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Actividad del BEI en África, el Caribe, el Pacífico y en los Países y Territorios de Ultramar

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LA FAMILIA UE

En su condición de Banco de la Unión Europea, el BEI desempeña un papel clave en la promoción y aplicación de las políticas de la UE dentro y fuera de la Unión. En los países ACP, el BEI está totalmente en línea con las políticas exterior y de desarrollo de la UE, así como con los objetivos específicos establecidos en el Acuerdo de Cotonú ACP-UE.

El Banco participa en debates estratégicos y técnicos con contrapartes del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) de la Unión Europea, la Dirección General de Cooperación Internacional y Desarrollo de la Comisión Europea (DG DEVCO) y la Dirección General de Asuntos Económicos y Financieros (DG ECFIN), así como algunas otras direcciones para aumentar la cooperación en la región ACP e identificar sinergias de financiación conjunta y combinación de recursos. Esta labor incluye reuniones anuales de coordinación por región con los departamentos geográficos de DG DEVCO, junto con representantes del Servicio Europeo de Acción Exterior, así como debates sobre sectores prioritarios y cuestiones estratégicas de prioridad horizontal, como las negociaciones post-Cotonú.

La cooperación con la Comisión Europea y el SEAE es igualmente fuerte a nivel de país. La incorporación de oficinas locales del BEI en el seno de las delegaciones de la UE en el caso de los países situados fuera de la UE, al igual que la expansión global de la red de oficinas en el exterior del BEI ha redundado en una cooperación mucho más estrecha, especialmente sobre el terreno. El Banco ha participado en varios elementos de la Alianza África-Europa para la Inversión y el Empleo Sostenibles, en particular en los grupos de trabajo sobre economía digital, transporte y energía sostenible – sectores en los que el BEI cuenta con una sólida trayectoria de inversión. La idea que subyace a esta Alianza es, en última instancia, construir un acuerdo de libre comercio continental entre África y la Unión Europea. En la entrevista a la comisaria Jutta Urpilainen que se incluye en la aquí de este informe se analiza de manera más completa.

«ES EL MOMENTO DE FORJAR ALIANZAS MÁS EFECTIVAS» – ENTREVISTA A JUTTA URPILAINEN

Jutta Urpilainen fue nombrada comisaria de Asociaciones Internacionales de la UE en la Comisión de Ursula von der Leyen, cargo que asumió el 1 de diciembre de 2019. En esta entrevista, Urpilainen nos indica cuáles son sus prioridades principales para los próximos años, la importancia de objetivos transversales como hacer frente a la emergencia climática y potenciar el apoyo a mujeres y niñas, así como la importancia de que las instituciones cooperen entre sí.

Ha comentado usted que su compromiso con la Unión Europea se remonta a su juventud. ¿Qué motivó dicho compromiso? ¿Cómo ha ayudado la Unión Europea a definir su visión del mundo?

La caída del Muro de Berlín fue una experiencia generacional. El contraste entre la realidad que suponía el Telón de Acero y la ampliación del ámbito de democracia y libertad me impactaron mucho. Desde que era una joven estudiante, me esforcé enormemente por defender una Europa fuerte y unida como una fuerza mundial positiva. Por supuesto, participé activamente en la campaña a favor de la incorporación de Finlandia a la Unión Europea. Mientras trabajaba en el Movimiento Europeo, en otras organizaciones de la sociedad civil y en actividades políticas, reflexioné mucho sobre el papel de la Unión Europea en el mundo.

También ha hablado de la importancia de la cooperación y las alianzas en favor del desarrollo. ¿Puede darnos algún ejemplo de su experiencia antes de ser comisaria?

En muchos sentidos, mi carrera política en Finlandia me preparó para este trabajo. En 2013, asumí la presidencia de la Comisión Nacional de Desarrollo Sostenible. Fue un ejemplo real de cooperación fructífera entre actores de la administración, la sociedad civil y el sector privado. Como miembro del Parlamento finlandés en 2017, me nombraron Representante Especial del Ministerio de Exteriores en materia de Mediación. La inclusión ha sido una parte esencial de dicha labor, al centrarse en mujeres y jóvenes, que serán una de mis prioridades como comisaria. Mi ámbito de acción geográfico era África, lo que me llevó a países como Etiopía, por ejemplo. Etiopía fue también el primer país que visité como comisaria, acompañando a la presidenta von der Leyen, solo cinco días después de ocupar mi puesto. Ambas creemos que fue importante mostrar nuestro compromiso con una verdadera asociación con África.

Ningún actor en materia de desarrollo debería trabajar solo, porque el déficit de financiación mundial para alcanzar los ODS es ingente. ¿Cómo pueden las asociaciones promover la eficiencia para lograr un mayor impacto en el desarrollo?

No es casualidad que la denominación de mi cargo, «Comisaria de Asociaciones Internacionales», sea distinta de la anterior. Constituye una clara declaración de alejamiento de la narrativa basada en donantes y beneficiarios. El paradigma ha cambiado. Los actores internacionales también han actuado de manera aislada durante demasiado tiempo, a menudo persiguiendo los mismos objetivos pero sin aunar esfuerzos en suficiente medida. Es el momento de que todos, europeos y países asociados, organizaciones internacionales y sociedad civil, organismos de la ONU y actores privados, forjemos asociaciones internacionales más efectivas y significativas. Solo podremos alcanzar nuestras metas comunes si trabajamos juntos.

África es un continente que precisa inversión, pero también es más rico en oportunidades. ¿Qué se puede hacer para fomentar una mayor inversión por parte del sector privado? ¿Y cómo pueden contribuir instituciones como el BEI y la Comisión a dicho cometido?

Aunque la ayuda oficial al desarrollo desempeña y seguirá desempeñando una función esencial en la promoción del desarrollo sostenible en todo el mundo, constituye fundamentalmente un elemento catalizador, y por sí sola no es suficiente. Naciones Unidas ha calculado que las necesidades anuales de financiación para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenibles para 2030 ascienden a 3,5 billones de euros. Para lograrlo, tenemos que hacer partícipes a todos los socios, incluido el sector privado, y aumentar de forma ingente la inversión y movilización de recursos nacionales. Parte de ello consiste en cambiar la narrativa y organizaciones como la nuestra deben desempeñar un importante papel. Pero también podemos tomar medidas más activas para promover la inversión, eso es lo que pretende hacer nuestra Alianza África-Europa para la Inversión y el Empleo Sostenibles. Gracias al compromiso demostrado por el BEI y otros socios con esta Alianza, vamos camino de alcanzar los 4 500 millones de euros en inversiones públicas y privadas para finales de 2020. Estas inversiones generarán empleo y promoverán un desarrollo sostenible. Como es natural, la nueva estrategia integral para África también hará hincapié en la importancia de las inversiones.

La igualdad de género constituye un objetivo transversal: es un ODS en sí misma, pero también es esencial para la correcta consecución de los demás ODS. El BEI ha puesto en marcha la iniciativa SheInvest for Africa como complemento de la labor de la Comisión en este sentido. ¿Cómo se puede intensificar la cooperación?

La labor que está haciendo el BEI a través de la iniciativa SheInvest me parece encomiable. Mi compromiso con la igualdad de género es total, porque durante muchos años ha sido un tema primordial y central de una gran parte del trabajo de la Comisión. Felicito a mi antecesor, el comisario Mimica, por su labor en defensa de la igualdad de género. En septiembre de 2017, por ejemplo, la Comisión puso en marcha, junto con Naciones Unidas, la Iniciativa Spotlight. Este programa de 500 millones de euros está destinado a erradicar toda forma de violencia contra mujeres y niñas mediante la sensibilización, el cambio de actitud y la modificación de la legislación. Spotlight es solo un ejemplo de asociación eficaz que está ayudando a cambiar las vidas de muchas mujeres y niñas de todo el mundo.

La acción por el clima es también un objetivo transversal. Un componente básico del Pacto Verde es que los países asociados intensifiquen las acciones diplomáticas en materia del clima. ¿Cómo puede mejorar la UE el apoyo a la labor de los países asociados para reducir las emisiones y los residuos? Como entidad de financiación, ¿cómo puede el BEI respaldar dicho empeño?

En los últimos años, ha resultado inspirador ver la movilización de los jóvenes para que se frene el cambio climático. La presidenta von der Leyen ha convertido el clima, la biodiversidad y el entorno en cuestiones prioritarias. El cambio climático y los problemas medioambientales deben ser tenidos en cuenta en todo lo que hacemos, también en nuestra colaboración con los países asociados. En la práctica, es un tema que afecta a todos los ámbitos, desde la promoción de las energías no contaminantes y medidas de resiliencia climática a las iniciativas para frenar la deforestación y eliminar los residuos plásticos. Me alegra que se haya designado al BEI como el banco climático de la Unión en una comunicación reciente sobre el Plan de Inversiones para una Europa Sostenible. Para movilizar inversiones sostenibles de todas las fuentes, todas las organizaciones internacionales que trabajan para fomentar la inversión privada deben asegurarse de hacerlo de una forma responsable y consciente de los asuntos climáticos. Así se conseguirá un desarrollo verdaderamente sostenible.

 

Nos encontramos en la fase de negociación de un acuerdo post-Cotonú. ¿Cuál es la mejor forma de aprovechar los progresos ya realizados?

Hemos acordado un nuevo enfoque y las prioridades esenciales en las que se basará la cooperación de la Unión Europea con los 79 países ACP durante las próximas décadas. Dejando atrás el paradigma basado en donantes y beneficiarios, las actuales conversaciones sobre una nueva asociación entre los países ACP y la UE garantizan que adaptemos nuestra relación a una nueva realidad, haciendo frente a desafíos mundiales como el cambio climático y la paz. Este giro puede tener una gran repercusión, ya que los países de la UE y ACP juntos constituyen más de la mitad de las plazas de representación en Naciones Unidas. En concreto, estos cambios se traducen en una nueva manera de estructurar nuestra cooperación. El futuro acuerdo entre los países ACP y la UE abarca una parcela de trabajo común a todos los países, con los valores y principios que compartimos, que denominamos la «base», y tres asociaciones específicas adaptadas: «UE-África», «UE-Caribe» y «UE-Pacífico».

El BEI lleva casi 60 años desarrollando actividades fuera de la Unión Europea. ¿Cómo pueden utilizarse las capacidades del BEI como parte de la oferta mundial para el desarrollo de la Unión Europea?

Nuestra capacidad para implicar al sector privado y aprovechar sus recursos será uno de los factores principales que determine nuestra capacidad para alcanzar los ODS para el año 2030. La Alianza África-Europa para la Inversión y el Empleo Sostenibles emplea innovadores mecanismos financieros, como los préstamos y las ayudas no reembolsables con recursos combinados y la aportación de garantías de inversión, para eliminar riesgos y de ese modo incentivar las inversiones. Así podemos aprovechar considerablemente más fondos para promover nuestros objetivos. Por poner un ejemplo de acuerdo de garantía –el programa NASIRA utiliza 75 millones de euros de fondos de la UE para movilizar hasta 750 millones de euros de inversión en favor de emprendedores con pocos recursos de la Vecindad Europea y el África Subsahariana. Está previsto que se creen hasta 800 000 puestos de trabajo y se beneficien aquellos segmentos de la población que normalmente tienen dificultades para acceder a préstamos asequibles, como desplazados internos, refugiados, repatriados, mujeres y jóvenes. La experiencia y los conocimientos del BEI en el ámbito de las finanzas, la inversión y el desarrollo sostenible son ingentes. Puesto que todavía queda una década para 2030, la UE debe hacer pleno uso de las herramientas, competencias y conocimientos que tiene a su disposición para cumplir sus promesas y crear un mundo más justo, próspero y sostenible.

INSTITUCIONES EUROPEAS DE FINANCIACIÓN DEL DESARROLLO

La Asociación Europea de Instituciones Financieras de Desarrollo (EDFI) está compuesta por 15 instituciones diferentes de los países de la Unión Europea y la Asociación Europea de Libre Comercio. A nivel operativo, el BEI y las otras Instituciones Europeas de Financiación del Desarrollo cooperan ofreciendo financiación conjunta, principalmente en el contexto de dos iniciativas:

LA INICIATIVA EUROPEAN FINANCING PARTNERS (EFP)

La iniciativa European Financing Partners (EFP) es un vehículo de cofinanciación, creado por el BEI y por varias Instituciones Europeas de Financiación del Desarrollo en 2003. Su objetivo es promover el desarrollo sostenible del sector privado en los países ACP, reforzar la cooperación entre entidades financieras elegibles y el BEI, y permitirles cofinanciar deuda individual u operaciones de capital. A 31 de diciembre de 2019, la EFP había recibido de sus 13 miembros dotaciones que en total superaban los 1 000 millones de euros. El BEI ha comprometido 540 millones de euros en el marco del Instrumento de Ayuda a la Inversión ACP. El último tramo consistió en una contribución de 50 millones de euros, aprobada en diciembre de 2019. Tras varias cancelaciones, se puso a su disposición un total de 353 millones de euros, con 269 millones de euros comprometidos en 34 proyectos. La mayor parte de estos compromisos se han asignado a intermediarios financieros (37 %), infraestructuras de telecomunicaciones (18 %) y el sector industrial (15 %). Nigeria y Kenia fueron los países que más se beneficiaron de estos fondos.

INTERACT CLIMATE CHANGE FACILITY (ICCF)

En 2011, el BEI y la Agence Française de Développement crearon la ICCF. Su modelo coincide con el de la iniciativa EFP y su objetivo es promover el uso de energías renovables, la eficiencia energética y el uso de tecnologías limpias en países emergentes facilitando financiación a largo plazo. El BEI ha comprometido 50 millones de euros para este fondo de 300 millones de euros mediante el Instrumento de Ayuda a la Inversión. La AFD y otras 11 Instituciones Europeas de Financiación del Desarrollo han aportado el resto.

A 31 de diciembre de 2019, se habían aprobado o estaban tramitándose 15 proyectos en la región ACP con un valor de 198 millones de euros. El BEI participa en dos de estos proyectos a través del ICCF, con un compromiso de 12,8 millones de euros. El Banco cofinancia además otros tres en colaboración con el banco de desarrollo de los Países Bajos y el ICCF. La mayor parte de los proyectos del ICCF se enmarca dentro del sector de la energía eólica (41 %) y solar (40 %). El BEI tiene previsto asumir otro compromiso con el ICCF a lo largo de 2020, que se someterá a aprobación. Por el momento, los actuales compromisos del BEI tienen validez hasta octubre de 2022 después de que en octubre de 2019 se acordara prorrogar el período de disponibilidad durante tres años.