Migración de tránsito y acción humanitaria

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En primer lugar, la migración de tránsito ha llegado a constituirse en un problema social con implicaciones económicas, políticas y de seguridad pública que ha sido abordado con respuestas diversas por parte de los estados implicados. Se puede reconocer una posición de indiferencia, como es el caso mexicano antes de los años 90, cuando personas centroamericanas cruzaban el territorio mexicano prácticamente sin ser percibidos; otra postura fue la de control fronterizo en la década de los 90; y poco a poco una política de criminalización de la migración al ubicarla como un problema de seguridad nacional, en consonancia con las políticas migratorias de Estados Unidos, que trajo consigo una dinámica de deportación que pareció disminuir con la promulgación de la Ley de Migración del año 2011 y se agravó con la implementación en julio de 2014 del Programa Frontera Sur. Unido a la acción gubernamental está la violencia en forma de secuestro, extorsión, trata, violación e incluso homicidio por parte de la delincuencia organizada, muchas veces en connivencia con autoridades mexicanas.

En segundo lugar se puede señalar el volumen de las personas migrantes por México, que unido al trabajo de denuncia por parte de defensores de personas migrantes en tránsito, ha logrado una visibilización de su paso y de la problemática que enfrentan. Ante la falta de un registro oficial de las personas que ingresan, dada su condición migratoria irregular, resulta muy difícil obtener cifras certeras, sin embargo hay proyecciones estadísticas que permiten tener una aproximación a los flujos reales. En la gráfica 2 se muestra el trabajo realizado por el Centro de Estudios Migratorios del INM con base en los eventos de aseguramiento y devolución de migrantes centroamericanos,17 en donde se puede apreciar una cierta estabilidad entre los años 1995 y 2002; posteriormente una tendencia a la alza entre 2002 y 2005, donde se ubica el pico más alto alcanzando, casi medio millón de personas que pasaron por México; y finalmente un tendencia a la baja entre 2005 y 2008. Rodríguez (2014) añade para 2011 la cantidad de 124,000, y para 2012, 183,000, lo cual supondría una cierta estabilización a partir de 2009. Los datos de 2013 a 2015 no están actualmente disponibles, pero lo que se puede inferir, por los registros de algunos albergues y comedores de migrantes, es que se mantiene más o menos estable el flujo en los últimos años, salvo por el aumento del paso de menores centroamericanos y mexicanos entre 2013 y 2014, lo que dio origen a una crisis humanitaria en la frontera sur de Estados Unidos.18

De esta forma, la migración de tránsito por México se encuentra en un contexto de visibilización de su problemática, de su presencia en los caminos, en los pueblos y ciudades. Es una realidad que comienza a ser cada vez más estudiada por los académicos. Implica una política migratoria que ha oscilado entre la indiferencia y la criminalización. Es vista como una oportunidad de ganancias fáciles para el crimen organizado, quien ejerce violencia con casi total impunidad. Y es motivo de compromiso y ayuda por diferentes grupos de la sociedad civil.


Gráfica 2. Estimado de migrantes centroamericanos de tránsito irregular por México que lograron llegar a EU y que pasaron por México, 1995-2010.

Fuente: Boletín Migratorio del Centro de Estudios Migratorios del INM: Apuntes sobre migración, julio de 2011, con base en los registros de la institución, información del US Department of Homeland Security: Statistical Yearbook of the Inmigration and Naturalization Service, y US Border Patrol.

Perspectivas teóricas sobre la migración

La revisión de las diferentes perspectivas teóricas sobre la migración tiene el sentido de ubicar la amplia literatura que sobre este campo de estudio se ha generado en los últimos años, y desde ese marco contrastar que el momento tránsito ha tenido menos atención de parte de los teóricos que los otros tres momentos clásicos del proceso migratorio: origen, destino, retorno. Además, tiene el propósito de identificar las propuestas teóricas que sirvieron como referente fundamental en el trabajo de investigación y análisis.

El primero en hacer una propuesta sistemática fue Ravenstein con sus leyes de la migración, y de ahí se han elaborado diferentes explicaciones teóricas sobre el fenómeno migratorio. Sin embargo, diversos analistas del tema19 coinciden en que actualmente no tenemos sino una gran variedad de propuestas teóricas, la mayoría de ellas enfocadas en una vertiente: las causas de la migración. Además, hay una prevalencia de la perspectiva económica cuando se revisan esas causas, de ahí que siga siendo un reto la construcción de una teoría que pueda dar cuenta lo más cabalmente posible de este fenómeno multifacético, complejo y de largo alcance.

Considerando la limitación de las propuestas teóricas aplicadas a la migración, para este trabajo se ha optado por considerar que no hay una sola explicación que aporte una visión completa y compleja de la realidad de las migraciones, más bien puede existir una complementariedad entre la diversidad teórica. De acuerdo con este presupuesto, en el presente trabajo se ha optado por recurrir a tres formulaciones teóricas:

a)La teoría de los sistemas mundiales, vinculada a la teoría de la dependencia, ya que su perspectiva macro ha estado en la base de las reflexiones hechas por la teología de la liberación, corriente a la que diversos defensores de migrantes muestran simpatía o abierta adhesión.

b)La teoría del capital social, con la intención de reconocer tanto la iniciativa personal como el tejido social previo que facilita, sobre todo, el proceso migratorio e incentiva la reunificación familiar.

c)La teoría de redes, pues junto con el capital social, las personas migrantes en tránsito encuentran en el camino una serie de apoyos estructurales (casas, albergues, centros de defensa de derechos humanos…) como apoyo al logro de su objetivo migratorio.

En términos generales, la migración supone tres grandes etapas: la toma de decisión para la salida del lugar de origen, el traslado y la llegada e inserción al lugar de destino. Aunque hoy en día habría que añadir el retorno, ya sea voluntario o forzado, como posible colofón en el fenómeno migratorio. México es un país en donde se presentan estas cuatro vertientes: es un país de origen de la migración, de tránsito, de destino y de retorno. El presente trabajo se ubica en la etapa intermedia entre el origen y el destino, es decir, el de la migración de tránsito, en específico el tránsito de centroamericanos o sudamericanos en situación irregular, que cruzan por el territorio mexicano en su viaje a los Estados Unidos. Sin embargo, resulta necesario hacer una revisión de las explicaciones teóricas de la migración más recurrentes para poder ubicar también teóricamente el concepto migración de tránsito.

Como ya se ha mencionado, el inglés Ernest Ravenstein, a fines del siglo XIX, fue el primero en considerar la necesidad de dotar de un estatuto científico a la migración humana, de ahí la publicación de sus “Leyes de la migración”,20 con las cuales buscaba “explicar, describir y sobre todo predecir los movimientos demográficos internos que tienen lugar entre las distintas localidades y regiones de un país” (Herrera, 2006: 9). Ravenstein aventuró una serie de generalizaciones a partir de siete parámetros:

1.Migración y distancia.

2.Migración por etapas.

3.Corrientes y contracorrientes migratorias.

4.Diferencias rural-urbana en la propensión a migrar.

5.Predominio de las mujeres entre los migrantes de cortas distancias.

6.Tecnología y migración.

7.Dominio de los motivos económicos.

Su propuesta sigue siendo hoy un punto de arranque para la teoría migratoria. Sin embargo, como se ha señalado arriba, hay un consenso entre los estudiosos de la migración de que no existe una teoría consolidada sobre la migración, ya sea porque su estudio exige integrar perspectivas interdisciplinarias y multidisciplinarias (Morawska, 2003) o bien porque, en consecuencia, el estudio de las migraciones ha tomado sólo la perspectiva de una disciplina y por ello ha propiciado que en el orden conceptual haya una dispersión de conocimientos sustantivos (Herrera, 2006). Lo cierto es que, como señala Roberto Herrera Carassou (2006), no se cuenta con una mirada de conjunto que se haya contrastado y que esté bien documentada, esto es, un modelo único que pueda abarcar el fenómeno migratorio en toda su complejidad.

Para este autor, incluso el mismo concepto “migración” es objeto de ambigüedades, por lo que se vuelve necesario buscar una interpretación apropiada para el vocablo, pues resulta ser una de las mayores dificultades que se puede encontrar toda persona que apuesta a su estudio (id.).

Herrera (op. cit.) presenta un panorama completo de lo que ha sido la perspectiva teórica de la migración con el objetivo de conducir al desarrollo de un mayor y más amplio espectro de generalización teórica. Para lograr ese cometido sugiere una mirada totalizadora de la construcción lograda hasta este momento. Una teoría de la migración supone:

 

1.Una caracterización de las migraciones a través de la historia (primitiva, antigua, edad media, moderna).

2.Una distinción entre los diversos tipos de migraciones (criterios de clasificación, tipologías).

3.Una explicación acerca de las causas de la migración (centralidad del cambio social, desequilibrio funcional).

4.Un análisis del proceso migratorio (la decisión de migrar: factores psicosociales, componentes racionales; las características de los migrantes: selectividad, diferenciales, género, edad, educación y ocupación, estado civil, lugar de origen).

5.Una explicación acerca de las consecuencias de la migración (asimilación, inserción, marginalidad, efectos psicosociales, efectos económicos, efectos macroeconómicos, efectos demográficos, movilidad social, consecuencias políticas).

Su propuesta y sus aportes son sin duda una ayuda valiosa para avanzar en el propósito que él mismo ha definido.

Por su parte Durand y Massey (2003) sugieren que una explicación teórica satisfactoria de la migración internacional debe contener al menos cuatro elementos:

a)Un tratamiento de las fuerzas estructurales que promueven la emigración desde los países en desarrollo.

b)Una caracterización de las fuerzas estructurales que atraen migrantes hacia las naciones desarrolladas.

c)Tomar en cuenta las motivaciones, objetivos y aspiraciones de quienes responden a estas fuerzas laborales.

d)Considerar las estructuras sociales, económicas y culturales que surgen para conectar las áreas de origen y destino de lamigración.

Como se puede apreciar, aunque ambas propuestas son coincidentes al señalar la necesidad de explicar causas (Herrera, 2006), en la contraparte se menciona la necesidad de tratar y caracterizar las fuerzas estructurales que por una parte promueven la salida y por otra son atractores hacia centros desarrollados (Durand y Massey, 2003); al considerar el análisis del proceso migratorio (Herrera, 2006) se incluyen las motivaciones, así como los perfiles de quienes migran (Durand y Massey, 2003); y al señalar la importancia de explicar las consecuencias (Herrera, 2006) resulta necesaria la consideración de las estructuras que se construyen y sirven como puente entre los puntos de origen y destino (Durand y Massey, 2003). Los otros dos elementos restantes en la propuesta de Herrera (2006) pueden ser también integrados: la construcción de tipologías migratorias surge de la comprensión de los aspectos anteriores y la consideración de la migración en la historia podría ser un supuesto previo a la construcción teórica.

Bajo este marco ideal para la construcción de una explicación teórica sobre la migración se pueden mirar entonces las diversas propuestas que hasta ahora se han elaborado. En principio se puede afirmar que no necesariamente las teorías construidas hasta ahora cubren todos los elementos citados, sin embargo han sido utilizadas por unos u otros estudiosos de la migración.

Las teorías pueden agruparse desde diversas perspectivas. Andrés Tornos Cubillo (2006) toma como referencia el alcance explicativo de las mismas y construye tres grupos según estén centradas en variables “macro” (neoclásica macro, histórico-cultural), “meso” (mercados laborales segmentados, capital social, causalidad acumulativa) o “micro” (neoclásica micro, nueva economía de las migraciones).

Durand y Massey (2003) hacen una agrupación desde el aspecto de estudio que privilegian las diferentes propuestas teóricas: las fuerzas que promueven la migración desde los países subdesarrollados (sistemas mundiales); las razones por las que los países desarrollados atraen migraciones (sistemas mundiales, mercados laborales segmentados, neoclásica micro); cómo surgen los lazos estructurales para conectar áreas de origen y destino (sistemas mundiales, capital social); las motivaciones de las personas y sus grupos de pertenencia (neoclásica, nueva economía de las migraciones) y la permanencia del fenómeno migratorio como una “cultura de la migración” (causalidad acumulativa).

Por su parte, Adriana Sletza Ortega Ramírez y Araceli Espinosa Márquez (2010), en su artículo “Entendiendo la realidad migratoria, una revisión teórica desde las relaciones internacionales”, proponen una agrupación de acuerdo con los enfoques de las diferentes propuestas teóricas: económico (economía neoclásica, nueva economía, cuya matriz teórica es el liberalismo), histórico-estructural (mercados duales, teoría de la dependencia, ciudades globales, teniendo como matriz teórica el marxismo) y el sistémico (redes migratorias, trasnacionalismo, sistemas migratorios internacionales, con el funcionalismo como matriz teórica). El criterio es que cada vertiente en que se agrupan los enfoques “parten de la misma base epistemológica y […] además, no refutan las premisas fundamentales de las propuestas compatibles, sino que las toman como base y profundizan en otros aspectos o niveles de análisis” (Ortega y Espinosa, 2010: 45).

Sin embargo, no todos los autores hacen agrupaciones de las diferentes propuestas teóricas. Joaquín Arango (2003) señala que la mayor parte de las explicaciones teóricas sobre la migración se han centrado en el análisis de las causas dejando de lado otras dimensiones; además, ha señalado, en concordancia con Roberto Herrera, que “el avance del conocimiento en este terreno (migración) se debe más a la investigación empírica, a menudo divorciada de la teoría, que a los efectos iluminadores de esta” (Herrera 2006: 19), de ahí su recomendación a considerar que las migraciones tienen un carácter polifacético y multiforme, conceptualmente complejas y con dificultad para su medición (Arango, 2003), por lo que se hace necesaria una mejor vinculación entre la investigación empírica y la teoría.

El artículo “Teorías de la migración internacional: una revisión y aproximación”, escrito por Douglas Massey, Joaquín Arango, Graeme Hugo, Ali Kouaouci, Adela Pellegrino y J. Edward Taylor (1993) culmina con un balance en donde se señala la no contradicción entre las diferentes propuestas teóricas siempre y cuando no asuman posiciones rígidas o atomistas. Sin embargo, la asunción de una u otra perspectiva explicativa dará como resultado una diversidad en la formulación de políticas que sean adecuadas, de ahí la importancia de conocer bien cada explicación teórica, sus alcances y limitaciones, así como las diferentes vinculaciones que existen entre unas y otras, ejercicio que se realiza de forma clara y consistente en el artículo de referencia.

En atención a la necesidad de ubicar la migración en la historia, Durand y Massey (2008) sugieren una serie de etapas diferenciables desde el año 1500 a nuestros días:

1.Periodo mercantil (entre 1500 y 1800). Lo característico son los flujos migratorios de amplio dominio europeo: agricultores, administradores, artesanos, empresarios. En el caso mexicano se suman religiosos. El caso africano supuso casi 10 millones de personas desplazadas en tráfico esclavista hacia América.

2.Periodo industrial (inicios del siglo XX). Corresponde al desarrollo económico en Europa, y una incipiente industrialización de las colonias americanas. Los emigrantes europeos se cuentan por millones entre 1800 y 1925. El freno migratorio europeo se dio con la Primera Guerra Mundial. México tuvo poca captación de migrantes; comenzó el éxodo hacia los Estados Unidos, aunque después de la Segunda Guerra Mundial hubo un retorno significativo; sin embargo, el programa “Bracero”, que duró 22 años, implicó 10 millones de migrantes en EU.

3.Periodo de migración posindustrial (década de los 60). La migración se vuelve un fenómeno global, aumentan los países tanto de origen como de destino. El movimiento se da desde la periferia densamente poblada hacia los centros posindustriales, también con alta densidad de población pero con economías desarrolladas.

4.La migración internacional como un fenómeno global. Movilización humana en todos los sentidos, con acento en la migración sur-norte.

A continuación se presenta una exposición breve de las diferentes propuestas teóricas, que funcionarán como el gran marco desde el cual se contrasta el concepto de migración de tránsito y desde donde se puede ubicar la apuesta teórica en el trabajo de investigación: sistemas mundiales, redes y capital social. La reconstrucción de las diferentes explicaciones teóricas tiene como fuente básica los trabajos de Arango (2003), Durand y Massey (2003), Herrera (2006), Massey, Arango et al. (1993), Tornos (2006) y Espinosa y Ortega (2010).

Enfoque económico
La economía neoclásica

Tiene una versión macro, la cual plantea que la migración se produce por las diferencias en salarios y condiciones de empleo entre países y por la búsqueda de equilibrio en la asignación de estos recursos. Precursoras de esta teoría son las propuestas de Ravenstein (1885 y 1889), Lee (1966), Ranis (1961), Todaro (1987), Sjaastad (1962) y las que convergen en la propuesta push-pull (“empujar-jalar”: expulsión-atracción).

Desde esta perspectiva la migración internacional, e incluso la interna, tienen como causa común las diferencias geográficas, esto es, las disparidades regionales, respecto de la oferta y la demanda de trabajo. Se puede explicar así la dicotomía subdesarrollo-desarrollo: un país que cuente con una gran cantidad de trabajadores y poco capital tendrá como resultado salarios bajos, mientras que un país que tenga mucho capital y poca fuerza laboral tendrá salarios altos. Estas diferencias en salarios provocarán que trabajadores de los países con bajos salarios se movilicen hacia los países con salarios altos y además con poca oferta laboral. Esta teoría supone que como consecuencia de esta migración se reducen los trabajadores en los países de origen, con lo cual aumentan los salarios, mientras que en los países de destino, al aumentar la oferta laboral, los salarios caen. Es decir, que a la larga vendría una eliminación de las diferencias salariales que daría fin a los flujos migratorios de trabajadores.

La versión micro de la economía neoclásica parte del mismo presupuesto de la asignación de recursos por el mercado. Autores que han desarrollado esta propuesta son George Borjas (1989) y Todaro.21 En esta explicación teórica la migración tiene como motivo un acto decidido por el individuo en donde interviene su racionalidad, pues a través de un cálculo costo-beneficio opta por migrar hacia donde puede ser mejor remunerado aun con el gasto y riesgo de la movilidad. De esta forma, la migración internacional se puede comprender como una forma de inversión en capital humano. Quienes podrían migrar valoran la necesidad de hacer ciertas inversiones: costo del viaje, búsqueda de trabajo, aprendizaje de una nueva lengua, ruptura de lazos tradicionales y la creación de nuevas relaciones con la esperanza de obtener ingresos netos superiores.

Desde la migración de tránsito, con base en el trabajo etnográfico, cabe considerar que efectivamente hay personas migrantes que relatan que su motivación de salida tiene que ver con la situación laboral precaria de sus lugares de origen que da como resultado salarios insuficientes para solventar sus necesidades personales y familiares. En algunos casos la motivación habría sido fruto de un análisis costo-beneficio de corte individual, por lo cual el hecho de migrar entraría en la lógica de una inversión en capital humano. Sin embargo, no es la única razón por la que actualmente se puede migrar, habría que sumar también otros factores como la violencia estructural, los desastres naturales, la tradición migratoria o el desarraigo de la propia tierra que mueve a una búsqueda de sentido a través de la movilidad humana, sin tener como horizonte un beneficio de corte económico.