Gestión del producto editorial. ARGN0210

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4.2.Elaboración

La fase de elaboración comprende todas aquellas acciones que tienen lugar alrededor de la edición y producción del proyecto editorial. Esta etapa tiene como misión dotar al producto de forma física, de convertir lo que antes solo existía en una idea y un presupuesto en algo tangible. Simbólicamente, debe ser una construcción en 3D del estudio conceptual y económico.

Esta producción está compuesta a su vez por una serie de procesos comandados por profesionales de distinta naturaleza, bien sean integrantes de la editorial o colaboradores externos. Un intervalo que se inicia con la aceptación del proyecto y finaliza con la impresión de los ejemplares.

Hoy en día, la mayor parte de los trabajos de elaboración del proyecto son resueltos por profesionales autónomos o empresas de servicios editoriales, lo que permite a la editorial no tener que integrar una gran plantilla para la realización de estas tareas. La mayor parte de profesionales internos dedicarán su labor a la revisión de la subcontratación.

Los tratamientos a los que deberá ser sometido un original para convertirlo en un producto editorial acabado pueden variar en cada caso, pero, atendiendo de nuevo a una descripción estándar, los procesos generales son los ofrecidos a continuación.

Preparación de los originales

Consiste en la redacción de los textos que constituirán la esencia del producto editorial. Habrá multitud de escenarios dentro de esta fase, como pueden ser autores que presenten una propuesta, escritores contratados para el desarrollo de un original, nueva edición de un proyecto de otro mercado, etc., contextos diferentes que, sin excepción, deben pasar por una etapa de preparación, con la entrega y recogida del original.

Diseño

El diseño gráfico es un área muy flexible en un proyecto de edición. La necesidad del mismo marcará la especialidad de los profesionales que participen. En la mayoría de los casos, las editoriales suelen incorporar un director de arte que es el responsable de aceptar los diseños presentados por el departamento interno o los colaboradores.

Traducción

La traducción solo estará presente en aquellos casos en los que se haya planificado alcanzar targets con distinta lengua. En muchas ocasiones, la traducción no forma parte del proyecto editorial en sí mismo, pero sí de posteriores ediciones o coediciones que busquen ampliar la capacidad comercial y competir con una difusión internacional.

En la elección del traductor, es importante tener presente que debe conocer completamente la lengua de partida y la de llegada, incluso esta más que la primera, ya que en muchas ocasiones requerirá de ciertas dotes creativas para realizar una reinterpretación en los casos en los que no exista una terminología similar.

Hay casos en los que el original traducido adquiere más valor que el propio de la lengua inicial y ello es debido a la calidad del traductor, pero también a su elección, resultando un aspecto clave seleccionar a aquel que además tenga conocimientos de la materia que va a traducir.

Corrección de estilo

Es la primera corrección que se realiza sobre el original y el objetivo es la revisión lingüística, gramatical, ortográfica, semántica y léxica.

Es importante que el corrector de estilo se remita a la revisión y corrección objetiva. Debe ser capaz de dirimir entre su propio estilo de redacción y el de un autor, respetando la personalidad a la hora de redactar del mismo.

Maquetación

También llamada diagramación, la maquetación es la organización de los elementos que conforman el original, ya sean texto, imágenes o multimedia, en medios impresos y electrónicos.

El maquetador tendrá la responsabilidad de armonizar todos los elementos gráficos aportados en la fase de diseño en un mismo original, con características que respetarán la coherencia editorial y la personalidad del estilo de la colección a la que pertenezca el producto.

Segunda corrección

También denominada corrección de galeradas, es la responsable de aplicar las normas de ortografía y de tipografía que caracterizarán el libro. Todas las anotaciones realizadas por el profesional responsable deben estar de acuerdo con los signos de corrección que establece la norma UNE 54-051-74, como se verá más adelante.

Corrección de la composición

Los elementos textuales ya han sido corregidos. Ahora hay que supervisar que todos los elementos formales que son parte del original ya maquetado no contienen ningún tipo de incidencia, como por ejemplo errores en la paginación, capítulos mal numerados, etc.

Preimpresión

Todo trabajo de digitalización, fotomecánica y filmación, requiere de conocimientos específicos adquiridos a través de la experiencia profesional y la formación específica. Es una fase responsable del técnico en preimpresión.

Impresión

Esta fase, normalmente en manos del jefe de producción, es la encargada de la fabricación del producto editorial. En ella, se producirá la compra de papel, la contratación de la impresión, la encuadernación y el resto de procesos industriales que necesite el acabado, atendiendo siempre a los estándares de calidad predefinidos en el proyecto.


Aplicación práctica

Suponga que trabaja en una editorial dedicada a la edición de cuentos interactivos para tablets. Desglose cuáles son las fases que debería planificar para llevar a cabo la elaboración del proyecto, teniendo presente que ya ha recibido el original.

SOLUCIÓN

Preparación del original.

Story-board que recoja el curso de las interacciones.

Corrección del story-board.

Diseño de los recursos gráficos interactivos (personajes, objetos, etc.).

Diseño del entorno interactivo (escenarios, decorados, etc.).

Traducción.

Corrección de estilo.

Maquetación/programación interactiva, con textos e imágenes enriquecidos.

Segunda corrección.

Corrección técnica.

Previsualización.

Publicación interactiva.

4.3.Comercialización

La comercialización en el sector editorial es un tema en sí mismo, esencial para la viabilidad del proyecto.

El autor siempre va a creer que el proyecto que está a punto de lanzar se convertirá en un clásico dentro de su temática y que tanto la crítica como el público general acogerán de primera mano las buenas vibraciones y calidad del escrito, pero, en ocasiones, estos ni siquiera llegan a leerlo.

Para el 99 % de las situaciones en las que la publicación no pertenezca a autores de éxito, la editorial debe tomar una serie de decisiones para favorecer la comercialización, a través del marketing, que comprenderá en primera instancia la política comercial y la política promocional.

En los primeros pasos del proyecto, y sin darse cuenta, ya se han comenzado a sentar las bases de la política comercial con variables como la fijación del precio, la selección de distribuidores, etc.

La política comercial implica inevitablemente extraer conclusiones del estudio de la competencia y del mercado y tomar decisiones sobre el producto, tomando como referencia los datos extraídos, para poder posicionar el proyecto en su finalización, atendiendo a una estrategia específica, como por ejemplo una basada en precios más bajos.

También se incluirá dentro de esta política la selección de los agentes que pondrán el producto al alcance del consumidor. Atendiendo al tipo de producto que se comercialice, deberá estar presente en unas zonas geográficas u otras, en librerías generalistas o específicas, en un espacio on-line o siempre físico, etc.

Todas estas variables, junto con aquellas que tengan que ver con la relación establecida entre el producto y el consumidor, formarán parte de la política comercial.

En otra instancia, el análisis del proyecto habrá reportado la información suficiente como para saber qué tipo de medios y soportes de comunicación son los más viables y mejor colocados para llegar al consumidor y además de la forma más efectiva posible, es decir, de manera rápida y sobre todo económica.

 

La política promocional del proyecto ayudará a decidir cuáles son esos medios, cuáles son los vehículos más seguros para hacer llegar el mensaje comercial.

Una perfecta integración entre ambas políticas augura al menos que el consumidor tendrá la posibilidad de llegar a dicho producto y tendrá la capacidad de comprar o no.


Actividades

10.Realice un mapa conceptual en forma de esquema de las fases y subfases del desarrollo de un proyecto editorial.

5.Valoración de tiempos

La valoración del tiempo es el proceso mediante el cual el director editorial realizará una estimación de la duración de las diferentes fases que formarán parte del proyecto editorial.

Esta tarea no es fácil. Para valorar el tiempo es necesario tener la formación y experiencia suficientes para conocer los entresijos y anomalías más comunes que se suelen presentar y cuál es la forma de enfrentarse a ellas para que no supongan un retraso en las tareas.

Para realizar la valoración del tiempo, hay que partir de una predefinición de las fases que finalmente contemplará el proyecto y de las principales tareas que habrá que afrontar.

Esta predefinición de las etapas más importantes tiene su base en la creación de un documento, que recogerá todas las características necesarias para la edición, elaboración y puesta a la venta del producto editorial.

Este informe o declaración de intenciones alrededor de un proyecto surge como respuesta a una necesidad, de acuerdo con la visión de la organización, de reflejar y predefinir todas las actividades y recursos por consumir para la consecución de objetivos específicos.

Este documento permitirá al editor obtener una visión general de todos los elementos que formarán parte del proyecto, un guión ya establecido que ofrecerá una retrospectiva de todo el flujo de trabajo, indispensable para poder valorar qué porcentaje del total del tiempo que se destinará al proyecto le corresponderá a cada fase.

En la siguiente imagen, se podrá comprobar cuáles son los elementos tipo que suele integrar el documento de un proyecto editorial.


La estrategia editorial marcará en mayor medida la duración estimada de ciertas fases. Hay editoriales que destinan mayor esfuerzo a la comercialización y otras que se centran en la calidad del proceso de edición.

Igual ocurre con el tipo de características del proyecto, no es lo mismo editar un libro de literatura narrativa que una tesis sobre cálculos matemáticos.

En aquellos proyectos en los que el propio flujo de trabajo muestre la complejidad en el establecimiento de la valoración del tiempo, se deberá realizar el cálculo al revés, es decir, no se calculará cuando esté terminado en función de los recursos humanos y técnicos, sino que se calculará de cuánto tiempo se dispone para el proyecto y, por lo tanto, cuántos profesionales se necesitan para cada fase. Para ello, resulta necesario hacer una exhaustiva planificación de las fases de edición.


Aplicación práctica

Su convicción religiosa y su experiencia editorial le empujan a desarrollar un proyecto editorial que represente sus propios valores, una nueva edición de La Biblia. Estime, utilizando como referencia el documento anterior, cuántas semanas dedicará a cada fase del proyecto, teniendo en cuenta que se prevé que comience en seis meses.

SOLUCIÓN

1.Definición del proyecto. 2 semanas.

2.Definición del producto. 1 semana.

3.Análisis del mercado. 1 semana.

4.Planificación. 2 semanas.

5.Análisis económico. 1 semana.

6.Estrategia comercial. 3 semanas.

7.Edición. 4 semanas.

8.Evaluación, control y seguimiento. 2 semanas.

6.Planificación de las fases de edición

Planificar las fases de la edición es sinónimo de planificar las distintas tareas y tratamientos que sufrirá el original. Este desarrollo es un trabajo en cadena y deberá avanzar de forma progresiva. Solo en contadas ocasiones será posible adelantar unas fases o cambiar el orden de los factores.

Para proceder a la planificación, el primer paso será completar una plantilla de trabajo para poder relacionar de la forma más adecuada y coordinada el tiempo, las responsabilidades y los profesionales, como la que puede verse a continuación.


En esta plantilla, se fijarán los tiempos de dedicación a cada una de las fases y el número de profesionales que se dedicarán a su desarrollo, además de cualquier tipo de variable que sea de interés para la coordinación de las fases de edición.

La asignación de responsabilidades de las diferentes fases no tiene por qué coincidir con las tareas. La complejidad de la estructura organizativa de una editorial la hace especialmente diferente, en el propio reparto de las funciones y de la información.

No debería ser necesario incidir en que la comunicación en cualquier proceso de planificación es indispensable. El flujo de información debe ser continuo y constante.

7.Estimación de tiempos y de recursos

Como se ha visto en el apartado anterior, la adecuada planificación de tareas y una efectiva coordinación de las mismas puede dar como resultado una eliminación de tiempos de espera e incidencias derivadas, que provocarían retrasos, funciones solapadas y pérdida de tiempo y de recursos.

Para evitar en la medida de lo posible estas rupturas en la cadena de trabajo, la dirección editorial debe estimar qué tiempo se debe destinar a cada tarea. El editor es por tanto el responsable absoluto del cumplimiento del cronograma y de que el trabajo llegue a buen puerto, contando solo con el personal interno o con colaboradores externos.


Ejemplo

Se ha estimado que el 12 de enero debe haber terminado la edición de una enciclopedia. El proceso de maquetación debería haber finalizado el 15 de diciembre, pero, un día después, el proceso aún no ha acabado y, por lo que se estima, se retrasará dos días más. El editor puede acudir a un freelance colaborador para maquetar el último tomo paralelamente a la maquetación del penúltimo. Si el editor, dos días antes, hubiera previsto el retraso, hubiera ganado un día para la entrega, demostrando tener una buena gestión del tiempo y los recursos.

El editor debe ser capaz de afrontar cualquier proyecto y además hacerlo con total garantía de cumplimiento. Debe preparar a sus equipos, humanos y técnicos, para conseguir la mayor efectividad y el 100 % en cada trabajo. Y para ello solo hace falta planificar y controlar todas las actuaciones y las personas que intervendrán.

Para llevar a cabo este control, el editor puede servirse de un checklist, una enumeración de las tareas que le ayudarán en la labor.

De forma complementaria e imitando a los marinos con el diario de abordo, es necesario registrar de forma diaria dos tipos de ítems:

Anotar todas las incidencias o puntos importantes que tienen lugar a lo largo de todo el proyecto.

Marcar en un cronograma el estado de cada una de las fases.

La incorporación de estas dos labores diarias permitirá no perder detalle del histórico del propio proyecto.

Para optimizar la estimación de los tiempos, existe una serie de principios básicos para la planificación temporal:

Compartimentación: consiste en la descomposición del proyecto en un número manejable de actividades o tareas.

Interdependencia: deben ser determinadas las relaciones existentes entre cada actividad o tarea.

Asignación de tiempo: cada tarea debe llevar asignado un número determinado de unidades de trabajo, con fecha de inicio y de final.

Validación del esfuerzo: cada tarea debe llevar asignada un número suficiente de profesionales que puedan afrontar el trabajo.

Responsabilidades definidas: cada tarea debe ser asignada a un profesional, que se hará responsable de su puesta en marcha y desarrollo.

Resultados definidos: el resultado de cada tarea debe estar previamente definido.

Sucesos o hitos: todas las tareas deben asignarse a un suceso, hito o acontecimiento.

Para estimar el tiempo concreto de las tareas de edición, no existe una norma general de aplicación, pero, de forma orientativa, la duración de los procesos podría oscilar entre las siguientes estimaciones.

7.1.Diseño gráfico

El tiempo destinado a la fase de diseño gráfico contempla dos acciones, la creativa, dependiente del diseñador y su velocidad a la hora de encontrar el diseño adecuado, y la de desarrollo o aplicación de la idea a las técnicas más adecuadas de vectorización y retoque fotográfico.

Esta tarea resulta más compleja para temporalizar, implica conocer más al responsable de la misma y hacer un cálculo del tiempo en base a trabajos similares que haya desarrollado en anteriores proyectos.

Como referencia, se podría decir que:

La cubierta de un libro no debería superar el día.

El contenido de un libro, de literatura narrativa por ejemplo, sin demasiados dibujos, entre uno o dos días.

Un libro de divulgación científica, con infografías, dibujos, imágenes, etc., será dependiente del número de las mismas, pero podría alcanzar fácilmente la semana de trabajo.

La identidad corporativa de una colección, por ejemplo, una semana más.

7.2.Traducción

Partiendo de la base de que el traductor sea un profesional experimentado, tanto en el conocimiento del idioma como en la labor traductora de proyectos editoriales, puede ser capaz de traducir cada día cerca de las quince páginas, como estimación.

Si el contenido es muy técnico, la tarea traductora podría quedar ralentizada, pero en este caso es preferible prever un pequeño retraso a incorporar un nuevo traductor en mitad del proceso, porque la creación de frases o utilización de expresiones podría hacer ver al lector que el texto no está redactado por la misma persona y podría incluso llegar a confundirle en su comprensión lectora.

7.3.Corrección de estilo

Cuando un corrector lee, lo hace a la misma velocidad que un lector asiduo, así que un texto bien construido sintáctica y semánticamente no debería suponer una labor complicada. En el extremo, un texto que haga complicada la lectura tendrá que llevar al corrector a una nueva redacción e indicaciones para el autor, lo que multiplicaría significativamente su tiempo de dedicación.

 

7.4.Maquetación

El tiempo de maquetación también dependerá del número de elementos que incluya el contenido. La importación del texto desde programas de procesadores de textos se efectúa de forma automática, así que un libro narrativo podría ser maquetado en dos o tres días.

Habrá casos en los que el proyecto editorial haya predefinido que cada página sea distinta y se componga de manera muy diferente, sin un patrón establecido. Entonces se estará ante un trabajo de diseño gráfico, no de maquetación.


Actividades

11.Reflexione sobre cuál es la opción más adecuada, contratar a personal específico o contar con una cartera de colaboradores.

8.Aplicación a libros, prensa y otros medios o soportes

Cuando se definió el proyecto editorial, la palabra utilizada para la referencia al texto original era contenido, un término genérico e intangible utilizado para no supeditar la definición a un soporte o medio concreto, dada la rápida evolución de los medios digitales en la lectura.


Recuerde

Un proyecto editorial es todo aquel conjunto de actuaciones, interrelacionadas y coordinadas, que tienen lugar alrededor de la edición de un contenido que puede resultar de interés para un determinado número de personas.

Pero un contenido no puede llegar a su destinatario sin pasar obligatoriamente por una adaptación a un soporte concreto, con unas características que lo convierten en un vehículo idóneo para alcanzar un tipo de consumidor específico. Cada soporte, por lo tanto, tiene su público.

Dentro del mercado editorial, es posible encontrar soportes tanto en papel como en digital u on-line, una doble naturaleza que hará variar y adaptar la planificación a las características del mismo, desde la planificación hasta la impresión, pasando por la edición.

Hasta ahora, en la descripción de los procesos se ha seguido la vía tradicional de la cadena del producto editorial, la del libro. Ahora bien, la conceptualización y el desarrollo de un proyecto editorial diferente requerirá una adaptación, pero siguiendo una línea similar de actuación, supeditada a los límites de cada soporte.

Afrontar por lo tanto la puesta en marcha de un proyecto editorial, con el libro en papel como formato protagonista, será seguir los pasos comentados hasta ahora.