Binomio traducción especializada y terminología puntual

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Binomio traducción especializada y terminología puntual
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Carmen Franco Hip es magíster en Traducción Institucional (español e inglés) por la Universidad de Alicante y licenciada en Traducción e Interpretación (español, inglés y francés) por la Universidad Ricardo Palma (URP). Fue becaria del V Programa Internacional de Formación en Excelencia Gerencial del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Además, es miembro del Colegio de Traductores del Perú y consultora encargada de la coordinación para la implementación de la Central de Interpretación y Traducción en Lenguas Indígenas u Originarias del Ministerio de Cultura. Actualmente, se desempeña como docente en la URP y en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC).

ORCID: 0000-0002-7030-2472


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© Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC)
Autora:Carmen Franco Hip
Edición:Luisa Fernanda Arris
Corrección de estilo:Claudia Prieto Requejo
Diseño de cubierta y diagramación:Dickson Cruz Yactayo
Editado por:Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas SACAv. Alonso de Molina 1611, Lima 33 (Perú)Teléfono: 313-3333www.upc.edu.pePrimera edición: noviembre de 2020Versión e-book: noviembre de 2020
Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC)BibliotecaCarmen Franco HipBinomio traducción especializada y terminología puntual. Caso de un informe técnico jurídico (ES-EN)Lima: Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), 2020ISBN de la versión e-book epub: 978-612-318-298-4.TRADUCCIÓN E INTERPRETACIÓN, LENGUAJE JURÍDICO, TERMINOLOGÍA, ESPAÑOL, INGLÉS418.0334 FRAN
.DOI: http://dx.doi.org/10.19083/978-612-318-298-4Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú n.° 2020-07834.La publicación fue sometida al proceso de arbitraje o revisión de pares antes de su divulgación..Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, de la editorial..El contenido de este libro es responsabilidad de la autora y no refleja necesariamente la opinión de los editores.

Dedicatoria

DEDICATORIA

A mi abuelo Domingo, por haber sido y seguir siendo un ejemplo de vida y de superación para mí.

A mis padres, por su apoyo constante y todo su gran cariño.

A mi abuela Tula, por creer siempre en mí.

A mi esposo, por haberme animado a escribir este libro y alentarme siempre.

A la doctora Chelo Vargas Sierra, por su retroalimentación y sus recomendaciones como tutora de mi Trabajo de Fin de Máster en Traducción Institucional (español e inglés) de la Universidad de Alicante, España.

Prólogo

PRÓLOGO


Investigar en terminología y construir conocimiento en el ámbito de la traducción especializada supone forjar a fuego un blasón que honra la esencia de la comunicación en un mundo en el que generar valor es más significativo que nunca. Por ello, es especialmente satisfactorio para mí comenzar las páginas de este libro titulado Binomio traducción especializada y terminología puntual, cuya autora, Carmen Franco Hip, me ha invitado a prologar.

En concreto, esta obra nace a partir del trabajo de fin de máster (TFM) que la autora defendió en setiembre de 2016 y que tuve el agrado de tutorizar. En ese sentido, debo confesar que la labor de seguimiento y tutorización fue un proceso fluido, sencillo y muy gratificante, sobre todo, dadas las excepcionales cualidades académicas y personales que definen a Carmen. El TFM, de orientación eminentemente profesional, presentaba como eje temático la traducción jurídica y económico-financiera a través de un planteamiento que ahora se adapta y se extiende para generar una nueva y mejor versión con aplicación pragmática y terminológica de innegable valor.

Es cierto que la traducción especializada, por oposición a la literaria, supone una distinción primaria y general con la que muchos autores se han identificado en algún momento. Sin embargo, diferenciarlas sin más conlleva dejar de contemplar una infinidad de matices que no cubre el verdadero alcance de ninguna de las ramas de la propia traducción. Al respecto, son recurrentes denominaciones como traducción científico-técnica, traducción documental y científica, traducción técnica o, sencillamente, traducción especializada para referirse a textos y materiales ajenos a la ficción. En esa línea de clasificación, se entiende por traducción especializada cualquier traducción que pertenezca o se relacione con áreas específicas del conocimiento y, por ende, especializadas del lenguaje, identificadas comúnmente como lenguas especializadas o lenguas para fines específicos. En consecuencia, además de lo “puramente” científico o técnico, en esta clasificación, se incluirían ámbitos como el jurídico, el económico, el financiero, el turístico o el corporativo. Por ello, cabe destacar el gran número de campos que comprende la traducción especializada, cuyo aspecto justifica su relevancia en la actividad de traducción.

Así pues, y sin dejar de retomar lo que ya se apuntaba en la cita preliminar, la traducción especializada constituye una herramienta fundamental entre culturas y pueblos diversos. Ha permitido la transmisión de conocimientos imprescindibles que, de no contar con la mediación lingüística de un traductor experto, se habrían distorsionado o, incluso, perdido con los consiguientes perjuicios, demoras o pérdidas que podría haber implicado.

Por otro lado, la dimensión más integradora y abierta hacia la conservación de los valores deseables en el contexto de la humanidad abarca una esfera de la traducción en la que se aúnan especialidades afines entre sí como la traducción jurídica y, tal vez, la difusión de los derechos humanos.

Con respecto a la terminología, su importancia radica en ser la disciplina encargada de estudiar los elementos léxicos que transmiten el conocimiento y se emplean en la comunicación por parte de una determinada comunidad científica, técnica o profesional. En su vertiente más práctica y aplicada, describe los métodos para normalizar, recopilar y difundir los términos. No cabe duda de la necesidad que tienen los traductores de textos especializados de encontrar los equivalentes terminológicos y gestionar la información sobre las unidades léxicas especializadas en el proceso de traducción. Así, estos profesionales, en las tareas relacionadas con los términos, deben ser capaces de identificar e interpretar adecuadamente la terminología del texto original, así como encontrar y utilizar la documentación y los recursos de información apropiados tanto para adquirir diversos tipos de información sobre los términos (conceptual, pragmática y lingüística) como para aplicar sus equivalentes correctos, pues ello supone apostar por la calidad en toda traducción especializada. Por último, se deben encontrar calificados para recuperar y almacenar datos terminológicos. De otro modo, el tiempo empleado en la solución de este tipo de problemas sería en vano y no podríamos reutilizar los datos terminológicos trabajados. En cualquier caso, si bien es cierto que lo anterior nos advierte la trascendencia de la terminología y provoca que la consideremos como una parte esencial del proceso de traducción especializada, la gestión terminológica no es una actividad implantada de manera general en el proceso de traducción. Por ello, esta obra supone un avance para fundamentar su implicación.

De esta manera, percibimos el carácter dual o binomial con el que se trabaja de forma cada vez más habitual en traducción y que configura, de hecho, el título y la justificación de esta publicación.

En definitiva, y ante las reflexiones previas, puede entenderse que la terminología y la traducción especializada se encuentran interrelacionadas, puesto que transmitir información o conocimientos implica necesariamente que la forma de efectuarlo cumpla la expectativa de unos hablantes también conocedores de un determinado tema. Todo ello sin eludir la conveniencia de comunicar la esencia “en los términos” esperados en cada grupo, sociedad o cultura. Por lo tanto, tratar la terminología en cualquier proyecto de traducción no conlleva solo un acto de rigor académico o profesional, sino también un mínimo garante de que aquello que se difundirá presente el sabor y el aroma propios del ámbito de especialidad en el que se integran los contenidos. De esta manera, los receptores reales y potenciales sentirán el mensaje como suyo e interiorizarán los datos relevantes para su uso posterior en beneficio común.

En consecuencia, gestionar la terminología técnico-jurídica como punto de partida para la traducción de informes sobre el campo jurídico cobra sentido, valor e importancia, especialmente, si se trata de la difusión de los derechos humanos. Por este motivo, felicito a Carmen por este esfuerzo de consolidación y por la iniciativa de darle una cobertura mayor al estudio que con inmenso placer procuré guiar en sus inicios.

Chelo Vargas Sierra

Profesora titular de la Universidad de Alicante

Introducción

INTRODUCCIÓN

La labor de traducción es una investigación en sí misma, y la de traducción especializada, con mayor razón. Para producir un texto meta (TM) de calidad, un traductor especializado debe realizar, ineludiblemente, una investigación terminológica puntual. Esta implica la búsqueda, la consulta, la selección y el procesamiento de información de fuentes enciclopédicas, documentales, terminológicas e, incluso, lexicográficas para una apropiada comprensión del texto origen (TO) y una correcta producción del TM respectivo. En este contexto, conocer y aplicar fundamentos metodológicos no solo para investigar, sino también para gestionar adecuadamente la terminología de cada TO y producir recursos terminográficos propios devienen en aspectos indispensables para todo traductor especializado. A raíz de esta reflexión, nace el título del presente libro, pues la traducción especializada y la terminología puntual conforman un ente binomial en el que el primer componente necesita siempre del segundo para lograr un producto correcto no solo en el plano lingüístico, sino también en los planos cognitivo, comunicativo, pragmático, cultural y de forma.

 

Binomio traducción especializada y terminología puntual. Caso de un informe técnico jurídico (ES-EN) es una adaptación y ampliación de mi trabajo de fin de máster del máster oficial en Traducción Institucional (su defensa fue en setiembre de 2016) de la Universidad de Alicante (España), cuya orientación fue profesional, y se enfocó en la traducción jurídica y económica-financiera.

El primer capítulo de la presente publicación recopila consideraciones teóricas básicas sobre los textos especializados y la traducción especializada en general a partir de un encargo de traducción del español al inglés de un informe técnico de carácter jurídico, tal como indica el subtítulo del libro. Por esta razón, de forma concisa, se tratan consideraciones sobre la terminología y su relación con la traducción especializada. Luego, se explican los diferentes tipos de problemas de traducción según la clasificación propuesta por Hurtado (2001), se incluye un resumen del contenido del TO para puntualizar la temática especializada que desarrolla, y se define su género textual a partir de sus aspectos comunicativos, sociales, formales, convencionales y macroestructurales. Enseguida, se exponen consideraciones sobre la traducción jurídica (por ser el ámbito de especialidad en el que se enmarca el TO), la traducción inversa (por ser, en este caso, la direccionalidad del encargo analizado) y las fases mínimas del proceso de producción para asegurar la calidad de las traducciones según la norma ISO 17100:2015. Posteriormente, en los capítulos 2, 3 y 4, se plantean consideraciones de carácter aplicado. De manera concreta, en el segundo capítulo, se aplica el método de observación documental para analizar los problemas de traducción identificados en el TO como corpus específico (lingüísticos, extralingüísticos, pragmáticos e instrumentales) y se proponen soluciones.

En consonancia con el párrafo inicial de esta introducción y, ergo, con el título de la presente publicación, añado la afirmación de que realizar una investigación terminológica puntual es una condición sine qua non para traducir correctamente textos especializados. Ante esta realidad irrebatible, conviene que los resultados de dicha investigación se registren y adopten una forma concreta de sistematizar la información recopilada para que ese gran y valioso esfuerzo no se desvanezca y, en cambio, se pueda reutilizar más adelante. Por ello, en el tercer capítulo, se explica un aspecto metodológico determinante de la investigación terminológica puntual: el diseño de un glosario terminológico bilingüe traduccional específico del TO asignado (el planteamiento del trabajo de gestión terminológica, la extracción de unidades terminológicas, la consignación de datos en el glosario terminológico, y la revisión y edición de este). En el cuarto capítulo, se incluye el citado glosario terminológico bilingüe traduccional de carácter prefinalista, aunque con un formato distinto de aquel que se trabajó y presentó originalmente, para facilitar la diagramación y la edición de este libro.

Por último, a partir del caso práctico analizado, en el quinto capítulo, se comparten conclusiones que se pueden considerar como recomendaciones claves para encargos de traducción especializada en la combinación español-inglés, incluso, inglés-español, y otras combinaciones lingüísticas. Dado que el TO analizado pertenece al campo del derecho, evidentemente, una de las conclusiones se relaciona de forma específica con la traducción jurídica.

Como se podrá advertir desde las primeras líneas y en la estructura del índice, a pesar de la corta extensión del libro, esta publicación tiene un enfoque pragmático y un estilo conciso. En ese sentido, considero conveniente indicar que no es —ni pretende ser— un tratado exhaustivo sobre el derecho, la traducción especializada, la traducción jurídica, la traducción inversa o la terminología. Al proponer ejemplos de análisis de un TO, de problemas de traducción a partir de este y del glosario terminológico bilingüe para ese encargo específico, se buscan ilustrar los aspectos teóricos de forma más clara y concreta. La finalidad de esta decisión es que los lectores puedan procesar con mayor facilidad los aspectos teóricos y prácticos tratados, y que se despierte en ellos el interés por revisar otras publicaciones que profundicen en esos contenidos. Dicha decisión respecto al enfoque y al estilo se basa en mi experiencia profesional, tanto como traductora como docente de talleres de traducción, del curso de Terminología y otros relacionados.

En concordancia con lo anterior, el público objetivo de la presente publicación está conformado, primordialmente, por estudiantes de traducción (de institutos, pregrado y posgrado sin formación previa en este campo), pero también por docentes y profesionales de este ámbito. Además, este libro está dirigido a especialistas de otras áreas del saber vinculados de diferentes formas a la traducción (como docentes de cursos de pregrado, por ejemplo), a la enseñanza o al aprendizaje de lenguas para propósitos específicos, o a la redacción de textos especializados en lenguas extranjeras —en este caso, específicamente en inglés—. Asimismo, en vista de que las metodologías aplicadas para el análisis de problemas de traducción, por un lado, y para la gestión terminológica puntual, por el otro, son extrapolables a otras combinaciones lingüísticas con las que se trabaje en traducción, también puede ser un material de referencia útil para la formación de traductores e intérpretes de lenguas originarias.

Espero que la dedicación brindada inicialmente a mi trabajo de fin de máster y, luego, a esta adaptación permita que este libro, en virtud de su estilo conciso y de su enfoque pragmático, se convierta en una fuente de consulta útil sobre gestión terminológica puntual y traducción especializada español-inglés e inglés-español en las universidades e institutos donde se imparte la carrera de Traducción en el Perú, así como en otros países.

Capítulo 1. Consideraciones teóricas

CAPÍTULO 1

Consideraciones teóricas

1.1 Los textos especializados

El término texto se refiere a producciones lingüísticas, que pueden ser orales o escritas (Vargas, 2005). De manera general, los textos especializados son aquellos en los que se emplea el lenguaje de especialidad (Hurtado, 2001, p. 60), también llamado lenguaje especializado (Cabré, 2004c, p. 21), que Alcaraz (2000b) define como el “lenguaje específico que utilizan algunos especialistas y profesionales de un ámbito para transmitir información y para negociar los términos, los conceptos y los conocimientos de una determinada área de conocimientos” (p. 15).

Sobre la base de esta definición, queda clara la afirmación de Cabré (1993) respecto a que la terminología es un elemento fundamental “para caracterizar el lenguaje especializado” (p. 166). Ahora bien, la corriente de la lingüística textual no estudia oraciones ni términos descontextualizados, sino que se centra en los textos considerando la situación y el modo en los que se generan. Además, acepta que pueden producirse textos de diferentes tipos y formas (Hoffmann, 1991).

Entre las diversas propuestas para comparar tipos de textos, destaca la de Hoffmann (1998), quien propone aplicar el criterio de variación vertical para clasificarlos, es decir, según la gradación de especialización. ¿Cómo se puede evidenciar ello? Principalmente, en el léxico. Así pues, al aplicar la estratificación vertical, se analiza la denominada densidad terminológica de un texto, que implica considerar, por un lado, la proporción de las unidades terminológicas (UT) respecto a las palabras del lenguaje general y, por el otro, la naturaleza lingüística de esas UT (Cabré, Castellà & Guantiva, 2008). En este punto, cabe añadir que el nivel de abstracción (de carácter primordialmente cognitivo, aunque también lingüístico), que comprende desde un nivel muy bajo (con pocos términos) hasta uno muy elevado (con símbolos artificiales para la representación y transmisión del conocimiento especializado) (Hoffmann, 1998; Arntz & Picht, 1995), depende directamente del tipo de relación entre el emisor y el público objetivo de los textos especializados (de carácter pragmático). En cuanto a los textos especializados, los emisores, en todos los casos, son especialistas en el campo en cuestión. No obstante, los receptores no siempre son expertos, ya que también pueden ser aprendices de especialistas (Cabré & Domènech, 2001).

Todo lo descrito hasta aquí sobre los textos especializados nos lleva a considerar otro elemento que evidencia su tipología: el tenor utilizado, pues la manera de articular sus contenidos se basa en “formas condicionadas por factores sociopragmáticos” (Cabré, Castellà & Guantiva, 2008, p. 21). Así, mientras mayor sea el nivel de abstracción y especialización de los textos, más formal será el tenor empleado.

Si bien existen otras propuestas más desagregadas para la clasificación de textos, la más sencilla es la que los divide en textos especializados, textos didácticos y textos de divulgación (Cabré, Castellà & Guantiva, 2008). Aquellos del primer grupo se dirigen a especialistas; los del segundo grupo, a aprendices de especialistas (personas en formación), y los últimos, al público en general o legos en la materia, es decir, no especialistas en el campo del saber en el que se enmarque el texto en cuestión. Con esta clasificación, conforme anota Rodríguez-Tapia (2016), se pueden suponer “diversas posibilidades y realizaciones” (p. 229) en el eje imaginario entre el texto especializado y el divulgativo.

Para ampliar el concepto de textos especializados a partir de la definición de Hoffmann (1991), Vargas (2005) indica que se caracterizan por surgir de una situación de comunicación de conocimiento especializado y por ser, al mismo tiempo, el instrumento para que esta ocurra. Además, la autora señala que poseen características específicas de orden sintáctico, semántico y pragmático, y que emplean “signos lingüísticos y otros enunciados complejos para reflejar una realidad objetiva” (Vargas, 2005, p. 61). Entonces, en primer lugar, un texto especializado nace en un contexto de comunicación especializada y es el vehículo que la posibilita. En segundo lugar, en los textos especializados, no solo se encuentran UT (también denominadas términos), sino también unidades fraseológicas especializadas (UFE), que también reciben el nombre de fraseología especializada (ver apartado 1.3).

Tras un extenso análisis, en su tesis doctoral, Vargas (2005) propone la siguiente definición respecto a los textos especializados:

Son producciones lingüísticas que surgen durante una situación de comunicación académica o profesional cuya función principal es la de expresar y transmitir un conocimiento especializado de distinto nivel. Dichas producciones presentan una serie de características pragmáticas, lingüísticas, culturales y de forma propias de las tradiciones de una comunidad discursiva determinada que les confieren una especificidad dentro del conjunto de textos que se producen en una lengua (p. 61).

De esta forma, Vargas (2005) nos aproxima a la noción de género textual, que se detalla en el apartado 1.6 de este libro, aunque, evidentemente, el género del TO del encargo de traducción analizado es el foco central de esta publicación.

1.2 La traducción especializada

Si bien conforme se indicó en el apartado 1.1 un texto puede ser una producción lingüística oral o escrita (Vargas, 2005), a partir de este momento, el foco recaerá en los textos escritos, pues la traducción, en general, se refiere al “conjunto de procesos para reproducir el contenido de la lengua origen en el contenido de la lengua de destino de forma escrita” (Luna & Monteagudo, 2017, p. 210). Solo para especificar, lengua origen (LO) es la “lengua en la que está escrito el texto, o contenido, de la lengua que se va a traducir” (Luna & Monteagudo, 2017, p. 134), mientras que lengua de destino, también denominada lengua meta (LM), es el “idioma al que debe traducirse el texto o contenido de la lengua origen” (Luna & Monteagudo, 2017, p. 134).

 

Ahora bien, grosso modo, traducción especializada se refiere a la traducción de textos especializados; es decir, aquellos en los que se puede identificar el uso de un lenguaje de especialidad, ya sea científico, jurídico, económico, etcétera (Hurtado, 2001). Así, si se retoma la definición de Vargas (2005) sobre los textos especializados (ver 1.1), el traductor especializado cumple la labor de mediación lingüística, cultural y cognitiva.

Hurtado (2001) señala que este tipo de traducción está marcado, principalmente, por el campo temático. Por este motivo, el traductor debe

 prestar atención a las UT, pues estas evocan conceptos propios del campo en cuestión, lo cual es importante para encontrar el equivalente correcto (por ello, en el apartado 1.3, se explica la relación entre la terminología y la traducción especializada);

 tener conocimientos de la especialidad a la que pertenece su TO para realizar una labor adecuada (por esta razón, se presenta un resumen del TO en el apartado 1.4 y se trata el tema de la traducción jurídica en el apartado 1.6);

 conocer los géneros correspondientes al área de especialidad en la que trabaje y qué convenciones lingüísticas y textuales los caracterizan (por este motivo, en el apartado 1.5, se presenta una definición del género textual informe técnico, que corresponde al caso práctico presentado en esta publicación).

Por último, pero no por eso menos importante, el traductor debe considerar que las situaciones de comunicación en las que se emplea el lenguaje especializado son de “tipo formal porque normalmente están reguladas por criterios científicos o profesionales” (Cabré, 1993, p. 139).

En toda traducción, y en particular en la especializada, la mejor estrategia a la que puede —y debe— recurrir el traductor para obtener los conocimientos temáticos, terminológicos o de los géneros característicos que necesita para cumplir un encargo satisfactoriamente es la documentación (Hurtado, 2001).

En 1994, Roberto Mayoral afirmó que “el trabajo de traducción es en gran medida un problema de documentación” (Mayoral, 1994, p. 118). En ese mismo sentido, Pinto y Cordón (1999) afirman que el traductor especializado debe cumplir tres roles en su quehacer documental: el primero es el de usuario de la documentación; el segundo, el de procesador de la documentación, y el tercero, el de productor documental.

El traductor, en su rol de usuario de la documentación, debe recurrir a diversas fuentes para adquirir conocimientos temáticos y comprender el TO, familiarizarse con la terminología propia del campo temático en el que trabaje y obtener información (mecanismos discursivos y organización textual) del género que sea objeto de su encargo de traducción (Gamero, 2001, como se citó en Ibáñez, 2003, p. 541).

“La comprensión es la clave de la traducción” (Pinto & Cordón, 1999, p. 87). Por ello, las enciclopedias, los diccionarios, los textos paralelos, los textos comparables, las bases de datos terminológicas, los glosarios y tantos otros recursos documentales existentes en formatos físico y digital constituyen herramientas que le permiten al traductor contextualizarse y entender el sentido del TO para luego buscar los elementos lingüísticos necesarios para reproducir ese mismo sentido en la LM.

En este punto, cabe mencionar que, en la presente publicación, se distingue entre textos paralelos y textos comparables. La primera denominación se utiliza para referirse a “un texto y su traducción a una o varias lenguas” (Rodríguez, 2015, p. 73), mientras que los textos comparables son “textos en dos lenguas que, sin ser traducciones unos de otros, versan sobre temáticas parecidas” (Gamallo & Pichel, 2007, p. 1). Sobre los textos comparables, Pérez (2002) añade que poseen “características y composiciones similares, es decir, [son] tipos similares de textos en más de una lengua, de modo que es posible establecer comparaciones interlingüísticas” ("Tipología de córpora", párr. 14).

Como afirma Mayoral (1997, p. 2), “la documentación en la traducción influye directamente en la calidad”, pero no debe afectar la rentabilidad de la labor del traductor. Por ello, dada la situación actual en la que se encuentra una inmensa cantidad de información disponible en internet, el traductor especializado debe saber seleccionar las mejores fuentes de consulta a partir de criterios que permitan determinar su nivel de fiabilidad.

Por ello, es indispensable que los traductores desarrollen la llamada competencia documental para un buen manejo de la información. Esto implica establecer cuáles son sus necesidades de información, planificar la búsqueda, aplicar estrategias para esta y para la obtención de información, así como discriminar y valorar la información para la toma de decisiones (Pinto, 2008).

Los criterios recomendados por Pavel y Nolet (2001) para la selección de fuentes aparecen descritos en el capítulo 3 (“Metodología aplicada para la elaboración del glosario terminológico bilingüe”), de forma concreta en el apartado 3.3.1. Asimismo, se añade el criterio de respaldo institucional de las fuentes para determinar su fiabilidad. Para una búsqueda eficiente específicamente en internet, en el apartado 2.3, se ofrecen consejos claves para solucionar problemas instrumentales relacionados con la documentación.

Después de comprender el TO, el traductor asume el rol de procesador de la documentación. En esta fase, construye un mensaje comunicativo a partir de la información obtenida del TO; luego, la integra con los conocimientos almacenados en su memoria; y, por último, esos dos procesos interactúan con los objetivos y el contexto de la traducción. En este punto, cabe mencionar que el traductor debe ser un estratega inferencial, pues solo así podrá completar las lagunas temáticas de un texto y evitar ambigüedades en la LM. La forma de mejorar en este aspecto es ampliando constantemente su bagaje cultural y sus conocimientos del campo de especialidad de los textos con los que trabaje (Pinto & Cordón, 1999).

En la última fase, el traductor es un productor documental: su texto es “un nuevo documento representativo del texto fuente y sobre todo destinado a cumplir una determinada función en el contexto receptor” (Pinto & Cordón, 1999, p. 86). Luego, otros traductores y profesionales podrán utilizar su traducción como fuente de consulta.

Por todo lo descrito, Cabré (2000) concluye lo siguiente respecto al traductor especializado:

El traductor, mediador entre dos interlocutores hablantes de distintas lenguas, ejerce su función poniéndose en la piel del que emite el mensaje y asumiendo sus mismas competencias. Si no lo hace, difícilmente hará una buena traducción. Asumir las competencias de un productor de texto especializado comporta conocer la materia específica, controlar su contenido y manejar la terminología que lo expresa. Y para conseguir que el texto de la traducción sea, en relación al original, literal en cuanto a contenido, gramatical en su expresión, adecuado en sus modalidades y ajustado estilísticamente, debe acercarse lo máximo posible a los usos léxicos que habría seleccionado el productor del texto si se hubiera expresado naturalmente en la lengua de la traducción (p. 2).

1.3 La terminología y su relación con la traducción especializada

La terminología se puede considerar como un conjunto de necesidades sociales relacionado con la información y la comunicación especializadas (representar, gestionar y transmitir conocimiento especializado), como la práctica (actividad terminográfica) que permite satisfacer esas necesidades, como la aplicación o los recursos que se producen por esa práctica y, por último, como campo de conocimiento (Cabré, 2006).