Argentina: Las canciones de su folklore

Tekst
Loe katkendit
Märgi loetuks
Kuidas lugeda raamatut pärast ostmist
Šrift:Väiksem АаSuurem Aa

(Cucho Márquez)

ADIOS, CATAMARCA, ADIOS

Zamba

Letra y música: Manuel Acosta Villafañe

Grabado por: Los Chalchaleros, Margarita Palacios, Los Altamirano, Los Cantores del Alba, Ambrosio Nicoli, Los Arribeños…

¡Adiós, Catamarca, adiós!

¿Quién sabe hasta cuando será?

¡Adiós, mi cerro el Ambato;

adiós Valle Viejo, adiós Capayán!

Camino del valle me iré:

camino del bello Pomán.

Me iré cruzando los campos.

¡Adiós, mi Joyango; adiós, mi Siján!

¡Cuántos recuerdos queridos,

por largos caminos me han de acompañar!

Y aunque me encuentre distante,

de mi Catamarca no me he’i de olvidar.

¡Adiós, Catamarca, adiós!

¿Quién sabe hasta cuando será?

Al irme dejo esta zamba

pa’ que mis paisanos la puedan bailar.

¡Adiós, ya me voy, ya me voy;

cantando algún día he’i volver!

¡Adiós, mi cerro, mis viñas;

adiós, Tinogasta; adiós, mi Belén!

¡Cuántos recuerdos queridos,

por largos caminos me han de acompañar!

Y aunque me encuentre distante,

de mi Catamarca no me he’i de olvidar.

013. Adios Tucumán

Héctor Roberto Chavero, conocido artísticamente como Atahualpa Yupanqui, nació en Campo de la Cruz (Pergamino) en 1908, muriendo en 1992 en la ciudad francesa de Nimes. Como él mismo decía:

«No conviene ponerse a decir muchas cosas con la zamba porque se traicionaría el espíritu del tres por cuatro, del juego del pañuelo; se pueden insinuar, nomás. Como el único lenguaje que tiene la zamba es el pañuelo uno le puede adjudicar a la mirada, al gesto, o al silencio del hombre cosas que el pañuelo no puede decir. Pero no le adjudique demasiado porque entonces cae en la filosofía y eso guárdelo para otro asunto.»

Contaba don Ata:

«En su origen, este tema tiene una tristeza política. Unos amigos míos eran terratenientes de Raco, primos hermanos entre sí. Y yo, un Juan de afuera. Conocían ellos mi devoción por el paisaje, por el paso, el caballo, la copla, los hombres, los guardamontes y las bagualas. Pero la política los alejó de mí y de la amistad profunda que nos juntaba. Yo soy amigo de la gente sin preguntarle cómo piensa, ni para qué lado. Me basta con que sea criolla y suficiente. Bueno, esta gente empezó a no mostrarme la cara. En las cumbres de Raco yo tenía un ranchito tortiao, hecho con mis manos. Me fue para mí. Me largué del ómnibus y había un caballo que me estaba esperando en la parada, junto al boliche del turco Antin. Monté y me fui hasta una tranquera del “campo la Zanja” para poder subir» —desde allí me quedaban cuarenta minutos de viaje para arriba— y la encontré con llave. Entonces me acerco a la finca de los señores y digo: “está con llave”. No sé, me contestó uno de los peones, la habrá cerrado el niño tal o cual». Ningún niño, ninguno de los gauchos amigos míos estaba allí. Entonces me di cuenta que la intención era no facilitarme la llegada a mi pobre rancho de las cumbres de Raco. Era un descuidar la amistad, fastidio, repudio a mi condición de criollos. Ellos se sentían muy argentinos, muy partidarios de Facundo Quiroga y de Juan Manuel de Rosas. En cambio yo estaba con el pueblo, con el más golpeado, con el que tenía alpargatas. Y yo las tenía. Era lo único, mi guitarra vieja, las alpargatas y muchos sueños. Al otro día agarré mi caballo y a unos siete kilómetros monte arriba le di un guascazo en las ancas y se perdió galopando en las cumbres. «Nunca más te voy a ensillar», le dije. Me vine. Lo único que me tomé fue mi máquina de escribir y unas espuelas, de a pie vine bajando y salté la tranquera. Ya nunca más volví a Raco. De allí nació esta zamba: «Adios Tucumán».

ADIOS TUCUMAN

Zamba

Letra y música: Atahualpa Yupanqui

Grabado por: Atahualpa Yupanqui, Jorge Cafrune, Los Chalchaleros, Los Visconti, Dúo Coplanacu, Dúo Benítez – Pacheco, Dúo Socavón, Mono Villafañe, Quiroga Larreta, André y su Conjunto, Las Voces del Norte…

¡Qué mala será mi pena,

que sólo sabe penar!

¡Cómo me duele esta pena,

de irme tan lejos de mi Tucumán!

No me asustan los caminos,

ni arenas ni pedregal.

Por muchos que haya en el mundo,

no son los caminos de mi Tucumán.

¡Adiós, mi pago querido,

mi rancho de Raco,

mi lindo sauzal!.

Cuando te cante en mi zamba,

¿quién sabe, tu gaucho,

por dónde andará?

Mi sillonero pasuco,

ya nunca lo ensillaré.

Lo han de cuidar las estrellas:

¡adiós, mi caballo, ya no volveré!



Senditas las de mi tierra,

caminitos de Tafí.

Tal vez, una tucumana, bailando la zamba

se acuerde de mí.

¡Adiós, mi pago querido,

mi rancho de Raco,

mi lindo sauzal!.

Cuando te cante en mi zamba,

¿quién sabe, tu gaucho,

por dónde andará?

014. Agitando pañuelos

La zamba es una danza tradicional que representa la galantería cortés, expresada por los bailarines a través del movimiento, los gestos y las miradas. Pero el elemento más característico y fundamental para la expresión de los sentimientos y del juego amoroso en la zamba es el pañuelo. Como dice Ricardo Rojas: «La nota de color danla aquí los pañuelos, ondeando siempre en lo alto, movidos por las manos de los amantes, y como mecidos, ellos también, por el aire voluptuoso que domina toda esta composición coreográfica.» El pañuelo le da a esta danza su máxima poesía y significado, por eso es importante soltarse y enarbolarlo no sólo con las manos sino con el corazón.

Generalmente se lo toma con la mano derecha y a un par de centímetros de la punta para aprovechar todo el largo y para poder formar la figura del triángulo, tomándolo con ambas manos de puntas opuestas. El revoleo es una de las figuras más comunes que se realizan con el pañuelo, y consiste en levantarlo más o menos a la altura de la cabeza y agitarlo con movimientos vivos. Puede revolearse girando la muñeca para describir la forma de un ocho en el aire.

Las figuras que los bailarines marcan con sus pañuelos son libres pero siempre pretenden establecer un diálogo y transmitir sentimientos y emociones. En la Primera parte de la danza, por ejemplo, la mujer responde tímidamente al asedio del varón por conquistarla, y para expresar esta timidez o indecisión mueve el pañuelo con mucha sutileza, suavemente, lo usa para cubrirse la cara o lo toma con ambas manos y lo coloca extendido sobre la pollera. En la Segunda, en cambio, la mujer finalmente responde a la propuesta amorosa del varón y ambos agitan los pañuelos apasionadamente, con movimientos más enérgicos que expresan el sentido de estar enamorados. Una de las figuras que pueden realizar consiste en tomar el pañuelo con ambas manos por las puntas, formando un triángulo y enroscarlo hacia afuera o hacia adentro. A esta figura se le da comúnmente el significado de ofrecer un beso (enroscando el pañuelo hacia afuera) y recibir un beso (enroscándolo hacia adentro). Al terminar la Segunda parte, para la coronación, el varón puede colocar el pañuelo sobre el hombro de la mujer o tomarlo extendido por las puntas y pasarlo por detrás de la cabeza de la mujer.

Esta danza tradicional que representa la galantería cortés, expresada por los bailarines a través del movimiento, los gestos y las miradas. Pero el elemento más característico y fundamental para la expresión de los sentimientos y del juego amoroso en la zamba es el pañuelo. Este da a esta danza su máxima poesía y significado, por eso es importante soltarse y enarbolarlo no sólo con las manos sino con el corazón.

AGITANDO PAÑUELOS

Zamba

Letra y Música: Hermanos Abalos

Grabado por: Hermanos Abalos, Carlos Vega Pereda, Dúo Amistad, Los Cantores de Quilla Huasi, Los Chalchaleros, Dúo Coplanacu, Los Peregrinos, Adolfo Abalos, Claudia Pirán, Juanón Lucero, Chango Nieto, Mercedes Sosa, Mónica Ferreyra, Los Hermanos Jiménez, Los Guanaqueros, Pancho Figueroa, Nazareno Soria, Los Indios Tacunau, Huella Pampa, Nanzi Tortone, Nancy Abalos, Los Chilicotes…

Te ví, no olvidaré...

un carnaval,guitarra,bombo y violín

agitando pañuelos te vi

cadencia al bailar, airoso el perfil.

Me fui diciendo adiós...

en ese adiós quedó enredado un querer.

Agitando pañuelos me fui

¡Qué lindo añorar tu zamba de ayer!...

Yo me iré tu vendrás...

Yo te llevaré, mi rancho se alegrará.

Agitando pañuelos me iré

y en mí vivirá aquel carnaval.

Agitando pañuelos me iré

cantando esta zamba repiqueteadita.

Volví y te encontré...

toda mi voz le dio a la copla un cantar.

Agitando pañuelos volví,

sintiendo también mi pecho agitar.

Bailé hasta el final...

engualichao, bailé hasta el amanecer.

Agitando pañuelos bailé.

 

¡Que lindo bailar tu zamba de ayer!

015. Agua y sol del Paraná

El río Paraná es uno de los más importantes de Argentina. Atraviesa varias provincias y forma junto al río Uruguay la denominada Mesopotamia Argentina. El chamamé es la música característica de esta región y en «Agua y Sol del Paraná» se describe con gran maestría la vida de la gente litoraleña.

Si tuviésemos que elegir una canción que represente al Litoral y su gente, seguramente nos inclinaríamos por «Agua y Sol del Paraná», agregaríamos que el compositor, Ariel Ramírez, la puso en el pentagrama allá por comienzo del 50. Pocos saben que el autor de su letra, Miguel Brascó, es un personaje que vimos habitualmente, hasta su fallecimiento en 2014, en programas relacionados con la historia y elección de vinos, sibarita de tiradores, abdomen abundante y derroche de bonhomía.

El maestro Ariel Ramírez, se hizo popular en todo el mundo con su Misa Criolla de la que se han vendido ya varios millones de discos. Nacido en Santa Fe, capital de la provincia argentina del mismo nombre, no es raro que haya dedicado varias composiciones a ese imponente fenoméno de la naturaleza que es el río Paraná. En la antología de la zamba necesariamente tiene que estar incluída su obra «El Paraná en una zamba», a la que puso letra el salteño Jaime Dávalos. Aquí, en «Agua y sol del Paraná» es Miguel Brascó quien narra muy poéticamente la tarea de remontar este grandioso río contra corriente, en una calurosa tarde oriental. Son excelentes las versiones de esta canción, tanto la del propio autor, con Eduardo Falú y Los Fronterizos que fue grabada en 1962, en el disco «Coronación del Folklore», como también lo es la perteneciente a Los Chalchaleros.

AGUA Y SOL DEL PARANÁ

Canción del litoral

Letra: Miguel A. Brascó

Música: Ariel Ramírez

Grabado por: Ariel Ramírez, Los Fronterizos, Los Chalchaleros, Eduardo Falu, Los Arribeños, Dúo Socavón, Lolita Torres, Los Arroyeños, Zamba Quipildor, Nostalgiosos, Amalia de la Vega, Tomás «Tutu» Campos…

Por el río Paraná,

aguas arriba navego

El sol quema como fuego

en la siesta litoral.

Bordeando el camalotal:

pacu, surubí dorado

van navegando a mi lado

por el río Paraná.

La canoa lenta va

hiriendo el pecho del río,

sauce triste, ceibo mío,

en sus orillas está.

Azul el jacarandá,

aromó sus ramas de oro,

derramando su tesoro,

sobre el río que se va.

El agua me ha de llevar;

nadie sabe hasta qué puerto;

hay solo un destino cierto:

la pampa amarga del mar.

Tristeza me da el ceibal,

sangrando sobre el verano:

si parecemos hermanos,

en el modo de llorar.

Ya mi canción se me va,

aguas abajo del río,

mientras sigo mi destino

remontando el Paraná.

Rio arriba, rio va

contra la oscura corriente

agua y sol sobre mi frente

agua y sol del Paraná.

Viejo río Paraná:

aguas marrones y bravas

y en lo alto crestonadas

no terminan de silbar.

016. Ah! Mi Corrientes porá

En el año 1942, el poeta rosarino Lito Bayardo (1905-1986) se hallaba en la ciudad de Resistencia, provincia de Chaco, visitando la peña, museo y pulpería «El Fogón de los Arrieros», creada el año anterior por Aldo Boglietti. Se encontraba acompañando por su amigo el poeta santafesino Juan de Dios Mena, quien una tarde lo invitó a ir a la ciudad de Corrientes tomando para ello la balsa que salía del puerto de Barranqueras. En Corrientes fueron tratados con mucha amabilidad y cuando ya se volvían para Resistencia, una dama muy bella le preguntó a Lito Bayardo si le había gustado Corrientes a lo que contestó que se llevaba un grato recuerdo. Entonces ella le pidió que les hiciera a los correntinos una canción como su zamba «Mama vieja». Ese pedido impresionó a Lito Bayardo y quedó registrado en su memoria.

Pocos días después, ya en Buenos Aires, se encontró ocasionalmente con Samuel Aguayo, quien le comentó que en una semana tenía que realizar algunas grabaciones, y que el músico y cantor Eladio Martínez (1912-1990), que era amigo suyo, le había entregado una melodía que tenía versos en guaraní, y quería que Lito Bayardo le hiciera los versos en castellano, en tiempo de chamamé, para llevarla al disco. Lito Bayardo le comentó a Samuel Aguayo que nunca había hecho letras sobre ritmo de chamamé, y entonces se fueron juntos a tomar un café y allí Samuel Aguayo le entonó la melodía de Eladio Martínez y le propuso que incluyera algunas palabras en guaraní para darle más color al tema. Entonces le tradujo algunas palabras, y mientras Samuel Aguayo entonaba la melodía, Lito Bayardo comenzó a recordar a aquella dama que en Corrientes le había pedido un tema para los correntinos. Le preguntó entonces cómo se decía «hermosa» en guaraní, y Samuel Aguayo le dijo que «hermosa en guaraní se dice porã». Entonces Lito Bayardo comenzó a escribir la letra del chamamé y le dijo que podía llamarse utilizando las primeras palabras de los versos «Ah! mi Corrientes porã». Y así, con la melodía que le entonaba Samuel Aguayo, Lito Bayardo prosiguió con la letra del chamamé al que tituló justamente «Ah! mi Corrientes porã».

Una semana después de finalizada la obra con letra en castellano, «Ah! mi Corrientes porá» fue llevada al disco por Samuel Aguayo como galopa, el 5 de agosto de 1942. Tiempo después la grabó como polca correntina, Osvaldo Sosa Cordero y sus «Correntinos» cantando el dúo integrado por Eduardo Rayo y Pedro de Ciervi, el 3 de abril de 1945 y poco tiempo después, el 10 de julio de 1945, como polca canción por el «Cuarteto Santa Ana» dirigido por Isaco Abitbol y Ernesto Montiel, cantando los versos el mismo Eladio Martínez, convirtiéndose en el primer tema cantado que grabó el «Cuarteto Santa Ana», a muy poco tiempo de su formación. Posteriormente, el 4 de mayo de 1950 el tema «Ah! mi Corrientes porã», en tiempo de polca, fue grabado por Damasio Esquivel y su «Sexteto Guaraní» cantando los versos Ramón Ayala, siendo también en este caso, el primer tema cantado, y el primer disco, conque dio comienzo la historia discográfica de Damasio Esquivel al frente de su propio conjunto. Posteriormente volvió a grabarlo Samuel Aguayo con su conjunto, como polca, el 24 de mayo de 1956.

Los versos en guaraní de «Ah! mi Corrientes porã», que en tiempo de polca paraguaya, con música de Eladio Martínez y letra de Gumersindo Ayala Aquino tenían por título «Resaí», o sea «Lágrimas» en castellano, fueron dedicados por sus autores en el año 1940, a la bailarina paraguaya Nilda Arce, y con ese nombre «Resaí» la obra fue grabada por Félix Pérez Cardozo y su conjunto paraguayo cantando el propio Eladio Martínez a dúo con Félix Pérez Cardozo.

Recién tiempo después de escribir los versos en castellano de «Ah! mi Corrientes porã», Lito Bayardo conoció a Eladio Martínez, ya que hasta ese momento no lo conocía personalmente. En ese entonces, Eladio Martínez estaba al frente de su conjunto denominado «Eladio Martínez y su Trío Guaraní de Arpa y Guitarras» con el que había comenzado en el año 1940, después de integrar el dúo Martínez-Cardozo, junto a Mauricio Cardozo Ocampo, desde el año 1933. Y justamente en el año 1945 Eladio Martínez regresó a Paraguay, para residir nuevamente allí, después de haber estado radicado en Argentina durante 15 años.

Lito Bayardo, cuyo nombre real era Manuel Juan García Ferrari, nació en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina, el 3 de marzo de 1905 y falleció quitándose la vida el 7 de marzo de 1986 en la ciudad de Buenos Aires. Fue cantor, recitador, poeta y autor de la letra de tangos famosos como «Duelo criollo», «Pájaro ciego» y «9 de Julio», y de las famosas zambas «Mama vieja» y «Rosario de Santa Fe» entre muchos temas más.

Eladio Martínez, nació en la ciudad de Paraguarí, Paraguay, el 19 de mayo de 1912 y falleció en Asunción el 7 de mayo de 1990, siendo cantor, guitarrista y autor de importantes obras musicales del repertorio paraguayo.

(Roberto Gutiérrez Miglio)

AH! MI CORRIENTES PORÁ

Polca

Letra y Musica: L.Bayardo - E.Martínez

Grabado por: Ramona Galarza, Chaqueño Palavecino, Dúo Benítez – Pacheco, Rubén Durán, Los de Salta, Teresa Parodi, María Teresa Márquez, Entre Ríos 5, Los Indios Tacunau, Samuel Aguayo, Ernesto Montiel y Cuarteto Santa Ana, Los Arribeños, Maria del Paraná, Argentina Rojas, Isaco Abitbol…

Ah! mi Corrientes porá

en donde te conocí

correntinita ivotí

de labios color rubí

mi pena se hace canción

cuando te quiero soñar.

Entonces el corazón

y el alma quieren cantar.

Yo nunca sabré porqué

ni cómo llegaste a mí

en cambio no olvidaré

la noche que te perdí

la noche de nuestro adiós

te dije en aquel cantar

se queda en mi corazón

y en mi Corrientes porá.



Bajo el cielo azul

te recordaré

nunca te olvidé

dulce amor de ayer

y en la soledad

de mi noche cruel

sólo sé cantar

cariñito fiel.

Si tienes alguna vez

memoria de lo que fui

acuérdate de un clavel

y de una noche de abril

acuérdate de un jazmín

acuérdate dulce amor

de un largo beso y después

dos lágrimas y un adiós.

No quiero decirte más

correntinita ivotí

que yo me muero de amor

y que mi amor eres tú

y si no puedo tener

la dicha de verte más

que vivas siempre feliz

en mi Corrientes porá.

Bajo el cielo azul

te recordaré

nunca te olvidé

dulce amor de ayer

y en la soledad

de mi noche cruel

sólo sé cantar

cariñito fiel.

017. Al Jardín de la República

El compositor, guitarrista y cantor, Virgilio Ramón Carmona, nació en Rosario (Santa Fé) el 30 de agosto de 1895. Siendo niño se trasladó con su familia a Buenos Aires donde cursó estudios secundarios y de abogacía, que abandonó para dedicarse a la música, su pasión de siempre.

En Simoca se casó con María Elvira Carrizo a quien dedicó la zamba Al Jardín de la República, la primera que compuso atenido a la ortodoxia de las clásicas zambas tucumanas, suntuosas y de gran vuelo.

Sarmiento fue quien bautizó como «Jardín de la República» a esta provincia. Y, según cuenta la historia, lo hizo cuando se encontró con la exuberante vegetación de yungas.En el territorio provincial, es posible diferenciar tres áreas naturales: la selva tucumano-boliviana, la del monte y la chaqueña.

La primera, también llamada nuboselva o selva de yungas, avanza desde Bolivia y se encuentra a los largo del faldeo oriental del sistema del Aconquija y de las Cumbres Calchaquíes. Es tierra de suelos siempre húmedos debido a las copiosas precipitaciones lo que la transforma en un perfecto reservorio de agua. La vegetación es densa y heterogénea. Predominan los líquenes, musgos y varias especies arbóreas como el Nogal, el Horco Molle, el Cedro y la Tipa Blanca. Cuando se superan los 800 metros aparecen los bosques caducifolios, con suelos gruesos y bajo la influencia del clima de montaña. Predominan los Alisos, los pinos y el Sauce. A los 4000 metros se encuentran los prados de altura constituidos por hierbas y gramillas, debido a los fuertes vientos no prosperan los árboles.

Hacia los Valles de Amaicha y Santa María (Valles Calchaquíes propiamente dichos, sobre los 2000 m de altura), se desarrolla el monte. Las precipitaciones son escasas y estacionales; los suelos son predominantemente areno arcillosos y pedregosos, cubiertos por matorrales más o menos densos de arbustos con hojas pequeñas y árboles bajos. La jarilla, la Tipa y el garabato, junto a los cardones que crecen en los faldeos y a lo largo de los ríos constituyen la flora típica del lugar.

 

En el Centro-Norte de la provincia continúa la vegetación de montaña aunque incorporando elementos propios de la región chaqueña. Casi la totalidad de esta zona está ocupada por un bosque integrado por el algarrobo, la tusca, el churqui, el tala, las tunas y los cardones. En el resto de la provincia hacia el este, existe la formación chaqueña bajo la influencia de un clima de tipo continental caliente. Los elementos arbóreos están representados por el quebracho blanco, el chañar, el mistol, los algarrobos y otros. Cuando entra en contacto con la llanura central la vegetación es más rica.

Por eso, a la bella tierra tucumana se la denomina con mucha razón el jardín de la República Argentina, por su vegetación exuberante; por sus bosques, ríos y montañas. Y este vergel se baila la danza más bella: la zamba. Este baile popular, del que hemos hablado en la introducción como derivado de la zamacueca peruana, tuvo su arraigo en tierras tucumanas y aunque luego ha llegado a ser considerada como danza nacional, la zamba será siempre un justo motivo de orgullo norteño. Las parejas bailan separadas, entrelazando sus pañuelos; mientras el gaucho, con el floreo de su danza, trata de insinuarse ante su pareja, convirtiendo el baile en una ceremonia de seducción.

AL JARDÍN DE LA REPÚBLICA

Zamba

Letra y música: Virgilio Carmona

Grabado por: Mercedes Sosa, Los Chalchaleros, Los Cantores de Quilla Huasi, Los Cantores del Alba, Los Fronterizos, Ariel Ramírez, Los Catamarqueños, Los Guaraníes, Carlos Abán y su conjunto, Chango Nieto, El Payo Solá, Los del Nogal, Huella Pampa, Eduardo Falú, Julia Elena Dávalos, Federico Nieva, Los Huayra, Grupo Tuntej, Luis Salinas, Dino Saluzzi, Salavina, La Yunta, Cara i’ Mula…

Desde el Norte traigo en el alma

la alegre zamba que canto aquí

y que bailan los tucumanos,

con entusiasmo propio de allí.

Cada cual sigue a su pareja,

joven o vieja; de todo vi.

Media vuelta y la compañera

forma la rueda para seguir.

Viene el gaucho, le hace un floreo

y un zapateo comienza allí.

Sigue el gaucho, con su floreo,

y el zapateo termina allí.

Pa’ las del Norte, sí;

para las otras, no.

Para la tucumana,

mujer galana, naranjo en flor,

todo lo que ellas quieran,

que la primera ya terminó.



No me olvido, viera compadre,

de aquellos bailes que hacen allí;

tucumanos y tucumanas,

todos se afanan por divertir

y hacer linda esta mala vida:

así se olvida que hay que sufrir.

Empanadas y vino en jarra,

una guitarra, bombo y violín

y unas cuantas mozas bizarras

pa’ que la farra pueda seguir.

Sin que falten esos coleros,

viejos cuenteros que hagan reir.

018. Al viejo río Paraná

Existen un montón de canciones, preciosas, que hablan del río Paraná... «el Paraná no es un río que es un cielo azul que viaja».., «Hijo de las cumbres y de la selva...sangre en tus riberas el ceibo en flor...», «para que su voz, enamorada de la luz carnal, arome tus mujeres, Paraná.»...

Qué se yo... pero hay una, la zamba de Eladia Blázquez, «Al viejo río Paraná», que dibuja una época, la que seguro les va a llenar de nostalgias....aunque pudiera parecer que nunca había existido si no fuera por esta grabación de Hernán Figueroa Reyes, de muy baja calidad pero existente, lo cual la convierte en una auténtica reliquia.

También la interpretaron Los Fronterizos y al escucharla parece como si habitaras en una máquina del tiempo, como un pincel que pintara otra vez las tardes de guitarras, la lluvia, el barrio. Tantas cosas. Cosas que nunca se van del todo. Te crees que no vas a ver más esas nubes, pero te salta encima una canción, y la nostalgia te arrolla, te vence, gozosamente te derrota. Luego miras otra vez por la ventana, y ves en el jardín a los hijos pequeños, que tienen la edad que tú tenías entonces, con la «pandilla», con los amigos. Y vuelves. Vuelves a los cincuenta y tantos años, felices, pero cincuenta y…

AL VIEJO RÍO PARANÁ

Zamba

Letra y música: Eladia Blázquez

Grabado por: Los Fronterizos, Hernán Figueroa Reyes…

Me vine del Norte por conocer;

me han hablado tanto del litoral,

que trencé, sin querer, la ilusión de llegar

y asombrados mis ojos están,

frente al viejo río Paraná.

Me cegó el paisaje con su esplendor;

me besó la brisa suave al pasar.

El azahar, el verdor envolvió mi soñar;

comprendí que la magia se da

frente al viejo río Paraná.

Allí me nació esta zamba,

mitad ceibal y mitad cedro.

Paraná para tí, dice así mi canción.

Navegando mi canto se va,

por el viejo río Paraná.

Me vine del Norte y esta región

puso en mis pupilas fiesta de sol..

Noche azul, ceibo en flor; todo es luz y color;

todo es paz y raíz vegetal

frente al viejo río Paraná.

Cuando vuelva al pago voy a contar

a mi cerro lindo lo que viví.

Otra vez cantaré al solar guaraní;

otra vez mi recuerdo estará

frente al viejo río Paraná.

019. Albahaca sin carnaval

César Perdiguero —periodista y poeta popular— fue el primero en firmar una letra para una canción compuesta por Eduardo Falú, allá por el año 1942. Se trata de la canción «TABACALERA» y narraba la queja del peón salteño que vive de la siembra del tabaco. Falú, tabién salteño como Perdiguero, había nacido el 7 de Julio de 1923 en El Galpón, un pequeño pueblo que era un lugar donde pasaba las carreteras que iban a la provincia del Chaco.

Esta obra de juventud describe la alegría de las fiestas carnavaleras. La albahaca está presente en todas las mesas simbolizando lo efímero de la celebración: cuando se marchita es ya la hora de acabar los festejos, que se realizan en tiendas o entoldados a los que todos acuden para comer, beber y bailar. El tema es un taquirari, ritmo que goza de gran popularidad en el departamento boliviano de Santa Cruz de la Sierra.

ALBAHACA SIN CARNAVAL

Taquirari

Letra: César Perdiguero

Música: Eduardo Falú

Grabado por: Jorge Cafrune, Eduardo Falú, Los Fronterizos, Alberto Cortez…

Cuando florezca la albahaca,

colla, te voy a llevar

a los bailes y a las carpas,

colla, para el Carnaval.

Irás golpeando tu caja,

colla te voy a llevar

con un ramito de albahaca,

colla, para el Carnaval.

Están los yuros de chicha

esperando el Carnaval.

La fiesta se viene encima:

¡colla, dejá de llorar!

El sábado a medianoche

se apareció el Carnaval.

Iba a dentrar a la carpa,

cuando se oyó este cantar.

Tu corazón ya no es caja:

ya se cansó de golpear:

iba a llevarte a las carpas,

colla, para el Carnaval.

Volaste al cielo, paloma,

sólo por verme llorar.

Yo me he quedado sin copla;

la albahaca sin Carnaval.

020. Alfonsina y el mar