela de Álvaro Mutis, La nieve del almirante, abre con un poema de Émile Verhaeren y está dedicada a Ernesto Volkening:
En recuerdo y homenaje a su amistad sin sombras, a su lección inolvidable.