Un Meta-Modelo Cristiano católico de la persona - Volumen I

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Un Meta-Modelo Cristiano católico de la persona - Volumen I
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La psicología no es más que una de las principales tradiciones de sabiduría que han intentado comprender a la persona. Otras fuentes de sabiduría, como la antigua tradición filosófica occidental y la tradición teológica judeocristiana, con sus tres mil años de antigüedad, también han contribuido de manera significativa a nuestra comprensión de la persona. Colectivamente, estas tres tradiciones —psicología, filosofía y teología— ofrecen percepciones únicas y complementarias de la persona, y la exclusión de cualquiera de las tres disminuye o distorsiona nuestra comprensión de la naturaleza humana.

El objetivo principal de la presente obra es emplear estas tres tradiciones de sabiduría para conseguir desarrollar un marco integrador, sintético, integral y realista que permita comprender a la persona: el Meta-Modelo Cristiano Católico de la Persona (MMCCP). Y el objetivo final de la presente obra es demostrar cómo dicho Meta-Modelo puede enriquecer enormemente las ciencias psicológicas, así como la práctica de la salud mental.

Un Meta-Modelo Cristiano Católico de la Persona

Integración con la psicología y la práctica

de la salud mental

Volumen I


Colección Razón Abierta

Comité Científico Asesor

Daniel Sada (Universidad Francisco de Vitoria)

Federico Lombardi S. J. (Fundación Joseph Ratzinger)

Stefano Zamagni (Universidad de Bolonia. Johns Hopkins University)

Paolo Benanti (Pontificia Universidad Gregoriana)

Andrew Briggs (Universidad de Oxford)

Rafael Vicuña (Pontificia Universidad Católica de Chile)

Javier Prades (Universidad Sán Dámaso)

© 2021 Paul C. Vitz, William J. Nordling y Craig Steven Titus de la edición

© 2021 Los autores de sus textos

© 2021 Editorial UFV

Universidad Francisco de Vitoria

editorial@ufv.es

Diseño cubierta: Cruz más Cruz

Primera edición: julio de 2021

ISBN volumen I edición impresa: 978-84-18746-28-4

ISBN volumen I edición digital: 978-84-18746-29-1

ISBN volumen I edición EPUB: 978-84-18746-34-5

ISBN obra completa edición impresa: 978-84-18746-32-1

ISBN obra completa edición digital: 978-84-18746-33-8

ISBN obra completa edición EPUB: 978-84-18746-36-9

Depósito legal: M-20498-2021

Impresión: Producciones Digitales Pulmen, S. L. L.

Este libro ha sido sometido a una revisión ciega por pares.


Esta editorial es miembro de UNE, lo que garantiza la difusión y comercialización de sus publicaciones a nivel nacional e internacional.

Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con autorización de los titulares de la propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y ss. del Código Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos (www.cedro.org) vela por el respeto de los citados derechos.

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Impreso en España – Printed in Spain

Índice

PREFACIO

PARTE I EL META-MODELO DE INTEGRACIÓN

1. INTRODUCCIÓN A UN META-MODELO CRISTIANO CATÓLICO DE LA PERSONA PARA LA PRÁCTICA DE LA SALUD MENTAL

William J. Nordling, Paul C. Vitz y Craig Steven Titus

2. PREMISAS TEOLÓGICAS, FILOSÓFICAS Y PSICOLÓGICAS

Craig Steven Titus, Paul C. Vitz, William J. Nordling y el Grupo DMU

PARTE II APOYO PSICOLÓGICO

3. VENTAJAS QUE APORTA LA FE CATÓLICA EN LA CONSTRUCCIÓN DE UN META-MODELO INTEGRADO DE LA PERSONA PARA LA PRÁCTICA DE LA PSICOLOGÍA Y LA SALUD MENTAL

Paul C. Vitz

4. TEORÍAS MODERNAS DE LA PERSONALIDAD. UNA COMPRENSIÓN CRÍTICA DE LA PERSONALIDAD DESDE UNA PERSPECTIVA CRISTIANO CATÓLICA

Paul C. Vitz

5. APOYO PSICOLÓGICO BÁSICO PARA EL META-MODELO CRISTIANO CATÓLICO DE LA PERSONA

Paul C. Vitz

6. EL META-MODELO Y EL CONCEPTO DE LA PERSONA COMO CAPAS INTEGRADAS

Paul C. Vitz y Su Li Lee

PARTE III APOYO FILOSÓFICO

7. METODOLOGÍA Y SUPUESTOS

Craig Steven Titus, Paul C. Vitz y William J. Nordling

8. PLENITUD PERSONAL

Craig Steven Titus, Paul C. Vitz y William J. Nordling

9. EL HOMBRE Y LA MUJER. IGUALDADES, DIFERENCIAS Y COMPLEMENTARIEDAD APLICADAS A LAS VOCACIONES Y VIRTUDES, ESPECIALMENTE LA VIRTUD DEL CORAJE

Christopher Gross, Lisa Klewicki, Paul C. Vitz y Craig Steven Titus

10. REALIZADA A TRAVÉS DE LA VOCACIÓN

Craig Steven Titus, William J. Nordling y Paul C. Vitz

11. REALIZADA EN LA VIRTUD

Craig Steven Titus, Paul C. Vitz, William J. Nordling,

Matthew R. Mcwhorter y Christopher Gross

12. INTERPERSONALMENTE RELACIONAL

Craig Steven Titus, Paul C. Vitz y William J. Nordling

Prefacio

Una suposición básica de la presente obra es que nuestra comprensión de la naturaleza de la persona es fundamental en todos los aspectos de la práctica de la salud mental. Tal visión de la persona define el alcance de lo que vemos como problemas humanos, nuestra comprensión de cómo se desarrollan tales problemas, y lo que se debe hacer para facilitar la curación, el crecimiento e incluso su realización. Otro de los principales supuestos de esta obra es que una comprensión más completa y auténtica de la persona sirve de base para una mejor construcción de la teoría psicológica, para la mejora de la investigación psicológica, así como para el desarrollo de las estrategias, metodologías y prácticas de intervención más eficaces.

No es sorprendente que gran parte de la relativamente corta historia de la psicología moderna haya consistido en intentos de comprender a la persona. No obstante, muchos de estos esfuerzos han conducido al desarrollo de lo que podría denominarse teorías «parciales» de la persona, que analizan un aspecto de la persona y de la personalidad, en profundidad, pero que ignoran muchos otros aspectos de esta. Tales teorías parciales incluyen el psicoanálisis, el conductismo, la terapia centrada en el cliente, la teoría de los sistemas familiares, los enfoques cognitivos y neurocientíficos, y el existencialismo. Una vez más, esos enfoques han contribuido de manera significativa a nuestra comprensión de la persona, pero son inadecuados tanto teórica como terapéuticamente cuando se toman de forma individual.

Por fortuna, en los últimos decenios se han hecho algunos esfuerzos por integrar dos o más de estas teorías parciales para conseguir desarrollar una perspectiva más amplia de la persona. Sin embargo, estos esfuerzos integradores no han logrado producir una comprensión integral de la persona, ni siquiera desde una perspectiva puramente psicológica basada en lo que en realidad está disponible actualmente en este campo.

No obstante, otra hipótesis planteada en la presente obra es que una comprensión de la persona basada únicamente en enfoques psicológicos y en la sabiduría colectiva en el campo de la salud mental es en sí demasiado reduccionista para expresar plenamente la complejidad de la naturaleza humana. La psicología no es más que una de las principales tradiciones de sabiduría que han intentado comprender a la persona. Otras fuentes de sabiduría, como la antigua tradición filosófica occidental y la tradición teológica judeocristiana, con sus tres mil años de antigüedad, también han contribuido de manera significativa a nuestra comprensión de la persona. Colectivamente, estas tres tradiciones de sabiduría —psicología, filosofía y teología— ofrecen percepciones únicas y complementarias de la persona, y la exclusión de cualquiera de las tres disminuye o distorsiona nuestra comprensión de la naturaleza humana. El primer objetivo principal de la presente obra es emplear estas tres tradiciones de sabiduría para conseguir desarrollar un marco integrador, sintético, integral y realista que permita comprender a la persona: el Meta-Modelo Cristiano Católico de la Persona (MMCCP). Y el objetivo final de la presente obra es demostrar cómo dicho Meta-Modelo puede enriquecer enormemente las ciencias psicológicas, así como la práctica de la salud mental.

 

Debido a la naturaleza multidisciplinar de los fundamentos teóricos del MMCCP y sus aplicaciones a la práctica clínica, esta obra plantea algunas exigencias únicas al lector. Requiere que se desarrolle una competencia en el pensamiento de la persona no solo psicológicamente, sino también filosófica y teológicamente. Los editores han organizado el texto bajo un orden lógico para que el proceso de aprendizaje sea más manejable, no obstante, habrá ocasiones en que el lector se verá desafiado por un nuevo lenguaje, nuevos supuestos, conceptos y métodos exclusivos de otras disciplinas.

La estructura general consta de cinco partes. La parte I (capítulos 1-2) orienta al lector sobre la obra en conjunto. Estos dos capítulos, combinados, aportan una introducción condensada al Meta-Modelo Cristiano Católico de la Persona y sus amplias implicaciones en el campo de la salud mental.

En la parte II (capítulos 3 a 6) se describen las razones por las que la psicología, la filosofía y la teología pueden hacer contribuciones complementarias y correctivas únicas a nuestra comprensión de la persona, evitando a la vez las limitaciones de cada disciplina. Esta sección del volumen también proporciona un apoyo psicológico específico al Meta-Modelo.

En la parte III (capítulos 7 a 16) se presenta el método filosófico y las premisas del Meta-Modelo en relación con la persona como un todo unificado, encarnada como hombre o mujer, interpersonalmente relacional, sensorial-perceptiva-cognitiva, emocional, racional, y volitiva y libre. Estos capítulos identifican asimismo las formas en que la persona se realiza a través de llamadas y compromisos vocacionales, y a través de las virtudes y la vida moral y espiritual.

La parte IV (capítulos 17-19) expone las tres premisas teológicas del Meta-Modelo, en concreto la persona como creada a imagen de Dios (fundamentalmente buena), con dignidad innata; caída (pecadora), necesitada de luchar contra el mal y la debilidad omnipresentes, pero ofrecida la redención (salvación), con esperanza de un nuevo significado y santidad.

La parte V (capítulos 20-26) introduce algunas de las formas en que el Meta-Modelo puede proporcionar contribuciones a las ciencias psicológicas y a la práctica de la salud mental. En estos capítulos se examinan las repercusiones del Meta-Modelo en la formación de los profesionales de la salud mental, en la conceptualización, evaluación y diagnóstico de casos, en la psicoterapia individual y de grupo, así como la influencia del Meta-Modelo en la investigación psicológica.

Como se mencionó anteriormente, debido al enfoque multidisciplinar de la presente obra, muchos lectores encontrarán desafíos al abordar material que no está asociado con su disciplina particular. Los lectores de diferentes orígenes pueden desear trabajar bajo diferentes enfoques para estudiar esta obra sobre el MMCCP. A continuación se presentan tres estrategias para abordarla.

Los profesionales de la salud mental que disponen de poca formación en filosofía y teología pueden encontrar útil leer las partes I y II, y luego pasar a la V. Aunque todos los capítulos de la parte V serán de interés para la mayoría de los profesionales de la salud mental, los capítulos 20 a 22, que abarcan los ámbitos de la capacitación, conceptualización de casos y psicoterapia de grupos, ofrecen en conjunto una introducción fundamental a las implicaciones del Meta-Modelo en la práctica de la salud mental. No obstante, en última instancia hay que comprender a fondo la visión de la persona que se presenta en el Meta-Modelo para entender las posibles contribuciones que puede hacer a las ciencias psicológicas y a la práctica de la salud mental. Por estas razones, los profesionales de la salud mental necesitarán ahondar en las partes III y IV del volumen.

Quienes dispongan de mejor formación en filosofía pueden emplear otra estrategia para leer este libro. Después de comenzar con la parte I, para obtener una visión general del Meta-Modelo, tal vez deseen abordar la parte III, que presenta el método filosófico y las premisas fundamentales. Proporciona una visión de la persona, más amplia y profunda que la racionalista, debido a su enfoque realista. El Meta-Modelo representa un marco para que las tres disciplinas reflexionen juntas sobre la realidad con el fin de identificar el significado y la verdad última de la persona. A continuación, estos lectores pueden desear investigar los soportes y premisas teológicas (parte IV) para comprender cómo se integra la naturaleza moral y espiritual de la persona en el Meta-Modelo. Además, muchos de estos lectores habrán elegido este volumen por su vinculación filosófica y teológica con las ciencias psicológicas y con la práctica de la salud mental, y porque pueden desear llegar a las premisas y apoyos psicológicos (parte II) y a las aplicaciones teóricas y clínicas del Meta-Modelo (parte V). En particular, los capítulos 20 a 22 ofrecen en conjunto una introducción fundamental a las consecuencias del Meta-Modelo en la práctica de la salud mental.

Aquellos lectores con más experiencia en consideraciones teológicas y espirituales pueden tomar otro camino para abordar el Meta-Modelo. Al igual que los demás, desearán comenzar con la visión amplia que se describe en la parte I. Y a continuación, tal vez deseen leer la parte IV sobre cómo el Meta-Modelo incorpora la teología católica cristiana (revelación y reflexión basada en la fe) y la práctica (vida moral y espiritual cristiana), y la diferencia que produce el que la persona haya sido creada, caída, y se le ofrezca la redención. Pero, dado que tales reflexiones sobre la persona y la gracia divina requieren una profunda comprensión de la persona, estos lectores también pueden querer abordar los soportes y premisas psicológicos (parte II) y filosóficos (parte III). Estos lectores pueden estar también interesados en las implicaciones clínicas del Meta-Modelo (parte V). Como ya se ha mencionado anteriormente, los capítulos 20 a 22 proporcionan en conjunto una introducción fundamental a las implicaciones del Meta-Modelo en la práctica de la salud mental.

En conclusión: en la presente obra se presenta un Meta-Modelo Cristiano Católico de la Persona, dentro de un marco sintético y sistemático, realista, que permite entender a la persona, enraizado a su vez en tres tradiciones de sabiduría: psicología, filosofía y teología. El objetivo de la presente obra es explicitar los supuestos y principios más significativos del Meta-Modelo, que son necesarios para la integración con la ciencia psicológica y la práctica de la salud mental.


1
Introducción a un Meta-Modelo
Cristiano Católico de la Persona
para la práctica de la salud mental

WILLIAM J. NORDLING, PAUL C. VITZ Y CRAIG STEVEN TITUS

Los dos objetivos principales de este libro son proporcionar una comprensión integral del Meta-Modelo Cristiano Católico de la Persona (MMCCP) y, a la vez, explorar las formas en que esta visión de la persona permite enriquecer la teoría y la práctica dentro del campo de la salud mental. Este capítulo introductorio ayuda a conseguir este objetivo, facilitando orientaciones a los lectores sobre el contenido de la obra en conjunto y ofreciéndoles a la vez una breve introducción al Meta-Modelo, señalando algunas indicaciones generales sobre su importancia dentro del campo de la salud mental.

Con el fin de orientar al lector, el capítulo presenta tres documentos básicos, que resumen sucintamente el MMCCP y las implicaciones de su aplicación a la práctica de la salud mental. Estos documentos incluyen: a) las definiciones de la persona en el Meta-Modelo Cristiano Católico, b) las premisas psicológicas, y c) el marco del Meta-Modelo Cristiano Católico en la práctica de la salud mental.

Además de presentar estos importantes documentos de base, en este capítulo se da el contexto, o «panorama general», para el estudio de toda la obra, proporcionando respuestas preliminares a las siguientes preguntas, a las que se dará una respuesta más exhaustiva en los capítulos siguientes: 1) ¿Qué es el Meta-Modelo Católico de la Persona?, 2) ¿por qué es necesaria una visión enriquecida de la persona bajo un enfoque MMCCP en el campo de la salud mental?, 3) ¿cómo enriquece el uso del Meta-Modelo la práctica clínica en general?, 4) ¿cómo beneficia la visión MMCCP de la persona al cliente?, y 5) ¿cómo beneficia la visión del Meta-Modelo de la persona a la comprensión de los profesionales clínicos de su identidad como profesionales cristianos de la salud mental?

A continuación, el capítulo ofrece al lector una mayor orientación sobre toda la obra, presentándole una visión general de la estructura del libro, así como las estrategias que el lector puede adoptar para abordar su estudio de la obra, dada su diferente familiaridad con los campos de la psicología y la práctica de la salud mental, la filosofía y la teología.

¿EN QUÉ CONSISTE EL META-MODELO CRISTIANO CATÓLICO DE LA PERSONA?

El Meta-Modelo Cristiano Católico de la Persona constituye un marco que aporta un rico y comprensivo entendimiento de la naturaleza de la persona. El Meta-Modelo se desarrolla a partir de premisas o proposiciones centrales sobre dimensiones de la persona que han sido aportadas por la sabiduría de las ciencias psicológicas, así como por dos antiguas tradiciones más: la sabiduría de la filosofía y de la teología. Las bases de las premisas teológicas, filosóficas y psicológicas del Meta-Modelo se presentan en el capítulo 2 («Premisas teológicas, filosóficas y psicológicas»). Las premisas del Meta-Modelo se examinan de manera exhaustiva a lo largo del presente volumen, en la parte II, «Apoyo psicológico» (capítulos 3-6); la parte III, «Apoyo filosófico» (capítulos 7-16); y la parte IV, «Apoyo teológico» (capítulos 17-19).

La visión del Meta-Modelo sobre la persona puede resumirse sucintamente mediante su definición en tres partes, que constituyen las tres premisas básicas sobre la persona, desde una perspectiva teológica, filosófica y psicológica, tal y como se indica en la tabla 1.1. siguiente.

Cada una de esas dimensiones o capacidades de la persona, identificadas en las definiciones, se examina a fondo en un capítulo propio: integridad personal (capítulo 8); ser único como hombre o mujer (capítulo 9); realizada a través de las llamadas vocacionales (capítulo 10); realizada en la virtud (capítulo 11); interpersonalmente relacional (capítulo 12); sensorial-perceptual-cognitiva (capítulo 13); emocional (capítulo 14); racional (capítulo 15); volitiva y libre (capítulo 16); creada a imagen de Dios y, por lo tanto, fundamentalmente buena y con dignidad (capítulo 17); caída (capítulo 18); y redimida (capítulo 19).

 

Complementariamente, algunos de los comentarios generales sobre el Meta-Modelo aportan el contexto, evitando así que se produzcan posibles malentendidos. En primer lugar, es importante señalar que el Meta-Modelo plantea que la psicología, la filosofía y la teología son todas fuentes de verdad sobre la persona (Juan Pablo II, 1998; y el capítulo 6, «La persona como capas integradas») y hacen contribuciones integradoras y complementarias que permiten una comprensión realista de la persona. Estas disciplinas juntas actúan como «lentes» para ver a la persona, y juntas proporcionan la posibilidad de una visión más rica y clara de la persona de lo que sería posible si se utilizase una sola lente. Tal y como se examinará en mayor profundidad a continuación, estas disciplinas utilizan diferentes metodologías (capítulo 7, «Metodología y supuestos»), examinando así a la persona desde diferentes niveles de análisis o capas (capítulo 6). Cada uno de estos niveles proporciona sus propias contribuciones importantes para comprender la verdad sobre la persona, e integrados entre sí permiten obtener una comprensión más rica y precisa.

TABLA 1.1. Definiciones de la persona

Desde una perspectiva teológica (Escrituras, tradición y magisterio), la persona ha sido creada a imagen de Dios y hecha por y para el amor divino y humano, y —aunque sufriendo los efectos del pecado original, personal y social— es invitada a la redención divina en Cristo Jesús, a la santificación a través del Espíritu Santo y a la beatitud con Dios Padre.

Desde una perspectiva filosófica, la persona es una sustancia individual de naturaleza racional (intelectual), volitiva (libre), relacional (interpersonal), sensorial-perceptiva-cognitiva (conocimiento prerracional), emocional y unificada (cuerpo-alma); la persona está llamada a su realización, la responsabilidad moral y la virtud a través de su estado vocacional con o sin voto, así como a través de la vida laboral, el servicio y el ocio significativo.

Desde una perspectiva psicológica, la persona es un ser encarnado, inteligente, que utiliza el lenguaje y ejerce un libre albedrío limitado. La persona es fundamentalmente interpersonal, experimenta y expresa emociones, y dispone de capacidades sensoriales-perceptivas-cognitivas que le permiten estar en contacto con la realidad. Todas estas características se hacen posibles gracias a la unidad del cuerpo y a la singular autoconciencia, expresada en el comportamiento y la vida mental. Complementariamente, la persona está llamada por la naturaleza humana a realizarse gracias al comportamiento virtuoso y el crecimiento trascendente; a través de compromisos interpersonales con la familia, los amigos, con otras personas; también a través del trabajo, el servicio y un ocio con sentido. Desde sus orígenes (naturales y trascendentes), todas las personas disponen de bondad, dignidad y valor intrínsecos. En el curso de la vida, incluso aunque sufran numerosos desórdenes o desgracias naturales, personales y sociales, todas las personas tienen la esperanza de curarse, tener sentido y prosperar.

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Por ejemplo, la premisa teológica de que estamos hechos a imagen de Dios nos aporta una certeza, basada en la fe, de que somos interpersonales y de que estamos llamados a amarnos los unos a los otros. La teología nos proporciona asimismo una comprensión de la naturaleza del matrimonio y de la vida familiar de como una llamada al amor basado en la entrega, de nuestra relación interpersonal con Dios como una fuente de esperanza, especialmente para la vida después de la muerte.

La tradición filosófica, por su parte, nos aporta una profunda percepción y un amplio análisis, así como una síntesis sistemática sobre el significado existencial de la vida, la verdad y la belleza, y los aspectos éticos de las vocaciones. Esto incluye numerosos tipos de relaciones, que van desde nuestras relaciones familiares hasta los tipos de amistades o nuestra relación con la comunidad.

Las ciencias psicológicas aportan teorías y datos empíricos que proporcionan perspectivas de desarrollo y comprensiones psicodinámicas. Adicionalmente, suelen proporcionar una especificidad que permite el desarrollo de planes de tratamiento e intervenciones claras. Por ejemplo, las ciencias psicológicas han identificado que las parejas con problemas suelen caracterizarse por dar respuestas desproporcionadas a las críticas y por ciertos comportamientos de «demanda/retiro». Este tipo de aspectos, relacionados con la naturaleza interpersonal de la persona, no se abordan mediante los métodos utilizados por la teología y la filosofía. En resumen: el enfoque bajo una perspectiva multidisciplinar para el desarrollo del MMCCP aporta un marco para la comprensión de la persona que es amplio y preciso, al tiempo que permite una mayor especificidad y aplicabilidad.

Paralelamente a las premisas teológicas y filosóficas del Meta-Modelo, se encuentran las once premisas psicológicas (véase tabla 1.2.). Estas premisas psicológicas constituyen la base de la definición psicológica de la persona del Meta-Modelo (véase más arriba). El lector debe tener en cuenta que, entre paréntesis, tras cada premisa psicológica, aparece indicada la correspondiente premisa filosófica o teológica con la que se asocia la premisa psicológica. En resumen, el cuadro presenta un breve panorama sobre cómo las «capas» psicológicas, filosóficas y teológicas, las «lentes» o niveles de comprensión, se apoyan y complementan entre sí.

TABLA 1.2. Una visión psicológica de la persona consistente con las premisas teológicas y filosóficas del Meta-Modelo Cristiano Católico de la Persona

Las siguientes once premisas psicológicas aportan una comprensión psicológica de la persona, consistente con las premisas teológicas y filosóficas del MMCCP y con las ciencias psicológicas. Facilitan un esquema que se enriquece con subpremisas que permiten elucidar más en profundidad todas las implicaciones teóricas y clínicas que el Meta-Modelo aporta a la psicología y al consejo clínico. Junto con las premisas teológicas y filosóficas que aporta el MMCCP, permiten profundizar y completar nuestra comprensión de la persona, para aplicarla a la práctica de la salud mental. (Entre paréntesis figuran los nombres de las premisas teológicas y filosóficas correspondientes).

I. La persona está formada por un núcleo esencial de bondad, dignidad y valor, y busca la realización de sí misma y de los demás. Esta dignidad y valor son independientes de cualquier edad o habilidad. Este núcleo de bondad es fundamental para que una persona valore la vida, se desarrolle moralmente y se realice. (Creada).

II. La persona suele experimentar diferentes tipos de dolor, sufrimiento, ansiedad, depresión u otros trastornos en sus capacidades humanas y durante sus relaciones interpersonales. La persona también puede estar angustiada o herida por causas naturales y por el comportamiento dañino de otros. Las personas tienen diversos niveles de experiencia distorsionada consciente e inconsciente, que hacen que no se respeten ni amen a sí mismas, ni a los demás, como deberían. Además, frecuentemente no viven de acuerdo con muchos de sus valores básicos. (Caída).

III. La persona, con la ayuda de los demás, puede encontrar apoyo y curación, corregir comportamientos insanos y encontrar un significado a través de la razón y la trascendencia, todo lo cual produce una realización personal e interpersonal. En resumen, existe una base importante para esperar un cambio positivo en la vida de cualquier persona. (Redimida).

IV. Toda persona es un cuerpo-alma unificado, con una identidad personal única, que se desarrolla a lo largo del tiempo en un contexto sociocultural. Esta unidad está formada por la totalidad de la experiencia de la persona. Por ejemplo, el abuso físico afecta a la vida corporal, psicológica y espiritual de la persona. (Unidad).

V. La persona se realiza discerniendo, respondiendo y equilibrando tres llamadas: a) sus llamadas como persona, para vivir una vida guiada por valores, centrada en el amor y las metas trascendentes; b) llamadas para cumplir con compromisos vocacionales con otras personas, como permanecer solteras, casadas o tener una clara vocación religiosa, y c) llamadas para participar en trabajos, servicios y actividades de ocio socialmente significativos. (Realizada a través de la vocación).

VI. La persona se realiza y sirve a los demás gracias al desarrollo continuo de sus virtudes, de su carácter moral y su madurez espiritual, incluyendo el crecimiento de sus capacidades cognitivas, volitivas, emocionales y relacionales. Gracias al esfuerzo y la práctica, la persona alcanza virtudes que le permiten el logro de sus metas y su realización. Por ejemplo: los padres o madres que desarrollen la paciencia, la justicia, el perdón y la esperanza serán más capaces de realizarse como padres. (Realizada en la virtud).

VII. La persona es intrínsecamente interpersonal, formada a lo largo de su vida mediante relaciones, como las que se mantienen con los miembros de la familia, las parejas románticas, amigos, los compañeros de trabajo, colegas de profesión, comunidades y sociedad. (Relacionalmente interpersonal).

VIII. La persona se encuentra en interacción sensorial-perceptiva-cognitiva con la realidad externa y dispone de capacidades relacionadas, como la imaginación y la memoria. Tales capacidades subyacen a muchas de nuestras habilidades, permitiéndonos reconocer a otras personas, comunicarnos con ellas, establecer metas, sanar recuerdos y apreciar la belleza. (Sensorial-perceptual-cognitiva).

IX. La persona dispone de la capacidad de la emoción. Las emociones, que implican sentimientos, respuestas sensoriales y fisiológicas, así como tendencias a responder (conscientes o no), proporcionan a la persona el conocimiento de la realidad externa, de los demás y de sí misma. El exceso, o déficit, de ciertas emociones es indicador importante de patologías, mientras que el equilibrio emocional es habitualmente un signo de salud. Por ejemplo, cuando se equilibra la capacidad humana de empatía, se puede producir la curación de uno mismo y de los demás, mientras que su déficit o exceso lleva a producir indiferencia o agotamiento. (Emocional).