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Arango, Gonzalo, 1931-1976

Reportajes: tomo I / Gonzalo Arango; prólogo de Jotamario Arbeláez. –Medellín: Editorial EAFIT, Corporación Otraparte, 2021.

352 p.; 20 cm.-- (Biblioteca Gonzalo Arango)

ISBN 978-958-720-731-6

ISBN 978-958-720-732-3 (Versión EPUB)

1. Arango, Gonzalo, 1391-1976 – Entrevistas. 2. Reportajes. 3. Literatura colombiana – Siglo XX. 4. Crónicas periodísticas. 5. Nadaísmo I. Arbeláez, Jotamario, pról. II. Hoyos, Juan José, epíl. III. Tít. IV. Serie

C868 cd 23 ed.

A662

Universidad EAFIT – Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría Villegas

REPORTAJES

TOMO I

PRIMERA EDICIÓN: OCTUBRE DE 1993, EDITORIAL UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA - BIBLIOTECA PÚBLICA PILOTO

SEGUNDA EDICIÓN: FEBRERO DE 2003, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

PRIMERA EDICIÓN EN LA COLECCIÓN BIBLIOTECA GONZALO ARANGO, MEDELLÍN, OCTUBRE DE 2021

De esta edición:

© Corporación Otraparte

© Editorial EAFIT

Carrera 49 # 7 Sur - 50, Medellín. Tel. 261 95 23

http://www.eafit.edu.co/fondo

Portal de libros: https://editorial.eafit.edu.co/index.php/editorial

Correo electrónico: fonedit@eafit.edu.co

ISBN: 978-958-720-731-6

ISBN: 978-958-720-732-3 (versión EPUB)

Edición y corrección: Cristian Suárez Giraldo y Gustavo Restrepo

Diseño y diagramación: Alina Giraldo Yepes

Imagen de carátula: intervención de una fotografía de Nereo López Meza

Prohibida la reproducción total o parcial, por cualquier medio o con cualquier propósito, sin la autorización escrita de la editorial

Universidad EAFIT | Vigilada Mineducación. Reconocimiento como Universidad: Decreto Número 759, del 6 de mayo de 1971, de la Presidencia de la República de Colombia. Reconocimiento personería jurídica:

Número 75, del 28 de junio de 1960, expedida por la Gobernación de Antioquia.

Acreditada institucionalmente por el Ministerio de Educación Nacional hasta el 2026, mediante Resolución 2158 emitida el 13 de febrero de 2018

Editado en Medellín, Colombia

Diseño epub: Hipertexto – Netizen Digital Solutions

Contenido

NOTA EDITORIAL

PRENSA Y SENSACIÓN

Jotamario Arbeláez

GONZALO ARANGO: UNA ENTREVISTA DE LUCY NIETO DE SAMPER

Reportajes

1955

FERNANDO BOTERO EXPONDRÁ EN BOGOTÁ LA PRÓXIMA SEMANA

1965

FANNY, EL FESTIVAL DE ARTE DE CALI

EL CHOCÓ

TRÁILER FUGAZ DEL FESTIVAL DE CALI

GENIO Y LOCURA EN EL FESTIVAL DE ARTE DE VANGUARDIA

1966

REPORTAJE EN ONDA CORTA

EDUARDO MENDOZA VARELA

HERNANDO GIRALDO

URIEL OSPINA

LUCIANO JARAMILLO

ROSA MARÍA SMITH

EL POETA X-504: UN ARTISTA CON PLACA DE CARRO

UN MILITANTE DE LA BELIGERANCIA: JOSÉ GUTIÉRREZ

MARITZA URIBE DE URDINOLA

J. MARIO

FERNANDO SOTO APARICIO

ROGELIO ECHAVARRÍA

EDUARDO ESCOBAR

PABLUS GALLINAZO

HÉCTOR ROJAS HERAZO

ELMO VALENCIA

ALBA LUCÍA ÁNGEL

EL AUTOR DE EL TERREMOTO: GERMÁN PINZÓN

HERNÁN DÍAZ

CARNET DE ESCLAVA

HOMENAJE A BRETON

ALBERTO AGUIRRE

EL POETA MARIO RIVERO DE ENVIGADO, ANTIOQUIA

ÁLVARO BARRIOS

CHOCÓ EN LLAMAS

HUMBERTO NAVARRO

CARTAGENA PIRATA

EPÍLOGO

LOS REPORTAJES DE GONZALO ARANGO

Juan José Hoyos

NOTAS AL PIE

NOTA EDITORIAL

La presente edición de Reportajes recoge los textos que se publicaron en la edición de la Universidad de Antioquia (2003), así como la selección de artículos y la división en dos tomos de dicha versión. Para esta Colección Biblioteca Gonzalo Arango, editada por la Editorial EAFIT y la Corporación Otraparte, conservamos ese sentido de continuidad y unidad estética en las obras de Gonzalo Arango, buscando que los lectores encuentren en los textos, revisados nuevamente, la claridad y la insolencia con que él reportó su mundo.

El centro de este primer tomo son los reportajes dedicados al ambiente artístico de los sesenta, al nadaísmo y sus escritores, que también fueron sus amigos, y a algunas personalidades importantes del momento. Una especie de biografismo del interior, al que alude Gonzalo Arango para interpelar a sus entrevistados, pone en evidencia simultáneamente la conciencia histórica de la época. Una mayéutica a la inversa, donde parece ser Aliocha –seudónimo con que Arango firmó estos reportajes– quien devela las verdades de los interlocutores, va configurando auténticos relatos donde los personajes resultan ser, más bien, construcciones suyas.

Así, el carácter literario en el periodismo de Arango no queda en suspenso totalmente; en realidad, se confirma, como bien lo señala Juan José Hoyos en el epílogo que cierra esta edición.

Cristian Suárez Giraldo

Editor

Prensa y sensación


Al hombre que puso la poesía en estado de alerta, la regó por todo el país y la insufló de manera indeleble en el alma de la juventud, ahora se le quiere desconocer el título de poeta. Por fortuna para su prosa, se dice, la dedicó al periodismo. Pero creo que fue para pagar su plato de frijoles, única comida diaria que se permitía ya avanzada la noche, que tuvo que alquilar su pluma a la prensa. Era, además, la posibilidad abierta de mantenerse en contacto con su público y con sus escritores amigos.

La pasión por la creación le quitaba el sueño. Gracias a su insomnio y a su máquina de escribir de letras cuadradas dejó un caudal de literatura asombrosa expresada en todos los géneros: el poema, el cuento, la novela, el teatro, el ensayo, el panfleto, la carta. Su correspondencia se considera entre las más bellas de la tierra. Muchas de sus obras inéditas conocieron el fuego. Se encuevaba para la poesía y solo para practicar el periodismo retornaba al mundo de los humanos. Y en el periodismo hizo a su vez maravillas: reportajes, crónicas, comentarios de arte y de libros, artículos, columnas. Era un periodismo de combate, de denuncia, de hostigamiento. Pero también de un lirismo blasfemo y un tono juguetón y sarcástico.

 

Con la fundación del nadaísmo se le abrieron unas puertas y se le cerraron otras. Entre las siempre abiertas estuvieron las cárceles y las redacciones de los periódicos. Gonzalo sabía cómo capturar al lector, atraparlo y envolverlo. Los policías sabían hacer lo propio con él.

Todos los periódicos de Colombia y todos sus suplementos publicaron sus colaboraciones, gratis y remuneradas. Tuvo columnas en El Tiempo (Signo de Escorpión y Bolsa de Valores), en La Nueva Prensa (Todo y Nada), en El País (El Callejón de las Chuchas), en El Heraldo (Heraldo Negro), y la Última Página de Cromos. Dirigió durante ocho números su propia revista: Nadaísmo 70; y fue colaborador estelar de Esquirla, La Viga en el Ojo, El Ojo Pop y el suplemento de El Expreso, órganos nadaístas en distintas épocas. En el semanario Contrapunto de Jaime Soto publicó por entregas sus memorias de presidiario. Los periódicos se compraban para leer a Gonzalo Arango, y Gonzalo Arango muchas veces no tenía para comprar los periódicos donde escribía.

Don Camilo Restrepo, director de Cromos, lo convirtió en su pupilo. Le dio su voto de confianza y lo primero que hizo el Profeta fue presentar en una serie de entrevistas a sus compañeros de generación, mezcladitos con otros importantes personajes del mundo de la cultura. Y los altos personajes de la política comenzaron a aspirar a ser entrevistados por el insolente. Eso daba prestigio y puntaje. Gonzalo hizo unas pocas incursiones en eso tan espinoso y tiró la toalla. Entonces se dedicó a narrar sus aventuras de la errancia. Sus crónicas de Gonzalo el Simbad, en alta mar; o por los caminos de Francisco el Hombre; o en el Pacífico; en las islas de San Andrés y en el Vaupés.

Del itinerario periodístico de Gonzalo, en su primera fase, la de crónicas y entrevistas, da cuenta este libro. La segunda parte contendrá lo que fueron propiamente sus columnas. Hace diecisiete años que Gonzalo Arango leyó un periódico por última vez. Tal vez lo iba leyendo en el vehículo de servicio público cuando recibió la dentellada de un bólido. Sin embargo, lo seguimos leyendo, como si fuera un escritor de ultratumba, porque entidades generosas quieren revivirlo en el corazón de la juventud, tan necesitada hoy de paradigmas.

Jotamario Arbeláez

Bogotá, marzo de 1993

Gonzalo Arango: una entrevista de Lucy Nieto de Samper


Gonzalo Arango es mejor hablado que leído. El agresivo escritor nadaísta cuya filosofía tiende a destruir todos los mitos, todos los valores; a soltar, pudiéramos decir, todas las amarras que atan a los seres humanos a las normas establecidas, es personalmente un hombre tímido, mesurado al hablar… y hasta sencillo… Su misión, en este mundo, es vivir…, en todo el sentido de la palabra, llevándose de calle la moral, el orden, las buenas costumbres… Pero con todo y esas libertades, Gonzalo Arango no es feliz. Es un atormentado, un hombre en muchos sentidos frustrado, un solitario… “Los nadaístas somos muy desgraciados”, afirma; “además la felicidad no existe sino como un estado de plenitud anímica, que se da por oposición al dolor. Somos trágicos, pero paradójicamente podríamos llamarnos felices…, porque no nos atamos. Gozamos con irresponsabilidad. No tenemos moral”.

En el ambiente convencional en que lo entrevistamos –una pastelería–, ante una mesa con mantel almidonado y florero con rosas en el centro, parecería desubicado, ya que lo imaginamos mejor instalado en buhardillas, envueltas en humo, rodeado de hombres con pelo largo y mujeres de slacks. Pero no hay tal. Él, según nos lo confesó, ha dejado un poco de lado esa vida bohemia, para “trabajar en serio”, y a menudo se sienta ahí, ante esa misma mesa, para escribir y observar, naturalmente con ojo crítico, el mundo que lo rodea…

“LA TIMIDEZ ME HA LANZADO A LA AGRESIVIDAD”

Gonzalo Arango es, personalmente, todo lo contrario de lo que aparenta. No es el hombre agresivo, violento, escandaloso que se adivina en sus escritos… Es humilde, sencillo y habla en un tono casi dulce… “La timidez me ha lanzado a la agresividad”, explica; agresividad que para sus amigos de Cali a veces no es suficiente. Por blando, quemaron su imagen en una ceremonia que se realizó en aquella ciudad hace unos años. “Eso está bien”, afirma el padre del nadaísmo, que se encoge de hombros porque los discípulos sepan más que el maestro… “El nadaísmo no es una dictadura de conciencia. Es una posición crítica”.

Sobre la mesa hay varios ejemplares de su manifiesto al Homo sapiens. Es un manifiesto escandaloso, escrito quizás para hacer cierta la apreciación de los académicos, en un “lenguaje de alcantarilla”… ¿Cuál es la intención de ese repugnante mensaje?, le preguntamos. Afán publicitario, exhibicionismo… Él lo reconoce así. “El mejor método de persuasión es el escándalo. Somos exhibicionistas porque nos amamos mucho a nosotros mismos. Uno es más importante que todo. El espíritu hay que imponerlo con los mismos métodos con que se impone una pomada. Aspiramos a que nuestra inmortalidad nos la den por anticipado… Somos trágicos y por eso humoristas... El humor es trágico. Es el valor más alto y refinado de la inteligencia. Ser trágico es fácil: basta existir”…

“TUVE USO DE RAZÓN A LOS VEINTE AÑOS”

A pesar de que tal vez muchos lo saben, le pedimos una definición concreta del nadaísmo. Él explica: “Es la negación de todo lo muerto y la afirmación de todo lo que está vivo. Tenemos una actitud frente a la política, a la religión, a la estética. La estética nadaísta es una trampa de ratón, y hay que saber la forma de roer el queso sin quedar atrapado… No nos sometemos a ningún precepto, porque limitaríamos la libertad creadora: porque esa libertad es el valor esencial del arte”.

Gonzalo Arango interrumpe a menudo sus disertaciones para mirar al vacío… Medita sus respuestas y algunas las subraya con una sonrisa maliciosa… Se burla de todo, se ríe del mundo y de sus semejantes. A veces reconoce que es loco, pero sin embargo afirma: “He estado en contacto con psicoanalistas y he descubierto que los locos son ellos… Yo soy muy cuerdo… Ellos están llenos de complejos”…

OPINIONES PARA LUCY

¿ Qué pienso de la vida?

Que es un inventico estupendo.

De la muerte

Por desgracia existe, pero tengo fe en que los rusos inventarán la inmortalidad antes de morirme. Si la inventan prometo volverme comunista.

De las mujeres

Solo por las mujeres vale la pena vivir, y hasta escribir. Dios tuvo una idea genial al inventarlas.

Del matrimonio

Es excelente para los que no tienen nada qué hacer con su vida. Es una institución muy moral, pero va contra la naturaleza. No me gusta en absoluto. No creo que tenga mucho corazón para soportar una mujer a mi lado doce horas de día y doce de noche. Esto requiere no solo mucha paciencia sino mucho coraje.

De los hombres que se matan por las mujeres

Que son bobos. Al contrario, a mí las mujeres siempre me han servido para no matarme. Toda mi vida y todo mi pensamiento gira en torno de una mujer, de dos…, hasta de media docena. Debe ser por esto que Elena Araújo, la crítica, dice que mi literatura es frívola. Cosa que es cierta, porque yo no soy un intelectual sino un vividor.

De la fidelidad

Existe, pero no hay que creer en ella. Y es muy admirada por los fieles como todos los mitos.

De no haber fundado el nadaísmo, ¿qué habría hecho con su vida?

Supongo que lo peor, como casarme, o haberme suicidado. Todo parecía indicar que iba a ser abogado, pero afortunadamente cierta inclinación a torcerlo todo me desvió del Derecho.

¿Cree en el horóscopo?

Creo que la línea de mi vida, según los astros, es una línea curva, difícil y que conduce a la gloria.

¿Qué métodos o sistemas usa para escribir?

Ninguno. Yo soy un desordenado, un antimétodo, un anti-todo. Trabajo toda la noche porque nunca puedo dormir. Escribo, fumo, medito, hago infinidad de carras, y cuando me siento estúpido me emborracho. Luego me acuesto a las ocho de la mañana y duermo hasta que despierto. He deseado vivir libremente como los pájaros. Me encanta no tener dinero, sufrir, y no tener que trabajar en una oficina. Por lo demás, soy el escritor que más trabaja en Colombia. En cierto sentido, soy un santo.

¿Se casaría?

No, nunca, los santos no nos casamos. Sinceramente me considero el peor partido para una mujer. Y algo muy terrible: soy un solitario. Las mujeres me agradan mucho por un rato, pero no para toda la vida. La estupidez humana me ofende, me escandaliza.

A duras penas me soporto a mí mismo. Además, soy psicópata.

La gente tiene la opinión de que usted es loco. ¿Usted qué piensa?

Pienso que la gente es muy estúpida y se mete en lo que no entiende, ni le importa. Y además sí soy loco.

¿Se siente un gran escritor?

No, en absoluto, me siento limitado, infinitamente insignificante. Cuando pienso en lo poco que valgo, me da mucha lástima.

Pero ¿está orgulloso de sus libros?

No, todos los que he publicado me parecen basura, ni siquiera siento remordimiento por ellos, a lo sumo desprecio.

¿Para los nadaístas existe la inspiración?

Sí, porque a pesar de todo los nadaístas también tenemos un alma. Pero no creo en la inspiración al estilo romántico. Es más bien ciertas condiciones especiales que hacen posible la creación. No le puedo decir cuáles son esas condiciones, porque son un misterio, y aunque las poseo, no las conozco. Por ejemplo, yo sé que escribí mi novela Punta de Cielo en un mes de delirante embriaguez… Estaba abonado para el milagro. Y, sin embargo, sé que bajo otro estado diferente, esa misma obra no la habría podido escribir en dos años. La verdad es que yo no soy un escritor profesional, ni un intelectual de uso corriente, yo me siento un instintivo, un pasionario. Me agrada definirme con una frase de Lawrence, esa de que la obra nace por pasión en mí como los besos.

¿Qué le parecen las intervenciones políticas del Padre Camilo Torres?

No me parecen políticas, sino muy cristianas y humanitarias. El mismo Cristo, para demostrar que era Dios, tuvo que venir a este mundo a predicar su doctrina de amor. Camilo no hace otra cosa que recordarnos la doctrina de Cristo con palabras nuevas, pero con idénticas ideas a las que tuvo el cristianismo primitivo. No hay que olvidar que también Jesús era un político de este mundo, que era un antioligarca, un antiimperialista, y un revolucionario como Camilo, y que por eso los van a crucificar a los dos. Este curita es formidable y me encanta porque se volvió nadaísta, por lo cual yo estoy pensando volverme cristiano, para que juntos luchemos por aquello que decía Camus: los que luchan por la justicia, luchan, en última instancia, por la belleza.

¿En qué trabaja actualmente?

Acabo de grabar un long play con textos nadaístas para los Almacenes Bambuco, creo que será un éxito. A pesar de que yo no me admiro mucho, la juventud me quiere. Pero no me gusta que se ponga tanta fe en mí porque eso me crea compromisos. Detesto sentirme responsable, eso limita mi vida y mi libertad. No quiero responder a nadie de mis actos, ni a Dios ni a los hombres.

 

El fundador del nadaísmo es el decimotercero hijo de una familia antioqueña. Se ha desligado completamente de todos sus parientes… “No quisiera molestarlos”, afirma… “Ellos no están de acuerdo con mis ideas”… Nació en Andes, un pueblecito pequeño, y empezó a estudiar abogacía en la Universidad de Antioquia. “Iba en segundo año de Derecho (en 1952), cuando me di cuenta de que la justicia colombiana era letra muerta. Me decepcioné… En esos días había perdido los valores religiosos… y entonces se operó en mí una gran crisis… Empecé a buscar nuevos valores que justificaran mi vida. Ese valor fue el arte. Descubrí una vocación literaria… Nunca pensé en ser escritor”.

“Yo tuve uso de razón a los veinte años… Antes no había meditado en los valores… Cuando lo hice, los encontré deleznables… No resistían el análisis ni la crítica… Me volví racionalista a través de la cultura… La razón destruye la fe...”. Gonzalo Arango es el resultado natural de las sociedades fanáticas… “Una sociedad necesita equilibrarse produciendo locos… Es el caso de Fernando González… Nosotros somos sus discípulos… Y los herederos de su inconformismo”.

“LA LITERATURA ES UN OCIO”

La ocupación de Gonzalo Arango aparte de vivir es escribir, aunque en verdad tratándose de un nadaísta esa no es ocupación alguna. Considerarla como tal sería desconocer la filosofía. Y ya lo dijo Jotamario: “Para nosotros, la literatura no es un oficio sino un ocio”… Y en ese ocio han conquistado posiciones. Hace un año, en el Festival de Cali, las obras nadaístas se llevaron todos los premios. Y Gonzalo Arango anota: “El nadaísmo es la generación de vanguardia más importante de América… La filosofía de la juventud es el nadaísmo… Si no existiera el nadaísmo, no existiría literatura colombiana nueva”.

Para sacar a Arango de su nadaísmo, para ubicarlo en una órbita diferente, le hacemos preguntas idiotas. Por ejemplo: “Defina el esnobismo”… Después de pensarlo, responde, siempre con su sonrisa burlona, apretando los ojos: “El esnobista es un ser que se asoma al espejo y le di ce a su imagen: hoy sí que estás inteligente”… La definición de burgués se queda entre el tintero… Nos responde con una pregunta: “¿Usted es burguesa?”. (¿Seremos burguesas? No lo sabemos. Le pedimos a Arango que defina la burguesía para saberlo…). Pero él pasa a otro tema, no sin antes advertirnos… “Yo soy un burgués…, pero no sé cómo soy”…

Los nadaístas, dice Gonzalo Arango, son reacios a militar en ningún partido político, pero el nadaísmo representa una porción revolucionaria en el campo de la literatura que es afín a la revolución política y social. “Nos conservamos al margen de la política para ser más revolucionarios”… Y cuenta una anécdota quizás ya conocida: cuando Alfonso López Michelsen lanzó aquella frase de combate que decía: “Pasajeros de la revolución, subid a bordo”, Arango y sus amigos le pusieron un telegrama que decía: “Nosotros somos pasajeros de la revolución, pero gracias: no viajamos en tercera”.