Sobre las últimas cosas
Raamatust
A finales del siglo xix y comienzos del xx, Viena experimentó una eclosión cultural de tal magnitud que acabó convirtiéndose en uno de los principales hitos culturales de la historia de la humanidad. Sin embargo, la I Guerra Mundial acabó de un plumazo con el espíritu de la Viena fin-de-siècle. Es cierto que nos quedan las obras de los genios que la capital del Imperio Austro-húngaro acogió en su seno, pero ya no podemos verlos como contemporáneos nuestros: su sentido del humor, su sensibilidad musical, sus miedos, sus fantasías y su actitud misma ante el suicidio ya no son los nuestros. Ante esta tesitura, la obra de Otto Weininger nos permite conocer de primera mano la sensibilidad que empapaba aquella Viena de genios. En este sentido, es sintomático el respeto que figuras de la talla de Karl Kraus, Franz Kafka, Hermann Broch, Karl Popper, Robert Musil, Arnold Schoenberg, August Strindberg, Georg Trakl, Elias Canetti y Thomas Bernhard, entre otros, han mostrado hacia la obra de Weininger: no en vano Hermine Wittgenstein, hermana del genial filósofo vienés, llegó a manifestar que Sobre las últimas cosas le servía hasta cierto punto como un sustituto de la presencia de su hermano. Por si fuera poco, este libro presenta un valor añadido sobre Sexo y carácter, la obra más conocida de Weininger, pues Sobre las últimas cosas refleja en mucha mayor medida las obsesiones y los problemas personales del joven Weininger, judío, homosexual, suicida, y referente de una época irrepetible.
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