Loe raamatut: «Mariano Azuela»
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Guadalajara, Jalisco 44657
01 800 UDG LIBRO
VOGT, Wolfgang
Mariano Azuela. Azuela y la provincia / Wolfgang Vogt.
1ª ed. -- Guadalajara, Jal. : Editorial Universitaria, 2008.
(Colección Jalisco. Serie Biografías)
ISBN 978 607 450 005 9
1. Azuela, Mariano. 2. Literatura – Jalisco.
M863.44-cdd21
ISBN 978 607 450 005 9
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Octubre de 2008
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Cuando oímos hablar de narrativa jalisciense, pensamos primero en Juan Rulfo, Juan José Arreola y Agustín Yáñez. Estos tres escritores gozan de gran fama nacional, sobre todo la obra del primero está ampliamente difundida a nivel internacional. Ningún estado de la república tiene tanta presencia en la literatura nacional como Jalisco. Rulfo o Arreola no son fenómenos aislados, sino producto de una larga y rica tradición cultural del occidente de México. Para un poeta de principios del siglo XX, Ramón López Velarde, la vida literaria del país se desarrolla sobre todo en la provincia, porque entonces la gran mayoría de los mexicanos vivía en el campo y no en la ciudad como actualmente. Con la Independencia de México desaparece por un tiempo el centralismo de la Colonia, y en las diferentes partes de la república surge una importante vida cultural que es independiente de la Ciudad de México. El historiador Juan B. Iguíniz afirma que durante el siglo XIX Guadalajara se había convertido en una “Atenas de México”. Entonces la capital jalisciense tenía una vida literaria que competía con la Ciudad de México y la de otras capitales de provincia. Los escritores no sentían la necesidad de emigrar a la capital federal para desarrollarse profesionalmente.
En la Guadalajara del siglo XIX destacaban autores como Fernando Calderón, Isabel Prieto de Landázuri, José López Portillo y Rojas, Victoriano Salado Álvarez y otros quienes ocupan importantes lugares en la historia de la literatura nacional, pero ninguno de ellos fue traducido a un idioma extranjero. Los europeos y estadounidenses del siglo XIX casi nada sabían de literatura hispanoamericana.
Con la Revolución de 1910 cambia esta situación. Los extranjeros empiezan a interesarse por héroes como Emiliano Zapata y Francisco Villa y las luchas sociales en México. En Jalisco surge con Mariano Azuela la novela de la Revolución. Su novela más famosa, Los de abajo, se ha traducido a diez idiomas y otra un poco menos reconocida, Mala yerba, al inglés y francés. Desafortunadamente con la política centralista de don Porfirio Díaz los escritores mexicanos tenían poca o ninguna posibilidad para desarrollarse en su provincia de origen y tenían que establecerse en la Ciudad de México para darle difusión a su obra. Azuela tuvo que dejar Lagos de Moreno, su ciudad natal, en busca de la fama nacional e internacional en la capital federal. Pero su obra es producto de la tradición literaria de Jalisco en general y en especial de Lagos de Moreno, la ciudad más antigua e importante de Los Altos de Jalisco.
Esta pequeña ciudad tiene fama de ser una de las más cultas del occidente de México y no se puede negar que en ninguna otra población de la región occidente nacieron tantos escritores, algunos muy importantes para la literatura nacional.
En Lagos nació el insurgente Pedro Moreno, quien dio su nombre a la ciudad. Azuela publicó una biografía novelada sobre él. Entre los escritores laguenses del siglo XIX destaca José Rosas Moreno (1838-1883), para muchos críticos el mejor fabulista de México. No sólo como poeta es importante, sino también como dramaturgo. Otra figura famosa de la vida intelectual de Lagos en esta época es el doctor en teología Agustín Rivera (1824-1911). Su obra está dedicada a temas filosóficos e históricos. Azuela, atraído por su ideas positivistas y liberales, escribió una biografía sobre él.
Mariano Azuela a los dieciséis años, recién llegado a Guadalajara.
Mientras que Rosas Moreno y Rivera pasaron la mayor parte de su vida en Lagos, los autores nacidos en la segunda mitad del siglo XIX, en su mayoría hicieron su carrera literaria fuera de Lagos. Federico Carlos Kegel (1869-1907), dramaturgo, poeta y periodista es un autor hoy día casi olvidado. Inició su carrera literaria presentando su primera obra de teatro en Aguascalientes. Más tarde se estableció en Guadalajara. Carlos González Peña (1883-1955), 12 años menor que Azuela, se mudó muy joven a México. Es un excelente novelista, pero su labor como maestro y autor de libros de texto sobre literatura no le dejó mucho tiempo para la creación literaria. Hoy día los jóvenes lo conocen sobre todo como autor de historia de la literatura mexicana, una obra que impresiona por los juicios certeros de su autor, quien es uno de los mejores conocedores de la literatura mexicana. González Peña fue conservador y porfirista, y como tal tenía poca simpatía por un partidario de la Revolución como Mariano Azuela.
En cambio, el gran poeta Francisco González León (1862-1945), 11 años mayor que Azuela, tuvo una estrecha relación de amistad con éste. El ambiente de la provincia se refleja de manera magisterial en los versos de González León quien, con excepción de algunos años de estudio de formación en Guadalajara, pasó toda su vida en su ciudad natal, desde la cual no pudo darle difusión nacional a su obra. Ernesto Flores la sacó del olvido al publicar su poesía en el Fondo de Cultura Económica. Adalberto Navarro Sánchez, poeta también nacido en Lagos, me contó que, durante una breve estancia en su ciudad natal, visitó la farmacia del recién difunto González León para pedirle los manuscritos de éste. Primero la viuda no entendió de qué se trataba, pero después se acordó de unos “papelitos mugrosos” que había tirado a la basura. Dijo que nunca le había gustado que su marido perdiera el tiempo escribiendo poemas.
Mariano Azuela al final de su carrera de estudiante.
Azuela convivía en Lagos también con Antonio Oviedo y Moreno (1862-1949) y José Becerra (1864-1942), ambos poetas menores. Al gran poeta y a los dos menores, Azuela dedicó amplias reseñas críticas, publicadas en sus obras completas con el título Letras de provincia. En realidad las letras de Los Altos son de gran importancia para la formación literaria del joven Azuela.
La mayoría de los escritores de principios del siglo XX amaban su región y no tenían ganas de abandonar las pequeñas ciudades y los pueblos donde habían nacido. Ramón López Velarde era uno de ellos. Jerez, su ciudad natal, no estaba muy lejos de Lagos. Los escritores de Zacatecas, Aguascalientes, Lagos, San Juan de los Lagos, Arandas, etc., se comunicaban entre ellos y estaban en contacto con Guadalajara, la ciudad más grande del occidente de México. Azuela conoce también al poeta de provincia Manuel Martínez Valadez (1891-1935) y le dedica una amplia reseña. Arandas es también una ciudad importante de Los Altos, pero allí nacen mucho menos hombres de letras que en Lagos que es, sin duda, la capital cultural de la región.
Durante la primera mitad del siglo XX, el sur de Jalisco participa menos en la vida literaria del occidente que el norte. Arcadio Zúñiga y Tejeda (1858-1892), quien nació en Atoyac y murió en Colima, es, sin duda, un buen poeta y autor de fábulas, pero su obra, a diferencia de la de Rosas Moreno, está medio olvidada. Zapotlán es el centro cultural del sur de Jalisco, y en la época de Azuela el narrador modernista Guillermo Jiménez (1892-1967), quien nació en esta ciudad, fue un escritor muy importante. Sin embargo, sólo durante la segunda mitad del siglo XX el sur de Jalisco fue una región de suma importancia para la literatura. Juan Rulfo, quien nació cerca de Sayula, y Juan José Arreola se convirtieron en autores de proyección internacional. Hoy día el sur de Jalisco llama más la atención de los lectores que Los Altos, de donde es originaria la familia de Agustín Yáñez. Eso quiere decir que dos de los tres más grandes escritores de la literatura reciente de México son del sur y sólo uno de Los Altos. En la época de Mariano Azuela, Los Altos tenían una literatura mucho más importante que el sur. Entonces, Azuela era uno de los autores más traducidos de México, y hoy día lo es Juan Rulfo. Lo que une la obra de ambos es la descripción de la lucha por la tierra y de los problemas de campesinos y peones; sin embargo, sus perspectivas y recursos estilísticos son muy diferentes. Por lo menos en sus primeras grandes novelas, como por ejemplo Los de abajo, Azuela usa recursos literarios tradicionales, mientras que Yáñez y Rulfo son modernizadores de la novela rural.
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