La sostenibilidad

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La sostenibilidad
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Título original portugués: Sustentabilidade.

O que é – O que não é

Traducción: Jesús García-Abril Diagramación de portada: Estudio Creativos

© Leonardo Boff, 2012

Petrópolis (Brasil)

www.leonardoboff.com

© 2017 Ediciones Dabar, S.A. de C.V.

Mirador, 42. Col. El Mirador

04950, México, D.F.

Tel. (55) 5603 3630, 5673 8855, 5603 3674

E-mail: contacto@dabar.com.mx www.dabar.com.mx

ISBN: 978-607-612-136-8

Hecho en México.

Índice

PRÓLOGO

PRIMERA PARTE

SOSTENIBILIDAD: CUESTIÓN DE VIDA O MUERTE

1. Desafìos actuales para la construcción

de la sostenibilidad

2. La insostenibilidad del actual orden socio-ecológico

a. La insostenibilidad del sistema económico-financiero mundial

b. La insostenibilidad social de la humanidad a causa de la injusticia mundial

c. La creciente disminución de la biodiversidad: el antropoceno

d. La insostenibilidad del planeta Tierra: la huella ecológica

e. El calentamiento global y el riesgo del final de la especie

f. Conclusión: fieles a la Tierra y amantes del autor de la vida

SEGUNDA PARTE

LOS ORÍGENES DEL CONCEPTO DE SOSTENIBILIDAD

1. La prehistoria del concepto de “sostenibilidad”

2. La historia reciente del concepto de “sostenibilidad”

TERCERA PARTE

CRÍTICA Y ANÁLISIS DE LOS MODELOS DE SOSTENIBILIDAD ACTUALES

1. El modelo estándar de desarrollo sostenible: sostenibilidad retórica

2. Mejoras en el modelo estándar de sostenibilidad

3. El modelo del neocapitalismo: ausencia de sostenibilidad

4. El modelo del capitalismo natural: la sostenibilidad débil

5. El modelo de la economía verde: la sostenibilidad ilusoria

 

6. El modelo del ecosocialismo: la sostenibilidad insuficiente

7. El modelo del ecodesarrollo o de la bioeconomía: la sostenibilidad posible

8. El modelo de la economía solidaria: la micro-sostenibilidad viable

9. El buen vivir de los pueblos andinos: la sostenibilidad deseada

CUARTA PARTE

CAUSAS DE LA INSOSTENIBILIDAD DEL ORDEN ECOLÓGICO-SOCIAL

1. Visión de la Tierra como cosa y baúl de recursos

2. El antropocentrismo ilusorio

3. El proyecto de la modernidad: el imposible progreso ilimitado

4. Visión parcial, mecanicista y patriarcal de la realidad

5. El individualismo y la dinámica de la competición

6. Primacía del desperdicio sobre el cuidado, del capital material sobre el capital humano

QUINTA PARTE

PRESUPUESTOS COSMOLÓGICOS Y ANTROPOLÓGICOS

PARA UN CONCEPTO INTEGRADOR DE SOSTENIBILIDAD

1. Qué es un paradigma nuevo y una nueva cosmología

2. Elementos de la nueva cosmología, base de la sostenibilidad

a. El vacío cuántico: la Fuente Originaria de todo ser

b. Las cuatro expresiones de la Energía de Fondo

c. Complejidad / interiorización / interdependencia

d. La tierra como superorganismo vivo: Gaia

e. Comunidad de vida versus medio ambiente

f. El ser humano como la parte consciente de la Tierra

g. Rescate de la razón sensible y cordial

h. La dimensión espiritual de la Tierra, del universo y del ser humano

3. El cuidado esencial, componente de la sostenibilidad

4. La vulnerabilidad de toda sostenibilidad

SEXTA PARTE

HACIA UNA DEFINICIÓN INTEGRADORA DE SOSTENIBILIDA D

1. La relevancia de la era Ecozoica

2. La superpoblación humana

3. Estrategias para la seguridad alimentaria de la humanidad

4. La gobernanza global del sistema-Tierra y del sistema-vida

5. Intento de una definición integradora de sostenibilidad

 

SÉPTIMA PARTE

SOSTENIBILIDAD Y UNIVERSO

OCTAVA PARTE

SOSTENIBILIDAD Y LA TIERRA VIVA

1. Los frentes de la sostenibilidad para la Tierra

2. La renovación del contrato natural Tierra-Humanidad

NOVENA PARTE

SOSTENIBILIDAD Y SOCIEDAD

1. Rescatar el sentido originario de “sociedad”

2. La democracia socio-ecológica, base de la sostenibilidad

3. Cómo podría ser una sociedad sostenible

DÉCIMA PARTE

SOSTENIBILIDAD Y DESARROLLO

1. Presupuestos para la sostenibilidad

2. Cómo pasar del capital material al capital humano

3. La viabilidad ecológica de un desarrollo sostenible

4. Sostenibilidad y capital social regional

5. Sostenibilidad y satisfacción de necesidades fundamentales

6. Indicadores de un desarrollo sostenible

7. Cómo pasar del capital humano al capital espiritual

DÉCIMO PRIMERA PARTE

UN EJEMPLO DE SOSTENIBILIDAD: “CULTIVANDO AGUA BUENA”

1. Qué es y qué pretende el proyecto “Cultivando agua buena”

2. Sensibilización de las comunidades y opción por el biorregionalismo

3. La vigilancia basada en la participación y el voluntariado

4. Importancia de la medicina naturista

5. Producción orgánica sostenible y la acuicultura

6. La aplicación de una ecología integral y su irradiación en el mundo

7. La proyección de un sueño de coeducación sostenible

DÉCIMO SEGUNDA PARTE

SOSTENIBILIDAD Y EDUCACIÓN

1. Una educación ecocentrada

2. Principios orientadores de una ecoeducación sostenible

DÉCIMO TERCERA PARTE

SOSTENIBILIDAD E INDIVIDUO

1. La sostenibilidad del hombre-cuerpo individual

2. La sostenibilidad del hombre-psique individual

3. Sostenibilidad del hombre-espíritu individual

Conclusión: una llamada a la cooperación y a la esperanza

PRIMER ANEXO

1. La Carta de la Tierra

SEGUNDO ANEXO

2. Pensamientos sobre sostenibilidad ecológica

Bibliografía recomendada

PRÓLOGO

Hay pocas palabras más utilizadas hoy, por parte de los gobiernos, las empresas, la diplomacia y los medios de comunicación, que el sustantivo “sostenibilidad” y el adjetivo “sostenible”. Es una etiqueta que se intenta aplicar a cualesquiera productos y a los procesos de fabricación de los mismos, para darles un valor añadido.

No podemos negar que en algunas partes se ha logrado implantar una lógica sostenible en los procesos de producción, en la agroecología, en la generación de energías alternativas, en la reforestación, en el tratamiento de materiales reciclables y en los vertederos, así como en la forma de ges- tionar los transportes. Son experimentos regionales valiosos, pero no es esa la dinámica global que se requiere frente a la degradación general del planeta, de la naturaleza y de la escasez de recursos. Son pequeñas islas en medio de un mar agitado por numerosas crisis.

Lo que se da frecuentemente es una cierta falsedad ecológica al hacer uso de la palabra “sostenibilidad” para ocultar determinados problemas de agresión a la naturaleza, de contaminación química de los alimentos y de marketing comercial con el único fin de vender y obtener beneficios. Por lo general, la mayoría de lo que se presenta como “sostenible” no lo es. Al menos en alguna fase del ciclo de vida de un producto aparece el perturbador elemento de las toxinas o de los residuos no degradables. Lo que se practica con más frecuencia es el greenwash (“pintar de verde” para engañar al consumidor que busca productos no sometidos a procesos químicos). Por eso se impone el sentido crítico y una comprensión más afinada, al objeto de saber qué es sostenibilidad y qué no lo es. Este, y no otro, es el objetivo del presente libro.

Existe una percepción generalizada de que, dado el estado en que se en- cuentra, la Tierra no tiene un futuro demasiado halagüeño. Prácticamente la mayoría de los elementos importantes para la vida (el aire, el agua, el suelo, la biodiversidad, los bosques, la energía, etcétera) se encuentra en un proceso acelerado de degradación. La economía, la política, la cultura y la globalización siguen un derrotero que no puede ser considerado sostenible, debido a los niveles de expoliación de los recursos naturales, así como de generación de desigualdades y conflictos intertribales y los consiguientes desgarros sociales que producen. Tenemos que cambiar. De lo contrario, podremos vernos seriamente afectados por situaciones de enorme drama- tismo y capaces de poner en peligro el futuro de nuestra especie y dañar gravemente el equilibrio de la Tierra.

Lo peor que podemos hacer es no hacer nada y dejar que las cosas sigan tan peligroso curso. Las transformaciones necesarias deben apuntar hacia un paradigma distinto de relación con la Tierra y la naturaleza, así como a la implementación de unos modos más benignos de producción y de con- sumo. Lo cual implica una nueva forma de civilización, más amante de la vida, más “ecoamigable” y más respetuosa de los ritmos, las capacidades y los límites de la naturaleza. Pero no disponemos de mucho tiempo para actuar ni de mucha sabiduría y voluntad de articulación entre todos para hacer frente al peligro común.

Más que nunca, habría que usar con propiedad la palabra revolución, no en el sentido de violencia armada, sino en el sentido analítico de cambio radical del rumbo de la historia, para permitir la supervivencia de la especie humana, de los demás seres vivos y de la preservación del planeta Tierra. Es en este contexto de urgencia en el que formulamos nuestras re- flexiones sobre la sostenibilidad, las cuales son únicamente iniciales y no pretenden ser concluyentes, pero quizá sí puedan animar el debate y movilizar a muchos para tratar de apagar el fuego que está consumiendo la Casa Común. Dado que todo se globaliza, la sostenibilidad, más que cual- quier otro valor, debe ser también globalizada. Si somos capaces de mirar el futuro de la humanidad y de la Madre Tierra con los ojos de nuestros hijos y nietos, inmediatamente sentiremos la necesidad de preocuparnos por la sostenibilidad y crear los medios necesarios para implementarla en todos los campos de la realidad.



PRIMERA PARTE

SOSTENIBILIDAD:

CUESTIÓN DE VIDA

O MUERTE

La Carta de la Tierra, uno de los documentos más inspiradores de los comienzos del siglo xxi, nació a raíz de una consulta realizada durante ocho años (1992-2000) entre miles de personas de diferentes países, cultu- ras, pueblos, instituciones, religiones, universidades, científicos, sabios y representantes que aún perviven de las culturas primitivas. Representa un importante grito de atención acerca de los riesgos que amenazan a la huma- nidad. Al mismo tiempo, enuncia esperanzadamente una serie de valores y principios que han de ser compartidos por todos, capaces de abrir un nuevo futuro para nuestra convivencia en este pequeño y amenazado planeta.

El texto, breve, denso y fácilmente comprensible, en cuya redacción me cupo el honor de participar junto con Mijail Gorbachov, Steven Rocke- feller, Maurice Strong y Mercedes Sosa, entre otros, se abre con una frase preocupante:

Nos hallamos ante un momento crítico en la historia de la Tierra, en una época en que la humanidad debe elegir su futuro... La elección es nuestra y habría de ser entre formar una alianza global para cuidar la Tierra y cuidar unos de otros o, por el contrario, arriesgarnos a ser destruidos y a destruir la diversidad de la vida (Preámbulo).

1. DESAFÍOS ACTUALES PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LA SOSTENIBILIDAD

¿Cómo organizar una alianza para el cuidado de la Tierra, de la vida humana y de toda la comunidad de vida y, de ese modo, superar los refe- ridos riesgos? La respuesta no podrá ser otra que la siguiente: mediante la sostenibilidad real, verdadera, efectiva y global, conjugada con el principio del cuidado y la prevención.

Aun antes de definir más apropiadamente qué es la sostenibilidad, po- demos adelantar que fundamentalmente se refiere al conjunto de procesos y acciones destinados a mantener la vitalidad y la integridad de la Madre Tierra y la preservación de sus ecosistemas, con todos los elementos físicos, químicos y ecológicos que posibilitan la existencia y la reproducción de la vida de las generaciones actuales y futuras, así como la continuidad, la expansión y la realización de las potencialidades de la civilización humana en sus distintas expresiones.

Atendiendo al tenor de la Carta de la Tierra, la sostenibilidad aparece como una cuestión de vida o muerte. Nunca antes, a lo largo de la historia cono- cida de la civilización humana, hemos corrido los riesgos que actualmente amenazan a nuestro futuro común. Tales riesgos no se reducen por el hecho de que muchísimas personas, pertenecientes a todos los niveles del saber, se encojan de hombros ante tan trascendental asunto. Lo que no podemos hacer es llegar demasiado tarde, ya sea por descuido o por ignorancia. Más vale el principio de precaución y de prevención que la indiferencia, el cinismo y la despreocupación irresponsable. El mismo papa Francisco pone énfasis en la importancia del principio de precaución:

En la Declaración de Río de 1992, se sostiene que, “cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces” que impidan la degradación del medio ambiente. Este principio precautorio permite la protección de los más débiles, que disponen de pocos medios para defenderse y para aportar pruebas irrefutables. Si la información objetiva lleva a prever un daño grave e irreversible, aunque no haya una comprobación indiscutible, cualquier proyecto debería detenerse o mo- dificarse. Así se invierte el peso de la prueba (LS, n. 186).

Si concedemos la centralidad debida a la alianza del cuidado, seguramen- te llegaremos a un periodo de sostenibilidad general que nos proporcionará alivio, alegría de vivir y esperanza de construir más historia rumbo a un futuro más prometedor.

Nuestras reflexiones van a estar orientadas por estas sabias palabras del final de la Carta de la Tierra: “Como nunca antes en la historia, el destino común nos convoca a buscar un nuevo comienzo. Lo cual requiere un cambio de mente y de corazón. Requiere, además, un nuevo sentido de interde- pendencia global y de responsabilidad universal. Debemos desarrollar y aplicar con imaginación la visión de un modo de vida sostenible a nivel local, nacional, regional y global”.

Recogiendo lo esencial de este llamamiento, conviene no olvidar los siguientes puntos:

a. La Tierra y la humanidad tenemos un destino común, pues en la pers- pectiva de la evolución, o cuando contemplamos la Tierra desde fuera, formamos una única entidad.

b. La situación actual se encuentra social y ecológicamente tan degra- dada que la continuidad en la forma de habitar la Tierra, de producir, distribuir y consumir que hemos adoptado en los últimos siglos no nos ofrece garantía alguna de salvar nuestra civilización e incluso, tal vez, a la propia especie humana; de ahí la imperiosa necesidad de un nuevo comienzo, con nuevos conceptos, nuevas visiones y nuevos sueños, sin excluir los instrumentos científicos y técnicos indispen- sables. Se trata, ni más ni menos, de refundar el pacto social entre los humanos y el pacto natural con la naturaleza y con la Madre Tierra.

c. Para esa trascendental tarea resulta urgente una transformación de la mente, es decir, un nuevo software mental o un design diferente en nuestra forma de pensar y leer la realidad con la clarividencia de que el pensamiento a que ha dado lugar esta calamitosa situación, como advertía Albert Einstein, no puede ser lo que nos libre de ella; para cambiar tenemos, por tanto, que pensar de diferente manera. Pero resulta igualmente fundamental el cambio de corazón; por indispen- sables que resulten, no bastan la ciencia y la técnica, fruto de la razón intelectual y analítica; necesitamos también la inteligencia emocio- nal y, con mayor intensidad aún, la inteligencia cordial, pues es esta la que nos hace sentir que formamos parte de un todo mayor, nos permite percibir nuestra conexión con los demás seres, nos impulsa a realizar con coraje los cambios necesarios y suscita en nosotros la imaginación para tener visiones y sueños cargados de promesas.

d. Resulta urgente desarrollar un sentimiento de interdependencia glo- bal: es un hecho incontestable que todos dependemos globalmente de todos, que hay lazos que nos ligan y religan por todas partes, que nadie es una estrella solitaria y que en el universo y en la naturaleza todo tiene que ver con todo en todos los momentos y en todas las circunstancias (Bohr y Heisenberg); tan importante como la interde- pendencia es la responsabilidad universal; lo cual significa que hay que tomar en muy alta consideración las consecuencias benéficas o ma- léficas de nuestros actos, de nuestras políticas y de las intervencio- nes que realizamos en la naturaleza, porque pueden destruir el frágil equilibrio de la Tierra y, en el caso de que hiciéramos uso de armas de destrucción masiva, fatalmente haríamos que desapareciera la espe- cie humana. Y ello significaría, durante miles de años, un retroceso evolutivo de la Madre Tierra, arruinada y cubierta de cadáveres.

e. Valorar la imaginación. Ya Albert Einstein observaba que cuando la ciencia no encuentra más caminos, es la imaginación la que inter- viene y sugiere pistas inusitadas. Hoy necesitamos imaginación para proyectar no solo otro mundo posible, sino otro mundo necesario, en el que todos tengan cabida y cuiden unos de otros, incluida toda la comunidad de vida, sin la cual nosotros mismos no existiríamos. Para nueva música, nuevos oídos; para actuar de diferente manera, debemos soñar de manera diferente.

f. El verdadero propósito se resume en crear un modo sostenible de vida. El concepto de “sostenibilidad” no puede ser reduccionista y apli- carse única y exclusivamente al crecimiento/desarrollo, que es lo que predomina en nuestros días. Debe abarcar todos los territorios de la realidad, desde las personas, consideradas individualmente, hasta las comunidades, la cultura, la política, la industria, las ciu- dades y, sobre todo, el planeta Tierra y sus ecosistemas. La soste- nibilidad es un modo de ser y de vivir que exige conciliar la praxis humana con las potencialidades limitadas de cada “bioma” y las necesidades de las generaciones actuales y las futuras.

g. En todos los niveles: local, regional, nacional y global. Esta perspectiva enfatiza la anterior para contrapesar la tendencia dominante a apli- car la sostenibilidad únicamente a las macro-realidades, desaten- diendo las singularidades locales y eco-regionales propias de cada país, con su cultura, sus costumbres y sus formas de organizarse en la Tierra. Finalmente, la sostenibilidad debe ser pensada en una perspectiva global que abarque equitativamente a todo el planeta, haciendo que el bien de una parte del mismo no vaya en detrimento de la otra. Los costos y los beneficios deben ser proporcional y so- lidariamente repartidos. No es posible garantizar la sostenibilidad de una parte del planeta sin elevar, en la medida de lo posible, a las otras partes al mismo o parecido nivel.

2. LA INSOSTENIBILIDAD DEL ACTUAL ORDEN SOCIO-ECOLÓGICO

Si miramos a nuestro alrededor, nos damos cuenta del desequilibrio que se ha apoderado del sistema-Tierra y del sistema-sociedad. Existe un malestar cultural generalizado, debido a la sensación de que en cualquier momento podrían producirse catástrofes imponderables. Veamos algunos puntos neurálgicos de la insostenibilidad generalizada, sin pretensión alguna de ser exhaustivos. Bástenos con captar las tendencias y los puntos críticos.