"Por una merced en estos reinos"

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Fuente: Elaboración propia a partir de las fuentes documentales consultadas en el Archivo General de Indias, el Archivo Histórico Nacional, el Archivo Central del Cauca y el Arzobispal de Popayán.

Varias cosas hay que mencionar con respecto a la información referida por Bueno y Quijano: a) hay nombres que no están incluidos en la lista, pero que en la revisión de fuentes históricas realizada se puede determinar que sí fueron capitulares; b) la mayor parte de las fechas que brinda Bueno y Quijano no están en consonancia ni con las proporcionadas en las cédulas reales ni con las de las colaciones canónicas presentes en las actas capitulares; c) hay capitulares cuyos nombres han sido cambiados (Diego Ibáñez de Caviedes/Gregorio Ibáñez de Caviedes), probablemente por una deficiente lectura de la documentación; d) no hay claridad por parte de Bueno y Quijano al mencionar los capitulares que estuvieron en el cabildo catedral payanés en el siglo XVI; de hecho, incluye nombres de capitulares designados en España, pero que no se incorporaron al cabildo catedral payanés; e) no menciona el nombramiento de canónigos para el siglo XVI; f) hay omisiones muy amplias de capitulares, lo cual da como resultado periodos de permanencia capitular de gran extensión; g) hay confusión de nombres, incluyendo en la planta oficiales reales que nunca fueron capitulares, caso de Bernardino Pérez de Ubillús quien fue tesorero de la provincia y encargado de la Caja Real, padre de Jerónimo Pérez de Ubillús, quien sí fue arcediano del cabildo eclesiástico, y h) a pesar de estos nombramientos registrados en reales cédulas, hubo varios capitulares de esta lista que no aceptaron el cargo o hicieron dejación de este por ser promocionados rápidamente a otra prebenda, como consta con Lucas Serrato de Godoy, quien es nombrado a la tesorería del cabildo eclesiástico payanés el 29 de marzo de 1618, para unos meses después, el 26 de agosto de 1618, ser promocionado a una ración en la Catedral de Quito.81

Bueno y Quijano no menciona las fuentes históricas que utilizó para hacer este listado, salvo el periódico La Paz que circuló en Popayán en la primera década del siglo XX.82 Incluso, en el proceso de búsqueda de las actas capitulares del cabildo eclesiástico en el siglo XVII, las primeras fojas del rollo que contiene estos documentos poseen un listado de obispos y capitulares del obispado,83 sin relacionar fechas precisas, que tampoco se compagina con la propuesta presentada. La planta propuesta se elaboró a partir de la información de las reales cédulas de nombramiento presentes en el Registro Eclesiástico General y el Registro Eclesiástico del Perú, sendos documentos que presentan de manera completa los listados de obispos, dignidades, prebendados y sacerdotes designados por el Consejo de Indias y el rey para ocupar cargos en las catedrales indianas, ejercicio que se complementó con los datos brindados por las Relaciones de méritos y servicios y las actas capitulares del cabildo eclesiástico de Popayán.

No está de más referir que las dejaciones o no aceptaciones afectaron la administración eclesiástica del cabildo catedral al mantenerse vacante la prebenda por otro largo tiempo. En el caso ya citado de Serrato de Godoy, en su reemplazo fue nombrado tesorero de Popayán Juan de Castillo,84 quien tampoco sirvió la prebenda al no ir a Popayán a recibir su cargo ni dar razón de su llegada, al igual que Miguel de Acosta Granados,85 manteniéndose la tesorería vacante hasta 1620, año en que se dio la elección de Fernando de Oruña y Quesada.86 Como ya se ha afirmado, fue la tesorería la prebenda de mayor debilidad de la planta catedralicia payanesa, pues a las anteriores dejaciones y no aceptaciones se suman la de Sebastián de Valencia en 163687 y Luis Guerra y Acuña en 1640.88 Los problemas de la tesorería no estaban relacionados solo con las dejaciones y rápidas promociones de quienes eran nombrados para ella, pues se buscó tiempo después con este cargo suplir la falta de canónigos que tenía el cabildo eclesiástico. En 1677, el rey dispuso por cédula del 31 de diciembre89 que la tesorería fuera un cargo de oposición “de una u otra facultad alternativamente empezando por la de teología”;90 cinco años después, en 1682, de nuevo, se hacía mención de que el rey había resuelto la falta de canónigos y la debilidad de este cargo en la catedral payanesa con la decisión de que se presentara a oposición,91 pero, estando vacante, por lo que la Cámara de Indias pasó a proveer su nombramiento. Brevemente, hay que recordar que la Cámara de Indias fue restaurada en 1644 para que se encargara de los nombramientos tanto eclesiásticos como civiles.92 Este cambio fue presentado en las consultas de 1685, 1688 y 1690, por lo que este último año, aprovechándose una nueva vacancia de la tesorería, se pegaron edictos, y después de seis meses, se presentó un opositor, Francisco Javier de Salazar Betancur, cura propietario del pueblo de Guambia,93 quien había hecho estudios de Cánones y Leyes, leyendo y predicando “con tanta aceptación y elegancia”94 mostrada en su examen de oposición que su designación no fue discutida. Salazar sería ascendido al cargo de chantre el 11 de noviembre de 1694, por lo que, de nuevo, quedaría vacante la tesorería.95 Solo hasta 1714 se realizó un nuevo concurso de oposición para la tesorería, que fue ganada por Francisco Prieto de Tovar, primer candidato que se presentaba que tenía grado de doctor en Cánones y Sagrada Teología por la Universidad de Quito, y se observó que fue la falta de idoneidad de los candidatos lo que provocó que esta prebenda llevara catorce años vacante por “no haber habido quien se opusiese a ella”.96

Gracias al análisis de las relaciones y las dinámicas internas que como corporación tuvieron que establecer los capitulares de Popayán fue posible, además de hacer una propuesta de planta catedralicia individual, proponer una planta colectiva en que se revela la permanencia en el ejercicio del cargo al que el capitular fue nombrado. Así, se muestra que, a pesar de los nombramientos, la ocupación de la prebenda en el tiempo podía verse truncada por las ausencias, largas en varios casos, de las dignidades del cabildo; por ejemplo, si para un periodo se habían nombrado por parte del rey los cinco capitulares, en el ejercicio del cargo, como lo denotan las actas capitulares, era posible encontrar tres o dos de los prebendados reuniéndose y cumpliendo con sus deberes. Esta situación lleva a complejizar aún más la situación eclesiástica del obispado payanés en la medida en que es posible identificar que la Corona estaba al pendiente de los nombramientos necesarios para los episcopados, como se ve reflejado en la tabla 4, pero existieron otros factores ligados a la presencia efectiva de los capitulares en sus catedrales que dificultan el cumplimiento de las responsabilidades inherentes a esta corporación.

Estos factores están ligados a las enfermedades que impedían el ejercicio de la prebenda, como el caso de Antonio de Zúñiga, quien, en posesión de la chantría en 1636, pidió a la Audiencia de Quito le concediera la jubilación de su cargo, dado que, en 1623, mientras subía a una mula en el patio de su casa, cayó de esta y “se le quebró la pierna izquierda por cinco partes”,97 lesión que no pudo ser curada por su elevado peso y la falta de ejercicio que lo obligó a estar siempre acostado al no soportar estar de pie y ser llevado en hombros de indios y negros a la catedral al no poder entrar en el coro. Otro factor fue la pobreza de las rentas decimales que obligó a los capitulares a ocuparse en sus negocios y haciendas lejos del obispado, como el caso de Gonzalo Guiral mientras fue maestrescuela,98 situación paradójica en la medida en que parece que la escasez de la congrua y de las rentas decimales sirvió de excusa para que varios capitulares mantuvieran continuos negocios comerciales y mineros tanto en Popayán como en Quito y Santa Fe, o en hacer dejación de su nombramiento por obligaciones maritales adquiridas, como pasó con el tesorero Fernando de Salazar en 1635, quien dejó su cargo para casarse, lo que le resultaba una mejor opción frente a la pobre renta que iba a recibir por su prebenda.99

Para exponer mejor el ejercicio cotidiano colegial del cabildo eclesiástico de Popayán se elaboró la tabla 5 a partir de la información brindada por las actas del capítulo catedral, que atestiguan las reuniones realizadas por los capitulares payaneses y, por ende, su presencia en el espacio de decisión de esta corporación.

Tabla 5. Prebenda en ejercicio en el cabildo catedral de Popayán, 1546-1714


PeriodoNúmero prebendas ejercicioNombre de capitulares
1548-15633Deán Juan Cornejo
Arcediano Francisco Sánchez
Maestrescuela Melchor de Henao


1564-15716
Arcediano Juan Guijarro
Maestrescuela Melchor de Henao
Canónigo, Juan Álvarez Maldonado
Chantre Juan Jiménez de Rojas
Canónigo Francisco Hernández


1575-15783Deán Francisco de Santisteban
Arcediano Juan Jiménez de Rojas
Maestrescuela Alonso Ortiz
Canónigo y luego chantre suplido Juan Álvarez Maldonado


1578-15913Deán Francisco de Santisteban
Arcediano Juan Jiménez de Rojas
Chantre Gonzalo de Torres y Ribera


1591-16143Deán Juan Montaño
Arcediano Hernán Ponce de león
Tesorero Bartolomé Ruiz


1614-16152Arcediano Hernán Ponce de león
Tesorero Bartolomé Ruiz


1615-16173Arcediano Hernán Ponce de león
Chantre Francisco Vélez de Zúñiga
Tesorero Bartolomé Ruiz


16182Chantre luego arcediano Francisco Vélez de Zúñiga
Tesorero luego maestrescuela Bartolomé Ruiz


1618-16201Arcediano Francisco Vélez de Zúñiga


1620-16212Arcediano Francisco Vélez de Zúñiga
Chantre Antonio de Zúñiga


1621-16345Deán Francisco Vélez de Zúñiga
Arcediano Bartolomé Díaz de Ortega
Chantre Antonio de Zúñiga
Maestrescuela Francisco Ramírez Florián
Tesorero Fernando de Oruña


1623-16364Deán Francisco Vélez de Zúñiga
Arcediano Bartolomé Díaz de Ortega
Chantre Antonio de Zúñiga
Maestrescuela Francisco Ramírez Florián


16373Arcediano Bartolomé Díaz de Ortega
Chantre Antonio de Zúñiga
Maestrescuela Francisco Ramírez Florián


16382Chantre Antonio de Zúñiga
Maestrescuela Francisco Ramírez Florián


16393Arcediano Francisco Ramírez Floriano
Chantre Antonio de Zúñiga
Tesorero Fernando de Solórzano


1646-16494Deán Francisco Ramírez Floriano
Arcediano Antonio de Zúñiga
Chantre Fernando de Solórzano
Tesorero Juan González Maldonado


16493Deán Francisco Ramírez Floriano
Chantre Fernando de Solórzano
Tesorero Juan González Maldonado


16503Deán Francisco Ramírez Floriano
Chantre Fernando de Solórzano
Tesorero Antonio de Landaeche


16512Chantre Gonzalo Guiral
Tesorero Antonio de Landaeche


1651-16531Tesorero Antonio de Landaeche


16532Maestrescuela Agustín de Olea Salazar
Tesorero Antonio de Landaeche


1653-16552Deán Antonio de Landaeche
Maestrescuela Agustín de Olea Salazar


16553Deán Antonio de Landaeche
Maestrescuela Agustín de Olea Salazar
Tesorero Gregorio Belín de Baños


1656-16573Deán Antonio de Landaeche
Maestrescuela Agustín de Olea Salazar
Tesorero Pedro de Herrera Gaitán


16583Chantre Gregorio Belín de Baños
Maestrescuela Agustín de Olea Salazar
Tesorero Pedro de Herrera Gaitán


1658-16593Arcediano Gregorio Belín de Baños
Chantre Lucas del Campo Salazar
Maestrescuela Agustín de Olea Salazar


1659-16603Arcediano Gregorio Belín de Baños
Chantre Lucas del Campo Salazar
Tesorero Pedro de Herrera Gaitán


1660-16624Arcediano Gregorio Belín de Baños
Chantre Lucas del Campo Salazar
Maestrescuela Agustín de Olea Salazar
Tesorero Pedro de Herrera Gaitán


1662-16642Arcediano Gregorio Belín de Baños
Tesorero Pedro de Herrera Gaitán


1664-16654Arcediano Gregorio Belín de Baños
Chantre Lucas del Campo Salazar
Maestrescuela Pedro de Herrera Gaitán
Tesorero Diego de Ontiveros Hinojosa


16653Arcediano Gregorio Belín de Baños
Chantre Pedro de Herrera Gaitán
Tesorero Diego de Ontiveros Hinojosa


1666-16674Arcediano Gregorio Belín de Baños
Chantre Pedro de Herrera Gaitán
Maestrescuela Diego de Ontiveros Hinojosa
Tesorero Jacinto de Arboleda


16683Chantre Pedro de Herrera Gaitán
Maestrescuela Diego de Ontiveros Hinojosa
Tesorero Jacinto de Arboleda


16693Arcediano Pedro de Herrera Gaitán
Chantre Jacinto de Arboleda
Maestrescuela Diego de Ontiveros Hinojosa


16694Arcediano Pedro de Herrera Gaitán
Chantre Jacinto de Arboleda
Maestrescuela Diego de Ontiveros Hinojosa
Tesorero Luis de Rojas Páramo


16702Arcediano Jacinto de Arboleda
Maestrescuela Luis de Rojas Páramo


16713Arcediano Jacinto de Arboleda
Maestrescuela Luis de Rojas Páramo
Tesorero Francisco Sánchez Alvarado


16722Chantre Luis de Rojas Páramo
Maestrescuela Francisco Sánchez Alvarado


16723Chantre Luis de Rojas Páramo
Maestrescuela Francisco Sánchez Alvarado
Tesorero Agustín de Barrasa


1673-16743Arcediano Luis de Rojas Páramo
Chantre Francisco Sánchez Alvarado
Maestrescuela Agustín de Barrasa


1684-?2Deán Pedro de Arboleda Salazar
Chantre Agustín de Barrasa


1685-16863Deán Pedro de Arboleda Salazar
Arcediano Agustín de Barrasa
Tesorero Gregorio Ibáñez de Caviedes


16862Arcediano Agustín de Barrasa
Chantre Gregorio Ibáñez de Caviedes


16863Arcediano Agustín de Barrasa
Chantre Gregorio Ibáñez de Caviedes
Maestrescuela Miguel de Ressa Montoya


16864Deán Pedro de Arboleda
Arcediano Agustín de Barrasa
Chantre Gregorio Ibáñez de Caviedes
Maestrescuela Miguel de Ressa Montoya


1686-16882Arcediano Agustín de Barrasa
Maestrescuela Miguel de Ressa Montoya


1689-16951Deán, chantre y maestrescuela Miguel de Ressa Montoya


1695-16962Deán Miguel de Ressa Montoya
Chantre Francisco Javier de Salazar Betancur


1696-16973Deán Miguel de Ressa Montoya
Chantre Francisco Javier de Salazar Betancur
Maestrescuela Fernando Antonio de Salazar Betancur


1697-16994Deán Miguel de Ressa Montoya
Arcediano Jerónimo Pérez de Ubillús
Chantre Francisco Javier de Salazar Betancur
Maestrescuela Fernando Antonio de Salazar Betancur


16992Arcediano Jerónimo Pérez de Ubillús
Chantre Francisco Javier de Salazar Betancur


1700-17034Deán Miguel de Ressa Montoya
Arcediano Jerónimo Pérez de Ubillús
Chantre Francisco Javier de Salazar Betancur
Maestrescuela Fernando Antonio de Salazar Betancur


1704-17073Deán Miguel de Ressa Montoya
Arcediano Jerónimo Pérez de Ubillús
Chantre Francisco Javier de Salazar Betancur


1707-17134Deán Miguel de Ressa Montoya
Arcediano Jerónimo Pérez de Ubillús
Chantre Francisco Javier de Salazar Betancur
Maestrescuela Fernando Antonio de Salazar Betancur


17134Deán Miguel de Ressa Montoya
Arcediano Francisco Javier de Salazar Betancur
Chantre Bernardo de Inestrosa Príncipe
Maestrescuela Matheo de Castillo Bernaldo de Quirós

* En una real cédula de 1568 se menciona su nombre completo, en AGI, Patronato, “Facultad al obispo de Popayán para nombrar beneficiado”, 28 de noviembre de 1564, sig.: Patronato 195, R. 25, f. 343v.

 
 

Fuente: Elaboración propia con datos de las actas capitulares del Archivo General de la Nación, Arzobispal de Popayán, cartas de los primeros obispos de Popayán del Archivo General de Indias y de Juan Friede, Fuentes documentales para la historia del Nuevo Reino de Granada desde la instalación de la Real Audiencia en Santafé, 10 tomos, Biblioteca Banco Popular 89 (Bogotá: Editorial Andes, 1975).

Los periodos que se muestran fueron definidos a partir de los cambios de las actas capitulares con respecto a la asistencia de capitulares, o su ausencia o la renovación de la planta por promoción eclesiástica. Esto permitió diferenciar la recurrencia de las cinco dignidades en el tiempo de estudio, lo cual demuestra, primero, que fue solo una vez, entre 1621 y 1634, cuando fue posible encontrar a las cinco dignidades de la catedral en las reuniones capitulares; segundo, que las ausencias que más se evidencian en esta planta en ejercicio son las del deanazgo y la tesorería, y que, por el contrario, el arcedianato es el de mayor presencia y sobre el que recae el mayor peso de la administración del cabildo eclesiástico. También se identificó que, por cerca de siete años en una sola persona, el capitular Miguel de Ressa Montoya, recayeron los deberes de la catedral y de su cabildo, quien ascendió de maestrescuela a chantre y deán. Al revisar los nombramientos de prebendados, se denota también la ausencia de designaciones de otros candidatos, posiblemente, por la ausencia de clérigos idóneos, argumento que ya habían señalado tiempo atrás los obispos Vasco Jacinto de Contreras (1659-1666) y Pedro Díaz de Cienfuegos (1685-1690).

Incluso, a partir de la recurrencia en el ejercicio de la prebenda que se expuso en la tabla 5, es posible proponer una periodización en que se exponen los momentos de fortaleza y debilidad de esta corporación; estos periodos están definidos a partir tanto de los cortes generacionales de los capitulares como por algunas sedes vacantes o administraciones episcopales específicas, o por la presencia de un número específico de capitulares en el ejercicio de su prebenda. Estas etapas son:

• De 1548 a 1591, años en que se dan los inicios del cabildo y se denota el tipo de prebendas que necesita la corporación, así como se reconoce que la pobreza de la recaudación decimal impide el sustento de una planta capitular mayor de las cinco dignidades.

• De 1591 a 1621, periodo caracterizado por la presencia de dos fuertes autoridades que trazan el rumbo de los proyectos eclesiásticos de los que carecía el obispado: el deán Juan Montaño y el obispo fray Juan González de Mendoza, enfrentados entre sí, pero figuras que perfilaron las necesidades del obispado. En este periodo se denota la presencia continua de, al menos, tres prebendas en ejercicio.

• De 1621 a 1650, es posible identificar una incipiente estabilización de la planta catedralicia, que fluctúa entre las tres a cuatro prebendas en labores.

• De 1651 a 1660, es la etapa que corresponde a la sede vacante episcopal, de modo que es este cabildo eclesiástico el encargado del gobierno y la administración del obispado. En este corte de años, se mantienen en el cabildo los mismos capitulares (Antonio de Landaeche, Agustín de Olea Salazar, Gregorio Belín de Baños y Pedro de Herrera Gaitán), como muestra de un corte generacional que por veinte años se encargó de los asuntos eclesiásticos payaneses permaneciendo o ascendiendo en las prebendas del cabildo catedral.

• De 1660 a 1688, etapa en que se mantienen de manera oscilatoria cuatro prebendas, es justo la época de mayor estabilidad episcopal por el protagonismo de los obispos de este periodo.

• De 1689 a 1695, momento de crisis del cabildo catedral, el cual en un tiempo prolongado solo tiene un prebendado.

• De 1695 a 1714, etapa de estabilización del cabildo catedral que logra mantener a cuatro prebendados presentes de manera continua en las reuniones del cabildo.

La ausencia de ciertas dignidades en específico muestra a la vez el problema en el cumplimiento de ciertas responsabilidades y labores vinculadas a estos cargos. Por ejemplo, la falta del chantre lesionaba las labores del coro y de la presencia musical en la catedral, y la ausencia de un tesorero incrementaba los inconvenientes en la administración de los dineros que correspondían a la fábrica de la catedral. Esto llevó a que el resto de los prebendados asistentes a las reuniones capitulares asumieran, por ende, compromisos que no estaban adscritos a su cargo. No está de más presentar una conclusión preliminar: la falta de consolidación de la planta del cabildo eclesiástico entendida a partir de las ausencias en el ejercicio del cargo sea por la no designación del rey, por las ausencias justificadas e injustificadas, por las muertes y licencias de los prebendados debió de ser un factor determinante para que proyectos de envergadura e importancia para esta corporación y el obispado, como la construcción de un proyecto catedralicio fuerte o el fortalecimiento de un colegio seminario, no se realizaran con vigor. Ahora bien, frente a una corporación que tiene escasamente lo necesario para funcionar, habría que revisar el rol cumplido por los obispos para mantener la majestad eclesiástica en un obispado y gobernación en que de manera temprana se ve el afianzamiento de las élites conquistadoras en las corporaciones de poder.

Finalmente, se identificó en estos ciclos colegiales que, justo en el periodo que va de 1694 a 1714, se presenta un último grupo de prebendados que muere o es promocionado entre 1714 y 1720, pues se dan las muertes sucesivas del chantre, Bernardo de Hinestrosa Príncipe, en 1715; del arcediano Francisco Antonio de Salazar Betancur, en 1717, y del deán Miguel de Ressa Montoya en 1717, lo cual dio paso a un periodo de renovación de la planta capitular que se fortalece con la llegada de un nuevo obispo, en este caso, Juan Gómez Navas y Frías (1716-1726).

Promoción eclesiástica y cursus honorum: entendiendo la movilidad capitular payanesa

Hablar de promoción obliga a pensar en la circulación de personas, redes, mobiliarios e ideas, y a considerar que esta era una posibilidad de ascenso social tanto para los eclesiásticos como para oficiales reales y militares, presente, incluso, en diversas monarquías, como la española y la portuguesa.100 La Recopilación de las leyes de Indias establecía que la presentación de candidatos para dignidades, prebendas y canonjías era realizada por los obispos y arzobispos de las iglesias indianas, quienes, además, estaban obligados a informar sobre las vacantes de las catedrales y recomendar a los sacerdotes beneméritos de sus episcopados.101 El proceso de elección de un candidato eclesiástico pasaba por el reconocimiento de las vacancias en las corporaciones de poder eclesiástico, la revisión de Relaciones de méritos y servicios y de Informaciones de oficio y parte que contenían la indagación y verificación por medio de testigos de la información brindada por estos documentos, y las recomendaciones de autoridades como prelados, gobernadores, oidores, presidentes de audiencia o virreyes; la elección por parte del Consejo de Indias de una terna de candidatos que se correspondía con el perfil del cargo vacante. Esta terna era presentada al rey en forma de consulta, y era el monarca quien, en definitiva, ejerciendo su responsabilidad como vicario y patrono de la Iglesia católica en sus reinos, tomaba la decisión final y procedía al nombramiento del candidato mediante cédula real.

La consulta del Consejo de Indias termina sintetizando los datos más relevantes del candidato, el documento elaborado sirve como mecanismo de enlace entre el cursus honorum, los méritos y servicios de un candidato, el perfil del cargo vacante, una breve caracterización de quienes tenían derecho al ascenso y la presentación de los candidatos que, a juicio de los consejeros, cumplían con los requisitos para el nombramiento. Estos requisitos que, además, definían un perfil en general estaban referidos a la preferencia de clérigos letrados de las universidades de Lima y México, o de los colegios seminarios, o que hubieran servido ya en las iglesias catedrales de los reinos, o hubieran sido doctrineros de indios y extirpado idolatrías.102 He aquí el porqué de la importancia de las consultas que son la mejor evidencia histórica del ejercicio de poder relacional entre el rey, el Consejo de Indias y las corporaciones eclesiásticas. Hay que mencionar que este documento tiene algunas variaciones en su contenido a lo largo del siglo XVII, pues hay periodos en que solo se presenta la terna de candidatos con los cargos que poseían, mientras en otras se sintetizaban los méritos, los servicios y las recomendaciones de mayor importancia. En este último tipo de consultas, es posible, incluso, saber cuál fue la elección de candidatos para la terna hecha por cada consejero de Indias.103 También fue posible estudiar otro tipo de consultas, que, según Lucrecia Enríquez,104 surgían de las recomendaciones hechas por los obispos, caracterizadas por ser una lista de candidatos, en el caso payanés, del clero secular que podía aspirar al nombramiento en una prebenda vacante en el capítulo catedral.

No obstante, esta circulación está constituida por diversos movimientos definidos según la corporación en que se diera el nombramiento. Estos pueden ser los siguientes: a) internos, es decir, en el interior de una misma corporación en una misma localidad; b) externos, cuando se pasa de una corporación a otra, en un mismo lugar o en otra geografía; c) ascensos, cuando se accede a un cargo mejor y mayor respecto de renta, responsabilidad y prestigio; d) permanencias, cuando indiferente del cargo se permanece en una corporación por largo tiempo, y e) descensos, cuando se pasa a otra corporación, pero en un cargo menor o en otro lugar sin mayor prestancia económica o política con respecto al que se poseía.

Presentaré inicialmente las promociones externas. No fue muy profusa la movilidad de capitulares de Popayán a otras catedrales indianas. No obstante, los casos que se presentan muestran una lógica de circulación que pone de relieve la vinculación entre el arzobispado metropolitano de Santa Fe, el obispado de Quito, el obispado de Cartagena y el obispado de Popayán. Hay que dejar claro, en primera instancia, que los capitulares designados para el cabildo catedral de Popayán no provienen de otras catedrales y, por ende, no poseen cargos anteriores. De los cincuenta prebendados nombrados por el Consejo de Indias para ocupar un cargo en el cabildo catedral del obispado de Popayán, solo Andrés del Campo Salazar pasó de ser deán de la catedral de Huamanga en el Perú a chantre de la Catedral de Popayán,105 lo cual podría ser considerado como un descenso dada la preeminencia del obispado peruano sobre el payanés. Así, una buena parte de los capitulares consultados fueron clérigos o curas beneficiados de distintas parroquias y obispados (tabla 6).

Tabla 6. Cargos anteriores de los capitulares del cabildo catedral de Popayán, 1546-1714


NombreParroquia
Melchor de HenaoCura beneficiado de Cali (Popayán)
Juan GuijarroCura beneficiado de Anserma (Popayán)
Francisco HernándezCura de Anserma y Arma (Popayán)
Juan Jiménez de RojasCura de Anserma (Popayán)
Alonso OrtizCura de Pasto (Quito)
Gregorio Rodríguez FrancoDiácono de La Paz, vicario de Machacay (Los Charcas)
Juan MontañoCura beneficiado de Cali (Popayán)
Miguel de UrdagayaCura de la Catedral de Guadalajara, cura de las minas de Zacatecas, cura beneficiado de Caramancholes (Alcalá)
Hernán Ponce de LeónCura beneficiado de Cali (Popayán)
Francisco Vélez de ZúñigaCura beneficiado de San Sebastián (Quito), cura beneficiado de Almaguer, cura beneficiado de Juanambú (Popayán)
Fernando de OruñaCura de Santo Tomé de Guayana (Caracas), cura coadjutor de Santa Fe de Antioquia (Popayán)
Francisco Ramírez FloriánDoctrinero de Gámeza (Santa Fe), Caloto y Buga (Popayán), cura de Cali y Popayán (Popayán)
Fernando de SolórzanoCura beneficiado de Cartago, Buga y Cali (Popayán)
Juan González MaldonadoCura rector de la catedral (Popayán)
Antonio de LandaecheCura beneficiado de Talabique, Bochín, Cumica (Panamá); capellán de la aduana de San Francisco de Cruces (Panamá)
Lucas del Campo SalazarCura de la catedral de Huamanga, cura de T imaná, Almaguer y La Plata (Popayán)
Juan DávalosCura de Cartago y de San Lesmes de Supía (Popayán)
Pedro de Herrera GaitánCura beneficiado de Cali y Buga (Popayán), cura coadjutor de Antioquia (Popayán)
Francisco Sánchez AlvaradoSacristán Mayor, cura rector de la Catedral (Popayán)
Cipriano de SalcedoCura beneficiado de Mompós (Cartagena)
Pedro Domínguez de MonroyCura interino de Guacarí y Timaná, cura vicario de Guambía (Popayán), cura de Chillo y Píllaro (Quito)
Miguel de Ressa MontoyaCura de Guambia (Popayán)
Francisco Javier de Salazar BetancurCura de Guambia, Roldanillo y Caloto (Popayán)
Fernando Antonio de Salazar BetancurCura de La Cruz y San Juan del Pongo, cura beneficiado de Buga (Popayán)
Bernardo Inestrosa PríncipeCura rector de la catedral de Popayán

Fuente: Elaboración propia con datos de las actas capitulares del Archivo General de la Nación, Arzobispal de Popayán, cartas y documentos del Archivo General de Indias.

Varios capitulares iniciaron su carrera eclesiástica siendo curas de algunos de los beneficios parroquiales de los obispados de Popayán, Quito, Caracas, Panamá, Guadalajara, Huamanga y Los Charcas, el arzobispado de Santa Fe y el Colegio Mayor de Alcalá de Henares. Solo se presenta un caso de circulación entre la Nueva España y Popayán, el de Miguel Urdagaya, lo que demuestra que las catedrales novohispanas no estaban incluidas en este circuito de promoción con la América meridional, situación que merecería un análisis más amplio en el caso de los arzobispos y capitulares de la Catedral de Lima y de la Catedral de México. Ahora bien, esto expone una lógica de circulación para el obispado payanés: los candidatos promocionados eran, por lo general, curas beneficiados o doctrineros, circulación que debía repetirse en otros obispados indianos considerados por la Corona como de bajo perfil o mejor referidos por el Consejo de Indias como “obispados de esta clase”.106 Esta afirmación surge de la revisión del catálogo y de los documentos que constituyen las consultas del Consejo de Indias en que se develó que los candidatos que se consideraban para ocupar algunas de las prebendas de la Catedral de Popayán eran, en primera instancia, los capitulares de esta corporación y aquellos curas del obispado de los que el Consejo tenía conocimiento que eran clérigos (“en esta iglesia no se proveen más que las cinco dignidades y no se sabe quién es cura”107), seguido de algunos capellanes y clérigos de otros obispados que eran considerados de último lugar. Además, el Consejo de Indias identificó que los prebendados que eran propuestos para el cabildo catedral de Popayán no iban a servir sus prebendas “por el corto útil de sus rentas”.108