Conocerse a uno mismo
Raamatust
Sophie Scholl y sus amigos de la resistencia clandestina al nazismo, el doctor Stockmann y la ceguera de sus conciudadanos, Ben-Hur y su deseo de venganza, Adolf Eichmann y su obsesión con el deber… ¿Qué tienen en común estos personajes, reales y ficticios?
Todos, en mayor o menor grado, se vieron ante verdaderas pruebas de fuego éticas. Y actuaron de acuerdo con lo que tenían dentro de sí. Algunos de ellos nos legaron preciosos ejemplos de integridad, mientras que las acciones de otros tuvieron consecuencias catastróficas. Es difícil actuar éticamente sin conocimiento propio. Quien no sabe quién es, no sabrá lo que es bueno ni para sí ni para los demás. El hábito de la reflexión nos lleva a conocer las propias inclinaciones, cultivar las virtudes y, principalmente, formar la propia conciencia, a fin de que nuestra vida se guíe por lo que es correcto, cueste lo que cueste.