Observando observadores

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Observando observadores
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EDICIONES UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE

Vicerrectoría de Comunicaciones y Asuntos Públicos

Alameda 390, Santiago, Chile

editorialedicionesuc@uc.cl www.edicionesuc.cl

OBSERVANDO OBSERVADORES

UNA INTRODUCCIÓN A LAS TÉCNICAS CUALITATIVASDE INVESTIGACIÓN SOCIAL

Rodrigo Flores G.

© Inscripción Nº 187.045

Derechos reservados

diciembre 2009

ISBN edición impresa Nº 978-956-14-1094-7

ISBN edición digital Nº 978-956-14-2657-3

Diseño: Francisca Galilea

CIP - Pontificia Universidad Católica de Chile

Flores Guerrero, Rodrigo.

Observando observadores: Una introducción

a las técnicas cualitativas de investigación

social /

Rodrigo Flores G.

1. Ciencias sociales-Investigaciones-

Metodología.

2. Investigación cualitativa.

2009 300.723+ddc22 RCAA2

Diagramación digital: ebooks Patagonia

info@ebookspatagonia.com

www.ebookspatagonia.com


A MI ESPOSA, CAROLA,

POR ENSEÑARME A AMAR LA METODOLOGÍA

CUALITATIVA.

A MI HIJA ANTONIA,

POR ACEPTAR ROBARLE SU TIEMPO PARA

DEDICARME A ESCRIBIR.

A MIS ALUMNOS/AS,

POR SU INTERÉS Y CURIOSIDAD. CON SUS

PREGUNTAS ALIMENTARON LA NECESIDAD DE

ESCRIBIR ESTE LIBRO. ¡ES PARA USTEDES!

Índice

INTRODUCCIÓN

Capítulo 1 MÉTODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACIÓN SOCIAL

1.1. Breve explicación de su devenir histórico

1.2. Perspectivas contemporáneas de investigación social cualitativa

Capítulo 2 CONSTRUCTIVISMO E INTERRELACIONES ENTRE LA TEORÍA FUNDAMENTADA Y LA TEORÍA DE SISTEMAS SOCIALES

2.1. Investigación cualitativa y las propuestas constructivistas

2.2. Puntos de encuentro entre la teoría de sistemas sociales autopoiéticos y la teoría fundamentada

2.3. La emergencia de una metodología de sistemas fundamentada

2.4. Reflexiones para el uso de una metodología de sistemas fundamentada

Capítulo 3 PRINCIPIOS Y DIRECTRICES GENERALES EN INVESTIGACIÓN SOCIAL CUALITATIVA

3.1. Una antigua discusión: estrategias cualitativas y cuantitativas de investigación social

3.2. Principios básicos de la metodología cualitativa

3.3. Características distintivas de la investigación cualitativa de fenómenos sociales

3.4. Decisiones muestrales y criterios de calidad en una investigación cualitativa

3.5. Ejemplo de metodología cualitativa: la etnografía

Capítulo 4 LA OBSERVACIÓN COMO FORMA DE INVESTIGACIÓN SOCIAL

4.1. La observación como herramienta de conocimiento social

4.2. Tipologías y modalidades de observación

4.3. Un caso particular de observación: la observación participante

4.4. Ventajas y desventajas de la técnica de la observación

Capítulo 5 LA ENTREVISTA COMO TÉCNICA DE INVESTIGACIÓN SOCIAL

5.1. Conceptos generales

5.2. Tipos y modalidades de entrevistas de investigación social cualitativa

5.3. Principios directivos para la realización de una entrevista y su utilización en la investigación de fenómenos sociales

5.4. Ventajas y desventajas de la utilización de entrevistas en investigación social

Capítulo 6 TÉCNICAS BIOGRÁFICAS DE INVESTIGACIÓN SOCIAL

6.1. Diversidad de técnicas biográficas

6.2. El caso de la historia de vida

6.3. Aspectos de diseño y análisis de técnicas biográficas

6.4 Principios directivos para la realización de técnicas biográficas

6.5. Ventajas y desventajas de la utilización de las técnicas biográficas

Capítulo 7 TÉCNICAS BASADAS EN LA CONFORMACIÓN DE GRUPOS PARA LA INVESTIGACIÓN SOCIAL

7.1. Desarrollo de grupos y su efectividad

7.2. El caso de los grupos de discusión

7.3. El caso de los focus groups

7.4. Principios directivos para la realización de técnicas cualitativas basadas en grupos

7.5. Ventajas y desventajas de la utilización de las técnicas basadas en la conformación de grupos

Capítulo 8 ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE INFORMACIÓN CUALITATIVA

8.1. Procedimientos de almacenamiento y análisis de la información generada en el campo

8.2. Diversidad de procedimientos de análisis de información cualitativa

8.3. Principios directivos para realizar un análisis de información cualitativa

8.4. Análisis de texto asistido por programas computacionales Ejemplo de un análisis de discurso realizado con el software Atlas-Ti

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

ANEXOS

Anexo Nº 1: Entrevista

Anexo Nº 2: Autobiografía. Munizaga (1959)

Anexo Nº 3: Técnica grupal

Anexo Nº 4: Focus Group

Introducción

OBSERVANDO OBSERVADORES: UNA introducción a las técnicas cualitativas de investigación social, pretende proporcionar a sus lectores el conocimiento necesario que se requiere tener sobre el sentido y los procedimientos para realizar una investigación social de tipo cualitativo, para hacer diagnósticos efectivos, coherentes y pertinentes, que posibiliten intervenciones en las especialidades de las ciencias sociales, el trabajo social, la sociología, la antropología e incluso la psicología en su versión social y comunitaria.

El libro se circunscribe a dar una introducción a las técnicas cualitativas de investigación social. Con ello, pretendemos centrarnos en la complejidad y especificidad que plantean el uso de diversas técnicas de corte cualitativo en investigación social, dejando en suspenso aquellos elementos de diseño de investigación y trabajo de campo tan necesarios de conocer, pero que pueden encontrarse mejor desarrollados en libros o manuales de metodología de la investigación social.

Desde una profundización de los fundamentos teórico-sociales, se introduce al lector en el amplio registro de diversos enfoques de investigación social. Junto a la exposición de las principales corrientes y escuelas, se pretende difundir, comunicar y explicar las técnicas de investigación cualitativa más extendidas, como la observación, la entrevista, técnicas biográficas y grupales, y técnicas de análisis de información social cualitativa.

Se entiende que la metodología cualitativa posee una serie de características que la distinguen de otros enfoques metodológicos; por ejemplo, de la metodología cuantitativa. Tales diferencias no estriban necesariamente en el uso de números y frecuencias. Las diferencias dicen relación con cuestiones de mayor envergadura, como es el caso de su intencionalidad, el tipo de realidad que asume uno y otro enfoque, la participación que adquieren los actores en el proceso de investigación, etcétera. Los métodos cualitativos constituyen una línea de investigación claramente delimitable. Estudian la naturaleza profunda de los fenómenos sociales, sus sistemas y estructuras, sus dinámicas internas; intentan comprender el comportamiento humano y sus manifestaciones concretas; y buscan la comprensión y el sentido. La investigación cualitativa pretende, pues, comprender las complejas relaciones entre todo lo que existe. Algunas características de las técnicas cualitativas, en cuanto fenómeno que produce conocimiento, son:

a) Su carácter holístico y sistémico, en cuanto abordan fenómenos sociales y culturales complejos, interrelacionados, interdependientes, orientándose menos a la medición de “variables de forma aisladas”.

b) Buscan el sentido y los significados que los actores atribuyen a los fenómenos sociales. Las técnicas cualitativas no buscan “la verdad”, sino “verdades”. Apelan a rescatar el multidiscurso, las multimiradas, las interpretaciones, las percepciones.

c) Apelan a la intensidad y la comprensión, tal como son vividos por los actores sociales, más que a asegurar la validez y confiabilidad de sus datos.

Observando observadores: una introducción a las técnicas cualitativas de investigación social, ha sido concebido como una herramienta de ayuda para estudiantes e investigadores iniciados en las técnicas de investigación social cualitativa. Su pretensión, en este caso, se circunscribe al ámbito de la divulgación de conocimientos ya instaurados y aceptados en forma mayoritaria en nuestras comunidades científicas sobre metodología de la investigación. Su intencionalidad es claramente práctica. Quienes hemos enseñado en la universidad asignaturas de metodología cualitativa, asesorado investigaciones de alumnos de pregrado y posgrado que se vuelven requisitos para sus procesos de titulación en diversas disciplinas de las ciencias sociales, hemos acogido la inquietud de nuestros estudiantes sobre múltiples aspectos. ¿Cómo se hace una investigación cualitativa? ¿Cómo se seleccionan las muestras? ¿Cuándo se debe aplicar una entrevista? ¿Qué pasos deben seguirse para la óptima realización de un grupo de discusión? ¿Cómo se analiza la información generada en la investigación? Todas estas preguntas son requerimientos concretos que la mayoría de los libros sobre metodología cualitativa no responden. Los alumnos, aunque no sólo ellos, requieren el desarrollo de competencias concretas sobre contenidos, pasos, directrices, normas y consejos en la aplicación de técnicas cualitativas. El propósito de este texto es responder a tales requerimientos.

 

El libro se encuentra organizado en ocho capítulos temáticos. El primero de ellos presenta una visión resumida de las principales consideraciones históricas y epistémicas relacionadas con la metodología cualitativa y las influencias más destacadas. El segundo capítulo pretende explicar el título del libro, Observando observadores, para que quien desee profundizar en el enfoque constructivista y la teoría de sistemas sociales, y una vinculación con la grounded theory, pueda realizarlo. Se han colocado estos temas en un capítulo especial con el objeto de mantener una línea argumental continua con el capítulo anterior, en el cual se tratan enfoques plenamente consolidados y cuyos aportes a la metodología cualitativa son fácilmente reconocibles. El tercer capítulo presenta aspectos de diseño característicos de investigación social cualitativa, diferencias y convergencias con la metodología cuantitativa y principios básicos y directrices para su realización, muestras y criterios de calidad.

Los capítulos siguientes nos muestran las características distintivas de las técnicas cualitativas, entre las que se destacan la observación, las diversas modalidades de entrevistas, las técnicas biográficas de investigación social y las técnicas basadas en diversas conformaciones grupales. La mayoría de ellas, como es posible notar, se sustentan en la comunicación y el lenguaje como medio preferente de transmisión de información, las que quedan objetivadas en textos que posteriormente pueden ser analizados.

Por último, el octavo capítulo pretende entregar conocimientos y directrices para el análisis de material cualitativo que ha sido objetivado mediante transcripciones, en una serie de textos claramente identificables. El análisis del discurso, de contenido y el método comparativo constante son algunas de las técnicas más utilizadas en ciencias sociales que permiten analizar este material. Se revisan igualmente los aportes específicos de un conjunto de programas informáticos que ayudan al investigador contemporáneo a cumplir su labor de generación de conocimiento.

Invierno 2009

CAPÍTULO 1

Métodos cualitativos de investigación social

OBJETIVO GENERAL DEL CAPÍTULO

Presentar los principales elementos históricos y epistémicos que permitan comprender al lector las grandes corrientes que confluyen en la constitución de los métodos de investigación cualitativos.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS DEL CAPÍTULO

Identificar las características históricas de las diversas modalidades de investigación cualitativa.

Reconocer la existencia de distintas tradiciones epistémicas y su contribución a la metodología cualitativa en relación con:

- ¿Cómo se concibe la naturaleza del conocimiento y la realidad?

- ¿Cómo se concibe la naturaleza de las relaciones entre investigador y conocimiento generado?

- ¿Cómo se genera la información por parte del investigador?

HACE YA MÁS de veinte años, Taylor y Bogdan (1992: 15), en un libro que se ha convertido en un clásico de lectura obligada para el estudiante e investigador iniciado en métodos y técnicas cualitativas, indicaban: “El término metodología designa el modo en que enfocamos los problemas y buscamos las respuestas. En las ciencias sociales se aplica a la manera de realizar la investigación. Nuestros supuestos, intereses y propósitos nos llevan a elegir una u otra metodología. Reducidos a sus rasgos esenciales, los debates sobre metodología tratan sobre supuestos y propósitos, sobre teoría y perspectiva”. Con esta definición, los autores distinguían una de las características más significativas de los métodos cualitativos: la capacidad que tienen para abordar áreas de interés y enfocarlas de forma problematizada, con el objeto que se busque una solución acorde.

En forma concordante, Pérez (2001) ha indicado que por método es posible entender un conjunto de operaciones y actividades, las que se encuentran al interior de un proceso preestablecido, y que se relacionan de una manera sistemática con el objeto de conocer y actuar sobre ciertos fenómenos sociales de interés. Por técnica, mientras tanto, esta autora entiende el conjunto de procedimientos y recursos de que se sirve una ciencia o arte. Con ello queda caracterizada la forma y el hacer de una determinada disciplina o conjunto de ellas. Este texto justamente pretende realizar una descripción pormenorizada de las técnicas cualitativas de investigación social más comúnmente utilizadas por las ciencias sociales.

1.1. Breve explicación de su devenir histórico

Como lo indican Denzin y Lincoln (1998), los estudios cualitativos pueden ser entendidos como una compleja e interconectada familia de términos, conceptos y supuestos, los cuales incluyen sinnúmero de metodologías y prácticas investigativas que adquieren unidad en el trabajo de campo. Bajo su alero, es posible encontrar tradiciones tan dispares como el positivismo, la hermenéutica y el constructivismo, los que son utilizados como perspectivas de investigación, dando sentido y orientación a las técnicas utilizadas.

En este sentido, entender y comprender las técnicas cualitativas de investigación social, supone poner en perspectiva su propia condición y trasfondo histórico. De acuerdo a algunos autores (Denzin y Lincoln, 1998; Vidich y Lyman, 1998), los estudios cualitativos operan bajo un campo histórico de complejidad que incluye cinco momentos destacables desde su consolidación académica. Ellos describen un primer momento que denominan tradicional (1900-1950), una edad de oro modernista (1950-1970), otra etapa de géneros velados (1970-1986), una cierta crisis de representación (1986-1990) y tiempos presentes que denominan posmodernos (1990 al presente).

Estando o no de acuerdo con tal nomenclatura, quizá sea bueno dar cuenta del interés por comprender lo social bajo presupuestos cualitativos, desde tradiciones genéricas y no necesariamente disciplinarias, lo que podría ser considerado su prehistoria. Siguiendo a Vallés (2000), el origen de la dicotomía cualitativo/cuantitativo en el estudio y comprensión de fenómenos sociales se remontaría incluso a los griegos antiguos. Los escritos de Platón y Aristóteles pueden ser vistos como los primeros representantes de posturas epistemológicas procuantitativas y procualitativas, respectivamente. Esta dicotomía, que permite entender fenómenos y procesos sociales, éticos, morales, etcétera, permanecerá durante toda la antigüedad hasta entrada la Edad Media. Será con el transcurrir de la Edad Media, específicamente entre los siglos XII al XIV, que se producirá un tránsito hacia formas matematizables de comprender y explicar el mundo de la experiencia, al aceptar, por ejemplo, la existencia del cero y del vacío.

Es en este devenir histórico que aumenta la diferenciación de la ciencia como sistema social, distinguiéndose los aportes de destacados intelectuales como Galileo y Newton. Con sus postulados se indica la diferencia según la cual, la información de las formas especializadas de conocimiento fisico-naturales y las filosófico-sociales no se recogen, sino que son expresión de los instrumentos diseñados para tales efectos. En este contexto, la obra de Descartes (1596-1659), al declamar la importancia de las matemáticas y la objetividad en la búsqueda de la verdad, puede ser entendida como un reforzamiento de los postulados filosóficos cuantitativistas (Vallés, 2000).

A partir de los postulados de Kant (1724-1804) se observa una ruptura progresiva con el objetivismo cartesiano y un desplazamiento hacia un modelo de conocimiento basado en el entendimiento humano, poniendo como foco de atención la comprensión y la interpretación. En este proceso contribuye igualmente el trabajo de Dilthey (1833-1911), al realizar la distinción entre ciencias de la naturaleza y ciencias del espíritu. Las ciencias del espíritu o humanas tienen como objeto de estudio la conciencia, como algo que es posible conocer por medio de la comprensión (Verstehen), la cual se opone al término más antiguo de explicación (Erklärung). Se entiende que las ciencias del espíritu dan cuenta de las experiencias vividas por los individuos (Erlebnis) y que intentan relacionarlas con su contexto sociohistórico y cultural.

Haciendo un tránsito hacia procesos de diferenciación social y emergencia de las disciplinas sociales, encontramos la institucionalización de la matematización en el quehacer investigativo. Destacan en esta dirección autores como Comte (1798-1857), fundador del enfoque lógicoanalítico en la explicación de los fenómenos sociales, y Durkheim (1858-1917), iniciador de las explicaciones funcionalistas. Durkheim (2003: 27 y ss.) presenta las implicancias de sus constataciones, al indicar las características de un fenómeno social: “En toda sociedad existe un grupo determinado de fenómenos que se distinguen claramente de los que estudian las otras ciencias de la naturaleza... [se trata de] mi tarea de hermano, esposo o ciudadano, cuando respondo a los compromisos que he contraído, realizo deberes que están definidos, fuera de mí y de mis actos, en el derecho y en las costumbres... He aquí, entonces, un orden de hechos que presentan características muy especiales: son modos de actuar, de pensar y de sentir, exteriores al individuo, y están dotados de un poder de coacción en virtud del cual se imponen sobre él... [de modo que] adquieren de esta manera un cuerpo, una forma sensible que les es propia y constituyen una realidad sui géneris, muy distinta de los hechos individuales que la manifiestan” y del método que se debe seguir. Nos dice que “la primera regla y la más fundamental consiste en considerar los hechos sociales como cosas” (ibid., pág. 37),... [por lo cual] “es necesario desechar sistemáticamente todas las prenociones... por lo menos, si alguna vez la necesidad le obliga a recurrir a ellas, que lo haga teniendo conciencia de su escaso valor, a fin de no hacerles desempeñar en la doctrina un papel que no merecen” (ibid., 50).

En tales postulados se observa una preocupación evidente por categorizar los fenómenos de interés sociológico hasta denominarlos como cosas, y darles la propiedad de ser externas al individuo. Recordemos que este autor señala que los fenómenos sociales pueden ser entendidos como “cosas” de un orden distinto a los de la conciencia; en definitiva, constituidores de una realidad sui géneris. Del mismo modo, es una característica común el interés primordial por tratar con datos cuantificables y determinables, mediante la utilización de cuestionarios, inventarios, estudios demográficos; es decir, que produzca información susceptible de ser analizada estadísticamente.

Un elemento destacable, dentro de este recorrido histórico, lo conforman la serie de estudios culturales realizados a partir de mediados del siglo XIX, por misioneros, colonizadores y antropólogos, interesados en conocer las formas y costumbres de sociedades diversas y diferentes a las occidentales, tanto de América como en África, Asia y Oceanía. El método utilizado en estos estudios incluyó, desde un comienzo, la etnografía y el interés por “conocer” distintos atributos sociales o instituciones como la economía y sistemas de intercambio, las creencias religiosas y el trato con lo trascendente, el parentesco y los vínculos familiares, la magia y la sanación, el uso y distribución del poder, entre otras. Para ello fue necesario “vivir” por largas temporadas con los pueblos que eran de interés, aprendiendo su lenguaje y sus costumbres por medio de relatos orales y observaciones de primera mano, proceso de investigación que hoy conocemos como ligado al trabajo de campo, pero que se diferencian sustantivamente en condiciones de fondo —disciplinares— y de forma —tiempo destinado, utilización de diversas técnicas, etcétera. Ello marcó una impronta definitiva y diferenciadora en los métodos y técnicas cualitativas de investigación y generación de información social que perdura hasta ahora. Destacan aquí los trabajos de Franz Boas (1858-1942) sobre los kwakiutl y el de Bronislaw Malinowski (1884-1942) entre los trobriandeses.

 

Para Franz Boas, la tarea específica del etnógrafo consistía en investigar las tribus “primitivas” que carecían de historia escrita, descubrir los restos prehistóricos y estudiar los tipos humanos que habitan y habían habitado el mundo. Dicha investigación implicaba la descripción de las formas y funciones del cuerpo, así como las manifestaciones de la vida mental. El estudio del lenguaje constituía una parte fundamental de su antropología, no sólo porque él proporcionaba un más completo acceso a las respectivas culturas, sino también porque las formas y categorías gramaticales aparecen, para este investigador, como inconscientes para sus hablantes, por lo que proporcionaban al cientista social un mapa de la “organización básica del intelecto humano”.

Siguiendo con el recorrido histórico que estamos planteando en torno a los métodos cualitativos, debemos mencionar la serie de estudios, investigaciones y publicaciones que se llevaron a cabo en la Universidad de Chicago hasta los años cincuenta del siglo pasado. El interés de esta escuela por el desarrollo, utilización y difusión de métodos y técnicas cualitativas, quedó de manifiesto en los procedimientos utilizados para abordar diversos fenómenos sociales, como los problemas de integración racial, guetos y áreas naturales urbanas, pandillas y organizaciones e instituciones.

Este período incluye el trabajo llevado a cabo por Bronislaw Malinowski, de quien sus etnografías gozaron desde el principio de gran reputación. De hecho, sus obras Argonautas del Pacífico occidental (1922), La vida sexual de los salvajes (1929) y Los jardines de coral y su magia (1935) aún aparecen mencionadas como uno de los más importantes textos de metodología antropológica. Malinowski fue el primer científico social que practicó una intensiva “observación-participante”; sus estudios no tienen parangón y sus dotes lingüísticas eran excepcionales. Sus áreas de interés abordan casi todas las grandes instituciones culturales (economía, religión, política, educación, entre otras).

En forma convergente, la Escuela de Chicago, con su énfasis en el trabajo de campo, el material etnográfico y las historias de vida, ejerce una gran hegemonía en esta época. De la gran variedad de estudios e investigaciones que se desarrollaron bajo el influjo de esta organización universitaria, pueden mencionarse aquellos que utilizaron la técnica de la observación participante (Anderson, The hobo, 1923; Cressey, The Taxi-Dance Hall, 1932) y la utilización de historias de vida de criminales y delincuentes juveniles (Shaw, The Jack-Roller, 1966; Sutherland, The professional Thief, 1937) También cabe destacar la serie de estudios y publicaciones generadas por Lloyd Warner (1898-1970), quien aplicó la perspectiva cultural al estudio de las organizaciones formales estadounidenses. Warner utilizó la teoría funcionalista y la metodología de la observación participante en sus estudios comunitarios de Yankee City, realizada en 1941 en la ciudad de Newburyport, en el estado de Massachusetts, donde vinculó las características de la comunidad regional e ideologías organizacionales con el comportamiento de los empleados. En 1942, se trasladó a Chicago y junto a algunos colaboradores —entre los que se contaban Arensberg, Chapple, Richardson y otros— fundaron la Sociedad para la Antropología Aplicada. Los objetivos fundacionales de la entidad fueron promover la investigación científica en los principios de las relaciones humanas y fomentar su aplicación en problemas prácticos. Del ejemplo infundido por Warner y sus colaboradores, surgieron otros investigadores interesados en este tipo de estudios. Sólo a modo de referencia se puede citar a William Whyte, quien estudió etnográficamente la sociedad de la esquina (Street Corner Society, 1943) y las relaciones humanas en diversas industrias, restaurantes, hoteles, acero, automóviles, vidrio y petróleo. Igualmente significativo es el caso de Burleigh Gardner, quien en sus estudios sobre relaciones humanas observó a la organización como un sistema social vinculado a la comunidad y la sociedad. Ejemplo de ello fue su investigación realizada en 1945 sobre el supervisor como un hombre intermediario (Arnold y Flores, 2003).

Entre 1950 y 1970 observamos la emergencia de diversas vertientes epistémicas que pretenden enfatizar y promover el uso de métodos y técnicas cualitativas de investigación social de forma cada vez más rigurosas. Aquí encontramos los estudios de Becker, Geer, Hughs y Strauss (1961), denominado Boys in White, y de Glaser y Strauss (1967), The discovery of grounded theory, perspectiva que analizaremos con algún detalle en otro acápite de este mismo texto. Surgen igualmente perspectivas aún coexistentes, como la fenomenología, el interaccionismo simbólico y la etnometodología, que rescatan al actor social como protagonista fundamental de los fenómenos sociales y las interpretaciones y significaciones que para ellos tiene la denominada “realidad”.

Es destacable en este período, los aportes de investigadores sociales influenciados por la semiótica y la hermenéutica, entre los que podemos nombrar una variedad significativa de enfoques como el posestructuralismo de Barthes, el neoenfoque analítico de Phillips, el neomarxismo de Althusser, las teorías rituales del drama y la cultura de Turner, el deconstructivismo de Derrida, la etnometodología de Garfinkel y la descripción densa de fenómenos sociales, como lo platea Geertz.

Mención especial merece la descripción densa de fenómenos sociales desarrollada por Clifford Geertz (1973). Geertz adhiere a una concepción de ciencia que se entronca directamente con el idealismo filosófico alemán, el cual distingue claramente entre las ciencias de la naturaleza y las ciencias del espíritu. En estas últimas se destaca una concepción de lo humano que resalta sus características únicas, como la reflexivilidad, creatividad e intencionalidad, los propósitos y significados; en fin, todos aquellos asuntos que están ausentes en el mundo natural y animal, y a los cuales no pueden ser aplicados los modos de análisis con que se estudian los fenómenos físicos o biológicos. Lo social, bajo esta perspectiva, se hace inteligible a través de procedimientos especiales: la comprensión (Verstehen), la empatía y un conjunto de operaciones técnicas como la observación participante, las historias de vida y en general gran parte del instrumental metodológico cualitativo que caracteriza a los estudios de campo.

El programa propuesto por Geertz implica una ruptura con el patrón de explicación causal en favor de las explicaciones interpretativas. Él invita seriamente, en una evidente alusión a los procedimientos hermenéuticos, a considerar la actividad humana como un texto y la acción simbólica como su contenido. El análisis de fenómenos sociales supone en consecuencia, una actividad interpretativa del investigador y que consiste en descifrar estructuras de significación socialmente establecidas. Estas significaciones no son privadas ni idiosincráticas, y de ninguna manera fenómenos psicológicos. Por el contrario, es social y así lo es la significación. A pesar de que lo simbólico es “ideacional”, no lo encontramos en la cabeza de nadie, y no siendo “material”, no es una entidad oculta, inaccesible a la observación. El objetivo más importante de este enfoque semiótico es invitarnos a acceder al mundo conceptual en que viven nuestros “observados”, de modo que podamos en un sentido amplio del término, incorporarnos a sus “conversaciones”, participando en su entramado cultural.

El proceso que utiliza Geertz se denomina “descripción profunda o densa”, noción que tomó prestada del filósofo Gilbert Ryle, de gran importancia en la antropología británica de los años cincuenta. La descripción densa implica el hecho de que cualquier aspecto del comportamiento humano tiene más de un significado. La conducta es el movimiento del cuerpo que posee más capas significativas. Aquí, la analogía con la arqueología es útil; el comportamiento humano tiene desde el punto de vista de Geertz, una variedad de niveles de significado. Encontrar y explicar estas intenciones es el papel del etnógrafo, quien, en el proceso, afila su mejor arma: el concepto de cultura. El propósito de este autor consiste en buscar un significado, una explicación (literaria) y no la propuesta de leyes, como es el caso de la ciencia experimental. Interpretación es el nombre de la herramienta que utiliza para cumplir el objetivo de buscar el significado.