Loe raamatut: «Manual de psicoterapia emocional sistémica»
Manual de psicoterapia emocional sistémica
Áreas de intervención: técnicas y abordaje
© 2019 Blanca Santos, Carolina Ángel, Carolina Laguna, Cristina Botella,
Cristina Zárate, Eduardo Torres, Jaime Picatoste, Mercedes Bermejo,
Mónica Fraca, Mónica Gonzalo y Patricia Amaro
Diseño de la cubierta: ArteMio
Maquetación: Giancarlo Salinas Naiza
Coordinadora: Mercedes Bermejo
Directora de producción: M.ª Rosa Castillo
© 2019 Editorial Sentir es un sello editorial de Marcombo, S.A.
Avenida Juan XXIII, n.º 15-B
28224 Pozuelo de Alarcón. Madrid
«Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra».
ISBN: 978-84-267-2771-8
Producción del ebook: booqlab.com
A nuestros pacientes y alumnos, nuestros verdaderos maestros
AGRADECIMIENTOS
DE BLANCA SANTOS
A mi familia, por ser mi base segura. Por quererme incondicionalmente y dejarme crecer. A mi hermano, por acompañarme en el viaje de la vida, mi gran apoyo siempre. A Celia, por ser la mejor maestra sobre la infancia. A mis pacientes y sus familias, por confiar y regalarme un poquito de sus experiencias.
DE CAROLINA ÁNGEL
A todos los niños, niñas, adolescentes y sus familias que han abierto para mí una ventanita de su mundo interior. A mis padres, Blanca y Enrique, por darme la vida y un sinfín de recursos para surfear en esta; a Olguita, mi abuela materna, por ser un referente aun después de haber partido; a Jorge, mi partner, por su apoyo incondicional y por ser el corresponsable de mi vida familiar; a mis hijos, Ainhoa y Santiago, por permitirme aprender con ellos el arte de ser madre.
DE CAROLINA LAGUNA
A mi familia, que siempre me apoya y permite que los proyectos se hagan realidad.
DE CRISTINA BOTELLA
A mis padres, por su amor, sacrificio y generosidad; a mi hermano y primos, por ese vínculo tan bonito formado por sentimientos de amistad y de fratría; y a mis sobrinos, por haberme devuelto a la infancia. A mis amigas, por su apoyo incondicional y sentido del humor que hacen que la vida sea más fácil y divertida; y en especial a Palo, por su bondad inmensa y actitud ejemplar ante la adversidad.
DE CRISTINA ZÁRATE
A mi compañero de viaje, Carlos, porque juntos llegamos a cualquier cima. A mis padres y hermano, Carmen, Pepe e Iván, por su apoyo incondicional. A bebé Darío porque su sonrisa infinita me da la vida.
DE EDUARDO TORRES
A Satur, a mis padres, a Pacita, María, Mamen, Paco y a Elena y todos aquellos amigos que me quieren y me acompañan y sin los que nada de lo que hago tendría sentido. También a aquellos compañeros, alumnos y pacientes con los que he coincidido y que me han permitido aprender y crecer.
DE JAIME PICATOSTE
A mi hermana, mi compañera de vida, con la que comparto lo que con nadie más he compartido, el crecer entre mis padres y el perder a nuestra madre. Dedicado a ellos dos también, por hacerlo lo mejor que han sabido, porque sin ellos nada habría sido posible. A Loretta Cornejo, por todo su apoyo e incondicionalidad que tanto me ha dado en mi carrera profesional.
DE MERCEDES BERMEJO
A las compañeras que comparten nuestro día a día en Psicólogos Pozuelo y que no son psicólogas; sin ellas nada sería posible. Gracias a Alba, Jimena, Irene y Pili. Gracias por vuestros esfuerzos, compromiso y lealtad.
DE MÓNICA FRACA
A la vida: a mis padres por dármela, a mis hermanos por compartirla, a mis amigos por disfrutarla conmigo, a mis hijos por estar en ella y a Jaime por todo lo que le aporta.
DE MÓNICA GONZALO
A mis padres y abuelos, porque gracias a ellos soy como soy; y a Miguel, por ser mi compañero de viaje y por ayudarme a ser una versión mejorada de mí misma. A mi tía Fernanda, por estar siempre y por mostrarme con su ejemplo que se puede educar desde la sensibilidad y el amor incondicional.
DE PATRICIA AMARO
A todos los que me acompañaron y me acompañan en este camino, a los que me enseñaron y me enseñan y a todos de los que pude aprender, algunos ya no están.
A todos vosotros, gracias por hacer posible que hoy seamos lo que somos, y por hacer posible este manual, que esperamos ayude a muchas familias y profesionales.
SÍMBOLOS
Para lograr una lectura más ágil hemos incluido algunos símbolos identificativos que señalan aspectos concretos y comunes a cada capítulo:
Ejemplo de un caso
Explicación de una técnica
Aclaración de un concepto teórico
Representación de un diálogo en sesión (cursiva)
Dato neuropsicológico. Información relacionada con un área cerebral (Bloque IV)
Ejemplos:
Daniela, 11 años. Viene a consulta derivada por el colegio por supuesto acoso escolar…
Tarea paradójica: Se prescribe a la familia que sigan con el problema, haciendo «más de lo mismo», con la intención de que esto genere un cambio. A esta intervención, que suele ser arriesgada, se la llama «paradójica», ya que, si siguen la prescripción, están cumpliendo la tarea encomendada por el terapeuta, y si no la siguen, significa que están cambiando y, por tanto, se consigue el cambio.
Escuela Estratégica: Basada en autores como Jay Haley. Entiende que el síntoma del paciente cumple una función, aunque sea desadaptativa, organizada en base a las jerarquías, poderes y reglas de la familia, entendida como organización social. Además, el contexto familiar y social influyen y ayudan a entender el problema. Lo más importante es definir metas, con objetivos muy claros y específicos. No trata de modificar la estructura familiar.
Terapeuta: «Sra. Julia, entremos en algunos detalles con respecto a lo que sucedió esa tarde con Ricardo. ¿Está bien?».
Sra. Julia: Sí, doctor. Yo había llegado a la casa y encontré a Ricardo en la calle. Estaba en el parque jugando con sus amigos. Lo miré, entré a casa y le pregunté a su padre si le había dado permiso para salir. Me respondió que sí. Me enteré de que tenía deberes y de que le había mentido a su padre para que le dejase salir.
Ricardo (respondiendo desde la mesa donde está sentado armando legos): Me olvidé de que tenía deberes.
Julia (Lo remedia y, dirigiéndose a él, le dice): Sí, te olvidaste. Entonces salgo por la ventana y le llamo…
T: ¿Cómo le llama?
J: Le grito.
R: Ella me trata mal. (Y vuelve a sentarse para jugar).
Julia: es cierto, estoy muy estresada. Con dos hijos, mucho trabajo y un marido que no me ayuda.
Una peculiaridad del área prefrontal es que se trata de una de las últimas áreas del cerebro en madurar (entendido este concepto como el proceso de mielinización de las neuronas), proceso que puede terminar incluso hacia la segunda o tercera década de vida, siempre teniendo en cuenta que pueden existir grandes diferencias a nivel individual. Es principalmente por este motivo por lo que podemos encontrar cantidad de niños que no controlen sus impulsos, o adolescentes que tomen decisiones poco adecuadas para su bienestar presente o futuro.
ÍNDICE
Prólogo (Maurizio Andolfi)
BLOQUE I.
De la terapia familiar sistémica a la psicoterapia emocional sistémica
Capítulo 1. Recorrido de la terapia familiar sistémica
Eduardo Torres
Capítulo 2. Origen de la psicoterapia emocional sistémica
Mercedes Bermejo
Capítulo 3. Ciclo vital de la familia desde la psicoterapia emocional sistémica
Cristina Botella
BLOQUE II.
Modelo de intervención SER (Sistémico-Emocional-Relacional) desde la psicoterapia emocional sistémica infantojuvenil
Capítulo 1. Procedimiento de trabajo con niños, niñas y adolescentes: modelo SER (Sistémico-Emocional-Relacional)
Mercedes Bermejo
Capítulo 2. Psicoevaluación, exploración y valoración infantojuvenil, familiar e individual
Carolina Ángel
Capítulo 3. Intervención en adopción
Blanca Santos
Capítulo 4. Familia y escuela trabajando juntas
Mónica Gonzalo y Jaime Picatoste
Capítulo 5. Manejo de la tecnología en la infancia y adolescencia: intervención familiar
Mónica Gonzalo
Capítulo 6. Intervención con adolescentes: técnicas y herramientas
Cristina Zárate
Capítulo 7. Psicoterapia de grupo con niños, niñas y adolescentes
Jaime Picatoste
BLOQUE III.
Modelo de intervención con adultos, familias y parejas desde la psicoterapia emocional sistémica
Capítulo 1. Intervención con adultos
Eduardo Torres
Capítulo 2. Tipologías familiares y competencias parentales
Carolina Ángel
Capítulo 3. Psicoterapia de pareja
Carolina Ángel y Mónica Fraca
Capítulo 4. Proceso terapéutico en las adicciones
Patricia Amaro
Capítulo 5. Psicooncología: modelo de intervención
Mónica Fraca
BLOQUE IV.
Neuropsicología infantil desde la psicoterapia emocional sistémica
Capítulo 1. Neuropsicología infantil desde la psicoterapia emocional sistémica
Carolina Laguna
Como autores y autoras, concienciados y comprometidos con la igualdad de género, y por lo tanto con el uso de un lenguaje igualitario, queremos aclarar que el uso del artículo neutro en la redacción de este libro tiene la finalidad de ofrecer una lectura más ágil y fácil para todos y todas.
En todos los ejemplos y presentación de casos que se exponen en este libro se han modificado sus datos para que no sean identificados.
PRÓLOGO
En 1992, en Sorrento, Italia, organicé personalmente con el Instituto de Terapia Familiar la Primera Convención del European Family Therapy Association (EFTA) sobre el tema Feelings and Systems.
El objetivo de aquel encuentro internacional era volver a conectar los sentimientos con las teorías sistémicas, de las cuales se habían mantenido alejados durante más de tres décadas. A pesar de las intuiciones de Bateson, el auténtico padre del pensamiento sistémico y de grupo del MRI (Mental Research Institute), de las extraordinarias investigaciones sobre el doble vínculo y, sobre todo, del nuevo énfasis respecto al psicoanálisis sobre el lenguaje no verbal, el método sistémico favorecía en gran medida la dimensión cognitiva, es decir, la «cabeza en el corazón». La segunda cibernética, las contribuciones siguientes del Milan Approach sobre neutralidad y suposición hasta el constructivismo y construccionismo social, vuelve a proponer la misma modalidad por la cual se favorece la reflexión sobre el paciente y su familia desde una posición de distancia emocional y sin una implicación real por parte del terapeuta.
En Sorrento nos preguntamos dónde habían terminado los sentimientos de los pacientes, de las familias con problemas y de los mismos terapeutas e intentamos llenar ese vacío. De esa convención, y gracias a Andolfi y coll. y a la editorial Cortina, surgió una obra fundamental titulada Sentimenti e Sistemi [Sentimientos y sistemas].
Minuchin, en una histórica convención organizada también por mí sobre los pioneros de la terapia familiar en Roma en el año 2000, distinguía entre métodos «fríos» y «calientes» en el desarrollo de la terapia familiar después de más de 50 años desde sus orígenes; y los pensadores sistémicos fueron todos incluidos en el primer grupo, donde la implicación personal del terapeuta se consideraba marginal.
Según cuanto acabamos de decir, ha sido para mí un auténtico placer leer y presentar el primer Manuale di psicoterapia emozionale sistemica [Manual de psicoterapia emocional sistémica], editado con sabiduría y competencia por Mercedes Bermejo.
En este libro se describen los principios básicos de la PES en el trabajo clínico con el paciente a partir de una visión integrada de los distintos contextos dentro de los cuales el individuo se desarrolla: la familia, la escuela, el entorno social y político, deportivo, etc. para pasar a continuación a la implicación directa e indirecta de la familia en la terapia, a la observación relacional de los síntomas individuales y a la dimensión evolutiva y de crecimiento en particular con respecto a niños y adolescentes; sin olvidar la dimensión creciente propia de los fenómenos migratorios, de erradicación de sus lugares originarios e identitarios. Por tanto, por un lado se destacan los mitos y mandatos familiares (la historia) y, por otro, se describe aquello que podríamos denominar el coping system de cada persona frente a los acontecimientos y las adversidades de la vida, es decir, el presente.
Como resultado, las técnicas ilustradas en este manual son, entre otras, el juego simbólico, el dibujo y la escultura familiar, un instrumento potente de observación de las relaciones familiares y de los procesos de conexión y desconexión emocional.
En un periodo histórico dominado por el «modelo médico», la furia diagnóstica del DSM5 y la fuerte medicalización del paciente, incluidos niños y adolescentes, la fuerte reclamación de la corriente humanística en el trabajo clínico propuesto por este Manual es fundamental; en él se parte de autores como Eric Fromm (también Minuchin consideraba a los neofreudianos precursores del método caliente de la terapia), Victor Frankl y Carl Rogers.
De hecho, después de 50 años de trabajo clínico y de investigación, puedo afirmar que la psicoterapia se sitúa en un cruce entre las disciplinas científicas –como la medicina, la bioquímica o la neuroimagen– y las humanísticas –donde encontramos el arte, los valores éticos, la tradición, la creatividad, etc–.
Así, la psicoterapia es un encuentro especial entre la humanidad y la creatividad de las familias con problemas y las de nosotros los terapeutas que las visitamos, donde los recursos de unos se entrelazan con los de los otros.
Maurizio Andolfi
Perth, 15 de febrero de 2019
BLOQUE I.
CAPÍTULO 1. Recorrido de la terapia familiar sistémica
Eduardo Torres
ÍNDICE
1. Introducción
2. Hacia la terapia familiar
2.1 Contexto social y crisis generacional
2.2 De lo intrapsicológico a lo interpersonal, los precursores de la terapia familiar
3. La terapia familiar
3.1 MRI (Mental Research Institute)
3.2 Proliferación de las primeras escuelas de terapia familiar
4. La terapia familiar sistémica
4.1 Cibernética de segundo orden
4.2 Constructivismo y construccionismo social
4.3 Escuelas adscritas a la cibernética de segundo orden
5. Hacia un modelo ultramoderno
6. Bibliografía
1. Introducción
La lógica es un modelo pobre de causa y efecto.
(Gregory Bateson)
La Psicoterapia Emocional Sistémica está construida sobre las aportaciones que a lo largo del tiempo han realizado relevantes personalidades que provienen de ámbitos diferentes, tanto de la terapia familiar sistémica, como de corrientes humanistas y relacionales. Esta diversidad es, para los que trabajamos desde este modelo, un elemento identitario fácilmente identificable para aquellos que acuden a formarse con nosotros. Allí son testigos de la diversidad de estilos, de procedencias, de especialidades y de miradas que permanecen cosidas a través de una base común, que es el objeto de este manual, el Modelo Emocional Sistémico.
El presente capítulo pretende aportar al lector un marco teórico que le permita comprender las bases sobre las que se cimenta la Psicoterapia Emocional Sistémica. Para llevar a cabo esta tarea resulta imprescindible reflexionar sobre las gafas a través de las cuales vemos y pensamos como escuela que a lo largo de los últimos años hemos ido creando este modelo de trabajo en la práctica clínica. Estas gafas nos permiten adoptar una mirada holística que nos ayuda a organizar ideas y nos prepara para inferir hipótesis circulares de trabajo. Nos estamos refiriendo al paradigma sistémico, que más que ser una pata del modelo de trabajo que abordamos en este manual, es juez y parte del mismo, envolviéndolo y apareciendo trasversalmente en muchas de las cuestiones que transmitimos. Por ello consideramos imprescindible hacer un breve recorrido de la evolución de la principal corriente de la que se nutre la psicoterapia emocional sistémica. En el siguiente capítulo veremos más en detalle otros enfoques, postulados y factores sociales que han hecho posible, y necesaria, la evolución de la práctica clínica hacia la Psicoterapia Emocional Sistémica.
2. Hacia la terapia familiar
Figura 1. Esquema cronológico del desarrollo de la terapia familiar.
2.1 Contexto social y crisis generacional
Las primeras referencias a la terapia familiar provienen de los años cincuenta aproximadamente y surgen, principalmente, en los Estados Unidos. Nace en tiempos convulsos, alimentados por acontecimientos como las guerras en las que el país estaba sumido o la proliferación del uso de drogas, que comenzó a extenderse en cada vez más sectores de la población, particularmente entre los jóvenes. Había un desencanto manifiesto por los valores clásicos que imperaban entonces y comenzaban a surgir movimientos que reclamaban cambios en las políticas, en la sociedad y en los derechos civiles.
Todas estas circunstancias revertían en la salud mental de los individuos, y las instituciones psiquiátricas, cuya estructura y funcionamiento aún se inspiraban en las ideas de Thomas Kirkbride (1880), no estaban al margen de estos tiempos de cambio.
Hablamos de la etapa en la que cobraba valor el DSM (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), cuya primera edición aparecía en 1952 (Del Barrio Gándara, 2009). Influenciado por el IDC (International Classification of Diseases) e impulsado por la OMS, junto a otras instituciones como el Ejército de los EE. UU. y el APA (American Psychological Association), buscaba responder a la falta de un criterio común en la psiquiatría a la hora de categorizar y entender estas problemáticas.
Este intento no fue muy bien acogido por aquellos que, estando de acuerdo con la necesidad de objetivar los trastornos mentales, hallaban falta de consenso y ambigüedad en este primer intento y por los que, por otra parte, se mostraban muy críticos con la mirada categorial que se hacía de estos. Estos últimos alertaban de los peligros que conlleva el uso del psicodiagnóstico tanto para la profesión como para las personas que acuden a tratamientos, señalando las limitaciones que supone centrar el foco clínico en el síntoma y en su interpretación cartesiana, que divide a las personas en enfermos y no enfermos.
Otro de los elementos sometido a crítica en la época fue el psicoanálisis, que era la principal corriente de la época, debido a las dificultades pragmáticas que entrañaba a la hora de aplicar sus principios teóricos a tratamientos eficientes. Muchos tratamientos no daban resultado y otros se extendían en el tiempo, lo que disminuía la posibilidad de asumirlos a nivel económico. Entre los críticos estaban, por un lado, los objetivistas, que criticaban la psicologización de los síntomas o la falta de evidencia científica, y por otro, los propios psicoanalistas, que buscaban nuevas fronteras en el campo de la salud mental para paliar las dificultades evidentes antes comentadas.
Lo cierto es que, en este contexto, algunas personalidades del ámbito psiquiátrico comenzaron a explorar nuevos senderos, bebiendo de otras disciplinas y experimentando en la práctica clínica.