Fabricato 100 años - La tela de los hilos perfectos

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El crecimiento del negocio: necesidad de “ensanche”

Ante la demanda de las agencias por más productos de Fabricato (que incluían las telas estampadas que ya estaban produciendo empresas como Coltejer), sus directivos evaluaron varias alternativas para establecer una ampliación de su capacidad instalada.28 La primera consistía en el “ensanche” de la fábrica en Bello y en la compra de maquinaria, así como un aumento en el volumen de materias primas. Para ello era determinante la elección de una localización en la geografía colombiana. Los lugares considerados para una nueva planta fueron Bello, Bogotá y Copacabana, y los criterios de evaluación eran disponibilidad de fuentes de energía, cercanía con el mercado y beneficios tributarios.29 Aunque Bogotá ofrecía la cercanía con el mercado más importante y Copacabana ofrecía exenciones tributarias llamativas, la Junta Directiva decidió hacer la ampliación en Bello porque consideró que, a pesar de que este municipio no cedió ante las solicitudes de exenciones tributarias, eran evidentes las disminuciones en costos que representaba aprovechar la capacidad instalada, en especial en materia energética y evitar la compra de nuevos terrenos para administrarlos en conjunto con los existentes.30 Para la financiación, la Asamblea de Accionistas, en sesión extraordinaria del 18 de septiembre de 1937, decretó un incremento de capital de 400.000 pesos, por solicitud de la Junta Directiva que presentó un informe en los siguientes términos:

Ese aumento de capital se requiere para atender en parte a las necesidades de la empresa para su nuevo y completo ensanche, el que, por su magnitud representa un fuerte desembolso de dinero. Para daros una idea del nuevo montaje os podemos informar que esa maquinaria aumentará la producción de la fábrica en un 50% aproximadamente.31

Las oportunidades que ofrecía el mercado para el crecimiento de Fabricato llevaron a sus directivos a considerar, además del crecimiento orgánico, la adquisición de otras empresas textileras.

Fusiones y creación de otras empresas

En 1934, los directivos de Fabricato iniciaron acercamientos con los de la Fábrica de Tejidos de Bello para una posible fusión. Hacia 1936, tanto los gerentes como las juntas directivas de ambas empresas demostraron interés en la operación, cuyo estudio se prolongó hasta los primeros meses de 1937. Las negociaciones se suspendieron en forma temporal porque no se había llegado a un acuerdo en relación con el número de acciones que de la Fábrica de Bello correspondían a cada acción de Fabricato, cálculo obligado en fusiones de este tipo. En 1939 se retomó el asunto y el 28 de agosto de ese mismo año se aprobó la fusión y la Junta Directiva presentó a la Asamblea de Accionistas de Fabricato el informe final de la operación, que contenía, entre otras, las siguientes consideraciones:

Nos ha parecido esta negociación de enorme trascendencia para el desarrollo de la industria textil ya que los equipos de ambas fábricas se complementan entre sí, para una producción más en grande y económica, a la vez que se elimina una competencia que hoy se hacen las dos empresas capacitándolas para un progreso definitivo, pues les permite adoptar nuevas orientaciones de acuerdo con las necesidades del país en este ramo de la industria. 32

Después de la fusión, las empresas se siguieron administrando en forma separada. En actas de Junta Directiva y de Asamblea General se hacía alusión, de manera diferenciada, a las plantas, el personal y a las ventas de Fabricato y Bello.

Los directivos de Fabricato también buscaron la fusión con Tejidos Santa Fe, que se cristalizó en diciembre de 1941.33 Además de las adquisiciones de empresas del sector textil, realizadas durante este período, en 1939 Fabricato se asoció con otras empresas de diferentes sectores económicos para la constitución de Industrial Hullera S. A., cuya actividad fue la explotación económica del carbón con destino a las industrias de Medellín.34

Las primeras dos décadas fueron para la empresa un período de crecimiento, de afianzar prácticas de administración y de aprovechar las ventajas que ofrecía un mercado creciente. Una de las grandes lecciones durante dicho período fue su compromiso con sus trabajadores, con Bello y con Colombia en general. El empeño de ser una compañía con presencia nacional y de producir telas de calidad da cuenta del espíritu que Fabricato fue construyendo como empresa y que le serviría de cimiento para alcanzar 100 años de existencia.


Almacén donde se vendían telas, calcetería y ropa Interior Fabricato, Primavera y Pantex, lugar y fecha no identificados

Archivo Fabricato

Telas estampadas y confecciones: Fabricato en el contexto de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945)

Aunque para la población de Colombia, en general, no hubo muchas consecuencias directas de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), para la producción textil de Fabricato tuvo efectos, tanto positivos como negativos. El contexto de la guerra generó escasez de textiles importados, lo que incrementó la demanda de sus productos. Esto motivó la adquisición y la puesta en marcha de su primera máquina de estampados, en diciembre de 1940.35 En este contexto, la empresa continuó con su compromiso de ofrecer productos de calidad y la eficiencia de la producción. En 1941 se reportó que:

Fabricato responde a las necesidades, preferencias y gustos de los consumidores sin que para tal efecto se descompense la organización interna de su producción. No hay marcas especiales a qué referirnos, pues ello puede resumirse sencillamente en la afirmación de que los productos “Bello” y “Fabricato” están reconocidos y aceptados por el público como de calidad satisfactoria. Al hablar de la aceptación general de estos productos, queremos decir que los emplean las distintas capas sociales, desde el trabajador campesino y obrero hasta las personas que reclaman mejor calidad y presentación.36

Con la prolongación de la guerra, se dificultó la consecución de materias primas y maquinaria, sobre todo de los países involucrados de manera directa en la contienda bélica, como Estados Unidos, en el que las fábricas de maquinaria fueron reorientadas hacia la producción de objetos de uso militar. Ante el cierre de las importaciones, Fabricato se vio en la necesidad de producir con toda su capacidad. En 1942 se habían ampliado los turnos, para llegar a casi veinte horas diarias de trabajo de las máquinas, con lo que se duplicó la fabricación de las telas.37

La entrada de los insumos, como el algodón, y los productos químicos, como las anilinas, también fue difícil. Las pocas cantidades que se conseguían tenían costos muy elevados, lo que se debía en especial a la disminución en la oferta de algodón estadounidense y a las dificultades para conseguir transporte marítimo.38 Por estos motivos, el algodón empezó a importarse de Perú, Argentina, Brasil y Haití. Con este cambio en los proveedores, los puertos sobre el Caribe colombiano fueron perdiendo la hegemonía que había ostentado en años anteriores. Ahora, el algodón importado de Suramérica comenzó a llegar por Buenaventura, sobre el océano Pacífico. En cuanto a la importación de anilinas, la dificultad surgió una vez el proveedor fue incluido en lo que se denominaba, en el contexto de la guerra, la “lista negra”, es decir, que por ser de origen alemán estaban restringidas sus operaciones en los países “aliados”, a los que se unió Colombia a finales de 1941.39 Además, había limitaciones para renovar los estampados, pues para este proceso se requerían rodillos con diseños específicos que debían ser gravados, proceso que generalmente se hacía en Brasil. Estas nuevas condiciones estuvieron acompañadas por la lentitud en los trámites por parte de la Superintendencia de Importaciones en Bogotá.40 Por esta conjunción de factores, los directivos de la empresa decidieron incrementar los inventarios de materias primas.

En los años 1940, Fabricato continuaba distribuyendo sus productos por intermedio de agencias. Su importancia para la operación de la firma la expresó el grupo de directivos en 1943, de la siguiente manera: Fabricato “ha tenido como norma fomentar compañías filiales con el fin de poseer renglones completos de artículos para sus agencias”.41 De hecho, ellas continuaban siendo el cliente principal de la empresa y, en buena medida, eran las que aseguraban la generación de utilidades. Durante estos años no hubo cambios de consideración en el número ni en la localización de las agencias. La única excepción fue la solicitud para atender clientela en los Llanos Orientales de una empresa que tenía una flotilla por el río Meta y que se comprometía, además de vender los productos de segunda de Fabricato, a informar a la compañía sobre el potencial de mercado de esa zona del país.


Micro, No. 57, Medellín, mayo de 1944

Fabricato, con la gerencia de Jaime Echavarría (1942-1944), seguía manteniendo vínculos constantes, y en asuntos diversos, con el Gobierno municipal de Bello, el departamental de Antioquia y el nacional, que controlaba las importaciones por medio de la asignación de cupos para el algodón. Además, el Gobierno estaba discutiendo sobre la emisión de los bonos Denal, de inversión forzosa, con los que se buscaba congelar recursos de las empresas. En este contexto, los directivos de Fabricato decidieron buscar a un representante de sus intereses en Bogotá. Para ello se eligió el político Carlos Lleras Restrepo, primero en representación de Fabricato y luego de la industria textil colombiana. Valga recordar que Lleras Restrepo ocuparía la presidencia de Colombia dos décadas más tarde, entre 1966 y 1970. Con este mismo propósito, la textilera antioqueña también participó en la fundación de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI) en 1944, asociación que a partir de entonces asumió la voz de todos los industriales ante el Estado.

 

A pesar del contexto de guerra (o precisamente por él), Fabricato continuó en su proceso de expansión. Para ello, se alió con la Burlington Mills Corporation, la más grande productora de rayón de Estados Unidos, para establecer una nueva fábrica de textiles. En 1944, con la dirección de Rudesindo Echavarría Echavarría (1944-1948), se constituyó la Panamerican Textiles (Pantex), con un capital de un millón de pesos.42 En forma simultánea, la compañía venía avanzando en sus proyectos de crecimiento, por medio del relacionamiento estratégico con algunas empresas locales. En 1946 participó en la creación de una nueva firma, que se constituyó con el aporte de los activos de Santa Fe (perteneciente ya a Fabricato), Vicuña y Filana, todas productoras de tejidos de lana.43 La nueva empresa se denominó Paños Vicuña-Santa Fe S. A.44 Además, en 1945, los directivos de la compañía decidieron fortalecer el negocio de las confecciones, puesto que, según se indicó en una de sus actas, “todo hace prever que la tendencia del mercado está en suministrar los productos ya elaborados a los consumidores”.45 Con dicho propósito, se constituyó Confecciones Fabricato Ltda., con un capital de 200.000 pesos, de los cuales la firma aportó dos terceras partes.46 Dos años más tarde, Confecciones Fabricato Ltda. se fusionó con la Fábrica de Camisas Primavera, para formar la que se denominó Confecciones Primavera S. A.47


Vitrina Fabricato, se aprecia el estampado Percal 28

Fotógrafo: Francisco Mejía, Medellín, ca. 1950

Archivo Fabricato

El contexto de la guerra mundial sirvió para que los directivos de la empresa construyeran nuevos vínculos comerciales con los proveedores y para capitalizar aprendizajes útiles. Además de sortear las dificultades inherentes al abastecimiento de materias primas, la compañía innovó a través del relacionamiento con países suramericanos. Su prestigio había alcanzado el punto de que una empresa estadounidense la consideró como socia para expandirse en el negocio textil, lo que estableció un vínculo fundamental para la adquisición de nuevas tecnologías y para la formación de cuadros directivos de Fabricato en Estados Unidos. El vínculo entre Burlington y Fabricato se mantendría como una relación armónica, provechosa y de largo plazo. El período de guerra representó retos, pero generó importantes aprendizajes en la firma, en especial en cuanto a la búsqueda de nuevos proveedores de la compañía y a su relacionamiento con otras empresas y mercados objetivos.


Creaciones colombianas. Estampados Fabricato

Ilustrador: David

Gloria, No 1, Medellín, marzo-abril de 1946

Estampados Bretona y Amapola, dril Granada y poliéster-algodón: la moda de la posguerra en Fabricato (1946-1965)

En 1946, el gerente de Fabricato manifestó: “con la terminación de la guerra se observa mayor actividad en los despachos de materias primas, repuestos y equipos, algunos de los cuales ya hemos recibido de Estados Unidos”.48 Esta frase recoge el cambio en las condiciones y el optimismo que acompañaba a la dirección de la empresa hasta mediados de los años 1960. Mantener la fábrica operando había sido un reto y los aprendizajes construidos en ese contexto se podrían aprovechar ahora que el entorno internacional ofrecía nuevas oportunidades para la producción. La demanda de las telas de Fabricato era creciente y la capacidad instalada parecía insuficiente para satisfacer los pedidos del mercado. En el informe presentado por la Junta Directiva a la asamblea, correspondiente al año 1951, se daba cuenta de lo que la textilera había logrado. El informe indicó que Fabricato:

Ha llegado a ocupar por su capital y por su volumen de producción, el segundo lugar entre los fabricantes de telas de algodón en Colombia; proporciona ocupación a cuatro mil obreros y obreras y a innumerable cantidad de personas que viven del transporte y comercio de sus productos en el país; ha cumplido realizaciones sociales tan importantes como el Centro Social, el Patronato, la Clínica y los barrios obreros, modelos de esta clase de obras en el mundo; y, por fin, ha construido la Central Hidroeléctrica La García que, como iniciativa privada, es en su género el esfuerzo más grande que se ha hecho en Colombia.49

En los años siguientes se vivió una gran bonanza económica en el país, gracias a que el precio internacional del café (entonces el principal producto de exportación de Colombia) alcanzó niveles sin precedentes. Además, se tenía la percepción de pacificación política en el contexto internacional con el fin de la Segunda Guerra Mundial, todo lo cual se tradujo en un auge para algunas empresas.

Con el paso del tiempo, este ambiente de optimismo se iría nublando. Tanto las condiciones económicas como de orden público en Colombia, así como la intervención del Estado colombiano en buena parte de las actividades de producción y comercialización de la empresa, marcarían las dos décadas siguientes de la historia de Fabricato. Estas condiciones afectarían los resultados de la compañía en los años por venir. En estos años, y, en especial, durante el período de enfrentamientos fratricidas por causas de filiación política (que sobrevino al asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948 y que se prolongó hasta 1953, conocido en Colombia como “la violencia”), se generó una disminución en la demanda con efectos sobre las utilidades de la empresa.50 Solo en 1953 se reportó un incremento en las ventas de Fabricato, que alcanzó un nivel sin precedentes para la firma.51

Para aumentar la capacidad instalada, Fabricato mantuvo la práctica de importar maquinaria de Estados Unidos hasta 1952.52 A partir de ese momento, comenzó a manifestar un mayor interés por acercarse a productores de maquinaria europeos.53 También se adquirían equipos usados de empresas colombianas y estadounidenses.54 Para la importación de maquinaria era frecuente que se recurriera a préstamos de largo plazo de bancos estadounidenses y locales, entre los que se destacaba el Banco Comercial Antioqueño.55 Cabe resaltar que el crecimiento de la capacidad instalada de Fabricato entre 1952 y 1958 fue del 48%.56

Con respecto a la operación, la empresa no solo compraba maquinaria, sino que también comenzó a fabricar algunos telares hacia finales de los años 1950.57 Durante esa época, se monitoreaban de manera permanente los telares elaborados por Fabricato y era frecuente que se comparara su eficiencia con la que alcanzaban los importados. Como se verá más adelante, estas experiencias servirían de base para la creación de Prominsa, compañía fundada en 1964 para la fabricación de maquinaria industrial. Para la operación, además, se buscaban nuevas tecnologías con las que se pudieran mejorar las características de las telas por medio de blanqueamiento, teñido continuo y, entre otras, se incorporaron tecnologías para evitar que las telas se encogieran luego de lavadas. Para ello se importaron equipos y se trajeron técnicos que asesoraran a los operarios en tales procesos.58


Confecciones Primavera S. A. El Tiempo, Bogotá, 11 de agosto de 1947

En el período de posguerra la oferta de Fabricato creció.59 En general, el “mostrario” que daba cuenta de la variedad de estampados, texturas y colores de las telas de dichos años empezó a ampliarse de manera considerable. No solo los estampados eran novedosos y, en ocasiones, con motivos muy colombianos (hacían referencia a los recursos naturales del país), sino que también los driles empezaron a producirse en diferentes calidades y anchuras. La descripción de las telas muestra sus características. Las telas de camisa de hombre, “la Popelina No. 40, se fabricaba con hilos peinados y mercerizados los cuales le dan suavidad y belleza al acabado”.60 En cuanto a las rayas, eran tejidas, lo que permitía que la tela se usara por ambos lados. Por su parte, el nombre de la tela Amapola se decía que se había inspirado en la flor de la batatilla, y el diseño de las flores se combinaba con hojas en “distribución caprichosa” en 12 tonalidades distintas.61 Además, se empezaron a producir telas de 90 centímetros de ancho, cuando antes solo eran de 60.62 Ya para 1956, las agencias presentaban los estampados que deseaban y estos eran producidos con el carácter de telas exclusivas.63 Hacia 1960, se destacaba la producción de dos driles (Supernaval y Naval) y de todos los percales, que se vendían, en su orden, a 3,80, 3,50 y 1,45 pesos la yarda.64

Esta variedad de productos y cambios, guiados por las tendencias que marcaba la moda europea, empezaron a generar inventarios de telas de difícil venta. El problema de definir las cantidades que se producían de cada tipo de tela, así como el momento propicio para descontinuar aquellas que no eran del agrado de los consumidores, era un reto para la dirección de la textilera. Continuando con la tradición de Fabricato, se invitó a participar en las reuniones de producción a diferentes agentes o empleados de las agencias, con quienes se buscó resolver esta situación en concreto.65

Las agencias se mantenían como el canal más importante de comercialización de las telas y frente a ellas se reforzaba la política de que fueran exclusivas y se les hacían ventas en consignación y en firme. Cabe resaltar que en dichos años el 55% de las ventas eran en consignación.66 Además, algunas agencias fueron encargadas para atender las ventas de productos de segunda, mientras otras tenían a su cargo la atención de los confeccionistas, con mejores descuentos y plazos.67 Sin embargo, Fabricato fue asumiendo la venta directa a los confeccionistas y distribuidores más grandes, como Almacenes Ley, Sears y Tía.68 En 1960, los clientes directos ascendían a 41.69 Para el caso de Venezuela y Ecuador, tales ventas se realizaban desde las agencias localizadas en la zona fronteriza con Colombia.70 Es interesante anotar cómo las exportaciones apenas empezaron a ser del interés de Fabricato desde finales de la década de 1940. Esto era comprensible en un contexto en el que el Gobierno nacional, en lugar de promover las exportaciones, las limitaba. Solo se permitía exportar el 5% de la producción de la empresa.71 Fue a partir de 1960 cuando Fabricato incursionó en exportaciones por medio de agentes.72


Coleta Gloria de Fabricato producida en 34 colores diferentes

Gloria, No. 20, Medellín, julio-agosto de 1946


Tela Bretona de Fabricato

Gloria, Nos. 13-14, Medellín, mayo-agosto de 1948

Con respecto a la operación, en esos años había escasez de personal con formación especializada en la producción de las telas, así como en su comercialización y en el manejo de las agencias. También escaseaba el personal directivo especializado. Por este motivo se aprovecharon diferentes alternativas para la formación de los cuadros directivos. En ese entonces ganaron popularidad los viajes para conocer empresas estadounidenses y las visitas a ferias internacionales.73 También, Fabricato buscó asesorías técnicas y oportunidades en el SENA y en el extranjero para la profesionalización de los empleados en materia de producción.74

 

Entre las actividades de soporte para la producción y comercialización de los textiles de la compañía durante dicho período se destacan las relaciones que se construyeron con Distribuidora de Algodón Nacional (Diagonal). Esta empresa, como se verá más adelante, tenía a su cargo la promoción del cultivo de algodón, así como la compra de las cosechas de tal producto. Además, durante los mencionados años Fabricato buscó asesorías de firmas estadounidenses para el manejo contable y para ello se tomaron en arrendamiento máquinas de contabilidad.75

A finales de la década de 1950, la situación económica del país tuvo efectos negativos para la compañía y para la industria textil en general. Además de incrementarse en un 53% el tipo de cambio (con el consecuente aumento de los costos de producción), el valor del algodón de origen nacional aumentó en un 60% y el importado en un 95%, en términos aproximados. Por todo ello, los directivos de Fabricato solicitaban a los accionistas “cautela” en la distribución de utilidades. A pesar de las circunstancias adversas, la empresa seguía experimentando un aumento importante en las ventas, que en 1960 llegaron a 203 millones de pesos.76 El mercado colombiano iba en aumento, como resultado del crecimiento demográfico y la proliferación de estudiantes y oficinistas, que demandaban mayor cantidad de productos confeccionados industrialmente para atender los diferentes códigos de vestuario, como el uso de camisas de puño y trajes de paño.77


Dril Naval, primera tela sanforizada de Fabricato, 1951. En la imagen aparecen Juan Felipe y Enrique Gaviria Gutiérrez, hijos de Jesús Gaviria Toro, socio fundador de Propaganda Éxito en Medellín

Archivo Familia Gaviria Gutiérrez

Durante los primeros años de la década de 1960, y hasta mediados de ella, los directivos de Fabricato lamentaron las restricciones del crédito en el país, lo que, sumado al aumento en los costos de producción, obligó a la empresa a endeudarse en moneda extranjera. En ese período, el país estaba atravesando por una situación económica de recesión que, entre otros factores, llevó a una restricción de divisas, lo que, a su vez, ocasionó una gran limitación en la importación de bienes intermedios y de capital “requeridos para la marcha normal de la economía”.78 No obstante las dificultades, la compañía continuaba produciendo con su máxima capacidad y, para ello, el aprovisionamiento de algodón era fundamental.79 Durante la posguerra, la producción nacional de algodón provenía tanto de la región Caribe como del sur de Colombia, con la producción del Valle del Cauca en aumento. Cuando se requería complementar la oferta local de algodón, ya se contaba con proveedores en Estados Unidos, Haití, Brasil, Perú y México.80


Junta Directiva de Fabricato, ca. 1965 Archivo Fabricato