Loe raamatut: «Aprendizajes que inspiran»

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Producción editorial: Tinta Libre Ediciones

Córdoba, Argentina

Coordinación editorial: Gastón Barrionuevo

Diseño de tapa: Departamento de Arte Tinta Libre Ediciones. María Belén Mondati.

Diseño de interior: Departamento de Arte Tinta Libre Ediciones. María Belén Mondati.


Leone, Marco Antonio Aprendizajes que inspiran : una reflexión sobre lo indispensable para una vida con sentido / Marco Antonio Leone. - 1a ed. - Córdoba : Tinta Libre, 2021. 382 p. ; 21 x 14 cm. ISBN 978-987-708-948-6 1. Desarrollo Personal. 2. Coaching. 3. Psicología. I. Título. CDD 158.1

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de/l los autor/es. La Editorial no se responsabiliza por la información de este libro.

Hecho el depósito que marca la Ley 11.723

Impreso en Argentina - Printed in Argentina

© 2021. Leone, Marco Antonio

© 2021. Tinta Libre Ediciones


Aprendizajes

que inspiran

CONTENIDO

Agradecimientos | 17

Prólogo | 21

Introducción | 27

PARTE 1.

El camino (del sentido)

Capítulo 1.

¿Cómo logramos cambiar? | 39

1. 1. ¿Qué es saber? | 41

1. 1. 1. ¿Cuándo decimos que hemos aprendido? | 42

1. 1. 2. Cerebro, mente y aprendizaje | 44

1. 1. 3. El aprendizaje habita en el cuerpo | 46

1. 2. Obstáculos del aprender (…y del cambiar) | 52

1. 2. 1. Decir “Yo ya lo sé” | 52

1. 2. 2. Confundir “saber” con “tener información” | 53

1. 2. 3. El fenómeno de la ceguera cognitiva | 54

1. 2. 4. “Es difícil” versus “no sé” | 55

1. 2. 5. Decir “Dado como soy, no puedo aprender” | 55

1. 2. 6. No tener preguntas sobre nuestras preguntas | 56

1. 2. 7. Decir “No tengo tiempo” | 57

1. 2. 8. Vivir en enjuiciamiento permanente | 57

1. 2. 9. Confundir las explicaciones con el fenómeno explicado | 58

1. 2. 10. Querer tener todo claro, todo el tiempo: los buscadores de “la” verdad | 59

1. 2. 11. Incapacidad para incorporar el cuerpo en el aprendizaje | 59

1. 2. 12. Incapacidad para crear el contexto emocional adecuado para el aprendizaje | 60

1. 2. 13. La gravedad | 61

1. 2. 14. La trivialidad | 61

1. 2. 15. La desconfianza | 63

1. 2. 16. La incapacidad para desaprender | 63

1. 2. 17. La falta de apertura a aprender “en red” | 64

1. 3. Etapas del aprendizaje | 65

1. 4. Ejes para nuestras próximas reflexiones | 67

Capítulo 2.

El desafío de evolucionar | 69

2. 1. Premisas básicas de nuestro desafío como seres humanos | 70

2. 1. 1. Primera premisa | 70

2. 1. 2. Segunda premisa | 72

2. 1. 3. Tercera premisa | 74

2. 2. Nuestro devenir como adultos | 75

Capítulo 3.

Conquistando la adultez | 81

3. 1. Lo propio | 81

3. 2. Construyendo mi propia identidad | 86

3. 3. Dominios de la adultez | 90

3. 4. Sobre preocupaciones | 91

3. 5. Dimensiones constitutivas de la adultez | 93

PARTE 2.

EL LENGUAJE (DEL SENTIDO)

Capítulo 4.

Ser en el lenguaje | 99

4. 1. El lenguaje es lo fundamental de lo humano | 103

4. 2. ¿Qué existe fuera del lenguaje? | 104

4. 3. Nota breve sobre lenguaje descriptivo y lenguaje generador | 106

4. 4. Definición constructivista de “observación” | 107

4. 5. ¿Cuáles son los actos lingüísticos? | 110

4. 6. ¿Qué significa que somos seres “en” el lenguaje? | 112

4. 7. A modo de conclusión | 115

Capítulo 5.

¿Descubrimos o generamos? | 117

5. 1. Afirmaciones y declaraciones | 120

5. 2. Las afirmaciones | 121

5. 2. 1. La crisis de la objetividad | 124

5. 2. 2. Creando relaciones de valor | 126

5. 2. 3. ¿Para qué sirven las afirmaciones? | 128

5. 3. Las declaraciones | 129

5. 3. 1. ¿Qué necesitamos para hacer declaraciones? | 130

5. 3. 2. ¿La autoridad se declara por consenso? | 132

5. 3. 3. ¿Por qué fallamos? | 133

Capítulo 6.

Haciendo juicios | 135

6. 1. Los juicios | 135

6. 2. ¿Qué significa que estén fundados? | 139

6. 3. Vivimos con respuestas a preguntas que nunca nos hemos hecho | 139

6. 4. La declaración de compromiso | 143

6. 5. Los juicios son declaraciones. Las declaraciones no son juicios | 145

6. 6. El sentido de hacer juicios | 145

6. 7. La doble cara de hacer juicios | 146

6. 8. Desafíos fundamentales al hacer juicios | 148

6. 9. Fundando juicios | 150

6. 9. 1. ¿Cuál es el impacto que tiene el vivir de juicios infundados? | 152

6. 9. 2. ¿De qué manera los juicios nos sirven para coordinar? | 153

6. 10. Aprendiendo a ser responsables de nuestro conversar y sus resultados | 154

Capítulo 7.

Las declaraciones fundamentales | 157

7. 1. Declaración del SÍ | 159

7. 2. Declaración del NO | 160

7. 3. Declaración del NO SÉ | 161

7. 4. Declaración del PERDÓN | 161

7. 4. 1. ¿Cómo nos damos cuenta cuando hemos perdonado? | 163

7. 5. Declaración del GRACIAS | 165

7. 6. Declaración de AMOR | 166

7. 6. 1. ¿Qué declaramos cuando declaramos amor? | 168

7. 7. Declaración de VISIÓN o de futuro | 169

7. 8. Declaración de QUIEBRE o de que necesito ayuda | 171

7. 9. Declaración de QUIÉN SOY o de IDENTIDAD | 174

PARTE 3.

EL SENTIR (DEL SENTIDO)

Capítulo 8.

El arte de coordinar

y colaborar con otros | 189

8. 1. El pedir | 190

8. 2. El ofrecer | 193

8. 3. El prometer | 197

8. 4. Compromisos sociales implícitos en cada acto lingüístico | 199

Capítulo 9.

El fenómeno del escuchar | 201

9. 1. ¿Qué nos pasa? | 202

9. 1. 1. ¿Por qué nos pasa? | 203

9. 1. 2. ¿Cómo nos sentimos cuando reconocemos lo que nos pasa? | 205

9. 1. 3. Poniendo atención a lo que somos | 206

9. 2. Lo público, lo privado y el drama de ser quiEnes somos | 207

9. 2. 1. Yo pregunto, ¿quién responde? | 208

9. 3. La escucha “previa” | 209

9. 4. Incertidumbre, miedo y expectativas | 210

9. 4. 1. ¿Qué son las expectativas? | 210

9. 4. 2. ¿A qué le decimos NO cuando decimos NO? | 212

9. 5. Escuchar es más que oír | 214

9. 5. 1. ¿Qué es el mensaje? | 215

9. 6. Conciencia de los límites | 217

9. 6. 1. ¿Control o diseño? | 217

9. 6. 2. Empecemos por el silencio | 218

9. 7. Tipos de escucha | 220

9. 7. 1. Escucha generosa y escuchar “para” | 221

9. 8. Niveles de Escucha | 223

Capítulo 10.

Mundos emocionales | 227

10. 1. Asomándonos a la ventana de la neurobiología | 228

10. 2. ¿Cómo llegamos a ser quienes somos? | 229

10. 3. Poniendo en palabras el sentir | 231

10. 4. ¿Qué son las emociones? | 232

10. 5. Emociones y sentimientos | 233

10. 6. Dinámicas emocionales | 237

10. 7. La confianza | 240

10. 7. 1. Confianza básica | 241

10. 7. 2. Ingenuidad, confianza y desconfianza | 242

10. 7. 3. Confianza, compromiso y diseño de futuro | 244

10. 7. 4. ¿Por qué es tan importante confiar? | 245

10. 7. 5. Fundamentos de la confianza | 245

10. 7. 6. La confianza como identidad | 248

10. 7. 7. Recuperando la confianza perdida | 249

10. 7. 8. Revocar promesas | 251

10. 7. 9. Confianza y amor | 251

10. 8. El amor | 253

10. 9. La dignidad | 256

10. 9. 1. ¿Qué es la dignidad? | 257

10. 10. El miedo | 261

10. 11. La valentía | 262

10. 12. La culpa | 263

10. 12. 1. ¿Por qué la culpa tiene una connotación negativa? | 265

10. 13. La alegría | 269

10. 14. La serenidad | 270

10. 15. La gratitud | 273

Capítulo 11.

Estados de ánimo, emociones

y posibilidades | 277

11. 1. Emociones y estados de ánimo | 279

11. 1. 1. La ira y sus causas | 284

11. 2. Disponibilidad y deseo | 287

11. 3. Distinguiendo emociones y estados de ánimo según preocupaciones | 290

11. 3. 1. Primera categoría. Inquietud por la identidad | 290

11. 3. 2. Segunda categoría. Inquietud por el destino o los resultados de otras personas | 291

11. 3. 3. Tercera categoría. Preocupación por defender la autonomía y dignidad | 291

11. 3. 4. Cuarta categoría. Preocupación por cómo traemos el pasado al presente | 292

11. 3. 5. Quinta categoría. Preocupación por los juicios de ganancias y pérdidas | 292

11. 3. 6. Sexta categoría. Emociones gatilladas por los juicios que hacemos sobre nuestras propias acciones | 293

11. 4. Calificando los estados de ánimo según el juicio de “positivo o negativo” | 294

11. 4. 1. Juicios típicos de algunos estados de ánimo negativos | 295

11. 4. 2. Juicios típicos de algunos estados de ánimo positivos | 296

11. 5. Estados de ánimo “existenciales” | 296

11. 6. Emociones del Self | 297

11. 7. La autoconfianza como centro de mi nueva identidad | 300

11. 8. Mapa de intervención en nuestros estados de ánimo | 301

11. 9. ¿Mundo o Mundos? | 302

PARTE 4.

EL PODER (DEL SENTIDO)

Capítulo 12.

Vivir con poder | 309

12. 1. Poder y resultados | 313

12. 2. Poder y futuro | 315

12. 3. Poder y finitud | 316

12. 4. El poder del compromiso | 317

Capítulo 13.

Vivir en compromiso | 321

13. 1. Centramiento | 322

13. 2. Enfocar en lo fundamental | 324

13. 3. Convivencia | 326

13. 4. Gratitud y liviandad | 328

13. 5. Ser un aprendiz de la vida | 329

13. 6. Cuando el mundo es la amenaza | 330

PARTE 5.

HABILIDADES INDISPENSABLES

PARA UNA VIDA CON SENTIDO)

Capítulo 14.

Vivir en el orden | 337

14. 1. ¿Qué es un sistema? | 339

14. 2. Pertenencia | 340

14. 3. Equilibrio entre el dar y el tomar | 341

14. 3. 1. Dar y tomar | 342

14. 4. El respeto por la jerarquía | 346

14. 5. Todo sistema tiene una conciencia | 347

Capítulo 15.

El valor de las crisis | 349

15. 1. ¿Qué preguntas pueden ser fundamentales en una crisis? | 351

15. 1. 1. ¿Cómo es mi relación con la incertidumbre? | 351

15. 1. 2. ¿Cuál es la fuente de mi acción? | 351

15. 1. 3. ¿Quién soy? | 352

15. 1. 4. ¿Cómo aprendemos a vivir? | 354

15. 1. 5. ¿Resistente o Resiliente? | 355

15. 1. 6. Empatía, altruismo y resiliencia | 356

PARTE 6.

CONCLUSIONES

Capítulo 16.

Habilidades para vivir una vida heroica | 365

16. 1. La convivencia con otros | 366

16. 1. 1. Relación, conversación y acción | 367

16. 1. 2. Lo dicho y lo no dicho | 368

16. 2. Ser adulto | 369

16. 3. Tomando decisiones | 370

16. 4. El aprecio por la tragedia | 370

16. 5. Declarándonos completos con la vida | 372

16. 6. Cultivar el maravillarse por el fenómeno particular y global de la vida | 373

16. 7. Aprender a morir | 374

16. 8. Vivir en compasión | 374

16. 9. Vivir con sentido | 376

16. 10. Vivir con poder | 377

16. 11. Cultivar la gratitud | 378

16. 11. 1. ¿Pero cómo lo hicimos? | 378

Capítulo 17.

Bibliografía | 383

Dedicatoria

A Graciela “Grace” Rossi

Porque tu legado de amor y posibilidad

sigue presente en el impulso a servir de aquellos

que fuimos tocados por tu inspiración.

Agradecimientos

Escribir es el intento de bajar al papel las conversaciones que vamos teniendo con nosotros mismos, a veces repetidas y tediosas. Otras, las menos, ocurren en esos momentos en donde algo en nosotros conecta con una nueva comprensión. En ese instante, una pequeña parte del misterio de la vida se devela, creando una sensación de sentido y, a su vez, haciendo crecer una imperiosa necesidad de compartir con quien quiera participar.

Es una forma de escucharse, de reconocer quién es uno mismo, qué piensa y siente y en qué posibilidades habita. En definitiva, escribir es manifestar el ser en esa aventura tan compleja y a veces contradictoria que implica el vivir.

Para ello, me permito comenzar haciendo una declaración. No escribo porque soy alguna forma de sabio o un ser iluminado. Escribo porque estoy vivo y haber llegado a tener cierta conciencia de mi vivir, es condición suficiente para desear compartirlo. Aspiro a ser una expresión de un camino y ofrezco mi traducción de algo de lo recorrido como una evidencia de mi propia humanidad y al mismo tiempo, de mi gratitud ante el regalo de la existencia. Escribo para invitarlo, querido lector, a que nos expresemos.

Este escrito es un intento de compartir algunas de mis comprensiones más esenciales sobre lo que nos caracteriza como seres humanos y lo que nos lleva al bien-estar. A veces nos proponemos generar transformaciones, pero no siempre alcanzamos a reconocer qué es lo indispensable para que un cambio sustancial sea posible para nosotros mismos, nuestras familias y las comunidades que habitamos.

En lo últimos 25 años he estado investigando, estudiando, “desarmándome y armándome de nuevo” de la mano de grandes maestros. Todo mi agradecimiento y gratitud, en principio al Dr. Fernando Flores (filósofo e ingeniero que dio lugar al “diseño ontológico”). Sus enseñanzas e inspiraciones están presentes en cada reflexión en este libro. Deseo que este libro lo lleve, estimado lector, a querer profundizar mucho más en su obra.

Otro gran maestro que he tenido el privilegio de conocer es Bert Hellinger, terapeuta alemán y padre de las “configuraciones sistémicas”. Aprendí en el reflejo de sus enseñanzas a reconocerme continuamente en red, sabiendo que somos parte de un entramado de vínculos que vienen de lejos y se expanden más allá de nuestro espacio de vida.

Agradezco profundamente a la vida que haya cruzado mi camino, aún siendo muy joven, con un ser humano extraordinario, la Dra. Elena Espinal; psicóloga y coach profesional, referente mundial en temas de transformación personal y organizacional. Le reconozco haber sido el comienzo de mi inspiración, mi origen en este camino de aprender a diseñar el vivir. Ella es un ejemplo del entusiasmo por servir, no solo para mí sino para tantos otros alrededor del mundo.

Gracias especiales a la Dra. Koncha Pinós Pey, neuropsicóloga fundadora de The Wellbeing Planet Foundation, quien ha creado en mí un particular interés en la comprensión de la neurobiología y la necesidad de aprender a entrenar la mente y regular nuestras emociones. Explorar de su mano cómo desarrollar habilidades de compasión y de resiliencia ha sido un nuevo despertar en mi proceso.

Gracias especiales a José Luis Valle, compañero de vida y extraordinario profesional que se puso al hombro la tarea de corregir de comienzo a final cada expresión de este libro. Gracias a quienes me acompañan y me alentaron cada día a continuar este proyecto: Cecilia de Lucio, María Amelia Morelli, Pamela León, Ramiro Torres, Teresa Espaillat, Fernanda Guerra. Sin su presencia, interés, observaciones y provocaciones, este libro no hubiera sido posible. Junto a ellos, incluyo a mis colegas de equipo de la Fundación Aprendizaje para el Cambio Argentina.

Gracias a mis hermanos Elisa y Carlos, por ser quienes me alientan a ir más lejos y me apoyan con su amor, confianza y alegría. Gran parte de quien soy hoy es el resultado de tantos años de amor y de apoyo.

Finalmente, agradezco a mis alumnos, pacientes y participantes en cursos, conferencias y entrenamientos. Celebro el regalo único de conversar con tanta gente de diferentes países, lugares y culturas que he tenido el privilegio de visitar en estos más de veinticinco años de labor ininterrumpida en Argentina, México, Colombia, Chile, Perú, Uruguay, Paraguay, República Dominicana, EE. UU. y España. Hoy puedo reconocer que, a pesar de vivir en diferentes tradiciones, momentos históricos, políticos, económicos, etc. en un nivel profundo, tenemos las mismas necesidades y enfrentamos desafíos esenciales.

A cada uno le debo mi gratitud y reconocimiento por la confianza en explorar juntos la aventura de aprender a diseñar una vida que merezca el valor de ser vivida.

Gracias a todos los que saben que, de una u otra manera, hemos creado un nuevo sentido en cada encuentro.

Están en mi corazón.

Marco Leone,

junio 2021

Prólogo

A fin de cuentas, esto es solo el Prólogo. No te dejes llevar tanto por él, porque no es el libro. Soy una humilde lectora del libro y más humilde conocedora del autor por los últimos 30 años. Escribirlo es como afinar una guitarra para que suene bonito, o más bonito, un contenido maravilloso que relata aprendizajes desde las vivencias y no desde las teorías. Por eso, se trata de afinar la guitarra y, luego, cada lector escuchará la música que le evoque. Este no es un autor que te imponga la música a escuchar.

A estas alturas de la historia del coaching, diría que aún estamos intentando ponernos de pie, dar los primeros pasos. Y hay quienes, como Marco Leone, nacieron casi al mismo tiempo que el coaching en Latinoamérica y, sin vergüenzas, muestra su camino: La Psicología de la que viene, la Ontología que le llegó, las Constelaciones que buscó en la necesidad de dar respuestas, la Neuropsicología, a la que accedió un poco más tarde. En su búsqueda de aprendizajes, explicaciones y respuestas, fue dando vueltas, soltando amarras, siendo re-inventor de cada una de las teorías aprendidas. Y esto es así porque nadie comprende una teoría como realmente es, sino como puede comprenderla.

Sin embargo, pone su alma al pie, te la muestra para que en cada lectura, en cada capítulo, te encuentres con él, converses y te lleves lo que quieras de su aprendizaje de vida. El coaching es demasiado nuevo para grandes compendios que no caigan en desuso en poco tiempo. Mejor esta sencillez de mostrar el alma y ofrecer, como quien tiende una mano, una comprensión del mundo interior de cada uno, para que pueda abrir nuevas fronteras.

Respetaré el ritual de los prólogos. Te mostraré mi propio impacto. Y luego te hablaré de Marco. Aunque lo conozcas, Marco es diferente con cada persona que se le acerca y siempre es amable, solícito, preocupado por el otro y presto para dar. Tal vez, este, mi Marco, tenga algún dato distinto que, sabiendo llegar, puedas despertar si te interesa. También, si tú has conocido a otro Marco, me gustaría conocerlo y aceptar y sorprenderme frente a cada cambio, como me ha pasado hasta ahora.

La búsqueda que este libro nos plantea, es el bien-estar. El sentirnos dignos, escuchados y sostenidos en redes por otros. El aprender a revisar nuestra vida y nuestra natural caída a espacios de sufrimiento, reconocerlos como históricos y poder cambiarlos. Siempre comprendiendo humildemente que la vida es como es y, sin importarle la interpretación que le pongamos, hace su trabajo y cambia constantemente. Es un juego eterno de adaptación a un universo que no para de cambiar, de evolucionar. En ese escenario y con las reglas planteadas, nos vemos animales de manada. Lo somos desde el origen y no podemos negarlo. Necesitamos del otro para re-conocernos. El lenguaje, nuestro gran distintivo, también nos ha encerrado en un mundo imaginativo y solo podemos reconocer de fuera aquello que haya incorporado y distinguido. Y ese trabajo, el de Sísifo, parece interminable. Solo cuando puede aceptar que el éxito es empujar la piedra, puede ser feliz.

Nuestra conquista es aceptar nuestro encierro y es que aceptando, se producen los milagros de la apertura y la transformación casi constantes. Lamentablemente, vivimos en una sociedad que lleva siglos haciendo que se repitan las experiencias de unos a otros. No querríamos pasarlas de nuevo. Sabemos lo que nos hicieron sufrir y sin embargo, las aplicamos con los demás, como la receta por la que se aprende desde el dolor. Por eso, nos muestra en el libro que hacer un cambio o lograr una transformación es ir en contra de lo que siempre hicimos y pensamos; que hay que sobreponerse desde el compromiso para dar vuelta una historia. Este compromiso enfrenta el miedo, las ganas y sobre todo, nos orienta claramente hacia el futuro que queremos crear.

¿Qué nos lleva a no cambiar? La inercia, las emociones a las que estamos acostumbrados. Marco usa una metáfora hermosa: dice que el caballo son las emociones y el jinete es la razón. Todos sabemos que un caballo requiere de un hábil jinete, o el caballo tomará las decisiones por sí mismo. Los caballos no saltan porque el jinete los manda, sino porque les gusta saltar. De este equilibrio y esta relación, puede generarse una vida que valga la pena y colabore en la generación de nuestra trascendencia a través de “soltarnos de nuestro propio recorrido”. Será aprender a usar nuestro caballo, no para controlarlo, sino para alentarlo a hacer aquello que naturalmente haría de manera extraordinaria.

La vida es un camino a la conquista de nuestra libertad. Para ello, el mayor enemigo lo cargamos nosotros mismos: nuestras propias historias, los cuentos en los que vivimos, los límites impuestos por la cultura, nuestra necesidad de agradar para ser amados. Ir venciendo uno a uno esos límites y tener en claro los valores desde los que queremos basar nuestra existencia, generarán la vida que elijamos construir. Estos son los viajes del héroe que nos toca a cada uno, especialmente diseñado, si queremos conquistar nuestro poder para hacer la vida que consideramos que vale la pena. El precio es romper con las creencias culturales, a veces parecer locos, pero en realidad ese ha sido el camino de los genios: atreverse a desafiar lo que siempre fue.

Así es como Marco Leone nos invita a vivir una vida heroica, a respetar nuestro propio camino, a dar lugar a nuestra originalidad. Y lo hace a través de once habilidades indispensables. Todas ellas se entremezclan en la cotidianeidad, haciendo difícil saber si es la adultez, la valoración del dolor —propio y ajeno—, la completud, el vivir en la vivitud que dan el asombro y la maravilla como estados de ánimo, entre otros; los que nos hacen vivir el bien-estar. Vivir la disposición a aceptar lo que es y a cambiar el número de veces que sea necesario, mientras buscamos nuestra particular manera de trascender y dejar un mundo un poco mejor del que encontramos.

No sé si en este último párrafo hablo del libro o de Marco. Sé que no hay este libro sin Marco, ni Marco sin este libro que transpira su identidad, su camino y sus aprendizajes.

Lo he visto transitar dolores inconmensurables, la pérdida de referentes que lo llevaron a ser adulto siendo demasiado joven. Aún recuerdo su mirada profunda de entonces, en sus ojos hundidos como buscando adelante, en el futuro, una respuesta o posibilidad fuera del dolor vivido. Recuerdo que su compromiso con el aprender es trascendente y se juega entero en cada proceso, permitiéndose cambiar y transformarse a cada paso. Reconozco su gratitud a la vida y su amar incondicional, casi romántico, que lo lleva a ver posibilidades en el otro siempre, a pesar de todo. Ese amor es un gran paraguas donde se alojan su familia, su amor, sus amigos, sus maestros, sus colegas y la humanidad entera. Viaja sin medir consecuencias, en un cuerpo que decide recordarle su humanidad a cada paso, para llegar a otros. Cada conferencia suya conmueve porque habla no solo de lo que sabe, sino de lo que vive. Sus aprendizajes son carne. Y si su historia del héroe, que no me animo a contar ni a imaginar completamente, incluye el dolor físico y su abrazo a él; eso también lo ha hecho.

Pido ejercer al leerlo algunas de las habilidades que recomienda: un profundo respeto por sus ideas. En vez de descartar, tomar con curiosidad y conversar. Dejarse apapachar (acariciar con el alma, en lengua náhuatl), sintiendo profundamente lo leído, o si aún sigue creyendo que saber es lo mismo de experienciar.

Con respecto a ti, Marco, no puedo dejar de agradecerte tu presencia en mi vida. Lo hago público porque no solo nos queremos, sino que nos hemos influido mutuamente de forma personal, familiar, profesional. Y si quedara algún ámbito, nos hemos acompañado en los éxitos y hemos llorado juntos los fracasos.

Con respecto a tus ancestros… Emanuelle, aquí no hay guerras. Tu hijo no entra en ellas, pero transforma las luchas en danzas. Puedes estar tranquilo. Y Magdalena, tú puedes estar orgullosa. Él se hizo hombre-de-bien. El mundo lo reconoce. Descansa en paz.

Elena Espinal

Ciudad de México, junio 2021

Nota de verdad al pie:

José Luis Valle, mi cómplice, me ayudó a ponerlo bonito.

Introducción

El escritor escribe su libro para explicarse a sí mismo

lo que no se puede explicar

Gabriel García Márquez

Reflexionar sobre lo esencial no es una tarea simple. Se nos suele hacer más fácil recuperar las explicaciones que le dieron sentido al ayer y actuar sin reflexión, para lograr con ello cierta seudotranquilidad, imaginando que quizás, de esa forma, podemos vencer la incertidumbre.

Así que la pregunta que me hago ahora es… ¿cómo empezar una reflexión sobre lo esencial, con ustedes, estimados lectores?

De esa pregunta deviene una primera propuesta: armar un mapa de mi experiencia como persona y como profesional que quizás, al menos en parte, pueda permitirles, a quienes estén del otro lado de esta página, usarla como un espejo que les dé pie para reflejar su experiencia con la única pretensión de encender una luz, por más tenue que sea, a la complejidad del universo humano; mirado desde la cotidianeidad de nuestras vivencias nunca iguales, casi nunca fáciles, al menos no las esenciales.

Diseñar un mapa no es recorrer un territorio, pero sirve para declarar el compromiso con un camino que se irá haciendo al andar. El propósito de un mapa es darle dirección a la aventura que aspiramos recorrer y esa dirección trae aparejada una promesa: que el camino nos llevará a lugares donde encontraremos algún sentido y que el sentido creará más valor.

La primera parada del mapa es la afirmación de una necesidad humana fundamental: abrazar alguna explicación que le otorgue sentido a quiénes somos, por qué sufrimos, que nos permita reconocer qué es posible para nosotros y qué necesitamos desarrollar como habilidades para vivir una vida en bienestar; principalmente, cuando esta nos desafía empujándonos al límite de nuestras fuerzas.

El supuesto fundamental del que parte esa afirmación es que las habilidades esenciales para vivir en bienestar —sobre las que sostenemos nuestras relaciones con nosotros mismos, los demás, el misterio de la vida y el tiempo (pasado, presente y futuro)— deberíamos haberlas aprendido e incorporado en nuestra infancia y juventud, cuando nuestro cerebro estaba abierto a tomar todo y a reconocer lo básico e innegociable para vivir en bien-estar. Eso significa que deberíamos haber aprendido lo esencial en nuestra casa de la infancia y en la escuela. Aunque quizás coincidan conmigo, no siempre, o al menos no para todos, ocurrió de esa manera.

Esta premisa nos lleva a uno de los desafíos más grandes que debemos enfrentar, lo que constituye nuestra segunda parada: ser adulto no es una cuestión de edad, sino de conquistar habilidades indispensables. Podemos tener edad adulta y seguir sufriendo o haciendo sufrir a otros como si fuéramos niños, en una repetición continua de patrones y hábitos de los que no sabemos salir, porque la mayoría de las veces ni siquiera somos conscientes de ellos. Definimos nuestra identidad a través de hábitos automáticos que apenas reconocemos, cerrándonos a toda posibilidad de cambio. Lo que sabemos hacer y lo que sabemos ser, cuando entramos a la adultez biológica, no siempre es lo que necesitamos como mínimo indispensable para entrar a su vez, en una madurez emocional.

Incluso haciendo su mejor esfuerzo, nuestra educación falló en el propósito de prepararnos para vivir en un mundo extremadamente cambiante, donde tener habilidades es más importante que tener información. No supimos ver que tener información no es lo mismo que saber, que saber no implica saber hacer —ni mucho menos saber ser— y que quien no tenga conciencia de su ser, viviría desconectado de una de las necesidades fundamentales de nuestra existencia humana: dar sentido. Nos pasamos gran parte del tiempo haciendo interpretaciones sobre nuestro vivir, pero no siempre nos ocupamos de que nuestras interpretaciones aporten sentido al recorrido que hacemos.

Por ello, comienzo con una mirada simple y quizás extremadamente básica, de qué nos caracteriza como humanos; lo que podemos visualizar como nuestra tercera parada en el mapa de nuestro viaje.

Los humanos somos seres con conciencia de nuestra existencia. Así creamos una relación con el tiempo, en la necesidad continua —que no siempre logramos satisfacer— de ir creando, a cada paso, un sentido a nuestro vivir.

Somos seres biológicos, lo que nos permite almacenar nuestros aprendizajes, crear hábitos, adecuarnos a lo que va aconteciendo y desarrollar habilidades que sirvan para adaptarnos a la realidad y también que nos permitan expandirla, transformarla, modificarla.

Al ser biológicos, nacemos con sensaciones físicas y luego desarrollamos conciencia sobre nuestras emociones, a partir de la relación que creamos con el entorno relacional que habitamos. Más tardíamente, aprendemos a ponerle palabras a las experiencias, a “sacarlas a la luz” a través del lenguaje y así nace nuestra racionalidad, en una danza entre nuestra habilidad para interpretar, crear explicaciones, conectarlas y crear historias, para luego relacionarnos con ellas (muchas veces como si no fuéramos nosotros mismos quienes las creamos).

Gran parte de nuestro tiempo viviremos ciegos al hecho de que lo que entendemos como verdad no es más que otro cuento que nos hemos contado, creado por nosotros mismos, y vivido como si le perteneciera a la “realidad”, como si esta existiera con independencia de quien la cuenta.

Somos seres emocionales, que usamos nuestra racionalidad para organizar, interpretar y luego expresar nuestro mundo emocional. Si todo va bien, eso es lo que hacemos. De lo contrario, peleamos, empujando nuestra cabeza a una esquina del ring y a nuestro mundo emocional a la otra. Y cuando la vida nos desafía, comienza una pelea para decidir cuál de las dos —emoción o razón— toma el mando de las decisiones y acciones ante la situación. De esta manera, empieza la disociación: la incapacidad para que la emoción y la razón trabajen juntas en la reflexión sobre una situación determinada y en la toma de decisiones para el logro de lo que nos proponemos empezar, alcanzar, transformar o evitar.