GuíaBurros: Bitcoin

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GuíaBurros: Bitcoin
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BITCOIN

Sobre el autor


Óscar Domínguez ha enfocado su trayectoria profesional en el sector de la comunicación, de las finanzas descentralizadas y de la economía alternativa.

Conoce Bitcoin en septiembre de 2014 a raíz de una noticia publicada en prensa. En noviembre de ese mismo año decide aventurarse en el primer medio de comunicación independiente en España sobre Bitcoin, Blockchain y las tecnologías financieras (Territorio Bitcoin) con el que en 2017 le lleva a ganar un Digital Award a la innovación en medios de comunicación en España.

Versátil B2B y B2C Marketing profesional con más de 30 años de experiencia en marketing, ventas, planificación y desarrollo de eventos. Creativo con mentalidad comercial.

Organizador del I Congreso de Enfermedades Raras en Collado Villalba (Madrid) en 2008.

Organizador de Spain Blockchain Summit con seis ediciones realizadas y más de 50 meetups. (2017−2019).

Es Miembro de la Asociación de Periodistas de Información Económica y de la Sociedad Interamericana de Prensa.

Agradecimientos

Agradezco este libro a toda la comunidad de las criptomonedas de España y Latino América y en especial a Ismael Santiago y Elio Andrade, sin el apoyo de ellos este libro no hubiera sido posible.

Prólogo

Tengo que reconocer que hacer el prólogo de esta obra supone para mí una gran satisfacción, ya que un cometido de este tipo supone una muestra de afecto y confianza por parte de uno de los hombres más significativos del mundo del criptomercado en España como es Óscar Domínguez, CEO de Territorio Bitcoin. Personalmente, tengo el placer de ser su compañero en el programa semanal “1 Minuto”, que hacemos en la plataforma YouTube, y que trata sobre la actualidad de la economía, las finanzas y el criptomercado.

Entrando a analizar la obra, destaco la utilidad actual que tiene un texto de estas características en uno de los momentos de la historia en que la sociedad, la economía y las organizaciones están pasando por un cambio sin precedentes y por una auténtica revolución tecnológica, gracias a la cuarta revolución industrial en la que estamos inmersos. En este nuevo contexto, lo único que no cambia es la necesidad continua de cambio y de adaptación al entorno. Este libro es una verdadera guía de iniciación en el mundo Blockchain, que permite descubrir qué son los criptoactivos, cuál es su origen, por qué se han vuelto tan populares y por qué serán tan necesarios en un futuro ya cercano. La intención del autor con este trabajo es que el lector adquiera los conocimientos necesarios sobre esta tecnología, a fin de que pueda formarse su propia opinión.

La tecnología de cadena de bloques nació en la gran crisis del 2008/2009, como una respuesta a un sistema fíat agotado e ineficiente, además de ser también un experimento para descentralizar el sistema monetario, gracias a las funcionalidades que presentaba la tecnología criptográfica de la primera criptomoneda, denominada bitcóin, que permite hacer transacciones financieras digitales entre iguales (P2P) de manera segura y privada, permitiéndote ser tu propio banco sin la necesidad de intermediarios.

Actualmente, podemos afirmar que el dinero fíat está perdiendo el 15% de su poder adquisitivo anual. Mientras, el bitcóin lleva apreciándose un 200% de media anual desde hace una década.

Uno de los objetivos que busca este libro es ayudar al lector a comprender por qué existen problemas con el actual sistema económico y monetario, por qué se inventó Bitcoin para proporcionar una alternativa, cómo se ha desarrollado un criptomercado a partir del código fuente de esta primera criptomoneda y cómo esta tecnología criptográfica está cambiando la política y la sociedad, como el ejemplo de El Salvador, que se ha convertido en el primer país del mundo en considerar al bitcóin como moneda de curso legal.

Por otra parte, los modelos de negocio innovadores se han impuesto a los modelos de negocios tradicionales gracias a la necesidad de transformación digital, donde la tecnología está ofreciendo nuevas oportunidades de negocio, como es el caso del Big Data, la inteligencia artificial, el Internet de las cosas, la biotecnología, la nanotecnología y, por supuesto, el blockchain. Las tecnologías apuntadas han dado paso a nuevos modelos de negocio que están cambiando la economía y la sociedad, la forma que tenemos de relacionarnos e inclusive de comportarnos. Este proceso responde a una dinámica clara, a una estructura que se ha dado a lo largo de todas las revoluciones tecnológicas y que sigue un proceso que: 1) comienza con un avance científico, 2) que se materializa en una nueva tecnología, 3) que termina llegando al mundo de los negocios por las productividades que aporta y 4) que termina cambiando las organizaciones económicas y sociales.

De la misma manera que Internet cambió para siempre los modelos de negocio de industrias y empresas centenarias, la cadena de bloques está dando lugar a un nuevo patrón económico basado en la descentralización de la confianza, donde todos podremos intercambiar bienes y servicios sin necesidad de terceros.

Con blockchain estamos asistiendo al nacimiento de una tecnología que propone nuevas formas de optimizar nuestras relaciones, ahorrar costes administrativos, favorecer cooperaciones sectoriales y todas las posibilidades imaginables. Eso sí, todas estas aplicaciones deberán sustentarse en la seguridad informática y jurídica que se irán articulando con el paso del tiempo.

Además, en plena era del conocimiento, hemos pasado de unas organizaciones donde la fuente de valor se centraba en los activos tangibles a actualmente, donde los activos intangibles gozan de la mayor importancia y protagonismo en la economía. En este contexto, además de oportunidades, también existen riesgos, como la falta de seguridad tecnológica, de información, etc.; riesgos que se intentan cubrir con la ciberseguridad.

Por último, solo puedo decir que la nueva economía blockchain ha venido para quedarse. El blockchain ya es al capital lo que Internet fue a la información. La cadena de bloques proporcionará a las organizaciones, en menos de un lustro: a) disponer de su propio banco gracias a DeFi, b) tener su propia gobernanza automatizada gracias a las DAOs y c) poder gestionar su propia identidad y propiedad intelectual, gracias a los NFT.

Mi más sincera enhorabuena a Óscar Domínguez por el encomiable trabajo de divulgación que ha llevado a cabo con su obra.

Doctor Ismael Santiago Moreno

Profesor doctor de Finanzas e investigador de la Universidad de Sevilla.

CEO OLIVACHAIN R&D.

Introducción

Quiero darte la bienvenida a este libro que pretende ser de ayuda para que conozcas de forma sencilla qué es Bitcoin y todo lo que necesitas saber sobre el dinero digital.

¿A quién va dirigido este libro?

Este libro se dirige a todas aquellas personas que han oído hablar de las criptomonedas pero no han profundizado en este tema. Personas que no tienen experiencia pero quieren aprender a usar el dinero del futuro. Si has llegado hasta aquí, te felicito.

Objetivos

Según vaya avanzando en el libro irás descubriendo de forma amena y en un leguaje sencillo qué es Bitcoin, pasando por una breve historia desde su creación a nuestros días hasta llegar a conocer si realmente tienen futuro las criptomonedas.

¿Por qué debes leerlo?

Bitcoin y las criptomonedas son el dinero del futuro, entonces la razón es sencilla, se trata de tu dinero.

El libro se ha escrito evitando términos muy técnicos pero sin perder de vista el principal objetivo, aportar valor.

¿Qué es Bitcoin?

Bitcoin es hoy por hoy conocido como el Internet del dinero. Es, de hecho, la primera criptomoneda del mundo, diseñada como un protocolo de comunicación consensuado entre pares, que a través de una red P2P (peer-to-peer), permite transferir valor por Internet, como si de un correo electrónico se tratase.

La idea de Bitcoin fue dada a conocer en 2008 a través de un documento técnico compartido por una persona o un grupo de ellas, en forma anónima, empleando el pseudónimo de Satoshi Nakamoto. Después de su presentación meses más tarde, su red y Blockchain fueron oficialmente lanzados en enero de 2009, para comenzar un interesante viaje hasta el día de hoy, en que esta criptomoneda cambió la historia de las finanzas globales, gracias a su enorme potencial disruptivo.

Su diseño está elegantemente estructurado con el fin de sacar de la ecuación al sistema financiero y a los intermediarios que encarecen el uso del dinero, mediante el cobro de comisiones en ocasiones excesivas. Este protocolo funciona sobre Internet y fue diseñado para que, a través de una red consensuada, se puedan transferir unidades de valor económico entre dos o más personas, sin necesidad de confiar en un tercero que sirva de intermediador para la transferencia de los fondos. Debido a este concepto de libertad financiera que representa el Bitcoin, se han ido construyendo las bases de una nueva realidad financiera que ha llevado a un cambio disruptivo del sector bancario mundial.

Bitcoin básicamente creó las bases para desarrollar un nuevo paradigma financiero más personal que muchos han denominado “con Bitcoin, tú eres tú mismo banco”, con una nueva estructura, nuevos sistemas de pago y monedas completamente digitales, así como también mayor control de las finanzas personales, que funcionan entre pares descentralizados, sin una autoridad central o intermediarios.

 

Desde la llegada de Bitcoin también comenzó a hacerse conocida su tecnología subyacente, la cadena de bloques o blockchain, hoy en día denominada de forma comercial Distributed Ledger Technology (DLT) o tecnología de libro mayor distribuido. Con este cambio disruptivo también hicieron su aparición las empresas Fintech (un acrónimo de Finance y Tech, que se traduce como “tecnología financiera”); estas comenzaron a ganar terreno a los bancos tradicionales con servicios de alta tecnología ligadas a las finanzas personales. Cambios que se han transformado en un fenómeno disruptivo, que incluso llegó al corazón del propio sistema financiero global, con la llegada de la próxima generación de CBDC (monedas digitales de los bancos centrales), las cuales serán de uso común en los próximos años, funcionando de forma paralela en algunos casos al papel moneda emitido por los países. Además, Bitcoin puede ser el primer sistema de contabilidad de triple entrada que se hizo masivo en el mundo, concepto que se basa en el hecho de que las partes que pueden intervenir en una transacción cuentan con un tercer registro público y auditable con los datos registrados de la misma. Por lo tanto, ninguna organización, tipo banco central, gobierno u otro, controla el registro de estos datos, que además no pueden ser pirateados o subrepticiamente alterados para perjudicar a una de las partes.

Con Bitcoin cada transacción registrada en la cadena de bloques es autenticada y enlazada al conjunto de bloques que componen el libro mayor distribuido, que está compartido en la red. En consecuencia, la contabilidad de triple entrada basada en la cadena de bloques del bitcóin proporciona una única versión compartida de la verdad, basada en un sistema incorruptible que no se puede manipular. Sin embargo, Bitcoin va más allá de la transferencia de valor y de fenómeno disruptivo, ya que se trata de la primera red entre pares de pago descentralizado que se usa como reserva de valor.

Desde hace algunos años, la principal criptomoneda del mercado criptográfico se ha convertido en una moneda de reserva de valor, desplazando incluso a los commodities naturales como el oro, la plata, el platino o incluso el paladio como reserva estacionaria de valor.

La frase célebre con la que comenzamos estas páginas, “Bitcoin es el Internet del dinero”, se debe a que su capacidad transformadora en pocos años ha logrado moldear el futuro de las finanzas, ya sea desde el punto de vista económico o tecnológico, por lo que con su llegada, las formas en que se manejan las finanzas cambiaron para siempre.

Breve historia del Bitcoin hasta nuestros días

Transcurría el año 2008, en pleno auge de la crisis financiera global debido al colapso de la burbuja inmobiliaria que se había iniciado en los Estados Unidos en el año 2006. Unos meses después, en octubre de 2007, esta derivaría en la llamada crisis de las hipotecas subprime y durante el año siguiente se contagiaría a todos los bancos y al sistema financiero en general a nivel global, convirtiéndose en un problema sistémico en todas las economías del mundo. Es justo en ese momento delicado de historia cuando fue dado a conocer el concepto base de lo que sería Bitcoin a un pequeño grupo de interesados de una lista de distribución denominada Cypherpunks. Una idea que más tarde se convertiría, para dicha de unos y desdicha de otros, en el precursor de la economía digital como la conocemos hoy en día.

El 31 de octubre de 2008 quedó marcado en la historia como el día en que Nakamoto, el creador de Bitcoin, haría del dominio público su desarrollo, tras estar decepcionado del sistema financiero mundial. Inspirado en ideas propias del ciberactivismo, con sus conocimientos en criptografía y programación, desarrolló un sistema de pagos que podía funcionar paralelo a la banca tradicional y al sistema económico controlado por los gobiernos. Aquella lista de correo de criptografía registró la publicación con un mensaje titulado “Papel de efectivo electrónico P2P de Bitcoin”1. En él había un enlace a un documento técnico llamado “Bitcoin: un sistema de efectivo electrónico de igual a igual”, que sería realmente el inicio de un fascinante viaje al futuro a través de la primera criptomoneda concebida en el mundo por alguien que, a pesar de haber sido nominado para recibir un premio Nobel en economía, todavía se desconoce quién o quiénes son.

Un personaje anónimo como Nakamoto realizó su presentación de Bitcoin como una moneda digital descentralizada, que no posee un administrador único, sino una base de datos apilada, que opera como un libro mayor distribuido, totalmente público, donde se registran las transacciones que cualquiera puede almacenar en su computadora. Este paper de Nakamoto detalla los métodos de uso de una red peer-to-peer para generar lo que él describió como “un sistema para transacciones electrónicas sin depender de la confianza”. Gracias a esta novedosa idea en ese momento, las monedas se podían enviar entre usuarios de la red P2P de Bitcoin sin la necesidad de intermediarios, creando una forma real y segura de gestionar el envío de valor por Internet, de forma totalmente electrónica.

Esta publicación había sido planeada con anterioridad, pues de hecho Nakamoto ya había adquirido el dominio de Internet bitcoin.org, varios meses antes de que hiciera público el concepto que estaba en desarrollo. El 18 de agosto de 2008 quedó registrado el nombre de ese dominio, el cual sería hasta el día de hoy un sitio informativo dedicado a ayudar a educar, promover y facilitar la comprensión de lo que es Bitcoin, ayudando a entender cómo usarlo, así como también a cómo adquirirlo. Tras el anuncio, unos meses más tarde llegaría el día inaugural. El 3 de enero de 2009, la red Bitcoin fue lanzada de forma oficial, con un Nakamoto presumiblemente nervioso y a la vez feliz, extrayendo el bloque génesis de Bitcoin (bloque número 0), que para ese momento generaba una recompensa de 50 bitcoines, con un texto incrustado en la base de monedas de este bloque que dice: “The Times 03/ene/2009. Canciller al borde de un segundo rescate bancario”, haciendo referencia irónicamente a un titular del diario The Times del Reino Unido, publicado en esa misma fecha 3 de enero de 2009, cuya nota se ha interpretado como una marca de tiempo de la fecha de génesis, además de un comentario sarcástico sobre la inestabilidad causada por la banca de reserva fraccionaria dominante en el sistema financiero mundial.

Pocas horas después, se sumaron nuevos early adopters a Bitcoin, para comenzar la épica historia de esta criptomoneda hasta nuestros días. Entre los primeros adoptantes y contribuyentes de Bitcoin estuvo el programador Hal Finney, quien además se convirtió en el primer receptor de la primera transacción de bitcoines, la cual tuvo lugar aproximadamente a la semana de haberse minado el primer bloque. Finney descargó el software de Bitcoin Core el día de su lanzamiento y recibió 10 bitcoines de Nakamoto en la primera transacción de bitcoines del mundo, el 12 de enero de 2009 (bloque 170). Más tarde se sumaron otros grandes del grupo de la lista de correos de Cypherpunk. Desde Wei Dai, creador del sistema de pagos predecesor de Bitcoin, conocido como B-Money, hasta Nick Szabo, creador del otro sistema de pagos predecesor a Bitcoin, conocido como Bit Gold.

Por un lado, B-Money, creada por Dai, estaba destinado a ser un sistema de efectivo electrónico distribuido y anónimo, para lo cual hacía uso de muchos de los mismos servicios y características que las criptomonedas contemporáneas también ofrecen en la actualidad, mientras que por el otro Bit Gold, creada por Szabo, también combinaba diferentes elementos de criptografía y minería para lograr la descentralización. Todos estos elementos incluyen bloques con sello de tiempo que se almacenan en un registro de título y se generan mediante cadenas de prueba de trabajo (PoW). Ello hizo que muchos investigadores de Bitcoin establecieran paralelismos tan estrechos entre ambos desarrollos, llevando a muchos a especular que Szabo era el creador anónimo de Bitcoin que se esconde tras el pseudónimo de Satoshi Nakamoto, algo que el propio Szabo ha negado repetidamente. Estos primeros early adopters bajaron el primer cliente de Bitcoin, que era de código abierto, desde SourceForge, cuyo lanzamiento para descargas se hizo el 9 de enero de 2009, apenas unos días después de la creación del bloque génesis.

Nakamoto, quien siempre había estado en contacto con el grupo de la lista de correos, compartiendo datos técnicos, datos económicos, soluciones del código, ideas, así como fundamentos básicos de por qué diseñó de esta manera su versión del dinero virtual, un día, tras haber minado cerca de un millón de bitcoines, a finales de 2010 desapareció de cualquier participación o aporte al proyecto Bitcoin, sin revelar mucho sobre su identidad o aspectos más personales que permitieran establecer quién era. Pero además, este creador anónimo y secreto desapareció sin mover un solo satoshi de cualquiera de sus direcciones personales de Bitcoin. Su último correo electrónico fue enviado el 26 de abril de 2011 a uno de sus colaboradores, y luego desapareció totalmente.

El anónimo Nakamoto, poco a poco había entregado las riendas del proyecto al desarrollador Gavin Andresen, quien luego se convirtió en el desarrollador líder de Bitcoin y pasó a ser la cabeza de la recién creada Fundación Bitcoin. Una organización que es, de algún modo, la cara pública oficial de la anárquica comunidad Bitcoin.

Andresen fue uno de los desarrolladores más activos en solucionar las vulnerabilidades y fallos que poco a poco se fueron encontrando al protocolo. La más importante conocida hasta la fecha fue la ocurrida el 6 de agosto de 2010, cuando se detectó que gracias a una vulnerabilidad en el código, pudiera ser posible que un grupo de transacciones no fuesen verificadas adecuadamente antes de ser incluidas en el registro de transacciones de la cadena de bloques, lo que podría facilitar que usuarios atacantes pudieran eludir las restricciones económicas de Bitcoin para crear una cantidad indefinida de bitcoines. Esta vulnerabilidad fue aprovechada por un atacante, apenas unos días más tarde. El 15 de agosto, se generaron más de 184 000 millones de bitcoines en una transacción y se enviaron a dos direcciones en la red.

Sin embargo, en cuestión de horas la transacción fue detectada y borrada del registro de transacciones después de que se solucionó el error, y la red se bifurcó a una versión actualizada del protocolo Bitcoin, siendo esta la única falla de seguridad importante encontrada y explotada en la historia de este protocolo de transferencia de valor.

Es preciso aclarar que aunque la apasionante historia de esta criptomoneda arranca en 2008, lo cierto es que un desarrollo de esta magnitud requiere bastante tiempo de investigación y desarrollo para una sola persona.

El enigmático personaje que llegó a ser Nakamoto despertó la curiosidad de muchos, pues a pesar que este había dicho que era una persona de sexo masculino, de 37 años de edad y residente en Japón, muchas de sus comunicaciones delataban aspectos que llevaron a algunos a especular que era poco probable que su origen fuera japonés, debido a su perfecto uso del inglés en los emails, pero también por su tipo de ortografía y uso de ciertas terminologías en los comentarios del código fuente, muy características del inglés británico; algo más bien propio de alguien que nació en Reino Unido o de algún país como la Commonwealth, bien sea Nueva Zelanda, Australia, Canadá o algún otro, también por el hecho de que el software Bitcoin no está ni documentado ni etiquetado en japonés, sino en perfecto inglés.

Además, todavía a la fecha persiste la duda si realmente ese pseudónimo pertenecía a una persona o un grupo de ellas, ya que el desarrollo de un proyecto como Bitcoin, era un esfuerzo muy grande para ser obra de una sola persona, dada la complejidad del código y la creación del proyecto como tal. De hecho, se especula que una persona trabajando a tiempo completo para idear desde cero un proyecto de esta magnitud debió dedicar años a su desarrollo sin hacer otra cosa aparte de esto. Es decir, que con seguridad tenía alguna entrada de dinero que le permitiría pagar las cuentas y dedicarse de lleno a Bitcoin sin tener que trabajar en algún empleo formal.

 

Inclusive, algunas personas que se han dedicado a investigar el origen del protocolo de Bitcoin y su creador, así como sus implicaciones futuras en muchos ámbitos, han llegado a la conclusión que quizás el desarrollo de este sistema de pagos se remonta al menos diez años más en el pasado, en 1998, cuando varios mensajes en la lista de correo de Cypherpunks llamaron la atención por el tipo de consultas que realizaban. Esta lista de correos fue creada en el año 1992 por un grupo de tres hombres, Timothy C. May, Eric Hughes y John Gilmore, quienes como amigos se dedicaban a compartir información y discutir temas variados sobre varios temas que iban desde las matemáticas a la criptografía, pasando por la política y las ciencias de la computación, llegando hasta la filosofía.

Este intercambio de correos electrónicos poco a poco fue creciendo, debido a que los integrantes de esa lista fue aumentando día tras día, hasta el punto de que para el año 1994 contaba con una base de setecientos usuarios, todos verdaderos genios y especialistas en matemáticas, cifrado libre y seguridad en comunicaciones, así como la privacidad y el anonimato. Este enorme grupo de individuos, bastante inteligentes, se ceñían a un código que fue llamado “Manifiesto de los cypherpunks” creado por Eric Hughes en 1993, bajo la premisa: “Los cypherpunks nos dedicamos a construir sistemas anónimos. Estamos defendiendo nuestra privacidad con criptografía, con sistemas de reenvío de correo anónimo, con firmas digitales y con dinero electrónico. Participamos activamente para hacer que las redes sean más seguras y privadas”. Hughes, que es matemático y programador, es reconocido por ser uno de los tres fundadores de esta lista que luego se convirtió en un movimiento. Además de crear la lista de correos, fue quien creó y hospedó el primer servidor de correo anónimo, acuñando el lema: “Cypherpunks escriben código”. Todos estos jóvenes estaban ganados a la idea del trabajo del criptógrafo David Chaum sobre el efectivo digital anónimo, así como los sistemas de reputación seudónimos, que eran poco difundidos en la década de los 80 del siglo XX y que solo unos pocos dominaban. Chaum fue el creador de Ecash, un sistema de dinero electrónico en efectivo criptográfico y anónimo desarrollado en 1983, que implementó a través de su corporación Digicash y se usó como sistema de micropagos en un banco de Estados Unidos de 1995 a 1998.

Esta lista de correo tenía una organización muy particular, y todos sus integrantes conocían tanto la metodología de participación como la forma de abordar las discusiones diarias. Una de sus tareas divertidas consistía en hacer lo que hoy definiríamos como SPAM, que consistía en suscribir a la “víctima” del día a una lista de envíos, para enviarle una avalancha de mensajes que iban desde ataques personales a preguntas que generaban discusión técnica sobre alguna tecnología particular, e incluso discusión política sobre variados temas, que tenían que ser respondidos al mismo tiempo.

Estos jóvenes diferentes al resto de su generación, que solo buscaban practicar su derecho a la libertad de expresión y pensamiento, fue prácticamente un movimiento proscrito por las agencias de seguridad de los Estados Unidos, por considerarlos un grupo de desobediencia civil. Bajo el cobijo de este grupo de personas con pensamientos fuera de serie, nació la primera implementación de un concepto conocido como “moneda criptográfica”, la cual fue descrita por primera vez en 1998 por Wei Dai, quien propuso la idea de un nuevo tipo de dinero que utilizara la criptografía para controlar su creación y las transacciones, en lugar de que lo hiciera una autoridad centralizada como los bancos centrales o casas de moneda.

En esa lista de correos se destacaba un joven Adam Back, criptógrafo británico, con un doctorado en informática, catalogado como pirata informático por las agencias de seguridad de Estados Unidos, que fue el creador del protocolo hashcash, el sistema de prueba de trabajo utilizado hoy en día en los filtros antispam, que casualmente fue implementado dentro del protocolo Bitcoin. Hoy en día Back es conocido por ser el fundador de Blockstream, compañía dedicada a promover el desarrollo de la tecnología blockchain y Bitcoin.

También de las entrañas de ese grupo se destacó John Gilmore, activista, programador informático, a quien, además de haber sido uno de los tres fundadores de esa famosa lista de correo, se le atribuye la creación de la jerarquía alt (sistema de discusión distribuido en todos los equipos y desarrollado a partir de la estructura de red de acceso telefónico), por citar una de sus muchas contribuciones, incluso dentro del Proyecto GNU de software libre, siempre con el objetivo de brindar a los usuarios la libertad y el control en el uso de sus ordenadores y dispositivos informáticos.

Otro de los grandes del grupo fue Hal Finney, un desarrollador en PGP Corporation, que también se convirtió en el segundo desarrollador contratado después de Phil Zimmermann, quien tuvo sus inicios en el mundo de la informática como jefe de desarrollo en varios juegos de consola (Adventures of Tron, Armor Ambush, Astroblast, Space Attack).

Y por supuesto Nick Szabo, un científico informático y criptógrafo, que fue uno de los responsables detrás de la tecnología de Bit Gold, un sistema de pagos electrónico creado en 1998 que nunca se implementó, precursor de Bitcoin y base de lo que fue más tarde la base de su arquitectura, razón por la cual muchos piensan que es el candidato a ser la persona detrás del pseudónimo de Satoshi Nakamoto. Años más tarde Szabo sería conocido por ser el creador del concepto de “contratos inteligentes”, que diseñó con el objetivo de llevar lo que él llama las prácticas “altamente evolucionadas” del derecho contractual y la práctica de diseño de protocolos de comercio electrónico entre extraños en Internet, gracias a que también posee titulación como abogado.

De este grupo casi antisistema, que reunía lo mejor de lo mejor con ideas verdaderamente disruptivas fuera de su tiempo, es donde se piensa que se fue diseñando la idea del proyecto Bitcoin de Nakamoto.

Aunque no se sabe a ciencia cierta si Nakamoto llegó a participar de este grupo, a muchos les ha llamado la atención un post anónimo en esa lista de correo, de hace más de veinte años, que se centró en discutir la idea del ecash creada por Chaum. Por ello, todavía en la comunidad criptográfica hoy en día se sigue especulando que ese mensaje anónimo podría haber sido escrito por un Nakamoto en su etapa preparatoria para comenzar el desarrollo de Bitcoin.

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