Un viaje en el tiempo

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10 de marzo

Hospital para enfermos mentales

“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto [...] me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos,a poner en libertad a los oprimidos” (Lucas 4:18, NVI).

¿Tienes idea de lo que era vivir en un manicomio en la antigüedad? Por la forma en que se trataba a la gente, los manicomios se parecían más a cárceles que a hospitales. En aquellos días, un manicomio era para los dementes, o “lunáticos... que están furiosamente locos”, como dice una fuente. Pero los pacientes con otro tipo de problemas también acababan allí, como los sordos, los afectados por retrasos en el desarrollo o síndrome de Down, e incluso los ciegos. ¿Los ciegos?, puedes preguntarte. ¿Por qué iban a poner a los ciegos con los locos? La respuesta es sencilla: había muy pocos lugares a los que se podía llevar a los discapacitados para que fueran tratados como seres humanos.

En este día de 1830, se estableció un hospital en Worcester, ­Massachusetts, Estados Unidos, con el propósito de dar a “los locos” un lugar seguro para vivir. (Por supuesto, hoy en día nos referimos a estas personas como enfermos mentales, o pacientes con alguno de los innumerables trastornos psicóticos.) La legislatura estatal aportó 30.000 dólares para construir y supervisar un manicomio que acogería a 120 pacientes. El principal promotor del hospital fue un hombre llamado Horace Mann, también conocido por su labor en la apertura de muchas escuelas públicas. La mayoría de los pacientes que llenaban las habitaciones de este hospital habían estado anteriormente en prisiones.

Hoy en día, las leyes de los Estados Unidos y de muchos otros países del mundo han hecho que haya mejorado significativamente el trato que se les da a los que padecen enfermedades mentales y otras enfermedades debilitantes; y hay instalaciones para cada categoría de necesidad. Esto no cambia el hecho de que este mundo sigue cargado de personas que sufren. El sida, la obesidad, la depresión, el hambre, la diabetes, el covid, por no ir más lejos, amenazan con exterminar a nuestra raza. El enemigo de la humanidad trabaja horas extras para mantener a los humanos sumidos en horribles pozos de miseria física y emocional. Lo único que le gusta más que verte sufrir es echarle la culpa a Dios. La verdad es que Dios nunca es la fuente del sufrimiento, ni siquiera para lograr un bien mayor. Él solo desea tu felicidad, pero debe dar a cada persona el tiempo y la libertad suficientes para que tome su propia decisión respecto de a quién va a seguir. Dios espera con anhelo el día en que pueda abrir el hospital del cielo y limpiar todas las lágrimas de nuestros ojos.

11 de marzo

La bomba nuclear que fue lanzada accidentalmente

“No temerás al terror nocturno [...] ni a mortandad queen medio del día destruya” (Salmo 91:5, 6, RVR 95).

¿Cómo te sentirías si un día estuvieras sentado en el patio de tu casa y, de repente, una bomba cayera del cielo y detonara en tu pequeña ciudad? ¿Cómo te sentirías, si de repente, te dieras cuenta de que es una bomba nuclear? La historia sería muy similar a lo que ocurrió en las zonas de guerra de las que has leído en tu libro de historia: dos ciudades de Japón durante la Segunda Guerra Mundial. Pero, en realidad, está mucho más cerca.

El 11 de marzo de 1953, un avión B-47 estadounidense lanzó por accidente una bomba nuclear sobre Carolina del Sur. Afortunadamente, la bomba no estalló debido a seis cierres de seguridad que no se liberaron. Debió ser muy vergonzoso para el gobierno y para la gente que casi lo hizo, por no decir que fue simplemente aterrador. Dejar caer por accidente una bomba nuclear en tu propio país no parece estar muy alto en la lista de cosas inteligentes que se pueden hacer, pero los humanos somos conocidos por hacer, a veces, cosas tontas.

Las bombas nucleares son únicas en el sentido de que no se detonan dejándolas caer. Hay que hacerlas estallar. Antiguamente, la mayoría de las bombas se fabricaban así, pero ya no. Ahora, las bombas se fabrican con cuentas regresivas, temporizadores digitales y detonadores por control remoto que incluso pueden activarse haciendo una llamada telefónica con un código numérico secreto.

Es probable que accidentes como el ocurrido sobre Carolina del Sur ocurran más a menudo de lo que pensamos. Al gobierno seguramente no le gusta informar de este tipo de deslices y, probablemente, los ocultará todo lo que pueda. Sin embargo, lo más asombroso (y lo peor) es pensar en lo cerca que ha estado nuestro planeta de ser completamente destruido, desde el Diluvio en tiempos de Noé hasta la crisis de los misiles en Cuba, cuando Estados Unidos y la antigua Unión Soviética estuvieron a punto de desatar una guerra nuclear. Gracias a Dios, en su misericordia, él mantiene a raya las fuerzas del mal y la destrucción. Como dice el libro de Apocalipsis, los ángeles de los cuatro vientos mantienen los problemas bajo control, ¡y ciertamente han tenido mucho trabajo! Pero algún día, un día glorioso, Dios les dirá que su trabajo en la Tierra ha terminado, que pueden relajar sus músculos y descansar. Y podemos confiar en este Dios porque nunca, nunca ha hecho nada por accidente.

12 de marzo

Girl Scouts

“¡Muchas mujeres han hecho el bien, pero tú las sobrepasasa todas!” (Proverbios 31:29, RVR 95).

Parece que históricamente las niñas no han tenido tantas oportunidades de aventura como los niños. En los días del Lejano Oeste, Annie Oakley también pensaba así. A la temprana edad de nueve años, aprendió a cazar animales salvajes para proveer comida a sus hermanos y hermanas. Cuando su padre murió repentinamente, su madre la envió a una granja para pobres, que era un centro gubernamental para jóvenes necesitados. Annie aprendió a ser independiente y, gracias a sus habilidades como cazadora, llegó a actuar como francotiradora en uno de los espectáculos del Lejano Oeste de su época. Incluso actuó para los presidentes de los Estados Unidos y la realeza en Europa. La gente no estaba acostumbrada a ver a una mujer actuando así en público y parece que fue por eso que los periódicos de la época trataron de calumniarla con historias turbias sobre sus antecedentes. Pero Annie era, en realidad, una mujer de buena reputación y luchó para mantener su buen nombre.

Si las Girl Scouts [Niñas Exploradoras] hubieran existido entonces, Annie probablemente se habría unido a ellas. El 12 de marzo de 1912, Juliette Gordon Low, de Savannah, Georgia, fundó esta organización que ahora inspira a casi diez millones de niñas de 11 a 17 años en todo el mundo. El nombre original era The Girl Guides, pero se cambió a Girl Scouts [Niñas Exploradoras] en 1913. Hoy en día, las niñas exploradoras son conocidas por muchas cosas, especialmente por las galletas tan ricas que venden. Sin embargo, el verdadero propósito de la organización es ofrecer a las niñas oportunidades de aventura y aprendizaje, y educarlas para que sean ciudadanas modelo.

Así como Annie Oakley, las niñas quieren hacer casi todo lo que hacen los niños. Juegan al rugby y conducen coches de carreras, estudian derecho e ingeniería, e incluso tienen la oportunidad de presentarse como candidatas a la presidencia. Organizaciones como las Girl Scouts facilitan aventuras a las niñas; y si son cristianas, pueden tener un impacto aun mayor. Tienen oportunidades de cambiar su mundo, no solo a través de carreras profesionales en cualquier ámbito que elijan, sino aún más a través del servicio fiel para ayudar a los niños necesitados, así como a los adultos, a vivir vidas más significativas. Al igual que Jesús cuando estuvo en esta tierra, quien atesoró a cada persona que conoció, las niñas pueden alentar a las personas que conocen a experimentar la mejor aventura de todas: una amistad con el Dios que creó la aventura. El autor del Salmo se refería a ellas cuando dijo: “¡Muchas mujeres han hecho el bien, pero tú las sobrepasas a todas!”

13 de marzo

Descubrimiento de planetas

“Por la palabra del Señor fueron creados los cielos, y porel soplo de su boca, las estrellas” (Salmo 33:6, NVI).

¿Cuántos planetas hay en nuestro sistema solar? ¿Nueve? O tal vez ocho, dependiendo de a qué astrónomo le preguntes. (Algunos han redefinido a Plutón como una simple bola de hielo y no como un planeta.) ¿Cuál planeta es el séptimo contando desde el Sol? Si has dicho Urano, estás en lo cierto. El 13 de marzo de 1871, el inglés Sir William Herschel anunció su descubrimiento tras observar el planeta a través de su propio telescopio casero. Al principio, pensó que podría tratarse de un cometa pero, después de realizar cuidadosos cálculos y de trazar su recorrido por el cielo cada noche, decidió que debía ser un planeta. Herschel lo llamó Urano, en honor a la antigua deidad griega del cielo.

Hoy sabemos que es el tercer planeta más grande de nuestro sistema solar y uno de los cinco planetas clásicos que pueden verse sin la ayuda de un telescopio. Los astrónomos de la antigüedad nunca lo consideraron un planeta debido a su escasa luminosidad y a su órbita lenta. Urano se parece mucho a Neptuno, y ambos planetas son bastante distintos a los gigantes gaseosos más grandes, Júpiter y Saturno. Los astrónomos a veces colocan a Urano y a Neptuno en una categoría separada, y los llaman los “gigantes de hielo”. La atmósfera de Urano, al igual que la de Júpiter y de Saturno, está formada por hidrógeno y helio, pero tiene más agua. La velocidad de sus vientos puede llegar a 900 kilómetros por hora, y tiene la atmósfera más fría de todos los vecinos de la Tierra, con una temperatura mínima de -224° C. ¡Brrrrr! Al igual que los planetas mayores, Urano tiene un sistema de anillos y varias lunas. Gira alrededor del Sol una vez cada 84 años terrestres, tiene un período de rotación de unas 17 horas y está a más de 3.000 millones de kilómetros del Sol.

 

Dios debe haber tenido planes para todos estos asombrosos planetas en nuestro sistema solar, algunos de los cuales son cientos de veces más grandes que nuestra Tierra. Es asombroso considerar que nuestro sistema solar, con todos sus nueve (u ocho) planetas que nos parecen tan enormes, es solo una pequeña mancha en el espectacular laberinto de sus obras creadas. Si a él le importó lo suficiente como para esforzarse en dar a cada planeta elementos distintivos y hermosos, ¿cuánto más le importas tú, con todas tus características asombrosas?

14 de marzo

Nace un genio

“No siempre los ancianos son sabios” (Job 32:9, NTV).

¿Tienes problemas en la escuela a veces? ¿Te cuesta hacer tus tareas a tiempo? Pues no te preocupes. Una de las personas más inteligentes de la historia, nacida el 14 de marzo de 1879, también tuvo problemas en la escuela. No podía concentrarse en sus estudios y hacía demasiadas preguntas. Sus profesores pensaban que sería un fracasado en la vida. Su madre insistió en que tomara clases de violín, pero su verdadera afición era construir maquetas y aparatos mecánicos. Y ahí fue donde se inició su genialidad.

Aunque en el fondo era un hombre sencillo, Albert Einstein llegó a dominar los mayores desafíos en el campo de las matemáticas y la física. En 1921, su trabajo sobre las propiedades de la luz le valió el Premio Nobel de Física. Y fue uno de los primeros en sugerir la existencia de agujeros negros en el espacio. Su teoría decía que las fuerzas de la gravedad eran tan grandes en estos agujeros negros que ni siquiera la luz podía escapar de sus fuerzas gravitatorias. Pero la principal razón por la que, probablemente, Albert Einstein es famoso sea su fórmula de la energía (E=mc2). Su teoría de la relatividad sugiere que, si uno pudiera viajar lo suficientemente rápido, el tiempo se lentificaría.

Cuando Hitler subió al poder en Alemania, Einstein abandonó su país para establecerse en los Estados Unidos, donde comenzó a dar clases en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, Nueva Jersey. Fue durante esta época cuando ayudó a desarrollar el concepto de la bomba atómica. Esperaba que la energía atómica ayudara a equilibrar las fuerzas del poder militar en el mundo pero, más tarde, se dio cuenta de que “la bomba” solo nos había empujado hacia la posible aniquilación de la raza humana. Lamentó el papel que había desempeñado en el desarrollo de tal arma y se convirtió en un líder en la carrera por la paz.

Sin duda, Albert Einstein fue una de las mentes más creativas de la historia de la humanidad en lo que respecta al nivel físico de la existencia humana. Pero, este mundo consiste en algo más que el nivel físico. Cuando Jesús estuvo en nuestro mundo físico, anhelaba que la gente explorara el nivel espiritual de la vida, donde Dios podía comunicarse con ellos y bendecirlos más. No importa la edad que tengas, o incluso si eres un genio en el nivel físico, siempre queda un nivel más elevado por dominar. Dios nos recuerda en el libro de Job que “no siempre los ancianos son sabios”.

15 de marzo

El primer banco de sangre

“Él nos ha librado del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados” (Colosenses 1:13, 14, RVR 95).

La sangre siempre ha sido una parte importante de la atención médica, en especial frente desastres naturales y accidentes, o en tiempos de guerra. El 15 de marzo de 1937, nació el concepto de un banco de sangre en el Hospital del condado de Cook en Chicago, Illinois; una idea totalmente nueva en los Estados Unidos. Hoy en día, una persona puede donar sangre para que, en momentos de emergencia, haya un suministro para ayudar a las víctimas que la necesiten. Y recuerda que la vida que salves con tu donación ¡puede ser incluso la tuya!

La sangre es quizás el bien más preciado del cuerpo humano. Sirve para dar vida a cada tejido, a cada célula. Cada minuto, más de 4,7 litros de sangre hacen un circuito completo en el cuerpo a través del corazón. Por ese circuito, pasan unos 300 litros de sangre por hora, 7.200 litros por día y 2.627.945 litros por año. Sorprendentemente, la cantidad de sangre bombeada al día equivale a unas cien veces el peso del cuerpo. La sangre actúa como una cinta transportadora de los nutrientes buenos que necesita nuestro cuerpo y de la basura que este debe expulsar. Las arterias, los capilares y las venas llevan la sangre vital a todos los rincones del cuerpo humano como, por ejemplo, a los intestinos para absorber los alimentos que ingerimos, y a los pulmones para recoger el oxígeno y depositar el dióxido de carbono. La sangre también pasa por el hígado y los riñones para expulsar los desechos tóxicos que actúan como veneno para el cuerpo.

Cuando miras hacia abajo y ves tus manos cubiertas de sangre, sabes que algo anda mal. A los humanos nos gusta mantener nuestra sangre dentro de nosotros. Normalmente, Dios no necesita sangre para vivir; pero, cuando se hizo hombre y vivió en nuestro mundo como un ser humano, necesitó sangre para dar vida a cada tejido de su cuerpo, para absorber los alimentos que comía y para expulsar las toxinas de su cuerpo. Necesitaba la sangre para hacer todo lo que su cuerpo hizo por el nuestro. Era igual que nosotros. Pero, había un problema. Los humanos estaban en el camino de la separación eterna de él debido a que Adán y Eva habían elegido el pecado sobre la obediencia. Como no podía aceptar que muriéramos para siempre, eligió derramar su sangre, y morir en nuestro lugar. Él perdió su sangre en nuestro lugar para comprar el perdón de nuestros pecados y para expulsar estas toxinas venenosas. Perder un litro de sangre por otra persona es un regalo de sacrificio. Pero perder la vida por otra persona es amor verdadero.

16 de marzo

La venganza de los nativos

“Así que, si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed,dale de beber [...]. No seas vencido de lo malo, sino vencecon el bien el mal” (Romanos 12:20, 21, RVR 95).

En este día de la historia, Samoset, un miembro de la etnia abnaki, se hizo amigo de los colonos peregrinos en Plymouth, Massachusetts. “¡Bienvenidos, ingleses!” fueron sus primeras palabras. Eso ocurrió el 16 de marzo de 1621. ¿Por qué fue tan significativo este acontecimiento histórico? Porque Samoset había sufrido mucho a manos de los ingleses y de las enfermedades que los europeos habían llevado consigo. La mayoría de su pueblo había muerto de viruela. Poco después, presentó a los peregrinos a un amigo indio llamado Squanto que, más tarde, los ayudó a sobrevivir enseñándoles a cultivar en el suelo pobre de Nueva Inglaterra. Este es un gesto de amistad aun más notable, porque Squanto había sido capturado previamente por los ingleses y enviado a Europa, donde había sido esclavo durante un tiempo. Finalmente, Squanto escapó y volvió a Nueva Inglaterra como intérprete a bordo de un barco inglés. Un tercer indio llamado Massasoit también se hizo amigo de los peregrinos y se unió a ellos en una celebración de acción de gracias en el otoño de ese año.

Si no hubiera sido por estos tres nativos que se hicieron amigos de los peregrinos, la historia de Massachusetts y de los Estados Unidos podría haber sido muy diferente. Tal vez, Samoset y sus amigos se dieron cuenta de que, a pesar de las tragedias que habían destruido las familias de los indios y de los europeos, todos debían encontrar una forma de convivir y trabajar juntos si querían sobrevivir. Al final, los peregrinos ayudaron a Samoset, a Squanto y a Massasoit en su lucha contra una tribu guerrera de indios narragansett. ­Samoset no era cristiano y no conocía el consejo de Jesús de hacer el bien a sus enemigos. Squanto no sabía que Pablo dijo que la amabilidad con un enemigo podría convertirlo en amigo. Pero fue lo que hizo, y funcionó.

La vida puede ser extremadamente injusta. No es divertido ser maltratado, y puede darte una visión agria de la vida. ¿Cómo pudo Jesús, que fue traicionado, negado, abandonado por sus amigos en su momento de mayor necesidad, golpeado, escupido y crucificado por sus enemigos, haber mostrado un amor tan puro y consistente por personas que lo trataron tan mal? Porque él valoraba más la comunicación del amor que la conservación del yo. Utilizó estos insultos como oportunidades para decirle a la gente cuánto los amaba Dios. Cuanto mayor era la injusticia y la gravedad del insulto, más claramente aparecía el verdadero amor.

17 de marzo

La vacuna contra la varicela

“Jesús recorría todos los pueblos y aldeas enseñando en las sinagogas, anunciando las buenas nuevas del reino, y sanando todaenfermedad y toda dolencia” (Mateo 9:35, NVI).

¿Has tenido varicela alguna vez? Hoy en día, muchos niños no han contraído la enfermedad gracias a un reciente avance en el campo de las inmunizaciones médicas. El 17 de marzo de 1995, el gobierno de los Estados Unidos aprobó el uso público de la vacuna contra la varicela. La vacuna se vendió por primera vez en Nueva Jersey y se comprobó que tenía una eficacia de entre un 70 % y un 90 %. La varicela nunca ha sido tan peligrosa como la viruela. Las llagas y los síntomas pueden parecer similares al principio, pero los resultados finales son drásticamente diferentes. La viruela, que ahora se cree totalmente erradicada, solía acabar en la muerte.

Durante la época medieval, la palabra “viruela” significaba “maldición”. Esto llevó a mucha gente a creer que la varicela era una enfermedad provocada en los niños debido al uso de la magia negra. Se cree que la varicela fue descubierta y descrita por primera vez por Giovanni Filippo durante el año 1500, en Italia. Richard Morton, un médico inglés de la década de 1600, la llamó varicela porque pensaba que era una forma más suave de viruela.

La varicela es una enfermedad muy contagiosa, y sus llagas abiertas pueden provocar picazón en todo el cuerpo. Se incuba durante un período de 10 a 21 días, y puede transmitirse a través de la tos o los estornudos, o por contacto directo con una persona infectada. La varicela rara vez es mortal, aunque suele ser más grave en los adultos que en los niños. Puede ser una enfermedad bastante incómoda, pero la buena noticia es que, una vez que se ha padecido, no se vuelve a contraer. La varicela, junto con otras muchas enfermedades, es muy incómoda. No puedes concentrarte en nada porque te pica el brazo, luego la pierna y después la espalda. Es difícil acostarse o incluso sentarse. La mayoría de las enfermedades, al igual que la varicela, se caracteriza por diversos grados de incomodidad. Pero hay una enfermedad que puede ser bastante cómoda, al menos por un tiempo. Esa enfermedad es el pecado.

Cuando Jesús estuvo en la tierra, le daba placer curar a las personas que estaban plagadas de molestias por diversas enfermedades. Y especialmente, le gustaba sanar a los que estaban plagados de pecado. El pecado es extremadamente peligroso porque nuestra inclinación natural no es temerlo. Sabiendo que el pecado puede llevarnos a una muerte permanente, Jesús extiende su mano sanadora a todos los que quieren ser curados.

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