Autonomía personal y salud infantil. SSC322_3

Tekst
Loe katkendit
Märgi loetuks
Kuidas lugeda raamatut pärast ostmist
Šrift:Väiksem АаSuurem Aa

5. Aspectos afectivos y sociales

El niño o niña cuando nace es un ser indefenso que necesita de los cuidados de los demás para su supervivencia. Pero, tiene una gran capacidad de aprendizaje, ya que está dotado de un sistema perceptivo lo suficientemente desarrollado como para entrar en contacto con el mundo que le rodea, y posee un repertorio de conductas reflejas que lo habilitan para poder relacionarse con los demás, lo que hace posible que la incorporación al grupo social se produzca desde el primer momento.


Los masajes en los bebés se utilizan principalmente para estimular sus sentidos y fortalecer los vínculos de apego.


Sabía que...

En la estimulación, las primeras actividades se enfocan a reforzar el vínculo emocional, masajes y estímulos sensoriales. Luego se inician actividades de motricidad gruesa, motricidad fina, concentración y lenguaje. En la estimulación, las primeras actividades se enfocan a reforzar el vínculo emocional, masajes y estímulos sensoriales. Luego se inician actividades de motricidad gruesa, motricidad fina, concentración y lenguaje.

La socialización es un proceso interactivo, necesario al niño o niña y al grupo social donde nace, a través del cual el niño o niña satisface sus necesidades y asimila la cultura, a la vez que, recíprocamente, la sociedad se perpetúa y desarrolla.

López (1995:100)

El proceso de socialización tiene doble finalidad:

1 Integrar al individuo en la sociedad, incluyendo el establecimiento de relaciones con los iguales y el uso de códigos comunes.

2 Potenciar la diferenciación como persona individual, incluyendo la noción de sí mismo y la expresión de su propia identidad.

5.1. Conocimiento de las características de los otros

Según la teoría Piagetiana, el rasgo más característico del pensamiento infantil en estas edades es el egocentrismo, que consiste en la confusión del yo y del no-yo, y que supone la imposibilidad de adoptar la perspectiva de otra persona. Esto le impide hacer inferencias acerca de los pensamientos, sentimientos o perspectivas visuales de los otros.


Recuerde

Las dos finalidades de la socialización son: integrar a la persona en una sociedad, potenciar su diferencia como individuo dentro del grupo social de referencia.

El conocimiento que tiene el preescolar de los otros presenta las siguientes características:

1 Está basado en características externas y aparentes. Por ejemplo, tiende a describir a personas y objetos según aspecto aparente: el coche es azul, la niña es rubia, el hombre es gordo...

2 Hace más inferencias cuanto más familiar sea la situación.

3 Da muestras evidentes de egocentrismo en determinadas situaciones.

4 Tiene carácter global.

5.2. Reconocimiento de sí

El reconocimiento de sí mismo suele iniciarse en el último trimestre del primer año de vida del bebé y a partir de los 18-24 meses ya reconoce su imagen con claridad.

El autoconcepto del preescolar tiene las siguientes características (Rosemberg):

1 El niño o niña tiende a describirse según sus atributos personales externos, se define en términos de su apariencia física, actividades que realiza, etc.

2 Se describe globalmente.

3 Concibe las relaciones sociales como simples conexiones entre personas, sin incluir los sentimientos personales.

Un aspecto importante en el desarrollo del conocimiento que el niño o niña tiene sobre sí mismo es el concepto de identidad sexual, que es un juicio (soy una niña o soy un niño) sobre la propia figura corporal, que, más tarde, derivará en el concepto de la identidad de género (rol sexual asignado). Estos conceptos son adquiridos en los primeros años de vida y siguen un triple proceso:

1 Los niños y niñas manifiestan preferencias, según su sexo, antes de los dos años de vida, respecto a sus actividades, el vestido, los juguetes, etc.

2 Entre el año y medio y los tres años se autoclasifican en una de las categorías sexuales.

3 A partir del tercer año definen con claridad sus preferencias, en función del conocimiento de la identidad sexual y de género, que han asimilado.

5.3. Comportamientos sociales

Desde su nacimiento, el niño o niña debe aprender un gran repertorio de conductas que el grupo social donde se desarrolla considera adecuadas, al mismo tiempo que debe evitar aquéllas consideradas socialmente indeseables. Por eso, a los dos años los niños y niñas controlan los esfínteres, manejan rudimentariamente los cubiertos, establecen turnos de comunicación, saben pedir, escuchar, etc. No obstante, el aprendizaje de este tipo de conductas en esta edad no supone la comprensión de la norma moral subyacente, por eso se suelen producir rabietas con bastante frecuencia. La rabieta es la expresión del conflicto entre los deseos del niño o niña y las imposiciones de la sociedad.

Según Piaget, la característica más importante de la moralidad de los niños o niñas a partir del tercer año es la heteronomía moral, denominada también ‘moral del respeto unilateral o de obediencia al adulto’. Esto hace que los niños o niñas no hagan juicios subjetivos sobre la adecuación de determinados actos, sino que siempre son objetivos: las reglas se cumplen o no se cumplen.


Recuerde

La rabieta es la expresión del conflicto entre los deseos del niño o niña y las imposiciones de la sociedad.


Aplicación práctica

El hecho de que el recién nacido nos coja la mano, ¿es signo de reconocimiento y afecto?

SOLUCIÓN

El hecho de que el neonato agarre su mano con fuerza no significa que muestre afectividad ni reconocimiento por usted, es un signo de supervivencia, basado en el reflejo de prensión palmar.

6. Aspectos lingüísticos

El desarrollo lingüístico goza de una importancia especialmente acentuada en cualquier cultura e incluso especie. Ya sean seres humanos, animales e incluso insectos, con palabras o ruidos, el lenguaje es el medio a través del que cualquier ser se comunica con el resto y puede expresar sus necesidades, preferencias y estados de ánimos.

Por ello, a lo largo del siguiente punto, estudiaremos las formas de comunicación por las que pasan los bebés. Desde sus primeros balbuceos hasta la formación de oraciones con sentido, a qué debemos prestar atención y que pueden significar cada uno de ellos.

6.1. El prebalbuceo

Es el periodo prelingüístico, que se extiende desde el nacimiento hasta los primeros seis meses de vida. Niños y niñas van refinando su sensibilidad perceptiva hacia los sonidos producidos por la voz humana y van adquiriendo práctica en la articulación de éstos.

En esta etapa, las emisiones orales en sus diversas manifestaciones (llanto, gritos, etc.) están biológicamente relacionadas con sensaciones y estados fisiológicos como el hambre, incomodidad, dolor, etc. La intencionalidad de dichas manifestaciones sonoras no está ausente, ya que no tiene un papel meramente fisiológico, como sería el aprender a coordinar los ritmos respiratorios o de manifestación de un estado concreto. Los gritos y llantos del neonato, pese a su origen meramente orgánico, irán adquiriendo un valor de señal, a la que el niño o niña recurrirá cada vez con mayor frecuencia y de modo más intencionado.

6.2. El balbuceo

El periodo de balbuceo se extiende desde los seis meses hasta aproximadamente el primer año de vida y se caracteriza por la continuación de la diversificación de sonidos iniciada con anterioridad. Las vocalizaciones están cada vez más diferenciadas y aparecen los primeros contrastes relativos al acento.


Recuerde

Durante el primer año de vida, el niño o niña vive dos momentos de desarrollo lingüístico, el prebalbuceo y el balbuceo.

En esta etapa, el bebé emite una amplia gama de sonidos. Dentro de esta, se observa una secuencia general de adquisición en cuanto a la estructura silábica:

1 Los primeros sonidos son vocálicos.

2 Más tarde, se producen sonidos vocálicos combinados con consonantes.

3 Se producen sílabas trabadas (VCV –vocal consonante vocal-).

 

4 Para, posteriormente, producir sílabas inversas (VC –vocal consonante-).

Al principio, el prebalbuceo o el balbuceo son una manifestación afectiva, que se produce por el placer que experimenta el bebé al hacerlo, pero este no se considerará significativo hasta que se perciba en él una intención, por parte del niño o niña, de influir en nuestro comportamiento.


Dentro del repertorio de sonidos que emiten los bebés, gran parte de ellos son producidos a conciencia, para así poder escucharse o llamar la atención de los adultos.

6.3. Desarrollo de la audición

Desde los primeros días, los niños o niñas son sensibles a los cambios cualitativos del sonido (duración, ritmo, localización, etc.) Los recién nacidos se irritan con sonidos fuertes y repentinos, mientras que los de intensidad moderada les resultan agradables y les relajan.

Lo más importante, en este sentido, es la evolución de la discriminación auditiva. En un primer momento, algunos reflejos se producen como consecuencia de una estimulación auditiva previa. Posteriormente, el niño o niña comenzará a discriminar voces, y a los pocos días de vida ya distinguirá la voz humana de cualquier otro sonido (discriminación auditiva gruesa), consiguiendo más tarde distinguir sin dificultad la voz de la madre, o cuidador habitual, entre otras voces humanas.


Nota

La discriminación auditiva gruesa, hace que se produzca la diferenciación entre la voz humana y cualquier otro sonido.

6.4. Desarrollo de los órganos bucofonatorios

Lo más importante, respecto al desarrollo del lenguaje en el niño o niña, es la movilidad y el tono de los órganos bucofonatorios. La manera más natural de entrenar la movilidad es a través de la alimentación. Es decir, si la introducción de la alimentación es correcta, al comer los niños o niñas ejercitarán la musculatura necesaria para que la adquisición del lenguaje sea la correspondiente a su edad. Esta interrelación entre tipo de alimentación y estimulación de los órganos bucofonatorios puede resumirse de la siguiente manera:

1 Desde el nacimiento: el bebé nace con el reflejo de succión y el reflejo de los cuatro puntos cardinales.

2 Entre los tres y cuatro meses: el niño o niña toma papillas más espesas, originando un aumento del movimiento hacia atrás de la lengua.

3 A partir de los cuatro meses: el niño o niña debe tomar alimentos más consistentes, como el puré de fruta o de vegetal triturado, con lo cual tendrá que hacer barridos laterales con la lengua.

4 Siete meses: aumenta la coordinación entre la lengua y la laringe. La mayoría de los niño o niñas ya tienen algunos dientes a esta edad, por lo que empiezan a comer alimentos más consistentes (galletas, pan...).

5 Diez meses: hacia esta edad ya mejorado el tono muscular, sobre todo, el de los labios y empieza a mejorar el control de la saliva y la coordinación de la mandíbula y la lengua.

6 Doce meses: el niño o niña mastica con facilidad y va desapareciendo el babeo.


Además de la imitación de los adultos, la inclusión de alimentos cada vez más sólidos, ejercita notablemente el aparato bucofonatorio.


Sabía que...

El aparato bucofonatorio está compuesto por:

1 Labios

2 Mandíbulas

3 Paladar duro y blando

4 Lengua

5 Dientes

6.5. Etapa Holofrástica

Holofrase es la expresión formada por una sola palabra. La Etapa Holofrástica, por tanto, es aquella en la que el niño o niña se comunica principalmente a través de holofrases. P. ej., cuando el niño o niña tiene sed simplemente dice “agua” y el adulto entiende que quiere beber. Este periodo suele iniciarse a los 12 meses y presenta algunas variaciones, debidas tanto a diferencias individuales como a las diferentes versiones paternas sobre este fenómeno.


Sabía que...

Holofrase es un término que Lacan -en psicología- toma de la lingüística, donde se utiliza para designar una palabra que adquiere el valor de toda una frase. P. ej., socorro, fuego...

La asociación sonidos/significados es convencional, ya que está compartida por los miembros de un mismo idioma e impuesta a los nuevos miembros.

En el proceso de emparejamiento de significado con significante aparecen dos fenómenos que son, a su vez, opuestos y complementarios:

1 Sobreextensiones de significado: los niños y niñas usan la misma palabra para referirse a varios objetos similares que tienen su propio nombre en el mundo del adulto, por ejemplo, usan el término “pelota” para referirse a globos, pelotas, naranjas, etc.

2 Subextensiones de significado: usan de forma restrictiva un término, denominando con él a un pequeño grupo de cosas o a una sola, aunque pudiera emplearse para más funciones, por ejemplo, dicen “más” solo para pedir más comida.

El niño o niña, lógicamente, comete errores semánticos y también en la pronunciación del significante, así se suceden una serie de procesos de simplificación al hablar, que se eliminarán gradualmente, a medida que el desarrollo fonológico se complete:

1 Sustituciones: consiste en el cambio de un sonido concreto por otro, cuando el sonido que sustituye al otro no está próximo en otro segmento de la palabra, por ejemplo, “tasa” por “casa”.

2 Omisiones: basado en la desaparición de un sonido, por ejemplo, “irafa” por “jirafa”.

3 Metátesis: referido al cambio en el orden de las sílabas, por ejemplo, “cacheta” en lugar de “chaqueta”.

4 Asimilaciones: es la sustitución de un sonido por otro que está próximo en la palabra, por ejemplo, “mimir” por “dormir”.


Etapa holofrásica
Procesos de emparejamientoSobreextensiones de significadoSubextensiones de significado
Procesos de simplificaciónSustitucionesOmisionesMetátesisAsimilaciones

6.6. Primer lenguaje combinatorio

La capacidad de combinar palabras en el mismo enunciado acrecienta considerablemente el poder expresivo del sistema del lenguaje infantil. El acceso al lenguaje combinatorio del niño o niña comienza hacia los 20 o 24 meses, y representa una fase de primera importancia en el desarrollo lingüístico.

Existen dos criterios que pretenden explicar por qué los niños o niñas unen las palabras: el criterio sintáctico y el criterio semántico.


Recuerde

En el proceso de emparejamiento de significado con significante aparecen dos fenómenos: sobreextensión y subextensión.

El criterio sintáctico, que distingue entre:

1 Palabras pívot: formadas por un grupo reducido de palabras, muy funcionales y usadas en numerosas ocasiones, por ejemplo, “más agua”, “más leche”...

2 Palabras no pívot o abiertas: formadas por un mayor número de palabras, pero menos repetidas.

Y el criterio semántico, que explica un mayor número de combinaciones en la producción del lenguaje infantil:

1 Existencia: manifiesta la existencia de algún referente, por ejemplo, “esto es un coche”.

2 Desaparición: señala la no existencia momentánea de un referente, por ejemplo, “no hay más leche”.

3 Recurrencia: demanda o notifica la reaparición de algún referente, por ejemplo, “más caramelos”.

4 Localización: indica una relación de posición, por ejemplo, “el nene está en el cole”.

5 Atribución: especifica el atributo de un referente, por ejemplo, “el perro es bueno”.

6 Posesión: indica una relación de posesión, por ejemplo, “la muñeca es de la nena”.

Entre los 24 y 36 meses, el niño o niña producirá frases de tres elementos o más, pero aparecerán sin nexo, pudiendo emitirse así frases compuestas por entre tres y cinco palabras. En esta fase comenzarán a aparecer formas gramaticales, como son el adverbio, las preposiciones, los adjetivos, los tiempos y modos verbales y el artículo.

7. Resumen

El capítulo describe los factores y características del desarrollo psicoevolutivo de la etapa infantil en los aspectos cognitivos, motrices y afectivo-sociales.

El crecimiento y desarrollo infantil, que se produce entre los 0 y 6 años, se divide en varias etapas: neonatal (primer mes de vida), lactante (hasta el año), infantil (1 a 3 años) y escolar (3 a 6 años).

Durante el desarrollo cognitivo de la etapa infantil destacan el periodo sensoriomotor (0 a 2 años), en que el niño o niña manifiesta una inteligencia práctica sin capacidad de abstracción; y la fase preoperatorio (2 a 6 años), cuando el niño o niña empieza a emplear la inteligencia representacional.

Entre los aspectos motrices del desarrollo cabe destacar la conducta refleja predominante en el recién nacido; la adquisición progresiva de mayor dominio del cuerpo, primero de la psicomotricidad gruesa y luego de la fina; el papel fundamental de los órganos sensoriales; y la creciente importante de la estimulación del niño o niña.

En el ámbito afectivo y social, el niño o niña experimenta desde su nacimiento un proceso de socialización que lo integra y lo individualiza en el grupo social; a partir de los 18-24 meses aprende a autorreconocerse; identificarse con su género; a adquirir comportamientos sociales y a sobreponerse paulatinamente al egocentrismo.

En el ámbito lingüístico, el bebé se inicia con el prebalbuceo (0 a 6 meses) y balbuceo (6 a 12 meses), con una gran relevancia en la evolución de la discriminación auditiva; comienza el desarrollo del aparto bucofonatorio fomentado por el tipo de alimentación durante este primer año; y pasa por una etapa holofrástica que da lugar al primer lenguaje combinatorio, que unos estudiosos explican con criterios sintácticos y otros con criterios semánticos.


Ejercicios de repaso y autoevaluación

1. ¿A qué hace referencia la etapa perinatal?

2. En la etapa que va desde los 2 a los 6 años, la Etapa Preoperatoria, ¿qué cuatro estadios menciona Marchesi como rasgos generales para referirse a esta etapa en su conjunto?

3. Explique los principales reflejos que experimenta el niño en la primera infancia:

a. Reflejo de Succión y Deglución

b. Reflejo de Búsqueda

c. Reflejo de Prensión Palmar/Plantar

d. Reflejo de Moro

e. Reflejo Cardinal

f. Reflejo de Apoyo y Marcha

g. Reflejo Tónico-Asimétrico

h. Reflejo de Gateo

 

i. Reflejo de Enderezamiento estático

j. Reflejo de Galant

k. Reflejo de Escalada

l. Reflejo de Bostezo

4. Mencione las cuatro leyes fundamentales a las que se ajusta el progresivo control del cuerpo.

5. ¿Cuáles son los procesos de simplificación que experimenta el niño como errores semánticos y de pronunciación?

Capítulo 2

Trastornos significativos e implicación en el proceso de enseñanza aprendizaje

1. Introducción

Los trastornos específicos del desarrollo en el aprendizaje escolar (TEA) engloban un conjunto de problemas que interfieren de manera significativa en el rendimiento en la escuela, dificultando el adecuado progreso del niño o niña y la consecución de las diferentes metas marcadas en los distintos planes educativos.

Aunque estos trastornos suelen asociarse con alteraciones en el funcionamiento del sistema nervioso central, no son en absoluto el resultado de un retraso mental asociado o de una privación sensorial o trastorno emocional grave. Surgen de alteraciones de los procesos cognoscitivos, aunque es probable que exista alguna alteración biológica secundaria. Lo que los caracteriza es que el déficit se plantea en un área muy concreta, siendo los más habituales los que hacen referencia a la adquisición de la lectura, la escritura o el cálculo.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) especifica que para realizar el diagnóstico deben existir déficits específicos en el rendimiento escolar, que no sean consecuencia de problemas neurológicos importantes, retraso mental, alteraciones emocionales, etc. Aunque puede suceder que este tipo de déficits vayan acompañados de otros trastornos, ya sea en el habla o lenguaje, e incluso de conducta (trastorno por déficit de atención por hiperactividad -TDAH-, por ejemplo) o de problemas emocionales secundarios y alteraciones en la dinámica familiar.

Lo más conveniente a la hora de enfocar las alteraciones del desarrollo en los alumnos y alumnas de Educación Infantil, es organizar los trastornos en función del área del desarrollo evolutivo implicada, pudiendo diferenciar, así, como trastornos más frecuentes:

1 Alteraciones del lenguaje.

2 Alteraciones del desarrollo psicomotor.

3 Alteraciones del comportamiento.