Growth Mindset

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Growth Mindset
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EBER DOSIL

Consultor Senior de Formación durante 8 años, Responsable de Empresas en Banco Santander, Socio Director Fundador de Consultoría de Gestión de Riesgos Newbers. Empresariales en Universidad Pais Vasco, Master en Finanzas en el IE (Instituto de Empresa) y PDD en IESE (Universidad de Navarra).

Este libro quiere que desarrolles, aumentes, multipliques y potencies al máximo tu mentalidad de crecimiento, tu capacidad de desarrollo, con especial hincapié en la visión espacial, el esfuerzo, la disciplina y el pensamiento lateral para que maximices todo tu potencial.

Para ello el autor utiliza infinidad de ejercicios, ejemplos, historias propias y los últimos conceptos e investigaciones de los mejores autores de management y universidades del mundo.

Un libro multidisciplinar y extraordinario para cambiar tu visión del mundo y ampliar tu perspectiva.



Categoría: Crecimiento personal

Colección: Autoayuda, coaching, mindfulness y psicología

Título original: Growth mindset, la actitud mental que te hará crecer

Primera edición: Febrero 2020

© 2020 Editorial Kolima, Madrid

www.editorialkolima.com

Autor: Eber Dosil

Dirección editorial: Marta Prieto Asirón

Maquetación de cubierta: Sergio Santos Palmero

Maquetación: Carolina Hernández Alarcón

Imágenes: @Shutterstock

Producción del ePub: booqlab

ISBN: 978-84-18263-08-8

No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares de propiedad intelectual.

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 45).

Para Maite, por romper la crisálida y hacer que la mariposa salga.

ÍNDICE

PRÓLOGO

CAPÍTULO 1. WHY

¿POR QUÉ HACEMOS LAS COSAS QUE HACEMOS?

ERROR

FOMO

TE PRESENTO A TU CEREBRO: JOHNNY «TRAMPAS» BRAIN

¿QUÉ ESTÁS PENSANDO?

MINDFULNESS

CEREBRO LÍMBICO

EL «SEGUNDO CEREBRO»

FELICIDAD

GROWTH MINDSET

CAPÍTULO 2. WHERE

TÚ, LA TIERRA Y EL UNIVERSO

EL MUNDO QUE HEMOS CREADO

LA PARTIDA DE PÓKER

HOMO SAPIENS, TU ANTEPASADO DE GATILLO FÁCIL

ENTORNO VUCAA, VUCAH, VUCAD...

REVOLUCIÓN DIGITAL

CAPÍTULO 3. WHEN

TIME IN A BOTTLE

PREPÁRATE PARA MORIR

VIVIR ES FÁCIL CON LOS OJOS DE CONNOR MCLEOD (HIGHLANDERS)...

TODOS NOS VAMOS A MORIR ALGÚN DÍA

EGO

PREGUNTA CAPCIOSA A LA QUE IGUAL NO QUIERES RESPONDER

LA MUERTE COMO MAESTRA

DOLOR Y RESPIRACIÓN

CUESTIONA, CUESTIONA, CUESTIONA

TIERRA-AGUA-FUEGO-AIRE

CAPÍTULO 4. WHAT FOR

ENCUENTRA TU RAZÓN

NO ESPERES IMPACIENTEMENTE

CARPE DIEM

CÓMO SER UN LÍDER GM

GANANDO PRESENCIA EJECUTIVA GM

ESTRATEGIA DE LIDERAZGO GM

CALENDARIZAR

CAPÍTULO 5. WHAT

REVÁLIDA DEL PRIMER CAPÍTULO

FÓRMULA DE LA LONGEVIDAD

HIPOCRESÍA INCOHERENTE

EGOÍSMO EXAGERADO

PERFECCIONISMO PSICÓTICO

VER ERRORES AJENOS COMO UN HALCÓN

FALTA DE VALORES Y ÉTICA. PASOTISMO PASOTA

PROCRASTINACIÓN

GRATIFICACIÓN INMEDIATA

TREPAS Y PERSONAJES QUE NOS RONDAN EN EL TRABAJO

ACTITUD POSITIVA SIEMPRE. THINK POSITIVE

LISTADO SECRETO

CAPÍTULO 6. WILL

SI QUIERES ESTÁS EN MEJOR SITUACIÓN PARA PODER CONSEGUIRLO QUE SI NO QUIERES, ASÍ QUE «UP TO YOU»

EL PELIGROSO MUNDO DE LAS PALABRAS

LLEGA EL MOMENTO DE ELEGIR... ¿QUIERES EVOLUCIONAR?

OBJETIVO ANUAL GM

IKIGAI

PROCESO DE SUEÑO Y RUTINA MAÑANERA

EPÍLOGO

ANEXOS

LISTADO DE PELÍCULAS GM

FRASES DE CINE

FRASES, FRASES, FRASES, FRASES...

SOLUCIONES A LOS EJERCICIOS PROPUESTOS

BIBLIOGRAFÍA

 

«Do or do not. There is no try»1.

MAESTRO YODA

__________

1 Haz o no hagas. No hay intento.

PRÓLOGO

Llamadme Eber*.

Sí, me llamo así, Eber. Es mi nombre real. Como curiosidad te diré que es de origen bíblico ya que mis padres tuvieron la graciosa idea de buscar en la Biblia un nombre «diferente» y encontraron, entre otras opciones todavía más extravagantes, a un posible descendiente de Noé que parece que debió participar en la construcción de la Torre de Babel, así que tampoco parece que hiciera nada especial. Las otras opciones de nombres eran terribles así que al final no voy a quejarme mucho. Quede claro de una vez por todas que Eber no es una cosa que «mola mucho» ni un «mote chulo», porque si te parece divertido o bonito, si te parece cool y original, prueba a reservar en un restaurante a ese nombre o simplemente preséntate por teléfono y veamos qué te responden o anotan, Eduardo, Elber, Elmer, Feber, Ever, Guever, Carber, Lever, Sever, Ander, Eder, Ener, y podría seguir hasta acabar el libro. Pero quiero que sepas que el nombre es accidente y no esencia, así que dejémoslo correr reconociendo que apenas lo he sufrido en mis años jóvenes (y no tan jóvenes), con sus interpretaciones y traducciones varias.

Soy un ex empleado de Banco Santander, profesor en varias escuelas de negocios, ex alumno del Instituto de Empresa y del IESE, esponja de conocimiento, profesional curioso, divulgador y contador de historias divertidas. Tengo una Vespa, soy ambidiestro, me encanta mi vida con mi mujer y mis sobrinos, me gustan el baloncesto, el café y la huerta y soy más de playa que de montaña. Ya me conoces casi mejor que mucha gente.

A los veinte años tuve una experiencia demasiado cercana a la muerte para esa edad. Recuerdo que era a principios de octubre, aunque por algún motivo no soy capaz de recordar el día concreto. Solo sé que escuché el silbido de la guadaña muy cerca. Fue cara o cruz. Nos presentaron de pasada pero se fue sin decir adiós. No fue una experiencia en el sentido de estar medio muerto, perder la consciencia, caminar hacia la luz o hablar con tus abuelos muertos mientras estás en coma ni nada parecido. Tuve la enorme suerte de que un amigo mío se muriera de un infarto fulminante a metro y medio de distancia mientras caminábamos juntos hacia su coche por la calle San Martín de San Sebastián, justo a la altura del pub Molly Malone. Me imagino que habrás vuelto a leer lo anterior. Sí, he puesto suerte. Después de mucho reflexionar sobre lo ocurrido lo tengo claro: sin quererlo él me hizo el regalo más preciado que alguien le puede hacer a otra persona: me regaló su tiempo en la Tierra haciendo que el mío fuera mucho más consciente y valioso desde entonces. Me abrió los ojos a la vida de golpe. Vida y muerte unidas desde el principio. Me enseñó que todos vamos a morir.

*Homenaje a Moby Dick, uno de los libros que todo el mundo dice haberse leído. Si no te suena el homenaje formas parte del club «Sí claro, me lo he leído».


NO LO SÉ

No tengas miedo de decir «no lo sé», porque cada vez que decimos «no lo sé» estamos creando un hábito fundamental de Growth Mindset. «No lo sé» es la primera respuesta que nos llevará a la siguiente etapa, siempre claro está que busquemos la siguiente respuesta y nos preocupemos por aprender durante el proceso. Siempre que tengamos en mente que tenemos que seguir aprendiendo.

Claro que al principio fue un regalo envenenado hasta el tuétano. Me angustié, lloré y sufrí muchísimo debido a la pérdida, las dudas, la incomprensión, la fragilidad, lo absurdo de la vida y la aparición de una sensación desconocida llamada hipocondría, angustia vital o miedo a la muerte, que me acompañó durante demasiado tiempo apareciendo en cualquier momento y en cualquier situación. Era muy limitante; tenía mucho que digerir y no tenía las herramientas adecuadas. Todavía.

No fue hasta hace unos años que fui capaz de darme cuenta de la suerte que tuve y poder estar en paz con mi pasado para agradecerle ese regalo. Estaba equivocado al sentir rabia y enfado por que mi amigo se hubiera muerto. Simplemente no quería reconocer que no sabía lo que estaba pasando, que tenía dudas y que no controlaba la situación. El día de la muerte de Roberto* empecé a desarrollar mi mentalidad de Growth Mindset sin saberlo. En alguna parte inconsciente de mi cabeza se comenzaron a gestar estas líneas.

Muchas veces pienso que la muerte tiró una moneda al aire y a él le tocó la cruz. Entiendo que yo también jugué sin quererlo y saqué cara porque en el momento de su muerte íbamos directos hacia su coche. Si el infarto le hubiera llegado cuatro minutos más tarde mientras conducía, quizás ahora yo también estaría muerto. Nunca lo sabré. Lo que sí sé es que mi cabeza comenzó a rumiar la vivencia necesaria que hasta ahora no me había sentido preparado para escribir. Me faltaban conocimiento, experiencias, madurez, valor, vida. Sentía que tenía que aprender muchísimas cosas antes de contarte las que creo que son más importantes. Sentía que llegaría el momento a su debido tiempo, que entonces sabría qué hacer y que hasta entonces tendría que prepararme a conciencia para expresar lo que quería contar, sin saber que ya me estaba preparando para ello desde el mismo momento en que mi amigo cayó al suelo.

*Mi amigo se llamaba Roberto. Éramos compañeros de colegio con un par de clases de distancia. Teníamos muchos amigos comunes y compartíamos partidos de fútbol y noches en la barra del Yaba-daba en San Sebastián. En la Zona, en la calle San Bartolomé. El Cine, el Twicken, el Moro… Todos esos recuerdos se quedaron ahogados entre katxis de cerveza. (La última vez que fui por allí, hace un año, toda aquella zona parecía el escenario de una película de zombies). Y decidió morirse de repente y sin preaviso, sin escenas como las de las películas donde el protagonista antes de morir dice unas palabras chulas y te agarra la mano. Roberto se desplomó a mi derecha mientras caminábamos; yo iba medio paso por delante. De repente escuché un ruido sordo al ver de refilón como caía un peso muerto. La caída fue extraña, a cámara lenta en mi cabeza y mis recuerdos. Murió de un infarto en la calle sin haber cumplido los veinte años. Mi reacción en ese momento fue la normal en esos casos cuando un amigo tuyo se cae al suelo y parece que está fingiendo. «Deja de hacer el tonto», «no tienes gracia»; recuerdo bien que le dije estas dos cosas. Pero la cosa iba en serio. Me agaché a su lado y esperé a que viniera la ambulancia. Llegó rapidísimo y en el Hospital de San Sebastián (allí se la conoce como «la resi») hicieron todo lo posible pero no hubo ninguna opción.

De verdad que iba en serio. Tan en serio que una hora después de desplomarse, yo estaba esperando a la salida de Urgencias a que mi padre viniera en coche a buscarme.

Teníamos toda la noche por delante para avisar de lo sucedido a alguien de una familia a la que apenas conocíamos. (Recuerda que hace veinte años no había móviles, así que todo era más complicado que hoy en día, hasta la cosa más simple como contactar con una persona. Tampoco había Google y no era fácil localizar a nadie). Fue una noche dura que colapsó mi cabeza, abrumada con pensamientos y emociones desconocidos. Al final encontramos a un tío suyo que avisó al resto de su familia. Recuerdo que llegamos a casa pasadas las cinco de la mañana. Los pensamientos y el sufrimiento en forma de «me voy a morir de infarto yo también» que vinieron después te los contaré en el libro, pero básicamente sentí un miedo atroz por lo fácil que resultaba eso de morirse. Había visto morir a mis abuelos, pero entonces piensas, de manera lógica, que eran mayores y les tocaba; la famosa «ley de vida» que dicen algunos. También había pasado muchas veces por las esquelas mientras leía el periódico a diario, pero eran rostros desconocidos que no me decían nada (aparte de sus edades, que no solían coincidir con las de las fotos que había allí). Pero esta muerte era distinta. Era un amigo de mi edad e íbamos juntos caminando hacia su coche cuando sucedió. Lo viví todo en primera persona. Y lo viví solo.

Desde hace unos años soy profesor en el Instituto de Empresa, una de las mejores escuelas de negocios del mundo según los rankings, y cuento muchas de las cosas que vas a leer aquí en mi asignatura «Growth mindset y apertura al crecimiento, conocimiento de uno mismo». Pero hasta hace unos meses estas líneas no tenían sentido porque en mi fuero interno sabía que tendría que esperar a vivir el tiempo necesario para poder contarte que he interiorizado una cosa fundamental en la que se basan toda mi experiencia, mensaje y conocimiento adquirido y transmitido:

Tal como yo, tú también te vas a morir.

En este libro parto de la base, no soy ningún gurú, un sabio teórico que te habla desde su atalaya de conocimiento, y mucho menos quiero colocarle a nadie mis ideas para cambiar su mente y el mundo. No. Soy una persona como tú. Una persona a la que muchas veces le preguntan ¿y tú, qué sabes de mindset? o ¿por qué enseñas esas cosas en tus clases? Mi respuesta siempre es la misma: soy una persona normal, como lo son la inmensa mayoría de las que te rodean. Soy un proyecto en constante desarrollo. Y me permito escribir estas reflexiones porque he sufrido mucho, he vivido mucho y he estudiado mucho sobre mentalidad de apertura al cambio, crecimiento personal, autoconocimiento, la vida, la muerte y el desarrollo personal con herramientas que ayuden de verdad, sin circos ni paripés. He reflexionado sobre el fin y el comienzo de las cosas encajándolas en un círculo que no tiene huecos.

Simplemente soy una persona que ha escuchado muchas ideas y desarrollado conceptos que pueden ayudarte a vivir de manera más plena contigo mismo. Alguien que maneja herramientas y técnicas prácticas, útiles y sencillas para que las personas mejoren. Soy un profesor emocionado por expresar a sus alumnos todo lo que creo que es importante, para que ellos mismos cojan lo que quieran y desechen lo que no les guste, no les encaje, o directamente no crean que es como yo lo cuento. La pasión que transmito en mis clases (son una especie de obra de teatro donde me divierto mucho y enseño con un vuelco de mi alma cada vez que conecto el micrófono) quiero que aparezca en estas líneas pese a la dificultad de la distancia que nos separa. Voy a tratar de escribir como lo cuento; no quiero hacer un sesudo ensayo de filosofía esotérica. Espero conseguirlo.

Quiero que me veas como una catapulta, una palanca, un pilar, un fertilizante para tu desarrollo, como el pastelero que te acompaña paso a paso en la receta y prueba el postre contigo, te dice dónde te has equivocado y qué puedes hacer para mejorar y crear tu propia receta. No quiero adoctrinarte, enseñarte o llevarte de la mano. Creo que así lo único que conseguiría es que me escucharas pero no tuvieras la sensación de tener que esforzarte. Lo que quiero es que te obligues a replantearte cosas, que aceptes que puedes cambiar, que todo en tu interior está llamado al cambio transformacional cada segundo que vives.

Lo único que quiero es provocarte, enfadarte, que entres en Internet para desmentir lo que yo te diga o corroborarlo, que preguntes a la gente que sabe más que nosotros, que amplíes las cosas que te parezcan interesantes, y despertar tu curiosidad y tu sentido crítico. Para mí es el único camino para que pienses por ti mismo. Quiero que dudes de todo lo que te voy a contar para que encuentres tu verdad. Quiero que desafíes, retes, cuestiones. Quiero que seas tú. Porque solo desde dentro, solo desde uno mismo pueden llegar el cambio y el crecimiento.

Piensa en las veces que has creado algún hábito en tu vida, aunque fuera un hábito perjudicial. Lo has construido desde dentro, desde una convicción, encontrando un cómo cuando tuviste un porqué. Si eres ex fumador, habrás dejado de fumar cuando tú y solo tú estabas convencido y motivado para ello. Si has dejado esa relación tóxica que llevaba mucho tiempo quitándote la vida, no lo habrás hecho hasta que dentro de ti tuvieras el convencimiento y hubieras encontrado tu razón, por mucho que tu círculo cercano lo viera claro antes que tú. Porque es tu vida y tu vida la manejas tú. Pero, por favor, manéjala de verdad con actos y no solo con palabras. No te quedes en las intenciones porque solo las intenciones no cambian nada.

 

Cualquier cambio debe empezar de dentro a fuera.

Debe partir de tu interior con la generación de una chispa que lo incendie todo. Un incendio que puede abrasar para reconstruir lo que haga falta. Un incendio que tú mismo apagues cuando quieras. Pero siempre resurgiendo de las cenizas como el Ave Fénix.

Este libro quiere que desarrolles, aumentes, multipliques y potencies al máximo tu mentalidad de crecimiento, tu capacidad de desarrollo, con especial hincapié en la visión espacial, el esfuerzo, la disciplina y el pensamiento lateral para que maximices tu potencial.

Quiero que aprendas a adaptarte a los entornos, que fluyas con la experiencia y que tengas herramientas para poder manejarte mejor en el mundo que te rodea. Quiero enseñarte que no solo hay extremos, que la mayoría de las cosas no son binarias. El mundo está lleno de grises pese a que nos enseñen a ver solo los blancos y negros.

En definitiva, quiero enseñarte (aunque tú ya lo sabes) que la vida consiste en aprender, mejorar y seguir avanzando, sabiendo en todo momento que el final puede estar esperándote a la vuelta de la esquina, en la siguiente rotonda, cuando entres al supermercado o te acuestes a dormir con la esperanza de despertarte como siempre.

Es un ejercicio intenso porque nos enfrenta a una realidad que evitamos contemplar: nuestra propia desaparición. Así que recuerda que el tiempo que se te regala cada vez que abres los ojos al despertarte no lo controlas, ya que la vida no sigue los mismos cronogramas que los proyectos de tu empresa. El tiempo es un regalo del que no puedes pedir más unidades o que no puedes comprar en Amazon. El tiempo maneja sus propias fechas y ritmos. Hay que aprender a bailar con el ritmo de la incertidumbre aunque la música que suene no nos guste.

Growth Mindset, el autoconocimiento y todas las ideas, ejercicios, errores y lecciones que encontrarás aquí quieren sacar la mejor versión posible de ti mismo en este momento, y si dentro de un año vuelves a trabajar sobre lo que estamos explicando aquí, que vuelvas a poder sacar otra nueva mejor versión de nuevo.