Economía española y del País Valenciano

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Economía española y del País Valenciano
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ECONOMÍA ESPAÑOLA

Y DEL PAÍS VALENCIANO

Educació. Materials 112

Cristóbal Andrés Ramo, Vicente Esteve García,Silviano Esteve Pérez, J. Ismael Fernández,Víctor Fuentes, Andrés García Reche,Salvador Gil Pareja, Clemente Hernández,Francesc Hernández, José Honrubia,Manuel López Estornell, Aurelio Martínez,J. L. Martínez Zahonero, Francisco Mas Verdú,José M. Nácher, Andrés J. Picazo, Ernest Reig,Francisco Requena, Vicent Soler, Josep Sorribes,Paloma Taltavull, Cecilio Tamarit, Emili Tortosa

Coordinadores de los ejercicios prácticos:Salvador Gil, José Honrubia y Vicent Soler

ECONOMÍA ESPAÑOLA

Y DEL PAÍS VALENCIANO

Vicent Soler, ed.


Colección: Educació. Materials

Director de la colección: Guillermo Quintás Alonso


Esta publicación no puede ser reproducida, ni total ni parcialmente, ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, ya sea fotomecánico, fotoquímico, electrónico, por fotocopia o por cualquier otro, sin el permiso previo de la editorial.

© Del texto: los autores, 2009

© De esta edición: Universitat de València, 2009

Producción editorial: Maite Simón

Maquetación: Inmaculada Mesa

Corrección: Communico C.B.

Cubierta: Celso Hernández de la Figuera

ISBN: 978-84-370-8283-7

A la memòria d’Ernest Lluch,en agraïment al seu mestratge.

Índice

PRESENTACIÓN de Vicent Soler

Capítulo 1. Crecimiento y cambio estructural

Vicent Soler

1.1 Introducción

1.2 Perspectiva histórica comparada: etapas principales

1.3 Crecimiento y cambio estructural

1.4 La estrategia competitiva tradicional

1.5 Resumen y conclusiones

Prácticas

Referencias bibliográficas

Capítulo 2. Las fuentes del crecimiento económico

Vicent Soler

2.1 Introducción

2.2 La contribución del empleo y/o de la productividad

2.3 La geografía de la productividad

2.4 La productividad total de los factores (PTF)

2.5 El nivel de bienestar

2.6 Resumen y conclusiones

Prácticas

Referencias bibliográficas

Capítulo 3. La renta y su distribución

Vicente Esteve García, Silviano Esteve Pérez

3.1 Introducción

3.2 Distribución funcional de la renta

3.3 Distribución personal o familiar de la renta

3.4 Distribución territorial de la renta

3.5 Resumen y conclusiones

Prácticas

Referencias bibliográficas

Capítulo 4. El factor territorial y medioambiental

Francesc Hernández, Josep Sorribes

4.1 Introductión: el territorio también cuenta

4.2 Marco físico y recursos naturales

4.3 La interacción entre el territorio y la actividad humana

4.4 Actividad económica y efectos ambientales

4.5 Retos de la política ambiental

4.6 Resumen y conclusiones

Prácticas

Referencias bibliográficas

Capítulo 5. El factor trabajo

Clemente Hernández

5.1 Introducción

5.2 La evolución de la oferta y la demanda de trabajo

5.3 Las características de la demanda de trabajo

5.4 Las características de la oferta de trabajo: el capital humano

5.5 La población parada y la búsqueda de empleo

5.6 Los costes laborales y la evolución de los salarios

5.7 Las políticas y las instituciones del mercado de trabajo

5.8 Resumen y conclusiones

Prácticas

Referencias bibliográficas

Capítulo 6. Capital físico y capital tecnológico

Ernest Reig, Manuel López Estornell

6.1 Introducción

6.2 El capital privado

6.3 El capital público

6.4 La distribución territorial del stock de capital físico

6.5 El capital tecnológico

6.6 Causas del nivel relativo de stock tecnológico del País Valenciano .

6.7 La política autonómica en I+D

6.8 Resumen y conclusiones

Prácticas

Referencias bibliográficas

Capítulo 7. El sector agrario

José Honrubia

7.1 Introducción

7.2 Evolución e importancia del sector

7.3 Características técnico-productivas de un modelo de ajuste estructural incompleto

7.4 Síntomas de agotamiento (problemas) del modelo de desarrollo agrario valenciano

7.5 La política agraria y el desarrollo rural

7.6 Resumen y conclusiones

Prácticas

Referencias bibliográficas

 

Capítulo 8. Los sectores industrial y energético

Cristóbal Andrés Ramo, Francisco Mas Verdú

8.1 Introducción

8.2 Importancia y estructura del sector

8.3 Características estructurales

8.4 Localización y especialización productiva

8.5 Política industrial

8.6 Sector energético

8.7 Resumen y conclusiones

Prácticas

Referencias bibliográficas

Capítulo 9. El sector servicios

Salvador Gil Pareja, Andrés J. Picazo

9.1 Introducción

9.2 Evolución e importancia de los servicios

9.3 Estructura del sector y especialización productiva

9.4 Productividad y eficiencia

9.5 Política sectorial: la liberalización de los servicios

9.6 Resumen y conclusiones

Prácticas

Referencias bibliográficas

Capítulo 10. El sector turístico

José M. Nácher, Andrés García Reche

10.1 Introducción

10.2 El turismo en España y la Comunidad Valenciana

10.3 Subsectores en España y la Comunidad Valenciana

10.4 Políticas turísticas y perspectivas de futuro

10.5 Resumen y conclusiones

Prácticas

Referencias bibliográficas

Capítulo 11. El sector financiero

Aurelio Martínez, Emili Tortosa

11.1 Introducción

11.2 Capacidad o necesidad de financiación: el sector real

11.3 La canalización del ahorro hacia la inversión

11.4 Los balances regionales

11.5 La financiación de los sectores económicos

11.6 El sistema financiero y el desarrollo regional

11.7 Las instituciones financieras monetarias

11.8 Las instituciones financieras no monetarias

11.9 Otros mercados financieros

11.10 Resumen y conclusiones

Prácticas

Referencias bibliográficas

Capítulo 12. El mercado inmobiliario y de la construcción

Paloma Taltavull

12.1 El concepto de construcción y mercado inmobiliario. El mecanismo de funcionamiento de sus mercados

12.2 Características estructurales del sector en la Comunidad Valenciana

12.3 El sector residencial. Determinantes de crecimiento, evolución, ciclos residenciales y equilibrio de mercado

12.4 La política económica ligada al mercado inmobiliario

12.5 Resumen y conclusiones

Prácticas

Referencias bibliográficas

Capítulo 13. El sector exterior en el marco de la Unión Europea

Ismael Fernández, Francisco Requena

13.1 Introducción

13.2 Ámbito comercial

13.3 Ámbito financiero

13.4 La internacionalización de la empresa

13.5 Resumen y conclusiones

Prácticas

Referencias bibliográficas

Capítulo 14. El sector público

J. L. Martínez Zahonero, Víctor Fuentes Pròsper

14.1 Introducción

14.2 Las funciones económicas del sector público

14.3 La estructura del sector público

14.4 La actividad fiscal y financiera del sector público

14.5 Resumen y conclusiones

Prácticas

Referencias bibliográficas

Capítulo 15. Nuevos escenarios económicos

Vicent Soler, Cecilio Tamarit

15.1 Introducción

15.2 La productividad como herramienta indispensable para la competitividad

15.3 La abundancia del factor trabajo y las limitaciones del modelo de crecimiento económico tradicional

15.4 Hacia un nuevo modelo de crecimiento basado en la sociedad del conocimiento

15.5 Políticas públicas y esfuerzo empresarial

15.6 Resumen y conclusiones: el reto de la internacionalización

Referencias bibliográficas

PERFIL DE LOS AUTORES

Presentación

El lector tiene en sus manos un libro escrito con un doble objetivo: ser un instrumento útil para profesores y estudiantes y ser, también, una aproximación sencilla, pero exigente, a la economía valenciana –y española– en el marco europeo.

Este manual, en todo caso, es deudor del enorme caudal de investigación económica realizada en los últimos tiempos, pero, también, de los esfuerzos sintetizadores de los manuales que le han precedido, tanto en el ámbito de la economía española como en el de la valenciana. Concretamente, por lo que respecta a la economía española, tenemos que destacar las nueve ediciones del manual dirigido por José Luís García Delgado y Rafael Myro, Lecciones de economía española –la última editada por Thomson-Civitas (Madrid, 2009)–, y el manual de prácticas coordinado por A. J. Picazo, Prácticas de economía española, editado también por Civitas (Madrid, 2003).

Por lo que respecta a la economía valenciana, tendríamos que mencionar la publicación, en 1970, de la Estructura Econòmica del País Valencià (editorial l’Estel, Valencia), en dos volúmenes, dirigida por Ernest Lluch, para referirnos al primer intento sistemático de rastrear el estado de la situación de los diversos sectores económicos. Un libro que había tenido una meritoria monografía precedente en un número extraordinario de la revista Serra d’Or en junio de 1968 (una monografía que tuvo, por cierto, una réplica de actualización 36 años más tarde, en mayo del 2004).

Ahora bien, el libro que definitivamente introdujo el análisis de la economía valenciana en las coordenadas académicas al uso fue, sin duda, La via valenciana de Ernest Lluch (Eliseu Climent ed., 1976; con una tercera edición revisada y actualizada, de editorial Afers, 2003). Este libro inició la etapa de madurez de los estudios sobre economía valenciana y, además, fue donde el autor –el auténtico padre de la economía valenciana académica– planteó un nuevo paradigma de interpretación según el cual la intensidad del crecimiento y del cambio estructural, desde los años sesenta, era incuestionable, como también que el protagonismo del proceso pertenecía a las pequeñas y medianas empresas.

De hecho, La via valenciana actuó como un revulsivo en el mundo académico de la joven Facultat d’Econòmiques de Valencia –la única existente entonces en tierras valencianas– y generó un buen número de trabajos de investigación que hicieron de la década de los setenta una década muy fértil en la producción científica sobre la economía valenciana. Sintomáticamente, en 1980 se publicó el «primer» manual –en sentido estricto, en opinión de su prologuista Ernest Lluch– sobre la economía valenciana, Introducció a l’economia del País Valencià (Eliseu Climent, ed.), cuyos autores éramos cuatro jóvenes profesores de la Facultat: J. A. Martínez Serrano, Ernest Reig, Josep Sorribes y el que suscribe (tres de los cuales, por cierto, participan en éste que se publica ahora).

De toda la literatura de manuales posterior, tendríamos que destacar un libro de 1992, Estructura económica de la Comunidad Valenciana, coordinado por J. A. Martínez, A. Pedreño y E. Reig (Espasa-Calpe, Madrid); otro de 1997, Capitalización y crecimiento de la economía valenciana, de E. Reig y A. Picazo (Fundación BBV, Madrid); la monografía sobre la Comunidad Valenciana, coordinada por L. García, de la revista Situación (Servicio de Estudios del BBVA, 2001), y, finalmente, el manual Economia espanyola i del País Valencià (PUV, 2004), auténtico precedente del presente manual. Por lo que respecta a manuales de prácticas, contamos con el coordinado por J. J. Rubert, Economía valenciana. Libro de prácticas (Publicacions de la Universitat Jaume I, 1999).

 

En buena medida, estos manuales surgieron como respuesta a las demandas de textos de referencia que planteaba la docencia propia de las materias correspondientes, pero también como respuesta a la necesaria puesta al día de los conocimientos sobre la economía valenciana. Por supuesto, el presente manual también responde a todas estas demandas.

En el ámbito académico no responde sólo a las necesidades docentes de las asignaturas de Economía del País Valenciano -en sus diferentes denominaciones–, impartidas en casi todas las universidades valencianas (particularmente, en la Jaume I de Castelló, la de Alacant y la de València), sino también de la disciplina que intenta abarcar el análisis de todo el entorno más inmediato, Economía española y del País Valenciano.

Asimismo, este libro pretende completar los conocimientos de las realidades económicas más significativas de cualquier lector interesado en conocer qué pasa a su alrededor. En otros libros se tiene la oportunidad de conocer los conceptos y las herramientas analíticas fundamentales de la economía y, concretamente, de la economía aplicada. En éste, el lector puede profundizar en las características y los comportamientos de los agentes económicos y sociales que le rodean, así como en los factores determinantes de la dinámica económica de la realidad en la que se encuentra inmerso. Además, puede conocer la actividad de las tres administraciones con responsabilidades económicas sobre la mencionada realidad: la Generalitat Valenciana, el Gobierno de España y la Unión Europea.

El esquema del libro responde a un esquema de lógica macroeconómica (sin ahorrar las aproximaciones microeconómicas que hayan hecho falta). Así, encontramos una primera parte con un capítulo introductorio sobre crecimiento económico y cambio estructural. A continuación, hay un bloque de cinco capítulos, el primero de los cuales introduce al lector en la lógica de las fuentes del crecimiento según la literatura de la contabilidad del crecimiento, el segundo trata sobre la renta y su distribución y los otros tres profundizan en el análisis de los factores de crecimiento más importantes: el territorial y medioambiental, el trabajo y el capital físico y tecnológico. El tercer bloque de capítulos comprende todo lo que se refiere a la oferta productiva, según la clasificación tradicional de los sectores: agrario, industrial (y energético), servicios (con dos capítulos particulares para los sectores turístico y financiero) y construcción (con especial énfasis en el mercado inmobiliario). Finalmente, hay tres capítulos más dedicados al sector exterior, al sector público y a evaluar los cambios necesarios en el marco de los nuevos escenarios económicos.

Cada capítulo incluye, por su parte, un desarrollo por epígrafes –con las tablas, los gráficos y los mapas pertinentes– y unos ejercicios prácticos sencillos que concretan cuantitativamente lo explicado en las páginas anteriores.

Como se puede observar en la breve sinopsis curricular que se incluye al final del volumen, los 23 autores que han participado en la confección del manual pertenecen a los claustros de las diversas universidades valencianas, concretamente a los de la Jaume I de Castelló, la Politècnica de València, la de Alacant y la de València. Su inclusión no responde sólo a su experiencia docente, sino también, y sobre todo, a su acreditado trabajo de investigación y estudio de los temas respectivos.

Como decíamos más arriba, hay un precedente de este manual, con el mismo nombre y en valenciano, editado en el 2004 por Publicacions de la Universitat de València. Aquella edición ha podido ser mejorada en su contenido gracias a que ha pasado por el tamiz de la experiencia docente en el aula durante cuatro cursos completos.

Pero, afortunadamente, aquella edición ha sido utilizada también en otros ámbitos, particularmente en el empresarial, de los que también han surgido sugerencias de mejora que han sido decisivas en la elaboración de la presente edición.

El resultado es un texto que trata de enfatizar más si cabe la claridad expositiva y la interrelación de los diversos capítulos. En este sentido, es especialmente destacable la tarea de coordinación de los ejercicios prácticos realizada por el editor del libro y por los profesores José Honrubia y Salvador Gil Pareja.

En suma, el libro ha ganado en nervio pedagógico y ha permitido repensarlo de acuerdo con las nuevas exigencias derivadas de la convergencia en el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Recordemos que en el EEES se distingue claramente entre el trabajo discente de dentro y el de fuera del aula. Este libro está pensado para el trabajo del estudiante fuera del aula, en perfecta conexión con la docencia que los profesores imparten dentro de ella.

Finalmente, agradecemos el buen trabajo de Publicacions de la Universitat de València, sin el que la materialización de este libro hubiera sido imposible en el breve tiempo y con la calidad de edición en que se ha confeccionado.

Rocafort (l’Horta), febrero de 2009

VICENT SOLER

Universitat de València

1. Crecimiento y cambio estructural

Vicent Soler

Universitat de València

1.1 Introducción

Europa occidental –el marco natural de análisis de la economía española y del País Valenciano– ha experimentado un crecimiento económico en los últimos dos siglos que no tiene precedentes en la historia de la humanidad (Maddison, 2001), tal y como muestra el gráfico 1.1.

Crecimiento, pero también cambio estructural, por el hecho de que es sustituida la base agraria de la economía por otra en la que la presencia de la industria, primero, y de la industria y los servicios, después, se ha hecho determinante. La combinación de ambos fenómenos ha supuesto un aumento importante de la renta per cápita en esta parte del planeta, que permite hablar de un proceso de desarrollo económico.

Además, este cambio ha incluido el pleno reconocimiento de la propiedad privada y un papel creciente del mercado como asignador de recursos (de los bienes, de los servicios y de los factores de la producción: trabajo y capital). Estos dos aspectos (propiedad privada y mercado) son los ingredientes básicos del sistema económico que convenimos en llamar capitalista.

Así pues, industrialización y capitalismo serán las formas en las que se concreta el desarrollo en nuestro entorno económico –y, por extensión, en todo el mundo occidental–, es decir, las formas en las que se concreta el cambio estructural que acompaña al crecimiento económico inusitado de la época contemporánea.

GRÁFICO 1.1

Crecimiento económico de la Europa occidental, en términos de PIB per cápita (en miles de dólares y a precios de 1990)


Fuente: The Economist, 31-12-99.

Este proceso lo abre una ingente cantidad de innovaciones técnicas y de organizatión de la producción, a las que se suman otras de carácter social y político que convenimos en llamar revolución industrial. La máquina de vapor es el paradigma del inicio de estas innovaciones técnicas. Es, pues, la era de la máquina y la producción seriada, pero también la de patrones, por una parte, y de obreros asalariados, por otra, y de nuevas formas de sociedades mercantiles, como la sociedad anónima.

A pesar de las semejanzas que al final tienen las sociedades industriales, el camino seguido ha sido muy diferente. No hay un prototipo de revolución industrial. No es adecuado tomar como único referente el vivido por algunos núcleos de Gran Bretaña (el modelo manchesteriano) a finales del siglo XVIII, por haber sido históricamente el primero y el más estudiado. Al contrario, debemos admitir que las circunstancias históricas en las que tienen lugar las diversas revoluciones industriales son diferentes, como también son diferentes, por lo tanto, las formas socioeconómicas que toman.

Es decir, históricamente, las posibilidades que ha ofrecido el avance científico y tecnológico no han sido aprovechadas en todos los lugares por igual. Ahora bien, los factores de crecimiento son bastante similares en todas partes: la acumulación de capital (físico o de cualquier otra clase, como el financiero o el humano), el progreso técnico, la apertura al exterior o la mejora de la igualdad de oportunidades en la sociedad. La progresiva acumulación de estos medios de producción ha representado para los países también la progresiva desvinculación de las restricciones impuestas por la naturaleza.

Kaldor identificó en los años sesenta del siglo pasado los hechos estilizados de los procesos de crecimiento económico: crecimiento de la producción por habitante, incremento del capital por trabajador y mantenimiento a lo largo del tiempo de la relación capital/producto, incremento de la tasa de beneficios por unidad de capital y de la participación de los beneficios y de los salarios en el valor de la producción. La experiencia histórica muestra, fehacientemente, que el esfuerzo de acumulación de capital físico, aunque es condición necesaria, no resulta suficiente para alcanzar el crecimiento sostenido. Sólo si la inversión realizada resulta productiva es posible que el proceso de acumulación se realimente.1

No hay mejor futuro que un buen pasado. De hecho, para disfrutar de altos niveles de productividad y renta hay que mantener en el tiempo la inversión en los diversos tipos de capital. Por otro lado, es falaz la visión del crecimiento a escala internacional como un juego de suma cero, en el que un participante debe perder lo que gana otro. Otra cosa muy distinta es que, cada día más, las interrelaciones entre los países crecen y la competencia también, o que las estrategias competitivas en este marco sean diversas y cambiantes (Pérez, 2007: 25-29).

En todo caso, como los países han recorrido caminos diferentes, los historiadores distinguen entre unos y otros, e intentan hacer tipologías al respecto. Una muy útil es la que distingue entre first comers (los primeros países industrializados) y second comers.

Los países del sur de Europa son países retrasados en el cambio estructural en comparación con los del centro y norte europeo (Gran Bretaña, Francia o Alemania). Es decir, son second comers, como lo demuestra el hecho de que la convergencia en términos de renta per cápita en los del sur ha sido lenta e incompleta (a excepción de Italia) y muy tardía. Prácticamente, hasta la segunda mitad del siglo XX no hay un claro acercamiento socioeconómico, un catch-up, de la Europa mediterránea (e Irlanda) a la Europa central y septentrional.

1.2 Perspectiva histórica comparada: etapas principales

Tanto España como el País Valenciano siguen, pues, la senda mediterránea hacia la sociedad industrial, es decir, son claramente casos de second comers, si bien se constata la existencia de núcleos industriales sólidamente implantados desde principios del XIX.

En el marco español, tendríamos el caso vasco (particularmente Vizcaya y Guipúzcoa) y el catalán (particularmente Barcelona y Gerona). En el caso valenciano, la comarca de l’Alcoià y, a finales de ese siglo, la Conca del Vinalopó, la Foia de Castalla, l’Horta y la Plana. Sin esta base industrial preexistente, todo hay que decirlo, difícilmente el arranque industrial generalizado posterior habría sido posible. Un arranque que deberá esperar a la segunda mitad del siglo XX y, por ello, hablamos de second comers.

Además, la economía española ha estado siempre por debajo de las economías centrales europeas, en términos de producto real per cápita. Las causas de este menor ímpetu en el crecimiento y la modernización social y económica son múltiples. Aun así, podemos destacar algunas que son comunes a los otros países mediterráneos (García Delgado, 2007: 25).

Causas como la desigual distribución de la propiedad de la tierra y la ineficiencia que eso generaba en momentos en los que la agricultura era decisiva para crear oportunidades de cambio en el conjunto de la economía; la falta de una cultura empresarial generalizada que apostara por la acumulación del capital físico, humano y tecnológico como estrategia de cambio y progreso; la ineficacia fiscal y financiera del Estado que le incapacitaba para implementar el crecimiento económico, y todo eso hay que aderezarlo con un importante aislamiento económico que dificultaba la asimilación de los impulsos que pudieran venir del exterior.

Concretamente, hasta los años cincuenta del siglo pasado, la Formación Bruta de Capital sólo representaba el 10% del PIB y, lo que es más grave, el 90% de la población no tenía ningún nivel de instrucción completado. Las cosas cambian cuando, posteriormente, la inversión alcanza el 20% del PIB y se mejora sustancialmente la formación de capital humano.

En este contexto, la economía valenciana encontró lógicas dificultades de crecimiento, si bien lo vivió con más intensidad que la española y con rasgos muy peculiares. Porque fue una parte importante de la agricultura valenciana la que garantizó pautas de modernización económica. Nos referimos a la que trascendió la etapa de producir para subsistir, caracterizada por mercados de ámbito local, y pudo convertirse en agricultura comercial, incluso –mejor dicho, sobre todo– con mercados internacionales. La pasa, el vino y, posteriormente, la naranja fueron los productos que permitieron el salto, en la segunda mitad del siglo XIX.

Así podemos entender que, a principios del siglo XIX, hacia 1802, los ingresos medios de la población valenciana se situaban alrededor del 70% de la media española, según ha estimado Gabriel Tortella, y sólo Galicia, Murcia, Canarias y Asturias tenían una renta per cápita más baja. Pero que, en 1860, los ingresos por habitante llegan ya en torno al 95% de la media. Y que nuevamente las tres primeras décadas del siglo XX refuerzan este mejor comportamiento relativo de la economía valenciana hasta llegar, en los años treinta, a un nivel superior en un 20% a la media española.

Posteriormente, se tenderá a la convergencia hacia esta media, particularmente a partir de los sesenta, ya que, aunque la dinámica económica es superior, también el crecimiento demográfico valenciano (por los saldos migratorios positivos) será mayor que el español.2

ETAPAS PRINCIPALES:

1870-1913

La primera etapa se caracteriza por la «Segunda Revolución industrial» –la revolución tecnológica derivada, entre otros, de la electricidad, la química o el cemento artificial–, la hegemonía económica del Imperio británico y el poder ascendente de la Alemania unificada, un sistema monetario basado en el patrón oro y un sistema comercial basado en el bilateralismo. En todo caso, para muchos historiadores es aún parte del largo siglo XIX.

España empieza esta primera etapa cuando acaba de conseguir la unión económica y monetaria mediante la desaparición de las aduanas interiores, la construcción de la red ferroviaria y la creación de la peseta en 1868. Además, una serie de hechos contribuyen a la transición hacia un sistema económico homologable con el resto de Europa, como la desaparición del régimen señorial y sus bienes vinculados y la revisión del marco jurídico-mercantil (Ley de sociedades anónimas de 1856, por ejemplo).

Ahora bien, a pesar de la incorporatión de capitales extranjeros en sectores básicos y estratégicos como los de los recursos mineros, la banca o el ferrocarril y de una inicial política de apertura al exterior, simbolizada por el Arancel Figuerola de 1868, muy pronto –prácticamente desde el inicio del régimen de la Restauración, en 1875–, los intereses cruzados de la industria periférica y los cerealistas del interior llevaron a un largo período de aislamiento comercial mediante el proteccionismo arancelario.

De hecho, a partir de 1890 el proteccionismo habrá conseguido los primeros éxitos significativos, que se consolidarán en la Ley de bases arancelarias de 1906, muy influida, además, por la pérdida de las colonias en 1898. En los años veinte, la economía española era la que tenía los muros arancelarios más altos de toda Europa, según la Sociedad de Naciones, el precedente de las actuales Naciones Unidas.

Es la reacción al fenómeno de la revolución de los transportes, que originó la incorporación de la máquina de vapor a los transportes (barcos y ferrocarriles) y que redujo drásticamente los costes del transporte, lo que hizo competitivos productos de países alejados. El cereal europeo, por ejemplo, ya no podía competir con el transatlántico de las llanuras tejanas y del oeste medio de EE. UU., ni las industrias de los países menos avanzados tecnológicamente con las de los países líderes. Se habla de la gran depresión en Europa.