Toda la violencia

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Sari: Adonáis #678
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Toda la violencia
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ABRAHAM GUERRERO TENORIO



TODA LA VIOLENCIA








ADONÁIS



678



EDICIONES RIALP



Madrid



Un jurado compuesto por



Enrique García-Máiquez, Aurora Luque,



Julio Martínez Mesanza, Eloy Sánchez Rosillo,



Carmelo Guillén Acosta y Amalia Bautista



concedió a este libro



el PREMIO ADONÁIS 2020





© 2021 by ABRAHAM GUERRERO TENORIO



© 2021 de la presente edición, by



EDICIONES RIALP, S.A. - Manuel Uribe 13-15 - 28033 MADRID



ISBN (versión impresa): 978-84-321-5357-0



ISBN (versión digital): 978-84-321-5358-7



Realización ePub: produccioneditorial.com





A Marian,



parapeto infranqueable contra la violencia.





La violencia es como un iceberg en el cual la violencia visible es sólo una parte del conflicto,



existiendo otras violencias más invisibles.



JOHAN GALTUNG




ÍNDICE





PORTADA







PORTADA INTERIOR







CRÉDITOS







DEDICATORIA







CITA







PRIMERA VIOLENCIA







BARRO







MI ABUELA Y HOLOFERNES







EL HOMBRE QUE VA A MORIR







MI MADRE







RETRATO DE UNA FAMILIA QUE FUE







HERENCIA







SEGUNDA VIOLENCIA







MUJERES CANSADAS







TODA LA VIOLENCIA







AVE RAPAZ







BIOGRAFÍA DE LAS ZAPATILLAS







WELCOME







TERCERA VIOLENCIA







BALCÓN







LA CARICIA







HUECO







PILATES







TREME







CUARTA VIOLENCIA







ESCRIBIR







LA BOCA DE UN TIGRE







LOS OJOS DE BORGES







LA LUZ AZUL







SOBREMESA







QUINTA VIOLENCIA







CHICOS DE BARRIO







CECEO







B2







EMPRENDER







PREDICTOR







OFRENDA







ADONÁIS COLECCIÓN DE POESÍA







AUTOR







PRIMERA VIOLENCIA



Porque las casas las destruye eternamente



la violencia humana.



AURORA LUQUE



BARRO



EL despertador de mi padre sonaba a las seis



deshaciendo el silencio.



Yo leía enfrascado en el sofá,



y después de escuchar el estruendo de la alarma



cerraba el libro



y emprendía el vuelo hacia el dormitorio



como un pájaro que se asusta



del petardo de un niño.



Desde la cama, oía



cómo lavaba sus dientes con furia,



cómo escupía el enjuague bucal.



Luego mi padre



salía al patio, con el sueño



asido a las pestañas



y con un par de botas embarradas



en su mano derecha.



Golpeaba las botas contra el suelo,



con la resignación de quien tiene hijos



a los que alimentar.



El barro de la bota estallaba en pedazos.



Yo lo observaba desde la ventana,



lo imaginaba mientras se ataba los cordones



cagándose en la madre de la perra vida,



y deseaba con todas mis fuerzas



ofrecerle una taza de café



por si así su mañana era más fácil.



MI ABUELA Y HOLOFERNES



CUANDO hablo de violencia, pienso



en Judit y Holofernes, de Caravaggio:



el tenebrismo al fondo,



la luz entera nace del pecho de Judit,



la vieja con la piel rugosa, tensa la sien,



aguarda la cabeza de Holofernes,



la cabeza que agarra la mano de Judit,



la cabeza que grita.



Aunque cuando hablo de violencia



también pienso en mi abuela,



su respingo desconfiado



cuando una silla arrastra las uñas por el suelo,



porque piensa en Alfonso, su marido,



que fue la silla y no el respingo.



Mi abuela, que aún coge



el rosario que descansa en su pecho



por si algún Dios piadoso



pudiera mitigar los golpes recibidos.



Pero ni Caravaggio ni los rezos



han sabido ofrecerle la rabia de Judit



o una vieja de piel rugosa



que aguarde la cabeza de Alfonso, su marido,



la cabeza que ahora



junto a ella respira



por una mascarilla de oxígeno.



EL HOMBRE QUE VA A MORIR



CUANDO llego a la casa, ya de noche,



le compruebo el oxígeno



y si su corazón será tan fuerte



para aguantar u

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