Tecnologías educativas para la inclusión

Tekst
Loe katkendit
Märgi loetuks
Kuidas lugeda raamatut pärast ostmist
Šrift:Väiksem АаSuurem Aa

Necesidades económicas y conveniencias políticas

Los sectores económicos, para aumentar su productividad y poder hacer frente a la competencia, necesitan estar actualizados en cuanto a la innovación tecnológica. Por ello, las empresas utilizan la tecnología para diseñar y fabricar nuevos productos. La mayoría de las empresas grandes disponen de un departamento de investigación para diseñarlos y producirlos, teniendo muy presente la viabilidad, el lanzamiento al mercado, el proceso de producción, la planificación y el control de producción y calidad del producto, todo orientado a su beneficio económico.

El factor político tiende a estimular la investigación, la innovación tecnológica y el desarrollo, ya que esta constituye un cimiento básico en la economía de cualquier país. En este sentido, al ser la tecnología una sección estratégica de gran importancia en el progreso industrial, los gobiernos destinan cada vez mayor parte de su presupuesto en investigación y adelanto tecnológico; además, el sector armamentista también está sustentado en nuevos avances tecnológicos y científicos que hacen más eficaces sus productos. Ahora bien, ¿esto significa que las nuevas tecnologías podrán impedir la presencia de más criminales en las calles y con ello el número de víctimas por causa de tiroteos? Pues no. Pues si bien es cierto, una de las características a resaltar de la tecnología es la facilidad con la cual se entrelazan los sistemas, por consiguiente, hay un constate flujo de información, de carácter económico, político y judicial. Este mar de datos permite que las autoridades tengan a las personas indicadas de realizar actos encontrar de la ley perfilados, ahora bien, los sistemas de vigilancia como las cámaras de seguridad brindan la posibilidad de adelantarse a los acontecimientos, identificando situaciones problemas o altercados al orden público. Comunicarse con las entidades gubernamentales a cargo de la seguridad de los ciudadanos es más fácil y asequibles que épocas pasadas y conocer el prontuario de las armas de fuego garantiza su circulación de forma segura en las calles. Aunque dispongamos de la tecnología y no se construya tejido social, respeto y cultura tecnológica no existirá un bienestar social, político y educativo.

¿La sociedad está preparada para ir a la par de los avances de la tecnología y la ciencia?

Una sociedad versada tiene un potencial de desarrollo muy alto. En la actualidad, los países son calificados por el índice de desarrollo humano (IDH), elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD); está formado por un indicador social estadístico compuesto por tres parámetros: vida larga y saludable, educación y nivel de vida decoroso. Estos tres componentes definen la calidad de vida de las personas en una sociedad determinada. Sin embargo, en países subdesarrollados como Colombia o Venezuela, la armonía entre ciencia, tecnología y sociedad se ve afectada en su integralidad.

Ilustración 1. La tecnología y la ciencia en la sociedad


Fuente: Elaboración propia.

La ilustración anterior muestra las entidades a nivel internacional y nacional relacionadas con el desarrollo científico y tecnológico en Colombia, donde la educación es un pilar fundamental para este desarrollo. La Sociedad Internacional de Tecnología en Educación (ISTE) expresa ciertos estándares tanto para el docente como para el estudiante respecto al uso efectivo de la tecnología en las escuelas. Estos van desde acceder eficientemente a la información hasta producir, hasta ser agentes activos.

Por otro lado, la delincuencia informática crece tan rápidamente como la misma tecnología. Es común escuchar a los padres de familia quejarse de que sus hijos pasan horas y horas chateando con su dispositivo electrónico en la casa, incluso usan el chat para comunicarse con sus padres y hermanos, aunque estén en el mismo lugar. Los paseos y salidas de campo perdieron su esencia cuando cada uno está entretenido en sus contactos. Paradójicamente, la tecnología, en vez de conectarnos, nos ha alejado. Son muchos los ejemplos que se pueden citar de este distanciamiento, producto del mal uso que se está haciendo de la tecnología.

Frente a lo anterior, Turkle (2020) afirma que ahora buscamos formas de evitar la conversación. Nos escondemos los unos de los otros a pesar de estar constantemente interconectados. Por otra parte, Nobles et al. (2016) explican que a medida que las personas intercambian contenidos y realizan transacciones, la comunicación e interacción con familiares, amigos y conocidos alcanza un alto proceso de cambio. Es así como hoy día el teléfono móvil ocupa el primer lugar en la comunicación cotidiana, superando a la comunicación en persona.

¿Qué medidas se deben tomar para contrarrestar esta tendencia? ¿Limitar el uso del celular u otro dispositivo electrónico en casa o en actividades sociales y de integración familiar? ¿Colocar en la casa carteles que promuevan las buenas prácticas sobre el uso de tales dispositivos electrónicos? ¿Reglamentar sanciones para quienes excedan los límites establecidos? La reflexión queda a consideración de todos.

Por otra parte, los avances de la tecnología y la ciencia han afectado directamente la salud de los ciudadanos; un caso que podemos mencionar es la producción de alimentos en los que los conservantes se hacen necesarios para prolongar su vida útil. Los conservantes son sustancias utilizadas como agregado alimentario, ya sea de origen natural o artificial, que detienen o minimizan el deterioro causado por la presencia de bacterias, mohos y levaduras, entre otros microorganismos; algunos alimentos requieren el uso de conservantes o simplemente la utilización de conservación como, por ejemplo, la congelación. El interrogante para considerar sería: ¿qué efectos causan los conservantes alimenticios en la salud del ser humano a corto, mediano o largo plazo?

Hacia una alfabetización científica y tecnológica

Es fundamental enfatizar en la implementación de una educación científico-tecnológica si hacemos parte de un mundo colmado de productos y artefactos modernos. La Unesco (1994) expresa que la alfabetización científica y tecnológica supone la dotación de recursos para el acceso al conocimiento, extendiéndose a todo el mundo. Así, los Estados deben garantizar la accesibilidad al conocimiento y transparencia de la actividad científica, alumbrados por la responsabilidad de que la ciencia no solo se hace en la sociedad, sino que es para la sociedad.

Parece contradictorio, pero estudios recientes como el de Gil et al. (2005) muestran que el panorama en torno a la propiciación de la ciencia en educación resulta alarmante. Dicen en su investigación que la didáctica de las ciencias ha mostrado reiteradamente el grave fracaso escolar, así como la falta de interés e incluso rechazo que generan las materias científicas. Estos autores indican la poca acogida que ha tenido el accionar científico en los procesos académicos. Esto indica una radiografía donde se hace pertinente una alfabetización científica.

De igual forma, se hace necesaria una reorientación expresada en estrategias para promover la alfabetización científica mitigando el rechazo, enfocada desde el currículo en áreas integradas como ciencia, tecnología y sociedad. Esto hace parte activa de la cultura general en las nuevas sociedades modernas y democráticas, propiciando la responsabilidad crítica y el interés por el estudio de las ciencias y las tecnologías. Garritz (1994) señala 11 características de las ciencias y tecnologías en el proceso educativo:

1.La identificación de problemas sociales de relevancia para los estudiantes, local o globalmente.

2.La implementación de recursos locales (humanos y materiales) para la identificación de información útil en la resolución de un problema.

3.Investigación estudiantil orientada a la resolución de problemas cotidianos.

4.La resignificación del aprendizaje más allá del aula.

5.El impacto individual de la tecnología y la ciencia percibido por el estudiante.

6.La relevancia que tienen los contenidos académicos en su vida académica, profesional y personal.

7.El énfasis en la importancia de las habilidades que se desarrollan en el proceso, con el fin de resolver sus propios problemas.

8.La relevancia de la promoción de las carreras científicas y técnicas.

9.La vinculación de estudiantes en acciones concretas que favorecen la solución de los problemas de su comunidad.

10.La caracterización de medios para el impacto de la ciencia y la tecnología en el futuro de la sociedad.

11.La estimulación a la autonomía del estudiante en el aprendizaje.

Finalmente, es evidente la necesidad de orientar la tecnología, la innovación y la ciencia hacia la conformación de un modelo más reflexivo, responsable y fructífero para la inclusión y la competitividad social, económica y política de Colombia, tomando como eje de desarrollo el paradigma del conocimiento, teniendo muy presente que las sociedades industrializadas y globalizadas evolucionan a un ritmo vertiginoso.

El currículo como medio para fortalecer los procesos formativos

La construcción del currículo debe obedecer a una perspectiva, si se quiere profética, de lo que se espera lograr con los educandos, por lo cual el docente requiere conocer muy bien los lineamientos del MEN y el contexto de su comunidad, para así adaptar las estrategias y actividades a las características de sus estudiantes, y no lo contrario, que sean los estudiantes quienes deban adaptarse a las estrategias del docente (ver la ilustración 2).

 

Ilustración 2. Las TIC en el currículo escolar


Fuente: Elaboración propia.

Es decir, el docente estará formado e informado de los procesos que se vienen llevando a cabo con los educandos para poder en cierta medida garantizar aprendizajes significativos en los y las estudiantes; un currículo donde los procesos sean continuados. Por ejemplo, que se articule coherentemente un grado con el siguiente, recordando siempre el propósito preestablecido para cada nivel. En Colombia, existen los estándares por niveles de grados, donde se indica lo que precisan saber cómo mínimo todos los estudiantes del país, y, con base en ese parámetro nacional, se evalúan todas las instituciones. Esto es algo un poco enigmático, porque en el interior del país existen regiones divididas en subregiones que forman diferentes comunidades, donde cada una cuenta con particularidades diferentes. Por ello, en el momento de evaluar los desempeños de los escolares, deben examinarse factores como su cultura, su lengua y su ubicación geográfica. ¿Puede usarse el currículo como medio para fortalecer el aprendizaje y la cualificación académica? En efecto, el currículo es la mejor manera para lograr que las sociedades se desarrollen y alcancen mejores niveles de calidad de vida para sus ciudadanos. Para esto, los docentes deben elaborar y desarrollar currículos que apunten a ese propósito, haciéndose necesario atender a políticas, culturas y prácticas más inclusivas, lo cual abordaremos más adelante.

Ahora bien, haciendo énfasis en el currículo integral, uno de los aspectos con más carencia en esta nueva época son los valores, requiriendo una relación directa con las bases teóricas y prácticas para la transformación social. Generalmente, la ruptura familiar ha originado una inestabilidad emocional acompañada de una nula orientación y vigilancia tecnológica. Seguramente, ello redundará en el uso inadecuado de la tecnología y un rendimiento escolar poco satisfactorio (Parra Logroño, 2020).

Por tal motivo, se abordará una de las tendencias, no solo educativas sino culturales y sociales de la actualidad: las TIC y la necesidad de vincularlas eficientemente en este proceso educativo.

En el curso del tiempo surgen nuevos modelos que traen como resultado avances y mejoras a nivel educativo. A continuación, se hablará del modelo disciplinar y el modelo integral. El modelo tradicional está basado en contenidos orientados bajo una asignatura y que excluyen por completo el aprendizaje fuera del aula; en este modelo no hay un aprendizaje significativo o situado, los alumnos aprenden de los contenidos dados por los docentes, pero no son guiados al aprendizaje a través de las experiencias. Por tal razón, comienza a tomar auge, aun con los fundamentos del modelo tradicional, la globalización curricular propia del modelo disciplinar, el cual es el que predomina hoy día en las escuelas; este modelo es caracterizado por la rigidez del tradicional, por el currículo y los contenidos tomados del texto, los cuales deben ser abordados por el profesor en el aula de clases.

Siendo sus bases tan similares a las del modelo tradicional y en busca de óptimos resultados, se fundamenta el modelo integral, el cual da un giro a la educación. Este aparece bajo el nombre de modelo integrador, caracterizado por actividades que van enfocadas al contenido, que tienen en cuenta las capacidades, habilidades y destrezas propias de la etapa y el tema tratado, pero en el momento necesario para resolver un problema planteado o para llevar a cabo un proyecto determinado; además, plantea un seguimiento disciplinar durante el proceso, el cual hay que realizar al comienzo y al final del proceso de enseñanza-aprendizaje con el fin de dar solución a los problemas que se presenten. Este modelo no se fundamenta en los resultados, se fundamenta en la práctica de dicho aprendizaje.

Si se establecen diferencias entre estos dos enfoques, se podría decir que son muchas. La principal diferencia es que en el modelo tradicional el aprendizaje y la actividad del alumno giran alrededor de los conocimientos de las distintas disciplinas, mientras que en el integrador lo importante es la elaboración de la tarea encomendada. En el primero, los estudiantes no son capacitados para poner sus conocimientos en práctica, solo estudian para no reprobar la materia y pasar al siguiente nivel; en el modelo integral, se capacita al estudiante para abordar los asuntos que le plantea la vida.

El modelo disciplinar se caracteriza por las habilidades y destrezas que el estudiante debe dominar. Aunque se maneja desde la perspectiva interdisciplinar, el aprendizaje se dará teniendo en cuenta los contenidos y los objetivos que estos deben alcanzar. En cuanto al enfoque integrador, este reconoce las competencias y los conocimientos que tenga el estudiante sobre los temas que serán tratados, los cuales, a su vez, serán utilizados para resolver problemas que se presentan en el proceso educativo, esto significa que todo lo que se trabaja y se aprende está sustentado sobre unas bases fijas, lo que se conoce como aprendizaje situado. En el proceso educativo es necesario que el estudiante esté en una constante utilización de las herramientas tecnológicas, puesto que estas permiten incorporar conocimiento del exterior al interior del aula de clase y hacer una transversalidad entre las asignaturas, para estimular un planteamiento interdisciplinar; la conexión de los aprendizajes aislados será fundamental, así como la funcionalidad y significatividad que para los escolares represente el tema dado dentro del aula de clase.

Por otro lado, el modelo globalizador o integrador parte de un problema concreto o un proyecto que se debe ser cercano a los estudiantes, de modo que, a medida que vayan dándole solución a este problema, adquieran nuevos conocimientos y destrezas para conseguir el objetivo propuesto. Esta es una manera de llegar a la malla curricular establecida de una manera inductiva, desde la experiencia hacia los contenidos. El modelo logra integrar las herramientas tecnológicas al proceso educativo manteniendo unidas la acción de la escuela y la sociedad. Este modelo curricular se corresponde con lo que García Castaño y Carrasco (2011) denominan el trabajo integrado en educación.

En concordancia con Barros del Río et al. (2020), Riverón Rodríguez et al. (2020) y Sauleda (2020), la escuela tiene que llevar a efecto una actividad en la cual integre y dé respuesta de manera conjunta a los diferentes actores educativos sobre la cualificación integral de sus educandos, apoyándose en métodos telecolaborativos en los que hace uso de las tecnologías, crea entornos virtuales y propicia la colaboración intercultural y nuevas maneras de aprender. Por ende, se hace necesario implementar tendencias, metodologías y recursos TIC para la enseñanza y el aprendizaje.

Con la efectiva relación familia-profesorado, se procura obtener excelentes oportunidades de aprendizaje para los estudiantes, ofreciéndoles un contexto familiar coherente y consistente con el clima escolar y las estrategias acordadas, con metas comunes, con la integración de los representantes de las familias en la toma de decisiones, con el fomento de la asociación de madres y padres de familia, para considerar sus puntos de vista y hacerlos partícipes del proceso (Sauleda, 2020).

No hay que olvidar que, para trabajar el cambio de actitudes, se hay que poner en práctica el derecho que todo ser humano tiene a una educación de calidad, respetando la diversidad en entornos inclusivos, haciéndose necesario poner en marcha programas de sensibilización (Barros del Río et al., 2020).


Capítulo II
Tendencias educativas en la sociedad del conocimiento

Persigue y vence al miedo, puesto que es camino para emprender, innovar y alcanzar al éxito... Así que, profesores, a atreverse a implementar las TIC de la mano con sus objetivos pedagógicos, y obtener los mejores resultados.

El segundo capítulo tiene como fin precisar cómo el desarrollo tecnológico ha permitido una transformación al incorporarse en los diferentes escenarios, incluyendo el educativo. Luego, la investigación versará sobre las diferentes novedades educativas según su implementación en la sociedad del conocimiento.

Paralelamente a la evolución humana, la comunicación se ha transformado. La información oral fue una de las primeras formas revolucionarias que proporcionaron una nueva dimensión a la interacción humana; después, apareció la escritura, que permitió al ser humano plasmar signos lingüísticos para registrar lo que él u otros seres humanos decían y vivían, aunque esta se limitaba solo a unos pocos privilegiados que tenían acceso al conocimiento de la lectoescritura. Posteriormente, apareció la imprenta, con la ventaja de que la información llegó a más personas. Más tarde, llegaron los medios electrónicos y la digitalización, un nuevo código más abstracto y artificial. Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han ido cambiando la cotidianidad: la forma de trabajar, aprender, interactuar y comunicar, de forma tal que estos medios desempeñan un papel tanto social como cultural.

En el paradigma en el que se encuentra inmersa la sociedad, aún no se ha aprendido a utilizar adecuadamente las TIC, motivo por el que se presentan tantas disyuntivas en la selección de información relevante: saber qué buscar, saber en qué puede ser útil la información, qué sitios brindan información real y segura. Si bien es cierto que los desarrollos tecnológicos han facilitado mejoras en la sociedad del conocimiento, al mismo tiempo se ha posicionado una falsa creencia de que información es igual a conocimiento.

Frente a lo anterior, Carravilla Moreno (2020) afirma que en la sociedad constantemente se está dando muestra de malos usos de las tecnologías y que este uso tiene aspectos en común con una adicción, de manera que está afectando negativamente la calidad de vida de las personas.

El conocimiento se deriva de un proceso más abstracto que conjuga la comprensión y utilización eficiente de la información obtenida, por lo cual el papel del docente actual está más ligado a orientar los procesos metacognitivos, la comprensión y búsqueda de información veraz, en vez de ser un dador de información, una a la que, en muchos casos y mediante las actuales tecnologías, sus estudiantes acceden de manera rápida y oportuna. Sobre la sociedad del aprendizaje, Díaz (2020) señala que los sistemas educativos siguen basándose en modelos tradicionales y confeccionados hace más de cien años; los cambios requieren responsabilidad global, no solamente de la educación. No obstante, asegura que “la sociedad de la información será la sociedad del conocimiento”, y con ello cambiará radicalmente la noción presente de las TIC en la educación.

Los docentes no solo deben ser partícipes de este nuevo proceso, sino liderarlo: elaborar nuevas propuestas pedagógicas, diseñar material educativo en que se den respuestas a las problemáticas y tendencias educativas, con el objetivo de brindar nuevos enfoques, nuevas soluciones, convirtiéndose en investigadores activos que conocen y entienden el comportamiento y tendencias de estos cambios, promoviendo y creando ambientes de aprendizaje enriquecidos con el objetivo de mejorar el quehacer pedagógico.

Definitivamente, uno de los retos para el docente en esta nueva era es no solo consumir, sino diseñar material educativo para mejorar el aprendizaje. Tiene que valerse de diferentes medios, herramientas y recursos como: lectura de libros electrónicos o e-books y celulares inteligentes; aprendizaje por proyectos a partir de un problema mediante juegos, robots, música, entre otros (Tejeda Fernández y Pozos Pérez, 2018).

Según Núñez et al. (2019), la práctica docente mediada por las TIC requiere ser vislumbrada desde la evolución del proceso de enseñanza y aprendizaje, donde se abra un espacio formativo a las nuevas opciones que dinamizan el tiempo-espacio más allá de la presencialidad física a través de las posibilidades de la tecnología.

 

Es así como la implementación de las tecnologías en el aula dependerá de la capacidad de los docentes para estructurar el ambiente de aprendizaje no tradicionalista, en el que fusionen las metodologías activas y fomenten clases dinámicas, estimulando la interacción cooperativa, el aprendizaje colaborativo y el trabajo en grupo. No basta con disponer de computadores, se trata de utilizarlos con sentido, innovación, como herramienta de trabajo y aprendizaje, haciéndose necesario ser competentes, no competitivos; trabajando sobre procesos, no en contenidos; partiendo de metodologías centradas en el proceso de aprendizaje, no de logros. Tomar una decisión de cambio por cada uno de los componentes del sistema, tener en cuenta cada uno de los elementos que en él intervienen, al cualificarse, producir, compartir, evaluar en procesos, innovar, compartir las experiencias educativas, para que empiecen a fluir ambientes de aprendizaje enriquecidos por las TIC.

Olete lõpetanud tasuta lõigu lugemise. Kas soovite edasi lugeda?