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Un panorama sobre la legislación y políticas públicas culturales

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El 5 de febrero de 2020, la ministra de Cultura y Deportes, Lidiette Martínez, fue citada por la Comisión de Deportes del Congreso de la República para indicar cuáles serían los planes y manejo del presupuesto en el rubro específico del deporte. Ella indicó en ese momento que iba a evaluar el trabajo de cada dependencia para luego determinar las orientaciones de trabajo. (8) Esto evidencia la inexistencia de los mencionados procesos de evaluación que deberían ser constantes y no coyunturales. Los mismos deberían servir de referencia a las nuevas autoridades al momento de asumir el cargo.

Tanto el Plan Nacional de Desarrollo a Largo Plazo como las Políticas Culturales, Deportivas y Recreativas 2015-2034, consideran un amplio espectro de temáticas, estrategias y lineamientos de acción cuyo desafío es precisamente de qué forma pueden generarse procesos de concreción y aplicación. A pesar de ser proyectos muy completos cuya base acertadamente se construyó a partir de la consulta con diversos representantes del sector, en el caso de la labor artística se ha encontrado una importante falencia que sería muy importante considerar para futuros lineamientos: el reconocimiento de los artistas como trabajadores.

En ambos documentos se reconoce la importancia de sus aportes, considerándoles creadores, hacedores de cultura, pero nunca como trabajadores sujetos de los derechos relativos a esta condición. Este es uno de los temas que sale a luz en la situación presentada por la pandemia del COVID-19, que dejó a una gran mayoría de artistas en un estado de alta vulnerabilidad. Ante ello, un colectivo de artistas de distintas disciplinas, liderados por Arteatro, ha iniciado un proceso de diálogo para poner el tema en la mesa de discusión ante representantes del sector y del Congreso de la República. Las Políticas Culturales, Deportivas y Recreativas 2015-2034 contienen una estrategia nacional para la revisión y actualización de la legislación cultural en Guatemala, y este es un tema de vital importancia que debería considerarse. Es también un punto fundamental de vinculación entre el Ministerio de Cultura y Deportes y el Ministerio de Trabajo y Previsión Social.

Como pudo notarse en los dos documentos anteriores, uno de sus pilares más importantes es ser la base para que el Estado incorpore el tema cultural en sus políticas, proyectos y acciones. Para comprobar si esto se ha tomado en cuenta, se hizo una revisión del documento Política General de Gobierno 2020-2024, que contiene los lineamientos para el período comprendido en estos años bajo la presidencia del Dr. Alejandro Giammattei.

El plan se basa en 5 pilares:

1) Economía, Competitividad y Prosperidad, busca lograr el objetivo de un mayor crecimiento económico y el aumento significativo de las fuentes de empleo sostenible; 2) Desarrollo Social, alcanzar el objetivo de atender de manera directa y efectiva a los más pobres, impulsando compensadores sociales efectivos y focalizados; 3) Gobernabilidad y Seguridad en Desarrollo, persigue mejorar la gobernabilidad del país para una convivencia en paz y armoniosa, que permita condiciones adecuadas de inversión; 4) Estado Responsable, Transparente y Efectivo, pretende administrar de manera efectiva y transparente las instituciones del Estado para ponerlas al servicio de los ciudadanos; 5) Relaciones con el Mundo, con la finalidad de asegurar el aprovechamiento de las relaciones internacionales, para que además de las buenas relaciones diplomáticas mejore el orden del comercio internacional, turismo, inversión y el trato a nuestros migrantes. (Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia, 2020, pp. 6 y 7)

El tema de la cultura no es mencionado de forma específica, aunque entra en todos los pilares propuestos. Por ejemplo, dentro del pilar de la economía no se menciona el aporte de la cultura al PIB ni aspectos relacionados con la economía creativa ni con la Cuenta Satélite de Cultura, temas ampliamente estudiados. Dentro del tema de desarrollo social, se habla de aspectos como el combate a la pobreza, la protección a los más vulnerables, el acceso a educación, salud y vivienda digna. El tema cultural es fundamental para entender a profundidad los contextos sociales específicos y de allí poder hacer propuestas y acciones que surjan desde las comunidades para trabajar por un desarrollo integral junto a los sujetos sociales.

En cuanto al tema de relaciones con el mundo, más adelante en este documento se explica lo que se ha avanzado en materia del estudio y la praxis de la denominada «diplomacia cultural» y todo lo que desde este ejercicio de las relaciones internacionales se puede lograr a partir de la incorporación de procesos novedosos que aportan a la diplomacia tradicional. Esto tampoco fue considerado dentro del plan de Gobierno, que en este aspecto solo considera los temas político, económico, migratorio y seguridad.

Se menciona al turismo como una fuente importante de ingresos, visto desde la perspectiva tradicional, y no se ahonda en las propuestas contenidas en el Plan Nacional de Desarrollo Cultural a Largo Plazo que dan un paso más y consideran la propuesta del turismo cultural, desde el cual se aborda a mayor profundidad la identidad y cultura de las comunidades, así como la participación de sus miembros; que trae beneficios más amplios para sus pobladores.

En el pilar Gobernabilidad y seguridad en desarrollo, uno de los temas más importantes es el logro de la convivencia en paz y armonía. Esto solo es posible si se parte de la consideración profunda del entramado identitario y cultural de los pueblos, de las diversas formas de entender la realidad, los valores, expectativas de vida; en síntesis, de los temas socioculturales, los cuales no son mencionados.

Es relevante mencionar que el plan de Gobierno tiene como eje transversal el tema ambiental, pero no se menciona la cultura. Como se ha descrito, este es un tema de vital importancia y transversal a los pilares diseñados como guía para el presente período de gobierno. Todo lo anterior demuestra que hay mucho por avanzar para que exista, en quienes diseñan las estrategias de Gobierno, una profunda comprensión del papel de la cultura como un aspecto fundamental que atraviesa otros sectores como el político, gobernanza, el económico, la convivencia y construcción de cultura de paz, hasta los aspectos de diversas formas de ver el mundo, que por ser ignorados son fuente de profundas conflictividades sociales. Si el tema de la cultura es considerado en el futuro en su amplia incidencia, podremos contar con procesos que realmente contribuyan a un verdadero desarrollo integral.

Hasta este punto se han presentado los fundamentos de legislación y políticas propuestas para regir la labor cultural en Guatemala, sus fortalezas y las problemáticas enfrentadas ante la coyuntura. A continuación, se hará referencia a una visión más amplia sobre las políticas culturales centroamericanas y la relación que existe con los procesos de política exterior.

8- Véase en Congreso de la República de Guatemala https://bit.ly/3bZdXuk

POLÍTICA CULTURAL DE INTEGRACIÓN CENTROAMERICANA PCIC 2012-2030

POLÍTICA CULTURAL DE INTEGRACIÓN CENTROAMERICANA PCIC 2012-2030

En el presente trabajo se hace referencia a la actualización de la Política Cultural de Integración Centroamericana que fue publicada para el período 2012-2015. Dentro de las actualizaciones se encuentra la vinculación con los desafíos globales, específicamente los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) declarados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en septiembre del año 2015.

La política se respalda en la Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana (CECC) y en el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA). Uno de los principales objetivos del CECC es la contribución al desarrollo e intensificación de las relaciones entre los países centroamericanos en los campos de educación y la cultura y, dentro de las metas del SICA, se encuentra la promoción armónica y equilibrada del desarrollo económico, social, cultural y político de los Estados miembros y de la región. El Consejo de Ministros de Educación y Cultura es el ente encargado del cumplimiento de tales objetivos mediante la identificación y priorización de problemáticas, la adopción de políticas e instrumentos, y la adopción de disposiciones que garanticen la coordinación, armonización, verificación, control y seguimiento de las iniciativas regionales.

La presente política es creada por acuerdo en la Cumbre Extraordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno del SICA, realizada en San Salvador el 20 de julio del 2010 y es aprobada luego de un proceso de consulta regional en la XVI Reunión del Consejo de Ministros de Cultura y en la XXXVIII reunión del SICA con los Jefes de Estado, en el 2011.

Se tiene la meta de fortalecer la institucionalidad nacional y regional con relación a las demandas sociales del sector cultura en escenarios más amplios que los locales, de forma interdependiente.

En el tema de vinculación de las políticas de cultura a nivel centroamericano, en el documento se declara que los países miembros del SICA, a través de los organismos de cultura, se centran en «la protección y promoción de los Derechos Culturales hasta la importancia de fortalecer una institucionalidad pública que vele por una soberanía cultural anclada en la diversidad de expresiones, el patrimonio, las artes, la educación y el desarrollo del territorio» (Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana CECC, y Sistema de Integración Centroamericana SICA, 2012, p. 5).

 

Esta política toma como referente fundamental los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y sostiene que, para alcanzarlos, es necesario que los países tengan un cambio cultural profundo, sobre todo en la forma en que se concibe el desarrollo. Se menciona la necesidad de que los ODS contemplen la dimensión cultural, particularmente los siguientes: «Objetivo 11: Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles». «Objetivo 12: Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles». «Objetivo 16: Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles» (Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana CECC, y Sistema de Integración Centroamericana SICA, 2012, p. 7).

Como otros esfuerzos en el tema cultural, esta política enfatiza la importancia de demostrar la contribución de este sector al desarrollo social y económico dentro del concepto de economía creativa, específicamente en la generación de empleos, la articulación territorial, la disminución de las brechas de género, el posicionamiento del sector como un área de alta productividad y potencial, así como la articulación de la tecnología con el desarrollo de la innovación social. Se cita el ejemplo de la Cuenta Satélite de Cultura de Costa Rica como una experiencia replicable en cuanto a la medición de la contribución de este sector al desarrollo económico, mediante indicadores medibles.

En consonancia con los planteamientos de la Unesco, se prioriza la atención a temas como la diversidad en la promoción de idiomas locales, reconocimiento de diferentes formas de educación, la promoción de la diversidad en los medios de comunicación y contenidos culturales, generación de incentivos para la diversificación, creatividad e innovación y, la consideración de la diversidad como instrumento para el fortalecimiento de la cultura de paz.

Dentro de los fundamentos conceptuales se destaca la perspectiva de generar un tránsito del acceso a la cultura, a la producción del conocimiento como un derecho de todos los ciudadanos, desde el reconocimiento de las capacidades colectivas para la generación de los mismos en pos de la cohesión social, al fortalecer la construcción de pertenencia sin discriminar a las personas por su origen o procedencia. Se estima de vital importancia la promoción de la coexistencia de las culturas de paz, desde el entendimiento de que no existe solo una; asimismo, desde el respeto a sistemas y valores diversos, la resolución de conflictos, el establecimiento de metas comunes desde la perspectiva de los derechos humanos y culturales. Se favorece también una visión cultural con enfoque en la integración centroamericana, fortaleciendo las capacidades institucionales en cada país de la región en acciones conjuntas con la ciudadanía, el sector privado y la academia.

La PCIP 2012-2030 se plantea la siguiente visión:

Ser una región cohesionada y reconocida a nivel global por promover un modelo de desarrollo anclado en los valores culturales de pueblos que reconocen su diversidad y sus distintos sentidos de pertenencia y comprenden cómo la producción de conocimientos culturales propicia la interculturalidad regional, la inclusión y el fortalecimiento de culturas de paz. (Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana CECC, y Sistema de Integración Centroamericana SICA, 2012, p. 12)

Sus principios rectores, son los siguientes:

1. Reconocimiento y protección de derechos culturales

Este tema está especialmente enfocado en los sujetos con desventaja social, basado en el ODS n.º 16 que se centra en la promoción de sociedades pacíficas e inclusivas para el logro del desarrollo sostenible, el acceso a la justicia, creación de instituciones eficaces, responsables e inclusivas.

2. Participación

Se refiere a la creación y mantenimiento de mecanismos de diálogo entre actores institucionales y sujetos sociales. El enfoque público como estrategia de participación y fortalecimiento de liderazgos.

3. Solidaridad y cooperación

Fortalecimiento de modalidades de cooperación con incidencia en procesos socioculturales.

4. Apertura y equidad

Fortalecimiento de modelos de cooperación que tomen en cuenta las diferentes condiciones económicas, políticas e institucionales y desde allí establecer complementariedades entre los países centroamericanos.

5. Transversalidad

Establecimiento de estrategias de cooperación con otros sectores institucionales.

6. Complementariedad

Consideración de las características diferenciales entre los países de la región y los aportes que cada uno puede brindar en el marco regional.

7. Especificidad de las actividades, bienes y servicios culturales

Las expresiones culturales diversas contribuyen a la construcción de un sentido de pertenencia. Considerar este tema cuando se determine el valor agregado de dichas expresiones a los bienes, servicios culturales, en consonancia con el ODS n.º 8, que se centra en la promoción del crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y el trabajo decente.

8. Contribución al desarrollo sustentable, la cohesión e inclusión social

La dimensión cultural, al ser complementaria con otros sectores y transversal a nivel estratégico, contribuye al establecimiento de acciones alineadas con el desarrollo integral. Esto en consonancia con el ODS n.º 12, que aborda el tema de garantizar las modalidades de consumo y producción sostenibles.

9. Responsabilidad de los Estados en el diseño y aplicación de políticas culturales

Cada Estado de la región formula y aplica políticas centradas en la protección y promoción de la diversidad y del patrimonio cultural.

Se consideran como ejes transversales de la presente política, los siguientes temas: diversidad, culturas de paz, regionalización y sustentabilidad. Este último aspecto, entra en consonancia con el ODS. n.º 11 que se centra en alcanzar la inclusión, seguridad, resiliencia y sostenibilidad para las ciudades y los asentamientos humanos. En el eje de culturas de paz se mencionan el estímulo y gestión social de elementos de la cultura como los valores, actitudes y comportamientos para el fomento del diálogo, procesos de negociación; construcción de consensos y resolución pacífica de conflictos entre los temas más importantes.

La Política Cultural Centroamericana plantea como objetivo general:

Contribuir al desarrollo integral de Centroamérica como un espacio de cooperación e integración cultural regional, que acerque en particular a aquellos países, territorios, grupos y comunidades locales en situación de desventaja social, mediante el fomento de las capacidades humanas e interinstitucionales en el sector cultura. (Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana CECC, y Sistema de Integración Centroamericana SICA, 2012, p. 14)

Los objetivos específicos están orientados a la promoción y protección de las diversas expresiones centroamericanas. Fomento del diálogo, negociación, construcción de consensos, fortalecimiento de la democracia y resolución pacífica de conflictos. Priorización del enfoque regional centroamericano en los procesos de formulación, implementación y evaluación de la presente política.

Como ámbitos de intervención se establecieron seis aspectos: patrimonio cultural común; comunicación intercultural; ciudadanía y cultura; fortalecimiento institucional; economía, innovación, creatividad y cultura; y educación para la interculturalidad.

En cuanto a los mecanismos de implementación, se plantea que se lleven a cabo proyectos de cooperación entre los países de la región a partir de una cartera aprobada por la asamblea de ministros. Dentro de la cartera de proyectos, se marcan tres horizontes: el informativo, basado en la difusión y divulgación de actividades a través de medios de comunicación y mecanismos institucionales. El dialógico, mediante el cual se promueven procesos de interlocución entre actores institucionales y sociales relevantes. Por último, el pedagógico, que consiste en acciones formativas para el fomento de la integración regional.

La cartera de proyectos tiene la meta de consolidar instrumentos para la gestión e implementación de las políticas regionales de cultura. Para ello, lograr la apertura de un trabajo colaborativo entre actores institucionales y sociales relevantes, el reconocimiento del valor de dichos actores y la organización de iniciativas regionales mediante las cuales se puedan identificar fuentes de financiamiento.

Se considera fundamental el establecimiento claro de modelos de monitoreo y evaluación en dos momentos principales: 1. Implementación de espacios de cooperación desde la perspectiva de los ámbitos de intervención. 2. Priorización de acciones en la cartera de proyectos.

En los ámbitos de intervención deberán definirse indicadores que contemplen la generación de espacios, proyectos y programas de cooperación. En el caso de la cartera de proyectos, se deben considerar indicadores que abarquen temas de cobertura, impacto, y resultados esperados. Todo ello en consonancia con el mecanismo de monitoreo y evaluación de proyectos de la cooperación técnica internacional en el SICA.

Se ha presentado una síntesis de los principales aspectos contenidos en la Política Cultural de Integración Centroamericana. Al hablar de proyectos regionales existe una vinculación inherente con el tema de política exterior. Es por lo que a continuación se presentan algunos lineamientos conceptuales generales y también se hace referencia al documento Política Cultural en el Marco General de la Política Exterior de Guatemala 2012-2016.

UN AMPLIO RECORRIDO SOBRE LA CULTURA EN EL MARCO DE LA POLÍTICA EXTERIOR GUATEMALTECA Y APUNTES SOBRE LA DIPLOMACIA CULTURAL

UN AMPLIO RECORRIDO SOBRE LA CULTURA EN EL MARCO DE LA POLÍTICA EXTERIOR GUATEMALTECA Y APUNTES SOBRE LA DIPLOMACIA CULTURAL

Hablar de procesos de interrelación entre diversos países, requiere de un proceso específico de vinculación. Es por ello que se ha propuesto como guía la perspectiva de la diplomacia cultural.

Araujo (2016) sostiene que en la región centroamericana se han tenido avances en cuanto a esta temática, específicamente en dos áreas: la creación de las cuentas satélites de cultura, mediante las cuales se ha generado un sistema de medición confiable para evidenciar el aporte de la cultura al PIB. El segundo tema es la creación de una nueva diplomacia cultural y el desarrollo de la Carta Cultural Iberoamericana, aprobada en la XVI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, llevada a cabo en Montevideo, Uruguay en el año 2006, como base para la generación de proyectos, todos encabezados con el prefijo «Iber», por ejemplo: «Ibercine», «Iberbibliotecas», «Iberorquestas», entre otros. Este documento también fue determinante para la creación de la Política Cultural de Integración Centroamericana, descrita anteriormente en el presente documento. (pp. 112, 113)

Dado que la cultura contiene la profundidad de las identidades, los signos de la historia, los modos de ser y de soñar, se constituye en una pieza central en la política exterior de un país (Reyes Rodríguez, en Araujo, 2016, p. 113). Este es el fundamento central por el que tiene vital importancia el diseño de políticas culturales para la promoción de los países a nivel internacional, tomando en cuenta toda la gama de expresiones, desde las populares hasta las experimentales y contemporáneas. Rodríguez, citado por Araujo sostiene que, en este sentido, hay tres áreas prioritarias de trabajo: desarrollo de industrias culturales, preservación y protección del patrimonio cultural material e inmaterial, y el fortalecimiento y promoción de la diversidad cultural. (p. 113)

 

El autor cita al Observatorio Vasco de la Cultura para explicar que el uso del término «diplomacia cultural» es relativamente reciente dentro del tema de las relaciones internacionales. Aunque la cultura siempre ha sido parte de la diplomacia tradicional, actualmente se sitúa como una de las principales cartas de presentación de varios países. Hoy se reconoce que a partir de los intercambios interculturales pueden identificarse y fortalecerse puntos comunes y acuerdos entre realidades diversas. (p. 113, 114) La diplomacia cultural puede ser un eje importante en los temas de política de cooperación internacional.

La diplomacia cultural tiene su base en el concepto de Soft Power que se define como «la capacidad de un Estado de conseguir sus objetivos no a través de amenazas y recompensas económicas, sino a través de la atracción y la persuasión hacia las políticas, la cultura o los ideales del país» (Nye, en Araujo, 2016, p. 114). Dentro de este concepto no solo se consideran las relaciones diplomáticas a alto nivel entre las autoridades de los países, sino también los procesos de comunicación con la ciudadanía.

En este contexto, la diplomacia cultural se define «como el conjunto de relaciones que sitúan los valores y los recursos culturales como los elementos centrales para difundir las expresiones culturales de una sociedad o para levantar puentes de diálogo entre personas y pueblos distintos» (Observatorio Vasco de la Cultura, en Araujo, 2016, p. 114).

Esta rama de la diplomacia contribuye a que se ubiquen en el mundo y se visibilicen las diversas culturas, sobre todo aquellas que no han tenido gran cobertura mediática y que pertenecen a países en vías de desarrollo, a través de herramientas como los recursos digitales y festivales internacionales, consolidando las organizaciones culturales locales como plataformas de lanzamiento. A partir de los procesos generados desde la cultura, se fortalece la cohesión interna en las sociedades, a la vez que se acrecienta el reconocimiento, el respeto y, por ende, la autoestima y empoderamiento de quienes pertenecen a ellas. Asimismo, se establecen procesos de fortalecimiento de la llamada «diversidad global», mediante la cual se mantienen y se robustecen las culturas locales a la vez que se participa de procesos internacionales y globales. Por otra parte, se contribuye a la superación de percepciones basadas en prejuicios para entrar a la perspectiva del enriquecimiento mutuo mediante el respeto a la diversidad. Las relaciones interculturales a nivel internacional pueden consolidar procesos de gobernanza y desarrollo integral. La cultura se convierte en un tema estratégico de primer orden, ya que actúa y proviene de áreas humanas profundas como la conciencia y la conducta. (Araujo, 2016, p. 115)

A partir de la diplomacia cultural existe una movilización de recursos intangibles: la diversidad cultural, los valores e ideales políticos y la justicia de las prácticas políticas y sociales.

En el caso específico de Guatemala, Araujo argumenta aspectos importantes contenidos en el documento Política Cultural en el Marco General de la Política Exterior de Guatemala 2012-2016, elaborado por Julio Solórzano Foppa, al que se hará referencia más adelante en el presente texto. El autor considera que, dentro de las propuestas realizadas, el turismo cultural ejerce un papel muy importante en el marco del ejercicio de la diplomacia cultural en el país, como uno de los medios más eficaces de promoción. Un punto fundamental es la promoción del mundo maya prehispánico, pero con un hilo conductor claro con las expresiones culturales y artísticas de las comunidades mayas actuales. Asimismo, tomar en cuenta las expresiones particulares de los otros pueblos que habitan en Guatemala, manifestaciones artísticas contemporáneas, festivales, exposiciones y la Feria Internacional del Libro en Guatemala (Filgua). (Araujo, 2016, p. 120)

Es importante que diversas instancias a nivel nacional se vinculen a la promoción cultural, desde el Ministerio de Cultura y Deportes como ente rector, el Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat), pero también centros académicos, universidades, comunidades, colectivos artísticos, personalidades del sector, representaciones diplomáticas e instancias locales a nivel comunitario. (Araujo, 2016, p. 121)

El tema del intercambio cultural también tiene relación con el área de comercio internacional. Araujo sostiene que, en esto, Guatemala tiene un déficit entre las importaciones y exportaciones de bienes culturales en una relación aproximada de cuatro a uno. Este es un punto importante pendiente de abordar a profundidad. Estos intercambios están normados por los acuerdos y tratados de Guatemala con otros países. La mayor actividad en este rubro se da en expresiones de música, cine, video, prensa, literatura, artes visuales, entre otros. (Araujo, 2016, p. 121)

Tienen también un papel muy importante las representaciones diplomáticas que cuentan con instancias que trabajan el tema de cultura en Guatemala, por ejemplo: el Centro Cultural de España (CCE), la Alianza Francesa (AF), El Instituto Italiano de Cultura (IIC), El Centro Cultural Luis Cardoza y Aragón de la Embajada de México, el Instituto Guatemalteco Americano (IGA), entre otros. (Araujo, 2016, p. 121)

Araujo también menciona el concepto de «intermediario cultural», que consiste en que una persona que vive en el extranjero, artista, gestor o promotor cultural, asuma una función similar a la de agregado cultural ad honorem y se encargue de promover la cultura guatemalteca en el lugar donde residen. Esta función ha sido asumida, por ejemplo, en comunidades de migrantes en Estados Unidos. (Araujo, 2016, p. 122)

Por otra parte, recomienda la creación de un fondo privado con aportaciones individuales, empresariales o de fundaciones culturales destinados a la promoción del arte y la cultura guatemalteca en el extranjero y enfatiza la importancia de la vinculación y coordinación estrecha entre el viceministerio de Asuntos Culturales en cancillería con la instancia que se ocupa de asuntos internacionales en el Ministerio de Cultura y Deportes y el Inguat. (Araujo, 2016, p. 122)

Araujo cita el trabajo de Solórzano Foppa para argumentar que la cancillería en Guatemala no cuenta con las estructuras suficientes para cumplir con las temáticas y metas planteadas, por lo que sugiere la creación de una dirección general que se ocupe específicamente del tema de diplomacia cultural y una instancia equivalente en el Ministerio de Cultura y Deportes. Asimismo, la creación de una comisión intergubernamental integrada por representantes del Ministerio de Cultura y Deportes, cancillería y el Inguat, apoyada por una comisión mixta compuesta por artistas, intelectuales, y representantes de instituciones culturales y educativas. Se propone también la creación de un sistema de base de datos similar al Sistema de Información Cultural. Se considera fundamental la formación del personal diplomático en estos temas.

En el caso de Guatemala, la diplomacia cultural tiene como una de sus prioridades mejorar la imagen del país en el exterior, que ha sido cargada por aspectos negativos; uno de los más graves: la violencia. Esto debe redundar en generar procesos de desarrollo interno que beneficien a la población en temas de formación artística con pertinencia cultural, el turismo cultural sustentable, ecológico y comunitario, promoción de expresiones artísticas, de artesanías y eventos locales.

A continuación, se citan los aspectos relevantes del documento Política Cultural en el Marco General de la Política Exterior de Guatemala 2012-2016.

Solórzano (2012) explica que Guatemala cuenta no solo con gran riqueza cultural histórica, sino con expresiones vivas que provienen de los cuatro pueblos, por lo cual es necesario tener un instrumento que haga operativo el posicionamiento de Guatemala desde su carácter diverso y que propicie así el diálogo intergeneracional e intercultural. En el documento se sostiene que el turismo cultural es uno de los medios más eficaces para la promoción de la política cultural en el marco general de la política exterior.