Cantología

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Antes de amar de nuevo

Antes de amar de nuevo, lava tu corazón

Con agua y con ceniza que sean verdaderas:

Así el recién venido sabrá que has olvidado

Al otro que ocupaba tu vida aventurera.

Antes de amar de nuevo, desata las amarras

Que te retienen lejos, en horizonte extraño:

Ignoras lo que vale conquistar un minuto

Cuando orgullosamente te has dormido mil años.

Se ama de pie en un mundo confuso y desgarrado

Que apenas da reflejos de algo mucho más bello:

Para alcanzarlo basta con limpiar la mirada

Y sin duda sabrás lo que es aquello.

Antes de amar de nuevo, llora un poco en silencio,

Haz como hace la lluvia que lava tu ventana,

El sol no está tan lejos de tu alma vanidosa,

Solo que para verlo hay que abrir la mañana,

Se ama de pie en un mundo confuso y desgarrado

Que apenas da reflejos de algo mucho más bello:

Para alcanzarlo basta con limpiar la mirada

Y sin ninguna duda sabrás lo que es aquello.

Antes de amar de nuevo, llora un poco en silencio,

Haz como hace la lluvia que lava tu ventana,

El sol no está tan lejos de tu alma vanidosa,

Sólo que para verlo hay que abrir la mañana,

1998

Antigua

Más que el universo ella es antigua

Más que las galaxias ella es

Más que el sol labriego ella es antigua

Más que las murallas de los Andes y su fuero

Anterior al hombre, a su memoria y a su amor

A sus armaduras, su puñal, su asedio

Más que el aire alado ella es

Más que el vegetal, más que el carbón de piedra

Más que el mar amante y su convoy de escamas

Más que los metales y el reloj

Y no se ha extinguido en su cometa

En su calor, en su madera

En su epopeya, en su bastión

Sólo se ha calzado la escritura

Y un sonido fragoroso

Para asomarse a la voz

Es una palabra establecida

Por los fuegos de la vida

Por los truenos de la luz

Es una palabra sin cadenas

Anterior a tu condena

La palabra que te ofrezco

Es libre

Es libre, libre, libre, libre, libre

En Las Antillas, Antigua, 1980

Arriba en la cordillera

¿Qué sabes de cordilleras

Si tú naciste tan lejos?

Hay que conocer la piedra

Que corona el ventisquero

Hay que recorrer callando

Los atajos del silencio

Y cortar por las orillas

De los lagos cumbrereños:

Mi padre anduvo su vida

Por entre piedras y cerros

La Viuda Blanca en su grupa

—La maldición del arriero—

Llevó mi viejo esa noche

Para arrear ganado ajeno

Junto al paso de Atacalco

A la entrada del invierno

Le preguntaron a golpes

Y él respondió con silencios:

Los guardias cordilleranos

Clavaron su cruz al viento

Los Ángeles, Santa Fe

Fueron nombres del infierno:

Hasta mi casa llegaba

La ley buscando al cuatrero

Mi madre escondió la cara

Cuando él no volvió del cerro

Y arriba en la cordillera

La noche entraba en sus huesos:

El que fue tan hombre y solo

Llevó a la muerte en su arreo

Nosotros cruzamos hoy

Con un rebaño del bueno

Arriba en la cordillera

No nos vio pasar ni el viento

Con qué orgullo me querría

Si ahora llegara a saberlo

Pero el viento no más sabe

Dónde se durmió mi viejo

Con su pena de hombre pobre

Y dos balas en el pecho

1965

Arriesgaré la piel

Quizás me fuera necesario anoche

Tomar la inútil decisión de verte

Así sea en el centro de la noche

Así sea en el borde de la muerte

Mi corazón es un caballo alado

Mi decisión es una espada amarga:

Yo volveré a buscar lo más amado

Pese a la incertidumbre que me embarga

Arriesgaré la piel por un encuentro

Aunque paguemos caros los engaños

Porque la vida es un instante dentro

De la perdida inmensidad de este año

Año de espera y año sin memoria

Que no quisiera prolongar en celo

Entre el cuchillo de tus dos historias

Y las heridas de mis dos desvelos.

1998

Balada de los amantes
del camino de Taverney

El cuarto donde habita mi ruiseñora

Se nutre con el ruido de mi demora

Los cantos de la calle se están plegando

Y el mórbido reloj mira blasfemando

Después la lluvia encumbra sus volantines

Y moja alguna estrella que agoniza entre violines

Y agolpa sus rebenques desmelenados

Al anca de mi potro, que no ha piafado

De noche todo es claro si en su cortina

Ondula una cadera que se adivina

Sacude su pañuelo la amante raza

Y enciende las señales por donde pasa

Mi atávico desvelo buscando casa

La cama donde espera mi buenamoza

Es tibia como un vientre y es luminosa

Viniendo de la lluvia y forzando puertas

Aprecio que su gana ya esté despierta

La cama donde escurro mis homenajes

Es donde desterramos la barrera de los trajes

Y donde, de algún modo, su resolana

Se adueña de mi lengua, tan soberana

Allí nos respiramos de diestra suerte

Allí nos cobijamos (por si la muerte)

Allí yo le regalo mis estertores

Y allí ella me devora con mil amores

Cogiendo de mi sangre

Las frescas flores

La cama donde anida su pulpa suave

Es esa donde yergue su cuello mi ave

Y aquella donde estira su claro modo

Amándome de cerca y mordiendo todo

Su cama multiplica mi envergadura

Que es llave con la que abro su opulenta sabrosura

Que es fuego con el que echo

Su frío afuera

Y avivo su gemido cuando lo quiera

Viniendo de tan lejos estoy tan hondo,

Tan cerca de su dentro y tan al fondo

Tan ávido y completo, tan estrujado

Tan posesivo y pleno, tan aplicado

Que cuando el nuevo día se asoma, me alza

Desangrado

Ginebra, Suiza, 1983

Bandido

La noche me abre su manto

Su manto de estrellas blancas:

Compadre: voy a la sierra

Llevando mi muerte en ancas

Es negro el viento y la tierra

Negro el pan y negro el vino

Si voy subiendo a la sierra

Más negro se hará el camino

Un corvo de acero blanco

Me cuelga al flanco

El rifle alerta

Cansado el tranco llevando penas

Y donde vaya con la cadena

De este destino sobre mi manco

Se irá el dolor

Compadre: la noche enreda

Mi poncho negro en sus brechas

Pero en todos los atajos

Un rifle escondido acecha

Al pueblo vaya de albita

Cuando aún no muera la sombra

Y donde escuche que hay una

Mujer que a solas me nombra

Le dice que no me busque

Que se acostumbre

Que ya no existo

Que allá en la sierra

Cuando en la noche

De espalda en tierra

Me acuerde de ella

Con toda el alma

Con toda el alma

La lloraré

1956

Borrachera

(Homenaje a Li Po, poeta chino (701‑762)

En la humilde fiesta con que me solazo

Aunque vaya solo siempre somos tres:

Contando a la luna que brilla en el cielo

Y a mi sombra que entonces viene también

Un frasco de vino bajo el brazo llevo

Y a orillas del lago vamos otra vez

La luna se enferma despidiendo estrellas

Y mi sombra —¡Qué tonta!— se enreda en mis pies

De retorno a casa, la luna solloza

Mi sombra se arrastra por muros sin sol

Y yo tambaleando con la noche a cuestas

Avanzo colgando de árbol en farol

La luna ilumina los caminos rotos

Con luz peregrina y resplandor audaz

Y mi sombra sigue por la otra vereda

Para prevenirme que yo estoy de más

A veces me paro bajo el alumbrado

Para echarme un sorbo lleno de sabor

La luna me estira su lengua dorada

Pero no mi sombra que atrapó un dolor

La enterramos bajo una pequeña palma

Cuando muerta y tiesa la encontré una vez

Recuerdo a mi sombra y se me quema el alma

Porque ahora nunca más seremos tres.

2009

Caminos negros

Yet each man kills the thing he loves

 

Oscar Wilde

Es duro tener que decirnos palabras

Amargas que nunca buscamos

Y darnos la mano y marcharnos

Por caminos negros que tragan y matan

Al menos, si me has comprendido

Sin viejos rencores podrás recordarme

Que es raro el olvido y no basta

Bifurcar los rumbos sin mirar atrás

Si crees que contra la muerte

El tiempo implacable volverá a juntarnos

Estrecha mi mano y partamos entonces

Llenando de sombras la puerta

Si no, mírame con fijeza

Y graba en tu mente la cara que amaste,

Que ya no nos unen ni cielo ni tierra

En la larga noche que nos va a cubrir

Al hombre lo aterra la muerte

Lo acosa el olvido

Lo espanta la nada

Y deja morir su cosecha

Porque cada uno

Mata lo que ama

Por eso, si crees que el tiempo

Detrás de la muerte volverá a juntarnos

Aprieta mi mano y partamos

Abriendo la puerta a la sombra del mundo.

Si no, mírame con fijeza

Y graba en tu mente la cara que amaste

Que ya no nos unen

Ni cielo ni tierra

En la inmensa noche

Que nos va a cubrir

1957

Can-can del piojo

Sin respeto el ciudadano

Ha de bañarse cada día

En un agua que contenga

Subversión y poesía.

Sin respeto ha de peinarse

Con un peine reincidente

Para hacer que la piojera

No le ondule de repente.

Sin respeto ha de ponerse

Los zapatos de la urgencia

Porque al hombre que no avanza

Se le apioja la conciencia.

Sin respeto ha de abocarse

A fumigar sus convicciones

Para que no se le pudran

Con el riesgo de infecciones.

Sin respeto el ciudadano

Debe hacer con la lectura

De las cosas prohibidas

Un objeto de cultura.

Sin respeto ha de plantarse

En la mitad del suceder

Para que el piojo no intente

Asegurar que aquí no hay nada que temer.

Sin respeto ha de erizarse

Cuando el piojo abotonado

Le succione hemoglobina

Y lo amortaje desangrado.

Sin respeto ha de encogerle

La sonrisa de ganante

Para que el piojo comprenda

Que ya nada es como antes.

Sin respeto debe armarse

De impaciencia hasta los dientes

Porque el tiempo que avecina

Trae fiebres inclementes.

Sin respeto habrá de unirse

Con los otros sin respeto

Para que el piojo comprenda

Que se encuentra en un aprieto.

Sin respeto debe darse

Por entero a los quehaceres

Siendo la lucha antipiojo

El mayor de los deberes.

Sin respeto y con porfía

Natural y valedera

Deberá impedir que el piojo

Perpetúe su piojera.

Sin respeto ha de arrojarse

En las aguas del torrente

Y a pesar de los meandros

Nadar contra la corriente.

Sin respeto ha de afiliarse

A la salud del porvenir

Para que el piojo comprenda

Que llegó esta vez la hora de partir.

Sin respeto ha de parcharle

A la bandera las heridas,

Al Escudo la vergüenza

Y a la Historia la mordida.

Sin respeto ha de arrancarle

Al piojo toda potestad

Y besar en plena frente

Finalmente

Desinfectada la libertad.

1986

Canción para construir una casa

Tantito antes de nacer

De un sollozo de mi madre

Mi padre perdió la tierra

Y tuvo que arar el aire

Tantito antes de nacer

De un suspiro de quien me ama

Mi padre perdió su techo

Y anduvo de rama en rama

Y como el camino es polvo

Que morirá sin sembrados

Lo echaron sobre su rumbo

Y lo caminó silbando

Con un silbido montuno

Que iba los sueños arreando

Tantito antes de crecer

Mi padre se fue a lo oscuro

Me dijo antes de morir

Con una voz de susurro:

“Tantito has de trabajar

De la noche a la mañana

Con doce tablas de pino

Cuatro vigas cepilladas

Y en la boca ardiendo un silbo

Temprano como las brasas

Para guardar tus amores

Y darles sombra en la casa

Que nunca tuve contigo

Porque nunca tuve nada”

La casa que levanté

Para que vivas en ella

Cerró sus tablas en torno

Del brasero de una estrella

Y rubia paja de trigo

Larguita como tu pelo

Te traje desde los campos

Para hacer nido en el suelo

Esta casa que es tu casa

Casa de todos los nuestros

Fue terminada de noche

Con clavos y con luceros

Sobre un pedazo de tierra

Que siempre fue campo ajeno

1970

Cantares del mito americano
I. Danza Verde

Verde Pincel

Pintó la luna

Y la volcó sobre una

Lienza de luz

Verde como el

Sol de América

Verde brocal

Hizo del agua

Una verde concha

De donde vino

Siempre desnuda

La verde Venus nuestra

Verde y más verde soy

Mientras me danzo en paz

Cubre el verde

La tierra en agraz

Agraz

América es verde

Verde americano

Y esa luz me sale de las manos

Que son tus manos

Y reúnen

Esta vastedad salvaje

De mi continente

Que amo

Y amo

II. Bambuco de Macondo

Viene el Coronel Buendía

Con el hielo entre las manos

Y cantando su alegría

Baten el cobre

Diez mil gitanos

Una muchacha encendida

Danza bajo el sol de fuego

Y bebiendo su aguardiente

La mira un muchacho ciego

La polvorienta higuera que está

De pie en el centro del huerto mudo

Abriga la siesta encadenada

De un feudal señor desnudo

Ay, una niña envuelta en su tul

Salta en silencio desde su lecho

Para alimentar con su vuelo azul

Doce luceros con sus pechos

Se va el Coronel Buendía

Con las manos sobre el hielo

Y a su paso va dejando

Caer los años del desconsuelo

Estos años que han pesado

Como siglos de verdad

Y que Gabriel ha llamado

Cien años de soledad

III. Macunaíma

En las tenaces fauces de la selva

Nació el héroe Macunaíma

Que se educó en el goce de la noche

Ya en la niñez hizo cosas fútiles:

Cerca del río llamado Uricoé

Se pasó un año sin decir ni hola

Hasta que le arrancaron seis palabras:

“Ay qué flojera! Ay qué flojera!”

Apenas se movía cuando iban al mar

A bañarse desnudos en el agua

Pero él sólo miraba a las mujeres

Quitándose las jaibas de los senos

Saltando para que no les mordieran

Otras partes más nobles todavía

Por ejemplo el conjunto de los muslos

Más bellos que Brasil produjo un día

Macunaíma

Era el más bello, el más cabal de todos

“Ay qué flojera!”

“Ay qué flojera!, Ay qué flojera!”

Lo amaban las garotas

Porque era oscuro y tierno:

Tenía cada mano

Siempre dispuesta a dar

Un poco de resabio

Y también mucho fuego

Con sus dos negros labios

Con sus dos negros labios

Con sus dos labios negros

IV. Los espíritus de Comala

Vine a Comala porque mi madre me mandó

Que buscara a mi padre, llamado Pedro Páramo

Que habitaba una casa detrás de las colinas

Juré venir a verlo no bien la sepultáramos

Una vez sepultada me dirigí a Comala

Puerto muerto repleto de plácidos difuntos

Vagando por podridas veredas con jocundia

Y entrando a bares muertos para trincarla juntos

Nunca he visto en mi vida difuntos tan borrachos

Pero me integré pronto al tosco regocijo

Hasta que a un bebedor le pregunté si acaso

Conoció a Pedro Páramo y aclaró que era su hijo

“Así es que soy tu hermano y me llaman Abundio”

Agregó sin rencores y ningún embarazo

“Pero no se te ocurra buscarlo porque puede

Echarte de este mundo con un mero balazo”

“Pero yo ya estoy muerto, hermano Abundio” dije

“Y no puede seguirme matando ese canalla

Que abandonó a mi madre con apenas trece años

Sin su vestido oscuro y ninguna vitualla!

“Así lo hizo con todos” dijo serenamente

Secándose la frente con un paño embebido

“¿Y quién es este padre que mata a sus retoños?”

“Un hombre maltratado que vive un rencor vivo”

Como vio que sudaba con un sudor brillante

Me dijo que Comala era más que el infierno

Porque algunos que habían bajado hasta la fragua

Volvieron a buscar sus frazadas de invierno

“Mejor vete de vuelta, como se volvió Rulfo”

Yo le dije que Rulfo se había jugado la mala

Y aunque él no me creía le demostré con creces

Que Rulfo había muerto bajo el sol de Comala

V. Danza negra

Vine a lo largo del Mato Grosso

Y entré al Perú por el negro Iquitos

Tras remontar roncas cordilleras

En Machu Pichu dormí aymará

Veo pastando sobre la orilla

Del Urubamba, río de razas

Grandes peñascos desesperados

Trizando el cielo con su fragor

Un viento de violines

Agita tu vestido

Que sigiloso danza un danzón

De espejo a paredes

Son sobre el que te mueves

Estremeciendo mi corazón

En Cartagena de Indias estuve

Bajo una palma capeando el sol

Entre los fuertes amurallados

El agua urdía su seducción

Tiempo más tarde, en Margarita

Isla azotada por el calor

Hallé una boca venezolana

Llena de sombras, fuego y amor

VI. La morada de los cóndores

Un cóndor ve la Argentina

Sin alejarse de Chile

Mirando la pampa entera

Con sus duros ojos grises

Otro desde el Illimani

Mira el pico de Aconcagua

Y se agita ante el gigante

Cual bandera americana

El cóndor no tiene patria

O mejor tiene una sola

Desde el Norte al Sur desciende

Pluma negra y negra ola

El cóndor no reconoce

Más que la patria profunda:

Si no encuentra cordilleras

Rompe la tierra y las funda

La morada de los cóndores

Es vasta como un imperio

Construida entre las cumbres

Más vastas del Hemisferio

La morada de los cóndores

Es un lugar soberano

Instalada sobre el cielo

De los sudamericanos

VII. Invitación a los mares del sur

Ven a ver la luz que arrastra el mar bajo la luna

 

La luz que cava un surco y raya el agua con sus uñas:

A través de aquella ráfaga brillante y pura

Harás crecer tu corazón como medusa madura

Ven a ver el mar del sur y siente su bravura

Es un mar que quiebra duras rocas con su espuma

Es un mar que nuca duerme bajo la estrella nocturna

Es un mar que besa, muerde y mata con dulzura

Es un mar que oculta bajo sus errantes olas

El dolido hierro de barcos sin ataduras

La huella que no hallaron los capitanes de altura:

La historia de mi raza bajo brochazos de bruma

VIII. Canción de la verdad

Con la verdad es posible la vida

En la verdad nos haremos fecundos

Por la verdad curaremos la herida

Sin la verdad mataremos al mundo

Con la verdad curaremos al mundo

Sin la verdad mataremos la herida

En la verdad nos haremos fecundos

Por la verdad es posible la vida

Tras la verdad siempre habrá una mentira

Muy a pesar de nosotros mentimos

Somos un sueño que sueña la vida

Y un despertar en que todos morimos

Y un despertar en que todos vivimos

Porque soñamos grandiosa a la vida

Muy a pesar de la muerte vencimos

Pues la verdad subyugó a la mentira

2001

NOTA: Obra compuesta para el film cubano, “CANTATA DE CHILE”, de Humberto Solás, con música de Léo Brouwer, para solista, coro y orquesta sinfónica, en 1974.

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