Historia Del Pueblo Zaza

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En hitita el nombre del dios Sol es Asitane, que en hitita da Estan/u. El bektashismo es la continuación de la institución administrativa y cultural de los hititas.

La corona Huseyin tiene doce divisiones de origen sumerio-hitita que simboliza el bektashismo como hogar solar. El sol es, pues, la corona divina que hace posible la vida terrestre.

Si miramos el motivo de los doce dioses en el culto Durbalı Sultan (página siguiente), todos los apóstoles tienen un sombrero en forma de cono y tienen asida en sus manos el hacha del dios de la tormenta.

Los imanes con el turbante verde de hoy en día son invenciones del Irán chiita.

Este motivo, llamado los doce apóstoles cuando Anatolia entró bajo ocupación cristiana, fue rebautizado como los doce imanes en el islam político.

Prestando atención a las imágenes, vemos que hay un halo solar en la cabeza de los doce apóstoles, como en los hititas.

En las pinturas representativas de los apóstoles cristianos y de los imanes árabes, algunos se llevan la mano al corazón, como los zazas alevís de hoy en día.

De la misma manera, los doce imanes que representan a Irán están definidos con doce rayos luminosos que provienen del sol.

Estos dibujos muestran claramente que el culto solar hatti-hitita se adaptó a las religiones que adquirieron un nombre divino.

El tema común ilustrado en las imágenes a continuación es que el sol da vida al mundo durante los doce meses. Esta fuente de vida ha sido personificada como “Diosa del Sol” por “doce sabios” y su marcha en doce meses en el universo ha sido conceptualizada por “doce dioses” que combaten por la humanidad.

Doce apóstoles del cristianismo

Doce imanes del islam

El hogar del Sol es el universo, mientras que el mundo es una olla humeante.

Conocido con el nombre de Ishtar en acadio, el templo de Inanna ha sido identificado como Eşara (que quiere decir en zazaki “los otros”). Los zazas alevís ofrecieron Aşura como una ofrenda a los dioses Sol y la Madre Tierra, que abastecieron de comida a la humanidad durante doce meses, desde la eternidad hasta nuestros días.55

Hattusha-Yazlikaya — la diosa Ishtar y sus ayudantes

La diosa Ishtar está presente con sus ayudantes, en medio de los doce dioses hombres.

Los motivos de la página siguiente representan el rito zaza aleví (Ayin Cem’i) que es un rito ancestral que comprende la unidad del ser-universo hasta nuestros días.

No hay distinción alguna entre hombres y mujeres en este ritual; todo el mundo se considera una sola alma.

En Yazlikaya, las divinidades se giran hacia Semah y caminan detrás de la diosa del Sol, Hepat.

Por su naturaleza invasiva, las religiones judía e islámica anteponen el dios varón, la mujer no tiene lugar en su iconografía.56

En la actualidad, los zazas practican los mismos ritos

que en la época de los hititas.

Como conclusión de este capítulo, visto el conjunto de los elementos presentados con relación a las semejanzas en los términos, nombres, lugares, nombres de lugares, aspectos lingüísticos y creencias, podemos afirmar con facilidad que los ancestros de los zazas son todas aquellas civilizaciones juntas, teniendo en cuenta las numerosas interacciones culturales con todos esos pueblos de Anatolia. De la misma manera, también podemos afirmar que el zazaki es una lengua, hablada por un pueblo que se llama zaza.

Capítulo IILa evolución del pueblo zaza después de la disolución del imperio hitita
1. La dispersión de los zazas a través de Oriente Medio, Mesopotamia y África

¿Qué se hizo de los pueblos que componían el imperio hitita después de la desaparición de este? Todavía hoy en día, nadie tiene la respuesta a esta pregunta. A través de diferentes documentos, sabemos que el inmenso imperio hitita desapareció rápidamente, sin dejar el menor rastro ni razón alguna de su hundimiento tan rápido y trágico a la vez. Lo único que sabemos es que aquello se produjo bajo el reinado del rey Suppiluliuma II.

También se sabe que las colonias de Anatolia central ya estaban arrasadas o abandonadas. Hattusa y las principales ciudades hititas fueron destruidas y jamás se recuperaron. En la capital, sólo algunos pocos edificios altos sobrevivieron a los incendios, como el barrio residencial y artesano. ¿Qué le ocurrió a Suppiluliuma II? La pregunta sigue abierta. Los sellos del soberano fueron los últimos que se han encontrado en Hattusa. Se puede suponer, pues, que fue el último rey del imperio y que el hundimiento tuvo lugar bajo su reinado.57

En el momento de su apogeo, el imperio hitita, en Anatolia, tenía dominados a los reinos vasallos siguientes: los territorios de Arzawa (Mira-Kuwaliya, Hapalla, el territorio del río Seha), Wilusa y Lukka (Licia) al oeste, el Kizzuwatna y Tarhuntassa al sur, Hayasa-Azzi e Ishuwa al este y durante ciertos periodos las tribus gasgas al norte. En Siria, Suppiluliuma sometió a varios reinos, como Alepo, Karkemish, Ugarit, Alalakh, Emar, Nuhasse, Qadesh, Amurru y Mitanni.58

La mañana después del hundimiento del imperio hitita, todos aquellos reinos se liberaron, la cual cosa dio lugar a los reinos neo-hititas, sobre todo en Anatolia y en Siria. Algunos de aquellos reinos son: el reino de Til Barsip, entonces llamado Masuwari. A lo largo del Taurus, en Turquía del sur o Siria del norte, figuran bastantes: Hilakku, Que, Sam’al, Tabal, Gurgum, Kummuh, Unqi, Hamath. Aquellos reinos diferían en importancia política. J.D. Hawkins distingue tres tipos de culturas:

- Los estados de carácter mayoritariamente hitita: Karkemish, Gurgum, Malatya (Melîd), Kummuh, Unqi.

- Los estados de población mixta: Que, Sam’al, Til Barsip, Hamath.

- Los estados de carácter mayoritariamente arameo como Damasco o Arpad.

Los asirios, a partir de Tiglath-Pileser I, establecieron una diferencia entre estos dos sistemas de población con las designaciones siguientes:

KUR Aram, país de Aram y KUR Hatti, país de Hatti. En el país de Hatti, el antiguo hitita (o nesita) ya no se escribía. Fue sustituido por la lengua luvita escrita en jeroglíficos cuyas numerosas inscripciones en lápidas dan prueba de la vitalidad de la cultura neo-hitita.59

Aquellos reinos neo-hititas se inscriben en la continuidad de las tradiciones hititas (ideología real, escritura, arte, religión, etc.) a la vez que elaboraban una cultura propia. Están representados por las dos ramas descendientes de los reyes hititas en Karkemish y Milid, así como por otras dinastías en Sam’al (Zincirli), en Gargum, Kummuh, Que, Unqi/Pattina o también en Tabal, o incluso en Alepo. La mayor parte de Siria pasa bajo dominio de una población semita que emergió durante el periodo de crisis: los arameos (en Arpad, Hammath, Damasco, Til-Barsip, etc.).60

Con el nacimiento de los reinos neo-hititas, es muy probable que las familias y las tribus zazas se dispersaran a través de toda la zona geográfica del imperio hitita. Es un poco por esta razón que hoy en día podemos encontrar a familias zazas en Israel, Palestina, Jordania, Siria, Irán, Azerbaiyán, Afganistán, Egipto, Georgia, Osetia, Grecia, Italia, un poco por todo el mundo. Aquellas tribus o familias zazas seguramente empezaron a llevar una vida lejos de una estructura nacional o cultural propia, sino más bien participaban de la grandeza de otras fuerzas del momento para no comprometer su propia existencia.

Tras el debilitamiento del imperio hitita y su pérdida de control sobre sus vasallos, sobre todo en Mitanni, vemos el nacimiento de otra fuerza: el imperio asirio. Tras un declive pronunciado durante los dos últimos siglos del segundo milenio, que fue un periodo de gran crisis para todos los reinos de Oriente Medio, sólo Asiria resultó tener un fuerte poder y una relativa estabilidad a principios del periodo neo-asirio (siglos IX – VIII). Sin un rival de su talla, aquel reino superó los marcos territoriales que tenía en su apogeo en el siglo XIII y se convirtió en un verdadero imperio que dominó todo Oriente Medio en el siglo VII.61

El imperio asirio fue a su vez víctima de otra fuerza creciente de la época: el imperio meda, que estaba compuesto por un mosaico de pueblos que tenían seguramente muchos puntos en común en el ámbito lingüístico y de fe.

La proximidad lingüística, cultural y de fe de todos los pueblos de esas regiones da prueba de que todos aquellos pueblos eran linajes sumerios, hititas, luvitas y hurritas. Por esa razón la lengua de los medas y de otros miembros de aquel imperio era muy cercana al zazaki. Por otra parte, el imperio aqueménida, que sucedió a su vez al imperio meda sin derramamiento de sangre, muestra la proximidad, la afinidad lingüística, identitaria y cultural con los pueblos de Mesopotamia y Anatolia.

Después de la desaparición del imperio de los hititas, los zazas que se habían instalado en la región de Daylam, así como en las otras regiones de Mesopotamia, formaron parte del imperio meda y también del imperio aqueménida (559 a 333 a.C.), que fue el primero de los imperios persas que reinó en una gran parte de Oriente Medio durante el primer milenio a.C. El nombre aqueménidas (que se traduce en antiguo persa por Haxāmanišiy) significa en zazaki “mi corazón” o “mi alma está unida” y se relaciona con el clan fundador que se liberó hacia el 550 a.C. del yugo de los medas, anteriormente sus soberanos, y con su gran imperio.

 

Una de las grandes fuerzas de los neo-hititas son los aqueménidas. El imperio persa aqueménida forma un vasto conjunto de territorios dominado por los persas, que se extiende desde el Indo hasta el mar Mediterráneo. Fundado por el rey Ciro II durante la segunda mitad del siglo VI a.C., fue destruido por Alejandro Magno durante la segunda mitad del siglo IV a.C. Aquel imperio, basado en la sumisión de pueblos muy diferentes que ofrecían un tributo al rey persa, practicaba la tolerancia religiosa y dio lugar a un arte monumental muy importante.62

Mapa de las diferentes fases de la expansión del imperio neo-asirio

Imperio meda

Durante los dos siglos de su supremacía, el imperio aqueménida desarrolló un modelo imperial que retomaba muchos rasgos de sus predecesores asirios y babilonios, presentando también aspectos originales, como una flexibilidad y un pragmatismo constante en sus relaciones con los pueblos dominados, tanto que estos respetaban su dominio.63

Después del saqueo del imperio de los aqueménidas el 330 a.C. por Alejandro Magno, todos los pueblos de la región —incluidos los zazas— seguramente quedaron bajo el dominio de los griegos. Tras la muerte de Alejandro Magno, el 323 a.C. en Babilonia, y debido a que sus generales se dividieron su imperio, cosa que lo hizo muy vulnerable, otros pueblos se aprovecharon para emanciparse del yugo de los griegos. Entre otros, estaban los partos, pueblo muy cercano a los zazas, que consiguieron crear un imperio en las antiguas regiones de los hititas y extendieron su dominio por Anatolia, Mesopotamia y una parte de India, así como por el Cáucaso, el 247 a.C. Según varios documentos lingüísticos e históricos, vemos que los zazas son muy cercanos a los partos. También podemos preguntarnos si los partos no eran sino una tribu zaza que tomó el poder para crear un imperio que englobara, en su seno, a todos los pueblos de las regiones que estaban bajo su dominio.

Mac Kenzie, un especialista de las lenguas iranias, declara asimismo que los zazas llegaron desde la región de Daylam hasta el extremo sur del mar Caspio. Los daylamitas eran un pueblo que vivía al oeste de las tierras de los partos a inicios de los sasánidas.64

Imperio aqueménida

Mapa que muestra la situación hacia el 200 a.C. con Partia (en amarillo), el imperio seléucida (en azul) y la República Romana (en violeta)

El investigador y escritor turco Rasim Bozbuğa se queja de la falta de pruebas sobre el origen de la historia de los zazas, pero sin embargo señala que según los trabajos de ciertos lingüistas, los zazas procedían de la región norte de Irán. Los investigadores destacan dos pueblos como ancestros de los zazas, los partos y los daylamitas. Los partos eran un pueblo iranio del noreste que gobernaron en Irán antes de los sasánidas, y Windfuhr declara que su lengua es muy cercana al zazaki. El historiador iraní Kaveh Farrokh, por su parte, señala los lazos estrechos entre los zazas y los partos.65

En el ámbito lingüístico, vemos que los zazas son muy cercanos a los partos y podemos preguntarnos si los partos no eran sino una tribu que componía la dinastía de los zazas.

Acerca de la proximidad de los zazas con los partos, un escritor kurdo mencionó lo siguiente: “Los historiadores armenios hablan de la presencia de las tribus partas en la región de Van y los historiadores romanos indican la presencia de tribus partas en la región de Halep y Urfa”.

Resulta que las tribus de los partos se habían instalado entre las comunidades de lengua aria, que hablaban diferentes dialectos. La población geográfica de los partos y los goranes, al noroeste de Elam, que son conocidos por su proximidad con la lengua zazaki, es muy sorprendente. Al examinar la historia política de los partos, uno se da cuenta que llevaron a cabo guerras en las regiones desde el noroeste hasta el este. Así pues, aquellas comunidades que vivían en las regiones antedichas pueden ser los descendientes de los partos.66

Los zazas juegan un papel activo e importante dentro del imperio de los partos, donde se hablaba una lengua muy cercana al zazaki, si no era el zazaki del imperio de los sasánidas. Estos últimos eran a su vez zazas. Basta sustituir las eses que forman el nombre de los sasánidas y vemos que estamos frente a un nombre que suena como zaza o sasa.

En la medida que los zazas tenían fe en las fuerzas de la naturaleza y que las veneraban, sobre todo las fuerzas que representaban la grandeza de las montañas, los ríos, la tierra y el Sol, justo después del hundimiento del imperio hitita hacia el 1200 a.C., es muy probable que una parte de los zazas se haya instalado en la zona montañosa entre dos ríos (el Éufrates y el Tigris) que va de Erzican-Dersim-Xerbet-Palu-Piran-Egil-Bingöl hasta Varto (la región actual poblada por zazas en Turquía) y que otra parte se haya exilado en las montañas de Elbrouz, al sur del mar Caspio, en la región de Daylam que engloba las ciudades de Rey, Kazwin, Layzan o Lâizan, así como en las regiones de Lahican (hoy en día Lahic), Khorasán, Gilán, Taberistán y otras ciudades en el actual Irán.

Continuaron viviendo bajo la organización tribal, así que los zazas se aprovecharon de la grandeza y de la expansión de los otros imperios, como el de los partos o los sasánidas. En estos dos imperios, los zazas llegaron a ocupar puestos importantes sin jamás pensar en reivindicar privilegios para su comunidad zaza. De esta manera, los zazas, por su valentía, su combatividad y su espíritu guerrero, fueron considerados como elementos importantes en la jerarquía de estos dos imperios que hablaban el zazaki. A pesar de su estatus dentro de aquellos imperios, los zazas permanecieron mudos en la reivindicación de derechos comunitarios. Sin embargo, parece evidente que el nombre sasánida derive de zaza y es probablemente por esta razón que los zazas que formaban parte integrante de aquel imperio no tuvieran interés en reivindicar más derechos para su identidad zaza.

Tras la desaparición del imperio hitita, los zazas se dispersaron por todo el mundo y una cantidad importante de personas se instaló al sur del mar Caspio, en la región llamada Daylam. Los daylamitas (Pehlevi o en persa antiguo Daylamīgān y en persa Daylamiyān) era un pueblo que habitaba en Daylam, la región montañosa al norte del actual Irán, al sur del mar Caspio. Bajo el imperio sasánida, a menudo eran empleados como soldados y durante mucho tiempo resistieron a la conquista musulmana de Persia.67

Una vez más, de ello se desprende que muchas personas escribieran sobre la historia de los pueblos de Oriente Medio sin conocer realmente esos pueblos, ni su lengua, ni sus creencias, ni sus costumbres. Todos acabaron en el mismo saco y por desgracia los investigadores y arqueólogos que hicieron las investigaciones contribuyeron al olvido de muchos pueblos que seguramente componían las civilizaciones sumerias, hititas, luvitas, hurritas y demás. En parte se debe a no tener en consideración la existencia de esos pueblos que los zazas tengan que luchar hoy en día para salir de las tinieblas de la historia. Si los investigadores hubieran conocido más a fondo la historia de los pueblos de esas regiones, habrían podido constatar que los daylamitas no eran más que zazas, de donde se deriva el nombre sasani.

Desde el siglo X a.C. una gran parte de los zazas se instaló al sur y al oeste del mar Caspio, en las regiones de Khorasán, Mazanderán, Gilán, Daylam, Gorgan (actual Irán). Es cierto que no hay fuentes que mencionen explícitamente el nombre de los zazas, pero obtenemos esa información a través de los análisis de los lingüistas que se interesaron por el pueblo zaza. Según sus investigaciones, el zazaki todavía se considera en la actualidad —por razones políticas y culturales— como una lengua kurda. En cambio, la iranología (la ciencia, entre otras, de las lenguas iranianas) concluye claramente que el zazaki es una lengua autónoma de la rama noroeste de las lenguas iranianas, en las que se incluye también la lengua kurda, el kurmanci y la lengua de los soranes, el sorani.

Investigadores y lingüistas del siglo XIX (por ejemplo Peter Lerch) afirmaron que el zazaki no era un dialecto del kurdo, sino una lengua autónoma de la familia lingüística iraniana. Esto sustentó las observaciones de los iranólogos alemanes Oskar Mann y Karl Hadank, y de sus múltiples estudios —como el de 1932— salió una primera gramática del zazaki, casi completa, con el título de Mundarten der Zaza (dialecto de los zazas). El zazaki muestra similitudes sorprendentes con el parto (lengua muerta centro-iraniana) que no comparten el persa (lengua del suroeste de Irán) y sus versiones anteriores. Sin embargo, no se sabe si el parto fue una versión anterior directa del zazaki.

Según los datos arqueológicos concernientes al imperio de los hititas, se puede afirmar que la lengua de los zazas no forma parte de un grupo de lenguas iranianas, como se suele repetir, ya que la existencia de Irán data de mil años antes de Cristo, mientras que la lengua de los hattis-hititas data del 2500 a.C. Los lingüistas de los tiempos modernos llaman a la lengua de los hititas indoeuropea, aunque los hititas se llamaban a sí mismos nesilianos, nombre derivado de una de sus primeras capitales, Neša.68

Cuando observamos la lengua de los zazas, vemos que muchas palabras son similares a las lenguas sumeria y luviana, la primera escritura del mundo. La lengua materna es el tesoro más preciado de un pueblo.69 Se tendría que revisar los documentos arqueológicos concernientes a los persas y a los hititas, sumerios, luvitas, hurritas, y a que todos esos pueblos o imperios están emparentados con el pueblo zaza. Los nombres de esas civilizaciones cambian, pero sus culturas, sus creencias y el modo de vida permanecen idénticos. Son ciertamente diferentes familias de la misma dinastía que se fue sucediendo. Los partos que pusieron fin al imperio persa (en el 247 a.C.) no son sino una de las tribus o la dinastía procedente de la región donde ya vivían los zazas. A saber, provenían de la región de Daylam, Khorasán, y hablaban una lengua muy cercana al zazaki.70

Después de cerca de 400 años de dominación, los partos desaparecieron a su vez en favor de otra familia, sin lugar a dudas los zazas (sasani) en el año 224.

2. Los zazas en la época de los zazánidas (sasánidas)


El territorio del imperio zazánida englobaba la totalidad de Irán, Iraq, Armenia, el Cáucaso sur, el suroeste de Asia Central, Afganistán occidental y partes de Turquía y Siria, una parte de la costa de la península árabe, la región del golfo pérsico así como partes de Pakistán occidental. Los sasánidas fueron los primeros que llamaron a su imperio Iranshahr o Eranshahr (en persa: tierra de los arios).71

Desde otro punto de vista, el Eranshahr no quiere decir literalmente la tierra de los arios, en la medida que, en toda la inmensidad de ese territorio zazánida, en la lengua oficial que se hablaba, el avesta (zazaki), significa “la gente de allí”.

Después de la desmembración del imperio de Alejandro Magno, otra fuerza imperial tomó lugar en Anatolia con los romanos. El pueblo zaza fue una vez más dividido entre el Imperio Romano y el imperio parto, así como entre el imperio zazánida (sasánida), ya que una parte de los zazas vivían en su madre patria, sobre todo entre los dos ríos (Éufrates y Tigris) y otra parte en las regiones del sur del mar Caspio, en Daylam. Durante el periodo en que el imperio parto dominaba todavía una parte de Anatolia, asistimos al nacimiento de un principado zaza llamado Sofene (189 a.C.) en la región de Xarpet-Dersim (la actual región Elaziz en Turquía) y también en esa época se inició la presencia de los romanos en Anatolia, en los territorios zazas (partos). Mientras que el imperio parto luchaba contra los romanos, una tribu zaza (sasani) empezó a desarrollarse.

 

Cuando los zazánidas (sasánidas) o los zazas tomaron el poder en el 224, sabemos que una parte de los zazas vivían ya en las regiones del mar Caspio, ya que formaron parte del imperio de los medas, del imperio de los aqueménidas y del imperio de los partos. En la medida que cada fuerza extranjera intentaba dejar su huella en el territorio conquistado, mediante su influencia a través de su lengua, cultura y religión, el nombre de los zazas así como el nombre de sus ciudades o pueblos padecieron ciertamente cambios, para asimilarlos mejor y hacerles olvidar su memoria identitaria. Probablemente al seguir esta política de negación, el nombre de los zazas fue transformado en sasánida por los romanos, como hicieron más adelante los otomanos y los turcos.

Podemos decir que los orígenes de la dinastía de los zazánidas (sasánidas) se remontan a un cierto Şaşan, hacia el año 180, abuelo de Ardacher (que en zazaki significa “el león”); de él provendrá el nombre de zazánidas. Fue el Gran Sacerdote del templo de Anahita. Tuvo un hijo, Palik (Papag, Papağ, Papak, Pâpak, Pâbhag, Bâbek, Babak, Babek) hacia el 210-223.72

Los soldados zazánidas (sasánidas)

Todas esas denominaciones aproximadas muestran una vez más que los investigadores, que escribieron sobre pueblos de los que no conocían ni su lengua ni sus costumbres, deformaron la misma esencia de esos pueblos y por ende contribuyeron al olvido de algunos de ellos. En el ejemplo dado, Palik, Papag, Papağ son el resultado de un cierto desconocimiento. De una manera muy sencilla, ese nombre significa en zazaki “bavê, bavo” y en castellano “padre”. Si nos fiamos de esos datos, eso simboliza ni más ni menos que el abuelo de Ardacher era un zaza.

El padre de Ardacher, Bavê, que originariamente era el dirigente de una pequeña ciudad llamada Kheir (en zazaki “key” significa “casa” u “hogar”). Pero consiguió, en el 205, vencer a Gocihr, el último rey de los bazrangids (vasallo de los partos arsácidas) y se nombró a sí mismo el nuevo dirigente. Se casó con Rodhagh, que era la hija del gobernador de la provincia de Persia (Persis o Pars). Los acontecimientos que iban a empezar en esta larga dinastía no son claros, ya que las fuentes están muy fragmentadas. Sin embargo, es cierto que tras la muerte de Palik, hacia el 210, sus dos hijos Ardacher I y el mayor Châhpûhr (o Šāpūr) emprendieron una lucha por el poder.73

Palacio de Ardacher: vista de las cúpulas y del iwan. Irán. Las ruinas del palacio de Ardacher I, rey de los persas (224-241), en el yacimiento de Kur (capital de la Persia sasánida), actual Firuzabad.

A la muerte de su hermano, en el 208, Ardacher accedió a las más altas responsabilidades de la realeza y mientras los partos estaban en plena guerra civil, Ardacher I comenzó a atacar sus territorios. Aquella expansión llamó la atención del gran rey parto Artabano V (216-224) que marchó contra él.74

En aquel cara a cara, Ardacher salió victorioso de la batalla de Hormizdaghan (llanura en la región de Suse), el 22 de abril del 224, y se proclamó rey. Se hizo coronar Shahanshah, “Rey de Reyes”, en el 226, en su nueva capital Ctesifonte.

A lo largo de los años siguientes, Ardacher I extendió su nuevo imperio hacia el este y el noroeste con la conquista de las provincias de Sistán, Gorgán, Khorassan, Margiane (hoy en día Turkmenistán), Balkh y Chorasmia. Baréin y Mosul fueron también anexionadas a los bienes zazánidas.75

Según el historiador Arthur Christensen, Ardacher I estableció un estado que se distinguió por una fuerte centralización política. Dividió el imperio en cantones cuyas dimensiones se basaban en consideraciones militares. Aquellos cantones se crearon para resistir la influencia de los intereses hereditarios de las rivalidades feudales. Los gobernadores locales que descendían todos de la familia real llevaban el título de Shah (jefe). En un intento de proteger la autoridad real de los desafíos regionales, el personal de los dominios zazánidas y los miembros de la rama familiar fueron dispersados a través del imperio, mientras que los antiguos príncipes feudales (Vaspuhragan) permanecían y estaban obligados a hacer el servicio militar con sus tropas locales (mayormente campesinos).76

A la muerte de Ardacher, su hijo Sapor I lo sucedió. Este continuó la política de su padre para hacer más grande su reino, pero chocó contra el Imperio Romano. Tras varios enfrentamientos, obtuvo una victoria significativa contra el ejército romano en el 260, en Edesa (actual ciudad turca de Urfa), donde hizo prisionero al emperador Valeriano I. Este intentó negociar con el rey zazánida, pero este finalmente lo mandó matar. El ejército romano se replegó inmediatamente a Emesa (Homs), dejando sin defensa a Siria del norte y el centro de Asia Menor. El ejército zazánida aprovechó aquella derrota, recuperó Siria así como Cilicia y Capadocia sin encontrar resistencia.77

Relieve en la roca en Naqsh-e Rustam (Irán) del emperador persa Sapor I (a caballo) y Filipo el Árabe (de rodillas), pidiendo la paz después de la victoria de Edesa.

El último rey de los zazánidas, Yezdancher III, subió al trono el 16 de junio del 632 y desde su primer año de reinado tuvo que enfrentarse a las amenazas y la invasión de los árabes musulmanes contra su imperio en el 633. Sus generales fueron vencidos en varias batallas y Yezdancher III tuvo que refugiarse de una región a otra. Se escondió finalmente en Merv (o Mary, en Turkmenistán o Alejandría de Margiane) al este del imperio, cerca de Mazban Mahoe, donde fue asesinado en el otoño del 651.

Según Masudi (historiador árabe chiita), Yezdancher III tenía tres hijas, Adragh, Shahr Banû y Mardawend, y también dos hijos: Bahram y Peroz III.

Después de la conquista de Irán, el califa Umar ibn al-Jattab quería vender a Shahr Banû (que se traduce en zazaki por “charibom” y que en castellano significa “dama de la ciudadela”) capturada como esclava después de la toma de Ctesifonte. Pero el imán Ali rechazó que una de las hijas del soberano, ahora vencido, fuera tratada como tal y la casó con su hijo Al-Hussein ibn Ali. Shahr Banû murió poco tiempo después tras dar a luz a su único hijo, Ali Zayn al-Abidin.

Las otras dos hijas de Yezdancher III se presentan en las tradiciones del zoroastrismo y del judaísmo. Una se habría refugiado en una cueva cercana a Yazd (ciudad donde viven todavía algunos miles de zoroastras), donde sus lágrimas siguen corriendo todavía. La otra, llamada Izdundad (don de los ángeles), se habría casado con Boustenai, el exliarca de los judíos de Babilonia, descendiente del rey David, dándole tres hijos: Hisdai II, Nehemiah y Haninai, exilarcas de Sura, y sería el ancestro de una descendencia prestigiosa, como Makhir de Narbona, que se casaría con Aude de Francia, hija putativa de Charles Martel.

Durante de la conquista de Persia y la toma de la capital Ctesifonte, la hija de Yezdancher III, Chariboni, fue capturada y dada a uno de los hijos del califa Ali (esposo de Fátima, hija de Mahoma). En cuanto a uno de sus hijos, Peroz III (651 – 677), consiguió huir a las montañas de Tokharistán, hacia China. Gobernó en un pequeño territorio bajo la suzeranía del Imperio Chino. Murió hacia el 677 dejando en la corte china a su hijo Narsieh. La mayoría de las cosas que conocemos de Peroz III provienen de los escritos dejados por su hijo. El príncipe Peroz era muy joven durante el tiempo de guerra de su padre Yezdancher III, y jamás ejerció realmente el poder monárquico en la Persia zazánida. Después de la conquista islámica de Irán, Peroz III y la mayoría de la familia real huyeron pasando por la cordillera de Pamir, en el territorio del actual Tayikistán, luego llegaron a la China de los Tang, que toleraron a los zazánidas. En el 661, según el viejo libro de los Tang, Peroz III habría pedido ayuda militar a los Tang para luchar contra los árabes.

Principado de Farghana

Arabia preislámica

En el 670, Peroz III llegó personalmente a la corte de los Tang, donde le dieron el título de Youwuwei Jiangjun (general marcial y guardia del flanco derecho). La corte de los Tang creó la gobernación de Persia en Zarandj (hoy en día en Afganistán, y significa en zazaki “perdiz”), convirtiéndose Perzo en el soberano de esta.78

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