DL DARÍO LOFFREDA
D.L Darío Loffredda
De hojas y abedules : escritos de alcoba / D.L Darío Loffredda. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2020.
80 p. ; 21 x 15 cm.
ISBN 978-987-87-0524-8
1. Poesía Argentina. I. Título.
CDD A861
EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINA
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Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
Índice de contenido
Portada
Créditos
Índice
De Hojas y Abedules
Estaré allí
A la deriva
Amada soledad
Bendita
Vertiginoso
Sensible
Carta al café de todas mis mañanas y todas mis tardes, al café de siempre
Cobíjate
Los Puentes de Secretos y los gritos del aura
Por eso te amo
Un amor perdido
No niegues
Enmudecí
Equivocado
Habrá un tiempo
Como si fuéramos uno
Nosotros
Serias
Virtuoso
Amiga
Infinitos
Corre!!!
Un escrito perdido
Hubiese sido mejor
Aquí
Amigo
No me olvides
No te has dado cuenta
Tu
Las Dunas
Vacío
Mi ser
A mi lado
Tú, yo
Ven a mí
No me olvides
Te espero…
Bésame
Tu nombre
Tu Soledad
Un camino nuevo
Yo recuerdo
Susurraré tu nombre
Serás mía
Cita
No espero que vuelvas
Encadenada
Debería
Me ato
Si
A ti
Pinto
Como ráfagas
Buscándote
Una carta de amor
No respires
Los Puentes de Secretos y la huida del desdén
Primavera
Dame un motivo
Por si no lo sabes
Digo
Gorrión
Destino
Intenta
Desde que llegaste a mí
Se trasluce
Avatar
Tu boca
Explícame
La Niebla
Me quedo
Amigo
Enamorados
Un Fantasma amado
Madre
Donde habitan los sentidos
Mi deseo de verte
La cuarta estación
Algo me dice
Desconsolados
Y donde irías
Yo soy Tu
A la orilla del Sena
Contigo
Deberías
Te llevo conmigo
Y te duermes y me amas
Espacios vacíos
Brumas
Silencio
Agradecido
Un camino nuevo
El próximo tren
Tuvo miedo de sangrar
Heladas tibias
Una mujer desnuda
Los Puentes de Secretos y la búsqueda del Edén (Ultima parte de la trilogía)
De hojas y abedules
A las personas de aura enamorada,
y magnánima virtud.
Me tortura pensar que tal vez esperes que te busque,
que tal vez esperes que te escriba.
Me tortura no poder romper el hielo entre nosotros,
no poder escapar de las cadenas de mi soledad.
Aunque no sepa como buscarte aprenderé el camino,
impávido aprenderé a cruzar los ríos,
aprenderé el camino.
Voy a llegar como casi nunca llegué
y estaré allí.
Para saber de tu boca, de tus ojos,
para que me cuentes de mí, de mí en ti.
Me dejare atar, encadenar,
como lo estoy con mi soledad,
pero contigo.
A la deriva como condenados náufragos de amor
perdieron sus barcas,
encalladas en el error de haber creído
que se había terminado.
Presagios hechos realidad desnudaron miserias,
donde el hábitat hoy es la nada misma,
donde el sol es solo un reflejo
y una flor de primavera solo el comienzo del otoño.