Genera cambios y construye tu éxito

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EL
FACTOR
SORPRESA

Lo más importante respecto al cambio es cómo hacerlo parte de nosotros. Aun cuando las transformaciones sucedan de pronto, sin que lo deseáramos o quisiéramos, debemos entrenarnos para asimilar, aceptar y adoptar el cambio en nuestra vida.

En muchas circunstancias es muy probable que nos encontremos, de repente y sin aviso previo, en medio de cambios, ajustes, pérdidas o situaciones que no esperábamos. El cambio nos toma por sorpresa y, de un momento a otro, tenemos que afrontar una nueva situación.

Ya sea la pérdida de un ser querido, un padecimiento de salud, un gasto inesperado y no presupuestado o incluso terminar una relación laboral que se mostraba sólida y en buenos términos y que, de pronto, nos lleva a la oportunidad de iniciar la búsqueda de un nuevo empleo. Los cambios que nos toman por sorpresa, contrario a lo que pensamos, son constantes y se presentan en el momento menos esperado, situándonos en una nueva etapa de vida que, aunque la conociéramos, no imaginábamos que nos pasaría a nosotros. Pregúntate, entonces, ¿qué cambios te han tomado por sorpresa a lo largo de tu vida?

Acercarse a esta nueva realidad, aceptar que las condiciones son diferentes y adaptar nuestros recursos, experiencias e historia lo mejor que se pueda para poder seguir desarrollándonos y creciendo, nos hará más conscientes de quienes somos, de lo que necesitamos hacer y de cómo hacerlo.

Cuando el cambio nos toma por sorpresa, nos exige responder de forma rápida con acciones que, de otro modo, difícilmente hubiéramos pensado hacer pero que quizá, si las hiciéramos con mayor frecuencia, disminuiría el impacto de ese cambio. Por ejemplo: llevar una mejor administración financiera, tener un historial crediticio lo más sano posible, comunicarnos y mantener una relación cercana con nuestras redes de apoyo, cultivar cierto tiempo de conocimientos o entrenar algunas habilidades.

Es necesario abordar de forma realista la situación a la que nos estamos enfrentando, siendo conscientes de lo que está sucediendo y de lo que podría pasar si no hacemos algo al respecto. Lo mejor que podemos hacer cuando se presentan estos cambios inesperados es aceptarlos e identificar inmediatamente qué beneficios tomar de ellos para sacarles provecho. También podemos aplicar nuestra experiencia en situaciones similares pasadas, siempre con tranquilidad y objetividad con respecto a lo que está sucediendo, sin exagerar o minimizar los hechos.

Cuando reconocemos que estamos cambiando todo el tiempo es más fácil aceptar que los cambios también se dan de forma ajena a nuestro control e, incluso, esto nos ayuda a entender que la gente a nuestro alrededor también cambia; que todo lo que nos rodea está en permanente transformación.

Todas las situaciones que nos pasan en la vida son experiencias de aprendizaje. Nos enseñan diferentes formas de acercarnos a lo que deseamos, independientemente de una lectura moral, social, personal, emocional o funcional. Las experiencias nos cambian y aportan algo a nuestro desarrollo, sin importar cuándo nos demos cuenta de eso.

APOSTAR
AL
CAMBIO

Los primeros pasos para acercarnos al cambio, más aún cuando somos del tipo de personas que tenemos alta resistencia a las transformaciones, tendrán que ser concretos y sencillos. Para esto es importante darle su justo lugar y dimensión al hecho y no verlo solo desde la emoción del momento. Por ejemplo, una pérdida de empleo representa el cierre de un ciclo y la oportunidad de ubicarnos en otro escenario, el cual requerirá que estemos atentos a nuestros recursos y quizá tengamos que desempolvarlos para utilizarlos.

Debemos disciplinarnos para hacernos siempre de toda la información posible, disipar las dudas y abordar la situación con más razón que emoción. Si concentramos toda nuestra atención en entender y asimilar lo que está pasando, en hacer una lectura completa de los pros y contras que de momento se presenten, estaremos ascendiendo los primeros escalones para evolucionar con ese cambio.

Necesitamos entrenarnos para aprender a leer entre líneas, para escuchar y atender con sabiduría los comentarios de la gente que nos rodea, y poder decidir y tomar de lo que realmente aporta valor y sentido a nuestras metas y objetivos. Determinar si estamos siendo muy lentos y perezosos para cambiar o, tal vez, muy rápidos, tomando decisiones apresuradas, es algo que podremos decidir a partir de autoanalizar objetivamente lo que está pasando y estamos haciendo en nuestra vida. Quizá, ante ciertas circunstancias, la última respuesta que deberemos dar es el cambio. Primero podemos darnos el tiempo para analizar y reunir todo lo que sea necesario para hacerlo mejor y gradualmente.

No perdamos de vista que, para lograr cambios en nuestra vida, tenemos que prepararnos emocionalmente para enfrentar los nuevos desafíos. Debemos asumirnos conscientes de que en el camino habrá pérdidas, algunas derrotas, ocasionalmente confusión y duda pero, sobre todo ello, una oportunidad de ver, aprender y ubicarnos siempre en un nuevo escenario para seguir creciendo. En especial, tenemos que asumir el coraje para dar el primer paso que nos ponga del otro lado, para poder empezar a trabajar los siguientes desde allí. Si nos concentramos en un paso a la vez, será más fácil desarrollar las habilidades y recursos necesarios para ir avanzando por etapas y podremos manejar con mayor claridad las emociones, relaciones y consecuencias que se vayan presentando. Si abordamos el cambio como un gran todo, se nos hará muy difícil saber por dónde comenzar y cómo hacerlo.

No existe mejor estrategia y remedio ante la resistencia, los cambios, desafíos y adversidades que estar a la vanguardia de lo que puede suceder. Eso nos brinda la ligera ventaja de tener el control y libertad de siempre poder decidir adonde queremos movernos, en caso de que sea necesario. Siempre será más fácil navegar delante de la tormenta que dentro de ella.

LAS
PREGUNTAS
INDICADAS

Quizá la pregunta no es ¿acepto cambiar o me resisto? ni ¿para qué cambiar ahora si nunca lo he hecho? Podríamos pensar que algunas de las preguntas indicadas pueden ser:

·

¿Qué herramientas puedes usar de los aprendizajes que te han dado tus experiencias de cambio?

·

¿Cuáles son tus miedos y cuáles tus motivaciones para cambiar?

·

¿Qué pasos iniciales necesitas dar para empezar a trabajar y adoptar los cambios en tu vida?

·

¿Cómo definirías a la persona que eres actualmente?

·

¿Cómo podrías llevar más lejos tus límites personales y laborales?

COMPARTO
MI
EXPERIENCIA

“Durante muchos años me dediqué solo a ser ama de casa y siempre me sentí plena. Mi actitud, a diferencia de la de mis amigas, era proactiva y positiva, encontrando siempre el lado bueno de estar en mi hogar. Pero, de un día para el otro, mi marido se quedó sin trabajo y yo me vi en la necesidad de generar dinero con urgencia. En ese momento me di cuenta de que mi actitud como ama de casa no era positiva, sino que lo único que había hecho era encontrar la manera de resistirme al cambio. Buscaba quedarme en mi casa a pesar de tener mis contradicciones internas. Descubrí que tenía miedo de enfrentarme a nuevos retos, de abrirme paso ante lo desconocido, de verme en la necesidad de exigirme y mostrarme vulnerable ante nuevas situaciones y personas. Eso me enfrentó con la realidad que tanto había evitado. Me sentí mal, desorientada e incapaz, pero luego me trajo las mejores pruebas y enseñanzas. Ahora sé que la vida siempre cambia y me entreno para estar lista para cambiar con ella”.

Guadalupe, administradora de un restaurante.

EJERCITO
EL CAMBIO

Tomar la decisión de cambiar o resistir es uno de los desafíos más frecuentes en nuestra vida. Y si bien puede parecer difícil saber qué hacer, solo necesitas un poco de claridad para obtener la información necesaria:

1. Cuadro de beneficios y contras:

a. Toma tu libreta y realiza tres divisiones o columnas verticales en una hoja.

b. Escribe como título de la primera columna “Situaciones que quiero cambiar”, en la segunda “Beneficios y contras de mantenerme como estoy actualmente” y en la tercera “Beneficios y contras de cambiar hacia algo nuevo”.

c. A cada beneficio que anotes le vas a asignar una calificación de 2 puntos y a cada contra le asignarás 1 punto.

d. En la primera columna haz una lista de las cosas que quieres cambiar u objetivos a lograr. Puedes tomar los que anotaste en tu ejercicio del capítulo 1. Apunta cinco como máximo.

e. Escribe tanto los beneficios como las contras que consideres importantes.

f. Trata de evaluar su huella a corto y mediano plazo. Ten en cuenta cómo esos cambios pueden impactar en tu situación laboral, económica, educativa, de formación, crecimiento y experiencia, así como en tu salud, bienestar y ánimo, además de las relaciones con tus amigos, pareja, padres o hijos.

Al finalizar, suma los puntos obtenidos de los beneficios y de las contras. Esto puede ayudarte a tener un primer panorama de qué tan importante y beneficioso puede resultar cambiar.


“Cambia antes de que te veas obligado a ello”.

Jack Welch

No todos los cambios son movimientos y acciones radicales alrededor de nuestra vida. El primer y principal cambio lo hacemos en nuestra mente y corazón cuando nos preparamos, aún sin estar en movimiento, para estar listos ante lo que venga o se necesite. En ese instante entendemos que, en algún momento, debemos dejar atrás lo que nos brindó seguridad, placer o satisfacción, para poder explorar nuevos y desconocidos caminos, con sus retos, miedos e incertidumbres. El verdadero cambio es estar listos para dejar ir y abrirnos a lo que pueda venir. Y si en el camino puedes anticiparte a ello, mucho mejor.

 
CAP 3

KIT
ESENCIAL

1 Aunque pienses que el futuro siempre es incierto, no te detengas.

2 Planifica tus acciones para generar resultados y esperar menos de la suerte.

3 No puedes controlarlo todo, por eso, concéntrate en hacer lo que sabes y lo que sí está a tu alcance realizar.

4 Sin importar los resultados que obtengas, tu futuro depende solo de ti y de lo que hagas.

5 Consejo: planea, organiza y ejecuta las acciones que establezcas para alcanzar tu meta, y así le restarás poder al destino y a la fortuna.

USO MIS
RECURsOS

Organiza. El mapa del tesoro para lograr los resultados que deseamos a mediano y largo plazo se llama “organización”. Nos ayuda a identificar y priorizar en el presente nuestras habilidades, recursos, herramientas, opciones y objetivos, e influirá determinantemente en el futuro. Nos brinda claridad en nuestras metas, nos señala la utilidad de nuestras herramientas, recursos e insumos, y nos facilita la toma de decisiones más rápidas para aprovechar las oportunidades que se presenten. A través de la organización podemos ser precisos en nuestra ejecución, mejorar nuestras expectativas y mantener el control emocional, aun en momentos de adversidad.

PREPARO
MI EQUIPO
PARA
EL VIAJE

Imaginemos que estamos a punto de realizar un viaje a un destino que no conocemos. Es muy probable que nos sintamos muy emocionados y con expectativas, al mismo tiempo que trataremos de tener la mayor información posible: costumbres, lugares de interés, comida, entretenimiento, historia y gente. Seremos cuidadosos para que todo vaya bien y no tengamos ningún inconveniente.

Algo similar pasa cuando emprendemos un nuevo viaje o redireccionamos el actual. Nos sentimos motivados por haber tomado una decisión de cambio, por descubrir y acercarnos a todas esas cosas que no conocemos, por los retos, aprendizajes y desafíos, por la gente, las experiencias y posibles logros. Esto nos mantiene con alta expectativa.

Todo suena posible y muy viable pero, al mismo tiempo, nos asaltan las dudas y la incertidumbre. Nuestro instinto de precaución nos hará reflexionar y preguntarnos si estamos haciendo lo correcto, si vale la pena. Y así nos cuestionamos: “¿Qué pasará si mi nuevo camino no resulta ser tan especial como lo imagino?, ¿realmente tendré con qué dar batalla en esta nueva meta que me propongo?, ¿seré capaz de romper mis viejos hábitos para alcanzar mis objetivos?”.

Es normal y muy sano que tengamos ese tipo de preguntas, que deseemos saber y anticipar, aunque sea un poco, cómo podría ser el futuro en esa nueva dirección que estamos tomando. Lo importante es que esa inquietud nos sirva para preparar mejor el viaje, para hacer una revisión exhaustiva que nos ayude a tener al menos lo mínimo necesario para comenzar y mantenernos en el camino. Lo que no podemos permitirnos es que esa incertidumbre nos paralice, nos frene o nos haga incluso imaginar situaciones irreales que limiten nuestra capacidad de acción.

Por eso es importante aprender a viajar ligero, como una constante en tu nueva aventura o desafío. De la misma forma que decidiste dar un paso hacia una nueva situación de vida, deberás hacerlo para no seguir cargando aquellas personas, experiencias, hábitos o actitudes que quizá en el pasado fueron útiles, pero posiblemente no lo sean para este nuevo reto.

AJUSTO
EL PLAN
DE VUELO

Es importante que tengas presente que no podrás controlarlo todo, pero sí podrás tratar de anticipar la forma en la que quieres y podrías manejar las nuevas experiencias y aprendizajes. Debes prepararte física, mental y socialmente para cuando las cosas salgan de tu control. En tu viaje aparecerán muchas situaciones que resultarán desafiantes pero que, si preparas bien tu plan, podrás manejarlas satisfactoriamente. Así como los imprevistos, que quizá no controles como quisieras, pero sí podrás determinar la forma en la que influyen en ti o no. Por lo que deberás ser claro y determinado cuando esas situaciones se presenten, para no desviarte del camino y resolverlas lo más pronto posible.

Recuerda que habrá mucha gente que estará contigo acompañándote y motivándote hacia la realización, pero no todos van a compartir tu mismo entusiasmo respecto a tu nueva decisión. Habrá quienes sientan que pierden con tus nuevos movimientos, habrá quien tenga recelo de tus acciones y otros tantos que no alcanzarán a entender y ver los proyectos como tú lo haces. Lo importante es acercarte a aquella gente que comparta tu interés, objetivos y motivación, y darles su justo lugar y momento a las demás personas. Al final de cuentas, el único que está haciendo la inversión para este nuevo viaje eres tú.

Sin embargo, deberás cuidar cómo impactan tus nuevas decisiones y acciones en la gente que está a tu alrededor. Habrá compromisos previos que no podrás romper tan fácilmente. Por eso, toma tus decisiones junto a la gente cercana a ti, para facilitarte el mejor desarrollo posible y positivo.

Ten en cuenta que la información es poder que nos ayuda a ver y acercarnos a experiencias, sin la necesidad de haberlas vivido directamente. Hazte de mucha información sobre tu nueva meta, busca gente que ya haya pasado por un camino parecido, investiga las experiencias y resultados de otras personas similares a ti en circunstancias afines a las tuyas. La información nunca sobra, solo valida que sea lo más clara e imparcial posible, para que con ella puedas pasar a la acción.

Define y enlista cuáles son las herramientas y habilidades con las que ya cuentas, que deberás llevar contigo para el arranque de este nuevo proyecto y, más adelante, podrás ir identificando nuevos recursos adquiridos. Lo importante es que no detengas el inicio por nada y solo te concentres paso por paso en tener lo necesario para ir avanzando hacia tus objetivos. Recuerda que estarás trabajando por etapas, y así será más fácil y realista tu desempeño y también el nivel de desafío.

DESPEGO

Una vez que hayas iniciado el cambio, deberás asegurarte de generar los mecanismos que te permitan mantenerte en la ruta. Para ello podrás seguir las siguientes recomendaciones, estrategias y técnicas que te faciliten el viaje:

 Mantén tu equipo en las mejores condiciones posibles. Seguramente para esta nueva travesía necesitarás mayor poder de concentración, usar más energía, estar más activo físicamente y darles solución a mayores retos de los que estás acostumbrado. Por eso es importante que te alimentes bien, que duermas lo necesario, que encuentres momentos de relajación, que hagas ejercicio y que estés constantemente atento para evaluar cómo están tu cuerpo y tus emociones.

 Inyecta energía y fuerza motivadora a lo largo de tu viaje. Habrá momentos en los que estarás tan motivado, como al principio, pero también habrá algunos en los que sentirás que no hay razón para continuar, e incluso que sería mejor desistir. Por eso es importante que busques acciones y metas a corto plazo, que te permitan mantenerte motivado, con un alto sentido de logro y capacidad. Acostúmbrate a reconocer y celebrar todas tus victorias, y también a aceptar tus errores con su correspondiente aprendizaje.

 Busca personas que te motiven, ayuden e impulsen. Es necesario que disfruten tanto el viaje como tú y se sientan plenos y felices por lo que estás realizando. Que encuentren en ti a una persona que los inspire y que, como ellos, también tiene la inquietud de ir por más, se atreve y trabaja para que así sea.

 Establece recordatorios de por dónde ir y para qué lo estás haciendo. Siempre será más fácil mantenernos motivados y determinados si tenemos clara y presente la razón original que nos impulsó al cambio.

 Ayúdate con planificadores de tareas, calendarios, directorios y listas de seguimiento. Utiliza todo lo que te permita organizar mejor cada una de las metas y sus respectivas acciones, en partes fácilmente visibles, concretas y medibles. Usa recordatorios, alarmas y notificaciones. Si estás completando una libreta, acostúmbrate a usarla solo para el trazado y seguimiento de acciones diarias. El proceso de cambio necesita tener lugares en donde sea visible y medible.

 Define por cada acción y meta diferentes indicadores que te ayuden a saber si estás avanzando en la dirección correcta. Así verás si los resultados son los esperados, si necesitas realizar algún ajuste para mantenerte en el camino correcto o si los recursos y acciones están realmente orientados al resultado buscado. Estos indicadores al principio pueden ser: el gasto que estás haciendo, el tiempo que te está llevando, las citas, llamadas, acercamientos o avances de alguna tarea en particular.

 Recuerda que durante el viaje pueden presentarse, de pronto y sin esperarlo, algunos altibajos. Quizás, en algunos momentos necesites descansar y bajar un poco el ritmo para no exigirte demasiado. Tienes que entender que, una vez en el aire, tu camino será constante, siempre y cuando, equilibres la energía y fuerza para hacerles frente a los diferentes retos que se presenten.


En la medida que te comprometas a realizar de manera responsable y determinada las acciones en tu presente, estarás sembrando y cimentando tus resultados futuros. Por tal razón, ocúpate más por lo que sí puedes hacer en lugar de preocuparte por lo que podría pasar.

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