Loe raamatut: «Poemas desenfocados»

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POEMAS DESENFOCADOS


MERCEDES GONZÁLEZ MONTIEL

POEMAS DESENFOCADOS

EXLIBRIC

ANTEQUERA 2021

POEMAS DESENFOCADOS

© Mercedes González Montiel

© de la imagen de cubiertas: Mercedes González Montiel

Diseño de portada: Dpto. de Diseño Gráfico Exlibric

Iª edición

© ExLibric, 2021.

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ISBN: 978-84-18730-33-7

MERCEDES GONZÁLEZ MONTIEL

POEMAS DESENFOCADOS

A mis padres, que me dieron todo.

A mi familia, que me arropa.

A mi querida amiga Consuelo

y a todas aquellas personas

que han llenado mi vida de color.

Prólogo

Inspiración

“…La vida en un segundo,

un grano en un reloj de arena,

un breve instante de felicidad o tristeza”.

Estos tres versos cierran el poema “El grano”, de Mercedes González Montiel, para mí siempre Merche. Estos tres versos podrían ser una precisa descripción de lo que es cada uno de sus poemas.

Cuando Merche me pidió que escribiera el prólogo de este libro, que sé que es muy querido por ella, me sentí profundamente honrada, halagada y desafiada, temí no estar a la altura de su poesía.

Honrada, porque conozco (aunque nunca nos hemos visto en persona) a Merche desde hace muchos años y lo hago a través de sus poemas. Sé que la poeta es una hermosa alma, que siempre me ha transmitido alegría, profunda ternura, calma y fortaleza.

Halagada, porque valoro y admiro cómo ella escribe. Siempre me sorprende porque lo percibe todo y de cualquier cosa puede hablarnos con belleza, incluso de lo que a priori podríamos considerar feo. Me nace dar gracias a la vida cuando leo a Merche.

Y desafiada, porque quiero ser capaz de transmitir todo lo que se puede encontrar en la poesía de Mercedes González Montiel, siendo consciente de que el único modo de comprenderlo es leyendo sus poemas.

Merche le habla a todo, no se guarda nada. Objetos, edificios, paisajes, a la naturaleza, al paso del tiempo…, a cualquier cosa que se cruce en su camino. Es la misma poesía paseándose y buscando una excusa para manifestarse. Le da vida a las cosas. O detecta la que ya está en ellas, no lo sé. Exprime el contexto de lo que está a su alrededor para crear y/o recrear sus propios mundos.

Ella pareciera estar siempre con la poesía lista para disparar… con su cámara. Porque Merche también hace poesía con imágenes, acompaña sus poemas con fotografías vestidas de normalidad, de esas fotos que cualquiera de nosotros podría haber hecho… de tener la sensibilidad necesaria para reparar en la belleza que habita en ellas. Merche la tiene.

Eres bella porque te percibo,

te miro, me recreo,

y el tiempo se para en tu jardín

para contemplarte.

Eres bella porque me despiertas

sensaciones de belleza,

me alegras el corazón

y se complace la retina

de tan diminuto

y grandioso espectáculo.

Son algunos de los versos de su poema “Flor”, pero me da la sensación de que Merche podría decir las mismas palabras a cualquier cosa en que reparen sus ojos, porque la belleza está en su mirada, por eso sabe describirla tan bien.

He hablado de Merche, de su poesía. De "Poemas desenfocados" digo que es una generosa selección de trabajos de Mercedes González Montiel, de la que he disfrutado y a la que vuelvo para releer mis favoritos, que los tengo, pero no los diré aquí. ¿Cuáles serán los tuyos?

Y puesto que llevo ya 16 años viviendo en Chile, cierro a modo chileno, no sin antes compartir unos versos del poema de Merche “Motivos de inspiración”, porque resumen, creo, lo que he intentado transmitir en este prólogo.

(…)

Me inspiras tú,

«me inspira yo»,

me inspira lo cercano,

lo pequeño, lo cotidiano...

porque llenan mi espacio

tan reducido, tan íntimo.

Y me recreo

en un pétalo en el suelo,

en la cama deshecha,

en tu reflejo en el espejo,

en la gota del grifo

que cae rítmica y pausada,

en el tacto de tu piel,

en el sabor de tus besos,

en el aceite de oliva

que manchó la servilleta

con que rozaste mis labios.

Me inspira la mañana

y el sol

que entra a raudales

por mi ventana,

que es mi horizonte

donde proyecto el fin del mundo

cada día.

¡Esta mina es pura inspiración! (y expiración)

Alís Gómez

Índice

Amantes

Miradas (i)

Palabras

Encina

Amapolas

Mar

Campo rectilíneo

Nana del mar

El tren

Un grano

Sol de infancia

Motivos

Miradas (ii)

Chumbera

El viaje

Sin medida

Dolor

Deseos

Laberinto

A la orilla del camino

Pasan los días

La música

Rojo

Músico callejero

Flor

Historia no versada de una instantánea

Balcones (i)

Tu pared blanca

Hasta que mi cuerpo me haga sombra

No sé, tu mirada

Instante

Sangre y polvo

Me está esperando la vida

Seguiré tus pasos

El viento en el metal

Y esa tarde no estabas

Hoy solo deseo

Tu silencio

Las musas

Motivos de inspiración

La música en las entrañas

Náuseas

Tus manos en el saxo

Píntame un cuadro

Teresa

Ser más feliz

Se me hace corto el tiempo

Levedad

Como en un bazar

Granada

El dolor

¡Ay, de mis margaritas!

El parque

En el callejón

Déjame, dolor

No temas a las palabras

Dos en el mar

Vestido de cine

Soñé un día

Me cansa la vida

Qué poder, tus palabras

Olor a Mediterráneo

Te quiero, mamá

Tu toldo

Las barcas esperan

Duele tanto amar

Veintidós

De papel

Caleidoscopio

Tú no querías pescar

Y las olas brincaban

Vergel en primavera

El plan perfecto

Poetas sin habla

Veo la fiesta

No sabe el mar

Dame de esa agua

Asoma tímida, la barca

Árbol, campo árbol

Tijeras

Encaje blanco

Cuesta la vida

Pasaje de Chinitas

Úsame

Ingenio

Piedra y barro

Navajas

Biznaguero

¿Qué tiene tu cielo?

Bésame dulce

Al compás

Árbol rojo, flor azul

Donde crece el olivo

Árboles en formación

Niños en la fuente

Flores rojas para ti

Cocodrilo de arena

Paseando paz

Olor a verano

Dos broches en un árbol

Alambrada

Arco iris de flores

13, rue del Percebe

Infancia con espigas

Edificio La Equitativa (i)

Clarinetes

En un jardín de flores blancas

Una gaviota

Hoy veo desolación

Tres rosas rosas

Hoy nievan flores

Desearía saltar

Dos poemas para una imagen: Café Central

Café Central (ii)

Edificio La Equitativa (ii)

Fuente

Colgadas del techo

Balcones (ii)

El día, qué bello

Mi querido padre

Desfile

El humo que exhalas

Quejido mudo

Consuelo

Corre

La calle se ha abierto al baile

Angustia

Pericón

Murmuraciones

Ríete siempre

He cerrado los ojos

Frente a frente

Insolente

Locura

Mujer de bronce

Parece que fue ayer