Loe raamatut: «Guía práctica contra la obesidad infantil»
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Primera edición en papel y digital: 2020
D.R. © Ma. Eugenia A. Ibarzábal Ávila
© y José A. Hernández Martínez
De la presente edición:
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ISBN: 978-607-8636-79-2 (Bonilla Artigas Editores)
ISBN edición digital: 978-607-8781-26-3
Responsables de la edición: Bonilla Artigas Editores
Diseño editorial y maquetación: José Alfredo Cabrera Morales
Diseño de portada: Jocelyn G. Medina
Realización ePub: javierelo
Ilustración de portada: Antonio Adorno
Hecho en México
Contenido
Prólogo
Introducción
¿En verdad la obesidad enferma a los niños?
¿La obesidad afecta emocionalmente a los niñ@s?
¿Y por qué se produce la obesidad en los niñ@s?
Escuela y familia, mancuerna en la prevención de la obesidad infantil
Recomendaciones generales de tratamiento
Recomendaciones básicas de la actividad física
Recomendaciones básicas de nutrición
Recordatorio
Bibliografía consultada
Sobre los autores
Prólogo
En junio de 2016 la Organización Mundial de la Salud (OMS) refirió que desde 1980 el número de casos de obesidad se habían duplicado en todo el mundo. Para 2014, más de 1 900 millones de adultos de 18 años o mayores tenían sobrepeso, de los cuales, más de 600 millones eran obesos. En ese entonces, 41 millones de menores de 5 años padecían sobrepeso u obesidad.
Gran parte de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad cobran un número cada vez mayor de vidas humanas que la insuficiencia ponderal, es decir, estar por debajo del peso que se considera saludable. Por ello, la OMS —que afirma que la obesidad puede prevenirse— la describió en 1998 como una epidemia del planeta y ha promovido una estrategia mundial en busca de una alimentación saludable, que junto con la actividad física y la salud son piezas fundamentales para prevenir enfermedades crónicas.
En 2004 México se adhirió a esta estrategia, y para 2010 se actualizó la Norma Oficial Mexicana NOM-008-SSA3-2100 en la que se establecieron criterios sanitarios con el fin de regular el tratamiento integral del sobrepeso y la obesidad, particularmente en lo que se refiere a disposiciones para el tratamiento médico, quirúrgico y nutricional.
En varios países del mundo el sobrepeso y la obesidad representan un grave problema de salud pública, y dada su gran prevalencia, sus consecuencias están asociadas a las principales causas de mortalidad.
La experiencia de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos de Norteamérica y del Grupo Canadiense sobre Salud Preventiva recomienda, para la pérdida y mantenimiento de peso, incluir una dieta baja en calorías, un aumento de la actividad física y una terapia conductual complementaria. A su vez, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y otros países de la Unión Europea coinciden en fomentar una cultura de alimentación saludable y una vida activa.
Los aspectos relacionados con la prevención de la obesidad en los lactantes y los niños pequeños deben considerarse un asunto de prioridad mayor. Para esos grupos existen diversas estrategias que pueden ser consultadas en el artículo “Escenario actual de la obesidad en México” (de C.A. Barrera, G.A. Rodríguez y A.M. Molina, Revista Médica del Instituto Mexicano del Seguro Social, 2013; 51: 292-299).
El libro Guía práctica contra la obesidad infantil intenta contribuir como un instrumento práctico y brindar estrategias para prevenir, detectar y tratar la obesidad y el sobrepeso en la población pediátrica.
Introducción
Al trabajar durante 11 años con pacientes de obesidad Infantil y compartir la experiencia con el doctor José Alberto Hernández Martínez, como médico pediatra, tuvimos la oportunidad de estudiar a profundidad este tema.
Cuando los pacientes llegaban al consultorio se realizaba con ellos una primera entrevista, junto con sus familiares, y se les aplicaba un cuestionario para conocer sus antecedentes de obesidad, diabetes mellitus, problemas cardiacos y otras enfermedades médicas relacionadas con la obesidad en la familia, además de factores de riesgo conocidos. Estos datos proporcionaban un perfil sobre los hábitos de alimentación, el estilo de vida y la dinámica familiar. Después, se efectuaba una evaluación por parte de un equipo de especialistas: pediatra, psiquiatra, psicoterapeuta individual, psicoterapeuta familiar, nutrióloga y fisioterapeuta. Luego de completar la información y los resultados, de acuerdo con los datos, se daba a los pacientes un tratamiento específico.
El aprendizaje logrado al trabajar con niñ@s, adolescentes, familias y un equipo multidisciplinario, nos dio la oportunidad de desarrollar paso a paso un mayor conocimiento y sensibilidad acerca de la obesidad. En la mayoría de los casos pudimos percatarnos de la severidad y complejidad de la enfermedad y que está involucrada directamente con la familia, y de modo indirecto con la escuela. Confirmamos, además, que la obesidad es una enfermedad en la que pueden estar presentes otros padecimientos físicos e incluso agregarse alteraciones emocionales, trastornos mentales y disfunción familiar severa en un porcentaje elevado de casos. Estos resultados se presentaron, en su momento, en diversos foros nacionales e internacionales.
A través de la evaluación médica de estos niñ@s se encontró un número elevado de patologías, principalmente ortopédicas y metabólicas; trastornos mentales, como comer por atracón, y déficit de atención, entre otros.
La disfunción familiar, presente en muchos casos, donde el niño aprendió a comer compensando carencias emocionales tales como el abandono o la violencia familiar, y en donde la comida jugaba un papel compensador o reparador de emociones negativas.
Después de esta experiencia aprendimos que la comida tiene muchas funciones y significados, no sólo es nutrir el cuerpo, sino que cuando el niño se relaciona con ella en forma no-saludable, puede llevarlo a la obesidad o, en caso contrario, a la desnutrición.
Gracias a esos estudios y hallazgos surgió en nosotros un sentimiento de responsabilidad con la sociedad y la necesidad de transmitir parte de este conocimiento y experiencia. El objetivo fundamental que nos propusimos fue dar a conocer que la obesidad es una enfermedad que se puede prevenir, y de esta forma evitar que los niños la padezcan física o mentalmente. Asimismo, encontramos que es responsabilidad de los padres que sus hij@s tengan una infancia saludable.
Este libro está dirigido a padres y maestros, ya que precisamente ellos son los adultos responsables de la salud de los niños. Está escrito en un lenguaje coloquial con el fin de que sea comprensible para todas las personas. Además, su contenido se comunica a través de conferencias, lo cual puede resultar una propuesta para las escuelas.
El libro consta de nueve capítulos. Los tres primeros abarcan aspectos generales sobre la obesidad infantil, ¿por qué se dice que es una enfermedad, cómo saber si un niño tiene sobrepeso u obesidad y cuáles son los factores de riesgo? En el cuarto capítulo se habla de la mancuerna familia-escuela como unidad de trabajo conjunto en la prevención, y se complementa con el capítulo seis que incluye medidas preventivas generales e ideas para padres y maestros. El quinto capítulo se refiere a los aspectos generales de tratamiento, haciéndose hincapié en la necesidad de la intervención familia-escuela apoyada por un grupo de especialistas expertos en el tema. Los últimos capítulos: séptimo, octavo y noveno se refieren a las medidas específicas de prevención y al apoyo para mejorar el estilo de vida del niño y de la familia, a manera de ejercicios programados para una alimentación saludable y recomendaciones de desayunos y lunch escolar. Al final se hace un recordatorio de los puntos más importantes de cada capítulo, haciendo énfasis sobre la necesidad de la prevención de la obesidad en nuestros hij@s.
Ustedes son los responsables
de que sus hijos
tengan un peso saludable.
¿En verdad la obesidad enferma a los niños?
Cada mañana tengo que llevar a mis tres hijos a la escuela y, como siempre, vamos corriendo... A Daniel, el mayor de 12 años, cada vez le cuesta más trabajo levantarse. Camila de 10 se desespera porque es muy ordenada, y Santiago, de 7 años, repite todo lo que hace Daniel. Así que las mañanas son de locura.
Por fin llego a la escuela y dejo a los niños. Yo soy vocal del grupo de Camila, y después de que los niños ya están en sus respectivas labores, me encuentro con otras mamás que también son vocales de los grupos de primaria. Ellas me informan que la directora nos ha citado a todas a la mañana siguiente a las 8:30 a.m. y me preguntan si me es posible asistir. Como entro a trabajar a las 9 a.m. les advierto que debo pedir permiso y entonces les confirmaré mi asistencia.
Al día siguiente, todas las vocales de primaria asistimos a una reunión con la directora, quien nos informa que está organizando un ciclo de conferencias sobre “Obesidad infantil”, dirigido a padres y alumn@s, con la participación de diferentes especialistas en el tema, la mayoría padres de familia.
Lo que la motivó a organizar esta serie de pláticas fue darse cuenta que en la escuela cada vez hay más niñ@s con obesidad. A las vocales nos solicitaron que hiciéramos una fuerte difusión de este ciclo entre todos los padres de familia, y nos subrayaron, además, que como es un problema sumamente grave, la asistencia sería obligatoria para todos, tanto por parte de los padres como del alumnado. Su deseo es que tod@s colaboren en:
la lucha contra la obesidad infantil.
Para los padres, las conferencias se llevarán a cabo en el auditorio, los miércoles de cada semana de 7 a 8 p.m. Para los niñ@s serán de una hora, a lo largo de un mes, durante la clase de español.
El siguiente lunes nos darán el temario para que lo entreguemos a todos los padres, con la indicación de que firmen al recibirlo. De esta forma no habrá pretextos de que ¡no supieron o no fueron avisados a tiempo!, y por eso mismo no podrán faltar. En el documento se integrará el temario para los niñ@s de cada ciclo escolar. También el lunes, en el portón de la escuela, cada vocal entregará los temarios y recabará las firmas de los padres.
Estamos muy contentas, pues acabamos esas tareas en tres días. Era lo necesario, pues las pláticas empezarán el miércoles siguiente.
Por fin llega el día de la primera conferencia. El auditorio está lleno. La maestra Betty, que es la directora, se nota un poco nerviosa. Aun así, a las 7 p.m. en punto se levanta, toma el micrófono, agradece la asistencia y presenta al primer ponente, es el doctor Juan Camacho, médico pediatra que lleva trabajando el tema de obesidad infantil por más de 10 años, y es, además, papá de dos alumnos de la escuela.
El doctor Camacho se pone de pie y pasa al frente del auditorio. Agradece a la maestra Betty por la invitación y, antes de iniciar la conferencia, quiere saber la opinión de l@s asistentes sobre la siguiente pregunta:
¿la obesidad es un
problema
de salud en los niñ@s?
Varios padres levantan la mano y contestan:
—¡No! Los niñ@s cuando crecen se estiran. Decir que son obesos realmente es una exageración. Sólo hay que esperar algún tiempo. Por tener unos kilitos de más no les pasa nada. Más bien eso muestra que están bien nutridos y bien protegidos contra las enfermedades.
—Cierto— dice otro padre. Además, no podemos sacrificar a nuestros hij@s evitándoles que coman alimentos que les gustan. Para eso son niñ@s. Para que disfruten su infancia haciendo lo que les gusta. Bastante tienen con venir a la escuela casi siete horas diarias de sus vidas, y después hacer tareas y, además, ¿obligarlos a comer lo que no les gusta y lo que les gusta prohibírselos? Total, sólo con llevarlos a correr van a bajar de peso y no serán unos frustrados para el resto de su vida.
Otros padres responden a la pregunta con un: “Sí, claro que la obesidad afecta a la salud…”
El auditorio está dividido, algo así como mitad y mitad. Entonces el doctor Camacho toma la palabra y comenta:
—Se dan cuenta qué complicado es el tema. ¿No les parece? Aquí todos somos padres responsables, sin embargo, la palabra responsabilidad ante el peso de nuestros hij@s, se puede entender de diferentes formas: unos padres opinan que la obesidad no es un problema, porque los niñ@s van a crecer y con un poco de ejercicio podrán bajar de peso. Otros opinan que a los niñ@s no se les debe frustrar con prohibiciones, porque son niñ@s y están para disfrutar la vida.
En cuanto al primer punto, debo decirles que esa afirmación no siempre es cierta. Efectivamente, los niñ@s crecen y bajan de peso. Si hacen ejercicio también bajan de peso. Sin embargo, a veces ese sobrepeso es tan elevado que, aunque se cumplan estas dos condiciones, el niñ@ no llega a un peso saludable y eso trae consecuencias para su salud.
En cuanto a la segunda opinión, quiero comentar no sólo que los niñ@s están para disfrutar la vida, en realidad todos estamos aquí para disfrutar la vida. Sin embargo, hay que comprender que gran parte de la educación de nuestros hij@s es enseñarles qué es lo mejor para ellos. Por eso hay reglas, hay límites y una autoridad.
Por ejemplo, aquí en la escuela la principal autoridad es la maestra Betty, la directora, y todos los demás maestros también representan a la autoridad. En casa somos los padres. Si los niñ@s aprenden que ellos mismos deciden qué comer y qué no comer −sin tener el conocimiento de qué es una alimentación saludable− seguramente van a comer en forma inadecuada, con las consecuencias que eso acarrea: desnutrición, anemia, falta de vitaminas y minerales, entre muchas otras; o tendrán sobrepeso u obesidad. Nuestra responsabilidad como padres es, entonces, enseñarles a tener una alimentación apropiada, completa, saludable para que su crecimiento y desarrollo sean sanos.
Todos podemos comer de todo, igual que los niñ@s, pero con moderación, buscando siempre alimentarnos de forma equilibrada.
Bien. Después de la conferencia les pediría a todos y cada uno de ustedes que reflexionen sobre lo dicho, y en la hoja que les hemos dado para la evaluación, anoten si consideran que la obesidad es una amenaza para la salud de sus hijos o no.
Dichas estas palabras, el doctor Camacho resalta la siguiente afirmación:
actualmente se considera a la
obesidad como un estado anormal del niñ@,
como una enfermedad.
Ahora sí, entremos de lleno en el tema de la conferencia del día de hoy, que tiene por título “Consecuencias médicas del sobrepeso y la obesidad en niñ@s”.
La obesidad es la epidemia del siglo
y la Organización Mundial de la Salud (OMS)
ha adoptado el término globesidad,
no sólo en México, sino en todo el mundo.
Después de los Estados Unidos, México ocupa el segundo lugar en número de casos o prevalencia de obesidad a nivel mundial. Y en el caso de la obesidad infantil, nuestro país ocupa el primer lugar en el mundo, por arriba de los Estados Unidos que tiene el segundo puesto.
Del total de casos de diabetes mellitus
en México, 80% es causado por
sobrepeso u obesidad.
Las dos enfermedades: obesidad y diabetes mellitus están íntimamente relacionadas no sólo entre los adultos, sino también entre los niñ@s y los adolescentes.
¿Qué pasa con los niñ@s? —pregunta el doctor Camacho.
La Encuesta Nacional de Salud (Ensanut) 2012, que es la más reciente, arrojó los siguientes datos:
En niños, 26.6% padecen obesidad y 20.8% sobrepeso.
En niñas, 20.2% padecen obesidad y 19.7% sobrepeso.
En total, uno de cada cuatro niñ@s, de 5 a 11 años, padece estos problemas.
En total, uno de cada tres adolescentes, de 12 y 19 años, también los padece.
Estos datos revelan que 4.1 millones de escolares y más de seis millones de adolescentes viven con sobrepeso u obesidad.
Los adultos con sobrepeso u obesidad suman 42.5 millones.
Si prosigue esta tendencia, se calcula que en una década 90% de la población mexicana presentará obesidad.
Como podemos darnos cuenta —concluye el doctor Camacho— hay muchos niñ@s, adolescentes y adultos que presentan este problema de salud en la República Mexicana.
¡Es la obesidad la epidemia del siglo!
¿Debemos preocuparnos de que tantos niñ@s y adultos padezcan este problema?
¡Claro que sí!
Porque ningún sistema de salud podrá hacer frente a esta realidad.
Por ahora, nos enfocaremos en los niñ@s, revisaremos las consecuencias de vivir con sobrepeso u obesidad y después plantearé la misma pregunta: si nos debemos de preocupar o no por este tema. ¿Están de acuerdo?
Los padres responden afirmativamente con un rotundo sí.
Las complicaciones médicas dependen del sobrepeso, es decir, los kilos que el niñ@ tenga de más y de la evolución o tiempo que ha vivido con exceso de peso.
Pondré un ejemplo: supongamos que el peso ideal de Rubén es de 20 kg. Sin embargo, este niño tiene 15% de más y pesa 23 kg. El cuerpo de Rubén tiene que cargar todo el tiempo tres kilos de más. ¡Imagínense si tuviéramos que cargar cada uno de nosotros tres litros de leche todo el tiempo!, al rato nos invade el cansancio y dejamos por ahí lo que traemos cargando. Pero resulta que los kilos de sobra no se pueden dejar así nada más, y nuestros huesos y articulaciones empiezan a presentar problemas. Con un peso mayor a 15% de lo normal, o peso ideal, se pueden presentar las siguientes consecuencias.
Las primeras complicaciones son ortopédicas, o sea, en los huesos y articulaciones con problemas como:
En la columna vertebral es frecuente la desviación lateral de las vértebras, es decir, hay una desviación hacia un lado dando origen a lo que se llama escoliosis.
La cadera presenta muslos abiertos (coxa vara) y destrucción de la cabeza del fémur (epifisiolisis).
Las rodillas se hacen hacia adentro con las piernas hacia fuera como una V invertida (genu valgo). Todos, de seguro, han visto caminar a las mujeres embarazadas que abren las piernas para equilibrarse; es igual, con el sobrepeso, los niñ@s necesitan un punto de equilibrio diferente al de aquellos que tienen peso normal.
Pies planos por la pérdida de los arcos plantares a consecuencia del sobrepeso.
Dado que los huesos son la estructura que sostiene al cuerpo, entre más carga sea, más dificultad se presentan para realizar sus funciones. Incluso, los huesos llegan a deformarse o desgastarse. Y así, poco a poco, si se sigue aumentando de peso se inicia el impacto en el funcionamiento de diferentes órganos y sistemas, hasta que llega el momento en que el sobrepeso afecta prácticamente a todo el organismo.
Retomemos el ejemplo que habíamos comentado de Rubén y supongamos que han pasado dos años, supongamos también que él siguió subiendo de peso, antes tenía 23 kg −con 15% más del peso ideal− ahora su peso idóneo sería de 25 kg, pero pesa 33.75 kg, es decir, 35% más. Son 8.75 kg de más que su cuerpo debe cargar, esto equivale llevar encima o cargar todo el tiempo casi nueve litros de leche. ¡Se dan cuenta de lo que eso significa en peso!
Con un caso así, ¿cuáles serían las consecuencias médicas que presentaría esta situación?
Complicaciones metabólicas
y resistencia a la insulina.
¿Qué significa esto? Se refiere al periodo anterior a la diabetes mellitus. Trataré de explicarlo de la manera más sencilla −subraya el doctor Camacho.
Cuando comemos, el páncreas secreta insulina para introducir el azúcar (o glucosa) a los tejidos y hacer que el cuerpo tenga la energía suficiente para desarrollar sus actividades. En el proceso participan varias hormonas, pero sólo comentaré la insulina para que la explicación resulte sencilla.
Si esa glucosa o azúcar es mucha, la insulina no se puede introducir en su totalidad en los tejidos, entonces una parte se queda en la sangre y se va depositando en todos los órganos del cuerpo. Ésta es la causa por la que la diabetes afecta muchas partes del cuerpo, como los ojos −en los que incluso llega a producir ceguera− o problemas circulatorios, renales, etc. Por estas razones, a las personas enfermas de diabetes, cuando ya no es posible controlarlas con dieta o ejercicio, se les receta usar insulina −por supuesto por un médico− para que puedan así introducir el azúcar en los tejidos.
En general, en los niñ@s, cuando comen gran cantidad de carbohidratos como azucares, harinas y refrescos suelen pasar varios años para que se presente la diabetes mellitus, como consecuencia de un aumento de la glucosa circulante en la sangre.
Uno de los primeros síntomas se observa en la piel, donde aparecen manchas oscuras en el cuello y en los pliegues de los codos y rodillas. Muchas veces las mamás regañan a sus hij@s porque creen que no se han lavado bien estas partes del cuerpo. Pero sucede que las manchas no se quitan, aunque se tallen y tallen, esas manchas son color café con leche y tienen el nombre de Acantosis Nigricans. Hay que considerarlas como una alerta de que el niñ@ puede estar cursando ya con una resistencia a la insulina.
En el caso del hipotiroidismo puede ser que por alguna razón la glándula tiroides funcione menos y esto lleve a la obesidad o sobrepeso, o que la obesidad afecte a la tiroides y ésta no funcione de forma adecuada.
Otro problema metabólico asociado, que se presenta en mujeres, es el Síndrome de Ovario Poliquístico, que aparece en la pubertad y es una de las principales causas de menstruación irregular. Más de 50% de las pacientes con este problema son personas que tienen también sobrepeso u obesidad.
Anteriormente mencioné que la obesidad infantil puede afectar a varios órganos y sistemas. Ahora revisaremos, entre otras, algunas de las complicaciones respiratorias, cardiovasculares y gastrointestinales.
Complicaciones respiratorias
Una complicación muy frecuente en los niñ@s es la dificultad para respirar al estar acostados boca arriba, ya que en esta postura retienen bióxido de carbono y el oxígeno baja (Síndrome de Pickwick). La grasa acumulada en el abdomen, al colocarse boca arriba, comprime el tórax y no les permite respirar bien.
Otra complicación es que cuando están durmiendo se les olvide respirar. Este fenómeno se llama “apnea del sueño” y se puede presentar con un ronquido fuerte, también puede provocar sueño durante el día, por no descansar lo suficiente por la noche.
Complicaciones cardiovasculares
Con el aumento de peso la presión arterial sube debido al esfuerzo que debe realizar el corazón y los vasos sanguíneos para transportar la sangre a todas las partes del cuerpo. Esta complicación tiene el nombre de hipertensión arterial.
Si a lo anterior agregamos que el colesterol total puede aumentar, a expensas del colesterol malo, y además el colesterol bueno −que nos protege− disminuye, esto resulta en una combinación muy peligrosa que puede ocasionar enfermedades cardiovasculares con afectación al corazón, al cerebro y al riñón entre otros.
Es importante enfatizar que estas son las principales causas de muerte en la República Mexicana.
En un niñ@ debe pasar mucho tiempo para que padezca alguna de estas complicaciones. Sin embargo, se sabe que si cursa con obesidad en la infancia, tiene mayor predisposición a ser obeso cuando sea adulto o, lo más riesgoso, que no llegue nunca a lograr su peso ideal.
Si el niñ@ sigue cursando con obesidad y no recibe un tratamiento adecuado, puede desarrollar un síndrome metabólico entre los 10 a 16 años, según la Federación Internacional de Diabetes (IDF) 2007:
Basta con que el niñ@ presente tres de estos factores para considerar que tiene el síndrome metabólico. Esto, además, es una alerta para los padres, ya que si no se hace nada es posible que las complicaciones médicas comiencen a edad temprana, que la calidad de vida disminuya y que el niñ@ viva menos años del promedio de esperanza de vida de su generación.
Complicaciones gastrointestinales
Este tipo de complicaciones se puede resumir en los siguientes puntos:
Estreñimiento.
Hígado con depósitos de grasa: esteatosis hepática.
Inflamación del hígado con alteración de su funcionamiento: esteatohepatitis.
Estas dos complicaciones dañarán la función del hígado.
Inflamación de la vesícula biliar y colelitiasis (piedras).
Además, cuando estos síntomas son crónicos se presentan con más frecuencia varios tipos de cáncer.
Como podemos darnos cuenta, las manifestaciones físicas de la obesidad son muchas y afectan a prácticamente todo el organismo; sin embargo, sólo de 1% a 3% se debe a enfermedades que como parte de su cuadro clínico tienen una obesidad llamada endógena, el resto de casos se debe a malos hábitos como comer de más, en porciones excesivas, tener una vida sedentaria o con poca actividad física y, en general, llevar un estilo de vida poco saludable, lo que da origen a una obesidad que se llama exógena.
El doctor Camacho subraya y enfatiza las siguientes palabras:
—Todos sabemos que la riqueza de una nación y el futuro del mundo radican en la niñez y juventud. ¿Será entonces que ya está comprometido el futuro de este país, o será que como adultos nos toca enfrentar este problema de salud educando a los niños y adolescentes a tener una vida saludable, para que puedan crecer y disfrutar esa vida gracias al desarrollo de todas sus capacidades?
—Ésta es la gran pregunta y tarea de todos los que estamos aquí. Yo los convoco a trabajar por el bienestar de sus hij@s. Insisto, la obesidad es un gran problema global, actual y en expansión.
Tasuta katkend on lõppenud.