Enséñales con diligencia

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Enséñales con diligencia
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ENSÉÑALES

CON

DILIGENCIA

CÓMO UTILIZAR

LAS ESCRITURAS

EN LA FORMACIÓN

DE LOS HIJOS

Lou Priolo

Publicado por:

Publicaciones Faro de Gracia

P.O. Box 1043

Graham, NC 27253

www.farodegracia.org

ISBN: 978-1-629461-53-3

Agradecemos el permiso y la ayuda brindada por el autor, Luis Paul Priolo, para traducir e imprimir este libro, Teach Them Dilligently: How to Use the Scriptures in Child Training

© Copyright 1999 por Louis Paul Priolo Derechos de Autor 1999 © Todos los Derechos Reservados.

Traducción al español por Publicaciones Faro de Gracia, con agradecimiento a Josué David Zapata y Armando Molino.

© 2011 Todos los Derechos Reservados,

Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación de datos o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio – electrónico, mecánico, fotocopiado, grabación o cualquier otro – excepto por breves citas en revistas impresas, sin permiso previo del editor.

© Las citas bíblicas son tomadas de la Versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina. © renovada 1988, Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.

Contenido

RECONOCIMIENTOS

PREFACIO TANTOS LIBROS… TAN POCA PALABRA

NOTA DEL AUTOR ¡NO LO HAGAS!

CAPÍTULO UNO LAS ESCRITURAS Y SUS HIJOS

CAPÍTULO DOS ENSEÑANDO LAS ESCRITURAS

CAPÍTULO TRES REDARGUYENDO CON LAS ESCRITURAS

CAPÍTULO CUATRO CORRIGIENDO CON LAS ESCRITURAS

CAPÍTULO CINCO INSTRUYENDO CON LAS ESCRITURAS

CAPÍTULO SEIS LA VARA Y LA CORRECCIÓN

CAPÍTULO SIETE APRENDER A UTILIZAR EL MANUAL DE INSTRUCCIONES DE VIDA

APÉNDICE A PASAJES BÍBLICOS SOBRE LA FORMACIÓN DEL NIÑO

APÉNDICE B PREGUNTAS QUE AYUDAN A DAR CONVICCIÓN

APÉNDICE C PROYECTOS EN PROVERBIOS

APÉNDICE D: LA FALACIA DEL HUMANISMO

APÉNDICE E: UNA PALABRA A LAS ESPOSAS

APÉNDICE F: BIBLIOGRAFÍA SELECTIVA DE RECURSOS ÚTILES

RECONOCIMIENTOS

En adición al Dr. Jay Adams, cuyo más reciente libro Cómo Asesorar a las Personas para que Cambien ha sentado las bases para este volumen, quisiera agradecer a las siguientes personas por sus útiles contribuciones.

Jay Younts −que fue el primero en enseñarme la aplicación de 1 Timoteo 3:15-17 en la crianza bíblica y que amablemente me otorgó el permiso para publicar gran parte de su material en este libro.

Fern Gregory −que me ayudó de innumerables maneras en este proyecto.

Dr. Wayne Mack −que me ha enseñado mucho sobre la manera de usar las Escrituras para diagnosticar y corregir los problemas de la vida.

Dr. Den Trumbull −por su ayuda con el Capítulo Seis.

Capt. Scotty Anderson −por su asistencia en los Apéndices A y G.

Brenda Payne −por sus ideas sobre cómo hacer de este libro uno de más fácil manejo para las damas y por su ayuda en el Apéndice F.

Kimberly Priolo −por su aliento y disposición al sacrificar un poco del tiempo de su marido para que pueda ministrar a otros a través de este libro.

La Sesión de la Iglesia Presbiteriana Eastwood −quienes en diversas maneras me han permitido completar este libro tan prontamente.

A Gabriela

El Señor [es] mi fortaleza y mi cántico,

Y Él ha venido a ser mi salvación;

Él [es] mi Dios, y lo alabaré;

Dios de mi padre, y lo exaltaré.

Éxodo 15:2

Mi oración es que puedas crecer fuerte en el Señor y en el poder de Su fuerza, fuerte en espíritu, llena de sabiduría (porque un hombre sabio es fuerte) y fuerte en la gracia que es en Cristo Jesús.

PREFACIO
TANTOS LIBROS…
TAN POCA PALABRA

La biblioteca de su casa, sin duda, contiene varios volúmenes de libros, manuales, notas de seminarios, artículos de revistas, vídeos y casetes de audio que tienen como propósito dirigirse a los padres desde un punto de vista cristiano. Algunas de estas obras, aunque que afirman ser bíblicas, en realidad, pueden llegar a contener “ideas” que han sido extraídas de la psicología-pop humanista, pero que son ajenas a la Biblia. Sin duda, otros recursos en su caja de herramientas para padres pueden ser muy bíblicos y útiles. Sin embargo, y con raras excepciones, la mayoría de los recursos de hoy para padres cristianos fallan1 al enfatizar lo que es quizás el aspecto más importante de la crianza bíblica verdadera− cómo relacionar la Biblia con el proceso disciplinario en forma práctica. Piénselo. Con toda su formación, ¿sabe realmente cómo usar la Biblia para enseñar, redargüir, corregir e instruir en justicia con sus hijos? Si ya lo hace, probablemente no tendrá que leer de aquí en adelante. Si no, es mi oración que este pequeño libro pueda ayudarle a aumentar y fortalecer sus habilidades como padre, así como también pueda aprender a usar las Escrituras de una manera más exhaustiva y eficaz en la formación de los niños.

Lou Priolo

NOTA DEL AUTOR
¡NO LO HAGAS!

Al comenzar este libro, muy pronto podría sentirse abrumado por la enorme cantidad de información a la que será expuesto. En ciertos momentos podría sentir que está bebiendo directamente de un hidrante para incendios ahogándose en el proceso. Incluso podría llegar a preguntarse, “¿Cómo podré ser capaz de hacer todo eso?” No se desanime, y haga lo que haga, no deje de leer. Las “cosas buenas”, los consejos prácticos, el material que le dará la mayor esperanza y el aliento se encuentra más en la parte posterior del libro.

No espere ser capaz de utilizar todo lo que aprende de un día para otro. El cambio conlleva tiempo. Debe ser paciente con sus hijos, con usted mismo, y especialmente con su cónyuge en el proceso de implementar este material.

También podría ser redargüido en cuanto a su “falta de conformidad ante, o una transgresión hacia, la Ley de Dios” en lo que respecta a sus deberes y prioridades como padre. Ciertamente, este libro ha traído convencimiento, incluso a su autor. Pero la crianza en general, y el enseñarle a sus hijos la Biblia en particular, son dos de las responsabilidades dadas por Dios más importantes y que más tiempo consumen. Quiera el Espíritu Santo redargüir-le de cualquier situación para que confiese su pecado ante Dios, y entonces pueda comprometerse a desarrollar un curso de acción que gradualmente le provea un acercamiento más bíblico al usar las Escrituras en la formación de su hijo.

“Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.” -2 Tim. 3:15-16

CAPÍTULO UNO
LAS ESCRITURAS Y SUS HIJOS

¿Alguna vez se detuvo a preguntarse qué es lo que está tratando de lograr como padre? ¿Cuál es exactamente su objetivo? Dado que usted es un padre cristiano sólo hay una respuesta definitiva a esta pregunta−y esa respuesta se encuentra en la Biblia. El objetivo supremo que debe tener para sus hijos es el mismo objetivo que el apóstol Pablo tenía para sus hijos espirituales−que sean conformados (progresivamente) a la imagen de Cristo.

“Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros.” (Gal. 4:19)

La Biblia describe esta “semejanza de Cristo” en una variedad de maneras. Términos como “perfecto” o “completo”, “santificación,” y “la medida de la estatura de la plenitud de Cristo “ (por mencionar algunos) son empleados por Pablo (y otros autores del Nuevo Testamento) para comunicar un sincero deseo de ver a quienes están bajo su cuidado espiritual alcanzar la meta de la madurez cristiana.

“A quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre.” (Col. 1:28)

“Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo [los aspectos] en aquel que es la cabeza, [esto es] Cristo.” (Efesios 4:13-15 énfasis añadido)

 

¡Qué maravilloso! Su objetivo (el cual está intentando llevar a cabo) como padre ya ha sido diseñado para usted en la Biblia. Usted no tiene que preguntarse a quién debe parecerse su hijo cuando usted termine con su formación. Se parecerá a Jesucristo.

Los ingredientes claves

Hay al menos tres ingredientes esenciales necesarios para producir la madurez de una semejanza a Cristo que usted debe esforzarse por producir en sus hijos. Estos ingredientes son El Espíritu, Las Escrituras y el tiempo.

Primero, es necesario que la persona sea transformada a la imagen de Cristo por el Espíritu Santo. Ésta transformación gradual comienza en el interior de la persona, en su corazón. El Espíritu Santo habita solamente en aquellos quienes por la Gracia de Dios confiaron en la obra redentora de Cristo quien murió en la cruz (como sustituto) para pagar el castigo por nuestros pecados (Rom. 5:8; 1 Cor. 15:3; 2 Cor. 5:21). Usted, también, debe depender del Espíritu de Dios para ayudarle a ser el tipo de padre que la Biblia requiere de usted…

El segundo recurso que produce madurez es la Biblia. Ahora bien, la parte interesante que hay que notar es que las Escrituras son necesarias para ayudar a su hijo a entender las cosas básicas de la salvación, tales como su condición pecaminosa y su necesidad de confiar en la muerte sustitutiva de Cristo en la cruz. Como ve, nadie puede ser cristiano sin la Biblia (vea Rom. 10:13-17). El Espíritu trabaja por medio de la Palabra para traer convicción y finalmente, regeneración. (1 Pedro 1:23). Como las Escrituras son capaces (tienen poder) para hacer sabios a tus hijos para salvación, es esencial comenzar a usar las Escrituras desde temprana edad con ellos.

“y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.” (2 Tim 3:15)

Charles Spurgeon en su libro Come Ye Children: a Book for Parents and Teachers on the Christian Training of Children, dice sobre la frase “desde la niñez”:2

“La expresión, “desde la niñez,” se entendería mejor si la tradujéramos como “desde muy niño;” o, como la versión revisada lo hace: “desde que eras un bebé.” No significa un niño bien desarrollado, o juvenil, sino un niño que ya no está en la infancia. Desde muy niño Timoteo conoció las Sagradas Escrituras. Esta expresión ha sido, sin lugar a dudas, usada para demostrar que nunca es demasiado pronto para empezar a impregnar en la mente de nuestros niños el conocimiento de las Escrituras. Los bebes reciben impresiones mucho antes de que estemos consientes de ello. Durante los primeros meses de la vida, un niño aprende más de lo que imaginamos. Aprende rápido sobre el amor de su madre y su propia dependencia; y si la madre es sabia, el niño aprende el significado de la obediencia y la necesidad de ceder su voluntad a una voluntad mayor. Esta puede ser la nota clave para toda su vida. Si aprende obediencia y sumisión a tiempo, puede ahorrar miles de lágrimas de los ojos de un niño pequeño y otras tantas del corazón de la madre. Un especial terreno de ventaja se pierde cuando hasta en la infancia sin educar.

Las Sagradas Escrituras deben ser aprendidas desde que el niño tiene la capacidad de entender cualquier cosa.”

Sólo en caso de que se esté preguntando si realmente los niños pequeños pueden aprender las Escrituras, permítame relatarle un par de episodios de mi experiencia personal.

Estaba acostado en mi cama una tarde esperando que mi esposa terminara de vestirse cuando me pidió que le trajera algo que necesitaba. Sophia, nuestra hija de dos años de edad, estaba parada entre nosotros cuando yo suspire de mala gana en respuesta a la petición de ayuda de parte de Kim. Inmediatamente mi pequeña niña, quien aún no sabía leer, dijo de la manera más cariñosa, “Papi, deberías ‘hacer todas las cosas sin quejarte o discutir.’”

Varias semanas después (días después de su tercer cumpleaños) los tres esperábamos nuestra comida en un restaurante. La camarera nos trajo un mantel para colorear y algunos lápices de colores para entretener a Sophia en lo que la comida estaba lista. Yo estaba sentado en la butaca, enfrente de las de las niñas viendo a mi pequeña artista profanar el mantel con sus garabatos. En ese momento me puse mi gorra de maestro. El sabio consejero (el que debería haber sabido que una niña de tres años de edad no está mentalmente desarrollada para ello) comenzó a intentar enseñarle a su hija como colorear dentro de las líneas. Agarré un lápiz de color y, desde la parte superior del papel, procedí a colorear tan claramente como podía viendo el dibujo boca abajo. Poco a poco fui coloreando por toda la hoja hasta que mi enorme garra comenzó a desplazar su pequeña mano. Imagine esto. Mi antebrazo y mi mano están apoyados a todo lo largo del mantel, mi mano está al fondo y Sophia no tiene espacio para colorear. En ese momento ella miró hacia arriba y dijo “Papi, la Biblia dice, ‘No te olvides de hacer el bien y de compartir.’”

Mi hija no solamente conocía las Escrituras desde temprana edad, sino que fue capaz de ministrar efectivamente a su padre, quien ya tenía un título universitario. Si mi hija de dos años se beneficia de aprender de las Escrituras, también sus hijos pueden.

Dado que la mayor parte de este libro tiene que ver con el uso práctico de la Biblia, por favor, permítame hacerles unas preguntas difíciles acerca de la medida que usted ministra la Palabra a sus hijos.

¿Qué tan bien conoce usted las Escrituras?

¿Con qué frecuencia se refieren a la Biblia en el curso normal de una conversación con sus hijos?

¿Qué tan adepto está a la enseñanza de las escrituras? ¿Y en relacionar estas a la vida cotidiana?

¿Cuán efectivamente usa las Escrituras para redargüir (convencer) de su pecado a sus hijos? (¿Reprende usted de tal manera que les cause reveren-ciar la Palabra de Dios o despreciarla?)

¿Cuán consistentemente utiliza usted la Biblia para corregirlos?

¿Cómo utiliza usted la Biblia para instruir a sus hijos en justicia para ayudarlos a tener un mejor futuro?

Como puede ver, es simplemente imposible “(criarlos) en disciplina y amonestación del Señor” (Efesios 6:4) sin el continuo uso de la Palabra de Dios. Son la “vara y la corrección” que “dan sabiduría” (Proverbios 29:15). Es tu trabajo, padre cristiano, tanto el conocer como el utilizar las Escrituras según la intención de Dios.

La suficiencia de las Escrituras

Las Escrituras proveen todo lo que necesita para la vida y piedad (2 Pedro 1:3). También proveen todo lo que necesita para criarlos “en disciplina y amonestación del Señor”. Por miles de años los padres cristianos han de-pendido de la Biblia como fuente de instrucción para sus hijos. A través de los siglos, los hombres y mujeres han creído que Dios no les pide que hagan nada sin darles los recursos necesarios para cumplir con la tarea, especialmente una tarea tan difícil como la crianza de hijos piadosos. Ellos creyeron cuando Pablo les dijo que las Escrituras fueron dadas “a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. (2 Timoteo 3:17)

¿Usted lo cree? Reitero la pregunta, ¿usted realmente cree que Dios le ha dado dentro de las páginas de su Biblia recursos suficientes para hacer frente a cualquier contingencia que se enfrenta tanto en la vida como también como padre? Eso es realmente lo que éste versículo enseña. Por supuesto, la Biblia no pretende ser adecuada para tratar problemas médicos, enseñarle a sus hijos cómo multiplicar fracciones, usar patines, golpear una pelota de béisbol, y cosas por el estilo, pero sí asegura ser suficiente cuando se trata de cambiar a las personas a la imagen de Jesucristo. “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma.” (Salmos 19:7)3

El uso cuádruple de las Escrituras

Cuando la Biblia habla de que la Escritura es provechosa para enseñar, significa que es útil. “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16). Ya que las Escrituras han sido dadas para estos propósitos distintos, usted debe volverse competente en estas cuatro aplicaciones. El proceso de la formación bíblica del niño implica el uso de estas cuatro actividades distintas. Como puede ver, la crianza bíblica no es sólo una responsabilidad, es también una habilidad que debe ser desarrollada. Esto nos lleva al tercer recurso necesario para producir madurez cristiana en su niño: el tiempo.

Se requiere de tiempo para desarrollar la habilidad de la crianza bíblica. Se requiere tiempo para dejar todo lo que esté haciendo y tomar su Biblia para enseñar, redargüir, corregir e instruir a sus hijos, tiempo en el que tal vez usted prefiera hacer otra cosa. Y sobre todo, se necesita tiempo para que sus hijos crezcan.

No existe la madurez instantánea. No existe pastilla que pueda darle, o escuela a donde los pueda enviar, no hay polvo que pueda transformar sus pequeños corazones rebeldes en corazones obedientes y así llevarlos a la madurez. La madurez cuesta tiempo.

Santificación progresiva

Otro término para el proceso por el cual los cristianos se transforman a la imagen de Cristo es llamado santificación progresiva. Se llama “progresiva” porque ocurre continuamente a través de nuestras vidas en vez de instantáneamente (en un momento en el tiempo). El Espíritu Santo es el agente principal que santifica, que trabaja en el corazón de todos los creyentes para que sean más semejantes a Cristo. Pero Él lo hace por medio de la Palabra. Una persona sencillamente no puede cambiar de forma agradable a Dios si está separada de la Palabra. El Espíritu Santo ha de tener el arma más efectiva (La Espada del Espíritu) si ha de cambiarte a ti y a tus hijos. Como la regeneración4 , la santificación es un acto de Dios. Pero a diferencia de la regeneración, es un acto de Dios que requiere de su cooperación. La manera más importante de cooperar con Él es llevar la Biblia en su corazón. Luego como padre, debe cooperar con el trabajo de Dios en la vida de su hijo llevando la Biblia al corazón de él o ella.

He conocido un impresionante número de cristianos que creen que pueden crecer en gracia alejados de un tiempo regular y continuo con la Palabra (es decir, lectura de la Biblia, estudio, memorización, meditación y un activo escuchar de predicaciones bíblicas). A riesgo de exagerar el argumento, permítame decirlo de esta manera: No importa el tiempo que usted dedica a orar o ayunar, o a estar en comunión con otros cristianos, en ministrar o testificar a los demás; si usted no dedica tiempo a la Palabra de Dios (o para ser más exactos, si la Palabra de Dios no habita ricamente en usted), usted está en efecto encadenando al Espíritu Santo. No es que Él no pueda trabajar sin su cooperación. Más bien lo que sucede es que Él no ha prometido trabajar independientemente de Su Palabra.

“Que el Espíritu Santo actúa a través de la Biblia es… confirmado en el hecho de que aquello que la Biblia dice que hace, es lo mismo que el Espíritu Santo dice que hace. Por ejemplo, cada una de las cuatro funciones de la Escritura (mostradas en la lista a continuación) se dice que también son realizadas por el Espíritu Santo en los versos agregados::

1. “Enseñar”: compare Juan 2:27 (la “unción” habla del Espíritu Santo).

2. “Redargüir”: compare Juan 16:7-11.

3. “Corregir”: compare Gálatas 6:1; 5:22, 23.

4. “Instruir en justicia”: compare Gálatas 5:16-18; Romanos 6-8.

En cada caso el Espíritu obra por medio de la Palabra.”5

Una indicación de que el Espíritu obra por medio de la Palabra puede verse comparando el lenguaje en dos pasajes paralelos de la Escritura. En Efesios 5:18 se nos manda, “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; [la cual llevará a la desintegración de nuestra vida], antes bien sed llenos del Espíritu.” Este verso es seguido por una serie de instrucciones generales y otras dirigidas a personas específicas. Estas instrucciones y directivas surgen del mandamiento inicial a ser llenos del Espíritu. Estas mismas instrucciones se pueden encontrar casi textualmente en el libro de Colosenses (3:16) donde no están asociados con el Espíritu, sino con la Palabra. “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros” (La tabla de la página 16 le ayudará a hacer su propio análisis verso por verso de ambos pasajes.) Además de demostrar la estrecha relación entre el Espíritu y La Palabra, la similitud entre estos dos pasajes también nos da conocimiento en cuanto a los medios por los cuales Él nos llena. En la medida en que una persona permite a la Palabra de Dios llenar su corazón, así el Espíritu llena su vida.

 

Así que si usted quiere que sus hijos sean salvos, santificados y llenos del Espíritu, debe invertir tiempo (de manera adelantada) en instruirlos con las Escrituras. Recuerde, el fruto del Espíritu no crece de la noche a la mañana sino que se desarrolla gradualmente a medida que se alimenta con la Palabra de Dios. Como veremos en las siguientes páginas, según la Biblia, su trabajo es marcar profundamente las Sagradas Escrituras en el corazón de sus hijos, las cuales pueden hacerles sabios para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.


Efesios Colosenses
5:18 “antes bien sed llenos del Espíritu” 3:16 “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros”
5:19,20 “hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.” 3:16,17 “enseñándoos y exhortándoos unos a otros entoda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor [con] salmos [e] himnos [y] cánticos espirituales.” Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
5:22 “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor;” 3:18 “Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor”
5:25 “Maridos, amada a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella” 3:19 “Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.”
6:1 “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.” 3:20 “Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor.”
6:4 “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.” 3:21 “Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.”
6:5-8 “Siervos, obedeced a vuestros amos terrenals con temor y temblor, con sencillez de vuestro, como a Cristo; 6 no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; 7 sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.” 3:22-24 “Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. 23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; 24 sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.”
6:9 “Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de persona.” 4:1 “Amos, haced lo que es justo y recto con vuestros siervos, sabiendo que también vosotros tenéis un Amo en los cielos.”


A los niños debe enseñárseles desde temprana edad la importancia de la verdad de la Palabra de Dios. Se debe enseñar desde el principio que existe un Dios; que es un Ser de infinito poder y sabiduría, conocimiento y bondad, justicia, misericordia y verdad, Dios en tres personas; que debe ser amado con todo el corazón, y obedecerle en todo con todo respeto; que su ley es santa, justa y buena; que toda la humanidad es por naturaleza pecadora, y está expuesta a la destrucción eterna; que Dios ha dado libremente a su Hijo para morir por los pecadores, y traer justicia eterna para su justificación; que todo el mundo debe inmediatamente arrepentirse y abrazar al Salvador; que todos los inconversos rechazan la misericordia de Dios y continuarán rechazándola para su ruina eterna; y que todo aquel que sea renovado y entregue su vida a Dios será perdonado y santificado, y finalmente recibirá el honor, gloria y la inmortalidad. “Esta y otras verdades del evangelio conectadas a estas deben ser enseñadas a nuestros niños con diligencia y fidelidad. Son verdades que conciernen a su salvación eterna. No somos quién para decir que los niños no puedan entenderlas; ya que se ha encontrado por experiencia placentera, que si se usan los medios adecuados, los niños han de tener desde temprana edad tanto conocimiento de la verdad divina que será del mayor beneficio en sus vidas fu-turas.” Samuel Worcester, D.D., Octubre 18116