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Raamatust
Hermanos menores del fascismo europeo de los años veinte y treinta, los regímenes políticos de la península ibérica se convirtieron en una excepción cuando al finalizar la Segunda Guerra Mundial pasaron a dominar en el continente europeo las democracias populares, al Este, y las democracias liberales, al Oeste. ¿Cómo fue posible que Franco y Salazar se mantuvieran en poder? ¿Qué hizo posible su pervivencia pasada la guerra?
Si bien el conjunto ibérico fue una excepción, el franquismo español y el salazarismo portugués tenían unas diferencias muy sustanciales y el tratamiento que recibieron en el contexto internacional fue muy desigual. El Portugal de Salazar no fue objeto de condenas internacionales por su régimen político, ni sufrió el relativo ostracismo económico y militar del franquismo sino que fue invitado a formar parte de los beneficiarios del Plan Marshall y de los fundadores de la OECE y la OTAN. Los orígenes del régimen, la estructura política, la dimensión e identidad del exilio, los modos diplomáticos, los niveles y formas de represión política, los estilos de censura periodística, las formas de gobierno y la cuestión colonial marcaron dos trayectorias de vida muy diferentes. También los temores esenciales de ambos eran distintos, dejando aparte al común «enemigo interno», y tenían distintas cartas para negociar con la potencia dominante: Portugal tenía las Azores, bastión indispensable del «Muro Largo» estadounidense; Franco ofrecía bases y hombres en condiciones baratas.
Porque no puede entenderse la historia de la España del Movimiento Nacional sin la del Estado Novo Portugués, este ambicioso estudio analiza, por vez primera, la historia de la península ibérica en el contexto geopolítico internacional de la Guerra Fría como un conjunto que explica sus marcadas singularidades.