Loe raamatut: «Etiopía»
Índice
INVITACIÓN AL VIAJE
¡Bienvenidos a Etiopía!
Lo más destacado de Etiopía
Ficha técnica
Propuestas de visita
Cómo llegar
DESCUBRIR
Etiopía en 30 palabras
Pinceladas sobre Etiopía
Historia
Política y economía
Población e idiomas
Estilo de vida
Arte y cultura
Fiestas
Cocina local
Juegos, ocio y deportes
Personajes ilustres
ADÍS ABEBA
Adís Abeba
Los alrededores de Addis Abeba
EL NORTE
El norte
EL ESTE
El este
EL SUR
La ruta del sur y el macizo de Bale
VALLE DEL OMO
Orilla este del Omo
Orilla oeste del Omo
EL OESTE
El oeste
INFO PRÁCTICA
Info práctica
Informarse
Quedarse
Galería de fotos
Galería de mapas
INVITACIÓN AL VIAJE
¡Bienvenidos a Etiopía!
Etiopía
Parques Nacionales
Las Regiones
© Matej Kastelic / Shutterstock.com
Un sentimiento especial se apodera de nosotros al acercarnos a las tierras de Etiopía: la fascinación. Muchos viajeros han sido testigos de la dimensión singular, específica y compleja de esta parte del Cuerno de África y de las grandes emociones experimentadas a lo largo de este viaje. Territorio de grandes contrastes geográficos, climáticos y culturales, verdadero conservatorio de la historia y una increíble diversidad de poblaciones, la identidad de Etiopía se basa en mitos y leyendas que todavía están profundamente arraigados en el inconsciente colectivo, lo que la convierte en un país sin igual en el continente. Considerada la cuna de la humanidad tras el descubrimiento de Lucy en el valle del Omo, la Etiopía actual alberga más de ochenta pueblos distintos, cada uno con su idioma y cultura propios. De musulmanes occidentales, afars y somalíes, a habitantes ortodoxos de las tierras altas, tigrayas y amharas, pasando por tribus ancestrales en las fronteras de Kenia y el sur de Sudán (hamers, karo, mursi, surma, dassanech...), esta paleta étnica es de las más ricas del mundo. La riqueza de Etiopía reside también en la diversidad de su patrimonio geográfico e histórico: las iglesias monolíticas de Lalibela y Tigray —magníficos escenarios de coloridas fiestas religiosas—, los impresionantes paisajes de los macizos de Simien y Bale, que llegan a alrededor de los 4600 m, los castillos medievales de Gondar, el desierto y las regiones lunares de Danakil... Esta diversidad no deja de sorprender y deleitar a los visitantes, que deben aprender a comprender su identidad común, por encima de las disparidades regionales. ¡Deberíamos preguntarnos por qué este país, con su excepcional patrimonio histórico, natural y cultural, sigue siendo tan poco conocido hoy en día! Para muchos, la atención de los medios de comunicación sobre las grandes hambrunas de los años ochenta ha reducido la imagen del país a una tierra desolada, mientras que más de la mitad del territorio está cubierto por mesetas fértiles. Ya es hora de deshacerse de estos prejuicios y explorar estas tierras ideales para el viaje y el encuentro, estas tierras de historia ancestral, de pueblos plurales y de paisajes grandiosos
GRACIAS. Muchas gracias a Michel Quinquis, guía francés emérito de la agencia Hess Travel por sus notables aportaciones sobre la historia etíope y los lugares a visitar y al joven guía Abdul Nasir de Harar por su entrega en la actualización de la guía.
Lo más destacado de Etiopía
Un clima favorable Por su situación geográfica y su topografía, Etiopía goza de un clima muy favorable durante gran parte del año. De septiembre a marzo el sol está asegurado casi a diario y hay una temperatura suave y constante, comprendida entre 20 y 25 °C en las altas mesetas. En el sur se da una pequeña estación lluviosa entre principios de marzo y abril, mientras que en el norte suele haber una época de grandes lluvias entre mediados de junio y septiembre. Los amantes del « calor africano » encontrarán su lugar en las tierras bajas al este y al sur del país, mientras que los más deportistas podrán entregarse al placer del trekking en la frescura de los altos macizos que alcanzan más de 4000 m de altitud.
Una cultura muy rica
La historia multimilenaria de Etiopía conlleva una diversidad y riqueza ampliamente desconocidas. Durante siglos Etiopía jamás fue colonizada y se mantuvo a salvo de las grandes influencias exteriores y hace gala de una cultura única y atípica en África. Esta identidad se afirma en ámbitos tan diversos como la arquitectura, la música, la gastronomía o la religión. En ningún otro lugar del continente se encuentra semejante mosaico cultural.
Una naturaleza generosa
Muy lejos de los prejuicios de una tierra desolada, Etiopía sorprende por la inmensidad de sus superficies fértiles. Consta de vastos territorios cubiertos de una naturaleza « domesticada » por el hombre en beneficio de una agricultura aún rudimentaria y los espacios vírgenes —algunos de ellos inexplorados— están repletos de vida salvaje y de una flora extremadamente rica. El endemismo es la característica de esta biodiversidad; así, hay 26 especies de mamíferos, 18 especies de aves y otras tantas de anfibios, insectos y reptiles que solo se encuentran en Etiopía. En cuanto a la flora, lejos de estar totalmente catalogada, el endemismo también representa un porcentaje muy alto con varios centenares de especies.
Una tierra auténtica
Etiopía solo lleva unos diez años abierta completamente al turismo y, aunque su gran potencial empieza a explotarse, aún estamos lejos del turismo masivo y de los cambios culturales que este suele conllevar. La escasez de infraestructuras turísticas lleva al visitante a una inmersión total en el corazón de la vida de las poblaciones, así como a un contacto auténtico, origen de sorpresas y fascinación.
Una diversidad incomparable
Ochenta lenguas y culturas distintas, más de doscientos dialectos, seis regímenes climáticos que contienen zonas desérticas o sabanas, relieves de altas mesetas y montañas que albergan una fauna y una flora propias, una sociedad marcada por las influencias de las dos grandes religiones, ortodoxa y musulmana, y por la supervivencia de ritos animistas ancestrales, son algunos elementos que dan una idea de la extrema diversidad de este mítico país, tierra predilecta de los etnólogos, que no ha dejado de fascinar a través de los tiempos.
Un dulce perfume a aventura
En Etiopía hay tantas formas de turismo como se quieran y sin defraudar a los amantes de las emociones fuertes y la desinhibición total. Atravesar los macizos del Simien a pie o en burro, recorrer el desierto afar tras las huellas de los caravaneros nómadas o bajar el Omo haciendo rafting en busca de las tribus animistas, en medio de una vida salvaje abundante, le dejarán recuerdos imperecederos.
Una tierra de mitos y leyendas
Etiopía es un país que nunca se comprende del todo y que parece alejarse a medida que nos vamos acercando. Basándose en mitos y leyendas, la historia popular se escribe en paralelo a la historia oficial, con la que se suele confundir. A pesar de estar mayoritariamente cristianizada e islamizada, la población etíope ha desarrollado una especie de sincretismo que combina creencias con los espíritus, ritos de purificación y medicina tradicional próximos a los rituales animistas. Aunque tales imprecisiones pueden frustrarnos, hasta las mentes más racionales se dejarán hechizar por esos mitos fundadores que han perdurado a lo largo del tiempo y que ningún etíope aceptaría ver cuestionados.
« Otra África »
En el contexto africano, Etiopía parece ocupar un lugar aparte que no deja de sorprender y confundir hasta a los conocedores de África. Mientras Adís Abeba, sede de la Unión Africana, no duda en reivindicarse como capital diplomática del continente, la noción de africanidad como pertenencia a este conjunto continental es bastante heterogénea. Egocéntrica, reacia a las influencias exteriores durante largo tiempo, Etiopía es celosa de sus particularidades y de su destino con los que obtiene cierto sentimiento de superioridad. En el propio territorio, una especie de estructura oficiosa de castas parece haberse formado entre los habitantes ortodoxos de las altas mesetas (amharas y tigrayas), depositarios de la historia y del poder desde hace siglos, la mayoría oromo, de la que un grupo se considera destituido y lucha contra el poder central, y las etnias con estructuras tribales que viven en los confines del país según sus propias tradiciones ancestrales. Estas etnias, que congregan a los etíopes « negros » —como las designan con cierta condescendencia sus compatriotas—, parecen totalmente ajenas al misticismo ortodoxo etíope que mantiene las estructuras sociales y creencias ancestrales de África con misterios irrefutables.
Ficha técnica
Dinero
Moneda
La moneda etíope es el birr (se pronuncia « bor »), dividido en billetes de 100, 50, 10, 5 y 1 birr y en monedas de 50, 25, 10, 5 y 1 céntimos. Entre los billetes, los de 1 y 10 birr son especialmente útiles para los pequeños gastos del día a día, incluidos los trayectos en taxi. Dar la cantidad exacta le ahorrará tiempo.
Tipos de cambio
En diciembre de 2019 el tipo de cambio era:
1 birr = 0,03€.
1 € = 35,9 birrs.
Ideas para el presupuesto
Es mejor prever un mínimo de 50 € por día, es decir, 20 € de alojamiento y 30 € para el resto de gastos, desde la comida hasta un guía local, autobuses, taxis, etc. Hay habitaciones por menos de 200 birrs por persona, sobre todo en el campo, pero a partir de 400 birrs nos aseguramos cierto confort y, en especial, una ducha. Por 5 €, es decir, 100 birrs por persona, se puede comer en casi cualquier lugar a excepción de los restaurantes lujosos de la capital.
Algunas orientaciones sobre precios permiten establecer un presupuesto en función de sus opciones:
Transporte: autobús de 150 a 500 birrs para largas distancias superiores a un día de viaje. Los vuelos nacionales son muy baratos (unos 50 € de media) considerando que los billetes se compren en el lugar. De lo contrario, las tarifas suben (hasta triplicar el precio original).
Hoteles: de 400 a 1000 birrs por una habitación doble estándar. Los « grandes » hoteles de Adís Abeba y algunos albergues en zonas turísticas ofrecen prestaciones lujosas a precios muy superiores (entre 50 y más de 200 €).
Comidas: para una comida local calcule entre 60 y 100 birrs. No es habitual pasarse de los 100 birrs fuera de la capital. En los mejores restaurantes de Adís Abeba la cuenta no suele superar los 300 birrs por persona.
Visitas. Parque Nacional: de 300 a 500 birrs por 24 horas (más vehículo y tienda de campaña); iglesias: 300 birrs (50 $ para las iglesias de Lalibela); museos: de 50 a 100 birrs.
Servicios: el alquiler de un caballo, una mula o un burro cuesta alrededor de 150 birrs por día, un guarda o un scout de 50 a 150 birrs y un guía de 150 a 250 birrs (en función del tamaño del grupo). Las bicicletas se alquilan entre 10 y 20 birrs la hora y los barcos de 500 a 2000 birrs por día con un máximo de diez personas.
Además, el precio del transporte puede oscilar entre 1 y 20 birrs, 50 € al día que representan un presupuesto diario asequible para los viajeros que se contentan con el nivel de vida local; de 80 a 100 € (en torno a 150 € contando el transporte en coche o en avión) para los viajeros que elijan un nivel superior.
Etiopía en pocas palabras
El país
Nombre oficial: República Federal Democrática de Etiopía.
Capital: Adís Abeba (Addiss Ababa).
Jefe de Estado: Sahle-Work Zewde (desde octubre de 2018).
Primer Ministro: Abiy Ahmed (desde abril de 2018).
Superficie: 1 221 900 km2.
Idioma oficial: amhárico.
Idiomas hablados: entre las aproximadamente 290 lenguas y dialectos censados, el oromo y el amárico son los más usados junto con el tigraya. El inglés se habla con más o menos frecuencia en hoteles y lugares turísticos.
Religiones: 55 % (ortodoxos y protestantes), musulmanes: 35 %, animistas: 8 %, otros: 2 %.
La población
Población total: 102 400 000 (2015), segunda población más grande de África después de Nigeria.
Composición étnica: oromo: 34,5 %, amhara: 26,9 %, somalí: 6,2 %, tigraya: 5,9 %, sidama: 4 %, wolayta: 2,2 %, gurage: 2 %, hadiya: 1,7 %, afar: 1,7 %, gamo: 1,5 %, gedeo: 1,3 %, otros 0,7 %.
Densidad: unos 90 habitantes/km2 (2016).
Esperanza de vida: 65 años (2017).
Mortalidad infantil: 55 ‰ (2016).
Tasa de alfabetización: 61 % (2019).
La economía
PIB: 200,6 mil millones de dólares (2017).
PIB per cápita: 795 $ en 2016.
Tasa de crecimiento: 10,9 % (2017).
Participación de los principales sectores de actividad en el PIB (2017): agricultura: 34,8 %, industria: 21,6 %, servicios: 43,6 %.
Teléfono
El código del país: 251.
Los códigos locales no coinciden con las fronteras administrativas regionales y se distribuyen de la siguiente manera:
Adís Abeba, Debre Birhan, Ankober, Debre Zeit, Ambo: 011.
Nazret, Sodore, Awash: 022.
Lalibela, Dese, Kombolcha, Assaita: 033.
Axum, Adigrat, Mekele: 034.
Dire Dawa, Harar, Jijiga: 025.
Ziway, Shashemene, Wondo-Genet, Awasa, Yabelo, Arba Minch, Konso, Jinka, Goba: 046.
Nekemte, Matu, Bedele, Mizan Tefari, Bonga, Jima: 047.
Bahir Dar, Gondar: 058.
¿Cómo hacer una llamada telefónica?
Los números móviles empiezan por 09.
Coste del teléfono
En Adís Abeba, varios centros de llamadas, así como los hoteles, ofrecen una conexión telefónica a internet barata.
Para hacer llamadas con su propio teléfono móvil, puede comprar una tarjeta SIM Ethionet de prepago (de 20 a 100 birrs). Necesitará una foto tamaño carnet y una fotocopia de su pasaporte.
Diferencia horaria
El huso horario de Etiopía corresponde a GMT + 3 h todo el año, ya que no hay horario de verano. El desfase con España es de + 2 h en horario de invierno y de + 1 h en verano.
Formalidades
Todos los ciudadanos europeos necesitan visado. La solicitud se realiza en las embajadas etíopes antes de partir, pero también se puede obtener (50 $ por un mes o 75 $ por tres meses) al llegar al aeropuerto de Adís Abeba, y se puede pagar en euros, dólares o con tarjeta. Desde 2017, el visado electrónico está disponible para aquellos que deseen comprarlo en línea.
Clima
Debido a su ubicación geográfica y a una topografía muy accidentada, Etiopía sufre fuertes disparidades climáticas. Se dan seis tipos de clima, desde las regiones desérticas a zonas alpinas que superan los 3000 m de altitud.
La región de las altas mesetas, en el centro-oeste (incluyendo Adís Abeba) y el norte del país, goza de un clima templado, con una temporada de lluvias que va desde mediados de junio a mediados de septiembre. La estación seca va de septiembre a febrero, mientras que desde finales de marzo a mediados de junio el régimen de lluvias que se da es muy bajo.
El sudoeste del país padece el monzón estival en menor medida, mientras que en el valle del Omo las lluvias se prolongan desde marzo hasta finales de mayo y las zonas tropicales a lo largo de la frontera sudanesa experimentan lluvias abundantes de junio a octubre.
La depresión de Danakil en el noreste es una región árida de clima desértico; el sudeste disfruta de escasez de lluvias en otoño y primavera.
Estacionalidad
Estacionalidad - Bloque Meteo Etiopía
Bien mirado, no hay temporada alta o baja para el turismo, aunque el país recibe el mayor número de visitas durante la estación seca: de octubre a marzo. En julio y agosto llueve en el norte pero, en cambio, resulta agradable visitar el sur de Etiopía donde las lluvias son mucho menos abundantes en esta época. Para ir a Lalibela, es mejor evitar los meses de diciembre y enero. Se da un período de celebración religiosa que es espectacular, pero durante el cual los precios suben repentinamente a 100 $ la noche...
Durante este período, se registra un pico entre Navidad y la fiesta del Timkat, hacia mediados de enero, cuando los hoteles y vuelos locales deben reservarse con bastante antelación. Fuera de esta época, durante la cual los precios están sujetos a cierta inflación, suele ser posible negociar descuentos en los hoteles de lujo. También se recomienda evitar Adís Abeba a finales de enero durante las cumbres de la Unión Africana ya que los hoteles se llenan y los precios se disparan. En última instancia, la elección de la temporada depende en gran medida de la región a visitar o de la actividad elegida.
Abril, mayo y junio son los meses de temporada baja.
Octubre, noviembre y diciembre son meses con un clima favorable en los que el país está muy verde tras la estación de lluvias. Estos meses corresponden también a la época de cosecha que anima los campos con escenas típicas. Dado que la demanda turística no es excesiva, no hay dificultad para encontrar hoteles en los principales lugares de interés.
En julio, agosto y septiembre, la mayor parte de la demanda turística se concentra en las rutas del sur (valle del Omo), mientras que las altas tierras se encuentran en plena estación de lluvias.
El período de noviembre a marzo es ideal para hacer trekking en los macizos de Bale o de Simien. El mes de octubre, aunque un poco húmedo, se corresponde con el periodo de floración, cuando los paisajes se vuelven aún más bonitos.
La región desértica de Danakil debe evitarse de mediados de mayo a noviembre, período de temperaturas sofocantes.
La bandera de Etiopía
La bandera de Etiopía - Bandera ehiope
La bandera tricolor horizontal etíope existe desde principios de siglo. El verde representa la fertilidad, el trabajo y el desarrollo; el amarillo, la esperanza, la justicia y la igualdad, y el rojo, el sacrificio por la causa de la libertad y la igualdad. En 1996, se colocó el nuevo emblema nacional en el centro de la bandera. Este representa la paz (azul) y la unidad (estrella).Para muchos, la bandera etíope y sus colores son símbolos de África. De hecho, fue la primera bandera de un Estado independiente en África. A medida que se fueron independizando, la mayoría de los países del continente adoptaron los tres colores panafricanos (verde, amarillo, rojo) para su bandera.
Propuestas de visita
La posibilidad de descubrir un país montañoso dos veces más grande que España en un tiempo limitado depende, evidentemente, del medio de transporte que se utilice. La combinación de coche (o autobús) y avión es una solución que ahorra tiempo de desplazamiento. Sin embargo, aunque los trayectos suelen ser largos, la belleza del paisaje y la vitalidad de los márgenes de las carreteras (sobre todo los días de mercado) representan buena parte del interés del viaje, lo que hace del coche el medio de transporte ideal.
Estancias cortas
Una semana parece poco para descubrir un país tan diverso y complejo, pero para quienes no dispongan de más tiempo, estas son algunas ideas a tener en cuenta. Los viajes en coche deben limitarse a Adís Abeba, con el inconveniente de volver por la misma carretera. Pero incluso en este caso es mejor utilizar las carreteras que estén en buenas condiciones y que permitan circular rápido. La ruta de los lagos hacia el sur permite bajar fácilmente hasta Awasa, e incluso hasta Arba Minch, donde es posible enlazar la visita del parque de Nechisar con un paseo en el lago Chamo, ambos con una fauna abundante. Al bajar hacia Ziway, o a la vuelta, la carretera secundaria que atraviesa Tiya y Melka Kunture pasa por importantes yacimientos arqueológicos. Otra alternativa es realizar distintas salidas, con regreso obligado a la capital entre cada etapa, combinando visitas a lugares cercanos: el parque de Awash al este, el lago de cráter de Wenchi al oeste... El avión permite ampliar el radio de acción a los espacios culturales del norte del país, mientras que se accede fácilmente a Harar, ciudad de gran interés.
Estancias largas
Las estancias de entre dos y tres semanas a un mes son ideales para descubrir varias regiones del país o el recorrido histórico en profundidad. El tiempo permite organizar itinerarios encadenados que suelen evitar repetir la misma ruta dos veces.
Ruta de veinte días por el norte en coche y avión
Día 1. Visita de la capital, Adís Abeba. El Museo Etnológico ofrece una excelente visión general de la realidad cultural de la Etiopía actual. Se puede comer en su restaurante Lucy’s, que es delicioso. Una escapada a la colina Entoto permite descubrir uno de los primeros palacios de Menelik II y ofrece una vista panorámica de la capital etíope.
Día 2. Salida en avión hacia Lalibela temprano por la mañana, visita al monasterio de Estifanos a orillas del lago Hayq, o visita a algunas iglesias en los alrededores de la ciudad. Los más atrevidos pueden ir a la iglesia de Yemrehanna Kristos, cerca de Bilbilla, una de las más sorprendentes por su decoración.
Días 3 y 4. Visita al conjunto de las once iglesias de Lalibela. Grupo norte por la mañana y sur por la tarde. Visita a las iglesias cercanas en las montañas circundantes como Emekina Medhane Alem.
Días 5 y 6. Sekota / Mekele, larga ruta en medio de las mesetas etíopes. Visita de la ciudad de Mekele: los mercados y el palacio de Yohannes IV.
Días 7 a 9. Pase la noche en Wukro; travesía por el desierto de Danakil hasta la depresión de Dallol y sus salinas, con caravanas de camellos que transportan la sal de la mina del lago Karum. Al día siguiente visita de las iglesias alrededor de Wukro.
Días 10, 11 y 12. Visita a las principales iglesias de la Gheralta en Tigray, algunas de las cuales son accesibles y otras, más espectaculares, están aisladas en sus estribaciones rocosas, como la de Abuna Yemata, la más famosa, o la de Maryam Korkor, que está cerca de Atsi y Degum. Hacen falta varios días. Se hace noche en Adigrat o Hausien.
Día 13. Viaje hacia Axum, con visita al monasterio de Debre Damo, de excelente ubicación en el recorrido (pero prohibido a las mujeres), y al templo de Yeha, el edificio más antiguo de Etiopía.
Días 14 y 15. Visita de Axum, sus majestuosas estelas, tumbas reales, el palacio de la reina de Saba y sus iglesias. Vuelo hacia Gondar.
Día 16. Gondar: visita a los castillos de la dinastía gondariana y la iglesia Debre Birhan Selassie y después viaje a Bahir Dar.
Día 17. Visita a Bahir Dar y excursión a las islas del monasterio del lago Tana y visita a las iglesias, algunas de las cuales tienen los frescos más bellos del país.
Días 18 y 19. Regreso a Adís Abeba en avión, compras, restaurante y salida hacia el aeropuerto.
La ruta histórica
Este clásico viaje al norte de Etiopía incluye cuatro de los cinco principales lugares que forman parte del patrimonio cultural del país: Lalibela, Axum, Gondar y Bahir Dar.
Día 1. Trayecto Adís Abeba / Bati, preferiblemente el domingo.
Día 2. Visita a los tres mercados de Bati (el lunes): el mercado de cereales, el mercado de ganado y, por último, el famoso mercado de Bati, donde se reúnen los afares, oromos y amharas, procedentes tanto de las tierras bajas como de las tierras altas a pie, en burro o en camello. Camino hacia Dese.
Día 3. Dese / Lalibela, con posibilidad de visitar el monasterio de Estifanos a orillas del lago Hayq.
Día 4. Visita a las once iglesias de Lalibela.
Día 5. Visita de una o dos iglesias alrededor de la ciudad, en coche, a pie o a caballo. Los más atrevidos pueden ir a la iglesia de Yemrehanna Krestos, cerca de Bilbilla, una de las más sorprendentes por su decoración en la región de Lalibela.
Día 6. Sekota / Mekele, larga ruta en medio de las mesetas etíopes. Visita de la ciudad de Mekele: los mercados y el palacio de Yohannes IV.
Día 7. Mekele / Gheralta Lodge (en Hausien), con visita a algunas de las iglesias rupestres más accesibles de Tigray.
Días 8-11. Desierto de Danakil, dos días para subir al volcán Erta Ale y acampar en el desierto, dos días para ver la depresión de Dallol y sus explotaciones de sal, vía Bere Al, y las caravanas de sal formadas por cientos de camellos.
Día 12. Adigrat / Axum, con una visita al monasterio de Debre Damo, de ubicación magnífica en el recorrido (pero prohibido a las mujeres), y al templo de Yeha, el edificio más antiguo de Etiopía.
Día 13. Visita a Axum, sus majestuosas estelas, tumbas reales, el palacio de la reina de Saba y sus iglesias.
Día 14. Axum / Debark: un viaje de más de diez horas por una impresionante carretera que ofrece increíbles vistas del macizo de Simien.
Día 15. Parque Nacional de Simien: una caminata de un día para visitar este magnífico parque, con vistas al terreno escarpado y las impresionantes gargantas, así como un encuentro con los babuinos gelada. Posibilidad de practicar senderismo durante varios días.
Día 16. Gondar: visita a los castillos de la dinastía gondariana y la iglesia Debre Birhan Selassie, luego viaje a Bahar Dar.
Día 17. Excursión a las cataratas del Nilo Azul, después visita a los lugares de interés alrededor de Bahar Dar —el nacimiento del Nilo, la colina de Bezawit o el pueblo de Weito—, todos de fácil acceso en bicicleta.
Día 18. Excursión a las islas monasterio del lago Tana y visita a las iglesias, algunas de las cuales acogen varios de los frescos más bellos del país.
Día 19. Salida hacia Awash. Visita de las cataratas de Awash, excursión a las termas de Filoweha, con la posibilidad de conocer a los nativos afares y kereyus, o ascenso al cráter de Fantale.
Día 20. La mañana está reservada para una visita al Parque Nacional de Awash, rico en fauna, seguida de un viaje a Harar por una pintoresca carretera. Por la noche es posible asistir a la « comida de las hienas » a las afueras de la ciudad.
Día 21. Visita de la ciudad. Mercado, casa de Rimbaud, casas tradicionales y antiguos palacios. Los alrededores de Harar merecen un vistazo, sus culturas de café y khat son únicas en el mundo. Visita a Koremi, Babille y el valle de las Maravillas. Al final del día, una parada en Awadey, la capital mundial del khat, de donde cada noche salen varios cientos de kilos de esta planta hacia Somalia, Yibuti y Yemen.
Día 22. Visita de Dire Dawa, su mercado, sus calles coloniales y, sobre todo, su antigua estación, el corazón de esta encantadora ciudad a las puertas de Yibuti. Regreso en avión a Adís Abeba.
Una semana más en esta ruta permite considerar algunas salidas adicionales:
Medio día para un desvío a la ciudad de Ankober, en la ruta Adís Abeba – Kombolcha, y un día para una excursión al monasterio de Gishen desde Dese.
Otros dos o tres días en la región de Tigray permiten visitar iglesias más remotas en las regiones de Tembien, Hausien o Atsbi.
Una ruta a pie de varios días por el macizo de Simien es también una buena oportunidad para dejar el coche y disfrutar de un entorno natural excepcional. Puede incluirse en la ruta Axum / Gondar desde Debark.
Para los viajeros que puedan soportar un ritmo intenso y que quieran descubrir una faceta muy diferente del país, un recorrido por el sur puede complementar el itinerario descrito anteriormente. Si no, la ciudad de Harar es una visita obligatoria.
El Valle Inferior del Omo
Un viaje al sur de Etiopía ofrece una imagen completamente diferente del país. Si bien la visita a los monumentos del norte ocupa gran parte del tiempo del viajero, aquí no hay otra cosa que hacer que familiarizarse con una población de hábitos y costumbres fascinantes.
Día 1. Adís Abeba / Awasa. Una breve parada en el lago Ziway permite observar las numerosas especies de aves, desde los abundantes marabúes que revolotean alrededor de flamencos rosas, así como las numerosas especies de martines pescadores y aves multicolores. Paseo en barco por el lago, observación de la fauna silvestre y visita al sorprendente mercado de pescado. Visite Awasa, muy apreciada entre los residentes de Adís Abeba los fines de semana.
Día 2. Arba Minch. Si es sábado, también se puede visitar el mercado de Sodo. En Arba Minch, varios hoteles con vistas a los lagos Abaya y Chamo ofrecen un descanso contra la fatiga del viaje.
Excursiones en barco por el lago Abaya o el lago Chamo, una zona natural de gran belleza. Por la tarde, recorrido por el parque Nechisar, rico en flora y fauna.
Día 3. Los lunes y jueves: un magnífico mercado de telas en Dorze. Los martes y sábados: mercado en Chencha (a 5 km de Dorze). Jueves por la mañana, en el mercado Ezo. Por la tarde, viaje a Konso.
Día 4. Exploración de los pueblos konso y su notable estructura social y urbana. Camino a Turmi. Encuentro de los pueblos erobore, bana y hamer (de 2 a 5 birrs por foto). Haga noche en un lodge; de lo contrario, el material de camping y la cocina están generalmente incluidos en el precio inicial.
Día 5. Si es martes, visita al mercado de Dimeka, famoso por su diversidad cultural. Mucha gente del sur se reúne allí. Camino a Jinka. Posibilidad de elegir un lujoso hotel o un camping muy agradable.