La estética antigua
Raamatust
Para los antiguos griegos, el descubrimiento de la belleza coincidió con la intuición del universo. El mundo se mostró, ante sus ojos sorprendidos, en todo el esplendor de un kósmos, es decir, de un «orden bello», un sistema coherente de partes organizadas según un criterio teleológico, capaz de suscitar un sentimiento de admiración y de emulación al mismo tiempo; ese sentimiento que, como dirá posteriormente Aristóteles, da origen a la filosofía.
La estética antigua creó los principales conceptos y abordó los problemas fundamentales que posteriormente nos permitieron comprender la imagen artística y poética, nuestra contemplación de la naturaleza, los afectos y las experiencias. Lombardo se ocupa de los autores que pusieron en pie el pensamiento estético: Platón, Aristóteles, los autores del período helenístico, Horacio, el Pseudo Longino y Plotino. Su claridad y su rigor son excepcionales, rasgos que permiten hablar de una obra imprescindible para el análisis de las cuestiones estudiadas: la mímesis y la belleza, la condición de la poesía, la índole de lo sublime, la idealidad de Lo Bello absoluto.