Loe raamatut: «Las 5 virtudes del líder transformacional»

Un presente incómodo en América Latina

Para desarrollar las 5 virtudes del líder transformacional es necesario entender, de manera profunda, el presente de América Latina, situarse en el aquí y el ahora y, desde esa realidad entender los retos, las necesidades y las oportunidades que tienen los nuevos empresarios, quienes son llamados a transformar el continente.

El inventor y visionario Richard Buckminster Fuller descubrió en 1982 que hasta el año 1900 el conocimiento humano se duplicaba aproximadamente cada siglo. Al final de la Segunda Guerra Mundial, este se doblaba cada 25 años. En la actualidad, el conocimiento humano se duplica cada 13 meses, y según IBM, llevará este promedio a cada 12 horas, lo que significa que lo que pensamos que era cierto hace un año, es posible que en un mes ya no lo sea, y pronto, lo que creíamos cierto hace 11 horas, capaz que en una hora ya no lo sea.¹

Figura II: Curva de doblamiento del conocimiento de Buckminster Fuller agregado con las predicciones de IBM pos-1982.

Un estudio del famoso Babson College de Estados Unidos informa que un 40% de las 500 empresas más grandes del país que existían en el año 2000 desaparecieron en el 2010. Y en la actualidad prevén que la duración de vida promedio de una empresa será de 15 años, tiempo en el cual un competidor disruptivo le ganará el mercado.² En América Latina, la tasa de mortalidad de las empresas familiares es aproximadamente del 84% en 20 años y el 85% desaparece en la tercera generación.³ Y, según el autor y experto en liderazgo Mark Murphy, un tercio de los ejecutivos son despedidos por cambios organizacionales fallidos.⁴

Blockbuster tuvo la oportunidad de comprar Netflix en el año 2000 por 50 millones de dólares, sin embargo, rechazó la oferta por no ver su potencial. Todos sabemos que hoy, luego de apenas 19 años, Blockbuster no existe y Netflix es el gigante que vale más de 150 mil millones de dólares.

En Hispanoamérica también tenemos casos representativos de empresas disruptivas que cambiaron el mercado y arriesgaron la existencia de sus competidores: Cabify, la empresa de taxi presente en la mayoría de nuestros países no posee vehículos. Mercado libre la tienda virtual líder de América Latina no tiene inventario. Rappi, la empresa de entrega a domicilio con el crecimiento más rápido de la región, no es dueña de ningún vehículo de distribución.

Los líderes de las empresas que nacieron antes del boom del internet, en los 90, enfrentan grandes desafíos, ya que los preceptos empresariales que antes hacían crecer sus negocios ya no son los mismos. Por ejemplo, los planes estratégicos a 3 o 5 años se ven reemplazados por planes flexibles y revisables, mínimo dos veces al año. O los empleados que antes trabajaban toda la vida para el mismo empleador, ahora exigen nuevas condiciones impensables antes, como el bienestar y el poder compartido.

Lo que antes funcionaba ya no funciona, o va a dejar de funcionar muy pronto. Tal como el sistema educativo tradicional que encuentras en América Latina y la mayor parte del mundo, que fue creado en 1800 y que prácticamente no ha cambiado en dos siglos. El problema es que sigue formando personas con habilidades obsoletas para un mundo laboral que requiere de competencias muy distintas, que todavía no se enseñan, como la inteligencia emocional, la resolución de conflictos, el emprendimiento, la innovación, la comunicación efectiva, etc. Adicionalmente, las empresas que siguen contratando a líderes solamente por su hoja de vida están enfatizando los mismos criterios de contratación y, a su vez, perpetúan la sobrevaloración de un sistema que resulta absolutamente inadecuado. ¿Queremos ser cómplices y perpetuadores de lo obsoleto o queremos ser los que lideran el cambio? Como dice un amigo empresario chileno:

Podemos hacernos cargo o podemos hacernos los huevones.

Nicolás Boetsch, Socio Latitud 90

La buena noticia es que el cambio es posible. Los líderes de las empresas predigitales no necesariamente son dinosaurios condenados a la extinción. Las empresas pueden transformarse para prosperar en la era digital. De hecho, el 85% de los ejecutivos piensan que necesitan transformar sus organizaciones para adaptarse a los cambios del entorno y del mercado.⁵ La transformación digital no se trata solo de tecnología, se trata de estrategia y de nuevas formas de pensar. Los líderes han de generar una transformación que aporte a la sostenibilidad de la empresa y de la sociedad a largo plazo. Un estudio global de 15,000 consumidores, realizado por Edelman en 2014, menciona que la mayoría de los clientes quiere que las empresas estén comprometidas con causas que les muevan y que les hagan partícipes. Otro estudio de 2018 nos confirma que 78% de los consumidores norteamericanos declaran que las empresas deben generar un impacto positivo en la sociedad, más allá de lo económico.⁶ Según la encuestadora internacional IPSOS, durante la crisis humanitaria del COVID-19, 9 de cada 10 entrevistados pensaban que las empresas tenían que aportar una solución frente a la crisis. Y si la empresa o los líderes no están verdaderamente comprometidos con este cambio, los clientes dejarán de comprarles y buscarán a otros líderes para que los guíen.

Nos encontramos en un cambio vertiginoso del escenario global en el cual existen por lo menos 8 factores macro que están cambiando el curso de la historia:

1. La inteligencia artificial y la automatización

2. El cambio climático

3. Las pandemias

4. El cambio de matriz energética

5. La biotecnología

6. La infotecnología

7. Las criptomonedas

8. El escenario político-bélico

Revisemos muy brevemente cada uno de estos factores para entender nuestro contexto actual y las posibles oportunidades y los riesgos de un futuro muy cercano. Permítete imaginar el escenario.

La inteligencia artificial y automatización

No tenemos claridad de cómo va a ser el mundo laboral en 2050, pero sabemos que muchas profesiones desaparecerán a causa de la automatización y la inteligencia artificial, y se van a crear nuevos trabajos. Basado en estudios de la OECD y de la investigación de Michael Osborne y Karl Frey, de la Universidad de Oxford, podemos prever cuáles serán los primeros empleos en desaparecer. La figura III que expone los oficios que desaparecerán durante los próximos 20 años: contadores, vendedores, call-centers, maquinistas, agricultores, obreros, conductores y pilotos serán los primeros. En Estonia, por ejemplo, la inteligencia artificial ya está reemplazando a los jueces en la toma de decisiones legales menores a 10.000 dólares. Como vemos en la Figura IV, muchas industrias, que son parte del escenario actual, van a tener que reinventarse drásticamente despidiendo a muchos colaboradores, o desaparecerán del radar.

Figura III: Probabilidad en porcentaje de perder el trabajo por causa de la automatización clasificado por profesiones y oficios.

Figura IV: Probabilidad en porcentaje de perder el trabajo por causa de la automatización clasificada por sectores.

Según la reconocida investigación de Müller, en 2016 la comunidad científica experta en tecnología global previó que la inteligencia artificial sobrepasaría a un porcentaje notable de la inteligencia humana alrededor del 2050. Un tercio de estos científicos consideran que este desarrollo será extremadamente negativo para la humanidad.⁷ Las tendencias apuntan a que gran parte del segmento de manufactura mundial se va a quedar en el desempleo y va a ser reemplazado por gente altamente adaptable, que puede reinventarse con frecuencia debido a su educación.⁸ Es decir, que la gente con poca educación, los obreros de ahora, personas ya en peligro de pobreza y vulnerabilidad, serán los primeros en volverse irrelevantes para el mercado laboral, a menos que trabajemos desde ya para enseñarles a ser flexibles al cambio y prepararse para este momento.

Existe un movimiento llamado el tecno-optimismo liderado, entre otros, por la Universidad Singularity que ofrece otra perspectiva a esta problemática. Ellos creen firmemente que la tecnología acompañada de la creatividad humana podrá resolver cualquier desafío que surja. Ofrecen una visión de un futuro de mayor abundancia para el mundo, si logramos desarrollar las habilidades blandas que las máquinas nunca podrán desarrollar, y que mi amiga Ana Cristina Hidalgo llama las habilidades del siglo XXI: la curiosidad, la iniciativa, la creatividad, el pensamiento multidisciplinario y la empatía, entre otros. Gracias a la colaboración entre máquinas y personas, la sociedad será más productiva y eficiente. Pronto, las intervenciones incómodas como las endoscopias serán reemplazadas por una píldora robotizada que podrá moverse dentro de los fluidos corporales del paciente, suministrar medicamentos al área deseada, realizar biopsias, filmar el área, limpiar las arterias obstruidas y eliminar los tumores del cuerpo.⁹ Un robot podrá realizar un diagnóstico de salud mejor que cualquier humano y luego apoyar al médico en su intervención quirúrgica, para ganar en precisión y detalles.

La responsabilidad de los líderes es enorme, sean tecno-optimistas, pesimistas o neutros y es necesario tomar decisiones ahora, especialmente en relación con las industrias mencionadas en las figuras III y IV ¿Van a cerrar su empresa o van a reinventarse? ¿Van a capacitar o van a despedir al 40% de su gente? ¿Qué van a hacer los líderes que queden fuera del mercado? Mientras unos se ponen manos a la obra para reinventarse con entusiasmo, otros se quedan con los brazos cruzados y pronto estarán obsoletos, como los autos a gasolina.