Que todo el territorio se vuelva feminista. Las protagonistas de las tomas universitarias del 2018

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El patriarcado se expresa de todas las maneras posibles

Me parece que el patriarcado es un sistema económico, cultural y político. Soy también militante de un partido y este tema me ha generado mucha reflexión, porque hay compañeros que creen que si se elimina el capitalismo, se elimina el patriarcado. Pero para mí es una pregunta constante, y digo «no, porque sigue existiendo dominación por parte de unos sobre otros, independiente de la clase». Esta discusión la compartimos con las chiquillas; el patriarcado se expresa de todas las maneras posibles, por eso pensamos que el feminismo tiene que ser interseccional. Y por eso esto no es solo un tema económico y político, sino también social y cultural, que oprime a las mujeres, principalmente a las mujeres negras, lesbianas, transexuales; creo que tiene muchas aristas y hay que atacarlas todas. El feminismo lo aprendí independiente de la organización y, de hecho, traté de introducir el tema del feminismo en la política partidaria.

El feminismo tiene que abarcar a toda la sociedad: hombres, mujeres, trans, etcétera. Pero, en estos contextos, tiene que ser una lucha liderada por las mujeres, o por cualquiera que se sienta mujer. Y eso no significa que a los hombres no les afecte, sino que en este sistema somos las mujeres las que estamos más afectadas y por lo mismo también es muy difícil pedirles a los hombres…, es difícil que sepan lo que vivimos las mujeres.

He discutido esto tanto con mi mamá como con mi papá y mis hermanas, que están todas full feministas, pero mi papá, por ejemplo, me cuestiona lo que pasó en Las Condes con ese mal llamado «piropo» que le tiraron a una chiquilla y ella denunció por acoso callejero. Él me decía que eso era exagerado y no sé qué más, y yo le respondía «papá, tú nunca vas a poder entender lo que es caminar por la calle y que te digan cosas, independiente de qué sea, porque ningún hombre va a estar mirándote y ningún hombre va a estar opinando sobre tu cuerpo». Pero es muy difícil que un hombre entienda eso, o quizás lo entiende, pero nunca lo ha vivido.

Para mí ser feminista es cuestionarse radicalmente
el sistema heteronormado

En estas movilizaciones hemos discutido bastante si somos separatistas o no lo somos, porque, claro, el feminismo tiene que llegar a todos, a todas y a todes, porque tampoco nos a vamos a encerrar como se hizo en México, donde hay un vagón del metro sólo para mujeres; una sale a la calle y se tiene que enfrentar con la sociedad patriarcal... Pero sí creo que es una cuestión que tiene que ser liderada por las mujeres. Sabemos también que este es un proceso en construcción, es decir tenemos una idea, tenemos un horizonte.

Para mí ser feminista es cuestionarse radicalmente el sistema heteronormado, ya sea económica, política y socialmente; es tener una posición y ojalá tener un activismo. La otra vez vimos un documental que mostraba que, finalmente, todos los cambios que han ocurrido en la historia han sido porque la gente ha tomado una posición y se ha levantado, ha habido hasta muertos, como ocurrió acá en Chile con la dictadura, y eso de alguna manera ha permitido que cambien las cosas. Y es la única forma de hacerlo.

En el contexto de neoliberalismo en Chile, creo que el feminismo tiene que ser de clase, porque las que finalmente están más oprimidas son las mujeres más precarizadas de este país. Y esto es también una autocrítica: hemos tenido este espacio, que ha sido la asamblea de mujeres, nos hemos organizado y hemos podido discutir de todo, luego nos preguntamos cuánto de esto le está llegando realmente al territorio. Porque la idea no es tampoco «ya, les damos el espacio, organícense; o nosotros las vamos a ayudar a organizarse», porque eso sería una actitud maternalista, incluso una actitud machista. Entonces, ¿cómo lo haces para que las mismas mujeres sientan necesidad de organizarse?

Creo que las movilizaciones y este estallido ayudan a que la gente empiece a hablar sobre estos temas, la educación sexual en los colegios, la educación no sexista, la identidad de género, las leyes que se han pasado, el aborto en tres causales…, también hemos perspectivado la discusión hacia el aborto libre, y eso es algo que ha generado conversaciones en la sociedad.

Da risa que la derecha diga «no estamos de acuerdo con el aborto, es ir en contra de la vida», pero tampoco están de acuerdo con educar a los niños y niñas en cómo no embarazarse. Esto tiene que ver con una cuestión cultural, pero también con una cuestión de políticas públicas. El Estado ahí se tiene que hacer cargo. Lo mismo que pasó esta semana, hubo cinco femicidios en treinta y seis horas. ¿Quién se hace cargo? El Estado debe hacerse cargo de que no exista impunidad frente a estos hechos, como con los derechos humanos en general, donde hay harta impunidad. Cuando hay impunidad, las personas comienzan a dejar pasar no más las cosas, porque nadie se hace cargo. Lo que nos ha pasado aquí: nadie quiere denunciar, porque uno cree que en verdad no va a pasar nada. Voy a seguir viendo al mismo profesor, voy a seguir viendo al compañero que me abusó, ¿para qué voy a denunciar?

Contra el capitalismo y el patriarcado

Nicole Martínez Aranda, 26 años

Ingeniería Industrial, Universidad de Chile

Estudiante del Magíster en Gestión y Políticas Públicas

de la Universidad de Chile.

Santiago, julio de 2018.

Soy nacida y criada en Chillán. Llegué a Santiago el año 2011 para iniciar mis estudios en la Universidad de Chile, donde actualmente soy presidenta del Centro de Estudiantes de Ingeniería (CEI). Soy la tercera presidenta mujer en los 112 años de historia de esta Facultad; ha sido muy especial este tiempo aquí en Beauchef, un período que he vivido con mucha felicidad, pero también harto trabajo.

Nuestra Facultad en este remezón feminista

La directiva del Centro de Estudiantes está compuesta por seis mujeres y seis hombres. Las elecciones fueron en noviembre del año pasado, pero en marzo comienza el trabajo con el estudiantado de manera oficial. La historia de nuestra facultad en este remezón feminista nace como en la mayoría de las facultades: se realizan encuentros y asambleas de mujeres en el espacio universitario convocadas por situaciones coyunturales o casos más específicos en torno a sumarios no resueltos de acoso o abuso sexual dentro de la institución. Esos encuentros o asambleas poco a poco se hicieron más frecuentes, luego en conjunto con la Sesegen, que es la Secretaría de Sexualidad y Género de nuestro espacio, nosotras como CEI y beauchefianas, que es una comunidad de funcionarias, académicas y estudiantes de la Facultad, todas mujeres que funcionamos a través de Facebook, comenzamos a agitar el tema. En la asamblea del día 8 de mayo se decide tomarnos la llamada Torre Central, que es el edificio administrativo de la Facultad.

La red de mujeres en Facebook se constituye el año 2016, es una red que lleva tiempo y en el último periodo ha significado un espacio donde se conversan estas cosas entre las estudiantes y algunas académicas las funcionarias son mucho menos activas por la características del soporte. En una facultad donde existe un 30% de mujeres, este es un espacio netamente nuestro y ha permitido que exista mayor confianza entre nosotras, además de socializar el cómo se llevan adelante los procesos de denuncia.

El argumento más fuerte para irnos a toma fue poner al estudiantado al tanto del estado en que se encontraban algunos sumarios que teníamos en la Facultad, que involucraban a docentes como acosadores y estudiantes como víctimas y que llevaban más de diez meses sin ser resueltos, con los profesores haciendo clases impunemente y relacionándose con estudiantes de distintos cursos; eso fue lo que gatilló la movilización, porque se marca un «ya está, ¡ya!». O sea, hemos intentado todos los canales institucionales y no ha funcionado, por lo que se decide radicalizar la acción. Sumado a esto había un contexto global: veíamos cómo la Universidad Austral se estaba movilizando y cómo sonaba también lo de la Facultad de Derecho. Logramos movilizar a unos quinientos estudiantes, y a la toma entraron más de mil trecientos de un universo total de cinco mil. Lógicamente eso disminuyó con el tiempo por el desgaste, como todas las movilizaciones, y el resto se vio más permeado por una participación lejana, distante, a través de plataformas virtuales.

Teníamos dos grandes sumarios, los de los departamentos de Geología y de Astronomía. Son sumarios que hace unos meses llegaron a la esfera pública, a la prensa, de manera desafortunada. En primera instancia se filtra la carta de los estudiantes de Geología que denuncia a estos profesores. Es una carta que ellos llevaban al decanato y de alguna manera se filtró a los medios, se generó así una exposición que las estudiantes no querían, esto fue a finales del año pasado.

Nuestra Facultad tiene protocolo y en enero de este año (2018) rectoría lo regularizó y es el que actualmente rige para las denuncias de acoso, abuso y discriminación arbitraria. El antiguo te permitía hacer las denuncias, pero era menos certero, y el año pasado Beauchef estuvo marcado por las denuncias. Pero no todas estas llegan a ser sumario y esa fue una de las críticas más importantes por la que nos fuimos a toma. Estábamos hablando de solo dos procesos que efectivamente estaban en sumario, por lo que debieron haber asegurado un resultado más rápido o más eficiente, o más cuidado, pero no fue así. Entonces nos preguntamos qué hacemos como Facultad con todas las denuncias que ni siquiera llegan a transformarse en investigaciones sumarias, porque son las mismas autoridades las que tienen la facultad de decidir si esas denuncias se convierten o no en una investigación sumaria. Además se sumaban las denuncias informales que como estudiantes recibimos en conjunto con la secretaría de género, las que no se hacían llegar al canal formal por la desconfianza en el proceso que finalmente terminaba en nada. No manejo el detalle de todas las denuncias, pero puedo asegurar que en esta movilización no hubo reporte de denuncia por parte de hombres, excepto el sumario de Geología, que se levantó por hombres y mujeres miembros de una generación que sí sufrieron abusos de docentes. En ambos sumarios hay acoso sexual, los que se complementan con dinámicas de abuso de poder por esta asimetría docente-estudiante.

 

Las diferencias de cómo se vive el feminismo

Creo que hay dos cosas importantes de señalar: uno es que en nuestra Facultad hay una dinámica bien jerárquica, bien elitizada, que ha dejado fuera de esta cultura de denuncia en Facebook a las funcionarias, socializándose más entre el estudiantado. Las funcionarias no han llegado a avanzar en eso por la permanente negación por parte de las autoridades a sus denuncias. Por ende, yo me imagino que a pesar de que esa red se configure como un espacio, entre comillas, de confianza, las funcionarias, les funcionaries de Beauchef, no tienen una señal institucional; existe un porcentaje no menor de renuncias por abuso de poder o de índole de acoso laboral, o sexual que no llegan a nada y terminan en la desvinculación de las funcionarias.

Creo que también hay disimilitudes en como una vive el feminismo, las demandas de la perspectiva de género desde los distintos estamentos.

Al menos en lo que se vive acá, las funcionarias no declaran el componente de género como lo central, ellas declaran el abuso de poder, sus denuncias son de acoso laboral el que puede ser perpetrado por hombre y mujer. Por eso nosotras al final de nuestra movilización identificamos no al hombre como el perpetuador de la estructura patriarcal, sino que a la estructura patriarcal misma como la que empuja estos abusos y que en el estamento funcionario se traduce en jefaturas muy patriarcales, en la reproducción sexual del trabajo que mantiene un 70% y 80% de mujeres para limpiar baños, versus los hombres que limpian el jardín y así sucesivamente. Entonces es un cuento mucho más heterogéneo creo yo.

Decía que nuestra Facultad se componía de un 30% de mujeres, en esta cifra considero solo a estudiantes. Para ser más específica, este año ingresó un 33% de mujeres, desconozco el número de funcionarias. Respecto de las académicas titulares de Beauchef, son un 11% y es mucho más alto el porcentaje de académicas no titulares. Como autoridad existía solo una directora hasta el ingreso de la nueva administración que llegó hace dos semanas, este nuevo decanato viene con un componente de cuota de género interesante en términos directivos. Ahora tenemos tres directoras, que es un número sumamente bajo pero es un cambio importante para lo que teníamos. Son tres directoras del equipo directivo del decanato, es decir, tenemos una directora de académica, una directora de Escuela y ahora la directora de Género porque se crea la dirección de género en Beauchef. También aumentan las directoras de departamento, lo que es significativo porque la cúpula jerárquica de la facultad es el consejo de facultad y en ese consejo éramos tres mujeres, ahora vamos a ser alrededor de ocho, contando las directoras de departamento, las representantes funcionarias, la nueva directora de la cúpula y yo, que voy como presidenta del CEI.

La creación de una nueva figura en nuestra Facultad, que es la dirección de género, es el resultado de un trabajo que se viene desarrollando desde el año pasado por unos casos de ciberacoso y ciberbullying muy fuertes que aquí se dieron, donde compañeras se vieron expuestas de manera brutal en foros anónimos y donde se descubre que eran los propios compañeros que llevaban la información a esos foros. Hubo una exigencia de nuestra parte de institucionalizar el tratamiento del tema e impulsar políticas transversales, de manera que no quedara la componente de perspectiva de género como algo invisible y que existiera de manera seria una señal institucional. Se aprobó la constitución de esta dirección en el primer consejo de facultad, después de la toma.

Desde el socialismo el feminismo no es una lucha aparte

El año pasado yo me candidateé como independiente y en marzo de este año ingresé a militar a Revolución Democrática. Fue súper interesante el debate político del feminismo militante versus la militancia solo en el feminismo, creo que ello enriqueció muchísimo la construcción de la movilización aquí. Fuimos capaces de conjugar esas miradas. Aquí declaro que soy militante de izquierda, feminista y soy dirigente, pero demoré en llegar a afirmar eso sin sentirme de alguna u otra forma traicionando al feminismo. Pasé por un momento de formación, de leer a feministas mayores, de revisar un poco la historia del feminismo y con ello pudimos dar una discusión mucho más rica, porque en un principio se tornaba bastante difícil.

Había compañeras, ajenas a la política, a las que les daba miedo decirse feministas porque entendían el feminismo como algo idealizado, que solamente lo podían llevar aquellas que trabajan teóricamente el feminismo en las distintas ramas, pero hoy día entendemos que va mucho más allá. Soy militante feminista porque creo que desde el socialismo el feminismo no es una lucha aparte. Creo que la lucha estructural contra el capitalismo debe ir de la mano de la lucha contra el patriarcado y por eso todo lo que hago y empujo desde mi organización, es necesariamente desde un lente feminista. En lo concreto con las demandas que posicionamos: una educación no sexista y el tema del financiamiento no son luchas disociadas. O sea, no creo que haya que pelear por un financiamiento más justo en la Universidad de Chile o en el sistema educacional separado de la pelea por el feminismo, ambos tienen mucho que ver con lo que nosotros queremos para Chile.

El sujeto femenino es el sujeto disidente

Al principio en Beauchef el separatismo era visto como un fin, y se llegó a pensar que la movilización feminista era mujeres versus hombres. Pero luego empiezan a avanzar las conversaciones y nos vamos dando cuenta de que es precisamente eso lo que queremos deconstruir. Entonces hoy si hay algo que rescatar a acá, es que nacen las subjetividades. Pienso que dentro de un espacio muy heteronormado, muy masculinizado, hemos sido capaces de plantear las subjetividades de lo femenino, de lo masculino, que la disidencia sexual tenga voz y eso es algo que a nuestro juicio podemos mostrar como un triunfo, una ganada política. Hoy día existe B eauchef Diverso como una organización estable que está elaborando políticas y eso había costado mucho posicionarlo. Entonces, ¿cuál es el sujeto femenino? Creo que precisamente es ese sujeto disidente, que busca romper con la norma que Beauchef acrecienta, y desde ahí romper, por ejemplo, con el liderazgo de la mujer entendido como un liderazgo masculinizado, de voz fuerte, de carácter potente, para empezar a reconocer a la mujer científica como una sujeta que había estado totalmente invisibilizada. Creo que hemos avanzado en eso. Hoy es mucho menos claro qué mujeres están levantando acá el feminismo, es decir, que no son sólo las mujeres, sino «les» quienes nos declaramos feministas aquí en Beauchef.

Ahora creo que, en general, la respuesta o el efecto que ha tenido esta movilización en el hombre blanco promedio, primero es un poco de incomodidad, de reticencia por el desconocimiento, porque se sienten atacados. Pero en Beauchef el efecto tiene otros componentes: el hombre beauchefiano heterosexual nunca se había sentido interpelado por nada. O sea, era el genio, el alto promedio PSU, el sujeto para el cual la Facultad está hecha. Y de pronto llega una movilización que interpela directamente la masculinidad y no sólo la masculinidad como la entendemos todos, sino que el ser hombre también. La primera respuesta fue evidente, una resistencia absoluta, y en el imaginario social se desató este relato de hombres versus mujeres, y que las mujeres de Beauchef les declararon la guerra a los hombres. Se inició una serie de reacciones defensivas, donde ellos comenzaron a decir: no todos somos abusadores, por qué tenemos que entrar en la misma bolsa. Creo que ahí lo importante fue que logramos hacer entender a cierta población de compañeros que esa no era la lucha que nosotras estábamos proponiendo; cuando logramos eso, empezamos a encontrar aliados en lo estratégico y en lo político. No hombres feministas, y pienso que estoy lejos de poder asegurar que en mi Facultad existan, pero sí encontramos aliados estratégicos para lo que nosotras estábamos queriendo lograr. Fueron compañeros que desde nuestra perspectiva interpelaban a otros compañeros en diversos espacios, lograban transmitir realmente nuestro mensaje y acabar con esa caricatura de la movilización feminista. Nosotras tenemos un foro institucional y allí se abrieron debates increíbles, lo que fue bien importante porque fue una transición en lo relacional. Y hoy, la posición machista, dura, que sigue existiendo en Beauchef es totalmente indicada con el dedo, es mal vista.

El poder se sigue manteniendo bajo lógicas patriarcales

En nuestra Facultad ha sido muy interesante la discusión sobre la educación no sexista, porque vivir en una realidad tan hostil para la mujer y la disidencia sexual generó lentitud en el avance de las propuestas políticas o las lecturas políticas. Hemos levantado una mesa de trabajo que quedó como resultado de la movilización, y es el espacio institucional que se ha creado en todas las facultades. Mediante esa mesa nosotras hemos ido estableciendo pilares para avanzar hacia una educación no sexista. Pero creo que no hay claridad aún de cuál va a ser nuestro objetivo final, porque a nosotras mismas nos ha costado identificar por dónde podemos ir.

Lo que sí es claro es que ya no es posible que en las clases los profesores sigan replicando discursos sexistas. Que la condición de ser mujer, por ejemplo, y ser madre sea totalmente invisibilizada en este espacio. O sea, si eres mujer y eres madre, adiós ingeniería, o ve tú cómo la sacas. Estas cosas han sido más fáciles de reconocer. Entrar a las mallas curriculares o a las capacitaciones ha sido muy difícil, porque la institución ha sido muy reacia a avanzar en ello. Si bien estamos logrando cosas mediante la mesa de trabajo, hay mucha reticencia a remecer aún más el conservadurismo. Creo que esta Facultad es una de las más conservadoras y hay una correlación directa entre los comportamientos o el pensamiento sexista y el poder. Entonces, mientras esa lógica se mantenga, es imposible lograr una reestructuración democrática, porque el poder se sigue manteniendo bajo lógicas totalmente patriarcales.

Muchas compañeras estaban temerosas del regreso a clases, principalmente por las reacciones adversas que podían comenzar a generarse. Hasta ahora no hemos visto eso de manera concreta, no ha salido. Pienso que ello también es porque de cierta forma logramos interpelar al perfil beauchefiano promedio. Porque el beauchefiano es bien interesante: es una persona de un ego muy alto pero a la vez con una autoestima muy bajita, y creo que hemos logrado interpelar al ñoño –no sé si esto está bien decirlo así–, hacerle entender que esto no es contra él. Hay una porción bien importante de esos compañeros que lograron entender y decir «oye, a mí no me han quitado nada, no me están remeciendo nada, al contrario, yo puedo aportar para que esta movilización sea mejor».