Donald Meltzer, vida onírica

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Donald Meltzer, vida onírica
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Diseño de la colección

Maia F. Miret

Portada

Beatriz Hernández

Logotipos

Gabriela Domínguez

Diagramas

“Imprescindibles” , Miguel Kolteniuk

“Escuela Kleiniana”, Margarita Moya y Jaime del Palacio

Fotografìa de portada

“Meltzer en Barcelona”

Graciela Arredondo

Primera edición, 2019

Primera reimpresión, 2019

Derechos reservados conforme a la ley

Prohibida su reproducción parcial o total

© ANALYTIKÉ EDICIONES

Magisterio Nacional 206

La Joya, Tlalpan

14000 Ciudad de México

Editorial Página Seis, S.A. de C.V.

Teotihuacan 345, Ciudad del Sol,

C. P. 45050, Zapopan, Jalisco

Tels. 33 3657 3786 y 33 3657 5045

www.pagina6.com.mx • p6@pagina6.com.mx

ISBN: 978-607-8676-57-6

Se editó para publicación digital en febrero de 2021.

Índice

Analytiké

Prólogo del Editor

Referencias cronológicas

Biografía de Donald Meltzer (1922-2004)

Nociones esenciales antes de abordar el texto

Antecedentes de la obra

Cuestiones fundamentales

Guía de lectura

Análisis del texto

Ideas centrales

Dos capítulos de Vida onírica

Comentario clínico sistemático

Propuestas

Trascendencia

Lecturas sugeridas

Obras de Donald Meltzer

Bibliografía general

Analytiké

Hacia 1950, el psicoanálisis era una disciplina ampliamente estudiada y practicada en muchos países, de tal manera que ya había formado una atmósfera que envolvía la vida cultural de Occidente. Los conflictos y quehaceres del ser humano eran explicados cada vez más con el aparato conceptual creado por Freud. Si bien, para entonces, la práctica clínica apenas se iniciaba en México, la obra freudiana había permeado en la vida intelectual y artística desde las primeras décadas del siglo xx. Es bien conocida, por ejemplo, la importancia que tuvo para Samuel Ramos, Santiago Ramírez y Octavio Paz en la interpretación del ser del mexicano, y de ensayos como El laberinto de la soledad en la construcción de nuestra identidad. De la misma manera, fue determinante en el trabajo de Remedios Varo y de Frida Kahlo, Leonora Carrington, Luis Buñuel, entre otros.

El escaso interés que suscitó en nuestro país como método terapéutico (un pequeño número de profesionales en constantes disputas en un universo apenas un poco mayor de pacientes) disminuyó aún más en la medida en que la psicofarmacología y otras modalidades de tratamiento de los conflictos dieron a Freud por muerto.

Quizás esta precariedad en la disciplina impidió en México el desarrollo de un pensamiento más rico, pero el caso es que siempre faltaron elaboraciones teóricas, o al menos recuentos clínicos, que escaparan de los círculos secretos de las asociaciones. A diferencia de otros países —la Argentina, el más comparable al nuestro— en México escasearon siempre las publicaciones originales. Además de algunas revistas profesionales y muy pocos libros, la actividad editorial dio siempre muestras de indigencia.

Ocasionalmente, algunas casas editoriales mexicanas añadieron, de un modo ancilar, pero sin duda significativo, un grano de arena a la tarea de traducción de las editoriales argentinas y españolas que habían iniciado desde principios del siglo xx la difusión de la obra de los grandes autores (Freud, Ferenczi, Abraham, Rank, Klein, Reich, Winnicott, Bion, Fromm, Lacan...). Pero rara vez contribuyeron con aportaciones originales.

No existió nunca una editorial especializada en la materia.

Desde hace ya algunas décadas, el psicoanálisis recobra su brío perdido. En Estados Unidos, el país en donde más sufrió, florecen ahora los centros de formación; las publicaciones periódicas y los libros se multiplican. Hoy en día, en México, los centros académicos que ofrecen formaciones psicoterapéuticas, con la diversidad de sus tendencias, se cuentan por decenas. Las publicaciones son menos infrecuentes. Son centenas, miles acaso, las asociaciones, los grupos de trabajo estilo taller, las reuniones de estudio animadas por profesionales apasionados preocupados por difundir el saber psicoanalítico.

Analytiké surgió por la necesidad de dar voz a esta nueva atmósfera favorable. Su primera colección, “Los Imprescindibles del Psicoanálisis”, convoca a un conjunto de especialistas que exponen de un modo competente y pedagógico la obra de los autores centrales, que son la matriz de la teoría y de la clínica. Una nueva serie, de próxima aparición, buscará reunir las aportaciones originales de profesionales mexicanos, españoles y, en general, de América Latina.

Analytiké es un emprendimiento sin propósito de lucro que aspira a hacer llegar al lector las expresiones más ricas del pensamiento psicoanalítico de los grandes maestros, pero también de pensadores contemporáneos de nuestra lengua.

Prólogo del Editor

Éste es mi punto de vista, el corazón de la sustancia de la psicología postkleiniana: que a las cuatro categorías de exposición de Freud —dinámica, genética, estructural y económica— se ha agregado, con pormenores que van incrementándose, la investigación de los aspectos geográfico y epistemológico del funcionamiento mental. Queda por ver si el aspecto estético llegará eventualmente a tener suficiente claridad como para agregar una séptima categoría.

D. Meltzer

Presentamos ahora en la colección “Los Imprescindibles del Psicoanálisis” este estudio sobre una obra fundamental de Donald Meltzer. Vida onírica es un libro literalmente revolucionario en el ámbito del psicoanálisis contemporáneo. Se trata de una concepción de la interpretación de los sueños que enriquece la obra fundante, publicada por Freud en 1900, con una perspectiva ampliada y distinta. Vida onírica se inscribe en la tradición kleiniana y en lo que se ha dado en llamar el modelo post kleiniano de la mente, que añade a la metapsicología clásica nuevas dimensiones.

Vida onírica es inconcebible fuera de este modelo de la mente. Es por eso que consideramos importante exponer sus rasgos más notables. El propósito es contribuir a una apreciación más provechosa del brillante estudio de Elena Ortiz.

Freud advirtió la ausencia del componente sexual en el informe de Breuer sobre la famosa Anna O, una joven de 20 años a la que los dos médicos trataban de su enfermedad histérica. Esta desestimación de Breuer de un elemento que debía ser vinculado a los síntomas mostrados por la paciente, produjo en ella una violenta transferencia erotizada y un embarazo imaginario que llevó al médico a abandonar el tratamiento. Gracias a su extraordinaria capacidad de aprender de la experiencia, Freud entendió que había un conflicto dinámico inadvertido entre la fuerza pulsional y la resistencia que se le oponía. Esa lucha era la causa de la represión del conflicto en el inconsciente, y de los síntomas como una solución de compromiso. La intensidad con que las dos fuerzas —la pulsión y la resistencia— se oponían podía ser caracterizada como un factor económico.

Otro componente metapsicológico que Freud consideró fue el principio tópico, es decir, la existencia de un aparato mental concebido como un conjunto interactivo de instancias (o, en la segunda tópica, estructuras). Más tarde, Hartmann, Kris y Lowenstein añadieron un punto de vista genético, es decir, el vínculo con la infancia y el desarrollo de la sexualidad infantil.

Los trabajos que Melanie Klein inició hacia 1932 mostraron cómo las tendencias edípicas pregenitales (Edipo y superyó tempranos) incluían la fantasía de una intrusión en el interior del cuerpo de la madre. El descubrimiento y la teorización de la identificación proyectiva a partir de 1946 llevaron a revisar el principio tópico de la mente para concebirlo como un mundo interno, un lugar, habitado por múltiples ‘objetos’ vinculados por sus relaciones, con un guion escrito por la fantasía inconsciente. La importancia de la realidad psíquica en este mundo interno condujo a la convicción de que el ser humano vive en dos realidades y el significado de sus acciones, de sus emociones y de su pensamiento se establece como resultado de las transacciones de los seres que lo habitan, los objetos internos.

En el siglo v a.C., Platón elaboró una teoría filosófica según la cual el mundo perceptible por la sensibilidad humana sería una copia o un reflejo imperfecto de otro en el cual las Formas (Ideas) serían inmutables, eternas y perfectas. Así, por ejemplo, el bien que podemos observar en el mundo es una modalidad de una idea del Bien ‘universal’, ‘absoluto’. Otro tanto ocurre con los objetos concretos: a un caballo, sensible —porque lo percibimos con los órganos de nuestros sentidos—, corresponde un caballo ideal, que reúne las características de todos los caballos realmente existentes en el pasado, el presente y el futuro. En la llamada Alegoría de la Caverna (República, 514a-517b) unos prisioneros están obligados a ver sombras en una pared al tiempo que escuchan ecos de voces. Las sombras son imágenes de figurillas de barro proyectadas gracias a la luz de un fuego que alimentan seres que hablan y cuyas voces los prisioneros perciben como ecos.

 

Liberado, uno de los presos queda primero deslumbrado por la luz que se emplea para proyectar las figuras; luego, al salir de la caverna, el sol le resulta insoportable hasta que puede habituarse y entonces mira los objetos del mundo como realmente son y puede contemplar el Sol-Bien absoluto.

El mundo de la caverna figura nuestro encadenamiento al mundo sensible; la salida, el ascenso del alma hacia el mundo inteligible, el que podemos percibir con nuestra inteligencia (intuición). El fuego de la caverna figura el sol visible del mundo sensible; el sol en el cielo, afuera, es el sol inteligible que representa al Bien porque es la fuente de todo lo que hay de bello y de verdadero, tanto en el mundo sensible como en el inteligible, y cuya contemplación asegura la sabiduría.

Donald Meltzer llamó “mitológico”, “teológico”, “religioso”, “filosófico”, “platónico” al modelo de la mente que surge de las concepciones kleinianas. Ciertamente, la metáfora platónica tiene una cualidad explicativa extraordinaria: el mundo concreto, sensible, los hechos, sólo tienen significado si recurrimos al mundo simbólico inteligible y sólo aprehensible por medio de la intuición. “¿Cuál es el olor de la ansiedad?”, pregunta Bion. Los fenómenos del consultorio sólo son inteligibles, no sensibles; y detrás de las ondas sonoras de las palabras que el oído psicoanalítico capta debe intuirse el significado. “Me siento en el consultorio —dice Meltzer— y miro las sombras en el muro de mi mente.”

El mundo platónico de las ideas fue reinterpretado en la tradición kleiniana no como una abstracción estática, sino como un tipo inmanente de trascendencia, un punto de vista poético: es decir, son las operaciones del mundo interno, entre los objetos internos, manifestadas a través de los sueños y de la fantasía inconsciente (el guion en ese teatro del significado) las que dan significado a nuestra vida. Y estas expresiones, los sueños y la fantasía inconsciente, son simbólicas en su esencia; estéticas.

El sol del Bien es también, para Platón, el de la Verdad y la Belleza. La admiración de Bion y Meltzer por los poetas románticos alemanes e ingleses procede sin duda de la concepción que éstos tuvieron de la infancia, pero, de igual manera, de la importancia que para ellos adquirió la filosofía (“Las alas de la poesía requieren de las plumas de la filosofía”, dice Coleridge), y de la identificación de epistemología y filosofía del arte (estética), es decir, de Verdad y Belleza, que practicaron: “Verdad es belleza y belleza es verdad/ es todo lo que debes saber en la tierra”, dice Keats). Esta identificación de verdad y belleza condujo a Bion a construir un modelo epistemológico que privilegió la verdad y a Meltzer a vincular la verdad con la belleza.

El mundo interno kleiniano suponía una concepción geográfica porque el cuerpo de la madre y las fantasías que éste desencadena en el bebé lo sitúan en los diversos lugares. (Más tarde, en la huella de esta concepción, Donald Meltzer desarrolló una pormenorizada geografía psíquica constituida por el mundo externo, el vientre, el interior de los objetos externos, el interior de los objetos internos, el mundo interno y el sistema delirante, el “no-lugar”.)

La visión epistemológica de Bion encontró en la identificación proyectiva una modalidad de exploración que lo llevó a una teoría del origen y el desarrollo del pensamiento. Bion describió el objeto parental como un pecho-mente, un aparato que permite a los pensamientos embrionarios desarrollarse en complejidad, mientras que las fuerzas negativas de la mente se oponen a la verdad en la realidad interna y externa, en oposición al pensamiento simbólico. Desmentalización, psicosis y estados psicosomáticos (soma-psicóticos) implican esta interferencia.

Así pues, al modelo de la mente del psicoanálisis clásico, que Meltzer llamó neurofisiológico, y cuya metapsicología incluía los principios dinámico, económico, tópico y genético, Klein y Bion adicionaron los factores geográfico y epistemológico.

“Todos los hombres desean por naturaleza saber” (aquí, ‘saber’ debe ser entendido como ‘comprender’), inicia la Metafísica de Aristóteles. El impulso epistemofílico, fue la propuesta psicoanalítica que Melanie Klein elaboró para explicar esta necesidad humana. Para ella, la materia de ese comprender era el pecho, el cuerpo de la madre, porque en la primera realidad del niño el mundo es un pecho y un vientre (Klein, 1930b: 233). Para Meltzer el conocimiento primordial es igualmente la respuesta a la primera percepción del mundo-pecho objeto combinado, sólo que el afán no es únicamente epistemológico, sino fundamentalmente estético, porque se trata de la respuesta del bebé a la belleza del mundo.

Para Meltzer, una dimensión estética del aparato mental se presentaba como lógicamente necesaria, una consecuencia de la evolución del modelo de la mente propuesto inicialmente por Freud, y del propio método psicoanalítico. Sin embargo, esta nueva perspectiva no radica sólo en que el método puede ser considerado un arte adscrito más al terreno de las humanidades que de la ciencia. De hecho, como Bion, Meltzer no desestima el carácter científico del psicoanálisis. La estética, para él no sustituye otras categorías; es un elemento entramado en la estructura misma del psicoanálisis porque está entramado de igual manera en la estructura de la mente.

Kant, y con él el Romanticismo, sostuvieron que el juicio estético ocurre en el punto en que lo sensible se hace inteligible: ese momento en que lo particular adquiere significado, y esto ocurre tanto con la naturaleza como con la obra de arte (Crítica del juicio). En una de sus última obras, Melanie Klein postuló que las emociones de depresión y de culpa propias de la posición depresiva, operan ya en cierta medida durante la fase paranoide esquizoide (Klein, 1960: 268). Meltzer comprendió el significado de esta observación y propuso su idea de conflicto estético (Aprehensión de la belleza) como el resultado del primer encuentro del bebé con el mundo-pecho. Si este momento inicial ocurre en la tempranísima posición depresiva, entonces el objeto completo se muestra en toda su armonía y creatividad, y es así percibido por el recién nacido. Ocurre entonces ese momento en que sensible e inteligible son lo mismo y la belleza resplandece ante sus ojos. Pero esa belleza, como el sol platónico del bien absoluto, lo deslumbra. Sus ojos aún no están preparados. Surge entonces el conflicto entre el exterior bello, aprehensible por los sentidos, y el interior enigmático. Frente al dolor causado por el impacto estético (no ser el objeto mismo, o al menos formar parte de él; no poseer su creatividad y su belleza) surgen las ansiedades persecutorias y la posición paranoide esquizoide se instala.

Las detenciones del desarrollo, la enfermedad mental la desintegración o la no integración son ahora vistas como una falla emocional para mantener el contacto estético perdido. Si el propósito del encuentro psicoanalítico se convierte en la superación de esa falla no a través de la acción directa del psicoanalista sino del contacto renovado con las raíces nutricias de la mente a través del método, este mismo se vuelve un objeto estético.

Las consecuencias de esta concepción en un tratamiento son expuestas por Meltzer constantemente en su obra, y Elena Ortiz aborda muchas de ellas en este libro. Esta es una de las tantas razones de su valor.

Un problema central que Elena Ortiz explica igualmente es la importancia de la función simbólica en esta nueva dimensión estética, porque la creatividad artística, la obra de arte, son la expresión más acabada de ella. Esta función, considerada definitoria del ser humano (homo simbolicus, llama Cassirer al hombre) fue descuidada durante siglos por la filosofía: Goethe creó la palabra ‘símbolo’, apenas en el siglo xviii. Al propio psicoanálisis apenas le interesó hasta que Melanie Klein, y luego Hanna Segal, pensaron en lo que se estableció como una diferencia clara entre signo y símbolo. Fueron los filósofos contemporáneos estudiados por Meltzer (Russell, Whitehead, Wittgenstein, Cassirer, Langer) quienes dieron su significado pleno a la función simbólica. De este modo, el símbolo ya no es un mero signo indicador de objetos, sino una organización instauradora de la realidad misma. No puede ser arbitrario como el signo; su significado no puede presentarse por otro medio que no sea el símbolo mismo.

Pero la actividad de la mente en que la función simbólica despliega su expresión más acabada son los sueños, por eso en Vida onírica el símbolo ocupa un lugar prominente. Gracias a la lectura del texto de Elena Ortiz comprendemos la relación que la función simbólica en los sueños tiene con la creatividad y el pensamiento.

Meltzer nos enseña que el sueño entendido en su sentido más rico es el teatro generador del significado porque, en efecto, “estamos hechos de la materia de los sueños” (Shakespeare), y es en ese teatro en donde se vuelve clara la sentencia de Bion, Soñar es pensar.

Emprender la lectura de Vida onírica acompañados por Elena Ortiz es un privilegio al que no debemos renunciar.

Jaime del Palacio

Nota

Las páginas anteriores son una glosa del pensamiento de muchos autores, pero particularmente de los trabajos de Meg Harris (1991, 1998, 2008, 2010), Kenneth Sanders (2001) y del propio Donald Meltzer (1991, 1992).

Referencias cronológicas

1922

• Donald Meltzer nace en la ciudad de Nueva York, eu, el 15 de agosto

• M. Klein es admitida como miembro asociado de la Sociedad Psicoanalítica de Berlín

• Anna Freud es admitida como miembro de la Sociedad Psicoanalítica de Viena

• J. Joyce, Ulises

• T. S. Eliot, La tierra baldía

• G.E. Moore, Estudios filosóficos

1923

• S. Freud, El yo y el ello

• O. Rank y S. Ferenczi, Perspectivas del psicoanálisis

• G. Groddeck, El libro del ello

• R. M. Rilke, Elegías de Duino y Sonetos a Orfeo

• M. Scheler, Naturaleza y formas de la simpatía

1924

• M. Klein inicia su análisis con K. Abraham

• M. Klein expone “La técnica del análisis de niños pequeños” y “Principios psicológicos del análisis infantil”

• O. Rank, El trauma del nacimiento

• K. Abraham, “Un breve estudio de la evolución de la libido considerada a la luz de los trastornos mentales”

• S. Ferenczi, Thalassa. Ensayo sobre sobre la teoría de la genitalidad

• K. Horney, “Sobre la génesis del complejo de castración en las mujeres”

• Se establece el Instituto Británico de Psicoanálisis

• La Sociedad Británica de Psicoanálisis coeditora asociada de Hogarth Press para las International Psycho-Analytical Series

• A. Breton, Manifiesto del surrealismo

• Th. Mann, La montaña mágica

• A. Schnitzler, La señorita Elsa

1925

• M. Klein dicta conferencias en Londres

• K. Abraham preside la IPA; Muere el 25 de diciembre

• V. Woolf, La señora Dalloway

• J. L. Borges, Inquisiciones

1926

• M. Klein se muda a Londres

• Inauguración de la Clínica de Psicoanálisis en Londres

• A. Schnitzler, Relato soñado

• J. L. Borges, El tamaño de mi esperanza

1927

• S. Freud, El porvenir de una ilusión

• F. Alexander, El psicoanálisis de la personalidad total. La aplicación de la teoría freudiana del yo a las neurosis

• M. Klein es elegida como miembro pleno de la Sociedad Británica de Psicoanálisis; Presenta “Estadios tempranos del conflicto edípico”

 

• E. Jones organiza el Simposium sobre Análisis Infantil, en la Sociedad Británica de Psicoanálisis; en él se enfrentan por vez primera las visiones de Anna Freud y Melanie Klein

• H. Bergson Premio Nobel

• J. Joyce, Poemas manzanas

• M. Proust, En busca del tiempo perdido (1913-1927)

• E. M. Hemingway, Adiós a las armas

• V. Woolf, Al faro

• M. Heidegger, Ser y tiempo

1928

• B. Brecht, La ópera de los tres centavos con música de K Weil

• D. H. Lawrence, El amante de Lady Chatterley

• V. Woolf, Orlando

1929

• M. Klein inicia el análisis de Dick

• “Jueves negro” en Wall Street (oct 24)

• Inicio de la Crisis

• A. Döblin, Berlin Alexanderplatz

• W. Faulkner, El sonido y la furia

• Th. Mann (Premio Nobel), Los Buddenbrook

• R. M. Rilke, Cartas a un joven poeta

• V. Woolf, Una habitación propia

• M. Heidegger, Kant y el problema de la metafísica

• L. Wittgenstein, Algunos comentarios sobre lógica formal

• Creación del MoMA en Nueva York

1930

• S. Freud, El malestar en la cultura

• M. Klein presenta “La importancia de la formación de símbolos en el desarrollo del yo”

• R. Musil, El hombre sin atributos (1930-1943)

1931

• La República de Weimar en crisis

• V. Woolf, Las olas

1932

• Publicación de El psicoanálisis de niños de M. Klein

• J. Riviere, “Los celos como mecanismo de defensa”

• Triunfo nazi en las elecciones del Reichstag

• Seis millones de desempleados en Alemania

• J. L. Borges, Discusión

1933

• Muerte de S. Ferenczi

• Hitler, Canciller del Reich, obtiene poderes plenos

• Alemania abandona la Sociedad de Naciones

• Exilio de psicoanalistas, psiquiatras y otros profesionales perseguidos por los nazis

1934

• M. Klein presenta “La psicogénesis de los estados maniaco-depresivos”; en este trabajo introduce la Posición depresiva

• P. Picasso, La lección

1935

M. Klein presenta “Contribución a la psicogénesis de los estados maniaco-depresivos”

Conferencias de intercambio entre Londres y Viena

Las Leyes de Núremberg en Alemania limitan libertades de los judíos

M. Heidegger, Introducción a la metafísica

L. Wittgenstein, Los cuadernos azul y marrón

J. L. Borges, Historia universal de la infamia

1936

• Anna Freud, El yo y los mecanismos de defensa

• M. Klein presenta sus investigaciones sobre el destete

• Pronunciamiento de Franco

• Guerra Civil española

• J. Joyce, Collected Poems

• P. Picasso, Retrato de Dora Maar

1937

• M. Klein presenta, en colaboración con Joan Riviere, “Amor, culpa y reparación”

• Bombardeo de Guernica (España) por la aviación fascista

• P. Picasso, Guernica

1938

• M. Klein presenta “El duelo y su relación con los estados maniaco-depresivos”

• S. Freud llega a Londres; escribe “La escisión del yo en el proceso defensivo”

• Triunfo de Franco, derrota de la República Española

• La Noche de los cristales rotos (noviembre 9), acto terrorista nazi contra los judíos en Alemania y Austria

1939

• D. Meltzer ingresa en la Facultad de Medicina de Yale

• S. Freud, Moisés y la religión monoteísta

• Michael Balint llega a Londres

• Muerte de S. Freud (septiembre 23)

• Alemania invade Polonia

• Inglaterra declara la guerra a Alemania

• Inicio de la Segunda Guerra Mundial

• J. Joyce, Finnegans Wake

• B. Brecht, Galileo Galilei

1940

• D. Meltzer inicia la formación psiquiátrica en el Albert Einstein College de Nueva York

• Derrota de Francia ante Alemania

• Armisticio

• Gobierno de Vichy

• E. M. Hemingway, Por quién doblan las campanas

1941

M. Klein inicia el análisis de Richard en Pitlochry (Escocia)

B. Brecht, Madre Coraje y sus hijos

1942

• Reuniones extraordinarias en la Sociedad Psicoanalítica Británica

• A. Freud, E. Glover y M. Schmideberg cuestionan la legitimidad psicoanalítica de las teorías kleinianas

• Inicio de la Controversias el 21 de octubre

• Entrada de los eu a la guerra

• Instauración de la “solución final” que pretende exterminar a la población judía de los territorios ocupados por Alemania

• H. Deutsch, “Algunas formas de trastorno emocional y su relación con la esquizofrenia”

• A. Camus, El extranjero

1943

• Susan Isaacs presenta “Naturaleza y función de la fantasía” en el marco de las Controversias

• Se forma en México el primer grupo de estudios de psicoanálisis que daría origen a la Asociación Psicoanalítica Mexicana en 1957 como parte de la Asocación Psicoanalítica Internacional

• T. S. Eliot, Cuatro cuartetos

• J. P. Sartre, El ser y la nada

1944

• M. Klein presenta “La vida emocional del bebé” en el marco de las Controversias; inicia los análisis de H. Segal y de H. Rosenfeld

• E. Glover renuncia a la Sociedad Británica de Psicoanálisis

• W. R. D. Fairbairn, “Las estructuras endopsíquicas consideradas en términos de relaciones de objeto”

• A. Freud renuncia a la comisión de formación

• S. Payne presidenta de la Sociedad Británica de Psicoanálisis

• Día D; los aliados desembarcan en Normandía ∼ Liberación de París

• J. Joyce, Esteban el héroe

• J. L. Borges, Ficciones

1945

• D. Meltzer participa en el equipo de Lauretta Bender en el Bellevue Hospital (N.Y.) donde conoce también a Mellitta Sperling y escucha hablar de Melanie Klein por vez primera. Permanecerá en el equipo hasta 1950

• D.W. Winnicott, “Desarrollo emocional primitivo”

• Conferencia de Yalta

• Suicido de Hitler

• Capitulación de Alemania

• Bombardeo de Hiroshima

• Capitulación de Japón

• J. P. Sartre, ¿El existencialismo es un humanismo?

• M. Merleau-Ponty, La fenomenología de la percepción

• G. Bataille, La experiencia interior

1946

• M. Klein presenta “Notas sobre algunos mecanismos esquizoides” en el que introduce el concepto de identificación proyectiva y de Posición paranoide-esquizoide; inicia el análisis de W. R. Bion (1946-1954)

• Se establecen en la Sociedad Británica de Psicoanálisis los programas “A” y “B” y el Grupo Intermedio

• H. Segal y H. Rosenfeld comienzan a tratar pacientes psicóticos con el método psicoanalítico

• Guerra Civil en Grecia (1946-1950)

1947

• J. Rickman, miembro del Grupo Intermedio, presidente de la Sociedad Británica de Psicoanálisis

• E. Jones se convierte en biógrafo oficial de S. Freud

• H. Rosenfeld, “Análisis de un cuadro esquizofrénico con despersonalización”

• Plan Marshall para la reconstrucción de Europa

• Tensiones entre EU y la URSS

• Se instala la Guerra Fría

• Primeras obras de Jackson Pollock

1948

• Muere S. Isaacs

• Creación del Estado de Israel

• A. Kinsey, Comportamiento sexual del hombre

1949

• W. Faulkner recibe el Premio Nobel

• J. L. Borges, El Aleph

• O. Paz, Libertad bajo palabra

• P. Picasso, Palomas de la paz

1950

• D. Meltzer se hace cargo del área de Psiquiatría Infantil de la Universidad Washington de St. Louis, eu

• Durante los siguientes años realizará su primer análisis

• Trabaja como psiquiatra infantil con las familias del personal militar en la base Scott de la Fuerza Aérea en St. Louis Missouri

• P. Heimann, “Sobre la contratransferencia”

• Guerra de Corea (1950-1953)

• O. Paz, El laberinto de la soledad

1951

• Publicación de Desarrollos en psicoanálisis para conmemorar el 70 aniversario de M. Klein

• D.W. Winnicott, “Objetos y fenómenos transicionales. Estudio de la primera posesión no-yo”

1952

• H. Segal, “Un enfoque psicoanalítico de la estética”

• J. Riviere, “La fantasía inconsciente de un mundo interno reflejada en ejemplos de la literatura”; “El mundo interno en El Constructor, de Ibsen”

1953

• Como parte de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, D. Meltzer pide su traslado a Londres

• Se entrevista con analistas del Middle Group con el propósito de hacer la formación en la Sociedad Británica de Psicoanálisis

• E. Jones publica el primer volumen de la biografía de S. Freud

• H. Racker, “Los significados y usos de la contratransferencia”

• Muerte de Stalin

• Coronación de Isabel II de Inglaterra

• Paz en Corea

• Ascenso de Kruschev (urss)

• S. Beckett, Esperando a Godot

• R. Barthes, El grado cero de la escritura

• M. Heidegger, Introducción a la metafísica

• L. Wittgenstein, Investigaciones filosóficas (posth.)

• J. Rulfo, El llano en llamas

• A. Kinsey, Comportamiento sexual de la mujer

1954

• D. Meltzer se muda con su primera esposa y sus hijos a Londres