Crónicas del diablo
Raamatust
El bien y el mal son conceptos que se van usando por el mundo sin respetar si son humanos, animales o cosas; ni siquiera se salvan los intangibles. Andamos por la vida etiquetando todo y lo volvemos equivocado y peligrosamente aburrido. El Diablo es malo y se identifica con los pecados, lo feo o con la oscuridad; en cambio Dios es bueno, clarito y bello. ¿Y si somos entes llenos de bondad y maldad que no se pueden separar? ¿Qué pasaría si se plantea la idea que el mundo (incluyéndonos) es los dos al tiempo, que no existe uno sin el otro en el mismo recipiente?
Seguirle la pista al rostro y al rastro del diablo, a su paso por el mundo, nuestro mundo de latinoamericanos educados en la tradición católica, es el propósito del conjunto de crónicas que componen este libro. Su relación con los métodos primarios de explotación minera ha dado lugar a todo un compendio de leyendas y prácticas. La fascinación de los delincuentes por el esoterismo en general y la figura del diablo en particular reaparece cada vez que se intenta contar la historia de quienes viven al margen de la ley. La sexualidad como una de las tretas utilizadas por Satanás a la hora de comerciar con sus criaturas es parte de una mitología completa.