Evangelion

Tekst
Loe katkendit
Märgi loetuks
Kuidas lugeda raamatut pärast ostmist
Evangelion
Šrift:Väiksem АаSuurem Aa


Evangelion Sea la Luz

© 2020 Paola Caneo

© 2020 Ediciones Amatista, S.L.

C/ Francisco Martí Mora, 1 07011 Palma. Baleares. España

www.edicionesamatista.com

info@edicionesamatista.com

Título original: E LUCE SIA por Alvorada Edizioni, Milán, Italia

Traducción al español: Maria Grazia Gallana

Diseño y maquetación: Mario Zárate Moreras

ISBN Epub: 978-84-16977-55-0

ISBN PDF accesible: 978-84-16977-55-0

ISBN: 978-84-16977-54-3

D.L.: PM - 253-2020

Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con autorización de los titulares de la propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados pueden ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (artículos 270 y siguientes del Código Penal).


Indice

Introducción de Aleph6

Primera Parte12

Exégesis12

La primera característica espiritual de la Luz divina que vamos seguidamente a tratar, es la Luminosidad.16

La Luminosidad de la Luz, la Esencia de Dios.21

La segunda característica espiritual de la Luz divina que vamos seguidamente a tratar, es la Claridad24

La Claridad de la Luz, la Pureza de la esencia de Dios34

La tercera característica espiritual de la Luz divina que vamos seguidamente a tratar, es la Brillantez37

La cuarta característica espiritual de la Luz divina, está enfocada en la naturaleza de la Voluntad del Alma41

La Brillantez de la Luz, la Inteligencia del pensamiento de Dios.45

Vamos seguidamente a examinar la característica espiritual de la Soberanía de la Luz en referencia a la vida terrenal.48

La más importante característica espiritual de la Luz divina es Su Soberanía Amorosa.66

Vamos entonces seguidamente a examinar la última característica espiritual de la Luz: la Eternidad69

Segunda Parte84

Gotas De Inspiración84

Notas Sobre La Autora118

Introducción de Aleph

En el momento exacto en que los ojos del lector se posan en la imagen elegida específicamente para la portada de este libro, ocurre lo que nos gusta definir una “captatio animi”.

Esta imagen tiene precisamente el objetivo de capturar la atención de las almas receptivas y encender en su corazón la chispa de la curiosidad por el texto y por lo que intuyen contener.

De hecho, este libro tiene un propósito específico: ser un pontifex/puente, entre el sentir humano y el conocimiento espiritual.

Los grupos de Entidades, o Entideides, involucrados en la redacción de esta obra, renuevan su antigua y primordial promesa de ayudar y apoyar a los Seres humanos que están seriamente comprometidos con el camino de la Conciencia Divina en estos tiempos sagrados y Bendecidos.

Con Amor les pedimos que den otro paso interior hacia una Conciencia más amplia y receptiva y que se abran a estas nuevas nociones e informaciones que en realidad están ya presentes en su interior, esperando pacientemente poder aflorar a la superficie de su Conciencia.

Sin embargo, si sienten que esta información está vibrándoles interiormente y que están resonando con ella, sepan que no expresan un “repentino descubrimiento”, sino un “reconocimiento anízmico” que su mente va interpretando con locuciones como: “¡Lo sabía!”, “¡Sentía que era así!”, o incluso: “¡Estas palabras expresan exactamente lo que siento!”.

El propósito principal de este libro es activar el mecanismo de iluminación interior para así crear en el “Yo íntimo” de la personalidad encarnada, ese humus específico que permite que el don divino del Conocimiento alcance la sensorialidad del Alma.

Dicho proceso es como una etérea y gradual transformación de la individualidad del alma, una especie de mística gnosis espiritual-electiva, que convierte al ser humano en evolución en el receptor perfecto de la Energía Crística, indispensable para su proceso de Ascensión.

Las frecuencias vibratorias de las Entideides irán acompañando al lector en su lectura, y actuarán de pegamento entre las diversas energías presentes.

En el caso de que nuestros queridos lectores tengan una u otra duda sobre la comprensión del texto, nosotros los invitamos a confiar en la labor del Espíritu, ya que Él Sabe y Conoce cuando es el momento correcto para cada uno.

Confíen, entonces, en Su obra incesante y su devoción sagrada porque Él les revelará los sacros preceptos de forma clara e inteligible solo en el momento adecuado.

Queridos amigos, las palabras del Espíritu son frecuencias sonoras, vibratorias y energéticas, que pueden cruzar el tiempo-espacio y navegar las olas del Amor para alcanzar el Corazón pulsante de las Almas-Hijas encarnadas.

El Espíritu no sigue los deseos de la mente. Él sabe siempre lo que Ustedes necesitan y por cierto se lo va a entregar.

Apreciados lectores, Ustedes han expresado un ardiente deseo de conocimiento y los Custodios del Conocimiento Divino acogen ahora su pedido, prodigándose para satisfacer su Intención.

Permítanos, a este respecto, proporcionarles una breve explicación sobre el papel fundamental de nuestro amado Evangelion, miembro anímico del Grupo Aleph, que se manifiesta ahora en la personalidad humana de Paola.

Una de las leyes más importantes que regulan la Sabiduría y el Conocimiento divino, afirma que: “cuando alguien recibe la información del Espíritu tiene la obligación de difundirla”. Además, su elección anímica lo va a impulsar a convertirse en un “Divulgador”, puesto que la figura del “Canalizador” ha ido gradualmente transformándose.

Nuestro querido Evangelion vive su experiencia terrenal en perenne conexión con su Grupo anímico y es muy activo en dar forma y sustancia, lingüística y estilística, a nuestro pensamiento.

Paola-Evangelion no transcribe pasivamente nuestros mensajes. Nosotros le enviamos energéticamente “nuestro pensamiento” en forma de bloques intuitivos, sea nocturnos sea diurnos, y Paola-Evangelion, que ha enriquecido y madurado sus habilidades lingüísticas en distintas existencias, incluyendo la presente, lo estructura y plasma en letras escritas.

Paola, la personalidad humana que Evangelion ha elegido en esta vida, ha sido “elevada” para poder fusionarse de manera total, plena y consciente con su parte divina. El Grupo Aleph “piensa” al unísono y crea la información energética que Evangelion va captando y transcribiendo.

Se trata, entonces, de un trabajo muy desafiante: por un lado, Evangelion es una Entidad que forma parte del Grupo Aleph y, junto con su Grupo, crea el mensaje-pensamiento que quiere transmitir; por el otro lado, Evangelion es también una personalidad encarnada, y como tal transmuta la información en una frecuencia más baja para su divulgación escrita.

Evangelion lleva en su interior la misma frecuencia anímica del Grupo Aleph, por eso sabe lo que debe transmitir, cómo debe transmitirlo, y cuáles son las palabras más apropiadas para “darle vida” a ese pensamiento.

El proceso de expresar por escrito el pensamiento del Grupo Aleph no requiere de un trance profundo. Evangelion, puede crear incluso en medio de una multitud de personas o en un ambiente ruidoso, gracias a su excelente nivel de concentración.

Recuerden que un Canalizador no es un simple escriba o un “tubo vacío” a través del cual fluye la Sabiduría Divina; además, con el paso del tiempo, esta figura va tomando connotaciones cada vez más específicas.

Nosotros preferimos llamarlo un “Colaborador de la Luz”, es decir, una personalidad anímica encarnada, que ha despertado y “resurgido” en el Espíritu, y que sabe obrar en ambas dimensiones. Evangelion, por lo tanto, no es solo un trámite al cual confiamos nuestros mensajes, sino que es la verdadera Imago de Aleph sobre la Tierra.

En este segundo libro vamos siguiendo la línea ya trazada con el primero y, reafirmando, que para un Caminante espiritual el trabajo más importante es el trabajo sobre sí mismo.

Sabemos que no se trata de un trabajo fácil y tampoco les hemos predicho escenarios idílicos bajo el lema: “Fueron felices y comieron perdices”. Todos los que están seriamente involucrados en un camino de evolución espiritual se dan cuenta de cuantas dificultades, altibajos emocionales, dudas e incertidumbres van vivenciando. Por eso les reiteramos que este trabajo requiere de su parte un compromiso total, una búsqueda continua, un esfuerzo diario y una verdadera “lucha” con su Ego y su realidad externa.

 

En las últimas décadas se ha ampliamente hablado del “Despertar de la Conciencia”, pero Ustedes ¿han realmente comprendido el significado de estas palabras? ¿se han dado realmente cuenta de lo que significa caminar en un sendero de Luz? ¿han realmente entendido el duro trabajo personal que eso conlleva?

Abandonen, de una vez por todas, las creencias muy Nueva Era sobre “El Despertar” y sus efectos, que todo en su vida se vuelve fácil y celestial, o que pueden manifestar rápidamente todo lo que desean.

Lamentamos decepcionarlos, ya que en la mayoría de los casos sucede todo lo contrario. En caso de que el “Despertar” sea auténtico las cosas hasta empeoran porque “Despertar” significa morir para renacer; significa Resurgir a una nueva vida en el Espíritu mientras estén encarnados; significa disolver el olvido y finalmente Recordar.

El gran mensaje “Dejadlo todo y seguidme. Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”, no significa que deben dejar los bienes materiales, salirse de la casa, abandonar el barco, las redes, etc., nada de todo eso. “Dejadlo todo” significa que deben renunciar a lo que son, que les han enseñado, que les han hecho creer, e incluso a lo que Ustedes creen que son.

Dejen todas esas hermosas estructuras, a veces un poco apretadas, que conforman su Ego, y que los hacen sentir tan seguros: estructuras familiares, sociales, políticas, religiosas, culturales, emocionales, intelectuales,etc.

Por lo tanto, el gran mensaje significa: “Dejen su Ego y síganme”. Asimismo, los invitamos a entender e interpretar el “Despertar”. Cuando un ser despierta, su personalidad humana muere para renacer como personalidad anímica primaria. Su corazón vuelve así al estatus puro de un niño que vuelve a comenzarlo todo de nuevo.

Primera fase: De-Construcción.

El ser que despierta inicia a recordar. Recuerda cómo se camina con las alas del Espíritu, cómo se mira con los ojos del Alma, cómo se habla el idioma de “Yo soy la Palabra”, y cómo se vive una Vida verdadera, siendo consciente de que uno es el Dios encarnado.

Segunda fase: Re-Construcción.

Es un camino tortuoso y agotador que conlleva un profundo trabajo sobre uno mismo.

¿Quién está realmente dispuesto a realizarlo?

Sin embargo, a pesar de las tantas dificultades, los seres seriamente comprometidos van encontrando en su camino todo tipo de asistencia de parte de los Colaboradores de la Luz. Estos les proporcionan las herramientas necesarias en forma de libros o encuentros, para que puedan realizar serenamente su transición espiritual.

Queridos lectores, nuestro deseo es que este libro se convierta para Ustedes en una herramienta de conocimiento, y le permita dar un paso más hacia su personal Resurrección.

Amados lectores, aquí nos dirigimos a los que ya conocen la energía de Aleph y todos aquellos que ingresan por primera vez a su frecuencia: acojan la invitación eterna de las palabras “Ámate a ti mismo” y realicen en esta misma vida su más hermoso viaje.

Nota:

Las palabras en mayúscula invitan al lector a un significado más amplio y profundo. Son una invitación a atribuirles un rango de influencia mayor y un significado sublimado, es decir, que sobrepasa la dimensión terrenal.

Primera Parte

Exégesis

Mucho se ha escrito sobre la luz: tesis, demostraciones científicas, experimentos, definiciones, análisis y contraanálisis, disputas y argumentos contradictorios de todo tipo.

Y, por supuesto, todo eso en un plano puramente físico.

Probablemente, mucho se ha escrito y discutido también sobre la Luz divina: creada e increada, generada y no generada, primordial, anterior o contemporánea al Sol, y demás disputas, tesis contrapuestas, teorías judías, cristianas..., y así sucesivamente.

Pero, al fin y al cabo, ¿qué es la luz? La ciencia dice que son vibraciones electromagnéticas, mientras que las religiones afirman que es una energía creadora o creada.

¿Cuál imagen le asocian? La de un rayo, un destello o tal vez un resplandor emanado por un ser alado en túnica blanca, como cuenta la iconografía religiosa clásica.

Amados lectores, den ahora un paso atrás y uno a un lado. ¿Ven la escalera de mármol blanco a su lado? Entonces, comiencen a subir los peldaños lentamente, sin preguntarse cuántos peldaños hay, ya que eso no importa.

Sumérjanse ahora en este cielo azul brillante y respiren el aire fresco y ligero. Y, más que todo, aparten su mente.

Nosotros los esperamos en la cima.

¡Sean Bienvenidos, dilectos amigos, muy amadas Almas!

Hemos preparado sillones cómodos para todos. Entonces, acomódense y sean dichosos.

Nos gustaría hablarles sobre las características espirituales de la Luz Divina y las peculiaridades de la Fuente luminosa que es el Todo y desde la cual el Todo se auto-genera y auto-crea, en un continuum creativo, cuyo único propósito es la Creación misma y su eterna, dichosa, y gloriosa manifestación.

Nos gustaría que Ustedes accediesen a ese místico e hiperbólico dominó de innegable y genial naturaleza con el cual la Luz se auto-crea y experimenta su propia Sustanza, expandiéndose más allá de sí misma, y al mismo tiempo incluyéndose a sí misma, en un juego infinito e ilimitado.

No vamos a disertar sobre la Luz a un nivel científico, metafísico o religioso. Nuestra Exégesis va a ser fundamentalmente espiritual, libre de contaminaciones culturales y retorcidos caminos mentales, y totalmente espuria en su esencia incontrovertible.

Para nosotros, la esencia de la explicación de la Luz radica en la misma Esencia de la Luz, en su fulcro luminoso y dinámico, sintiente e incontrovertible, amable y generoso, cofre precioso de legados antiguos, noble y sagrada ánfora metonímica que representa ya sea el contenido ya sea el continente.

Este fulcro es el Corazón.

Nos gusta el concepto de que el Corazón es el lugar del Alma y somos conscientes de que este concepto no se hace inteligible si no se combina la práctica con la teoría.

Y la práctica es Experimentar.

Estamos convencidos de que no se puede entender realmente la Luz sin experimentarla, como no se puede entender a Dios sin experimentarlo.

Todas las religiones se han limitado en el Credo y le han quitado al hombre (a Ustedes) la posibilidad de tener una experiencia directa de Dios. Sin embargo, Dios se puede experimentar, no solo creyendo en Él o dando por hecho su existencia, sino experimentándolo en Su infinita, amorosa, sabia y eterna Ars Creativa.

¿Cómo se hace?

Dejando de pensar que están separados de Él y entendiendo que Todos somos UNO con Él. Y una vez que comprenden esta única, básica y Santa Verdad, deben empezar a vivirla y manifestarla en su propia existencia.

¿Cómo se hace?

Aprendiendo a manejar conscientemente su propio pensamiento, y recordando que Ustedes son Co-Creadores.

Cuando su pensamiento está alineado con la voluntad de su Alma, y tiene la plena e íntima certeza de que Dios se encuentra en su interior, y que Ustedes mismos son Dios, entonces se convierte en un inmenso instrumento de poder.

Cuando un ser comprende el concepto del Corazón, puede realizar uno de los pasos más importantes y fundamentales para experimentar a Dios: aprende a conocer la Luz.

El Corazón es el lugar del Alma, la chispa divina que mora en cada uno de Ustedes, el fragmento de Dios encarnado que cada uno de Ustedes ES. Por consiguiente, el Corazón representa la “Morada de Luz” que está en su interior y la “Morada de Luz” que Ustedes mismos son.

La palabra “Morada” en mayúscula los invita a considerar este término en un sentido más amplio, espiritual, electivo y elevado respecto a su homónimo terrenal.

Algunos asocian el Corazón solo con el órgano corporal y no saben contestar a la pregunta: «¿Dónde está el Alma?”

Para responderles adecuadamente, les decimos que la idea de que el cuerpo contenga el Alma es obsoleta, ya que en realidad es el Alma la que contiene el cuerpo.

De hecho, es su misma Esencia de Luz la que moldea las células del “vestido de carne” que Ustedes han elegido, la misma que va irradiando y expandiendo su acción y percepción por varios metros afuera del cuerpo en la materia circundante.

La Luz que Ustedes son, es la misma Luz que los compone. Ustedes mismos son La Luz que mora en Ustedes, ya que la Luz es siempre ambas cosas, sea el contenido sea el continente.

Piensen en un huevo: este se compone de una cáscara que contiene la clara y la yema; metafóricamente hablando, la Luz lo es todo: yema, clara y cáscara.

La primera característica espiritual de la Luz divina que vamos seguidamente a tratar, es la Luminosidad.

Esta característica es apta para nuestra Exégesis porque está relacionada con el concepto de “Corazón como Morada de Luz”.

Más adelante, en la sección dedicada a este tema, vamos a considerar cómo la Luz pueda ser incluso la más negra Oscuridad.

Ahora vamos a analizar cómo la visión espiritual de la Luminosidad de la Luz divina, se fundamenta sobre el concepto de Reflejo.

La Luz es la Fuente. Ella se irradia de Sí misma en múltiples y variados “sistemas reflectantes” que se interconectan entre sí, en una perfecta y armoniosa relación de reciprocidad y unicidad basada en la Intención.

La Fuente va continuamente generando Reflejos de Sí misma, y estos son totalmente sintientes en su Intención, y completamente libres en su Expresión.

El Reflectante, por su naturaleza sustancial, va actuando como un Reflejo de la Luz y, convirtiéndose en su custodio, asegura así el continuum creativo.

El ser humano es uno de los tantos “sistemas reflectantes”. El hombre, en su elevación espiritual encarnada, es un Reflejo de la Luz y un Reflectante de la Fuente; su alianza representa uno de los vínculos más fuertes de toda la Creación. De hecho, el Alma-Hija, que llamamos también Mónada, durante sus varias encarnaciones, acepta la responsabilidad de honrar y preservar el Corazón en cuanto fulcro y Esencia de la Luz. A este particular Reflejo de Sí misma, la Luz otorga su principal elemento constitutivo, es decir, el libre albedrío.

El “Ser Humano Reflectante”, en cuanto custodio de la esencia divina, experimenta durante varios ciclos de reencarnación, su propia libertad creativa: a través de sus elecciones, energéticamente diferentes y siempre espiritualmente formadoras, él mantiene su Morada de Luz expresiva y dinámica, con el fin de enriquecer su Corazón y llenarlo así de vibraciones luminosas.

Por lo tanto, el Corazón se convierte en la verdadera dimensión espiritual ya que el fragmento encarnado realiza su propia experiencia desde el interior hacia el exterior, es decir, en la materia.

El Reflectante guarda, en su fulcro interno, su Morada de Luz, la esencia del Reflejo Divino. Y es lo que puntualmente nosotros, desde aquí, visualizamos.

Mediante nuestra visión elevada, libre de elementos terrenales, nosotros podemos abarcar el amplio espectro de su Morada de Luz, y percibir así su grado de Luminosidad espiritual. En otras palabras, nosotros no observamos sus características físicas, sus vestidos, su corte de pelo o cualquier otro efímero elemento terrenal: nosotros solo miramos la Luz que Ustedes emiten desde la “Dimensión de su Corazón”.

Vestirse con elegancia para “encontrar a Dios” solo tiene que ver con la religiosidad no con la espiritualidad.

La Casa de Dios no es una construcción material. La Casa de Dios mora en su Corazón: es una dimensión espiritual, es la “Dimensión de su Corazón”, es una dimensión elevada de Luz, que la Mónada divina lleva consigo en su encarnación.

Mientras experimenta la dualidad en el exterior Ella sigue preservando la esencia luminosa de la Fuente original de la cual es tanto el Reflejo como el Reflectante.

Con su genialidad, la Fuente ha creado muchos “sistemas reflectantes”, inclusive el sistema dual de la 3D terrenal, donde se Refleja a Sí misma en un cuerpo de carne para poder combinar la práctica con la teoría. Y hacer así la experiencia directa de Dios.

 

¿Cómo lo hace? Aceptando ser Dios en la dimensión física, es decir, contribuyendo al intenso trabajo de Co-Creación sintiente, a nivel del pensamiento, y manteniendo la relación de preexistente colaboración con sus propios grupos anímicos, mientras que la experiencia material inicia y sigue en su olvido.

Este proceso seguirá realizándose hasta que la personalidad, después de experimentar todas las partes de la dimensión dual, empiece a sentir un inexplicable “cansancio de vivir”.

La pérdida de interés en la experiencia humana, puede indicar que la personalidad está gestando la maravillosa oportunidad del Despertar.

Una vez que haya experimentado varios ciclos de encarnación, la Mónada empieza a encarnar con una “Dimensión del Corazón” mucho más luminosa ya que sus experiencias y energías son más próximas al reino sutil y sus vibraciones sobrepasan las bajas frecuencias de la dimensión material.

Por eso, el ser humano que está a punto de abrirse a nuevos horizontes espirituales se siente fuera de lugar y tiene una fuerte aversión instintiva a las reglas, los patrones y los clichés en que vive.

Cuando el grado de Luminosidad del sistema reflectante “Ser Humano” sobrepase el grado de Luminosidad del sistema reflectante “Dimensión Dual”, inicia el camino hacia la Resurrección.

Noten que el término “Resurrección” se refiere aquí a un concepto exegético espiritual no religioso: la verdadera Resurrección no tiene nada que ver con el cuerpo físico de la criatura humana, sino exclusivamente con su Alma.

La Resurrección es un estado del Alma y está relacionada con el nivel elevado de evolución espiritual que se origina por la Luminosidad de la “Dimensión del Corazón”. Se trata, entonces, de una real sublimación de la dimensión terrenal por la cual la Monada no siente más la necesidad de seguir encarnándose en un cuerpo humano.

Un parámetro que puede explicar este proceso es la ‘Nutrición’.

Las experiencias terrenales nutren con su energía la Esencia de la Luz que se encuentra custodiada por el Reflejo en la Morada de Luz, y la enriquecen de “madurez” vibracional, intelectiva y sensitiva, garantizando así la Evolución espiritual de la Monada que va expresando progresivamente su grado de Luminosidad en la “Dimensión del Corazón”.

Entonces, la antigua y despierta Alma-Hija, conscientemente resucitada en el Espíritu, y plenamente inmersa en la visión anímica del mundo, puede vivir plenamente su Divinidad. Y la Luminosidad que Ella ha alcanzado mediante su Bien-pensar, Bien-hablar y Bien-actuar, es decir, su Bien-Estar, la prepara para el último paso: su Resurrección.

Si la Mónada considera que el proceso de encarnación en un cuerpo humano ya no es necesario, significa que la Luminosidad de la “Dimensión del Corazón” ha alcanzado el más alto nivel posible y no es más compatible con el “sistema reflectante” de la Tierra.

El Alma-Hija está lista para nuevas experiencias y nuevos viajes a otros mundos.

La conclusión de la experiencia en la dualidad es como el fin de un ciclo de estudios que abre a nuevas oportunidades y posibilidades evolutivas de rango superior.

Y merece ser celebrada.

La distinta Luminosidad de los “sistemas reflectantes” expresa un Diseño de Luz de suma inteligencia, en el que cada elemento ocupa su lugar de una manera maravillosa, y cada Reflejo se coloca en perfecta armonía y equilibrio con los demás.

El Gran Diseño no conoce fallas, ni interrupciones ni grietas. El trabajo interior de todos los Reflectantes garantiza el movimiento evolutivo del continuum creativo, mientras que su labor y sagrada promesa, le permiten a la Fuente perpetuar y preservar su Luminosidad.

La Luminosidad representa, entonces, el parámetro de evaluación evolutiva del Alma, su grado de madurez y de experiencia.

El Alma-Hija comprende la necesidad de demostrar su propia perfección experimentándose a sí misma de una forma directa. Quiere probarlo todo para poder así convertirse en el Todo. Al experimentar todas las formas del dinamismo creadas por la Luz, la Mónada se confirma a sí misma en su naturaleza perfecta, ya que Ella, por sagrado derecho, nace perfecta en la Casa Divina, en ese “Absoluto Blanco” del que proviene.

Cumpliendo responsablemente su tarea como Reflejo-Reflectante, la Mónada determina automáticamente su Gloria.

El Sagrado Memento del divino Guardián de la Luz es el pilar de un camino evolutivo que no conoce obstáculos: puede actuar de guía para estabilizar aquellos caminos experienciales demasiado ásperos y dinámicos, y presentarse en toda su majestuosidad en el Umbral final.

En conclusión, la Luminosidad de la Fuente es el elemento constitutivo primario que revela la evolución espiritual anímica de los “sistemas reflectantes”, y representa el premio invaluable del trabajo personal de Luz.

La Luminosidad de la Luz, la Esencia de Dios.

En estos tiempos de cambios profundos se desvela la promesa ancestral de una presencia cada vez más fuerte del Espíritu. Esta es la intrínseca motivación que nos hace insistir en unos puntos que consideramos fundamentales para su evolución espiritual.

Amados, en un camino espiritual serio y auténtico hay pasos evolutivos que cumplir y que son Necesarios.

Permítannos enfatizar el término “necesarios” con el adverbio “absolutamente”.

Obviamente no se trata de una obligación, ya que no existen obligaciones; más bien esto constituye un sello sagrado, un emblema de la eterna invitación que la Voz del Espíritu les va transmitiendo.

Sin embargo, sería útil que sintieran, en su interior, como una forma de “urgencia”, una extraña y sutil efervescencia emocional, una ligera sensación de ferviente expectativa.

El llamado del Alma encarnada se vuelve más fuerte y apremiante gracias a la gran ola de energía que, como un tsunami universal de Amor, ha llegado en su Ahora para elevar las vibraciones de Gaia.

Desafortunadamente, muchos no lo van a aprovechar marcando así su destino. Ya no es tiempo de los aplazamientos, los titubeos, las dudas y las vacilaciones.

Nuestra amadísima Gaia está llevando a cabo su obra de Luz: está alcanzando su máximo grado de Luminosidad en la dimensión 3D y pronto estará lista para la siguiente dimensión. Llevará consigo solo aquellos “sistemas reflectantes” que poseen un grado de Luminosidad parecido al suyo. ¿Entienden lo que significa?

Por eso, aquí les renovamos la Sagrada Invitación: trabajen en sí mismos, conviertan el camino de la Luz en algo primario, consideren su evolución espiritual como la más importante de sus intenciones humanas.

Olete lõpetanud tasuta lõigu lugemise. Kas soovite edasi lugeda?