Desarrollo cognitivo, sensorial, motor y psicomotor en la infancia. SSC322_3

Tekst
Loe katkendit
Märgi loetuks
Kuidas lugeda raamatut pärast ostmist
Šrift:Väiksem АаSuurem Aa

3. Resumen

La observación es una técnica muy útil en el estudio del desarrollo sensorio-motor y cognitivo en la infancia, pero es necesario disponer de adecuados materiales de registro que ayuden a una efectiva recogida de la información obtenida por los instrumentos de evaluación. No sirven de nada unos instrumentos de evaluación cuidados, si no se pueden registrar de forma rápida y precisa la información observada.

En ocasiones, los propios instrumentos de evaluación determinarán los materiales de registro necesarios, pero en otras ocasiones será el educador el que elabore sus propios materiales de registro para que se adapten a sus necesidades y objetivos. Por ello, es imprescindible que un educador conozca el procedimiento que se debe seguir en la elaboración de estos.


Ejercicios de repaso y autoevaluación

1. ¿Qué tipos de escalas de valoración conoce?

2. Elabore y registre el siguiente suceso.

“En el patio de recreo, a las 11: 48 a.m., Andrea gritó y pegó a Francisco, porque este no le dejaba su muñeca.”

3. Elabore las posibles respuestas de una escala de observación numérica y de una escala de observación descriptiva para el siguiente suceso:

“Respeta el turno de palabra.”

4. Indique qué edad ha de tener un niño en el que se han registrado como “objetivo adquirido” en la Guía Portage los siguientes ítems:

1 Alcanza un objeto preferido.

2 Sostiene la cabeza y el pecho erguidos apoyados en un brazo.

3 Se queda sentado durante dos minutos.

4 Estando sentado se coloca en posición de gatear.

5. Indique cuatro ítems para poder valorar si un niño se encuentra en el tramo de edad de 4 a 5, según la escala de desarrollo cognitivo de la Guía Portage.

Bloque 2

El desarrollo cognitivo infantil

Capítulo 1

Diferentes teorías del aprendizaje y sus implicaciones en la E.I.

1. Introducción

A lo largo del presente módulo se estudiará un aspecto importante del desarrollo infantil: el desarrollo cognitivo. Aunque no se olvidará que el desarrollo de las estructuras cognitivas del niño está íntimamente relacionado con el desarrollo sensorio-motor, social y afectivo en la infancia.

Para conocer mejor la formación cognitiva del individuo, se realizará un repaso de las distintas teorías del aprendizaje y la implicación de las mismas en la E.I. (Educación Infantil), principal objetivo del capítulo que comienza.

2. Diferentes teorías del aprendizaje y sus implicaciones en la educación infantil

El aprendizaje es una característica natural de los seres vivos, pero cuando nos referimos a los humanos, hablamos de sistemas complejos de aprendizaje que suponen distintos niveles de dificultad.

La Psicología de la Educación dedica una amplia parcela de su conocimiento al estudio de estas estructuras del aprendizaje humano, con el fin de comprender, predecir y controlar el aprendizaje y, en consecuencia, el comportamiento humano.

Una vez que se conoce el proceso de aprendizaje es cuando es posible elaborar estrategias que lo favorezcan y faciliten. Es entonces cuando es factible ayudar al aprendiz a adquirir destrezas y habilidades en el razonamiento y en la adquisición de conceptos.

Como educadores, nuestra finalidad es favorecer el aprendizaje, en este caso del niño.

Desde la antigüedad se ha especulado con distintas teorías del aprendizaje, aunque no siempre ha habido acuerdo entre los distintos teóricos. Ya Platón, en su libro La República, trataba el tema del aprendizaje. Para él, la idea del conocimiento humano se basa en la proyección de sus “ideas innatas”, conocimientos previos que ya están en sus estructuras cognitivas y que, por diversos procesos, van emergiendo. Autores como Kant o Chomsky retomaron mucho más tarde los principios de la teoría platoniana del aprendizaje.

Sin embargo, otros autores, como Aristóteles, rechazaban esta doctrina, argumentando que no existen las “ideas innatas”, ya que no se puede aprender nada que no haya sido previamente experienciado. Todos los conocimientos, por lo tanto, se desarrollan a partir de las experiencias sensoriales.

Pero, no fue hasta mucho más tarde cuando surgieron los primeros estudios sistemáticos sobre el aprendizaje.


Recuerde

El aprendizaje es una característica innata y natural de los seres vivos.

2.1. La teoría del asociacionismo

Esta teoría surgió entre los empiristas ingleses de los siglos XVII y XVIII, y fue el germen de la posterior teoría conductista. Sus principios se basaban en el aprendizaje por asociación de ideas, que formuló Aristóteles.


Nota

Ya Aristóteles y Platón especulaban con distintas teorías del aprendizaje.

Su teoría partía de la observación del comportamiento animal, abordando de forma sistemática la observación y el análisis del aprendizaje en animales, para más tarde trasladarlo al aprendizaje humano.

Aún hoy en día es utilizado el principio de esta teoría en la llamada modificación de la conducta, con fines sobretodo de mejora y solución de los problemas comportamentales de los niños.

2.2. El aprendizaje conductual

Según Del Río, “el conductismo constituye una filosofía de la ciencia psicológica que concibe al hombre como ser unitario, en continua relación funcional con su entorno, y cuyo comportamiento está regido por leyes naturales, abordables desde una metodología científica”.

La teoría del aprendizaje conductual se basa en la conducta observable, haciendo a partir de ahí un estudio empírico de la misma y pretendiendo controlar y predecir la conducta. El objetivo final es obtener una conducta determinada, para lo que se analizará el modo de lograrla.

Pero, no todos los autores conductuales se encuentran en la misma línea. Así, por ejemplo, para Watson (1929) “la conducta es lo que el organismo hace, limitando su estudio a lo observable”, y para Skinner (1953) “la conducta surge de la interacción entre el individuo y su entorno”, con lo que la perspectiva a tener en cuenta es mucho más amplia.

A continuación, se exponen varios tipos de teorías de aprendizaje conductual.

Condicionamiento clásico

Es también conocido como Condicionamiento Respondiente, y se basa en el principio de estímulo-respuesta.

Uno de sus más conocidos representantes es Iván Pavlov y su Ley del Reflejo Condicionado. Pavlov basó su teoría en la observación de animales. Observó que la salivación de los perros que usaba en sus experimentos aumentaba ante la simple presencia de comida o de él mismo. Estableció que podía ser el resultado de una actividad psíquica, así que realizó su más conocido experimento. Este consistía en hacer sonar una campana, en un principio un estímulo neutral (ya que, hasta que no se produce el asociacionismo, el simple sonido de la campana no provoca ninguna reacción) en el momento anterior de proporcionar el alimento a los perros, que conforma el estímulo incondicionado (ya que, no está aún asociado a ninguna respuesta). Cuando los animales escucharon la campana repetidas veces antes de obtener el alimento (proceso de condicionamiento), llegó un momento en que sólo el sonido de la campana provocaba en ellos la salivación (que ya se habían convertido en estímulo condicionado y respuesta condicionada, respectivamente).

Esta es, pues, la base del condicionamiento clásico: provocando una asociación, a través de la repetición, se consigue obtener en el niño una respuesta concreta, aunque el estímulo natural que la provoca no esté presente. Ya no hay, por lo tanto, respuesta instintiva, sino aprendida.

La respuesta incondicionada es la que da el individuo de forma innata ante un estímulo que la provoca de forma natural, es decir, desencadenada por un estímulo incondicionado.

Tras el condicionamiento, sucede que un estímulo del entorno, que en principio no suscitaba ningún tipo de respuesta, es decir, un estímulo neutral, adquiere la cualidad de suscitar la misma respuesta. De esta forma, este estímulo neutro se convierte en estímulo condicionado, y la respuesta que se produce ante ese estímulo condicionado es una respuesta condicionada. Es la misma respuesta que la incondicionada, pero suele variar su nivel de intensidad.

Con este condicionamiento, si conseguimos emplear los estímulos adecuados, conseguiremos la respuesta deseada.

Hoy en día, la utilización de este tipo de aprendizaje es muy restringida, aunque se sigue utilizando para la regulación de las funciones más básicas del niño. Más que su aplicación o utilidad a nivel cognitivo, se puede encontrar su utilidad a nivel del desarrollo sensorio-motor. En este sentido, se ha comprobado a nivel científico que muchas conductas musculares, corticales, perceptivas, etc. son susceptibles de modificación a través del modelo conductista.

 

Uno de los representantes más conocidos del condicionamiento clásico es Iván Petrovich Pavlov y su ley del Reflejo Condicionado.

Hay una serie de fenómenos que afectan al condicionamiento. Son las llamadas leyes o principios del condicionamiento clásico:

1 Adquisición de la respuesta condicionada: que va a depender directamente del factor repetición. Esta adquisición será mayor cuantas más veces se presente el estímulo incondicionado junto al estímulo condicionado.

2 Extinción: se trata de la desaparición de la respuesta condicionada, cuando deja de presentarse de forma repetida el refuerzo.

3 Recuperación espontánea: consiste en el fenómeno caracterizado por la desaparición de la respuesta condicionada seguida por la reaparición de esta.

4 Generalización: consiste en el hecho basado en que la respuesta condicionada no aparece solo ante el estímulo condicionado, sino también ante otros que se perciben como similares.

5 Diferenciación: cuando se ha producido el condicionamiento, se produce una mejor separación de los estímulos condicionados ante los que se supone debe haber una respuesta condicionada.


Ejemplo

Como se observa en este ejemplo, cuando se repite el estímulo incondicionado varias veces, y se produce la asociación o aprendizaje por condicionamiento, ya no es necesario que vuelva a aparecer este para provocar la aparición de la misma respuesta, pues ya se ha condicionado.



Sabía que...

Iván Pavlov fue afín al régimen comunista durante la guerra civil rusa y sus detractores afirmaban que llegó a experimentar sus teorías del reflejo condicionado con presos del bando enemigo.

Quienes no negaron usar las técnicas del condicionamiento clásico con sus soldados fueron los militares del bando japonés en la II Guerra Mundial.

Condicionamiento Instrumental u Operante

Este tipo de condicionamiento sí ha tenido más relevancia en la práctica educativa, ya que procura, no solo buscar la relación estímulo-respuesta, sino que pretende consolidar una determinada respuesta, y para ello se sirve de refuerzos de distinta naturaleza.

Uno de sus principales teóricos es el anteriormente citado Frederic Skinner. También Skinner experimentó con animales. Su experimento consistió en colocar una rata que no había comido durante un día entero en una caja en la que había una palanca, que, al ser accionada por el animal, dejaba caer alimento dentro de la caja. Por casualidad el animal toca la primera vez la palanca, pero al cabo de un tiempo se repite lo sucedido. Cuando se produce el suceso una serie de veces, el animal directamente se posiciona a comer tras activar la palanca.


Sabía que...

Los detractores de Skinner levantaron rumores en los que le acusaban de someter a su propia hija Deborah a una “caja de Skinner” para observar sus teorías en humanos, lo que llevó a la niña a un grave trastorno mental.

Años más tarde, la propia Deborah Skinner desmintió estos rumores, aunque la verdad nunca se aclaró.

En el condicionamiento clásico, se consideraba la conducta del individuo como una simple respuesta a los estímulos del entorno sin más pretensiones. En el condicionamiento operante, sin embargo, se cree que, además de ofrecer respuestas al entorno, la conducta pretende influir y modificar dicho entorno. La conducta, por lo tanto, no es un fin en sí misma, sino que pretende un fin.

Así pues, el niño se conciencia de las consecuencias de sus propias acciones, tanto en el ambiente como en las personas y en sí mismo. Si estas consecuencias de su conducta resultan gratificantes, la probabilidad de que la conducta vuelva a darse es elevada. Si, por el contrario, la percepción del niño sobre las consecuencias de su conducta es negativa, la probabilidad de que vuelva a repetirla será más baja.


Nota

Según Burrhus frenderic Skinner, (1904-1990):

Un fracaso no es siempre un error, puede ser simplemente lo mejor que se puede hacer en esas circunstancias. El verdadero error es dejar de intentarlo.

Esta frase es una de las tantas que Skinner nos legó, de la que podemos extraer la siguiente idea: tenemos que enseñar a los niños y niñas desde pequeños que para aprender hay que equivocarse y que nunca hay que dejar de intentarlo. El verdadero fallo está en no hacerlo por miedo al error.

Se contempla, por tanto, una triple dimensión:

1 Los estímulos que provocan la conducta.

2 La conducta en sí.

3 Las consecuencias que siguen a la conducta.

Las consecuencias que siguen a una conducta operante suponen el refuerzo. Es aquí donde el condicionamiento cobra una gran importancia en la acción educativa con niños de infantil.

Así, en esta teoría de aprendizaje se da gran importancia a las condiciones que rodean al aprendizaje, suponiendo que estas lo condicionan en sumo grado. En este sentido, es el educador el que puede y debe conocer y manipular el ambiente para que las condiciones de éste sean favorables al desarrollo del aprendizaje que se quiere obtener.

Se conoce por reforzamiento al proceso por el cual el educador provoca una consecuencia tan pronto como se produce la conducta.

En este sentido, podemos hablar de dos tipos de refuerzos:

1 Refuerzos positivos: son aquellos que se aplican tras la aparición de una conducta que se quiere perpetuar. Estos refuerzos han de resultar agradables y gratificantes para el niño.

2 Refuerzos negativos: también llamados castigos. Son lo que se aplican tras la aparición de una conducta que queremos que desaparezca. Estos refuerzos suponen una experiencia negativa y desagradable para el niño.

Los refuerzos también se pueden clasificar en:

1 Refuerzos intrínsecos: que son internos y el observador no los puede contemplar. Quedan en el mundo interior del niño.

2 Refuerzos extrínsecos: son los externos al individuo, los que podemos observar, manejar y planificar.


Las consecuencias que siguen a una conducta operante suponen que el refuerzo sea positivo o negativo.

En la labor educativa, su uso se centra en los refuerzos positivos y extrínsecos. Debe evitarse el refuerzo negativo o castigo, procurando ignorar las conductas no deseables y haciendo hincapié en el refuerzo positivo de aquellas que se quiera perpetuar.

Dentro de los reforzadores positivos se pueden distinguir tres tipos:

1 Materiales: cuando se ofrece al niño un objeto material que desea cada vez que presenta una conducta positiva. Suelen ser juguetes o comestibles. Su inconveniente es que pueden estar muy limitados por el nivel de privación del niño. Es posible que los niños estén hartos de caramelos y juguetes, y esto ya no suponga una motivación extra.

2 Sociales: son las caricias, las muestras de afecto, el reconocimiento público, etc. Son los más eficaces y duraderos. Está comprobado que la aprobación verbal por parte del profesor de una conducta potencia fuertemente su perpetuación. Una gran ventaja de estos reforzadores es que son de muy fácil aplicación, ya que se producen casi de forma natural, y también que son totalmente instantáneos. Además, su efectividad no depende del nivel de privación material del niño.

3 De actividad: consiste en dejar al niño realizar su actividad preferida tras presentar una conducta deseable. El inconveniente de este refuerzo es la dificultad de la inmediatez, ya que no siempre se podrá interrumpir la actividad en curso.

La aplicación de las Técnicas de Modificación de la Conducta ha tenido relevancia en varios campos terapéuticos y educativos. Concretamente, son muy utilizadas en el campo de la Educación Especial, tanto de niños como de adultos.


Aplicación práctica

Imagine que usted detecta, a través de las entrevistas con los padres, que en el grupo de educación infantil en el que está hay un miedo generalizado a ir al dentista.

Elabore un plan de acción para solventar esta situación.

SOLUCIÓN

Aunque son múltiples las ideas que pueden estructurar un plan de acción para este caso concreto, a continuación se muestra un posible plan de acción:

Elaborar un completo análisis de la situación de partida, mediante la información que se puede extraer de las entrevistas a las familias y de los propios alumnos. Así, por ejemplo, en la acostumbrada asamblea que se realiza con los alumnos, se puede inducir una charla distendida sobre el dentista. Se les permitirá a los niños que expliquen sus conceptos, opiniones y creencias al respecto. Se les pide también que expongan todo lo que sobre el dentista saben (por qué se debe ir, cuándo se debe ir, qué ocurre allí, qué hace el dentista a su paciente, etc.). Se les facilitará que puedan expresar, igualmente, los sentimientos y emociones que les despierta este tema (les gusta ir o no, qué les parecen los dentistas, qué les parecen las consultas médicas, en general, etc.).

Con toda la información recabada, se obtendrá un punto de partida, en base al que se podrá elaborar el siguiente paso: el de intervención directa.

Algunas sugerencias de esta intervención directa puede ser la programación de una serie de actividades encaminadas al conocimiento de la labor del dentista y a los problemas que puede ocasionarnos no cuidar nuestra higiene dental y acudir al profesional.

Dentro de la metodología, en base a la que se realicen las actividades, se puede utilizar el sistema de refuerzos propuesto por las teorías del condicionamiento. Si el educador decide servirse sólo del refuerzo positivo, se pueden realizar las siguientes propuestas de actividades:

Colocar una cartulina en la pared de la clase, con los nombres de todos los alumnos seguidos por casilleros, en los que se colocará una estrella a aquellos niños que hayan acudido el día antes al dentista. Los niños, además, pueden llevar a casa unos cupones con su nombre, que los padres deberán colorear, siguiendo las instrucciones que se les indiquen, valorando la actitud del niño en el dentista. Ese cupón también se colgará en el mural, que se ha confeccionado.

Para generalizar este cambio de actitud y conducta al resto de los profesionales médicos, cada vez que un alumno cuente en la asamblea que ha visitado al médico y que su comportamiento ha sido correcto, que no lloró y que se portó bien, todos le darán un aplauso general y ese día será el encargado de algún trabajo de clase que le guste realizar (ir el primero en la fila, repartir los desayunos, repartir los libros a los demás...).

 

Estos son algunos ejemplos en los que se utiliza el refuerzo para modificar una conducta errónea y consolidar el logro de la correcta.


Sabía que...

Stanley Kubrick llevó al cine en 1971 una novela de Anthony Burgess llamada “La naranja mecánica”. Esta película, que le llevaría a la consagración como director de culto, tiene como tema central el tratamiento de la delincuencia y la violencia de unos jóvenes a través de técnicas puras de condicionamiento psicológico.