Los films de Almodóvar

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Los films de Almodóvar
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LOS FILMS DE ALMODÓVAR

En el cine de Almodóvar conviven la comedia disparatada, el crimen y el drama familiar, lo grotesco y lo sublime, el colorido y la musicalidad de la España contemporánea junto con el subyacer de las sombras del pasado. No obstante tal diversidad, aspectos de su vida personal, alusiones a otras artes y un profundo sustrato emocional enhebran su filmografía cual hilo conductor. Este libro examina ese hilo conductor, con especial énfasis en la capacidad del director para representar emociones en pantalla y generarlas en la audiencia.

LILIANA SHULMAN nació en Buenos Aires y emigró en su juventud a Israel. Tras una maestría en Español como Lengua Extranjera en la Universidad Antonio de Nebrija de Madrid, ejerció como profesora de español en la Universidad Abierta y en el Instituto Cervantes de Tel Aviv. A ello sumó una licenciatura en Estudios de Género y una maestría en Estudios Interdisciplinarios de Arte en la Universidad de Tel Aviv. Posteriormente, completó una tesis doctoral en la Universidad Hebrea de Jerusalén sobre el cine de Pedro Almodóvar.

LILIANA SHULMAN

LOS FILMS DE ALMODÓVAR

Un entramado de evocaciones, autobiografía y emociones


Índice

  Cubierta

  Acerca de Los films de Almodóvar

  Portada

  Dedicatoria

  Agradecimientos

  Prólogo

  Introducción

  Capítulo 1. Posture 1. La poética autobiográfica de Almodóvar y su surgimiento en el contexto del cine español 2. “Auterismo” à la Almodóvar 3. Autorreferencialidad à la Almodóvar 4. La posture autobiográfica de Almodóvar 4.1. Volver y las reminiscencias de un niño de pueblo 5. La presencia de España en la posture autobiográfica de Almodóvar 6. Doppelgänger à la Almodóvar 7. Almodóvar y el camp 8. Almodóvar y lo grotesco 9. Almodóvar y el kitsch

  Capítulo 2. Intertextualidad 1. Intertextualidad à la Almodóvar 1.1. La piel que habito, un exponente de la intertextualidad almodovariana 2. Almodóvar y la mise en abyme 2.1. Kika: una dialéctica en abismo

  Capítulo 3. Emociones 1. Las emociones en la filmografía de Almodóvar 2. Empatía, ética personal y el caso de Raimunda en Volver 3. Empatía, ética personal y el caso de Benigno en Hable con ella 4. Emociones y Julieta: un Almodóvar diferente

  Capítulo 4. Un entramado de autobiografía, intertextualidad y emociones 1. El poder sanador de la metonimia madre-pueblo 2. La madre, el pueblo y la frustración en ¿Qué he hecho yo para merecer esto! 3. Intertextualidad y posture autobiográfica en ¿Qué he hecho yo para merecer esto! 4. La madre, el pueblo y la desesperación en La flor de mi secreto 5. Leo, Doppelgänger de Almodóvar en La flor de mi secreto 6. Emocionalidad y música en La flor de mi secreto 7. Intertextualidad y posture autobiográfica en La flor de mi secreto 8. La presencia de Truman Capote en La flor de mi secreto 9. De Vieja amistad a Ricas y famosas, hasta La flor de mi secreto 10. La fascinación de la vuelta al pueblo en La flor de mi secreto 11. La añoranza a la madre muerta, el pueblo y su poder de recuperarla en Volver 12. Intertextualidad y posture autobiográfica en Volver 13. El transvase de niveles narrativos y el rescate de la madre muerta en Volver 14. Irene, ¿una madre fantasma? 15. La función clave del Doppelgänger en Volver

  Conclusiones

  Fuentes Bibliografía de Pedro Almodóvar Fuentes impresas y electrónicas Filmografía de Pedro Almodóvar (1974-2019) Filmografía general Video, audio y televisión Otras artes

  Créditos

Para Jaime, que una tarde de verano

en Buenos Aires me dio la mano.

Agradecimientos

Este libro es una oportunidad para agradecer a todos quienes me han acompañado en su escritura; en especial a mis directoras de tesis doctoral, las profesoras Ruth Fine, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, y Mihal Fiedman, de la Universidad de Tel Aviv. Gracias, Ruthie, por tu perseverancia, por esa mirada que me dirigías cuando notabas que empezaba a flaquear y por encontrar siempre la palabra que ponía en marcha mi pasión por esta investigación. Gracias, Mihal, por tu paciencia para aclarar cada punto en interminables conversaciones, por compartir conmigo tu vasta experiencia y por alimentar mi curiosidad académica con maravillosas ideas. Ha sido para mí un enorme privilegio poder contar con la guía de ambas. Agradezco a Marsha Kinder, por haber sembrado el interés académico internacional por Pedro Almodóvar ya en 1987, a tan solo siete años de su estreno como director, y a Paul Julian Smith, una constante fuente de inspiración para mí dado su análisis panorámico del cine almodovariano, amén de haber tenido la amabilidad de leer mi tesis. A mis excolegas en la enseñanza de español como lengua extranjera y queridas amigas por siempre Rosalie Sitman e Ivonne Lerner, gracias por el apoyo, el aliento y el buen criterio en sus observaciones. Gracias a Anat Zanger, Henry Unger y a Daniel Blaustein por la confianza que depositaron en mí. Gracias mil a Raanan Rein, por asesorarme y orientarme y a Karina Ramacciotti, por guiarme concretamente hacia la publicación de este libro; a Diejo Pajuelo Almodóvar, de El Deseo, y a Fran Zurián, de la Universidad Carlos III de Madrid, por el tiempo que me han dedicado. A mis hijos, Ariel, Daniela y Jonathan, y sus familias, por estar tan presentes. Y muy especialmente a Jaime, que desde aquella tarde que me dio la mano en Buenos Aires está siempre a mi lado para continuar el viaje en el que hace muchos años nos hemos embarcado juntos.

Prólogo

Paul Julian Smith

Distinguished Professor

Latin American, Iberian and Latino Cultures

 

CUNY Graduate Center

Mi primera lectura de la disertación de Liliana Shulman ha sido no solo enormemente placentera sino también muy provechosa. Es ahora una gran satisfacción saberla publicada. El motivo central de este libro es el carácter del cine de Pedro Almodóvar según la autora: una narrativa en la que el director entrelaza, cual encaje inteligentemente elaborado, hilos narrativos en los que se anudan reminiscencias personales, alusiones a otros films o al arte en general y, sumado a ellos, una profunda impronta emocional. El encaje, esa manualidad femenina típica del terruño de Almodóvar, irrumpe sorpresivamente en un plano de su undécima película, La flor de mi secreto (1995). Allí está Leo, desengañada del amor y de su trabajo, dejando el frenesí de Madrid para regresar a su aldea tras un fallido intento de suicidio. En su pueblo manchego, en el calor humano y la simpleza de la vida rural, Leo comenzará a paliar su dolor junto a su madre y un grupo de vecinas que hacen el encaje de bolillos regional cantando a coro. Almodóvar rinde homenaje a esa manualidad y a esas vecinas de su tierra justamente en una escena de este mismo film mediante una imagen tomada literalmente a través de una cortina de encaje.

Dicha imagen es más que apropiada para describir este libro, que con habilidad y delicadeza entreteje las diferentes hebras de su material investigativo creando un todo tanto académico como estético. El resultado de las extensas y meticulosas investigaciones de la autora es este volumen innovador en el contexto de los estudios sobre Almodóvar; un director que, después de casi cuarenta años y más de veinte largometrajes, es sin duda uno de los más conocidos en el mundo del cine. Los primeros tres capítulos profundizan en cada una de las tres complejas áreas que componen el encaje cinematográfico almodovariano de autobiografía, intertextualidad y emoción sugerido en el título. No obstante, cada uno de esos temas, por la misma naturaleza del trabajo del director, incursiona constantemente en cada uno de ellos. El último capítulo describe minuciosamente el entramado, la forma en que esos tres hilos interactúan y se entretejen, por medio de una profunda exploración y análisis de tres de sus películas.

Más allá de su éxito comercial y crítico (con algunas de las películas más taquilleras en España y algunos de los más prestigiosos premios del mundo, entre ellos dos Oscar), Pedro Almodóvar es, obviamente, el director de cine español más estudiado y quizás el más académicamente investigado de entre los cineastas europeos contemporáneos. El primero de los temas que trata Liliana Shulman en este libro, la autobiografía, es quizás el más familiar para los interesados en el cine de Almodóvar, puesto que es el método establecido por los críticos españoles. No obstante, la autora trata el tema con cautela. Toma en consideración las múltiples declaraciones del director sobre los vínculos entre su vida y su trabajo, pero examina los datos de manera crítica a la luz de la teoría de auteur, evitando así una expresividad ingenua. Shulman considera aquí la autobiografía como una pose o una posture, término que adopta de la terminología francesa para diferenciarlo del español “postura”. La autora promueve, por lo tanto, una lectura crítica del cine autobiográfico, evitando considerarlo como la representación inmediata de una vida. Ni siquiera en el caso de Almodóvar, quien claramente emplea su nombre y su persona como recurso clave en la promoción de su obra.

La intertextualidad, el segundo tema tratado por este libro, es ya menos estudiada hasta la fecha. La autora denota una íntima familiaridad tanto con el total de la obra de Almodóvar como con la gran cantidad de textos, a la vez cinematográficos y literarios, a los que el director hace explícita referencia en sus películas. Shulman trata la intertextualidad no solo como una excusa para enumerar referencias (aunque Almodóvar lo ha hecho de forma evidente, tanto dentro como fuera de sus películas), sino como una técnica intrínseca al posmodernismo de Pedro Almodóvar y su diálogo artístico con las artes en general. Finalmente, el interesante análisis comparativo del diálogo entre la persona cinematográfica de Almodóvar y la reconocida persona literaria de Truman Capote aporta información y conclusiones detalladas y reveladoras a la vez.

El tercer capítulo sobre la emoción y la teoría de la emoción, un área de reciente importancia en el ámbito de los estudios cinematográficos, es, sin duda, el aporte más significativo de este libro. Si bien Almodóvar ha sido a menudo analizado en el contexto del melodrama como género (también aquí tratado), los estudiosos se han mostrado sorpresivamente irresolutos al abordar el tema de las emociones. A diferencia de ellos, Liliana Shulman argumenta de manera convincente la relevancia de este campo, vital para la adecuada comprensión del trabajo del director. Fundamentada en teorías de la emoción, contribuye a la rehabilitación de las emociones (consideradas previamente fenómenos ingobernables e incluso peligrosos), como procesos no menos importantes que los cognitivos. A través de la emocionalidad en el cine de Almodóvar (la emocionalidad de los personajes, la emoción que invade a los espectadores), la autora ilustra en este tercer capítulo hasta qué punto la emoción es una condición indispensable para relacionarse con el mundo.

Como ha sido ya mencionado, el cuarto capítulo reúne los tres temas anteriores. Para ello, aborda la relación entre la madre y la comarca natal; dos lemas fundamentales e íntimamente relacionados en el cine de Almodóvar, ofreciendo una nueva lectura de ideas como maternidad o terruño a partir de tropos retóricos como metáforas y metonimias.

Un punto notablemente original de este libro, más allá de su temática, es que la autora no se limita, como la mayoría de los investigadores, a las películas más conocidas del director. Shulman también examina en profundidad obras consideradas menores, como la comedia Los amantes pasajeros (2013) y muy en especial Kika (1993), un film poco estudiado aunque merecedor del énfasis que este libro pone en él por ser una sátira premonitora de los reality shows.

En sintonía con lo anterior, este libro es una investigación fluida y a la vez muy coherente. Como he señalado, los tres temas fundamentales son tratados en capítulos separados para ser luego englobados e integrados exitosamente en el capítulo final. Todos ellos, sumados a los datos explicativos de la introducción y a las conclusiones de la autora, servirán de guía a los lectores interesados en una visión innovadora de la obra de Pedro Almodóvar. En cuanto a sus fuentes teóricas, el libro responde a una metodología ecléctica en el mejor sentido, por inferir de una amplia gama de materiales en diferentes idiomas. En él se ponen de manifiesto fuentes teóricas de variado orden y de diferentes disciplinas (entre otras, las ya mencionadas teorías del auteur y de las emociones). A la vez, sus capítulos revelan una lectura detallada de todas y cada una de las películas tratadas y un hábil sondeo de sus respectivos guiones, a partir de los cuales la autora destaca matices de significado en los diálogos. Asimismo, el lector encontrará en este libro una amplia y detallada exposición de tópicos relacionados con estudios de cine en general, efectuados por investigadores no necesariamente españoles sino estadounidenses en su mayoría. La calidad del estudio realizado afianza la importancia de incluir la cinematografía de Pedro Almodóvar en el marco de los estudios de cine a nivel mundial, pese a que el cineasta se mantiene firme en su voluntad de rodar exclusivamente en su país e idioma natales, rechazando por ende constantes ofertas de trabajo en Hollywood.

Más allá de la metodología académica, el estilo de Liliana Shulman es siempre elocuente y lúcido. La autora se vale de un discurso conforme al tema tratado sin temer la inclusión de oportunas dosis de humor cuando la ocasión lo requiere, para retomar la terminología acorde cuando de teoría se trata. Como rara vez ocurre con un estudio académico, es un placer leer este libro. Es evidente que la autora está empapada de la extensa literatura secundaria sobre Almodóvar tanto en inglés como en español y la aplica adecuadamente a lo largo de sus argumentaciones, en parte optimizando y en parte refutando premisas de críticos anteriores. Este negociar entre apreciaciones y dictámenes de diferentes investigadores es especialmente importante en lo referente al cine de este director dada la diversidad de puntos de vista sobre su obra, provenientes de diferentes países.

Este libro es un trabajo admirablemente sustancial, extenso, detallado y original. Mientras escribo estas palabras (en abril de 2019), el vigésimo primer largometraje de Almodóvar, Dolor y gloria, acaba de ser estrenado en los cines de España. Aunque no hallamos allí referencias al encaje manchego, la nueva película entreteje una vez más los hilos narrativos tratados con tanta sensibilidad por Shulman en este libro, especialmente los referidos al pueblo natal y la madre, si bien vistos ahora con más escepticismo que nostalgia. El motivo humilde de zurcir los calcetines en Dolor y gloria, similar aunque menos estético que los delicados encajes manchegos, es fundamental para su acción. La película ha sido irónicamente llamada en España “Todo sobre mí”, por su fundamento autobiográfico algo ambivalente, aunque abiertamente enfático. Dolor y gloria reafirma la perspectiva que domina este libro en el que por razones cronológicas no pudo ser incluido. Aguardo con ansia el placer de leer la versión de Liliana Shulman sobre esta nueva película de Almodóvar. Desde luego, también los lectores de este texto, sean aficionados al cine o académicos, disfrutarán leyendo este flamante y excelente libro.

Introducción

¿Un poquito de flan? […] ¡A esto no le vas a decir que no…!

Pedro Almodóvar, La flor de mi secreto

Un flan, un plato hondo y un charco de caramelo en un film de Pedro Almodóvar. Para quien conoce la historia personal del director tal como él constantemente rememora, esa imagen doméstica, sinónimo de intimidad familiar, condensa un mundo; el mundo habitado por imágenes de la infancia, de la casa materna, del pueblo, de La Mancha, que constantemente subyace en sus relatos. El título de este libro quiere ser un espejo metafórico; una alegoría del modo en que, como en un encaje de bolillos manchego, el cine de Almodóvar entreteje autobiografía, intertextualidad y emociones. El director evoca la confección del encaje de bolillos en La flor de mi secreto (1995); allí están las tantas veces por él mentadas vecinas manchegas de su infancia entrelazando hilos, historias y consejos en un espacio exclusivamente femenino, apartado del dominador ojo del machismo franquista.

Nuestro propósito es indagar en la dinámica creativa del encaje cinematográfico almodovariano. Para ello, luego de adentrarnos en el conjunto de su producción, hemos escogido momentos clave de su filmografía en los que ese encaje autobiográfico-intertextual-emocional objeto de esta investigación se pone de manifiesto. Esos momentos que remiten al cine, al teatro, a la literatura, la pintura, la danza y la escultura exigen, además de considerar los procedimientos narrativos propios de sus películas, un análisis intertextual y una visión integradora de los medios de representación de las diferentes artes involucradas. Dada la naturaleza interdisciplinaria de este libro, hemos por lo tanto adoptado un enfoque semiótico-hermenéutico tanto para el análisis e interpretación de los films en sí, como de las otras manifestaciones artísticas con las que la obra de Almodóvar dialoga.

La profusión de datos autobiográficos en el cine de Almodóvar referidos a su infancia y temprana juventud están en total contraposición con sus manifiestos esfuerzos por mantener la privacidad de su vida personal, un hecho que no le ha impedido, como experto nato en la manipulación mediática, alimentar una imagen pública de sí mismo desde un estadio muy temprano de su carrera.1 Sus films sin tapujos, especialmente en lo referente a la sexualidad y el género, atrajeron la atención de algunos críticos de cine. Ya en 1988 Nuria Vidal publicó El cine de Pedro Almodóvar (1988), una serie de entrevistas en las que el director habla sobre su persona y sus películas. Los tres libros de Frédéric Strauss –cuyos títulos reflejan su propósito de indagación en la vida del cineasta–2 sentaron una plataforma apropiada para el lanzamiento internacional del director. En su persistente voluntad de controlar su imagen pública, Almodóvar incluso declara, con el humor irónico que lo caracteriza, que “odia la idea de que alguien pueda escribir su biografía antes o después de su muerte[,] una de las razones por las cuales él no quisiera morir jamás” (Strauss, 1996: XI). Siendo así, no es extraño que el director utilizara ya en sus comienzos toda estratagema posible para difundir su historia personal en incontables entrevistas a cinéfilos, periodistas y críticos de cine, que translucían detalles sobre su infancia en La Mancha y su turbulenta juventud en el Madrid de finales de la dictadura. Dada la figura mediática intencionalmente creada por Almodóvar –lo que formaría posteriormente parte de su ethos autoral–, adoptaremos aquí el concepto de posture d’auteur delineado por Jérôme Meizoz (s/f) y nos referiremos a la narrativa autobiográfica de Almodóvar como su posture, la manifestación de su persona pública tal como él ha escogido construirla y reflejarla en su obra. Esa posture ha derivado en una metanarrativa que atraviesa su cinematografía como un hilo conductor, un tipo de autorreferencialidad que “trasforma su historia personal en algo casi más importante que sus propias películas” (Vernon y Morris, 1995a: 15).

 

Los films de Almodóvar, insistentemente enclavados en la cultura española, tal como ha demostrado Marsha Kinder,3 aunque representativos de problemáticas universales, pueden magnetizar al espectador o generarle rechazo, pero jamás lo dejan indiferente. Sus narrativas, independientemente de cuán grotescas, violentas y/o patéticas sean, atraen por la riqueza estética de sus imágenes, su vuelo imaginativo y su música. Todo ello tiene la capacidad de incitar al público a sumergirse en lo acontecido en pantalla y estimularlo a sopesar dilemas y vicisitudes muchas veces ignorados o no considerados que le revelarán el alma oculta de los protagonistas almodovarianos, personajes que generan afecto o aversión, manieristas en todo menos en su humanidad. A la hora de construir sus personajes, incluso aquellos conflictivos que, mediante agudeza y sarcasmo saben sobreponerse a “las amplias y desconsideradas exigencias de la moral[,] egoísta prescripción de una minoría [poderosa]” (Freud, 2014 [1905]: 127), Almodóvar, educado en el rígido marco religioso de la dictadura, echa por tierra toda perspectiva dogmática sin abandonar su capacidad de transmitir la complejidad de las relaciones humanas. Así, la religión brilla por su ausencia en el convento en el que habitan las excéntricas religiosas de Entre tinieblas (1983) y pone crudamente en evidencia el lado hipócrita del seminario de curas jesuíticos de su infancia en La mala educación (2004).

Frecuentemente nos hemos preguntado por qué un film de Almodóvar es esperado con tanta ansiedad por sus admiradores y por qué, cuando alguien descubre su filmografía, queda por lo general prendado. ¿Qué hay de especial en esos films que tantas veces atrapa? ¿Qué es lo que produce que sus seguidores, sin importar el concreto género de la película, salgan muchas veces del cine admirados?

Los capítulos que siguen constituyen un intento de responder a esas preguntas. En ellos nos proponemos analizar de qué manera, como en un encaje de bolillos a todo color, Almodóvar entrelaza autobiografía, intertextualidad y emociones para dar vida a una estética reconocible que hace de cada una de sus películas “un film de Almodóvar”.

El primer capítulo está dedicado a la particular poética autobiográfica almodovariana. Focalizaremos allí su constante voluntad de establecer una política d’auteur4 (Bazin, 1957) que lo identifique, así como su actividad autorreferencial mediada por la figura del Doppelgänger (término registrado por primera vez en la novela Siebenkäs de 1796, del alemán Johann Paul Friedrich Richter, más conocido como Jean Paul).5 En una entrevista otorgada al reconocido investigador Paul Julian Smith (2000a: 173),6 declaró Almodóvar: “Normalmente, me siento muy incómodo de hablar de mis raíces y mi madre [Francisca Caballero] en primera persona, sin embargo, todas mis películas son absolutamente personales”. La explícita alusión de Almodóvar a su madre en esta respuesta a Smith pone de manifiesto la relevancia de ella en su cinematografía. De su madre dice el director haber aprendido a narrar historias condimentando realidad con ficción, ya que la dureza de la realidad es tal, que “necesita ser completada por la ficción para hacer la vida más fácil” (El País, 1999), un consejo que los films de Almodóvar ponen en práctica entremezclando géneros y artes, o acompañando situaciones decididamente trágicas con la extravagancia y la teatralidad propios del camp, implementado en clave hilarante.

Como expondremos a lo largo de todo este libro, consideramos la autobiografía fílmica de Pedro Almodóvar –un aspecto de su cine académicamente reconocido en los últimos años–7 una “autobiografía en tercera persona” (Lejeune, 1977: 27-50). En ella, personajes cuidadosamente elaborados funcionan como Doppelgänger, reproduciendo sus rasgos (y los de su madre) tal como son relatados en su posture autobiográfica. Iniciaremos en el primer capítulo nuestra exploración de dichos mecanismos con el análisis de una escena emblemática de Volver (2006) que recrea los temores de una infancia manchega. En él expondremos también de qué modo lo camp, lo grotesque y lo kitsch impregnan la totalidad de la filmografía de Almodóvar. El director, que adoptó literalmente la estética de esas modalidades tanto en sus extravagantes apariciones en escena como en los films del comienzo de su carrera, continúa incorporándolas en la poética autobiográfica de su madurez, creando así una confluencia de emocionalidad y frivolidades que podría parecer en principio incompatible.

El segundo capítulo incursiona en la intertextualidad almodovariana. Allí analizaremos el constante diálogo que mantiene Almodóvar con el cine y las artes en general, así como con su propia filmografía, mediante el hilo autobiográfico que enhebra sus películas retrospectivamente. A modo de introducción teórica, ilustraremos la noción de intertextualidad a partir de un texto de Jorge Luis Borges, para luego describirla en los términos estipulados por Mijaíl Bajtín, Julia Kristeva, Gérard Genette y Linda Hutcheon, entre otros. Señalaremos de qué manera la rebeldía de los primeros films de Almodóvar lo acerca a lo que llamaríamos una “alianza de insubordinados”, la cual podría remontarse a la obra del pintor renacentista Caravaggio y, más contemporáneamente, al cineasta alemán Rainer Werner Fassbinder. Con tal fin expondremos cómo, a pesar de los siglos que los separan, el espíritu irreverente de la obra de Caravaggio reverbera, por ejemplo, en Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980). Observaremos también de qué manera el mismo film refleja la efervescencia de la juventud española liberada del trauma franquista, en cuanto evoca, aunque con un espíritu diametralmente opuesto, a Dios de la peste (Rainer Werner Fassbinder, 1970), film en el que el director alemán representaba la abulia de la juventud de su país, incapaz de disfrutar el progreso que siguió a la Segunda Guerra Mundial. El apartado de la intertextualidad continúa con un análisis detallado de La piel que habito (2011), película que a nuestro criterio constituye un espacio inagotable de alusiones y evocaciones intertextuales. El capítulo finaliza con un análisis del modo creativo en que Almodóvar explota el potencial intertextual de la mise en abyme, descripta por André Gide hace más de un siglo. Analizaremos para ello el caso de Kika (1993), donde el director incluye no una sino dos mise en abymes que, dialogando entre ellas, formulan el mensaje metatextual del film. Como cierre de ese apartado, expondremos de qué manera aflora el contexto histórico-social español que subyace en la narrativa de Kika, gracias al contrapunto entre las dos construcciones en abismo, una de ellas protagonizada por la propia madre del director.

En el capítulo 3 nos ocuparemos de profundizar en la investigación del componente emocional del cine de Almodóvar, un aspecto especialmente significativo, a nuestro criterio. Comenzaremos con un recorrido por la investigación cinematográfica desde la perspectiva de las emociones que, iniciada por Hugo Münsterberg a principios del siglo XX, cuando el cine era aún mudo, fue retomada muy posteriormente por representantes de la corriente psicoanalítica como Laura Mulvey y cognitivistas como Neil Carroll, Carl Plantinga, Keith Oatley y el dúo Ed Tan y Nico Frijda. Nos detendremos también en el uso de la música –componente sine qua non de la capacidad almodovariana de transmitir emociones– a partir de los fundamentales aportes de Claudia Gorbman en cuanto a cinematografía y música en general y de Kathleen Vernon en lo referente al cine de Almodóvar en particular. Debido a la intensidad emocional de la cinematografía almodovariana hemos dedicado especial atención al funcionamiento de los procedimientos diegéticos utilizados por el director, en especial aquellos que buscan generar la empatía respecto de sus personajes. Ejemplificaremos algunos de esos procedimientos analizando la determinación de Raimunda de hacerse cargo de la muerte de su marido en Volver y la actitud de Benigno, el enfermero acusado de haber violado a su paciente inconsciente en Hable con ella (2002).

En el cuarto y último capítulo mostraremos de qué modo la posture autobiográfica de Almodóvar, su particular uso de la intertextualidad y su talento para generar emociones se entrelazan para patentizar uno de sus leitmotivs fundamentales. Nos referimos al poder sanador de la dupla madre-pueblo en ¿Qué he hecho yo para merecer esto! (1984), La flor de mi secreto y Volver, una “injusticia poética” que hemos debido cometer, al tener que ceñirnos a solo tres films, dadas las limitaciones de este libro. ¿Qué he hecho yo para merecer esto! contó con la participación en vida de doña Paquita Caballero. Volver, realizado luego de su desaparición y explícitamente reconocido por Almodóvar como un film en el que pretende “entender a la muerte” (Millás y Ortiz de Landázuri Yzarduy, 2006), evoca la presencia de doña Paquita, como analizaremos detenidamente en el apartado 3 del capítulo 4.

¿Qué he hecho yo para merecer esto! –como es sabido, la desgraciada historia de una ama de casa– será terreno apropiado para explorar cómo Almodóvar se vale del camp y lo grotesco para representar la miseria de quienes han abandonado el pueblo buscando un buen pasar en Madrid. El director logra dicha representación sin abatir el espíritu de los espectadores. Allí doña Paquita tiene el pequeño pero significativo rol de escoltar en su regreso al añorado pueblo a una abuela arrancada del terruño y trasplantada a Madrid. Contemplaremos también aquí el inicio del diálogo de Almodóvar con el escritor Truman Capote, desarrollado posteriormente en La flor de mi secreto; un diálogo que, más allá de ser una invitación a la lectura intertextual de los films, nos revela otra faceta del constructivismo autobiográfico del director. El análisis de La flor de mi secreto, a continuación, a través del prisma de la intertextualidad y la posture autobiográfica de Almodóvar pondrá de manifiesto dicho constructivismo. Finalizaremos el capítulo con Volver, el film que Almodóvar rodó con la ilusión de poder recuperar a su madre, muerta en 1999. Aquí expondremos cómo el director logra su objetivo y recrea en el film la imagen de doña Paquita mediante dos Doppelgängers –el suyo y el de su madre– y la dinámica establecida entre la mise en abyme de Volver y la construcción en abismo de Kika donde esa madre, en carne y hueso, hacía su póstuma aparición en pantalla.